viernes, 25 de marzo de 2022

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO IV CUARESMA CICLO C - 27 MARZO 2022

 

PARÁBOLA DEL PADRE QUE TENÍA DOS HIJOS


COMENTARIO

 

Dos situaciones paralelas configuran la introducción del texto. De una parte, los recaudadores y pecadores escuchando a Jesús; de otra, los fariseos y letrados criticando la condescendencia de Jesús. La parábola que sigue es la respuesta de Jesús a la crítica de los fariseos y letrados.

La parábola tipifica en dos hermanos las conductas de los dos grupos de la introducción. De una parte, el hermano menor: símbolo representativo de los recaudadores y pecadores; de otra, el hermano mayor: símbolo de los fariseos y letrados. La parábola sigue a otras dos en las que se habla de la alegría de Dios por la conversión de los pecadores.

Este ordenamiento de las tres parábolas convierte, a su vez, al padre de la tercera en símbolo representativo de Dios. En su primera parte la parábola reproduce la conducta del hijo menor, desde su marcha de la casa paterna hasta su retorno a ella. Pieza magistral de realismo y ternura. Ciclo sellado por la alegría festiva del reencuentro y cerrado en lo tocante al hijo menor. En su segunda parte la parábola reproduce la reacción negativa del hijo mayor y los esfuerzos del padre por convencerle a que se sume a la alegría festiva del reencuentro con su hermano. Todo en esta segunda parte es tipo de las situaciones de la introducción. La alegría festiva es símbolo de la convivencia amigable de Jesús con los recaudadores y pecadores; la negativa del hijo mayor a tomar parte en la fiesta es símbolo de la crítica de los fariseos y letrados a la condescendencia de Jesús.

Esta parábola debería tener otro título, considerando al Padre que concilia a los dos hijos como: parábola del padre que tenía dos hijos.

Hay en esta parábola una radiografía de los pecadores y los “buenos” El problema del texto no son los malos, sino los buenos. La radiografía del bueno la hace el bueno mismo en el v. 29: tantos años que te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya. Hay en esta radiografía una fina ironía por parte del autor. En el original griego el verbo "servir" pertenece al área semántica ser esclavo. Este es precisamente el punto negro del bueno: vivir como esclavo en vez de vivir como hijo. El bueno cumple a la perfección, pero desconoce lo que es estar con el padre. Hijo mío, tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo. Con estas palabras completa el padre lo que le falta a la radiografía del bueno: la filiación, la libertad de hijo, la madurez. A fuerza de cumplir, el bueno se fabrica una coraza que le impide moverse.

Tan férrea y opaca es la coraza que sólo le permite ver el propio ombligo. Fuera de sí, el bueno no ve a nadie, ni siquiera al Padre al que paradójicamente dice servir. Pero el Padre sufre por el hijo esclavo. Un hijo así es una tragedia para sí mismo y para Dios, a la par que una desgracia para la convivencia con los demás, a quienes mira por encima del hombro con desdén y lástima. Estos buenos son unos repelentes inaguantables. En el texto de hoy la conversión llama explícitamente a la puerta de los buenos.

 R.P. Roland Vicente Castro Juárez

 

ANTIFONA DE ENTRADA   Is 66, 10-11

Alégrate, Jerusalén, reúnanse todos los que la aman, regocíjense los que estuvieron tristes para que exulten; mamaran a sus pechos y se saciaran de sus consuelos.

 

ORACION COLECTA

Oh, Dios, que por tu Verbo realizas de modo admirable la reconciliación del enero humano, haz que el pueblo cristiano se apresure, con fe gozosa y entrega diligente, a celebrar las próximas fiestas pascuales. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Josué 5, 9a.10-12

En aquellos días, el Señor dijo a Josué: «Hoy os he despojado del oprobio de Egipto.» .

Los israelitas acamparon en Guilgal y celebraron la Pascua al atardecer del día catorce del mes, en la estepa de Jericó. El día siguiente a la Pascua, ese mismo día, comieron del fruto de la tierra: panes ázimos y espigas fritas. Cuando comenzaron a comer del fruto de la tierra, cesó el maná. Los israelitas ya no tuvieron maná, sino que aquel año comieron de la cosecha de la tierra de Canaán.

 

SALMO RESPONSORIAL (33)

 

Gusten y vean qué bueno es el Señor.

 

Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca;  mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R.

 

Proclamen conmigo la grandeza del Señor,  ensalcemos juntos su nombre.  Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. R.

 

Contémplenlo, y quedaran radiantes, mi rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. R.

 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5,17-21

El que es de Cristo es una criatura nueva. Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado. Todo esto viene de Dios, que por medio de Cristo nos reconcilió consigo y nos encargó el ministerio de la reconciliación. Es decir, Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirle cuentas de sus pecados, y a nosotros nos ha confiado la palabra de la reconciliación. Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo los exhortara por nuestro medio. En nombre de Cristo les pedimos que se reconcilien con Dios. Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado, para que nosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios.

 

ACLAMACION ANTES DEL  EVANGELIO Lc 15, 18

Me pondré en camino adonde esta mi padre, y le diré: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti”.

 

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 15, 1-3.11-32

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: «Ése acoge a los pecadores y come con ellos.».

Jesús les dijo esta parábola: «Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: "Padre, dame la parte que me toca de la fortuna." El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y tanto le insistió a un habitante de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Le entraban ganas de llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba de comer.

Recapacitando entonces, se dijo: "Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros." Se puso en camino a donde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y, echando a correr, se le echó al cuello y se puso a besarlo. Su hijo le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo." Pero el padre dijo a sus criados: "Saquen en seguida el mejor traje y vistanlo; ponganle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traigan el ternero cebado y matenlo; celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado." Y empezaron el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y el baile, y llamando a uno de los mozos, le preguntó qué pasaba.

Éste le contestó: "Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha matado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud." Él se indignó y se negaba a entrar; pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Y él replicó a su padre: "Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; y cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado." El padre le dijo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo: deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado."».

 

PLEGARIA UNIVERSAL

Celebremos nuestra fe y bendigamos a Dios, que es bueno y que siempre nos escucha, y digámosle junto a toda su Iglesia: R.- Sálvanos, Señor, que esperamos en ti.

 

1.- Para que, mirando a Jesús, que invita a los pecadores al banquete del reino, la Iglesia, con actitudes de misericordia, apertura y cercanía, llame a todos a la conversión, y a todos acoja en su seno. Oremos. R.

 

2.-  Para que la gracia, que Cristo nos mereció con su muerte y resurrección, cure las heridas del odio, el rencor y el egoísmo, de los pueblos, las familias y los corazones. Oremos. R.

 

3.- Para que este tiempo de penitencia y austeridad, sea también un tiempo en el que todos volvamos nuestros ojos y corazones a Dios, que vive en nuestros hermanos. Oremos. R.

 

4.- Para que cuantos son enviados a anunciar el evangelio inviten con sus actitudes, ejemplos y modo de vivir a la reconciliación con Dios. Oremos. R.

 

5.- Para que los padres que lloran el pecado y la fragilidad de sus hijos puedan un día no lejano celebrar con ellos el retorno a una vida nueva. Oremos. R.

