viernes, 26 de diciembre de 2014

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO SAGRADA FAMILIA - 28 DICIEMBRE 2014

MARIA MADRE
  

  
PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Eclesiástico 3,2-6.12-14

Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre su prole. El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y, cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor lo escucha. Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo abochornes mientras vivas. La limosna del padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 127)
                        
Dichosos los que temen al Señor  y siguen sus caminos

Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien. R.
Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa. R.

Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3,12-21

Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión. Sobrellévense mutuamente y perdonense, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: hagan ustedes lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en su corazón; a ella han sido convocados, en un solo cuerpo. Y sean agradecidos. La palabra de Cristo habite entre ustedes en toda su riqueza; enséñense unos a otros con toda sabiduría; corríjanse mutuamente. Canten a Dios, denle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y, todo lo que de palabra o de obra realicen, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Mujeres, vivan bajo la autoridad de sus maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amen a sus mujeres, y no sean ásperos con ellas. Hijos, obedezcan a sus  padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperen a sus hijos, no sea que pierdan los ánimos.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 22-40

Transcurrido el tiempo de la purificación de María, según la ley de Moisés, ella y José llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley: Todo primogénito varón será consagrado al Señor, y también para ofrecer, como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones.
Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón justo y temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en él moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no moriría sin haber visto antes al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu, fue al templo, y cuando José y María entraban con el niño Jesús para cumplir con lo prescrito por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios, diciendo: “Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, según lo que me habías prometido, porque mis ojos han visto a tu Salvador, al que has preparado para bien de todos los pueblos; luz que alumbra a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel”.
El padre y la madre del niño estaban admirados de semejantes palabras. Simeón los bendijo, y a María, la madre de Jesús, le anunció: “Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará contradicción, para que queden al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma”.
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana. De joven, había vivido siete años casada y tenía ya ochenta y cuatro años de edad. No se apartaba del templo ni de día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Ana se acercó en aquel momento, dando gracias a Dios y hablando del niño a todos los que aguardaban la liberación de Israel. Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y fortaleciéndose, se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios estaba con él.

COMENTARIO

Cuarto misterio gozoso del santo rosario: María, madre la que obedece. ¡Cinco veces evoca Lucas la ley! Cuando llegó el día fijado por la ley, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén. Lo llevaron, y el anciano Simeón lo tomó en brazos. Con un niño de cuarenta días se hace lo que se quiere: la encarnación llegó hasta eso. Lo inaudito de navidad se diluye en lo más ordinario. A veces soñamos con salir de nuestra vida modesta para vivir algo extraordinario, y esta escena nos presenta a una joven pareja de obreros que obedecen vulgarmente a la ley. Pero estos tres corazones son tan extraordinarios que pueden vivir humildemente una ventura extraordinaria: la salvación del mundo empieza a jugarse allí. Ante la sagrada familia podemos pensar en nuestra propia existencia familiar con un poco más de calor; depende menos de nuestra situación y de los que de nuestro propio corazón.
Ellos obedecen. La fiesta de hoy celebra la obediencia. María y José obedecen a la ley para comulgar con Dios. Nosotros hoy hacemos muchos remilgos cuando se trata de obedecer o de formar a los hijos en la obediencia. ¿Qué es lo que harán mañana si no saben escuchar a Dios y escuchar a los jefes en cualquier trabajo y en cualquier grupo? Desde luego, hay momentos en que hay que saber decir que no, pero nuestra vida está tejida de ordinario por esos que pueden ser tan sencillos y tan felices como los síes de María y de José.
De pronto, el  misterio gozoso se nubla de tristeza: Una espada, le dice Simeón a María, te traspasará el corazón. ¿Qué espada? Lo vemos en lo que precede: Tu hijo va a dividir. Muchos
judíos esperaban una salvación global, un poco mecánica, en la que todo el pueblo quedaría a  salvo. No es ésa la salvación que viene a traer Jesús; cada uno tendrá que decidirse, será una salvación en contra: esto es lo que desgarrará el corazón de María. Habrá otra espada: el horrible sufrimiento que la atormentara al pie de la cruz. Sin embargo, ella estará en pie, fuerte. Es un acto valeinte que todos los padres pueden decirle a María, madre, que les ayude a vivir en los momentos terribles.
Una sola frase lanza ahora  el proyecto sobre la vida de Jesús hasta los doce años, cuando volveremos a encontrarlo en el templo: El niño iba creciendo y robusteciéndose y adelantaba en saber; y el favor de Dios lo acompañaba. En la casita de Nazaret va creciendo entre la cocina de la madre y el taller del padre. De nuevo el misterio de lo inaudito en la más total simplicidad oculta y silenciosa. Pero si lo comparamos con  los que dice Lucas sobre la infancia de Juan el Bautista, vemos todo el abismo. También Juan crecía y la a mano  de Dios estaba sobre él. Jesús crecía en sabiduría: una expresión para señalar su vínculo con el Espíritu: Jesús es sabiduría. Y más que la mano del Señor, sobre él está toda la gracia, todo el favor del Padre. Que esto no nos mueva a rechazar más o manos conscientemente el misterio y la ley de la encarnación: como todas las madres, María tiene que enseñarle muchas cosas a su pequeño.
Seguramente más con su comportamiento que con sus palabras, porque María es una madre silenciosa y eficaz. Más tarde, el hombre de treinta años que nos llenará de admiración mostrará unos sentimientos y unos gestos que le vienen de su madre.
Pensando en ello es como los padres y las madres de hoy le pedirán a María, madre, que les dé esa finura de amor por la que sepan despertar  en  sus  hijos    lo que en ellos duerme  de  personal  y  de  ilusión  del  mañana.

