COMIERON TODOS
HASTA QUEDAR SATISFECHOS
COMENTARIO
Las
parábolas de Mt 13 que hemos escuchado en domingos anteriores, habían puesto de
manifiesto las contrariedades y las oposiciones que el Reino debía encontrar.
Ahora en Mt 14 ya hallamos una, la de Herodes. La muerte de Juan Bautista es un
anuncio y una amenaza de muerte para Jesús. Jesús se marcha a un lugar
desierto. "Al saberlo la gente, lo siguió... Al desembarcar vio Jesús el
gentío...": Jesús amenazado por el poder, por Herodes, pero rodeado por el
gentío. Con todo, al escuchar anteriormente las parábolas, el gentío no había
demostrado una especial comprensión del Reino. Aunque falte esta respuesta
profunda de la fe, a Jesús "le dio lástima y curó a los enfermos".
Jesús, perseguido e incomprendido, reúne con amor a los hombres, los cura y los
alimenta.
"Estamos
en un despoblado y es muy tarde...": En seguida hallamos una de las seis
narraciones de la multiplicación de los panes y peces que hay en los evangelios.
En un despoblado, como el pueblo de Israel en el desierto fue alimentado por el
maná, ahora el nuevo pueblo de Dios, formado por gente dispersa y heterogénea,
será alimentado por Jesús. Notamos en el texto las oposiciones entre la
propuesta de los discípulos: "que vayan a las aldeas y se compren de
comer" y la propuesta de Jesús: "denle ustedes de comer" y entre
el hecho palpable del gentío y la escasez de lo que hay para dar: "no
tenemos más que cinco panes y dos peces". Con todo, las siete piezas ya
nos indican un número de plenitud.
"Alzó la
mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los
discípulos; los discípulos se los dieron a la gente": Al igual que el
cabeza de familia judía decía -al empezar la comida- la acción de gracias sobre
el pan y lo repartía para cada miembro de la familia, igualmente lo hace Jesús,
y a través de los discípulos da el alimento al pueblo congregado por él. No
podemos desunir la lectura de este hecho, de la imagen de Jesús como Pan de
vida que hallamos en el evangelio de Juan y de la referencia clara que hay, en
el vocabulario, a la Eucaristía, signo del don total de Jesús a los hombres.
Ser alimentado
por Jesús exige un vivo despertar de la fe; por eso en nuestras eucaristías,
hay una preparación penitencial y un alimento de la fe. El creyente está preso
entre dos realidades. La de la vida: el trabajo, las distracciones, las
preocupaciones, el amor y las fatigas. Y la realidad de Dios. No son dos
realidades yuxtapuestas o que se oponen entre sí, como a veces se siente la
tentación de imaginarse. Sin Dios, la realidad de la vida es pobre, cerrada y
pesada. Empapada por la realidad de Dios, es nuestra propia vida la que explota
sin límites, danzante, transfigurada.
R.P.
Roland Vicente Castro Juárez.
ANTIFONA DE ENTRADA
Dios mío, ven en mi auxilio, Señor, date
prisa en socorrerme. Que ti eres mi auxilio y mi liberación. Señor, no tardes.
ORACION COLECTA
Atiende,
Señor, a tus siervos y derrama tu bondad imperecedera sobre los que te suplican,
para que renueves lo que creaste y conserves lo renovado en estos que te alaban
como autor y como guía. Por Nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del
libro de Isaías 55, 1-3
Esto dice el
Señor: Oigan sedientos todos, acudan por agua también los que no tienen dinero:
Vengan, compren trigo; coman sin pagar vino y leche de balde.
¿Por qué gastan
dinero en lo que no alimenta?, ¿Y el salario en lo que no da hartura?. Escúchenme
atentos y comerán bien, saborearan platos sustanciosos.
Incline el oído,
vengan a mí: escúchenme y vivirán. Sellaré con ustedes alianza perpetua, la
promesa que aseguré a David.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 144)
Abres tú la mano, Señor, y nos sacias de favores.
El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en
piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. Abres
tú la mano, Señor, y nos sacias de favores. R.
Los ojos de todos te están aguardando, tú les das la comida a su
tiempo; abres tú la mano, y sacias de favores a todo viviente. R.
El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus
acciones; cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan
sinceramente. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 8,
35. 37-39
Hermanos: ¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?: ¿la aflicción?, ¿la
angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro ?, ¿la
espada ?.
