martes, 23 de junio de 2015

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO XIII TIEMPO ORDINARIO CICLO B - 28 JUNIO 2015

“CONTIGO HABLO, NIÑA ¡LEVANTATE!”
  


ORACION COLECTA

Padre de bondad que por la gracia de la adopción nos has hecho hijos de la luz, concédenos vivir fuera de las tinieblas del error y permanecer siempre en el esplendor de la verdad. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de la Sabiduría 1,13-15; 2,23-24

Dios no hizo la muerte ni goza destruyendo los vivientes. Todo lo creó para que subsistiera; las criaturas del mundo son saludables: no hay en ellas veneno de muerte, ni el abismo impera en la tierra. Porque la justicia es inmortal. Dios creó al hombre para la inmortalidad y lo hizo a imagen de su propio ser; pero la muerte entró en el mundo por la envidia del diablo; y los de su partido pasarán por ella.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 29)

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R.

Tañed para el Señor, fieles suyos,
den gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto;
por la mañana, el júbilo. R.

Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas. Señor, Dios mío,
te daré gracias por siempre. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 8,7.9.13-15

Ya que sobresalen en todo: en la fe, en la palabra, en el conocimiento, en el empeño y en el cariño que nos tienen, distingan también ahora por su generosidad. Porque ya saben lo generoso que fue nuestro Señor Jesucristo: siendo rico, se hizo pobre por ustedes para enriquecerlos con su pobreza. Pues no se trata de aliviar a otros, pasando ustedes estrecheces; se trata de igualar. En el momento actual, su abundancia remedia la falta que ellos tienen; y un día, la abundancia de ellos remediará vuestra falta; así habrá igualdad. Es lo que dice la Escritura: «Al que recogía mucho no le sobraba; y al que recogía poco no le faltaba.».

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 5,21-43

En aquel tiempo Jesús atravesó de nuevo a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor, y se quedó junto al lago.
Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y al verlo se echó a sus pies, rogándole con insistencia: «Mi niña está en las últimas; ven, pon las manos sobre ella, para que se cure y viva.».
Jesús se fue con él, acompañado de mucha gente que lo apretujaba. Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. Muchos médicos la habían sometido a toda clase de tratamientos y se había gastado en eso toda, su fortuna; pero en vez de mejorar, se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensando que con sólo tocarle el vestido, curaría. Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias y notó que su cuerpo estaba curado.
Jesús, notando que, había salido fuerza de él, se volvió en seguida, en medio la gente, preguntando: «¿Quién me ha tocado el manto?».
Los discípulos le contestaron: «Ves cómo te apretuja la gente y preguntas: "¿quién me ha tocado?"». Él seguía mirando alrededor, para ver quién había sido. La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado, se le echó a los pies y le confesó todo. Él le dijo: «Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y con salud.».
Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle: «Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?». Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: «No temas; basta que tengas fe.».
No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegaron a casa del jefe de la sinagoga y encontró el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos.
Entró y les dijo: «¿Qué estrépito y qué lloros son éstos? La niña no está muerta, está dormida.».
Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos, y con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo: «Talitha qumi (que significa: contigo hablo, niña, levántate).».
La niña se puso en pie inmediatamente y echó a andar –tenía doce años–. Y se quedaron viendo visiones. Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.

PLEGARIA UNIVERSAL

Se nos  pide este domingo decisión, para seguir al Señor y extender su Reino, pongámonos en marcha y pidamos al Padre la ayuda imprescindible de su gracia. Respondemos: Ayúdanos a ser valientes.

1.-  Por el Papa, los obispos y sacerdotes para que con la predicación constante y la comunión continua se asemejen cada día más a Cristo desprendido y altavoz constante del Reino. Ayúdanos a ser valientes.

2.- Por los gobiernos de las naciones, para que atiendan las necesidades de sus pueblos tanto materiales como espirituales. Ayúdanos a ser valientes.

3.- Por todos los que trabajan en los medios de comunicación, para que la verdad y el trabajo bien hecho sean sus objetivos, y no el halago de los poderosos. Ayúdanos a ser valientes.

4.- Por los que sufren, convalecientes de una operación o están, a la espera de ella, para que este tiempo sea una purificación de las cosas materiales y encuentren el gozo del Reino de Dios. Ayúdanos a ser valientes.

5.- Por las familias para que este tiempo de vacaciones, sea un momento de unión en la convivencia y de alegría en el compartir y el servicio generoso. Ayúdanos a ser valientes.

