LA ANTIRUTINA
COMENTARIO
El ciclo litúrgico que hoy
comienza va a tener a Mateo como evangelista base. “Hermanos, ¡Despierten de su sueño!”. Nuestro sueño es
la rutina. La rutina nos oculta el transcurrir inexorable de los días. Jesús
describe esta rutina: “En tiempos de Noé, la gente comía, bebía, se casaba…”.
Un hombre supo ver las cosas a tiempo: “Noé entró en el arca”. Pero los demás siguieron
viviendo hasta que, “cuando menos lo esperaban, llegó el diluvio y se los llevó
a todos”. La rutina nos traga a todos. Piensen en esos “debería reaccionar…, es
preciso que actúe… ¡es tremendo cómo pasan los años!, si pudiera volver…, si
los jóvenes supieran”.
Nosotros lo sabemos. Basta con escuchar a Jesús: “Dos hombres estarán
en el campo, al uno se lo llevarán y al otro lo dejarán; dos mujeres estarán
moliendo, a una misma tarea, unos duermen y otros viven. Unos no se preparan
para nada y otros están dispuestos.
¿Despiertos a qué? La llamada a la vigilancia, lo repite Jesús, es a una
vigilancia de buena calidad. Puede tomar el aspecto de una angustia
paralizante, o convertirse en un “¿para qué?” que suponga un desprecio del
mundo y de las taras terrenas. No, la vigilancia evangélica es por el contrario
una vida actual poderosa, ya que en ella se verifica constantemente la calidad
de interés y de atención de lo que uno está haciendo.
Nuestra costumbre (comer-televisión – auto - internet), nuestras preocupaciones
(ganar más; acaba esta proyectos de ocio
(el fin de semana, las vacaciones). ¿Hacer todo esto de nosotros unos hombres
que utilizamos la vida a fondo? ¿O es el amor, es decir la vida al cien por
ciento? ¿Dónde está el servicio fraternal, los afanes misioneros, la oración?
“No tengo tiempo” es a veces el grito de la vida intensa. Pero a menudo es la
canción de la rutina, porque la rutina canta muy bien. La vigilancia cristiana
no es más que la vida ante Dios, la vida con Dios. Se hacen exactamente las
mismas cosas, pero esas cosas tienen un interés más, una densidad. “A uno se lo
llevarán y al otro lo dejarán”. Los vigilantes se arraigan ya en lo eterno, los
rutinarios se quedan en la superficie de las cosas y en cada momento corren el
peligro de verse barridos. La verdadera vigilancia, lejos de quitar el gusto
por las cosas de la vida, les da el sabor de las iniciaciones de los
aprendizajes apasionantes. ¡Qué maravilla convertirse a través de todo lo que
uno vive en una persona que se construye para la eternidad y que construye una
parte de la humanidad eterna!
¿La anti-rutina?. Reflexionar recuperarse, no dejar que sea el reloj lo
único que dicta nuestra vida, no dejarse atar por la agenda, por los
automatismos, por el “siempre he hecho esto”. El cristiano “que está preparado”
es aquel que vive lo ordinario tan libremente tan conscientemente que esto lo
mantiene despierto para lo inesperado incluida la hora extraordinaria la última
quizás traicionera: “Estén vigilantes para que no los sorprenda”.
R.P. Roland Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Sal 24, 1-3
A ti levanto mi alma, Dios mío, en ti confío; no quede yo defraudado,
que no triunfen de mí mis enemigos, pues los que esperan en ti no quedan
defraudados.
ORACION COLECTA
Concede a tus
fieles, Dios todopoderoso, el deseo de salir acompañados de buenas obras al
encuentro de Cristo que viene, para que, colocados a su derecha, merezcan
poseer el reino de los cielos. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías 2, 1-5
Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de
Judá y de Jerusalén: Al final de los días estará firmemente establecido el
monte de la casa del Señor en la cumbre de las montañas, se elevará por encima
de las colinas. Hacia él confluirán todas las naciones, caminarán pueblos numerosos.
Dirán: «Vengan, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob: él nos
instruirá en sus caminos y marcharemos por
sus sendas; porque de Sion saldrá la ley, de
Jerusalén, la palabra del Señor». Será el árbitro de las naciones, el juez de
pueblos numerosos.
