“CONTIGO HABLO, NIÑA ¡LEVANTATE!”
COMENTARIO
“La cogió de la mano y le dijo: niña
levántate”. Pensemos en la mano de Dios leamos en el texto de Isaías: “Yo
Yahvé, soy tu Dios, yo te cogí por la mano derecha y te dije: No temas, vengo
en tu ayuda”. Cariñoso poder de Dios, cariñoso poder de Jesús. Conmovido,
Marcos nos hace mirar la pequeña que de nuevo está viva: “Tenía doce años y les
dijo que le dieran de comer”. Todo vino de la plegaria de su padre, lleno de
confianza: “¡Ven para que viva!”. Cuando la gente avisó brutalmente al padre
que era inútil, que ya todo había acabado, Jesús se apoyó en su reacción más
importante: “No temas, ten fe y basta”.
En el otro milagro que nos
narra al mismo tiempo, Marcos repite incansablemente lo que desea inculcarnos,
esas dos cosas tan sencillas que hacen al cristiano: el poder de Jesús y
nuestra confianza. “La mujer se decía: con que le toque, aunque sea la ropa me
curo”. “Jesús dándose cuenta que había salido fuerza de él... le dijo, tu fe
te ha curado. Vete en paz”. ¿Cómo hacernos comprender mejor lo que hemos de
intentar vivir con él: tener confianza en su poder? Pero los enfermos siguen
enfermando, los niños que mueren no vuelven a vivir, esas historias de milagros
hacen sonreír o llorar. ¡No cambian en nada las cosas! Pueden cambiarlo todo si
finalmente, más allá de nuestra confianza, quizás algo vaga, despiertan una
verdadera fe, la que el evangelio define diciendo que salva: “Vete, no tengas
miedo; tu fe te ha salvado”. Pero ¿Qué pasos hay que dar, que repetir sin
cesar, para llegar a esa fe en la fuerza de resurrección que emana tan
poderosamente de Jesús?
No se trataba solamente en
este caso de curar a una mujer, ni siquiera de resucitar a una niña. Algunos,
incómodos por esta resurrección hablan de un “letargo”. Eso es pasar por
completo de lado junto a la lección que nos quiere dar Marcos. Marcos traduce
el talita, kum (“chiquilla, ponte en pie”) introduciendo ese “ponte en pie” con
la frase de Jesús: “está dormida” nos remite a una antigua liturgia del
bautismo en la que se celebra el poder de Jesús como una fuerza de
resurrección: Despierta, tú que duermes, Levántate de la muerte Y te iluminará
el Mesías.
Esos milagros no deben
detener nuestra atención en ellos mismos, si no, surgirá inevitablemente la
queja: ¿por qué Jesús no curó a todos? ¿Por qué Dios deja que los niños sufran
y mueran? Hay que tener inmediatamente una visión más amplia y más lejana. Bien
leídos, los milagros nos guían, como anticipaciones parciales, hacia un triunfo
universal sobre la muerte espiritual por el perdón y sobre la muerte física por
la verdadera resurrección. No la de la niña que tuvo que enfrentarse de nuevo
con la muerte, sino la resurrección final, definitiva. Cristo nos coge de la
mano, o mejor dicho es nuestra fe que se agarra a su mano para que nos mantenga
en pie en medio de las dificultades y de los sufrimientos actuales. El que no
despierta su fe hasta el máximo no puede experimentar el poder de resurrección
de Cristo que está ya en acto y que triunfará por completo cuando nos haga
levantar de entre los muertos. Antes un niño muerto, no digo nada (¿qué podría
decir?) pero pienso como piensan los padres creyentes: “En donde tú acabas de
llegar, Cristo te está despertando a la vida bienaventuradas).
R.P. Roland
Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Sal 46, 2
Pueblos todos, batan palmas, aclamen a Dios con
gritos de júbilo.
ORACION COLECTA
Oh, Dios, que por la gracia de la adopción has querido hacernos hijos
de la luz, concédenos que no nos veamos envueltos por las tinieblas del error,
sino que nos mantengamos siempre en el esplendor de la verdad. Por nuestro
Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro
de la Sabiduría 1, 13-15; 2, 23-24
Dios no hizo la muerte ni goza destruyendo a
los vivientes. Todo lo creó para que subsistiera; las criaturas del mundo son
saludables: no hay en ellas veneno de muerte, ni el abismo impera en la tierra.
Porque la justicia es inmortal. Dios creó al hombre para la inmortalidad y lo
hizo a imagen de su propio ser; pero la muerte entró en el mundo por la envidia
del diablo, y la experimentan quienes le pertenecen.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 29)
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y
no has dejado que mis enemigos se rían de mí. Señor, sacaste mi vida del
abismo, y me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R.
