COGE AL NIÑO Y A SU
MADRE Y HUYE A EGIPTO
ORACION COLECTA
Oh Dios, que nos has propuesto a
la Sagrada Familia como maravilloso ejemplo, concédenos, con bondad, que
imitando sus virtudes domésticas y su unión en el amor, lleguemos a gozar de
los premios eternos en el hogar del cielo. Por Nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del Libro del Eclesiástico 3,
3-7. 14-17ª.
Dios hace al padre más respetable que a
los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre la prole.
El que honra a su padre expía sus
pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se
alegrará de sus hijos y cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre
tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor le escucha.
Hijo mío, sé constante en honrar a tu
padre, no lo abandones, mientras viva; aunque flaquee su mente, ten
indulgencia, no lo abochornes, mientras seas fuerte.
La piedad para con tu padre no se
olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados; el día del peligro se
te recordará y se desharán tus pecados como la escarcha bajo el calor.
SALMO
RESPONSORIAL (127)
¡Dichoso el que teme al Señor, y sigue sus caminos!.
Comerás
del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien. R.
Tu mujer,
como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos como renuevos de olivo, alrededor
de tu mesa. R.
Esta
es la bendición del hombre que teme al Señor: Que el Señor te bendiga desde
Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén, todos los días de tu vida. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo
a los Colosenses 3, 12-21.
Hermanos: Como pueblo
elegido de Dios, pueblo sacro y amado, sea su uniforme: la misericordia
entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión.
Sobrellévense mutuamente
y perdónense, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor les ha
perdonado: hagan ustedes lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es
el ceñidor de la unidad consumada.
Que la paz de Cristo
actúe de árbitro en su corazón: a ella han sido convocados, en un solo cuerpo. Y
sean agradecidos: la Palabra de Cristo habite entre ustedes en toda su riqueza;
enséñense unos a otros con toda sabiduría; exhórtense mutuamente.
Canten a Dios, denle
gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y todo lo que de
palabra o de obra realicen, sea todo en nombre de Jesús, ofreciendo la Acción
de Gracias a Dios Padre por medio de él. Mujeres, vivan bajo la autoridad de sus
maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amen a sus mujeres, y no sean
ásperos con ellas.
Hijos, obedezcan a sus
padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperen a sus hijos, no
sea que pierdan los ánimos.
COMENTARIIO
Navidad
es fiesta de alegría. Es el principio de la Pascua, que es sufrimiento y
alegría de resurrección. El evangelio de Mateo que hoy leemos nos señala con
toda claridad estos altibajos de la vida. Recién nacido el niño, la familia de
José, María y Jesús, ha de exiliarse por motivos políticos.
“Toma al niño y a su madre”. De nuevo la mirada se dirige hacia José.
Lo habíamos visto perplejo; ahora lo vemos valiente y decidido. Desde que
comprendió su misión, la de ser el padre legal de Jesús, supo que su vida tenía
un objetivo: velar por el niño y por su madre. Es ideal para este servicio. No
es rico. En la ceremonia de la purificación de la madre y de la presentación
del niño no pudo ofrecer un cordero. Sino solo un par de tórtolas. Esa pobreza
cuando va acompañada de un verdadero corazón de pobre, permite a un hombre ser
libre para darse. En el exilio la Sagrada Familia experimenta el
rechazo, la soledad, el rompimiento de la estabilidad del hogar.
Silencio, Buena cualidad también cuando hay que estar atento a los
deseos de Dios. El evangelio de hoy nos muestra hasta qué punto supo escuchar.
Dios (“El ángel del Señor” designa a Dios) le habla en sueños, lo alcanza en su
profundidad, en el momento en que todo es receptividad. El Señor emplea
entonces el imperativo que basta cuando uno se dirige a una disponibilidad
total e inteligente: “Levántate…, huye…, estate allí…, ponte en camino…, ve a
Nazaret”.
Desde que capta el designio de Dios, lo ejecuta con prontitud y
eficacia. No comenta: sin comentarios: luego cumplida su misión, ya no se habla
de él. Solo sabemos que supo despertar en el niño la admiración por las cosas
bien hechas; lo adivinamos por la manera como Jesús habla del trabajo.