De las espadas forjarán arados, de las
lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo. No se adiestrarán
para la guerra. ¡Ven, casa de Jacob, caminemos a la luz del Señor!.
SALMO
RESPONSORIAL (121)
Vamos
alegres a la casa del Señor.
¡Qué alegría
cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor»! Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R.
Allá suben las
tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de Israel, a celebrar el
nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de
David. R.
Deseen la paz a
Jerusalén: «Vivan seguros los que te aman, haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios». R.
Por mis hermanos y
compañeros, voy a decir: «La paz contigo». Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los
Romanos 13, 11-14a
Hermanos: Dense cuenta del momento
en que viven; ya es hora que despierten del sueño, porque ahora nuestra
salvación está más cerca que cuando empezamos a creer. La noche está avanzada,
se acerca el día: dejemos las obras de las tinieblas y revistámonos con las
armas de la luz. Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad. Nada de
comilonas ni borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de riñas ni
envidias. Al contrario, revístanse del Señor Jesucristo.
ACLAMACION
ANTES DEL EVANGELIO Sal 84, 8
Aleluya. Muéstranos, Señor, tu misericordia y
danos tu salvación. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 24, 37-44
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga el Hijo del
Hombre, pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio, la gente comía y bebía
y se casaba, hasta el día en que Noé entró
en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó
a todos. Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del Hombre: Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo
llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la
llevarán y a otra la dejarán. Estén, pues, vigilantes, porque no saben qué día
vendrá su Señor. Entiendan bien que si el dueño de casa supiera a qué hora de la
noche va a llegar el ladrón estaría vigilando y no lo dejaría asaltar su casa.
Por eso, también ustedes estén preparados, porque a la hora que menos piensen
vendrá el Hijo del Hombre».
PLEGARIA UNIVERSAL
Vigilantes ante la próxima llegada del
Mesías, elevemos nuestras oraciones a Dios para que nos prepare a vivir el encuentro
con su Enviado, y para que el mundo entero lo reconozca como el esperado de los
tiempos, el libertador. Digamos: R. Ven, Señor.
1.- Para que la Iglesia salga
al encuentro del Señor que viene, anunciando con su vida y testimonio la buena
noticia de la salvación y acogiendo en su seno a todos los hombres de buena
voluntad. Oremos al Señor que vive. R.
2.- Para que la esperanza en
nuestro Salvador que viene avive en todos los corazones el deseo de construir,
desde la entrega de la propia vida, el reino de la justicia y de la paz. Oremos
al Señor,
nuestro Dios. R.
3.- Para que, fijos nuestros
ojos en la promesa de la liberación definitiva, no nos cansemos de dar
testimonio de la alegría que brota de sabernos salvados por un Dios cercano,
que nos ofrece la posibilidad de una vida nueva. Oremos al Dios de la historia.
R.
4.- Para que cuantos sufren a
causa de la guerra, la enfermedad, el hambre o la marginación, encuentren en
los discípulos del Dios que viene el consuelo y el apoyo que necesitan para no
desesperar. Oremos al Dios de la paz. R.
5.- Para que este tiempo de
Adviento sea para nuestro mundo un tiempo de transformación, de compromiso y de
preparación para recibir a Jesús, presente en cada persona. Oremos a Cristo,
nuestro hermano. R.
6.- Para que Cristo, el Señor
de la historia, presente en esta mesa eucarística, nos dé un corazón dispuesto
a esperar su venida, amando a nuestros hermanos y sirviéndolo en los más pobres
y necesitados. Oremos al Dios que se hizo pobre. R.
Gracias, Padre, porque siempre nos
escuchas; mira con piedad nuestras súplicas confiadas, modela nuestros
corazones para acoger tu próxima venida, y haz que un día te contemplemos cara
a cara y cantemos con los santos tus grandezas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los
dones que te ofrecemos, escogidos de los bienes que hemos recibido de ti, y lo
que nos concedes celebrar con devoción durante nuestra vida mortal sea para
nosotros premio de tu redención eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Sal
84, 13
El Señor nos
dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto.