PLEGARIA UNIVERSAL.

La Imagen del portal de Belén y toda la infancia de Jesús, nos hace admirar el ambiente familiar que Dios había pensado para todos nosotros. Hoy le pedimos a esa familia que nos ayude a vivir buscando ese Amor

1.- Por el Papa, obispos y sacerdotes y todo el pueblo que formamos la Iglesia, para que seamos esa familia de Dios, reflejo de aquella de Nazareth. Roguemos al Señor.

2.- Por nuestros dirigentes para que sus esfuerzos transformen nuestra sociedad, donde el amor sea a única forma de relación entre todos. Roguemos al Señor.

3.- Por los extranjeros, los desplazados, para que en sus nuevos lugares encuentren la acogida y la atención que merecen los hijos de Dios. Roguemos al Señor.

4.- Por los que han perdido su fe para que en estos momentos de cercanía del Señor, reaviven aquella llama y vuelvan a ser fuego ardiente cerca del Señor. Roguemos al Señor.

5.- Por todos los hogares para que con mediación de aquel hogar de Nazareth sean reflejo de aquel por su amor y generosidad unos con otros. Roguemos al Señor.

6.- Por nosotros para que vivamos con la generosidad y entrega propia de aquella primera Iglesia doméstica y estemos unos pendientes de los otros. Roguemos al Señor.

Padre, en estos días que contemplamos el misterio de la Sagrada Familia, haz que en todos los hogares cristianos se respire la misma paz y armonía y así se extiendan al resto del mundo. Te lo pedimos por tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 29: 1Jn  2, 3-11; Sal 95; Lc 2, 22-35.
Martes 30:1Jn 2, 12-17; Sal 95; Lc 2, 36-40.
Miércoles 31:1Jn 2,  18-21; Sal 95, Jn 1, 1-18.
Jueves 01: Santa Maria Madre de Dios (S) Nm 6, 22-27; Sal 66, 2-3.5-6.8; Ga 4, 4-7; Lc 2, 16-21.
Viernes 02: San Basilio Magno y San Gregorio Nacianceno, Obispos y doctores (M) 1Jn 2, 22-28; Sal 97, 1-4; Jn 1, 19-28.
Sábado 03: 1Jn 2, 29—3,6; Sal 97, 1.3-6; Jn 1, 29-34.

Domingo 04: La Epifanía Del Señor (S) Is 60, 1-6; Sal 71, 1-2.7-8.10-11.12-13; Ef 3, 2-3ª.5-6; Mt 2, 1-12.

viernes, 19 de diciembre de 2014

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO IV ADVIENTO CICLO B - 21 DICIEMBRE 2014

ALEGRATE


PRIMERA LECTURA

Lectura del segundo libro de Samuel 7,1-5.8b-12.14a.16

Cuando el rey David se estableció en su palacio, y el Señor le dio la paz con todos los enemigos que le rodeaban, el rey dijo al profeta Natán: «Mira, yo estoy viviendo en casa de cedro, mientras el arca del Señor vive en una tienda.».
Natán respondió al rey: «Ve y haz cuanto piensas, pues el Señor está contigo.».
Pero aquella noche recibió Natán la siguiente palabra del Señor: «Ve y dile a mi siervo David: "Así dice el Señor: ¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra. Daré un puesto a Israel, mi pueblo, lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que los malvados lo aflijan como antes, cuando nombré jueces para gobernar a mi pueblo Israel. Te pondré en paz con todos tus enemigos, y, además, el Señor te comunica que te dará una dinastía. Y, cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mí presencia; tu trono permanecerá por siempre.».