 

6.- Para que, compartiendo el memorial de la muerte y resurrección de Jesús, retornemos con ilusión a la casa del Padre que nos aguarda, perdona y salva. Oremos. R.

 

Dios de las misericordias y Padre de bondad, mira las oraciones que con confianza te hemos presentado, encamina nuestros pasos hacia ti, y haznos testigos de tu amor incondicional. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amen.

 

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, al ofrecerte alegres los dones de la eterna salvación, te rogamos nos ayudes a celebrarlos con fe verdadera y a saber ofrecértelo de modo adecuado por la salvación del mundo. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

ANTIFONA DE COMUNION   Lc 15, 32

Deberías alegrarte, hijo, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado.

 

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Oh, Dios, luz que alumbras a todo hombre que viene a este mundo, ilumina nuestros corazones con la claridad de tu gracia, para que seamos capaces de pensar siempre, y de amar con sinceridad, lo que es digno y grato a tu grandeza. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 28: Is 65, 17-21; Sal 29; Jn 4, 43-54.

Martes 29: Ez 47, 1-9.12; Sal 45; Jn 5, 1-3.5-16.

Miércoles 30:  Is 49, 8-15; Sal 144; Jn 5, 17-30.

Jueves 31:  Ex 32, 7-14, Sal 105; Jn 5, 31-47.

Viernes 01: Sb 2, 1ª.2-22; Sal 33; Jn 7, 1-2.10.25-30.

Sábado   02:   Jr 11, 18-20; Sal 7; Jn 7, 40-53.

Domingo 03:   Is 43, 16-21; Sal 125; Flp 3, 8-14; Jn 8, 1-11.

 

COMENTARIOS AL EVANGELIO

Lc 15, 1-3. 11-32


1. /Jr/31.

Lucas dedica todo un capítulo a las parábolas de la misericordia: la oveja perdida (15, 4-7), el dracma perdido (15, 8-10), el hijo perdido (15, 11-32). Este capítulo pudo haber sido pensado como un midrash de Jer. 31. Encontramos, en efecto, en el texto del profeta la imagen de la concentración de las ovejas (Jer. 31, 10-12), la de la mujer que encuentra a sus hijos perdidos (Jer. 31, 15-16), y finalmente la imagen de Dios perdonando a su hijo preferido Efraim (Jer. 31, 18-20). Señalemos que el pasaje paralelo de Mt. 18, 8-14 añade un nuevo midrash a Jer. 31: el de los cojos y ciegos que entran en el Reino (Mt. 18, 8-10), como preveía Jer. 31, 8.

* * * *

Cabe pensar que la parábola del hijo pródigo hace alusión a Jer. 31, texto que debía de ser bien conocido de los primeros cristianos porque es el texto del Antiguo Testamento que mejor describe la Nueva Alianza (Jer. 31, 31-34). Muy bien puede haberse hecho en la parábolas de la misericordia un comentario de Jer. 31 preparando a las mentes para la inteligencia de la nueva alianza, basada en un amor a Dios más fuerte que el pecado.

Las motivaciones del arrepentimiento del hijo menor no son particularmente puras, y la conversión no se produce sino bajo la presión de necesidades vitales, lo que al menos tiene la ventaja de subrayar la magnitud de la gratuidad del perdón paterno.

Pero en el momento en que ese amor alcanza su culminación entra en escena el hermano mayor. Jeremías 31 se termina con la descripción de la reconciliación de Efraim y de Judá, dos tribus que estaban interesadas por la misma alianza y la misma abundancia (Jer. 31, 23-31). En la parábola, el padre de familia no tendrá la alegría de reconciliar a sus dos hijos en torno a su amor, en el banquete de la abundancia: el mayor, comido por la envidia, rechaza esa mezcla con el pecador de la misma forma que los escribas y los fariseos (Lc. 15, 1-3). El hermano mayor se comporta además con el mismo orgullo que el fariseo en el Templo (Lc. 18, 10-12), con el mismo desprecio hacia el otro (comparar "este hijo tuyo..." y "este publicano"). En cuanto al hijo menor, su oración se parece a la del publicano (cf. Lc. 18, 13). Por tanto, esta parábola, lo mismo que la del publicano y el fariseo, trata de justificar la benevolente acogida que Cristo dispensa a todo los hombres, incluso a los pecadores.

En segundo plano, el mayor aprende que no será amado por su Padre si, a su vez, no recibe al pecador; el padre amoroso espera que no se le limite en su misericordia. No es él quien excluye al mayor, sino que es este último quien se excluye a sí mismo porque no ama a su hermano (cf. /1Jn/04/20-21).

De esta forma, el amor gratuito de Dios elabora una nueva alianza que incita a la conversión y se sella en el banquete eucarístico, alianza en la que el derecho de primogenitura antiguo queda eliminado porque el amor de Dios se abre a todos.

* * * *

La parábola del hijo pródigo constituye una excelente iniciación al período de penitencia. Se precisa en primer término que los dos hijos son pecadores: así es la condición humana. Pero uno lo sabe y monta su actitud en función de ese conocimiento; el otro se niega a reconocerlo y no modifica en nada su vida. Dios viene para el uno y para el otro: sale al encuentro del más pequeño, pero también al encuentro del mayor (vv. 20 y 28); Dios viene para todos los hombres, para los pecadores que saben que lo son y para los que no lo saben; no viene solo para una categoría de hombres.

En el proceso penitencial del más pequeño se advierte en primer término la iniciativa humana; hablábamos más arriba de la "contrición imperfecta": el pequeño se convierte porque es desgraciado y porque, al fin de cuentas, el ambiente de la casa paterna vale mucho más que la porqueriza en que vive. Con esta contrición imperfecta (v. 16) procede a su examen-de-conciencia ("entrando en sí mismo"; v. 17) y prepara incluso el texto de la confesión que hará a su padre (vv. 17-19). Pero el descubrimiento esencial del penitente que se lanza por el camino de retorno a Dios es el advertir que Dios sale a su encuentro con una bondad tal que el penitente pierde el hilo conductor de su discurso de confesión (vv. 21-23). Los papeles se han cambiado: ya no es la contrición del penitente lo que cuenta y constituye lo esencial de la actitud penitencial, sino el amor de Dios y su perdón.

Pero son muchos los casos, desgraciadamente, en que el sacramento de la penitencia se desarrolla como si el perdón no fuese más que una correspondencia a una confesión y una actitud del hombre cuando es, ante todo, una actitud de Dios y una celebración de su amor re-creador. Y es también muy raro que el ministro del sacramento dé realmente la impresión de que encamina a alguien hacia la alegría del Padre.

MAERTENS-FRISQUE
NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA III
MAROVA MADRID 1969.Pág. 164 ss

 


 

2. PERDON/ALEGRIA

Esta parábola del "padre bondadoso" sigue en parte la línea de las anteriores. Primeramente es una proclamación, un grito jubiloso: "¡Alegraos conmigo!". "¡Alegraos, porque he hallado lo que había perdido!". Dios, como el pastor o la mujer que barre su casa, no deja de buscar lo que es suyo (el padre salía todos los días a otear el horizonte). Y cuando lo encuentra, explota la alegría. Y quiere que todos se alegren con él. También los fariseos -que oyen de la boca de Jesús cómo es el amor del Padre con los pecadores y ven cómo busca a los hombres hasta encontrarlos- deberían dejar de murmurar envidiosos y reconocer con profunda satisfacción: "¡Este perdona los pecados!".