ORACION
DESPUES DE LA COMUNION
Fructifique en nosotros,
Señor, la celebración de estos sacramentos, con los que tú nos enseñas, ya en
este mundo que pasa, a descubrir el valor de los bienes del cielo y a poner en
ellos nuestro corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PALABRA
DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes
28: Is 2, 1-5 (o bien Is 4, 2-6); Sal 121; Mt 8, 5-11.
Martes
29: Is 11, 1-10; Sal 71; Lc 10, 21-24.
Miércoles
30: Rm 10, 9-18;
Sal 18; Mt 4, 19-22
Jueves
01: Is 26, 1-6; Sal 117; Mt 7, 21, 24-27
Viernes
02: Is 29, 17-24; Sal 26; Mt 9, 27-31
Sábado
03: Is 30, 19-21. 23-26; Sal 146; Mt 9, 35—10, 1.6-8
Domingo
04: Is 11, 1-10;
Sal 71; Rm 15, 4-9; Mt 3, 1-12.
COMENTARIOS AL EVANGELIO
Mt 24, 37-44
Par: Mc/13/33-37 Lc/21/34-36
1.- -"Viene el Hijo del Hombre".
Ciertamente. Velar es estar despierto, permanecer atento en un tiempo en que lo
más normal sería estar durmiendo o vivir despreocupado. Y debemos acogerlo
"con buenas obras" (colecta). La vida no es una rueda que da vueltas
sin ton ni son. Tiene profundidad y sentido, que se abrirán con la venida del
Hijo del Hombre. Este pensamiento (que novenarios y sermones aprovechaban para
provocar miedo) es esperanzador. No nos encontraremos frente a un azar ciego y
sin rostro o con un juez arbitrario y colérico. Le conocemos a Jesús y sabemos
con quién nos la jugamos: ¿quién mejor que él para poner de manifiesto,
simplemente qué es nuestra vida y cuál es nuestro corazón?.
J. TOTOSAUS - MISA
DOMINICAL 1980/22
El Evangelio se hace historia en el curso
litúrgico que hoy inauguramos: estarán dos chicas en la oficina: una creerá y
otra seguirá en las tinieblas exteriores; estarán dos hombres en el taller: uno
asumirá la salvación de Dios, y otro seguirá renegando de la vida; estarán dos
pecadores crucificados por la vida: uno volverá sus ojos a la Cruz de Jesús,
otro seguirá blasfemando. Sucederá como en los días de Noé: vendrá el diluvio
en forma de cáncer, de muerte del hijo, de desgracia familiar o social, y se
los llevará la desesperación. Estad en vela, porque no sabéis cuándo vendrá el
Señor. Pero, en el año que comienza, unas personas concretas se encontrarán con
el Hijo del Hombre que viene: será una predicación, el matrimonio que van a
contraer, un testimonio, un fracaso, una enfermedad... Incluso alguien que
nunca tropezó con JC, lo encontrará cara a cara en la muerte. "Estad siempre
preparados, porque a la hora que menos penséis, viene el Hijo del Hombre".
MIGUEL FLAMARIQUE VALERDI - ESCRUTAD LAS
ESCRITURAS - REFLEXIONES SOBRE EL CICLO A - DESCLÉE DE BROUWER/BILBAO 1989.
PÁG. 17.
3.- Invitación a la vigilancia. El futuro del
hombre no está escrito ni programado. Tampoco hay horóscopos para el futuro del
mundo. Y Dios no se somete a los conjuros del mago o a las visiones
apocalípticas. El Espíritu sopla donde y cuando quiere. El Hijo del Hombre es
imprevisible y sorprendente, aunque siempre debe ser lo más querido y esperado.
Viene como el ladrón, pero no para robar, sino para regalar. Si acaso, ladrón
de corazones. Hay que vigilar pues, pero no para defenderse, sino para quitar
defensas; no para esconderse, sino para salir al encuentro, preparando los
caminos. La venida del Hijo del Hombre no será un diluvio devastador, sino una
lluvia refrigeradora y saciante. "Esta vigilancia no es una "obsesión
tensa" por la salvación personal, sino una "atención serena"
para ser fieles a la misión de cada uno.
CARITAS LA MAS URGENTE RECONVERSION - ADVIENTO
Y NAVIDAD 1983.Pág. 12.