SALMO RESPONSORIAL (Sal 88)

Cantaré eternamente tus misericordias, Señor

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno, 
más que el cielo has afianzado tu fidelidad.» R.

«Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
"Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades."» R.

Él me invocará: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora.».
Le mantendré eternamente mi favor, 
y mi alianza con él será estable. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 16,25-27

Al que puede fortaleceros según el Evangelio que yo proclamo, predicando a Cristo Jesús, revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos y manifestado ahora en los escritos proféticos, dado a conocer por decreto del Dios eterno, para traer a todas las naciones a la obediencia de la fe al Dios, único sabio, por Jesucristo, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1,26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.».
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.».  Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?».
El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.».  María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.».  Y la dejó el ángel.

COMENTARIO

Por su belleza literaria y por la hondura de su teología nuestro texto constituye uno de los pasajes centrales del N.T.
El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret. Una página que nos sabemos de memoria. Muchas veces se ha traducido este saludo por una fórmula de respeto admirativo: “Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo”, es algo muy hermoso; es nuestra Ave María.
Pero los especialistas que escudriñan el evangelio, utilizan otras palabras mucho más fuertes para traducir a Lucas: Alégrate, privilegiada, el Señor está contigo. Semejante formula reviste para María, la meditativa, el colorido  y el esplendor de los anuncios mesiánicos: Alégrate: esta alegría es Dios. El Señor está contigo: ella conoce las Escrituras, se siente turbada, sabe a dónde van esas palabras que abren a puerta a los grandes misiones. Vas a ser la Madre del Mesías.
El ángel multiplicó unas expresiones que, reunidas entre si, no pueden dejarle ninguna duda: sobre ella recae ciertamente la gran promesa: Darás a luz un hijo, será grande, se llamara hijo del Altísimo,  Reinará y su reino no tendrá fin.
Para penetrar más en la revelación, Lucas pone en labios de María la cuestión que nos va a proyectar ente todo el misterio:-¡Yo soy Virgen! -Si, María, y lo seguirás siendo, porque el niño infinitamente santo que nacerá en ti es el Hijo de Dios.
El Espíritu Santo, la fuerza del altísimo, producirá en ti ese nacimiento absolutamente único. La cumbre de esta página: El que va a nacer es el Hijo de Dios. Todo lo que quería decirnos  Lucas esta aquí. Y añade una palabra para ayudar a nuestra fe: Para Dios  no hay nada imposible. Y nos hace escuchar el sí de María que la entrega por completo, un sí tan entero que jamás Dios recibirá otro igual.
Pero lo que hay que escuchar sobre todo es el anuncio, la alegría: se nos ha dado el Mesías, el que viene a salvarnos de toda maldad y de toda miseria. ¡Dios mismo va a nacer de una mujer para ser un hombre como nosotros! ¿Llegaremos alguna vez de hacernos idea de esto? San Juan lo formula con toda claridad: El Verbo, que es Dios, se hizo carne y habitó entre nosotros.
Dios entre nosotros, Dios con nosotros: el gozo que se le ofrece a María (¡Alégrate!) es el gozo que se nos ofrece cuando comprendemos hasta que punto, por Jesús (y por María),
Dios está con nosotros, está para nosotros. Sean cuales fueren las sombras sobre el mundo y sobre nuestra vida, ¿quién podrá arrebatarnos este sol?.
Los días en que Jesús se hace más fuertemente sol para nosotros son nuestras anunciaciones. Unas veces dulces, otras crueles. ¿Cuál es el ángel que nos despierta?.
A veces una página del evangelio, o un maravilloso encuentro fraternal. O un sufrimiento que quiebra esperanzas e ilusiones. 
De pronto nos sentimos llamados a cosas más difíciles y más altas. Alégrate, el Señor está contigo, vas a dar a luz tu propia vida y vas a engendrar todo un mundo. Con tal que digas sí.