Pero no. El padre se encuentra -así la parábola- con que el hijo "fiel" no entiende que ha llegado la hora del júbilo; no puede comprender por qué su padre "ha tirado la casa por la ventana" cuando vuelve su hermano perdido. Es llamativo el peculiar alarde sobre su propia "fidelidad". Pero esa permanencia en la casa del padre no le había llevado aún a la confianza y a la alegría con él y en él, sino a una espera por recibir un buen sueldo de obrero. El padre le ruega, sin embargo, que se reconozca como hijo, y lo abraza, y le dice que "todo lo mío es tuyo". Y también que se reconozca hermano de ese "mi" hijo que es "tu" hermano, el que ha vuelto de las miserias extrañas a nosotros...

FIDELIDAD/DUREZA: Lo que sobrecoge en la parábola es el insondable amor del padre para con ambos hijos y la terrible (sin duda "típica") dureza del corazón del hijo que se distancia de ese padre porque no acepta a "ése", "ese tu hijo" que ha despilfarrado tu hacienda.

EUCARISTÍA 1989, 11

 


 

3.- Lucas no se refiere a ninguna situación especial sino a lo que siempre sucedía: mientras los pecadores públicos y todos aquellos que no eran buenos a juicio de los fariseos y según la religiosidad oficial, se acercaban a Jesús, le escuchaban y se convertían al evangelio, los santones y maestros de Israel no hacían otra cosa que expiarle y criticar su conducta. Pero Jesús, acogiendo a los pecadores, no hacía otra cosa que manifestar el amor de Dios y su perdón misericordioso. La parábola del "hijo pródigo" es una réplica de Jesús a la murmuración de los fariseos.

La parábola, que debiera llamarse del "padre bondadoso", tiene también algunos rasgos simbólicos y sicológicos de gran interés.

Pero, como decíamos, lo principal es el insondable amor de Dios que se refleja en la conducta del padre.

P/LIBERTAD: El pecado es siempre un apartarse de Dios para convertirse a las criaturas, una opción por el mundo con menosprecio de Dios. No obstante, Dios deja en libertad al hombre para que haga su experiencia. No quiere tener hijos a la fuerza, deja que se vayan lejos. El pecado lleva al hombre al límite de su miseria. Pero entonces es posible que recapacite y vuelva a su casa. De ser así, el primer paso se da con el reconocimiento de la propia miseria. Dios espera siempre al hijo pródigo y le sale al encuentro con su gracia. Si se decide a volver, lo acogerá amorosamente, lo restablecerá en su dignidad perdida y lo colmará de bienes. Dejará a un lado la venganza y aun la mera justicia, no aceptará que viva en la casa como un jornalero. Celebrará su venida como una resurrección: "estaba muerto y ha revivido". Así es Dios.

El comportamiento del hermano es completamente distinto. Sirve para contraponer el amor de Dios a la conducta de los hombres, que no sabemos perdonar, porque no nos amamos como hermanos.

Porque tampoco nos comportamos como verdaderos hijos de Dios, sino sólo como servidores y esclavos. Es una crítica de Jesús a los fariseos que cumplen la ley a la perfección, al pie de la letra, pero que no han descubierto que la auténtica perfección de la ley es el amor. Para saber perdonar hace falta ser Dios o verdadero hijo de Dios, no basta con ser un cumplidor.

EUCARISTÍA 1986, 12

 


 

 

4.- Entre el telón de fondo y la parábola del padre de los dos hijos hay otras dos parábolas en el texto de Lucas cuando habla Jesús del hombre que tenía dos hijos. Es Dios quien en silencio ve perderse a su hijo menor y quien lo acoge desbordante de alegría. Es Dios quien suplica a su hijo mayor y quien le manifiesta sus desvelos de padre. Jesús actúa como revelador de este Dios haciendo sus veces: acoge al hijo menor y come con él, suplica al hijo mayor que sea hermano de su hermano. La parábola termina con esta súplica a los fariseos y letrados. Estos conocen ahora que la razón por la que Jesús está gustoso en compañía de publicanos y pecadores es porque son hijos de Dios lo mismo que ellos. No tiene pues ningún sentido la descalificación y el desprecio entre hermanos. Tanto un hermano como otro tienen ciertamente algo en qué cambiar. Publicanos y pecadores ya lo han hecho; toca ahora a fariseos y letrados el hacerlo. Ellos son ahora el hijo problemático.

Comentario. El análisis del texto revela suficientemente lo incompleto, inconcluso e inexacto que resulta la habitual denominación parábola del hijo pródigo. Lo completo y exacto es hablar de parábola del padre que tenía dos hijos. El padre es quien da unidad a toda la historia, la figura central, la que aparece en las dos partes. El padre es el personaje auténticamente fascinante de la historia, una verdadera obra maestra. El es el personaje que de verdad ama y sufre. Nos hallamos probablemente ante la mejor página del Nuevo Testamento sobre Dios. Si queremos saber como es Dios, acudamos a esta parábola del padre que tenía dos hijos.

Lo que el domingo pasado estaba solamente implícito, hoy se hace explícito. Todos tenemos necesidad de conversión, los hijos menores y los hijos mayores, los malos y los buenos.

CUMPLIDOR/ESCLAVO: Lo que pasa es que los malos saben que lo son y cambian. El problema terminan por plantearlo los buenos, los que nunca desobedecen una orden de Dios. Una cuestión de matiz o de talante termina siendo una cuestión esencial: en vez de hijos terminan siendo esclavos intransigentes y pagados de sí mismos.

Hay, sin embargo, una cosa que queda muy clara en la historia que Jesús narra: que Dios no es un capataz de esclavos, sino un padre. Dios es fascinante a pesar de sus hijos mayores.

ALBERTO BENITO
DABAR 1989, 16

 


 

5.- Comentario. Es de capital importancia no perder de vista el ensamblaje del conjunto: la parábola es la respuesta de Jesús a la crítica de letrados y fariseos por el hecho de juntarse a comer con pecadores. El conjunto es, pues, un diálogo entre fariseos y Jesús a propósito de las comidas de éste con pecadores. El centro de interés no son, pues, los pecadores sino los fariseos. Fruto de la estricta correspondencia de situación y personajes entre los vs. 1-2 y la parábola, el autor establece las siguientes equivalencias: pecadores del comienzo = hijo menor de la parábola (el malo; fariseos = hijo mayor (el bueno).

Insistir, como suele hacerse, en el hijo menor se estropear la parábola. La insistencia hay que hacerla en el hijo mayor. El es el verdadero problema. El hijo menor no es problema simple y llanamente porque reconoce su actuación de mal hijo y la supera. El problema está en el hijo mayor: no reconoce que también él es mal hijo. ¿Mal hijo? Sí, porque no actúa como hijo sino como esclavo: ve en el padre un amo a quien hay que servir, a quien no hay que desobedecer, a quien hay que estar siempre pidiendo permiso.

Sí, el hijo mayor también es mal hijo. Con el agravante de que ni quiere reconocerlo, ni, consiguientemente, supera su pecado. Por eso no se cierra la parábola sino que queda abierta: ¿Reconocerán los buenos su pecado y empezarán a dejar de ser esclavos para ser hijos, es decir, libres? Aquí está la cuestión.