En total, apenas veinte líneas de texto sobre José, pero nos revelan el
tipo del hombre en quien Dios puede confiar. ¡Qué equilibrio se necesitaba, que
dominio de los impulsos y tensiones para lo que se le pedía a aquel joven
esposos; vivir con María un amor cariñoso, que no debía sin embargo llegar a la
relación carnal. Hoy muchos rechazan la idea de que fuera ese el destino de
José, pero hay parejas que le invocan para que les ayude a vivir un amor
difícil.
Muchas
familias pasan por momentos difíciles, las dificultades menudean. Las
separaciones y los divorcios aumentan, a menudo, porque no se saben aguantar,
soportar con fe y fidelidad, las estrecheces de la vida cotidiana. La Sagrada
Familia exiliada es un gran ejemplo para las familias, para tantas familias,
que sufren.
Viviéndolo todo "en el
Señor", el que ser un aliento para
continuar una tarea difícil y rodeada de sufrimientos pero fecunda y
entusiasmadora.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 2, 13-15. 19-23.
Cuando
se marcharon los Magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le
dijo: Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta
que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.
José
se levantó, cogió al niño y a su madre de noche; se fue a Egipto y se quedó
hasta la muerte de Herodes; así se cumplió lo que dijo el Señor por el Profeta:
“Llamé a mi hijo para que saliera de Egipto.».
Cuando
murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en
Egipto y le dijo: Levántate, coge al niño y a su madre y vuélvete a Israel; ya
han muerto los que atentaban contra la vida del niño.
Se
levantó, cogió al niño y a su madre y volvió a Israel. Pero al enterarse de que
Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre Herodes
tuvo
miedo de ir allá. Y avisado en sueños se retiró a Galilea y se estableció en un
pueblo llamado Nazaret. Así se cumplió lo que dijeron los profetas, que se
llamaría nazareno.
PLEGARIA UNIVERSAL
Al celebrar hoy la festividad de la Sagrada Familia, Jesús, María
y José, pidamos a Dios por la gran familia humana y digamos juntos: R.-
Escucha, Padre, nuestra oración.
1.-
Para que Dios proteja a la Iglesia, familia de los hijos de Dios y haga de ella
un lugar de acogida fraterna, solidaridad y reconciliación. Oremos.
R.
2.-
Para que los gobernantes de las naciones favorezcan el bienestar y la solidez
de la familia, primera célula de la sociedad. Oremos. R.
3.-
Para que el ejemplo de la familia de Nazareth fortalezca los vínculos de las
familias cristianas, los restaure donde se han quebrado y bendiga con amor a
los matrimonios que celebran sus bodas de plata o de oro. Oremos. R.
4.- Para que la Sagrada Familia interceda por los
que hoy, en tantos países del mundo, se ven obligados a huir de su patria en
búsqueda de una vida digna. Oremos. R.
5.-
Para que en las familias cristianas florezcan las vocaciones al matrimonio, al
sacerdocio y a la vida consagrada. Oremos. R.
6.-
Por las familias de nuestra parroquia, para que en este día reciban el
fortalecimiento del amor, el bienestar y la unidad. Oremos. R.
Acoge, Padre, nuestras oraciones y haz que vivamos unidos mientras
aguardamos la manifestación definitiva de tu Reino. Por Jesucristo nuestro
Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Al ofrecerte, Señor, este sacrificio de expiación, te
suli8camos, por intercesión de la Virgen Madre de Dios y de San José, que
guardes a nuestras familias en tu gracia y en tu paz. Por Jesucristo nuestro
Señor.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Padre misericordioso, concede a
cuantos has renovado con estos divinos sacramentos imitar fielmente los
ejemplos de la Sagrada Familia para que, después de las tristezas de esta vida,
podamos gozar de su eterna compañía en el cielo. Por Jesucristo nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y
SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 30: 1Jn 2, 12-17; Sal 95; Lc 2, 36-40.
Martes 31: 1Jn 2, 18-21; Sal 95; Jn 1, 1-18.
Miércoles 01: Santa Maria Madre
de Dios. Nm 6, 22-27; Sal 66; Ga 4, 4-7; Lc 2, 16-21.
Jueves 02: San Basilio Magno y San Gregorio Nacianceno, Obispos
y Doctores de la Iglesia. 1Jn
2, 22-28; Sal 97; Jn 1, 19-28.
Viernes 03: 1Jn 2, 29-3, 6; Sal 97; Jn 1, 29-34.
Sábado 04: 1Jn 3, 7-10; Sal 97; Jn 1, 35-42.