4. VICIA/QUE-ES
En tiempo de Noé, refiere el Libro del Génesis
(6,6-12), "toda la tierra estaba llena de iniquidad; la tierra estaba
corrompida, porque todo mortal había corrompido su camino sobre ella". El
texto evangélico no parece subrayar de manera particular la maldad de los
hombres y el hecho de la violencia, sino más bien su vivir despreocupado. Como
en tiempo de Noé, los hombres se preocupan poco de la cuestión fundamental, es
decir, de su relación con Dios, enteramente zambullidos en las preocupaciones
cotidianas. Viven tranquilos, sin tener idea del juicio de Dios que les
amenaza. Porque en la vuelta del Señor habrá precisamente un
"discernimiento": salvación para los que han vigilado y condenación
para los que no se han preocupado de nada (24,40-41; 24,51; 25,12). Ahora
podemos comprender ya algún aspecto de la vigilancia. Es la negativa a indagar
curiosamente sobre el cómo y el cuándo. Es la actitud del que constantemente
permanece alerta y atento; lo contrario es la actitud del que no se entera de
nada. Contiene también un aspecto de "sobriedad". En un pasaje
paralelo, pero colocado en otro contexto, Lucas (/Lc/17/25-33:CZ/VIGILANCIA) va más allá: la vigilancia es el camino
de la cruz, el camino de la donación, y no de la conservación: "Acordaos
de la mujer de Lot". El que intente salvar su vida la perderá, y el que la
pierda la conservará.
BRUNO MAGGIONI - EL RELATO DE MATEO - EDIC.
PAULINAS/MADRID 1982.Pág. 256.
5.- Jesús compara la venida del Hijo del
Hombre a lo que sucedió cuando el diluvio. Pero la venida del Hijo del Hombre
no será un diluvio devastador, sino una lluvia pacífica y fecunda. Lo que pasa
es que no avisa. Y la gente ni está preparada ni se da cuenta. Los grandes
acontecimientos no suelen anunciarse al son de trompetas. El ladrón tampoco
avisa, ni la muerte, ni los cambios culturales, ni las reformas religiosas.
Cuando nos damos cuenta, están ahí. Pues de eso se trata, de darse cuenta. No
es que hayamos de vivir temerosos, como si en cualquier esquina nos alcanzara
la goma-2 asesina o la navaja ladrona. Temerosos no, porque es falta de fe;
pero tampoco inconscientes o dormidos. La consigna es «vigilad». Vigilad porque
el Hijo del Hombre viene en cada momento; porque la verdad y la justicia
necesitan ser defendidas en cada instante; porque la solidaridad, como el amor,
no descansa; porque la libertad hay que ejercitarla en cada hora. Vigilad, para
que no os perdáis la gracia del encuentro.
La gente, como en tiempos de Noé, come, bebe,
se casa, trabaja, se divierte, pero está insatisfecha y vacía y no se da cuenta
de nada. La gente no ve más allá de su cartera o del plato de comida.
CARITAS LA MANO AMIGA DE DIOS - ADVIENTO Y
NAVIDAD 1989.Págs. 19.
6.- Texto. El ciclo litúrgico que hoy comienza
va a tener a Mateo como evangelista base. Al igual que en la apertura de los
restantes ciclos, el texto está tomado de la parte final del Evangelio. Un
verbo domina en él: venir. Venida del Hijo del Hombre, del diluvio, de un
ladrón. De estas venidas, dos, la del diluvio y la del ladrón, sirven de
referencia aclaratoria de la tercera, la del Hijo del Hombre, expresión cuyos
orígenes literarios controlables se remontan al singular libro de Daniel.
Las tres venidas tienen un dato en común: su
imprevisibilidad y, consiguientemente, el desconocimiento del momento exacto de
las mismas. A la luz de este dato, el interés del texto se centra en despertar
en los lectores una actitud vigilante a fin de que no les coja desprevenidos la
venida del Hijo del Hombre. Comentario. La venida del Hijo del Hombre es un
acontecimiento de índole histórica universal que no se debe identificar ni
confundir con la muerte de las personas. La vigilancia y preparación para ese
acontecimiento es una actitud consciente y tampoco se debe identificar ni
confundir con el estado de gracia de Dios.