Ahora entenderemos lo que decíamos el domingo pasado: Jesús no pide el cambio a los malos sino a los buenos. El hijo menor no necesita ser invitado a salir de su situación: él mismo sale.

Esta invitación sólo se hace al hijo mayor. ¡Qué genial es Jesús! Si seguimos llamando a esta parábola la parábola de la misericordia habrá que hacerlo a condición de fijarse más en el hijo mayor. De lo contrario la misericordia tiene el riesgo de convertirse en paternalismo y, lo que es más grave, la religión en una cuestión de moralidad.

DABAR 1983, 19

 


 

6.- En la parte central del tercer evangelio hallamos el capítulo 15, el de "las parábolas de la misericordia", una auténtica obra maestra de la literatura cristiana.

La finalidad de estas parábolas (oveja perdida, dracma perdida, hijo pródigo) era contestar a los fariseos su crítica porque Jesús acogía a los pecadores.

De las tres parábolas, la de hoy, la del hijo pródigo, es la más conocida y la más rica en enseñanzas. Hace una descripción psicológica y teológica incomparable sobre el corazón del hombre y el corazón de Dios, sobre la realidad del pecado y de la gracia.

El hombre que se aleja de Dios y no encuentra sino desengaño, miseria y soledad. Pero este hombre no está del todo perdido.

Tiene capacidad de renovarse y de revivir. Dios no lo abandona, y sabe que puede volver si sabe humillarse. Y lo hace.

El padre lo espera, se conmueve, lo perdona y lo acepta no ya como siervo sino como el hijo de siempre, con la misma dignidad (traje, anillo, sandalias, fiesta). El perdón de Dios es absoluto, perdona y olvida totalmente; todo recomienza, todo se ve con ojos nuevos llenos de alegría.

Como contraste, el hijo mayor que representa la observancia exacta pero sin corazón, la obediencia farisaica que calcula y no ve los valores de la misericordia.

El tema más repetido de esta parábola es el de la alegría y la fiesta, y más aún que del hijo pródigo nos habla del padre bondadoso que inspira la conversión y la acepta plenamente.

J. M. VERNET
MISA DOMINICAL 1983, 6

 


 

7.

-"Hijo... deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido...": Todo el dinamismo de la narración lleva hacia la situación conflictiva con el hermano mayor, que ilustra la actitud intransigente de los escribas y fariseos. El hijo mayor no sabe comprender que el amor del padre pasa por encima del pecado y no quiere participar en el banquete... En contraste, Jesús es el verdadero hijo mayor que sintoniza con el estilo del padre y participa del banquete en el que se reencuentra con los pecadores. Pero la parábola no se queda sólo en una ilustración del alcance y del significado del hacer de Jesús, sino que es también una interpelación a los oyentes, a los escribas y fariseos, y a todo el que al escucharla vea retratada su actuación. La interpelación es una invitación a reconocer en el hijo pequeño, al hermano. A reconocer en el pecador a tu propio hermano. Sólo desde este descubrimiento se puede sintonizar entonces con Jesús y con el plan de Dios.

JOAN NASPLEDA
MISA DOMINICAL 1989, 5

 


 

8.- La parábola del hijo pródigo, aparte de ser una joya literaria, es un fogonazo de luz divina que nos descubre el corazón de Dios, o el nombre de Dios, que diría Moisés. Resulta que Dios se manifestaba en Jesús como excesivamente misericordioso, «acercándose a los publicanos» y «comiendo con los pecadores». Ante el escándalo de "los justos", les pinta este retrato de Dios, de los pecadores y de los justos.

No puede leerse sin emoción. Pensar que Dios es como el padre de la parábola -verdadero protagonista del cuadro-, es algo que nos rompe. ¡Abajo nuestras defensas y fuera nuestros miedos! Sólo nos quedan las lágrimas de la alegría y la emoción. Un padre que respeta la decisión alocada del hijo, que no duerme pensando en la suerte del hijo, que madruga todos los días esperando la vuelta del hijo, que cambia por traje nuevo y joyas los harapos del hijo, que no pide cuentas al hijo, que hace la fiesta más grande por la recuperación, por la resurrección del hijo... Verdaderamente, Dios no tiene, sino que es misericordia.

Y, por contraste, la estampa mezquina, cicatera, orgullosa, distante del hermano mayor. Es el auténtico fariseo, verdaderamente repugnante. ¡Qué miedo si Dios se pareciera, siquiera un poquito, a él!

CARITAS
UN DIOS PARA TU HERMANO
CUARESMA Y PASCUA 1992.Págs. 93

 


 

9.

-"Ese acoge a los pecadores y come con ellos": La introducción del capítulo pone en evidencia el contexto de las parábolas que Jesús pronuncia. Jesús comiendo con los pecadores manifiesta, de una forma palpable y activa, la misericordia de Dios. La crítica de los fariseos a la actuación de Jesús es una crítica al estilo de actuar del mismo Dios. Las tres parábolas del capítulo: la oveja perdida, la moneda perdida y el hijo pródigo, pretenden dar una respuesta que ponga en evidencia el profundo contraste que hay entre la opción farisea y la opción de Dios.

-"Un hombre tenia dos hijos...": La parábola denominada del "hijo pródigo", que ha inspirado obras literarias y artísticas, ha sido también para algunos denominada la parábola de "los dos hijos"; pero el verdadero protagonista es el padre, que con su amor pasa por encima de la irreflexión del más joven y la mezquindad del mayor. Este amor del padre es el camino que vemos en la actuación de Jesús y que, a través de la parábola, nos indica que se trata de un amor que manifiesta el de Dios, que también es Padre.

-"Hijo... deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido...": Todo el dinamismo de la narración lleva hacia la situación conflictiva con el hermano mayor, que ilustra la actitud intransigente de los escribas y fariseos. El hijo mayor no sabe comprender que el amor del padre pasa por encima del pecado y no quiere participar en el banquete... En contraste, Jesús es el verdadero hijo mayor que sintoniza con el estilo del padre y participa del banquete en el que se reencuentra con los pecadores. Pero la parábola no se queda sólo en una ilustración del alcance y del significado del hacer de Jesús, sino que es también una interpelación a los oyentes, a los escribas y fariseos, y a todo el que al escucharla vea retratada su actuación. La interpelación es una invitación a reconocer en el hijo pequeño, al hermano. A reconocer en el pecador a tu propio hermano. Sólo desde este descubrimiento se puede sintonizar entonces con Jesús y con el plan de Dios.

JOAN NASPLEDA, MISA DOMINICAL 1995, 4

 

PROPUESTA DE CANTOS IV CUARESMA

 

01.- NOS HAS LLAMADO AL DESIERTO

NOS HAS LLAMADO AL DESIERTO,

SEÑOR DE LA LIBERTAD

Y ESTÁ EL CORAZÓN ABIERTO

A LA LUZ DE TU VERDAD.

SUBIMOS CON ESPERANZA

LA ESCALADA CUARESMAL

EL PUEBLO DE DIOS AVANZA

HASTA LA CUMBRE PASCUAL.

 

Tu pueblo, Señor, camina

desde la aurora al ocaso

a tu Pascua se encamina

y te sigue, paso a paso.