Domingo 05: La Epifanía del Señor. Is 60, 1-6; Sal 71; Ef 3,
2-3ª.5-6; Mt 2, 1-12.
COMENTARIOS AL EVANGELIO
Mt 2, 13-15. 19-23
1.- Ya desde el
s. VI a. de C. existía en Egipto una comunidad judía en continuo crecimiento.
Egipto no era para los judíos únicamente el país de la antigua esclavitud, sino
también un lugar de refugio en tiempos de persecución ( cf. Dt 23. 8; Jr 26.
21). Por otra parte, la narración de San Mateo se ajusta muy bien al talante y
al comportamiento cruel de Herodes, de quien se dice haber asesinado a tres
hijos suyos. Además, conocemos una antigua acusación del siglo primero en la
que se dice que Jesús aprendió la magia en Egipto. En fin, no parece
históricamente imposible lo que aquí narra San Mateo.
Sin embargo, en
la literatura bíblica y universal descubrimos narraciones muy semejantes sobre
el peligro en que se vieron de niños los futuros monarcas y caudillos de un
pueblo. En este caso resulta sorprendente el parecido con la historia de
Moisés, salvado de las aguas y obligado más tarde a huir a Madián, de donde
regresaría por expresa indicación divina: "Anda, vuelve a Egipto; pues han
muerto todos los que buscaban tu muerte" (Ex 4.9).
Oseas pone en
boca de Yahvé estas palabras: "Cuando Israel era un niño, yo le amé, y de
Egipto llamé a mi hijo" (Os 11. 1). Se trata de la salida de Egipto, del
éxodo de Israel en el comienzo de su historia. Pues bien, S. Mateo lo
interpreta refiriéndolo a Jesús, que es el verdadero Hijo de Dios. Y hace notar
que así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta. Muerto Herodes el
Grande, le sucedió en el trono su hijo Arquelao como soberano de Judea, Samaria
e Idumea. Su crueldad pronto fue mayor que la de su propio padre. Se explica
que S. José, para escapar de la autoridad de Arquelao, no regresara a Belén de
Judá, sino a Nazaret de Galilea. Y de nuevo S. Mateo ve en este hecho la
confirmación de otra profecía. Probablemente se refiere ahora al pasaje de
Isaías en donde se habla del "vástago" (en hebreo "neser",
palabra fonéticamente emparentada con Naserath=Nazaret) del tronco de Jesé (Is
11. 1).
En realidad lo
que parece interesarle al autor no es tanto la anécdota histórica o la leyenda
cuanto la afirmación fundamental de que en Cristo se han cumplido todas las
promesas y a pesar de todas las asechanzas. Jesús es para S. Mateo el
libertador del pueblo igual que Moisés y mayor que él. Jesús es el Siervo de
Yahvé anunciado por Isaías, el Siervo marcado por la persecución y el
sufrimiento desde el comienzo de su vida. Jesús es el "vástago del tronco
de Jesé", nacido en Belén de Judá lo mismo que David. Jesús viene a
restaurar de un modo inesperado el trono de David su padre. La descendencia de
David vive oculta y perseguida por el tirano Herodes, que ha usurpado el trono
y que se empeña en retenerlo luchando vanamente contra los designios de Dios.
Pero Dios está con Jesús y lo protege, Dios mismo hará que se cumplan todas sus
promesas no obstante la resistencia de cuantos se oponen a su plan
providencial.
EUCARISTÍA
1986/62
2. OBEDIENCIA/VD:
El
inconveniente nuestro al leer el texto de hoy es el esquema bíblico
orden-cumplimiento que en él aparece. "¡Qué fácil lo tenía José!",
pensamos a veces. El fallo nuestro radica en entender el esquema en sentido
mecánico y material; hacemos de él una interpretación basta, gruesa, tosca. No,
José no escuchó al oído. José "tuvo oídos" para Dios. José creía en
Dios, confiaba en Él, era alguien totalmente disponible. Así era, esto era,
según Mateo, la Sagrada Familia. Así tendría que ser, esto tendría que ser una
familia cristiana. En la literatura bíblica estas actitudes se expresaban y se
verbalizaban con un esquema directo de orden-cumplimiento como el que aparece
en el texto de hoy.
DABAR 1986/06
Navidad es
fiesta de alegría. Es el principio de la Pascua, que es sufrimiento y alegría
de resurrección. El evangelio de Mateo que hoy leemos nos señala con toda claridad
estos altibajos de la vida.