PLEGARIA UNIVERSAL.
A Cristo que viene, presentamos nuestras plegarias para que por su mediación el Padre conceda a su Iglesia los dones necesarios para preparar nuestro corazón a la venida de su Hijo Nuestro Señor. Nuestra Plegaria es: Señor, ayúdanos a preparar la Navidad:

1.- Por el Papa, Obispos y sacerdotes y todo el pueblo que formamos la Iglesia, haz que todo este tiempo de Adviento nos lleve a acoger al aniño que nace y al hermano que esta necesitado. Roguemos al Señor.

2.- Por nuestros gobernantes para que con sus decisiones contribuyan a traer la paz, la armonía y la convivencia pacífica entre todos. Roguemos al Señor.

3.- Por los que viven lejos de sus hogares, extranjeros, emigrantes, desplazados, para que sean acogidos por los que les rodean y puedan disfrutar de una Navidad con alegría y paz. Roguemos al Señor.

4.- Por todos aquellos que se resisten a acoger al niño Jesús como Salvador, para que el Amor de Dios toque sus corazones y los mueva a aceptar este gran misterio. Roguemos al Señor.

5.- Por todos los hogares que han preparado durante estas sanas de Adviento sus corazones, para que Dios nazca en ellos  y llene de calor y alegría cada hogar cristiano. Roguemos al Señor.

6.- Por nosotros que nos reunimos ante el altar de Cristo, para que la perseverancia no se convierta en rutina y nos gocemos inmensamente por el nacimiento de nuestro Redentor. Roguemos al Señor.

Padre, en estos días de espera ante la inminente llegada de tu Hijo, dispón nuestro corazón y nuestra vida para que le acojamos y pueda quedarse siempre entre nosotros. Te lo pedimos por Tu Hijo Jesucristo, nuestro Redentor, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 22: 1S 1, 24-28; Sal: 1S 2, 1-8; Lc 1, 46-56.
Martes 23: Ml 3, 1-4.23-24; Sal 24; Lc 1, 57-66.
Miércoles 24: 2S 7, 1-5.8b-12.14ª.16; Sal 88; Lc 1, 67-79.
Vigilia de la Navidad del Señor: Is 62,m1-5; Sal 88; Hch 13, 16-17.22-25; Mt 1, 1-25.
Jueves25: La Natividad del Señor (S)
Misa de Medianoche: Is 9, 1-3.5-6; Sal 95; Tt 2, 11-14; Lc 2, 1-14.
Misa de la Aurora: Is 62, 11-12; Sal 96; Tt 3, 4-7; Lc 2, 15-20.
Misa del Día: Is 52, 7-10; Sal 97, Hb 1, 1-6; Jn 1, 1-18.
Viernes26: San Esteban, protomártir (F) Hch 6, 8-10; 7,m54-60; Sal 30; Mt 10, 17-22.
Sábado27: San Juan, Apóstol y evangelista (F) 1Jn 1, 1-4; Sal 96; Jn 20, 2-8.
Domingo28: La Sagrada Familia : Jesús, María y José (F)

Eclo 3, 2-6.12-14; Sal 127, Col 3, 12-21; Lc 2, 22-40.

viernes, 12 de diciembre de 2014

LECTURAS Y COMENTARIO III DOMINGO ADVIENTO CICLO B - 14 DICIEMBRE 2014

YO SOY UN TESTIGO
  


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías 61,1-2a.10-11

El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos, y a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del Señor.  Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novio que se pone la corona, o novia que se adorna con sus joyas.
Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos.

SALMO RESPONSORIAL (Lc. 1)

Me alegro con mi Dios

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones. R.

Porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación. R.

A los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 5,16-24

Esten siempre alegres. Sean constantes en orar. Den gracias en toda ocasión: ésta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de ustedes. No apaguen el espíritu, no desprecien el don de profecía; sino examínenlo todo, quedándose con lo bueno.
Guárdense de toda forma de maldad. Que el mismo Dios de la paz los consagre totalmente, y que todo su espíritu, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo. El que os ha llamado es fiel y cumplirá sus promesas.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 1,6-8.19-28

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. Y éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran: «¿Tú quién eres?». Él confesó sin reservas: «Yo no soy el Mesías.».
Le preguntaron: «¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?».
Él dijo: «No lo soy.». «¿Eres tú el Profeta?».  Respondió: «No.».
Y le dijeron: «¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?».
Él contestó: «Yo soy la voz que grita en el desierto: "Allanad el camino del Señor", como dijo el profeta Isaías.». Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: «Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?».
Juan les respondió: «Yo bautizo con agua; en medio de ustedes hay uno que no conocen, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia.»
Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.