El texto refleja una concepción de la historia
que da respuesta a una pregunta existencial y no a una pregunta moral. La
pregunta existencial indaga por el sentido de la historia humana: ¿hacia dónde
camina el ser humano?. El texto responde a esta pregunta afirmando que la
historia humana termina en una peripecia, cuyo protagonista es Dios. El ser
humano vive bajo el polo de atracción de Dios, quien, en un momento humanamente
imprevisible, pero cierto, obrará una mudanza repentina de la actual situación
o condición humana.
El texto inculca la conciencia de esta
peripecia universal, invitando a evitar la actitud inconsciente de que nada
muda ni puede mudar. Resulta enormemente evocadora la expresión misma
"Hijo del Hombre". En el libro de Daniel, a donde, como hemos dicho,
la expresión se remonta, la figura del Hijo del Hombre está a mitad de camino
entre lo divino y lo humano, lo individual y lo colectivo. En el Hijo del
Hombre se conjugan armónicamente Dios y Hombre, incluyéndose ambos sin
confundirse. El texto de Mateo nos habla de esta fusión inconfundible. La
historia, por fin, aparece como abrazo de sus dos protagonistas Dios y Hombre.
Es natural que, tras el abrazo, todo tenga que ser diferente.
A. BENITO - DABAR
1992/01.
7.- Texto. Presenta el siguiente desarrollo:
el versículo inicial establece una comparación entre la venida del Hijo del
Hombre y la época de Noé. Los versículos siguientes 38-41 explican el sentido
de esa comparación. Por último, los versículos 42-44 extraen la consecuencia. En
la explicación del sentido de la comparación el aspecto clave es que, por lo
imprevisible del diluvio, éste cogió a todos por sorpresa. Con la venida del Hijo
del Hombre puede pasar lo mismo: que, dado su carácter imprevisible, coja a
todos por sorpresa. Este factor sorpresa es lo que expresan los dos ejemplos
gráficos de los dos hombres y las dos mujeres.
Toda la dinámica del texto está encaminada a
contrarrestar el factor sorpresa. De ahí la formulación de la consecuencia en
términos de invitación a estar en vela y estar preparados, dos expresiones
equivalentes, pertenecientes al campo de la atención y cuyo opuesto es la
despreocupación. Entre ambas invitaciones en imperativo (estad) hay una
constatación en indicativo, a pesar de que la traducción litúrgica emplee
también en este caso el imperativo (comprended). Más bien se trata de la
constatación de algo en lo que los interlocutores están de acuerdo para después,
en base a ese acuerdo, avanzar con un tipo de argumentación a fortiori.
Comprendéis perfectamente que un dueño esté en vela en caso de conocer la hora
en que su casa va a ser asaltada. Pues con mucha más razón habrá que estarlo en
caso de desconocimiento de la hora, cosa que sucede precisamente con la venida
del Hijo del Hombre.
Comentario. Habría que tener la mentalidad y
la psicología reinantes en los ambientes religiosos judíos contemporáneos de
Jesús para comprender este texto en todo su significado. En esos ambientes se
vivía la espera inminente de un ser divino que pusiera fin al estado de cosas
existente. En este sentido se hacían las más variadas especulaciones sin
renunciar, sin embargo, a una actitud de espera. Hablar de la imprevisibilidad de
la venida, cortar con todo tipo de especulaciones sobre ella, era un auténtico
mazazo. Pero su contrapartida podría resultar igualmente peligrosa y
contraproducente: de la espera podía caerse en una despreocupación apática.
Es precisamente esta despreocupación la que el
texto de hoy quiere combatir con su referencia a los acontecimientos de los que
hablan los capítulos 6 y 7 del Génesis y con su apremio a estar en vela y
preparados. Se trata, en definitiva, de hacer despertar de la despreocupación,
de reavivar un sentido de la historia que podía perderse o que, caso de
nuestros días, casi se ha perdido.