 

Señor, te reconocemos

y tu Palabra escuchamos,

tus caminos seguiremos

y tu ley de amor cantamos.

 

Se acerca, Señor, tu día

en el que todo florece

con su luz y su alegría

ya el camino, resplandece.

 

02.- OFRENDA DE AMOR

1.- Por los niños que empiezan la vida,

por los hombres sin techo ni hogar;

por los pueblos que sufren la guerra,

te ofrecemos el vino y el pan.

 

PAN Y VINO SOBRE TU ALTAR,

SON OFRENDAS DE AMOR,

PAN Y VINO SERÁN DESPUÉS

TU CUERPO Y SANGRE SEÑOR. (2V.)

 

2.- Por los hombres que viven unidos,

por los hombres que buscan la paz;

por los pueblos que no te conocen,

te ofrecemos el vino y el pan.

 

3.- Por aquellos a quienes queremos,

por nosotros y nuestra amistad,

por los vivos y por los difuntos,

te ofrecemos el vino y el pan.

 

03.- PADRE VUELTO A TI (Kairoi)

Querido Padre, cansando vuelvo a ti

has que conozca el don de tu amistad

vivir por siempre, el gozo del perdón y

en tu presencia tu fiesta celebrar.

 

Pongo en tus manos mis culpas oh Señor

estoy seguro que eres siempre fiel

dame la fuerza para poder andar

buscando en todo hacer tu voluntad.

 

PADRE YO BUSCO TU AMOR

PADRE VUELVO A TI

MIRA QUE TU HIJO SOY

PADRE VUELVO A TI (BIS).

 

La reconozco a veces olvidé,

que eres mi Padre y que a mi lado estás

que soy tu hijo y me aceptas como soy

sólo me pides: “vive en sinceridad”

 

Quiero sentirte cercano a mí Señor,

oír tu voz que me habla al corazón

sentirme libre, desde tu libertad

ser signo vivo de la fraternidad.

 

04.- VOLVERÉ

VOLVERÉ, VOLVERÉ, A LA CASA DEL PADRE VOLVERÉ

LE DIRÉ, LE DIRÉ: CONTRA EL CIELO

Y CONTRA TI YO PEQUÉ.


De mi casa me fui un día destrozando la familia, yo pequé!

Hoy me encuentro triste y roto; yo no quiero

vivir solo Volveré!

 

¡He pecado Padre mío! No merezco ser tu hijo;

vuelvo a ti.

Hijo mío yo te abrazo, te perdí hoy te he

encontrado. Ven a mí.

 

A ese hijo que ha llegado yo no quiero por

hermano, échale!

Ese hijo y ese hermano es mi hijo y es tu

hermano alégrate!

 

05.- EL HIJO PRODIGO (Francisco Palazon)

SE MARCHÓ, SE MARCHÓ, EN BUSCA DE OTRAS TIERRAS.

SE MARCHÓ, SE MARCHÓ, UN DÍA SE MARCHÓ.

 

Desertó de los suyos, de sus campos de olivo,

recorrió mil caminos; llegó a la gran ciudad.

Y encontró la extrañeza de no tener amigos

y comenzó a pensar:

Hijos pródigos somos, es nuestro Padre Dios;

y vamos por la vida mendigando calor.

 

Al caer de la tarde un día volvió;

su Padre le esperaba con el perdón; le dio vestido nuevo

y una cena caliente, y hubo fiesta entre la gente,

y otra vez pensó:

Hijos pródigos somos, es nuestro Padre Dios;

y vamos por la vida mendigando calor.

 

Se marchó, se marchó, en busca de otras tierras.

Se marchó, se marchó

/Un día se marchó /3

 

06.- HOY HE VUELTO. (Cesareo Gabarain)

Cuantas veces, siendo niño te recé

con mis besos, te decía que te amaba,

poco a poco, con el tiempo alejándome de ti

por caminos que se alejan me perdí (2v).

 

HOY HE VUELTO MADRE A RECORDAR

CUÁNTAS COSAS DIJE ANTE TU ALTAR

Y AL REZARTE PUEDO COMPRENDER

QUE UNA MADRE, NO SE CANSA DE ESPERAR (2V).

 

Al regreso me encendías una luz

sonriendo desde lejos me esperabas,

en la mesa la comida aún caliente y el mantel

y tu abrazo en mi alegría de volver (2v).

 

Aunque el hijo se alejara del hogar

una madre siempre espera su regreso

que regalo más hermoso que a los hijos da el Señor

es su madre y el milagro de su amor (2v).

 

07.- CAMINARÉ EN PRESENCIA DEL SEÑOR (J.A. Espinosa)

Amo al Señor, porque escucha mi voz suplicante,

porque inclina su oído hacia mi, el día que lo invoco.

 

Me envolvían redes de muerte, caí en tristeza y en angustia.

Invoqué el nombre del Señor: «Señor, salva mi vida».

 

El Señor es benigno y justo, nuestro Dios es compasivo.

El Señor guarda a los sencillos, estando yo sin fuerzas me salvó.

 

Alma mía, recobra tu calma, que el Señor fue bueno contigo,

arrancó mi alma de la muerte, 

mis ojos de las lágrimas, mis pies de la caída.

 

08.- HOMBRES NUEVOS (Juan Antonio Espinosa)

DANOS UN CORAZÓN

GRANDE PARA AMAR;

DANOS UN CORAZÓN

FUERTE PARA LUCHAR.

 

Hombres nuevos, creadores de la historia

constructores de nueva humanidad.

Hombres nuevos que viven la existencia

como riesgo de un largo caminar.

 

Hombres nuevos, luchando en esperanza

caminantes, sedientos de verdad.

Hombres nuevos, sin frenos ni cadenas,

hombres libres que exigen libertad.

 

Hombres nuevos, amando sin fronteras,

por encima de razas y lugar.

Hombres nuevos, al lado de los pobres,

compartiendo con ellos techo y pan.

 

jueves, 17 de marzo de 2022

LECTURAS Y COMENTARIO III DOMINGO DE CUARESMA CICLO C - 20 MARZO 2022

TODOS TENEMOS NECESIDAD DE CAMBIAR”.


COMENTARIO

 

De muertes trágicas siempre se ha hablado. En la época de Jesús, el rumor público hacía las veces de radio o televisión. Pilato acaba de eliminar a unos galileos. Y Jesús recuerda entonces a los 18 que habían muerto al derrumbarse una torre, para sacar de estos dos hechos una lección sobre la muerte repentina. Existía entonces, la creencia generalizada de que determinadas desgracias personales eran consecuencia de un pecado precedente. Jesús niega el vínculo entre esos sucesos y una culpabilidad de cualquier tipo. A continuación, añade: Y si no se convierten, todos perecerán lo mismo. Este añadido es lo que a Jesús le interesa y no la creencia, en la que Jesús parece más bien no creer mucho. El problema no está en los muertos; el problema está en los vivos, que teorizan dando por sentado que la cosa no va con ellos. ¿Estamos preparados para una muerte repentina? Una confesión general sería una forma de ponernos en regla; pero un mes más tarde, ¿cómo estaríamos?, volverían nuestras tendencias y nuestras faltas, no es ésa realmente la solución.