Pero en todo esto vencemos fácilmente por Aquél que nos ha amado. Pues
estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni
presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura
alguna podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor
nuestro.
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO Mt. 4, 4b.
Aleluya. No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la
boca de Dios. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 14, 13-21
En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la
muerte de Juan el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y
apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos.
Al desembarcar vio Jesús el gentío, le dio
lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos
a decirle: Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que
vayan a las aldeas y se compren de comer.
Jesús les replicó: No hace falta que
vayan, denle ustedes de comer.
Ellos le replicaron: Si aquí no tenemos
más que cinco panes y dos peces.
Les dijo: Tráiganlos.
Mandó a la gente que se recostara en la
hierba y tomando los cinco panes y los dos peces alzó la mirada al cielo,
pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los
discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y
recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin
contar mujeres y niños.
PLEGARIA UNIVERSAL
Con confianza de hijos dirigimos al Padre nuestras suplicas
en nombre de Cristo, su Hijo. Digamos: Padre bueno, escúchanos.
1.- Por el Papa Francisco: para que pueda
seguir acompañando con ternura el dolor de la humanidad; y así todos nos
sintamos fortalecidos en la fe, la esperanza y el amor. Oremos.
2.- Por los gobernantes de nuestro país y
del mundo: para que con sabiduría y creatividad puedan generar fuentes de vida
que ayuden a recuperar pronto la salud y
el bienestar social. Oremos.
3.- Por los pueblos más afectados por el
sufrimiento y la precariedad para que puedan experimentar la presencia tierna
de Dios en la ayuda solidaria de quienes los auxilian. Oremos.
4.- Por todas las familias: para que
gracias al reencuentro experimentado en este tiempo de aislamiento, puedan
seguir disfrutando la alegría de sentirse cercanos y unidos. Oremos.
5.- Por todos nosotros que nos alimentamos
de la Palabra y del Cuerpo de Cristo: que seamos signos de esperanza para
quienes se sienten solos y alejados de Dios. Oremos.
Escucha, Padre bueno, nuestras suplicas y manifiesta tu
compasión con el pueblo que amas y cuidas como a un hijo querido. Te lo pedimos
por Jesucristo nuestro Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que, en tu bondad, santifiques estos dones,
aceptes la ofrenda de este sacrificio espiritual y nos transformes en oblación
perenne. Por Jesucristo a nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Jn. 6, 35
Yo
soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre y el que cree en mí no
tendrá sed jamás, dice el Señor.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
A quienes has renovado con el don
del cielo, acompáñalo siempre con tu auxilio, Señor, y ya que no cesas de
reconfortarlos, haz que sean dignos de la redención eterna. Por Jesucristo
nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA
DÍA
Lunes
03: Jr.
28, 1-17; Sal 118; Mt 14, 13-21.
Marte
04: Jr.
30, 1-2.12-15.18-22; Sal 101; Mt 14, 22-36.
Miércoles
05: Jr
31, 1-7; Jr 31; Mt 15, 21-28.
Jueves
06: Dn
7, 9-10. 13-14; Sal 96; Mt 17, 1-9.
Viernes
07: Nm
2, 1-3; 3, 1-3.6-7; Dt 32; Mt 16, 24-28.
Sábado
08: Hb
1, 12—2,4; Sal 9; Mt 17, 14-20.
Domingo
09: Re
19, 9ª.11-13ª; Sal 84; Rm 9, 1-5; Mt 14,
22-33.
COMENTARIOS
AL EVANGELIO
Mt 14. 13-21
El texto manifiesta especial interés en involucrar al discípulo en la
actuación del Maestro: "Dadles vosotros de comer... Partió los panes y se
los dio a sus discípulos para que ellos los distribuyeran entre la gente".
La mayor de las virtudes es la compasión (·Buda). El texto de hoy es la
parábola de la compasión en acción. Y al igual que las parábolas-palabra, la
parábola-acción requiere también oídos para oír.
Compasión es mucho más que un sentimiento. Compadecerse es salir de uno
mismo llevando consigo lo que uno tiene, por poco que sea, para compartirlo con
el que no lo tiene y que por eso mismo sufre. Lo poco pueden ser cinco panes y
dos peces; eran todas las existencias alimenticias del grupo formado por Jesús
y sus discípulos. Pero cuando la compasión es sincera y total, la abundancia de
lo poco puede ser milagrosa. ¿Será esta la razón profunda de la frase de Buda
de que la mayor de las virtudes es la compasión? Repito que, al igual que las parábolas-palabra,
la parábola-acción requiere también oídos para oír.