Recién nacido
el niño, la familia de José, María y Jesús, ha de exiliarse por motivos
políticos. El exilio a Egipto tiene, en Mateo, una finalidad simbólica: el Hijo
de Dios, Hijo de Israel, ha de experimentar el Éxodo. Así el Padre podrá llamar
a su Hijo de Egipto. Pero en el exilio la Sagrada Familia experimenta el
rechazo, la soledad, el rompimiento de la estabilidad del hogar.
Pero, a pesar
de todo, mantiene su fe en Dios, la fidelidad entre los hombres. También las angustias
de la familia se han de vivir "en el Señor". Muchas familia pasan por
momentos difíciles, las dificultades menudean. Las separaciones y los divorcios
aumentan, a menudo, porque no se saben aguantar, soportar con fe y fidelidad,
las estrecheces de la vida cotidiana. La santa Familia exiliada es un gran
ejemplo para las familias, para tantas familias, que sufren.
Viviéndolo todo
"en el Señor", el cristiano mantiene la esperanza en cualquier
situación. Este domingo -también día de la resurrección- tendría que animar a
nuestras familias a seguir adelante en su tarea humana, iluminada siempre por
su fe en el Señor. A pesar de cierto pesimismo que oprime los horizontes de la
familia actual, la celebración de esta fiesta tendría que ser un aliento para continuar
una tarea difícil y rodeada de sufrimientos pero fecunda y entusiasmadora.
P. LLABRES -
MISA DOMINICAL 1989/24
4. J/MOISES
El tema de
Cristo, nuevo Moisés, es uno de los más significativos de este pasaje. Las
fuentes rabínicas y la literatura judaica habían descrito hasta la saciedad el
anuncio del nacimiento de Moisés al faraón y a sus magos. Ofrece cierta
similitud con la forma en que se hace a Herodes, rodeado de magos y de
escribas, el anuncio del nacimiento de Jesús (Mt 2. 4). Al saber la noticia, el
faraón da la orden de matar a todos los primogénitos de los hebreos (Ex 1.
15/22); Herodes procede de la misma forma ordenando el exterminio de los
primogénitos de Belén (v. 16).
Moisés se salva
de la matanza de los niños (Ex 2. 1-10), y se salvará una segunda vez de manos
del faraón refugiándose en el extranjero (Ex 2. 11-15), y Jesús se salvará de
la matanza de los inocentes refugiándose en el extranjero (vv. 13-15). Moisés
es llamado a Egipto por el ángel (Ex 4. 19) en términos que serán repetidos
casi textualmente por el ángel que invita a José, María y al Niño a volver a
Palestina (v. 20), ¡tan literalmente que el ángel continúa empleando el plural
("ellos"), siendo así que el perseguidor es uno! Mateo no ha querido
probablemente hacer creer en la historia de la infancia de Jesús: la describe
conforme a un género literario propio, destinado a hacer resaltar determinadas
características del Mesías. Para Mateo, Jesús es, ante todo, el legislador de
la Nueva Alianza: el primer evangelio está dividido en cinco partes que
constituyen, evidentemente, una correspondencia con el Pentateuco de Moisés, y
Jesús se nos presenta, ante todo, como el que da cumplimiento a la ley
mosaica... hasta superarla (Mt 5.-8.).
El paralelismo
montado por Mateo no se limita, sin embargo, a Moisés. Hay un detalle que nos
hace sospechar en otras asociaciones: mientras que Moisés huye de Egipto para
refugiarse en Madián, Jesús, por el contrario, penetra en Egipto huyendo de
Palestina. Este detalle no relaciona a Jesús con Moisés, sino más bien con
Jacob-Israel. La huida a Egipto recuerda, en efecto, Gn 46. 2: "No tengas
reparo en descender a Egipto, porque allá haré de ti un gran pueblo... y Yo
mismo te haré volver". Lo mismo que Jacob vuelve de Egipto acrecentado
hasta las proporciones de todo un pueblo, así Jesús pasa, a su vez, por Egipto
para convertirse en un gran pueblo. Y la cita de Os 11. 1 en el v. 15 es una
importante confirmación de esta interpretación: por lo demás, toda la vida del
patriarca Jacob aparece finamente dibujada en el relato de la infancia según
San Mateo. En la literatura judía, en efecto, Jacob era presentado como víctima
de la persecución de Labán, su suegro (cf. Gn 31.).