Una cosa debe quedar clara: el texto de hoy es
una reflexión y una forma de postura sobre la historia y no una referencia a la
muerte de las personas y a la preparación moral para afrontar adecuadamente esa
muerte. Es urgente liberar a este texto de toda referencia a la muerte y a la
preparación al bien morir. La interpretación que fuera por esta línea estaría
absolutamente fuera de lugar y contribuiría, además, a atormentar y traumatizar
la gente. Esto supuesto, hay que reconocer que el texto está escrito desde un
modelo cultural y literario de no fácil comprensión para nosotros. Pero lo
importante y duradero no es el modelo, sino lo que en él subyace. Y lo que
subyace es una visión gozosa de la historia, porque la desbloquea y la abre al
futuro de Dios.
El texto nos invita a vivir sabiendo que Dios
es más Dios de lo que le dejamos ser ahora. Hasta el momento las condiciones de
nuestro mundo no son las más idóneas para que Dios pueda manifestarse como
realmente es. Pero estamos invitados a vivir desde la íntima certeza de que no
va a ser siempre así. La razón de la esperanza es ese futuro del Dios que aún
desconocemos. Vivir así en la vida es lo que significa estar en vela y
preparados.
ALBERTO BENITO - DABAR
1989/01.
8.- Percatarse de que la historia (la
particular y la general) tiene un sentido. Vivir sabiendo que tiene sentido: he
aquí el significado de la invitación del texto de hoy. Conciencia de perspectiva,
percepción del horizonte. ¡Que existen!, ¡Porque existen!. He aquí la
vigilancia y la preparación de las que el texto de hoy nos habla. No habla de
la muerte ni del estado de gracia en el momento de la muerte. Es muy posible
que, al leer este texto, alguien piense en ello o hable de ello. ¡Que no lo
haga, por favor!. Ni el Hijo del Hombre es la muerte ni el estar preparado es
el estado de gracia. El Hijo del Hombre es el sentido mismo de la historia, que
no es otro que Dios (una buena ocasión para recomendar la lectura de San
Agustín). El estar preparado es ser consciente de ese sentido, estar abierto a
las inquietudes de la trascendencia. Estar en vela es mirar en lontananza. El
texto de hoy es todo lo contrario de una escuela de terrores y de miedos. Dicho
más llanamente: es una invitación a la perspectiva y al optimismo. Invitación
tanto más necesaria cuanto que con más frecuencia de lo deseable nos encerramos
dentro de las cuatro paredes de un universo impremeditado y sin sentido.
ALBERTO BENITO - DABAR
1986/01.
9.- 1.- La alusión a los días de Noé antes del
diluvio se hace para explicarnos cómo la venida del Señor será repentina y sin
previo aviso. A diferencia de lo ocurrido cuando la destrucción de Jerusalén,
no hay señales claras que determinen el momento del fin del mundo. Por eso los
hombres harán su vida como si tal cosa y serán sorprendidos como lo fueron en
tiempos del diluvio.
2.- La venida del Hijo del Hombre, la parusía,
sorprenderá a los hombres en medio de sus faenas y diversiones. No todos serán
elegidos y congregados de los cuatro vientos de la tierra por los ángeles (v.
31). Uno será tomado y otro dejado. Los hombres, que han crecido juntos, como
la cizaña y el trigo, serán separados en aquel día del juicio. Para los justos
será un juicio de salvación (cfr. Lc 21. 28); para los impíos, de condenación.
3. La incertidumbre del fin es una advertencia
para que vivamos vigilantes en todo momento, pues cualquiera puede ser el
decisivo. Vigilar es estar abierto por la esperanza hacia el futuro del Señor
que viene, es también estar dispuesto a reconocerle en los pobres y necesitados
y a cumplir en cada caso el mandamiento del amor. Es también orar. Sólo el que
vigila está preparado para el encuentro con Dios en Cristo. La expresión
"vuestro señor" no es original de Jesús, sino del evangelista.
La breve parábola del dueño de la casa que no
puede dormir despreocupado porque no conoce la hora en que el ladrón puede
robarle, señala claramente cuál debe ser la actitud del cristiano. Así que la espera
de la venida del Señor, que vendrá repentinamente como un ladrón que no anuncia
la hora de su visita, lejos de ser una buena excusa para evadirse de todos los
problemas, es una severa advertencia para vivir atentos la hora de nuestra
responsabilidad. Los cristianos deben demostrar que esperan al Señor preparando
los caminos de su advenimiento, deben ser los más activos de los hombres en la
construcción del mundo. Nuestra sociedad parece cada vez más estúpida e
insensible a la verdad y a la justicia. Sin embargo, la justicia vendrá en su
día. ¿No es hora ya de despertar del sueño?