La compasión así entendida es signo de que el Reino de Dios ya ha
llegado. La compasión, pues, construye el Reino. Pero como un elemento esencial
de la compasión es compartir gratuitamente lo que uno tiene, muy a menudo tengo
la impresión de que el Reino de Dios debe estar lejos todavía, pues
"gratis" parece ser una palabra que sólo tiene existencia en los
diccionarios de la lengua. ¿Qué tiene, pues, de extraño que desconozcamos la
abundancia milagrosa de lo poco compartido? La compasión a la que el texto
invita al discípulo debe moverse en cualquier orden de la vida, pero no es ni
mucho menos ajena al Reino de Dios la compasión en el orden de las necesidades
básicas, como son la salud y la comida. La compasión de Jesús se movió también
en este orden de necesidades.
ALBERTO BENITO - DABAR 1990/40
2. - La compasión de Jesús es una actitud total y liberadora. La
compasión en Jesús supone, en ese momento preciso de la vida diaria, una doble actuación:
llegar, desde la necesaria convivencia, a dar una respuesta a las necesidades
de los hombres; curar a los enfermos y saciar de pan a los que tenían hambre.
Nada más lejos que nuestra realidad de lástima y enternecimiento. Compasión no
es enternecerse el corazón; es comprometerse para que la realidad necesitada de
unos hermanos nuestros pueda sufrir una transformación. Es evidente que en el
amor es más importante el obrar que el simple decir. No son palabras, son las
acciones las que muestran lo que es el amor. Seguimos estando bajo el peso de
una mentalidad verbalista y nominalista. Está tan lejos nuestro prójimo, que
sigue resultando fácil y enternecedor pronunciar palabras de amor.
FELIPE BORAU - DABAR 1990/40
3.- Frente a la con-mocion, com-pasion, emotiva y, casi siempre,
ineficaz que tanto ha predominado en la tradición cristiana, por una mala
visión de los sufrimientos de Xto en su pasión y muerte, presentados para
despertar sentimientos de compasión y culpa más que como gritos de denuncia y
llamada al esfuerzo de esperanza.
J. ALEGRE ARAGÜES - DABAR 1990/40
Jesús empieza "compadeciéndose" de la multitud y termina
"compartiendo", que es la terminación normal a donde no llega casi
nadie. Compadecerse, todos, sí. Todos tenemos un alma finísima y lloramos mucho
por poca cosa. En seguida compadecemos a cualquiera. ¿Y compartir? ¡Hombre, eso
ya es cosa de los elegidos! Pues no. Quien compadece y no comparte, ni
compadece ni nada. Hace teatro. ¿Compartir qué? Todo, lo que se tenga, nada,
cualquier cosa, unos panes y unos peces, dos pesetas, lo que sea. Verá usted
cómo la cosa se multiplica. Compartir es multiplicar.
BERNARDINO HERNANDO - DABAR 1987/40
5.- El sentido de este texto se enriquece con las evocaciones que suscita.
Hacia atrás el texto nos retrotrae al Éxodo, cuando en el desierto el Pueblo
tenía hambre y añoraba la comida de la esclavitud en Egipto. Saciar el hambre
con aquella comida hubiera significado una vuelta a la esclavitud. El Pastor
del Pueblo sacia el hambre, pero con un pan nuevo (maná, manhú, ¿que es esto?).
"Es el pan que os ha dado Yahvé para alimento" (Ex 16. 15).
Hacia adelante el texto nos proyecta hacia el futuro, hacia el banquete
en los nuevos cielos y en la nueva tierra. Y siempre nos inserta en el
presente, en esa Eucaristía que celebramos y donde comemos pan de vida y
bebemos vino de salvación, un pan y un vino generadores de la libertad del
Pueblo de Dios. La Eucaristía es celebración de un Pueblo o no es nada.
Entendida como práctica de piedad se volatiliza en el fervor personal.
A. BENITO - DABAR 1987/40
6.- -"Si no tenemos más que cinco panes y dos peces". Lo mismo
da: "Traédmelos" y los pondremos a la disposición de todo el mundo.