Padre, alienta el caminar de tu pueblo, dándonos un corazón valiente y generoso. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

COMENTARIO

“La cogió de la mano y le dijo: niña levántate”. Pensemos en la mano de Dios leamos en el texto de Isaías: “Yo Yahvé, soy tu Dios, yo te cogí por la mano derecha y te dije: No temas, vengo en tu ayuda”. Cariñoso poder de Dios, cariñoso poder de Jesús. Conmovido, Marcos nos hace mirar la pequeña que de nuevo está viva: “Tenía doce años y les dijo que le dieran de comer”. Todo vino de la plegaria de su padre, lleno de confianza: “¡Ven para que viva!”. Cuando la gente avisó brutalmente al padre  que era inútil, que ya todo había acabado, Jesús se apoyó en su reacción más importante: “No temas, ten fe y basta”.
En el otro milagro que nos narra al mismo tiempo, Marcos repite incansablemente lo que desea inculcarnos, esas dos cosas tan sencillas  que hacen al cristiano: el poder de Jesús y nuestra confianza. “La mujer se decía: con que le toque, aunque sea la ropa me curo”. “Jesús dándose cuenta que había salido fuerza de  él... le dijo, tu fe te ha curado. Vete en paz”. ¿Cómo hacernos comprender mejor lo que hemos de intentar vivir con él: tener confianza en su poder? Pero los enfermos siguen enfermando, los niños que mueren no vuelven a vivir, esas historias de milagros hacen sonreír o llorar. ¡No cambian en nada las cosas! Pueden cambiarlo todo si finalmente, más allá  de  nuestra  confianza, quizás algo vaga, despiertan una verdadera fe, la que el evangelio define diciendo que salva: “Vete, no tengas miedo; tu fe te ha salvado”. Pero ¿qué pasos hay que dar, que repetir sin cesar, para llegar a esa fe en la fuerza de resurrección que emana tan poderosamente de Jesús?.
Esos milagros no deben detener nuestra atención en ellos mismos, si no, surgirá inevitablemente la queja: ¿por qué Jesús no curó a todos?. ¿Por qué Dios deja que los niños sufran y mueran?. Hay que tener inmediatamente una visión más amplia y más lejana. Bien leídos, los milagros nos guían, como anticipaciones parciales, hacia un triunfo universal sobre la muerte espiritual por el perdón y sobre la muerte física por la verdadera resurrección. No la de la niña que tuvo que enfrentarse de nuevo con la muerte, sino la resurrección final, definitiva. Cristo nos coge de la mano, o mejor dicho es nuestra fe que se agarra a su mano para que nos mantenga en pie en medio de las dificultades y de los sufrimientos actuales. El que no despierta su fe hasta el máximo no puede experimentar el poder de resurrección de Cristo que está ya en acto y que triunfará por completo cuando nos haga levantar de entre los muertos. Antes un niño muerto, no digo nada (¿qué podría decir?) pero pienso como piensan los padres creyentes: “En donde tú acabas de llegar, Cristo te está despertando a la vida bienaventuradas).

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Oh Dios, que obras con poder en tus sacramentos, concédenos que nuestro servicio sea digno de estos dones sagrados. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

La victima eucarística que hemos ofrecido y recibido en comunión nos vivifique, Señor, para que unidos a ti, en caridad perpetua, demos frutos que siempre permanezcan. Por Jesucristo nuestro Señor.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 29: San Pedro y San Pablo, apóstoles (S) (Precepto).  Hch 12, 1-11; Sal 33; 2Tm 4, 6-8.17-18; Mt 16, 13-19.
Martes 30: Gn 19, 15-29; Sal 25, 2-3.9-10.11-12; Mt 8, 23-27. Se puede celebrar la memoria de los santos Protomártires de la Santa Iglesia romana (Rojo)
Miércoles 01: Gn 21, 5.8-20; Sal 33, 7-8.10-13; Mt 8, 28-34.
Jueves 02: Gn 22, 1-19; Sal 114, 1-6.8-9; Mt 9, 1-8.
Viernes 03: Santo Tomás, apóstol (F) Ef 2, 19-22; Sal 116; Jn 20, 24-29.
Sábado 04: Gn 27, 1-5.15-29; Sal 134, 1-6; Mt 9, 14-17.
Se puede celebrar la memoria de Santa Isabel de Portugal (Blanco)
Domingo 05: XIV del Tiempo Ordinario Ez 2, 2-5; Sal 122, 1-4; 2Cor 12, 7-10; Mc 6, 1-6.