SANTA ROSA BENDITA, DEL PERÚ RADIANTE ESTRELLA
ORACION
COLECTA
Señor Dios nuestro, tú has querido que Santa Rosa
de Lima, encendida en tu amor, se consagra a ti en la oración, la penitencia y
la misericordia; concédenos por su intercesión, que siguiendo en la tierra el
camino de la verdadera vida, lleguemos a gozar en el cielo de la abundancia de
los goces eternos. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Eclesiástico 3, 17-24
Hijo mío,
en tus asuntos procede con humildad, y te querrán más que al hombre generoso.
Hazte pequeño en las grandezas humanas, y alcanzarás el favor de Dios; porque
es grande la misericordia de Dios, y revela sus secretos a los humildes.
No
pretendas lo que te sobrepasa, ni escudriñes lo que se te esconde; atiende a lo
que te
han encomendado, pues no te importa lo profundo y escondido; no te preocupes
por lo que te excede, aunque te enseñen cosas que te desbordan; ¡son tan
numerosas las opiniones de los hombres!; y sus locas fantasías los extravían.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 15)
El Señor es el lote de mi herencia
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien».
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano:
me ha tocado un lote hermoso. R.
Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de
gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san pablo a los filipenses 3,
8-14
Hermanos: Todo lo estimo pérdida, comparado con la excelencia del
conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo perdí todo, y todo lo estimo
basura con tal de ganar a Cristo y existir en él, no con una justicia mía -la
de la Ley-, sino con la que viene de la fe de Cristo, la justicia que viene de
Dios y se apoya en la fe.
Para conocerlo a él, y la fuerza de su resurrección, y la comunión con sus
padecimientos, muriendo su misma muerte, para llegar un día a la resurrección
de entre los muertos. No es que ya haya conseguido el premio, o que ya esté en
la meta: yo sigo corriendo. Y aunque poseo el premio, porque Cristo Jesús me lo
ha entregado, hermanos, yo a mí mismo me considero como si aún no hubiera
conseguido el premio.
Sólo busco una cosa: olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia
lo que está por delante, corro hacia la meta, para ganar el premio, al que Dios
desde arriba llama en Cristo Jesús.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio san mateo 13, 31-35
Otra parábola les propuso: «El Reino de
los Cielos es semejante a un grano de mostaza que tomó un hombre y lo sembró en
su campo. Es ciertamente más pequeña que cualquier semilla, pero cuando crece
es mayor que las hortalizas, y se hace árbol, hasta el punto de que las aves
del cielo vienen y anidan en sus ramas.»
Les dijo otra parábola: «El Reino de los
Cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas
de harina, hasta que fermentó todo.» Todo esto dijo Jesús en parábolas a la
gente, y nada les hablaba sin parábolas, para que se cumpliese lo dicho por el
profeta: Abriré con parábolas mi boca, publicaré lo que estaba oculto desde la
creación del mundo.
COMENTARIO
Santa Rosa de Lima nació el 30 de abril de 1586 en la vecindad del
hospital del Espíritu Santo de la ciudad de Lima, entonces capital del
virreinato del Perú. Su nombre original fue Isabel Flores de Oliva. Era una de
los trece hijos habidos en el matrimonio de Gaspar Flores, natural de San Juan
de Puerto Rico, con la limeña María de Oliva. Recibió bautismo en la parroquia
de San Sebastián de Lima. En compañía de sus numerosos hermanos, la niña Rosa
se trasladó al pueblo serrano de Quives, en la cuenca del Chillón, cuando su
padre asumió el empleo de administrador de un obraje donde se refinaba mineral
de plata. En 1597 recibe en ese pueblo, el sacramento de la confirmación de
manos del arzobispo de Lima, Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo, quien efectuaba
una visita pastoral en la jurisdicción. Se vive en Lima un ambiente de
efervescencia religiosa y una población que ponía gran énfasis en las virtudes
y calidad de vida cristianas. Alrededor de sesenta personas fallecieron en
"olor de santidad" en la capital peruana entre finales del siglo XVI
y mediados del XVIII. A Santa Rosa le atraía con singular fuerza el modelo de