Recuerda alguien que una vez tuvo que arrancar unos cardos que habían invadido un rincón del jardín.  Le prestaron una hoz y las arrasó; pero volvieron a brotar más abundantes que nunca. Uno más astuto le dijo: “Hay que ir a las raíces, ¡bien hondo!”. Para estar siempre preparados a morir, no hay nada mejor que arrancar las malas hierbas en profundidad. Jesús le llama a esto: “Ponerse a hacer penitencia”. Y en forma de parábola añade una severa advertencia: “¡Despierten! Ya pasan años sin dar fruto. ¡Ya basta!”.

Buena meditación en tiempos de cuaresma, unos días que se nos ofrecen cada año para lograr finalmente la famosa conversión de la primera llamada del evangelio: “Den el fruto que corresponde al arrepentimiento” (Lc. 3, 8). Podemos ver la conversión como una parada, como un cambio de dirección o como una producción. Un hombre avanzaba de cualquier modo, produciendo lo mejor y lo peor. De pronto se para: “¿Qué es lo que estoy viviendo? ¿A dónde me lleva todo esto?”. Si todo va bien, se pondrá a rezar para ver claro y encontrar la fuerza de emprender un nuevo camino: el del evangelio. La esencia de la conversión es esa decisión de vivir en adelante según el evangelio. ¡Empezando cuanto antes a vivirlo! Arrancar los cardos en profundidad, plantar buenos pensamientos, buenas decisiones y vigilar los frutos. Ver si después de haber escogido el evangelio se producen la verdad actos de evangelio. Entonces cuando en la tele, en el periódico o al teléfono nos enteramos de una muerte repentina, después de mostrar nuestra compasión y de rezar por el difunto podremos pensar pacíficamente en nuestra propia muerte. Resumiendo: Todos tenemos necesidad de cambiar.

Pbro. Roland Vicente Castro Juárez

 

ANTIFONA DE ENTRADA   Sal 24, 15-16.

Tengo los ojos puestos en el Señor, porque le saca mis pies de la red. Mírame, Oh, Dios, y ten piedad de mi, que estoy solo y afligido.

 

ORACION COLECTA

Oh, Dios, autor de toda misericordia y bondad, que aceptas el ayuno la oración y la limosna como remedio de nuestros pecados, mira con amor el reconocimiento de nuestra pequeñez y levanta con tu misericordia a los que nos sentimos abatidos por nuestra conciencia. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Éxodo 3,1-8a.13-15

En aquellos días, Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro Jetró, sacerdote de Madián; llevó el rebaño trashumando por el desierto hasta llegar a Horeb, el monte de Dios. El ángel del Señor se le apareció en una llamarada entre las zarzas. Moisés se fijó: la zarza ardía sin consumirse.

Moisés se dijo: «Voy a acercarme a mirar este espectáculo admirable, a ver cómo es que no se quema la zarza.».

Viendo el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: «Moisés, Moisés.».

Respondió él: «Aquí estoy.».

Dijo Dios: «No te acerques; quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado.».

Y añadió: «Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob.» Moisés se tapó la cara, temeroso de ver a Dios.

El Señor le dijo: «He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído sus quejas contra los opresores, me he fijado en sus sufrimientos. Voy a bajar a librarlos de los egipcios, a sacarlos de esta tierra, para llevarlos a una tierra fértil y espaciosa, tierra que mana leche y miel.».

Moisés replicó a Dios: «Mira, yo iré a los israelitas y les diré: "El Dios de sus padres me ha enviado a ustedes." Si ellos me preguntan cómo se llama, ¿qué les respondo?».

Dios dijo a Moisés: «"Soy el que soy"; esto dirás a los israelitas: `Yo-soy' me envía a ustedes.».

Dios añadió: «Esto dirás a los israelitas: "Yahvé (Él-es), Dios de vuestros padres, Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, me envía a ustedes. Éste es mi nombre para siempre: así me llamaran de generación en generación".».

 

SALMO RESPONSORIAL (102)

 

El Señor es compasivo y misericordioso.

 

Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre.  Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios. R.

 

Él perdona todas tus culpas  y cura todas tus enfermedades; él rescata tu vida de la fosa  y te colma de gracia y de ternura. R.

 

El Señor hace justicia  y defiende a todos los oprimidos;  enseñó sus caminos a Moisés  y sus hazañas a los hijos de Israel. R.

 

El Señor es compasivo y misericordioso,  lento a la ira y rico en clemencia; como se levanta el cielo sobre la tierra, se levanta su bondad sobre sus fieles. R.

 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 10,1-6.10-12

No quiero que ignoren, hermanos, que nuestros padres estuvieron todos bajo la nube y todos atravesaron el mar y todos fueron bautizados en Moisés por la nube y el mar; y todos comieron el mismo alimento espiritual; y todos bebieron la misma bebida espiritual, pues bebían de la roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo. Pero la mayoría de ellos no agradaron a Dios, pues sus cuerpos quedaron tendidos en el desierto. Estas cosas sucedieron en figura para nosotros, para que no codiciemos el mal como lo hicieron aquéllos. No protestéis, como protestaron algunos de ellos, y perecieron a manos del Exterminador. Todo esto les sucedía como un ejemplo y fue escrito para escarmiento nuestro, a quienes nos ha tocado vivir en la última de las edades. Por lo tanto, el que se cree seguro, ¡cuidado!, no caiga.

 

ACLAMACION ANTES DEL  EVANGELIO Mt 4, 17.

Conviértanse – dice el Señor – porque está cerca el Reino de los cielos.

 

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 13,1-9

En una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.

Jesús les contestó: «¿Piensen que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así?. Les digo que no; y, si no se convierten, todos perecerán lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿piensan que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Les digo que no; y, si no se convierten, todos perecerán de la misma manera.» .

Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: "Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?". Pero el viñador contestó: "Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas".».

 

PLEGARIA UNIVERSAL

Con humildad y espíritu agradecido, acerquémonos a Dios, que es compasivo y misericordioso y supliquémosle que escuche los gemidos de su pueblo y manifieste su salvación. Digamos: R.- Sálvanos, Señor, y ten piedad.

 

1.- Por el Papa, los obispos, ministros y fieles todos: que, convertidos a Jesucristo, vivamos conforme a la vocación que Dios nos ha llamado, dando frutos de santidad y buenas obras. Oremos. R.

 

2.- Por los gobernantes, para que de modo especial, en este tiempo de cuaresma abran su corazón a Dios y a las necesidades del pueblo que dirigen. Oremos. R.

 

3.- Por los pueblos que sufren el hambre, que están en guerra o que viven en la marginación: para que se les manifieste la compasión y la misericordia de Dios, a través de los gestos solidarios de sus hermanos. Oremos. R.

 

4.- Por los enfermos, por los que aún sufren las secuelas de la COVID-19 para que experimenten la gracia y la ternura de Dios que los salva. Oremos. R.

 

5.- Por los difuntos, para que disfruten de la Pascua eterna que Cristo nos mereció. Oremos. R.

 

6.- Por nosotros y nuestra comunidad, para que la celebración de los misterios de nuestra fe nos haga cada vez más solidarios y sensibles a los sufrimientos de nuestros hermanos. Oremos. R.