Toquen para el Señor, fieles suyos, den
gracias a su nombre santo; su cólera dura un instante; su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto; por la mañana, el júbilo. R.
Escucha, Señor, y ten piedad de mí; Señor,
socórreme. Cambiaste mi luto en danzas. Señor, Dios mío, te daré gracias por
siempre. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a
los Corintios 8, 7.9.13-15
Hermanos: Ya que ustedes sobresalen
en todo: en la fe, en la palabra, en el conocimiento, en el empeño y en el
cariño hacia nosotros, distínganse también ahora por su generosidad. Porque ya
saben lo generoso que fue nuestro Señor Jesucristo: siendo rico, se hizo pobre
por ustedes para que ustedes se hicieran ricos con su pobreza. Pues no se trata
de que, por ayudar a otros, ustedes pasen necesidad; se trata más bien de que
haya igualdad. Que la abundancia de ustedes remedie en este momento la pobreza
de ellos, para que un día la abundancia de ellos remedie la pobreza de ustedes;
así habrá igualdad. Es lo que dice la Escritura: «Al que recogía mucho nada le
sobraba; y al que recogía poco nada le faltaba».
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO 2 Tm 1, 10
Aleluya. Nuestro Salvador
Jesucristo destruyó la muerte y sacó a la luz la vida, por medio del Evangelio. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo
Evangelio según san Marcos 5, 21-43
En aquel tiempo, Jesús pasó, de nuevo en barca,
a la otra orilla; una gran multitud se reunió a su alrededor, y se quedó junto
al mar. Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se
echó a sus pies, rogándole con insistencia: «Mi niña está en las últimas; ven,
pon las manos sobre ella, para que se cure y viva». Jesús se fue con él,
acompañado de mucha gente que lo apretujaba. Había una mujer que padecía flujos
de sangre desde hacía doce años. Muchos médicos la habían sometido a toda clase
de tratamientos, y se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por
detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensando que con solo tocarle el
vestido se curaría. Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias, y notó
que su cuerpo estaba curado. Jesús, notando que había salido fuerza de él, se
volvió en seguida, en medio de la gente preguntando: «¿Quién me ha tocado el
manto?». Los discípulos le contestaron: «Ves cómo te apretuja la gente y
preguntas: “¿Quién me ha tocado?”». Él seguía mirando alrededor, para ver quién
había sido. La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que
había pasado, se le echó a los pies y le confesó todo. Él le dijo: «Hija, tu fe
te ha curado. Vete en paz y con salud».
Todavía estaba hablando, cuando llegaron de
casa del jefe de la sinagoga para decirle: «Tu hija se ha muerto. ¿Para qué
molestar más al maestro?». Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al
jefe de la sinagoga: «No temas; basta que tengas fe». No permitió que lo acompañara
nadie más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegaron a casa
del jefe de la sinagoga y encontró el alboroto de los que lloraban y se
lamentaban a gritos. Entró y les dijo: «¿Qué alboroto y qué lloros son estos?
La niña no está muerta, está dormida». Se reían
de Él. Pero Él echó fuera a todos y, con el padre y la madre de la niña, la
cogió
de la mano y le dijo: «Talitha qum» (que
significa: «Contigo hablo, niña, levántate»). La niña se levantó inmediatamente
y comenzó a caminar; tenía doce años. Y se quedaron totalmente admirados. Les
insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.
PLEGARIA
UNIVERSAL
Oremos a Dios que nos llama a la vida y que es generoso con cada uno de
sus hijos. Digámosle con fe: R. Padre, escúchanos
1.- Por la Iglesia: para que reconociendo sus errores imite a Jesús en
sus gestos y actitudes y dé su vida por el pueblo a ella confiado. Oremos
al Señor. R.
2.- Por los obispos: para que guíen a la Iglesia imitando a Jesús en el
servicio. Oremos al Señor. R.
3.- Por los gobernantes y poderosos de este mundo: para que contribuyan
a la justa distribución de los bienes de la tierra. Oremos al Señor. R.
4.- Por los que pasan necesidad, angustia o falta de cariño: para que
encuentren quien los ayude. Oremos al Señor. R.
5.- Por los enfermos, por los agonizantes, por los que viven sin fe:
para que se vean liberados de su tristeza y sufrimientos. Oremos al Señor. R.
6.- Por los que celebramos nuestra fe en la Eucaristía: para que ella
nos ayude a vivir con ilusión nuestra vocación. Oremos al Señor. R.