Jacob, siempre
de conformidad con las tradiciones judías, se habría refugiado en Egipto para
huir de la persecución de Labán, y allí, convertido ya en todo un pueblo,
esperaba la aparición de la estrella de la liberación. La imagen de Raquel -la
esposa de Jacob- llorando a sus hijos hasta que vuelvan del extranjero (v. 18)
confirma esta interpretación: Raquel, que ha quedado en Palestina en su tumba,
mientras que Jacob y sus hijos partían para el exilio (Gn 35. 19), era
representada llorando hasta el regreso de los suyos y la restauración del
pueblo (Jr 31. 15).
Así, pues, la
huida de Cristo, nuevo Jacob, a Egipto, y su regreso a Palestina, convertido en
pueblo nuevo e inmenso, lo mismo que Jacob lo había sido en tiempos del Éxodo,
constituye un tema pascual: Cristo entrará, efectivamente, solo en la muerte y
en los infiernos, pero para volver a salir como Hijo de Dios y como pueblo
inmenso: el presentimiento de la Pascua y de la Iglesia anima estas páginas de
Mateo.
........................................
El "midrash" es uno de los géneros literarios más difíciles
de explicar a las mentalidades modernas. Los primeros cristianos lo emplearon
ampliamente porque veían en él un medio de reinterpretar cristianamente las
lecturas que seguían oyendo en la sinagoga durante todo el tiempo que
continuaron pudiendo entrar en ella. La preocupación de los cristianos de hoy
ya no es la misma, porque el hecho que es Jesucristo ha adquirido suficiente
consistencia en su fe como para justificarse por sí mismo.
¡Pero sería
lamentable que se rechazaran pura y simplemente los relatos de la infancia de
Cristo o se redujeran a etapas devocionales de la recitación de los misterios
del Rosario! Mateo ha querido leer estos episodios que son signos precursores
de la gran misión legislativa (nuevo Moisés), redentora y pascual (nuevo Jacob)
del Señor.
MAERTENS-FRISQUE
- NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA I - MAROVA MADRID 1969.Pág. 215
5.- La crueldad
de Herodes, particularmente al final de su vida, se hizo proverbial hasta en
Roma. En sus últimos años mandó matar a tres de sus hijos y dio un decreto para
que fuesen eliminados los principales de entre los judíos (decreto que no fue
ejecutado por haber muerto el tirano). Las medidas tomadas en relación
"con el recién nacido, rey de los Judíos" intentaban no tanto
eliminar un pretendiente al trono cuanto evitar posibles disensiones en Judea.
Desde este punto de vista la perícopa encaja dentro de la verosimilitud
histórica. Pero, junto a los detalles históricos, es necesario acentuar que el
relato contiene también rasgos teológicos y apologéticos, que son los primarios
en la intención del narrador, y un tenor narrativo bastante legendarizado.
Nuestro texto
refleja no sólo lo ocurrido en el momento del nacimiento de Jesús, sino también
la situación que vivía la Iglesia cuando fue puesto por escrito el evangelio de
Mateo. Una de las acusaciones judías contra los cristianos consistió en afirmar
que Jesús había estado en Egipto, pero cuando esto ocurrió era recién nacido.
La acusación carecía, por tanto, de valor. Estamos ante un motivo apologético.
De los grandes
hombres de la antigüedad se afirmaban historias parecidas de cruel persecución
para ser eliminados. Así ocurrió con Rómulo y Remo, Augusto, Sargón, Ciro...
Aquí encontraríamos el tenor legendario de nuestra historia. Pero, por encima
de él, se levanta nuestro autor recordando el eco no de héroes paganos sino de
Moisés, el fundador del antiguo pueblo de Dios. También un faraón impío quiso
eliminarlo. Así cumple Mateo su propósito de presentar a Jesús como un nuevo
Moisés, cosa que tendrá muy presente en otras ocasiones de su evangelio. Hemos
entrado en el fin teológico de nuestra perícopa. Jesús es el nuevo Moisés y
corre su misma suerte: es perseguido y tiene que huir (Ex 4, 19). Pero el
contenido teológico no se agota aquí. En el regreso a Palestina se cumple la
Escritura que dice "de Egipto llamé a mi hijo". La cita está tomada
del profeta Oseas (Os 11, 1) y originariamente se refería al éxodo de Israel de
Egipto: "Israel es mi hijo, mi primogénito" (Ex 4, 22). Mateo aplica
la cita a Jesús porque, según la creencia generalizada en el judaísmo, el
tiempo del Mesías reactualizaría el tiempo de Moisés. El evangelista, por
tanto, está afirmando que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios por excelencia,
que corre la misma suerte que el pueblo al que viene a salvar.