Si esta fuera nuestra manera habitual de comportarnos, realizaríamos el milagro
de alimentar al mundo entero y habría sobras abundantes. Pero no, cada uno se
reserva lo que tiene, y todavía necesita guardias que lo vigilen y armas para
defenderlo de los demás. Y así vamos. Si algo llama la atención de este milagro
de la multiplicación de los panes y los peces es la disponibilidad, la apertura
a los demás: Jesús, que se retira a un lugar despoblado, se encuentra allí con
un gentío, y "le dio lastima y curó a los enfermos"; no quiere que
los discípulos envíen a la multitud para que se procure algo de comida:
"dadles vosotros de comer", les dice. También la eucaristía -¿quien
no piensa en ella espontáneamente cuando escucha que Jesús "alzo la mirada
al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los
discípulos"?- nos habla del "cuerpo entregado" y de la
"sangre derramada". Jesús nos da el pan porque nos da, sin límites,
su vida: "Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus
amigos" (Jn 15,13). Jesús la ha dado para todo el mundo.
J. TOTOSAUS - MISA DOMINICAL 1987/15
7.- La noticia de la muerte del Bautista no es probablemente lo que
motiva la retirada de Jesús a la otra orilla del lago. Marcos nos dice que
Jesús deseaba estar a solas con sus discípulos y descansar con ellos, una vez
éstos habían regresado de su primera misión evangélica (Mc 6,34). De todos
modos, no se trata de una huida ante la posible intervención de Herodes, aunque
Jesús era consciente de que su vida no será un paseo triunfal, sino una penosa
subida a Jerusalén y a la misma cruz. Pero no debe ni quiere anticipar la hora
de su "exaltación", la que el Padre le ha señalado.
Jesús tiene compasión de la gente, no sólo porque ve que anda
desorientada con la enseñanza de falsos maestros, sino porque conoce también
sus necesidades materiales. Por eso cura a los enfermos y da de comer a los
hambrientos.
El milagro de la multiplicación de los panes es una "señal" de
la vida que ha venido a traer al mundo.
Esta eucaristía campestre fue también una comida para saciar el hambre
corporal de las muchedumbres que le seguían.
Siempre que la Iglesia se ha planteado con cierta urgencia la solución
de los problemas sociales, se ha llamado la atención sobre este milagro de
Jesús. Pero es evidente que la Iglesia no puede multiplicar panes y peces.
Ahora bien, si renunciara a multiplicar el amor fraterno y a repartir entre los
pobres todo lo que tiene, la Iglesia no entendería este evangelio y el
auténtico significado de su misión. Tampoco celebraría debidamente la
eucaristía.
EUCARISTÍA 1993/36
8.- Así como en el evangelio según Marcos Jesús se retira buscando
reposo para él y los discípulos, aquí parece que Jesús se retira a un lugar
despoblado al enterarse de la muerte de Juan Bautista.
El hecho narrado aquí debía ser uno de los que impactaron fuertemente a
las primeras comunidades. Lo encontramos en los cuatro evangelios y, en dos
(Mateo y Marcos), dos veces.
La gente sigue a Jesús, en contraste con lo que acaba de suceder en
Nazaret. La reacción de Jesús al ver la multitud es de "compasión",
una compasión que quiere decir "ponerse en la piel del otro". Por eso
es una compasión que provoca la acción: "Y curó a los enfermos".
La indicación que los discípulos hacen a Jesús muestra su falta de fe en
el poder del Maestro.
Traspasándoles a ellos la responsabilidad ("dadles vosotros de
comer"), Jesús les pone en evidencia: no pueden; ¡no tienen comida ni tan
sólo para ellos! La manera como Mateo explica los gestos de Jesús es muy
cercana a la manera cómo relata la ultima cena: así subraya la referencia a la
eucaristía.
Las sobras, así como la cantidad de personas que se benefician de la
intervención de Jesús, indican la abundancia del don. El número doce
seguramente hay que relacionarlo con "los Doce". Ellos han de
repartir el pan que Jesús da a los que lo necesitan. Ellos no son los dueños,
sino los distribuidores del pan.
La "multiplicación de los panes" hace pensar en el episodio
del maná, cuando Dios sacia a su pueblo hambriento en el desierto (Éxodo 16,4)
y tiene muchos puntos de contacto con el gesto de Eliseo (2 Reyes 4, 42-44),
incluso por lo que se refiere al papel de los judíos. Todo esto lleva a
relacionar este gesto de Jesús con el banquete escatológico y, por tanto, con
la eucaristía, que es su signo y prenda.
J. M. GRANÉ- MISA DOMINICAL 1993/10