Padre bueno, escucha nuestras suplicas, auméntanos la fe y no permitas
que nunca nos apartemos de ti. Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Oh, Dios, que actúas
con la eficacia de tus sacramentos, concédenos que nuestro ministerio sea digno
de estos dones sagrados. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Sal 102, 1
Bendice,
alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
La ofrenda divina que hemos presentado y
recibido nos vivifique, Señor, para que, unidos a ti en amor continuo, demos
frutos que siempre permanezcan. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 01: Am 2, 6-10.13-16; Sal 490; Mt 8, 18-22
Martes 02: Am 3, 1-8; 4, 11-12; Sal 5; Mt 8, 23-27
Miércoles 03: Ef 2, 19-22; Sal 116; Jn 20, 24-29
Jueves 04: Am 7, 10-17; Sal 18; Mt 9, 1-8
Viernes 05: Am 8, 4-6. 9-12; Sal 118; Mt 9, 9-13
Sábado 06: Am 9, 11-15; Sal 84; Mt 9, 14-17
Domingo 07: Ez 2,
2-5; Sal 122; 2Col 12, 7b-10; Mc 6, 1-6
COMENTARIOS
AL EVANGELIO
Mc 5, 21-43
Paralelos: Mt 9,
18-26 Lc, 8, 40-56
1.- Texto. En la perspectiva de
un Reino de Dios abierto a todos, Marcos introducía el domingo pasado el tema
de la fe en Jesús. El texto de hoy nos sitúa de nuevo en la orilla judía del
lago de Genesaret, en medio de la habitual aglomeración de gente en torno a
Jesús. El hilo narrativo lo configura el desplazamiento hasta la casa de Jairo,
un encargado del orden en la sinagoga, cuya hija está mortalmente enferma.
Entre partida de la orilla y llegada a la casa, Marcos intercala en los vs.
25-34 un episodio con una mujer. Se trata de la misma técnica narrativa que
encontrábamos hace tres domingos en Mc. 3, 20-35. el episodio le sirve a Marcos
para profundizar en el tema de la fe en Jesús.
Veamos. La mujer acude a Jesús como a último y único remedio a sus
trastornos corporales. Pero lo hace anónimamente, mágicamente. La propia
situación multitudinaria parece aconsejar un acercamiento así. En estas
circunstancias resuena firme la pregunta de Jesús. "¿Quién me ha tocado el
manto?" Con esta pregunta Marcos parece querer indicarnos que el ámbito de
la fe en Jesús no es el del anonimato, sino el de la intercomunicación
personal. La mujer, en efecto, se ve impelida a salir del anonimato. Viene con
temor y temblor, y se prosterna ante Jesús.
En este contexto no puede interpretarse el temor y temblor desde
planteamientos psicológicos. Representan más bien la reacción humana a la
manifestación o epifanía divina. Se pone con ello de manifiesto que la mujer no
había actuado por magia, sino por fe: ella había creído sencillamente en Jesús,
había visto en él al enviado de Dios. Esto es lo que Marcos quiere resaltar y
así lo sigue haciendo en la continuación del relato, ahora ya con Jairo.
También éste se ha prosternado ante Jesús reconociendo en él soberanía y
majestad. El propio Jesús le invita a tener fe en él.
A partir de este momento el relato se hace íntimo, personal. Con la
exclusión de gentío y plañideras se pone de nuevo de manifiesto que el ámbito
de la fe en Jesús no puede ser otro que el de la relación personalizada. Es en
un ámbito así en el que lo insospechado puede hacerse realidad. El relato
termina con el sorprendente encargo, característico en el Evangelio de Marcos,
de no divulgar el hecho.
Comentario.
Desde el
capítulo 4 de las parábolas, Marcos se está moviendo en el supuesto de un Reino
de Dios abierto a todos y en la perspectiva del presente del lector creyente,
judío y no judío. En este sentido a Marcos le interesa menos un Jesús sujeto
activo de su propio pasado que un Jesús objeto de profundización y de reflexión
por parte del creyente. Aplicando esto al texto de hoy, resulta más exacto
definirlo como relato acerca de la recta comprensión de la fe en Jesús que como
relato de milagros de Jesús.
Esto supuesto, el texto de hoy es una buena ocasión para preguntarnos
por los móviles de nuestra fe en Jesús. ¿Por qué creemos en él? ¿Qué intereses
nos mueven? ¿Buscamos obtener algo de Jesús o buscamos sencillamente entablar
una relación con él? Esta podría ser la pregunta clave.
Hemos visto que el relato termina con el sorprendente encargo de no
divulgar el hecho de que la niña de doce años no está muerta, sino que vive.
¿Es que acaso era posible ocultar esto? Como ya sucedía el domingo pasado, la
razón del encargo no hay que buscarla en el pasado del hecho, sino en el
presente del lector.