La intervención
divina ordena a José que se establezca en Nazaret. A la muerte de Herodes su
reino quedó dividido entre sus tres hijos: Arquelao heredó Judea, Samaria e
Idumea; a Herodes Antipas le correspondió Galilea y Perea y Felipe quedó al
frente de la parte oriental y del norte de Galilea. El más cruel entre ellos
fue Arquelao. Esta situación se halla perfectamente reflejada en el relato de
Mateo. José, por razones de seguridad, va a vivir a Nazaret.
Al establecerse
en Nazaret se cumple, así lo anota el evangelista, otra profecía: "sería
llamado nazareno".
Efectivamente,
así fue llamado Jesús y así fueron llamados también los cristianos (He 24, 5).
Pero el Antiguo Testamento no contiene ninguna profecía en este sentido. Lo más
probable es que Mateo identifica la palabra "nossri", nazareno, con
"nesser", que significa el brote o vástago de una planta. Según esto,
la Escritura cumplida sería la de Isaías (Is 11, 1: un renuevo.. un vástago
sale del tronco de la de Isaí). También del siervo de Yahveh se dice "como
un retoño creció ante nosotros... " (Is 53, 2). Esta referencia a la
Escritura sería un argumento más a favor de la mesianidad de Jesús.
Llama la
atención la frase, "para que se cumpliese la EScritura", repetida
tantas veces en este capítulo segundo. En otras ocasiones, en lugar de citar
expresamente la Escritura, se alude a la mentalidad y esperanzas de la época.
Al hacerlo así, Mateo pretende afirmar que, en Jesús, se cumplen todas las
esperanzas: él es el nuevo Moisés, el libertador, fundador del nuevo pueblo de
Dios, el Mesías oculto y perseguido, y, a través de él, se cumplen las promesas
de Dios y las esperanzas de los hombres.
COMENTARIOS A
LA BIBLIA LITURGICA NT EDIC MAROVA/MADRID 1976.Pág. 934
6. /Mt/02/13-18.
Apenas ha
nacido, y ya conoce el exilio. Hoy, en los campos de refugiados, crecen niños
sin saber siquiera lo que significa la expresión "mi casa". Otros, en
familias de nuestro entorno, han tenido que ser adoptados para poder llamar a
alguien "papá" y "mamá". La lista de los pequeños exiliados
es larga. Jesús fue uno de ellos.
No podemos
olvidar que la historia del pueblo de Dios empezó en una especie de campo de
concentración: en ese Egipto en el que la Biblia ve el símbolo de toda
esclavitud. La historia del pueblo de Dios adquiere forma cuando un libertador
toma conciencia de la miseria de sus hermanos y les conduce a través del
desierto, en un largo Éxodo. Sí, la historia de Dios se escribe con una
paciencia inmensa y una atención renovada día a día. Tenemos toda la razón del
mundo para denunciar a todos los Herodes, la violencia y el terrorismo de
nuestro tiempo; pero ¿sabemos de veras la violencia interior que supone una paz
que nos permite convivir en nuestra propia casa con el llanto de los oprimidos
y el exilio de los extranjeros? La fe es una continua desinstalación. ¿Os
habéis fijado cómo actúa el Ángel de Dios con José? No le desvela el futuro,
sino que le ordena sobre la marcha: "¡Huye!", "¡Vuelve?",
"¡Ve a Nazaret!". A cada día le basta su afán. Es una especie de
exilio lejos de las certezas y los planes tranquilizadores. La fe consiste en
un perpetuo éxodo. Estar en las manos de Dios como en un desierto... Aprender a
vivir en comunión con Jesucristo, solidario de los exiliados y los extranjeros.
Conocer el incesante peregrinar de una Iglesia que no tiene en este mundo
ciudad permanente. Levantarse cada dos por tres, a mitad de la noche, porque se
ha escuchado un grito: el grito de los inocentes, el grito del Inocente que
carga con el pecado del mundo en un interminable vía crucis.