COMENTARIO

Juan Bautista es el  testigo de Cristo. ¿Les impresiona esta idea? Al final de su evangelio, Juan dirá que también él fue un testigo, y al término del evangelio de Lucas,  Jesús dice: Serán mis testigos. Habrá que creer que se trata de algo importante. El testigo revela alguna cosa, sabe, manifiesta la existencia y la importancia de alguien. Es lo que Juan bautista hizo a favor de Jesucristo. Sorprendió a las gentes, suscitó la fiebre de su espera: ¿Eres tú el Mesías? ¡Dínoslo!. Y entonces resonó su testimonio: No, no soy yo: pero en medio de ustedes está ése que no conocen. El terreno estaba preparado. Cuando al día siguiente mostró a un hombre diciendo: Este es el cordero de Dios, los primeros discípulos se pusieron a seguir a aquel hombre a Jesús, y se convirtieron a su vez en testigos suyos: ¡Ha venido el Mesías. Cristo ha venido, pero muchos no lo saben. Algunos lo esperan confusamente, sienten que en su venida, en el mundo, hay muchas cosas decepcionantes y angustiosas. Esta sorda espera es la que la liturgia de adviento recoge y acentúa; pero todo el año, día tras día, los hombres esperan la salvación, una salvación, un salvador. ¡Dichosos si encuentran testigo! ¿Soy yo ese testigo?. eguramente ha sentido esa llamada, al menos una vez en mi vida: ser apóstol, ser testigo de Cristo. Si se ha dormido ese impulso, el evangelio de hoy podría despertarlo. Tengo ante mí vista al primer  testigo, al modelo de testigos: Juan Bautista. Era un hombre sorprendente.  ¿Hay algo en  mí que sorprende a los que me rodean? ¿Manifiesto yo suficientemente mi fe para que se sientan movidos a interrogarme: ¿Tú quién eres? ¿Qué es lo que tienes en tu vida? Eso demostraría que soy un buen cartel de propaganda para Cristo. El anuncio de algo, el anuncio de alguien: Hay uno en medio de ustedes. Está ahí, en sus luchas, en sus esperanzas, en la manera de amar de ustedes. ¿Quién es? -Jesucristo. -Háblanos de él. Allí comienza el momento difícil del testimonio directo: saber hablar de Jesucristo. ¡Qué pena que nos falten palabras! Para ser testigos, hay que saber, y  tenemos para ello medio en abundancia: libros reuniones, catequesis audiovisual. Decir yo no sé, sin poner ningún esfuerzo, es realmente querer ser un mal testigo. Hay personas muy cultas y creyentes, pero ante las diversas cuestiones su ignorancia religiosa se va manifestando cada vez más grande, de forma que se sienten molestas. No me atrevo a afirmar que uno se convierta automáticamente en un buen testigo a base de la cultura religiosa. Si sé mantener nuestra fe en el nivel intelectual de nuestra cultura profana es absolutamente necesario, no es sin embargo más que un aspecto de nuestro testigo. El testigo de Jesucristo es sobre todo uno que vive de Jesucristo. ¡Y esto es algo que se ve! ¿Quieres atestiguar que Jesucristo es la esperanza de los hombres? ¿Cómo vives tú esa esperanza? ¿Quieres atestiguar que Jesucristo trae el amor? ¿Cómo es tu fraternidad con los demás?.

PLEGARIA UNIVERSAL.

Siguiendo el consejo de San Pablo pedimos a nuestro Padre que infunda en nosotros el deseo de buscar la oración y el espíritu de discernimiento: Señor, que el Espíritu nos abra hacia ti.

1.- Por el Papa, obispos y sacerdotes para que alienten sin desanimo a la Iglesia y la guíen por el camino de conversión propio de este tiempo de Adviento. Roguemos al Señor.

2.- Por nuestro gobernantes para que sea el Espíritu de servicio el que guie sus decisiones, buscando el bien de todos. Roguemos al Señor.

3.- Por los catequistas y todos aquellos que dedican su tiempo a evangelizar, para que como Juan el Bautista trabajen humildemente como voceros de la única Palabra. Roguemos al Señor.