Una vez más, Marcos nos invita a situarnos en la realidad del Jesús
ausente, muerto-resucitado. Esto significa que creer en Jesús pasa por un creer
en Jesús muerto y resucitado. Ahora bien, una fe así invalida toda relación con
Jesús basada prioritariamente en el milagro, un milagro que ni siquiera Jesús
pudo hacerse a sí mismo. Creer en Jesús es andar con él un camino que termina,
cierto, en la vida, pero que antes pasa por la muerte. Creemos en Jesús, no
buscando el milagro de la salud, sino corriendo con él la maravillosa aventura
de morir y vivir.
ALBERTO BENITO - DABAR 1988, 36
2.- Jesús regresa con sus discípulos a la orilla occidental del lago de
Genezaret, sirviéndose del mismo bote desde el que había predicado a las gentes
(5, 1) y con el que había hecho la travesía cuando ocurrió lo de la tempestad
calmada (4, 36). Mateo nos dice que el desembarco fue en Cafarnaún, la
"ciudad de Jesús" (esto es, la que había elegido como plataforma de
su actividad evangelizadora; Mt 9, 1; cfr. 4, 13).
Apenas desembarcaron, se presentó delante de Jesús el jefe de la
sinagoga de Cafarnaún, llamado Jairo. Este hombre importante no sabe a quién
acudir para obtener la salud de su hija.
Posiblemente ha visto cómo Jesús curaba a los enfermos imponiéndoles las
manos. Ahora espera que le acompañe a su casa y haga otro tanto con su hija
enferma. La multitud, siempre hambrienta de sensaciones fuertes y de milagros,
se apiña en torno a Jesús. En el camino ocurre otro milagro en beneficio de una
pobre mujer que padece una enfermedad vergonzosa (es la hemorroísa). Ella sabía
muy bien que, según la Ley (Lev 15, 25-27), debía evitar todo contacto con las
personas, pues era una mujer "impura". Sin embargo, no perderá la
ocasión de acercarse sigilosamente a Jesús y de tocar la orla de su manto. Es
su última esperanza, pues ha gastado ya toda su hacienda con los médicos sin alcanzar
remedio. Ahora espera quedar sana de pronto con solo tocar el manto de Jesús.
En el comportamiento de esta mujer se manifiesta una mentalidad
primitiva, una concepción mágica. Lo cual no tiene nada de extraño en aquellos
tiempos. Pero sí es extraño que Jesús condescendiera con esa mentalidad. Es
claro que Jesús no cree que su cuerpo sea una especie de talismán que emita
unas fuerzas misteriosas que ni él mismo puede controlar; pues Jesús actúa
siempre sabiendo lo que hace y cura a los enfermos que creen en él. Por lo
tanto, sus milagros no acontecen por debajo de la conciencia y de las
disposiciones personales. Así que habrá que pensar que este milagro haya sido
relatada por Marcos tal y como fue interpretado por los testigos según su
mentalidad y no según lo que pensaba Jesús.
v. 37: El Maestro toma consigo únicamente a los tres discípulos que
serían también los testigos de su transfiguración (9, 2) y de su agonía en
Getsemaní (14, 33).
v. 38: Se trata de las plañideras que lloran por oficio y que para eso
han sido contratadas. Esto explica que se rían después al oír a Jesús que la
niña estaba dormida. La resurrección de la niña acontece por el poder de la
palabra de Jesús que Marcos ha conservado en original arameo. Jesús se
manifiesta como señor de la vida y de la muerte.
Todos los milagros que se refieren a resurrecciones no son más que la
proclamación de que en Jesús y por Jesús la vida triunfa sobre la muerte.
Con frecuencia vemos como Jesús impone silencio a los testigos de sus
milagros. Tanto que se ha hablado de la "ley del silencio".
Si Jesús establece esa ley es para evitar que sus paisanos confundan el
sentido de su mesianismo y caigan en falsos triunfalismos.
EUCARISTÍA 1985, 30
3. Mc/05/28 Mt/09/21 "¡Si
alcanzara a tocar tan sólo su vestido!" pensaba la pobre mujer del
evangelio llena de fe. ¡Si yo alcanzase a recibir su palabra -la palabra de la
Sagrada Escritura, que es la voz del Señor presente en la celebración
litúrgica- con un corazón creyente, si yo fuese digno de comulgar su sagrado
cuerpo sacrificado!: esto deberíamos pensar ahora. ¿Será menor el cuerpo que el
vestido? ¡No está la salud más cerca de aquel que forma con el Señor un solo
espíritu, una sola vida, un solo cuerpo, que de aquel que le toca únicamente
por el exterior?
EMILIANA LÖHR - EL AÑO DEL SEÑOR EL MISTERIO DE CRISTO EN EL AÑO
LITURGICO – II EDIC.GUADARRAMA MADRID 1962. Pág. 363
4.- FE/MILAGRO
Los milagros están siempre ligados a la fe. ¿Por qué? ¿Qué tipo de fe?