DIOS CADA DIA -
SIGUIENDO EL LECCIONARIO FERIAL ADVIENTO - NAVIDAD Y SANTORAL - SAL
TERRAE/SANTANDER 1989.Pág. 87
7.- La vida
oculta de Jesús se inicia con una huida precipitada de la Sagrada Familia a
Egipto. En unas pocas líneas S. Mateo evoca esta primera retirada del Niño
lejos de la agitación del mundo. Siguiendo su habitual discreción, el Evangelio
no precisa el lugar exacto en el que sus parientes escondieron a Jesús de la
cólera de Herodes, el falso rey de los judíos (él, que no era judío, había
usurpado el trono de Judea con el apoyo de los Romanos, y ahora temía por su
título y su corona); tampoco detalla el Evangelio las peripecias de este éxodo
cruel.
La historia y
la geografía nos eximen de imaginar una larga travesía por el desierto hasta
llegar a la otra parte del Nilo. En aquella época igual que en la actualidad,
la frontera entre Israel y Egipto pasaba por el desierto de Neget, al sur de
Judea. Esta frontera estaba muy cercana a Belén; ella era el paso incesante de
caravanas de comerciantes, y la zona-refugio de numerosos emigrantes de ambos
países. Allí, sin duda alguna, el Niño exilado y sus padres esperaron la muerte
del tirano para regresar sin peligro a su país (según Flavio Josefo, su
biógrafo, Herodes fue un sádico asesino; terminó sus días entre asesinatos
renovados y colectivos: Antigüedades judías, XVII, 181). Pero los apócrifos,
supliendo las lagunas históricas y el silencio religioso de la Escritura,
convirtieron aquel éxodo cruel en una marcha triunfal. El Niño Jesús penetra en
Egipto como un Dios conquistador, en lugar de sufrir humanamente la suerte
inexorable que supone el destierro. Se le hace participar en la epopeya
fantástica que, en sentido inverso, Yahvé realizó en otro tiempo al frente de
los hebreos sobre esa tierra pagana. Al paso del Niño, es Dios quien se revela
como el señor de Egipto. Es el éxodo victorioso que se repite: testigo es aquel
relato del Evangelio árabe, según el cual, en el templo de una cierta ciudad
egipcia, los ídolos nacionales se derrumban a los pies de Jesús. No tiene más
que dos años, pero el pueblo del Faraón le reconoce: «He aquí un dios,
escondido y misterioso... Este es el Dios verdadero... El paso de su Hijo viene
a aplastar la tierra egipcia» (Ev. Ar. X, 2; versión siria).
Esta revelación
de Dios verdadero parece realizar a pedir de boca la antigua predicción de
Isaías: «Ved que Yahvé, montado sobre ligera nube, llega al Egipto. Ante El
tiemblan todos los dioses de Egipto y el corazón de los egipcios se hiela de
espanto» (Is. XIX, 1). En el relato de la huida a Egipto «tenemos un ejemplo
del método propio de San Mateo, que sitúa los detalles biográficos de la vida
de Cristo en relación con los acontecimientos del Éxodo, y vemos cómo la
relación entre el Nuevo Testamento y el Éxodo se realiza a través de la
profecía... La profecía es una interpretación tipológica de la historia» (JEAN
DANIELOU, Sacrammentum futuri).
L. HEUSCHEN -LA
BIBLIA CADA SEMANA -EDIC. MAROVA/MADRID 1965.Pág 78 s.
8.- Al
mencionar la matanza de los inocentes y la huida a Egipto, Mateo cita dos
palabras de los profetas Oseas y Jeremías referentes a las pruebas que soportó
el pueblo de Dios en el pasado, Jesús ha de vivir en el destierro y en la
angustia, como sus antepasados. Empieza la persecución cuando nace, y lo
acompañará hasta la muerte.
¡Cuántos
inocentes han sido muertos a lo largo de la historia! No es que los olvide
Dios: les envía un salvador crucificado que les abrirá las puertas del paraíso.
Herodes es el
modelo de muchos gobiernos más celosos de su poder que deseosos de servir. Pero
los enemigos del Evangelio, por más que derramen la sangre inocente, no pueden
ahogar la fe de la comunidad de Cristo ni contrarrestar los planes de Dios.
Jesús tendría dos años cuando José volvió a Nazaret, su patria. Allí vivirá
Jesús muchos años trabajando como artesano, mientras el mundo espera su
salvación. Sin embargo, su vida silenciosa ya era un servicio al plan de Dios
concebido por el Padre para redimir a los hombres.
(_EUCA/92/60)
........................................................................
3-A-9.