la dominica Catalina de Siena y esto la decidió a cambiar el sayal franciscano
por el hábito blanco de terciaria de la Orden de Predicadores, aparentemente
desde 1606. Estaba bien dotada para las labores de costura, con las cuales
ayudaba a sostener el presupuesto familiar y se rodeó de mujeres virtuosas,
junto con amigos de la casa paterna y allegados al hogar del contador Gonzalo
de la Maza. Sus consejeros espirituales ejercieron profunda influencia sobre
Rosa y resultaron cómplices de sus visiones y
tormentos. Hacia 1615,
y con la
ayuda de su hermano favorito, Hernando Flores de Herrera, labró
una pequeña celda o ermita en el jardín de la casa de sus padres. Allí, en un
espacio de poco más de dos metros cuadrados (que todavía hoy es posible
apreciar) en donde se recogía a orar y a hacer penitencia. Y en marzo de 1617,
celebró en la iglesia de Santo Domingo de Lima su místico desposorio con
Cristo, siendo fray Alonso Velásquez quien puso en sus dedos el anillo en señal
de unión perpetua. Se trasladó a residir en los últimos cuatro o cinco años de
su vida a la casa de su bienhechor y confidente Gonzalo de la Maza. En torno a
su lecho de agonía pidió que entonase una canción con acompañamiento de
vihuela. Así entregó la virgen limeña su alma a Dios, afectada por una aguda
hemiplejia, el 24 de agosto de 1617, en las primeras horas de la madrugada. El
mismo día de su muerte, por la tarde, se efectuó el traslado del cadáver de
Santa Rosa al convento grande de los dominicos, llamado de Nuestra Señora del
Rosario. Al día siguiente, 25 de agosto, hubo una misa de cuerpo presente y
luego se procedió sigilosamente a enterrar los restos de la santa en una sala
del convento, sin toque de campanas ni ceremonia alguna, para evitar la
aglomeración de fieles y curiosos. El
proceso de beatificación y canonización de Rosa empezó casi de inmediato,
promovida por el arzobispo de Lima, Bartolomé Lobo Guerrero. Clemente X la
canonizó en 1671. Desde un punto de vista histórico, Santa Rosa de Lima
sobresale por ser la primera santa de América. Actualmente es patrona de Lima,
América, Filipinas e Indias Orientales y de la Policía Nacional del Perú, del
colegio de enfermeras y de muchas instituciones educativas, sociales y de
caridad.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, a
Cristo que quiso mostrarnos a través de la vida de Santa Rosa, el camino de la
santidad:
1.- Te pedimos Señor, por el Papa, por nuestros
Obispos y por los Misioneros, para que la vida de santa Rosa les ayude y
fortalezca en su consagración a Dios. Roguemos al Señor.
2.- Por la autoridad del Perú, de nuestro
Distrito y Comunidad; para que, por intercesión de Santa Rosa, el Señor les conceda
humildad y fortaleza para gobernar con justicia. Roguemos al Señor.
3.- Por todos los animadores, promotores
de salud y catequistas, para que, a ejemplo de Santa Rosa, no se cansen de
hacer el bien a todos, sanando a
los enfermos y
anunciando la Palabra del Señor. Roguemos al Señor.
4.- Por todos los difuntos, para que el
señor les abra las puertas de la felicidad eterna. Roguemos al Señor.
Escucha, Padre,
nuestras oraciones que con fe te hemos presentado. Por Jesucristo nuestro
Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, te proclamamos admirable en tu
Virgen Sata Rosa de Lima y humildemente rogamos a tu Divina Majestad que, así
como te complaces en los méritos de esta Virgen, aceptes igualmente el culto
que tu pueblo te tributa. Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACION DESPUÉS DE LA COMUNION
Señor, fortalecidos con esta eucaristía,
te pedimos que a ejemplo de santa Rosa de Lima, llevemos en nosotros las
señales de la muerte de Cristo y nuestra vida sea un continuo esfuerzo por
unirnos cada vez más a ti. Por Jesucristo nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y
SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 31:
1Tes. 4, 13-18; Sal 95; Lc. 4, 16-30
Martes 01:
1Tes. 5, 1-6. 9-11; Sal 26; Lc. 4, 31-37
Miércoles 02: Col. 1, 1-8; Sal 51; Lc. 4, 38-44.
Jueves 03:
Col. 1, 9-14; Sal 97; Lc. 5, 1-11.
Viernes 04: Col. 1, 15-20; Sal 99; Lc. 5, 33-39.
Sábado 05:
Col. 1, 21-23; Sal 53; Lc. 6, 1-5.
Domingo 06: Is. 35, 4-7ª; Sal 145,7. 8-9. 9bc-10; Sant. 2, 1-5; Mc. 7,31-37.