Aunque Jesús haya dicho: "tu fe te ha sanado", en realidad no es la
fe del hombre lo que cura, sino el poder de Dios. La fe es la condición. De
hecho, la mujer se curó, precisa Mateo, en aquel instante (9,22b); es decir, no
cuando tuvo fe, ni siquiera cuando tocó el manto de Jesús, sino cuando el Señor
le dirigió la palabra. Es la palabra de Cristo la que salva. La fe es la
condición para que Dios obre milagros. Mas ¿por qué? Porque tener confianza
significa en sustancia confesar nuestra impotencia y proclamar al mismo tiempo
nuestra confianza en el poder de Dios.
Fe es negarse a contar con nosotros para contar únicamente con Dios. El
grito de los enfermos que invocan a Cristo expresa siempre esta doble actitud.
Tal es el espacio necesario para que Dios pueda actuar.
BRUNO MAGGIONI - EL RELATO DE MATEO EDIC. PAULINAS/MADRID 1982. Pág. 99
5.- Jesús hace resaltar que a la
mujer la ha curado su fe. La fe, siempre continúa siendo la condición y el
fundamento de la acción salvadora de Dios en el hombre. La fe puede revestirse
de distintas formas, ya sean primitivas sin desarrollar, ya sean refinadamente
espirituales. Siempre está en camino y en proceso de evolución "partiendo
de fe hasta consumarse en fe" (Rm/01/17); es decir,
desde la fe existente y arraigada hasta la fe conocida más profundamente y
vivida de forma más radical.
6.- Jesús llega a la casa y nota con disgusto el ruido de las
plañideras, de los flautistas y de una muchedumbre que, según la costumbre
oriental, lloran por la muerte en voz alta y gritando. Este ruido desenfrenado
contradice por completo la índole sencilla de Jesús y de su ayuda. El Señor
invita a la multitud a que salga de la casa, lo cual evidentemente no lo hace
sin la ayuda de otros ("cuando echaron a la gente"). La multitud se
burla de él, sobre todo, por la razón que da: "la niña sólo está
durmiendo".
Jesús quiere decir que para él y para el poder de Dios esta muerte no
significa más que un sueño ligero. Así lo dice también hablando de Lázaro:
"Nuestro amigo Lázaro está dormido, pero voy a despertarlo" (Jn 11,
11).
La muerte para Dios no es un poder insuperable. Es delgada la pared que
separa la muerte de la vida. Eso la gente no lo entiende, y se burlan
neciamente de él. Las cosas tienen un aspecto muy distinto ante la mirada de
Dios y ante la experiencia del hombre.
Sólo si nos ejercitamos en ver con la mirada de Dios, nos formamos el
verdadero concepto. Entonces la muerte también pierde su carácter
horripilante.
7.- Contigo hablo, niña, levántate.
Saltándonos la escena (deliciosa) del endemoniado de Gerasa, la lectura
continua de Marcos nos lleva al doble milagro de la resurrección de la hija de
Jairo y de la curación de la mujer que padecía flujos de sangre. Un doble
milagro entrelazado, que aparece de la misma manera en los tres sinópticos (muy
resumido en Mateo, y no tanto en Lucas), y que invita a ser imaginado como un
conjunto de escenas que desfilan ante los ojos, "como si presente me
hallase".
Entre aquella multitud, se acerca un personaje de una cierta
importancia, que confía en las capacidades sanadoras de Jesús: es muy clara y
simple la expresión de confianza y de petición que hace Jairo, y es muy simple
también la respuesta de Jesús, que se va con él sin más preámbulos.
Después, en medio del gentío, aparece la mujer de los flujos de sangre,
una enfermedad que deja impuro al que la padece y al que se pone en contacto
con ella: como en el caso de los leprosos, la mujer se acerca a Jesús y lo
toca, convencida de que Jesús no hace caso de estos tabús. La reacción de
Jesús, que en primer lugar deja atemorizada a la mujer, rompe la imagen de que
en él hay una especie de fuerza mágica: es la fe y la confianza de la mujer las
que han conseguido la curación.
A continuación, recuperamos la escena de Jairo. La niña ha muerto. Y
Jairo tiene que pasar a un nuevo nivel de fe-confianza: creer que por Jesús
puede recuperar a la hija muerta.
La escena adquiere tintes de solemnidad: sólo están los tres discípulos
que participan de los grandes momentos (transfiguraci6n, Getsemaní); Jesús
entra en la casa transmitiendo seguridad y dominio de la situación; el
evangelista conserva las palabras en arameo, dándoles, por tanto, un fuerte
valor simbólico; Jesús actúa con gran sencillez (habla como si aquello no
tuviera importancia: "La niña no está muerta..."; se limita a dar la
mano a la niña y a decir una palabra nada retórica...), signo de su fuerza y su
poder. Y todo el conjunto se convierte en afirmación de la fuerza salvadora de
Jesús que libera al hombre sin ninguna barrera, y llama a la confianza en esta
liberación.