El mal presagio
final augurado en Mt. 2, 12 tiene en este texto su puntual confirmación:
Herodes va a buscar al niño para matarlo.
La
determinación de Herodes desencadena una sucesión de hechos que van desde la
huida a Egipto y el retorno a Israel hasta el asentamiento en Nazaret, dentro
ya de Israel. Esta sucesión obedece a un mismo y único esquema de mandato
divino y cumplimiento humano. Se trata de un esquema narrativo habitual en la
Biblia, el cual no busca reproducir el modo de sucederse los hechos, como el de
un dictado de los mismos se tratara, sino que reproduce el modo de estar
situado y de entender los hechos. El esquema transparenta un perfecto
entendimiento y una total colaboración ante el hombre y Dios.
A su vez, el
autor aborda esos mismos hechos desde la perspectiva global de la historia de
la salvación. La Sagrada Familia encarna al Israel liberado de la esclavitud y
peregrino en busca de la libertad en la tierra prometida.
Comentario. No
hay nada más ajeno a nuestra mentalidad que la narrativa bíblica. La lectura de
ésta puede fácilmente producirnos la impresión de que todo sucede al dictado
divino: a José se le comunica lo que tiene que hacer y José lo hace.
Pero las cosas
no eran así de claras y sencillas. La forma bíblica de narrar no está al
servicio es un ordenamiento histórico de los hechos, sino de una actitud
transcendente de los personajes inmersos en los hechos.
El texto nos
presenta a la sagrada familia víctima, como tantas otras, de la histeria de
poder y del despotismo de Herodes. Nada del dolor humano ni de la injusticia le
fue ajeno a ella, Jesús no nació en el mejor de los mundos, sino en el mundo
real de todos los tiempos. Pero ni el dolor humano ni la injusticia del mundo
real le son ajenos a Dios, quien desde el origen mismo de la existencia de
Israel se ha manifestado como un Dios con los perseguidos. Los personajes
bíblico saben de este Dios y se abren confiadamente a El. Esta es la lección de
José, cabeza visible de una familia tan indefensa como entonces lo era la
compuesta por un hombre del pueblo, una mujer y un niño. Sería probablemente
incorrecto decir que a José le salió todo bien; lo correcto es, más bien, decir
que José vio el brazo salvador de Dios en los acontecimientos que le tocó
padecer. Toda una lección de transcendencia para nosotros, presos más de la
cuenta por las cuentas y los cálculos.
ALBERTO BENITO
- DABAR 1992/06
10.- En los
relatos de la infancia de Mateo, el peso de la acción lo lleva José, movido
siempre según la voluntad de Dios, expresada a través del sueño y del ángel.
Es evidente el
contrate entre los paganos que han venido a homenajear al niño Jesús como rey y
el rey de los judíos, Herodes, que quiere eliminar a Jesús. Seguramente
hallamos ya al inicio de la vida de Jesús aquella realidad que expresará la
parábola de los viñadores homicidas.
Todo el
fragmento remite a las vicisitudes del pueblo de Israel, desde la bajada a
Egipto huyendo del hambre hasta el retorno a la tierra prometida. La cita de Oseas
"llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto" es un ejemplo claro: el
profeta se refería a Israel; ahora el "hijo" que es llamado de Egipto
es Jesús. También la expresión "ya han muerto los que atentaban contra la
vida del niño", es la misma que es comunicada a Moisés para que vuelva a
Egipto a liberar a su pueblo.
Con todo, hay
que señalar que el intento de Mateo no es sobre todo el de presentar a Jesús
como un nuevo Moisés, sino que más bien quiere significar el nacimiento del
nuevo pueblo de Dios buscando paralelismos con el antiguo.
Arquelao, uno
de los hijos de Herodes, reinó en Judea desde el año 4 aC hasta el 6 dC. No
hallamos en ningún profeta del Antiguo Testamento la expresión "se llamará
Nazareno". Algunos proponen como solución el hecho de que la palabra
hebrea que traducimos por "renuevo" en el texto de Isaías 11, 1:
"brotará un renuevo del tronco de Jesé" se asemeja a la palabra
"nazareno". Sea como fuere, el calificativo "nazareno" para
designar a Jesús debe ser muy antiguo, y hace pensar en la manera sorprendente
como actúa Dios. Recordemos las palabras de Natanael en el evangelio de Juan:
"¿De Nazaret puede salir nada bueno?"
J. M. GRANE -
MISA DOMINICAL 1992/16