4.- Por todos los que viven en necesidad para que tu pronta venida, les colme de alegría y encuentren satisfacción a sus necesidades. Roguemos al Señor.

5.- Por nosotros, nuestros familiares y amigos para que el Señor nos bendiga y seamos perseverantes en la alegría  y la oración. Roguemos al Señor.

Padre, acoge estas necesidades que tus Hijos te presentan, con el fin de preparar pronta la venida de tu Hijo. Por El que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 15: Nm 24, 2-7.15-17ª;  Sal 24;  Mt 21, 23-27.
Martes 16:So 3, 1-2.9-13; Sal 33; Mt 21, 28-32.
Miércoles 17: Gn 49,   1-2.8-10;  Sal 71;  Mt 1, 1-17.
Jueves 18: Jr 23, 5-8; Sal 71; Mt 1, 18-24.
Viernes 19: Jc 13,  5-8; Sal 71, Mt 1, 18-24.
Sábado 20: Is 7, 10-14; Sal 23; Lc 1, 26-38.
Domingo 21: Domingo IV de Adviento

2S 7, 1-5. 8-12.14ª.16; Sal 88; Rm 16, 25-27; Lc 1, 26-38.

viernes, 5 de diciembre de 2014

LECTURAS Y COMENTARIO II DOMINGO DE AVIENTO CICLO B - 7 DICIEMBRE 2014

VIENE UNO MÁS FUERTE


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías 40,1-5.9-11

«Consuelen, consuelen a mi pueblo, –dice su Dios–; hablen al corazón de Jerusalén, grítenle, que se ha cumplido su servicio, y está pagado su crimen, pues de la mano del Señor ha recibido doble paga por sus pecados.».
Una voz grita: «En el desierto prepárenle un camino al Señor; allanen en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale. Se revelará la gloria del Señor, y la verán todos los hombres juntos –ha hablado la boca del Señor.».
Súbete a un monte elevado, heraldo de Sión; alza fuerte la voz, heraldo de Jerusalén; álzala, no temas, di a las ciudades de Judá: «Aquí está vuestro Dios. Miren, el Señor Dios llega con poder, y su brazo manda. Miren, viene con él su salario, y su recompensa lo precede. Como un pastor que apacienta el rebaño, su brazo lo reúne, toma en brazos los corderos y hace recostar a las madres.».

SALMO RESPONSORIAL (Sal  84)

Muéstranos, Señor, Tu Misericordia y Danos Tu Salvación

Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.».
La salvación está ya cerca de sus fieles, 
y la gloria habitará en nuestra tierra. R.

La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R.

El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pedro 3,8-14.

No pierdan de vista una cosa: para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no tarda en cumplir su promesa, como creen algunos. Lo que ocurre es que tiene mucha paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan. El día del Señor llegará como un ladrón. Entonces el cielo desaparecerá con gran estrépito; los elementos se desintegrarán abrasados, y la tierra con todas sus obras se consumirá. Si todo este mundo se va a desintegrar de este modo, ¡qué santa y piadosa ha de ser su vida! Esperad y apresuren la venida del Señor, cuando desaparecerán los cielos, consumidos por el fuego, y se derretirán los elementos. Pero nosotros, confiados en la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva en que habite la justicia. Por tanto, queridos hermanos, mientras esperáis estos acontecimientos, procuren que Dios los encuentre en paz con él, inmaculados e irreprochables.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Marcos 1,1-8

Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Está escrito en el profeta Isaías: «Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Una voz grita en el desierto: "Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos."».
Juan bautizaba en el desierto; predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y proclamaba: «Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo los he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.».