JOSEP LLIGADAS - MISA DOMINICAL 1994, 9
PROPUESTA DE CANTOS DOMINGO XIII DEL
TIEMPO ORDINARIO (CICLO B - (30 DE JUNIO 2024)
TEMA: “CONTIGO HABLO, NIÑA, LEVANTATE”
01.- ACLAMAD
AL SEÑOR (Joaquin Madurga)
Aclamad
al Señor, con toda la tierra,
aleluya,
aleluya.
Aclamad
al Señor con el universo,
aleluya,
aleluya.
Aclamad
al Señor por su inmenso poder,
aleluya,
aleluya.
ALELUYA,
(Aleluya)
ALELUYA,
(Aleluya)
ALELUYA.
(Aleluya)
Aclamad
al Señor, con todas las gentes,
aleluya,
aleluya.
Aclamad
al Señor con todos los pueblos,
aleluya,
aleluya.
Aclamad
al Señor por eterna bondad,
aleluya,
aleluya.
Aclamad
al Señor, en nuestra asamblea,
aleluya,
aleluya.
Aclamad
al Señor en medio del Pueblo,
aleluya,
aleluya.
Aclamad
al Señor porque grande es su amor,
aleluya,
aleluya.
02.-
ACLAMEMOS HOY AL SEÑOR (J. Pedro Martins)
ACLAMEMOS
HOY AL SEÑOR
CON
CANCIONES DE ALEGRÍA.
ACLAMEMOS
HOY AL SEÑOR
CELEBREMOS
SU BONDAD.
Cantad
un cántico nuevo,
cantad
a Dios tierra entera,
porque
hizo Dios maravillas
y
nos dio la salvación.
Hizo
alianza de amor,
en
Jesucristo su Hijo;
Él
es el Libertador,
es
nuestra Luz y Camino.
Cristo
a todos nos llama
y
nos invita a su Mesa.
Es
Cristo nuestro alimento,
es
Cristo nuestra promesa.
Cristo
nos dio la medida
de
lo que puede el amor.
Juntos
iremos cantando
a
la casa del Señor.
03.- REUNIDOS
EN EL NOMBRE DEL SEÑOR (Francisco Palazón)
REUNIDOS
EN EL NOMBRE DEL SEÑOR,
QUE
NOS HA CONGREGADO ANTE SU ALTAR,
CELEBREMOS
EL MISTERIO DE LA FE
BAJO
EL SIGNO DEL AMOR Y LA UNIDAD [BIS]
1.-
Tú, Señor, das sentido a nuestra vida,
tu
presencia nos ayuda a caminar,
tu
palabra es fuente de agua viva
que
nosotros, sedientos, a tu mesa venimos a buscar.
2.-
Purifica con tu gracia nuestras manos,
ilumina
nuestra mente con tu luz,
que
la fe se fortalezca en tu palabra,
y
tu cuerpo, tomado en alimento, nos traiga la salud.
04.- YA NO
TEMO SEÑOR (J.A. Espinoza)
CRISTO
ESTÁ CONMIGO
JUNTO
A MÍ VA EL SEÑOR.
ME
ACOMPAÑA SIEMPRE
EN
MI VIDA HASTA EL FIN.
Ya
no temo Señor la tristeza
ya
no temo Señor la soledad
porque
tú eres Señor mí alegría
tengo
siempre tu amistad.
Ya
no temo Señor a la noche
ya
no temo Señor la oscuridad
porque
brilla tu luz en las sombras
ya
no hay noche tú eres luz.
Ya
no temo Señor los abismos
ya
no temo Señor la inmensidad
porque
tú eres Señor el Camino
y
la Vida y la Verdad.
Ya
no temo Señor a la muerte
ya
no temo Señor la eternidad
porque
tú estás allá esperando
que
yo llegue hasta Ti.
05.- BENDITO
SEAS, SEÑOR (Francisco Palazon)
BENDITO
SEAS, SEÑOR,
POR
ESTE PAN Y ESTE VINO
QUE
GENEROSO NOS DISTE
PARA
CAMINAR CONTIGO,
Y
SERÁN PARA NOSOTROS
ALIMENTO
EN EL CAMINO.
1.-
Te ofrecemos el trabajo,
las
penas y la alegría,
el
pan que nos alimenta
y
el afán de cada día.
2.-
Te ofrecemos nuestro barro
que
oscurece nuestras vidas
y
el vino que no empleamos
para
curar las heridas.