 

Señor, tú que ves las necesidades de tu pueblo y conoces su deseo de salvación, escucha nuestras oraciones y manifiesta tu poder en cuanto con fe te hemos pedido. Por Jesucristo 12.-

 

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, por la celebración de este sacrificio concédenos, en tu bondad, que, al pedirte el perdón de nuestras ofensas, nos esforcemos en perdonar las de nuestros hermanos. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

ANTIFONA DE COMUNION   Sal 83, 4-5.

Hasta el gorrión ha encontrado una casa; la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos: tus altares, Señor del universo, rey mío y Dios mío. Dichosos los que viven en tu casa, alabándote siempre.

 

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Alimentados ya en la tierra con el pan del cielo, prenda de eterna salvación, te suplicamos, Señor, que se haga realidad en nuestra vida lo que hemos recibido en este sacramento. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes  21: Re 5, 1-15ª;  Sal 41; Lc 4, 24-30.

Martes  22: Dn 3, 25.34-43;  Sal 24; Mt 18, 21-35.

Miércoles  23:  Dt 4, 1.5-9; Sal 147; Mt 5, 17-19.

Jueves 24: Jr 7, 23-28;  Sal 94; Lc 11, 14-23.

Viernes 25: Is 7, 10-14; 8, 10; Sal 39; Hb 10, 4-10.; Lc 1, 26-38.

Sábado   26:  Os 6, 1-6;  Sal 50; Lc 18, 9-14.

Domingo  27:  Jo 5, 9ª.10-12; Sal 33; Cor 5, 17-21; Lc 15, 1-3.11-32.

 

COMENTARIOS AL EVANGELIO

Lc 13, 1-9

 

1.- Texto. Se encuentra dentro de la narración del viaje a Jerusalén, es decir, del camino de Jesús y de todo el que quiera ser su discípulo. Un camino con un determinado estilo y talante. La instrucción de hoy sigue inmediatamente a otra sobre la reconciliación con el contrincante.

Jesús es informado del asesinato de unos galileos por soldados romanos. Nada dice el texto acerca de la intencionalidad de los informantes. Por el comentario de Jesús se deduce que lo que a Lucas le interesa es la lectura religiosa del hecho. Existía entonces, en efecto, la creencia generalizada de que determinadas desgracias personales eran consecuencia de un pecado precedente.

Contando con esa creencia hace Jesús la siguiente pregunta: ¿Creéis que, por haber sufrido tal suerte, esos galileos eran más pecadores que el resto de galileos? Las palabras posteriores dejan bien a las claras que la pregunta no es en realidad tal, sino que se trata de un recurso retórico para hacer una afirmación rotunda: Esos galileos no son más pecadores que el resto de galileos. Para a continuación añadir: Y si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Este añadido es lo que a Jesús le interesa y no la creencia, en la que Jesús parece más bien no creer mucho. El problema no está en los muertos; el problema está en los vivos, que teorizan dando por sentado que la cosa no va con ellos.

El propio Jesús añade un segundo hecho, a partir del cual formula la misma pregunta retórica cambiando únicamente de personas. En vez de galileos habla de jerosolimitanos. Galilea en el norte, Jerusalén en el sur. Galilea y Judea, es decir, la totalidad de Israel. La totalidad del pueblo de Dios es invitado a convertirse.

El texto concluye con la historia gráfica de una higuera que no da fruto, pero a la que no se arranca en la confianza de que lo dará. La parábola desempeña un doble papel, crítico y esperanzador. A su vez ilumina el sentido de la conversión, que no es sólo ruptura con algo mal hecho, sino también realización de algo nuevo y diferente.

Resumiendo: Todos tenemos necesidad de cambiar.

Comentario. Es lógico que deba rectificar si actúo mal. Pero, ¿qué debo rectificar si actúo bien? Lo sorprendente del texto de hoy es que la invitación es válida en ambas hipótesis. En la primera el sentido de la invitación es obvio: dejar de actuar mal. Y esto cada uno lo sabe mejor que nadie. En la segunda hipótesis el sentido de la invitación puede ser el siguiente: seguir siendo buenos pero de una manera diferente. Este matiz de estilo puede ser esencial que llegue a invalidar la bondad en la que nos sentimos instalados.

El caminar cristiano tiene más de estilo y de talante que de contenidos morales. Estos últimos se comparten con los no cristianos; el estilo y el talante, no. Desafortunadamente hemos sido enseñados a identificar y confundir caminar cristiano y caminar moral.

A.- BENITO

DABAR 1989, 15

 


 

2.- -"Se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos...": Dos episodios violentos dan pie a Jesús para notar que no son sólo culpables los que sufren algún castigo, sino todos: los galileos y los habitantes de Jerusalén. Y que es necesario, por tanto, entrar en el camino de la conversión. El primer caso es el de unos galileos que fueron muertos mientras ofrecían un sacrificio. Parecería que se trataba del sacrificio del cordero pascual que debía realizarse en el recinto del Templo. No sabemos a qué hecho se refiere el evangelista; per sí sabemos, por ejemplo, que Pilato actuó violentamente contra los samaritanos cuando subían a su santuario de Garizim, el año 35 d.C.

-"Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé": Se trata de una de las torres de la antigua muralla de Jerusalén, cerca de la piscina, en el torrente Cedrón. Parecería que es un hecho conocido, recientemente, por los oyentes de Jesús. Uno y otro hecho desembocan en una advertencia: "si no os convertís, todos pareceréis de la misma manera".

-"Y les dijo esta parábola: Uno tenía una higuera...": La parábola que Lucas añade en este contexto refuerza la advertencia sobre la conversión. Los galileos y los que murieron bajo la torre, no murieron porque fueran más pecadores que los demás. Toda muerte repentina debe hacernos mirar hacia nosotros mismos: tenemos un tiempo para nuestra vida y debemos aprovecharlo. La llamada de Jesús es la última oportunidad que se nos da; como en la parábola, a la higuera se le da un tiempo para que no sea improductiva.

J. NASPLEDA

MISA DOMINICAL 1995, 4

 


 

3.- El evangelio nos reconcilia con el Dios de la misericordia y de la paciencia. Interpretando Jesús unos hechos recientes de muertes violentas y desgracias, enseña claramente que no son castigos, que Dios no entra en ese juego. Lo mismo dirá cuando le pregunten sobre el pecado del ciego de nacimiento. Que nadie juzgue al otro. Que todos nos juzguemos a nosotros mismos.

No acabamos de convencernos de que Dios no castiga, que Dios no quiere la muerte, que todo sucede según las leyes naturales, para malos y buenos. Es casi blasfemo decir, cuando alguien muere prematuramente: «Dios lo ha querido», «Dios se lo ha llevado». ¿Tanta prisa tiene Dios, con toda una eternidad por delante? ¿Le necesitaba Dios más que sus hijos o sus padres? La diferencia entre los buenos y los malos no está en que se sufra más o menos, sino en la manera de sufrirlo.

El Dios de la paciencia. Dios no castiga, sino que espera, como el agricultor el fruto. Una paciencia infinita, un año y otro... y otro.

CARITAS 1995.Pág. 81

  

III DOMINGO DE CUARESMA

 

01.- EL SEÑOR NOS LLAMA

EL SEÑOR NOS LLAMA Y NOS REÚNE,

SOMOS SU PUEBLO, SIGNO DE UNIDAD.