EUCARISTÍA 1980/55.
PROPUESTA DE CANTO DOMINGO
I DE ADVIENTO CICLO A
I DE ADVIENTO
01.- LLEGARA LA LIBERTAD
1.- Caminamos hacia
el sol
Esperando la verdad,
La mentira, la opresión
Cuando vengas,
cesarán.
LLEGARÁ CON LA LUZ
LA ESPERADA LIBERTAD (2V.).
2.- Construimos hoy la
paz,
en la lucha y el
dolor;
nuestro mundo surge
ya
en la espera del
Señor.
3.- Te esperamos, tú
vendrás,
a librarnos del
temor;
la alegría, la
amistad,
son ya signos de tu
amor.
02.- SABER QUE VENDRAS
1.- En este mundo
que Cristo nos da,
hacemos la ofrenda
del pan,
el pan de nuestro
trabajo sin fin,
y el vino de
nuestro cantar.
Traigo ante ti
nuestra justa inquietud,
amar la justicia y
la paz.
SABER QUE VENDRÁS, SABER QUE ESTARÁS,
PARTIENDO A LOS POBRES TU PAN. (2V.)
2.- La sed de todos
los hombres sin luz,
la pena y el triste
llorar,
el odio de los que
mueren sin fe,
cansados de tanto
luchar.
En la patena de
nuestra oblación
acepta la vida
Señor.
03.- LIBERTADOR DE NAZARETH
LIBERTADOR DE
NAZARETH,
VEN JUNTO A MÍ, VEN
JUNTO A MÍ.
LIBERTADOR DE
NAZARETH.
¿QUÉ PUEDO HACER SIN TI?. (2v).
1.- Yo sé que eres
camino,
que eres la vida y la
verdad,
yo sé que el que te
sigue,
sabe a dónde va,
quiero vivir tu vida,
seguir tus huellas
tener tu luz,
quiero beber tu
cáliz, quiero llevar tu cruz.
2.- Quiero encender
mi fuego,
alumbrar mi vida y
seguirte a ti,
quiero escucharte
siempre,
quiero luchar por ti.
Busco un mensaje
nuevo,
te necesito
libertador,
no puedo estar sin
rumbo,
no puedo estar sin
Dios.
04.- VEN, VEN SEÑOR NO TARDES
VEN, VEN SEÑOR, NO TARDES,
VEN, VEN, QUE TE ESPERAMOS.
VEN, VEN SEÑOR, NO TARDES,
VEN PRONTO, SEÑOR.
1.- El mundo muere de frío,
el alma perdió el calor,
los hombres no son hermanos,
el mundo no tiene amor.
2.- Envuelto en sombría noche,
el mundo sin paz, no ve,
buscando va una esperanza,
buscando, Señor, la fe.
3.- Al mundo le falta vida,
al mundo le falta luz,
al mundo le falta el cielo,
al mundo le faltas Tú.
05.- CERCA ESTA EL SEÑOR
CERCA ESTÁ EL SEÑOR,
CERCA ESTÁ EL SEÑOR.
CERCA DE MI PUEBLO,
CERCA DEL QUE LUCHA POR AMOR.
CERCA ESTÁ EL SEÑOR,
CERCA ESTÁ EL SEÑOR,
ES EL PEREGRINO
QUE COMPARTE MI DOLOR.
1.- También está el
Señor, le conoceréis,
en el que lucha por
la igualdad.
También está el
Señor, le conoceréis,
en el que canta la
libertad.
También está el
Señor, no olvidéis su voz,
sufre el gran dolor
del oprimido.
2.- También está el
Señor, le conoceréis,
en el obrero en su
taller.
También está el
Señor, le conoceréis,
en el anciano en su
vejez.
También está el
Señor, no olvidéis su voz,
en el hospital junto
al enfermo.
3.- Jesús es el
Señor, le conoceréis,
Él es la vida, es la
verdad.
Jesús es el Señor, le
conoceréis,
es el camino de
libertad.
Jesús es el Señor, no
olvidéis su voz,
es el Redentor de nuestro
pueblo.