06.- TE OFRECEMOS, SEÑOR (Francisco Palazon)
TE
OFRECEMOS, SEÑOR,
ESTE
PAN Y ESTE VINO;
QUE
EN TU CUERPO Y TU SANGRE
QUEDARÁN
CONVERTIDOS.
1.-
Con el vino y el pan,
te
ofrecemos el fruto de nuestro trabajo;
la
ilusión de vivir,
el
placer y el dolor,
la
alegría y el llanto.
2.-
Juntamente, Señor,
te
ofrecemos la vida que Tú nos has dado;
la
esperanza, la fe y el amor,
que
nos hace sentirnos hermanos.
07.- SEÑOR,
TU ERES EL PAN
TE
OFRECEMOS, PADRE NUESTRO
CON
EL VINO Y CON EL PAN
NUESTRAS
PENAS Y ALEGRÍAS,
EL
TRABAJO Y NUESTRO AFÁN.
1.-
Como el trigo de los campos
bajo
el signo de la cruz,
se
transformen nuestras vidas
en
el Cuerpo de Jesús.
2.-
Estos dones son el signo
del
esfuerzo de unidad,
que
los hombres realizamos
en
el campo y la ciudad.
3.-
A los pobres de la Tierra
a
los que sufriendo están,
cambia
su dolor en vino
como
la uva en lagar.
08.- TU ERES,
SEÑOR, EL PAN DE VIDA (T. Aragues)
m SOL
Mi
Padre es quien nos da
REm MI LAm
verdadero
Pan del cielo.
DO
REm MI LAm
Tu
eres , Señor , el Pan de Vida.
LAm SOL REm
MI LAm
¿Quien
come de este Pan vivir? eternamente.
Tu
eres, Señor, el Pan de Vida.
LAm SOL
Aquel
que venga a Mi
REm
MI LAm
no
padecer? más hambre.
LAm
SOL REm MI LAm
Mi
carne es manjar y mi Sangre la bebida.
LAm
SOL
¿El
pan que Yo dar?,
REm MI LAm
ha
de ser mi propia Carne.
LAm
SOL
Quien
come de mi Carne,
REm MI LAm
mora
en M? y Yo en ?l.
LAm
SOL REm MI LAm
Bebed
todos de ?l: es el c?liz de mi Sangre.
09.- BENDICE,
ALMA MIA, AL SEÑOR (Francisco Palazon)
Bendice,
alma mía, al Señor,
Bendice
al Señor, bendice al señor
y
todo mi ser a su santo nombre.
Bendice
al Señor, bendice al señor
El
perdona todas tus culpas
y
cura todas tus enfermedades;
Bendice
al señor, bendice al señor
El
rescata tu vida de la fosa,
y
te colma de gracia y de ternura;
Bendice
al señor, bendice al señor
El
Señor es compasivo y misericordioso,
Bendice
al señor, bendice al señor
lento
a la ira y rico en clemencia;
Bendice
al Señor, bendice al Señor
No
nos trata como merecen
nuestros
pecados
ni
nos paga según nuestras culpas.
Bendice
al Señor, bendice al Señor
Bendice,
alma mía, al Señor,
Bendice
al Señor, bendice al Señor
y
todo mi ser a su santo nombre.
Bendice
al Señor, bendice al Señor
Como
un padre
siente
ternura por sus hijos,
siente
el Señor ternura por sus fieles;
Bendice
al Señor, bendice al señor
Porque
él conoce nuestra masa,
se
acuerda de que somos barro.
Bendice
al Señor, bendice al señor
El
Señor puso en el cielo su trono,
su
soberanía gobierna el universo.
Bendice
al Señor, bendice al señor
Bendecid
al Señor, todas sus obras,
en
todo lugar de su imperio.
Bendice
al Señor, bendice al señor
¡Bendice,
alma mía, al Señor!
Bendice
al Señor, bendice al señor
y
todo mi ser a su santo nombre.
Bendice
al Señor, bendice al señor
10.-VASO
NUEVO
1.-
Gracias quiero darte por amarme
gracias
quiero darte yo a ti Señor.
Hoy
soy feliz porque te conocí.
Gracias
por amarme a mí también.
YO
QUIERO SER, SEÑOR, AMADO
COMO
EL BARRO EN MANOS DEL ALFARERO.
TOMA
MI VIDA, HAZLA DE NUEVO,
YO
QUIERO SER UN VASO NUEVO.
2.-
Te conocí y te amé,
te
pedí perdón y me escuchaste.
Sí,
te ofendí, perdóname Señor
pues
te amo y nunca te olvidaré.
YO
QUIERO SER, SEÑOR, AMADO
COMO
EL BARRO EN MANOS DEL ALFARERO.
TOMA
MI VIDA, HAZLA DE NUEVO,
YO
QUIERO SER UN VASO NUEVO.