ÉL ESTÁ, EN MEDIO DE NOSOTROS:

SIRVE A LA MESA, NOS REPARTE EL PAN.

 

Por todos los caminos, nos sales al encuentro,

por todos hemos visto, señales de tu amor.

Tu pueblo se reúne, Señor, a bendecirte,

a celebrar con gozo tu paso salvador.

 

Convocas a tus fieles, nacidos de las aguas,

a festejar unidos, la nueva creación.

La sala del banquete, se llena de invitados,

estamos reunidos y en medio está el Señor.

 

Revélanos al Padre, oh Cristo, nuestra fiesta,

aumenta la esperanza, de nuestro caminar.

Tu Espíritu divino, nos dé la fortaleza,

los bienes que esperamos, nos haga pregustar.

 

02.- PAN Y VINO DE AMOR

En la tierra la sembró el sembrador,

la semilla de tu pan, Señor.

Y después el viñador trabajó en buena lid,

y las tierras ven crecer las espigas y la vid (2)

 

El trigo se molió en el molino

rompiendo su cuerpo como tú.

La uva la pisó el hombre en el lagar,

igual que tú te dejaste pisar.

 

Y ahora, convertido en pan y vino,

tu pueblo lo ofrece en tu altar.

Conviértelos, oh, Dios, son frutos de tu amor,

en tu Cuerpo y Sangre, Señor (2 veces)

 

02ª.- CREO EN JESÚS

Creo en Jesús, creo en Jesús,

Él es mi amigo, es mi alegría,

Él es mi amor.

Creo en Jesús, creo en Jesús,

Él es mi Salvador.

 

Él llamó a mi puerta, me invitó a compartir

su heredad; seguiré a su lado,

llevaré su mensaje de paz.

 

Ayudó al enfermo, y le trajo la felicidad;

defendió el humilde, combatió la mentira y el mal.

 

Día y noche, (creo en Jesús)

Él está a mi lado, (creo en Jesús)

sigo sus palabras, (creo en Jesús)

doy por Él la vida. (creo en Jesús)

Es mi Salvador.

 

Enseñó a Zaqueo a partir su hacienda

y su pan; alabó a la viuda,

porque dio cuanto pudo ella dar.

 

Aleluya, (creo en Jesús)

Él es el Mesías, (creo en Jesús)

Él es mi esperanza, (creo en Jesús)

vive para siempre. (creo en Jesús)

Es mi Salvador.

 

03.- NADA TE TURBE

NADA TE TURBE, NADA TE ESPANTE,

QUIEN A DIOS TIENE, NADA LE FALTA.

NADA TE TURBE, NADA TE ESPANTE,

SÓLO DIOS BASTA (2 v)

 

Nada te turbe, nada te espante,

quien a Dios tiene, nada le falta.

Todo se pasa, Dios no se muda.

La paciencia todo lo alcanza.

 

04.- COMULGAR

Comunión, es comulgar con las ideas,

que el mensaje de esperanza que Jesús nos enseñó.

Comunión, es olvidarse de uno mismo,

y entregarse a los hermanos como Cristo se entregó.

 

RECIBIMOS EL CUERPO DE CRISTO,

PORQUE ESTAMOS DE ACUERDO CON JESÚS,

QUEREMOS COMULGAR CON SUS IDEAS

PORQUE ES NUESTRO CAMINO,

Y PORQUE ES NUESTRA LUZ.

 

Comunión, es respetar a los que piensan,

de manera diferente, a lo que es nuestra opinión.

Comunión, es el valor de no callarse,

y enfrentarse a la injusticia, como Cristo se enfrentó.

 

Comunión, es decidirse a ser honrados,

aunque a nuestro lado crezcan, falsedad y corrupción.

Comunión, es olvidar cualquier venganza

perdonando a quien nos hiere, como Cristo perdonó.

 

05.- DIOS ES FIEL

Dios es fiel: guarda siempre su alianza;

libra al pueblo de toda esclavitud.

Su palabra resuena en los profetas

proclamando el bien y la virtud.

 

Pueblo en marcha por el desierto ardiente:

horizontes de paz y libertad.

Asamblea de Dios, eterna fiesta,

tierra nueva, perenne heredad.

 

El maná es un don que el cielo envía,

pero el pan hoy se cuece con sudor.

Leche y miel nos dará la tierra nueva,

si el trabajo es fecundo y redentor.

 

Si al mirar hacia atrás somos tentados

de volver al Egipto seductor,

el Espíritu empuja con su fuerza

a avanzar por la vía del amor

 

Y Jesús nos dará en el Calvario

su lección: "Hágase tu voluntad".

Y su sangre, vertida por nosotros,

será el precio de nuestra libertad.


06.- ACOMPAÑAME MARÍA

ACOMPÁÑAME MARÍA EN MI LARGO CAMINAR,

ACOMPÁÑAME MAMITA

CUANDO YA NO PUEDA MÁS. (BIS).

 

Tú hijo es mi vida la razón de mi existir,

caminando contigo tengo fuerzas de seguir. 

Él es cuanto respiro la razón de mí vivir,

no me dejes Madre mía no podría resistir.

 

Eres música en mi alma, eres sello en mi corazón.

Perfume en mis sentidos, amor de mi amor.

Mi corazón ya no está triste, mi alma sedienta está.

Madre mía cuanto le amo, dime como amarle más.


POSIBLES


SEÑOR, NO SOY DIGNO (J.A. ESPINOSA)

SEÑOR, NO SOY DIGNO

DE QUE ENTRES EN MI CASA,

PERO UNA PALABRA TUYA

BASTARÁ PARA SANARME.

 

Eres el pan de vida, a todos das la paz.

Quien come de tu carne, por siempre vivirá.

 

Somos el nuevo pueblo que Cristo congregó;

viamos siempre unidos, testigos del amor.

 

Vamos por esta vida buscando la verdad,

la paz y la justicia, un mundo que vendrá.

 

EL SEÑOR ES MI FUERZA (J.A. ESPINOSA)

EL SEÑOR ES MI FUERZA,

MI ROCA Y SALVACIÓN. (2V)

 

Tú me guías por sendas de justicia,

me enseñas la verdad.

Tú me das el valor para la lucha,

sin miedo avanzaré.

 

Iluminas las sombras de mi vida, al mundo das la luz.

Aunque pase por valles de tiniebla, yo nunca temeré.

 

 Yo confío el destino de mi vida al Dios de mi salud.

A los pobres enseñas el camino, su escudo eres tú.

 

 El Señor es la fuerza de su pueblo, su gran libertador.

Tú le haces vivir en confianza, seguro en tu poder.

 

LLORA SIEMPRE JESÚS

LLORA SIEMPRE JESÚS CON LOS QUE LLORAN,

GRITA SIEMPRE JESÚS CON LOS QUE GRITAN,

MUERE SIEMPRE JESÚS CON LOS QUE MUEREN

Y SUFRE LA INJUSTICIA CON QUIEN SUFRE INJUSTICIA.

 

A diario es escupido y despreciado

en todos los que sufren el desprecio

porque el Señor está en los marginados

y está bajo la piel de los hambrientos.

 

A diario es maldecido y torturado

en todos los que sufren la tortura

porque el Señor está en los perseguido

y en todos los que sufren desventura.