COMENTARIO

Juan Bautista, un profeta muy grande, bisagra entre el A.T. y el Nuevo, anuncia a “uno más fuerte que él”. Un poco contra corriente de ciertas tendencias que no quieren ver en Jesús más que su debilidad de hombre y su abajamiento, creo que hay que meditar también en esta proclamación de sus fuerzas y su poder. El evangelio nos llama a vivir una aventura con Jesús. Todo lo que se nos puede decir a propósito de Jesús tiene que ayudarnos a profundizar en la primera palabra sobre él, la que pronunció Juan Bautista: “Viene uno más fuerte que yo”.
Nuestra aventura con Jesús comienza cuando, para nosotros, ese Jesús al que escuchamos en el evangelio, humano, amigo, que dice cosas tan hermosas, se convierte en el centro de la historia, en el centro del mundo actual y del mundo futuro, en el salvador de todos los hombres, en el amor supremo. Era quizás el amigo, nuestro amigo. Se convierte a partir de entonces en una inmensidad amigable: no podemos tratar ya con él sin sentirnos con él y como él, hijos del Padre, hermanos universales que lo reciben todo y lo vencen todo: ¿Cómo es posible que con su Hijo, Dios no nos regale todo?... Pero todo eso lo superamos de sobra gracias al que nos amó” (Rm 8, 32 y 37).
Mientras no hayamos realizado esa experiencia del “más fuerte, podemos hojear el evangelio en busca del consejos, pero lo cierto es que esas páginas nos esperan para darnos la “presencia”, para ponernos en contacto con Jesús y hacernos entrar en su irradiación de poder.
Uno de los primeros sermones sobre Jesús, el de Pedro en casa del centurión Cornelio, nos hace oír esta nota de poder y de fuerza: “Me refiero a Jesús de Nazareth, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo” (Hch 10, 38). Y cuando Jesús, preso y llevado ante el Sanedrín, vio cómo le planteaban la cuestión que resume todo el evangelio de Marcos: ¿Eres tú el Mesías, elijo de Dios bendito?”, respondió: “Van a ver al Hijo del hombre sentado a la derecha del todopoderoso”. “Van a ver”….. Si todo depende de Jesús, todo depende en primer lugar de nuestra mirada sobre él. El segundo recorrido por el evangelio que vamos a hacer será, más que los otros, un esfuerzo por ver.
 Este esfuerzo tiene que conducirnos hasta una fe en Jesús que nos haga comprender hasta qué punto aquél a quien Juan bautista veía como “más fuerte que él” es “la fuerza misma de Dios” (1 Cor 1, 25).
 Cuando se presenten las horas difíciles, este pensamiento puede llevarnos hacia Jesús con una confianza ilimitada, incondicional.

PLEGARIA UNIVERSAL.
Padre, hoy tu Iglesia nos invita a la conversión, a preparar el camino de tu Hijo, pero a veces nos resulta difícil descubrir nuestros valles y colinas y sobrellevar la carga que conlleva el igualarlos: Señor, danos luz y perseverancia.

1.- Señor, te pedimos por el Papa Francisco que con sus palabras y ejemplos nos siga mostrando a Cristo el Señor, como lo hacía san Juan Bautista. Roguemos al Señor.

2.- Señor, te pedimos por los enfermos para que con tu luz puedan descubrir el sentido de la cruz y la lleven con dignidad y humildad. Roguemos al Señor.
3.- Señor, te pedimos por todas las madres y padres que esperan un hijo o acaban de tenerlo para que ese cambio en sus vidas les lleve a considerar el cambio que Cristo nos trae con su venida. Roguemos el Señor.

4.- Señor, te pedimos por todos aquellos que viven lejos de sus hogares para que encuentren en sus nuevos destinos manos y almas acogedoras. Roguemos al Señor.

5.- Por todos nosotros para que nos interpelen las palabras del Bautista y comiencen en nuestro interior la apertura de nuevos caminos, a Dios, a la Iglesia, al prójimo, al necesitado. Roguemos al Señor.

Padre, acoge estas suplicas que tu pueblo expectante ante la venida de tu Hijo, eleva desde su caminar diario. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 08:La Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María (S). Gn 3, 9-15.20; Sal 97; Ef 1,3-6.11-12; Lc 1, 26-38.
Martes 09: Is 40, 1-11; Sal 95; Mt 18, 12-14.
Se puede celebrar la memoria de san Juan Diego Cuauhtlatoatzin (blanco)
Miércoles 10: Is 40, 25-31;Sal 102; Mt 11, 28-30.
Jueves 11: Is 41, 13-20; Sal 144; Mt 11, 11-15.
Viernes 12: Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de America Latina (F)
Eclo 24, 17-22 (o bien, Rm 8, 28-30) Sal: Lc 1, 46-55; Lc 1, 39-47.
Sábado 13: Santa Lucia, virgen y mártir (MO) Eclo 48, 1-4.9-11; Sal 79, Mt 17, 10-13.
Domingo 14: Domingo III de Adviento
Is 61, 1-2ª.10-11; Sal: Lc 1, 46-54; 1Ts 5, 16-24; Jn 1, 6-8.19-28