11.- TALITA KUM (Neston Gallegos)
SI do#7
Talita
Kum, levántate niña
FA#7 SI
Talita
Kum __ te ordena el Señor
SI7 MI
Talita
Kum, __ mi niña no duermas
SI FA#7 SI
que
Yo soy la Vida y la Resurrección.
SI
1.-
Jairo se llamaba el hombre
FA#7
cómo
lo voy a olvidar
si
entre todos esos hombres
SI
lo
podría yo encontrar.
Jefe
de la Sinagoga
SI7 MI
cuando
tu hija se enfermó
mi SI
sin
temor y sin demora
do#7
FA7 SI
recurriste
al Señor.
2.-
Mi hija tiene doce años
de
salud está muy mal
ven
a casa te esperamos
Tú,
Jesús, la salvarás
Justo
fue en aquel momento
que
un amigo le avisó
no
molestes al Maestro
que
tu hijita ya murió.
3.-
Jairo muy entristecido
ya
no supo más que hacer
y
el Señor compadecido
quiso
hablarle solo a él.
No
temas amigo mío
que
a tu niña salvaré
créeme
lo que te digo
Yo
la resucitaré.
4.-
Al entrar a aquella casa
el
Señor se adelantó
ya
no lloren por la niña
solo
duerme, no murió.
Acercándose
hasta ella
de
su mano la tomó
y
diciendo dos palabras
la
niñita se salvó.
12.- VEN,
JESUS
VEN
JESÚS VEN A MI VIDA
DANOS
TU FUERZA PARA ANDAR (BIS)
Caminar
a lo largo de esta vida
Pero
agarrados de tu vida
Y
saber que no hay nada en este mundo
Que
pueda separarnos.
Recordar
siendo niños de momento
Cuando
supe abrir mis labios
Descubrir
Mis secretos en tus manos
y
decirte que te quiero.
Compartir
una fiesta como amigos
Recordando
tus palabras
Y
comer y beber de tu alimento
Que
da vida en abundancia.
13.- TE DAMOS
GRACIAS SEÑOR (J.A. Espinoza)
TE
DAMOS GRACIAS, SEÑOR,
DE
TODO CORAZÓN,
TE
DAMOS GRACIAS, SEÑOR,
CANTAMOS
PARA TI.
1.-
A tu nombre daremos gracias,
por
tu amor y tu lealtad,
te
llamé y me escuchaste,
aumentaste
el valor en mi alma.
2.-
Te alaban los reyes de la tierra,
porque
oyeron la voz de tu palabra;
y
en los caminos del Señor van cantando,
porque
grande es la gloria del Señor.
3.-
Si camino en medio de la angustia,
me
das vida a pesar del enemigo;
Tú
miras al pobre y al humilde,
grandioso
es el Señor.
4.-
Tiendes tu mano y nos salvas,
cumplirás
tu favor hacia mí;
Señor,
tu amor es eterno;
no
abandones la obra de tus manos.
14.- TU ERES
EL DIOS QUE NOS SALVA (J.A. Espinoza)
1.-
Tú eres el Dios que nos salva,
la
luz que nos ilumina,
la
mano que nos sostiene
y
el techo que nos cobija.
La
mano que nos sostiene
y
el techo que nos cobija.
TE
DAMOS GRACIAS, SEÑOR,
TE
DAMOS GRACIAS, SEÑOR. [BIS TODO]
2.-
Te damos gracias, Señor,
porque
has depuesto la ira
y
has detenido ante el pueblo
la
mano que lo castiga.
Y
has detenido ante el pueblo
la
mano que lo castiga.
3.-
Y sacaremos con gozo
del
manantial de la vida
las
aguas que dan al hombre
la
fuerza que resucita.
Las
aguas que dan al hombre
la
fuerza que resucita.
4.-
Entonces proclamaremos:
"Cantadle
con alegría.
El
nombre de Dios es grande,
Su
caridad infinita.
El
nombre de Dios es grande,
Su
caridad infinita".
5.-
Que alabe al Señor la Tierra
Contadle
las maravillas.
Qué
grande en medio del pueblo
el
Dios que nos justifica.
Qué
grande en medio del pueblo
el
Dios que nos justifica.
15.- AMAR ES
ENTREGARSE
Amar
es entregarse
olvidándose
de sí,
buscando
lo que, al otro,
pueda
hacerle feliz (2).
QUÉ
LINDO ES VIVIR PARA AMAR,
QUÉ
GRANDE ES TENER PARA DAR,
DAR
ALEGRÍA, FELICIDAD,
DARSE
UNO MISMO ESO ES AMAR (2).
Si
amas como a ti mismo,
y
te entregas a los demás,
verás
que no hay egoísmo
que
no puedas superar (2).