“MUJER, ¡QUE GRANDE
ES TU FE!”.
COMENTARIO
La cananea es una madre. Detrás de cada madre Jesús
veía a María. No se muestra demasiado duro con la madre de Santiago y Juan
cuando ésta le pide para ellos las plazas de ministros (Mt 20, 20). Cura con
cariño a la suegra de Pedro. Se siente conmovido por la viuda de Naín que acaba
de perder a su hijo. Creo que esto hace comprender mejor lo que va a ocurrir
entre Jesús y aquella madre cananea. Es el judío ante la pagana; no quiere
tratos con ella. Esto resulta antipático, sobre todo para los jóvenes que
soportan mal estas historias de razas diferentes y religiones distintas: ¿Está
Dios por todos, sí o no?.
Este universalismo de hoy, profundamente simpático
corre sin embargo el peligro de quedarse en teorías. No es posible ensamblar
tan fácilmente las diferencias, hay que arreglar las cosas poco a poco y de
forma progresiva. Jesús aceptó totalmente la condición humana, incluidos sus
límites y la búsqueda a veces difícil de la voluntad del Padre.
Nosotros estamos siempre dispuestos a juzgar a Dios:
¿Por qué un pueblo elegido? ¿Por qué Jesús quería deshacerse de la cananea?
Porque Jesús, judío, entra en el plano de la salvación tal como lo conoce por
las Escrituras de su pueblo y ese plano comprende dos datos perfectamente
claros: 1). Dios quiere salvar a todos los hombres; 2). Pasando por los judíos.
En este momento, Jesús sólo se siente enviando a “las ovejas perdidas de Israel”. Pero está aquella madre. Algunos se
imaginan que Jesús se hacía el indiferente (“no le contestó palabra”) para hacer que creciera la fe de la
cananea (!). Eso es rechazar el misterio de la encarnación. Jesús es un hombre
y se siente sencillamente desconcertado ante aquella situación como cualquier
hombre. ¿Mantenerse a distancia? ¿Escucharla para que lo deje en paz, como le
sugiere los discípulos? Ellos se muestran más bien molestos y despreciativos
que preocupados por los planes de Dios.
Es una madre. Jesús empieza a ablandarse y le da al
menos lo que puede darle: la gentileza de un diálogo: “Deja primero que los
hijos se alimenten. No está bien quitar el pan a los hijos para echárselo a los
perritos, a los que no están preparados para recibir la salvación. La cananea
comprende perfectamente el matiz amistoso: en la casa todos quieren a los
perritos. Es lista, es madre y siente un impulso loco hacia aquel que puede
salvar a su hija: “Los perritos se comen las migajas”. Aquel grito de fe
desarma a Jesús. La cananea acaba de romper en él un límite. Con una fe tan
humilde y tan fina que no le ha dicho: “Desobedece”; ella ha comprendido y
entra con él en los designios del Padre: “Si, Señor, cuídate primero de los
hijos, pero no tardes en preocuparte de esos perritos que quizás creen más en
ti”.
Jesús realiza entonces el gesto que va a marcar la
preeminencia total de la fe. Lo que ocurre con la cananea nos revela que en
adelante todo va a depender de la fe. Los judíos tenían la precedencia, la
cananea era una madre desconcertante; pero sólo importó una cosa, la misma que
importará en adelante: “Mujer, ¡qué grande es tu fe!”.
R.P. Roland Vicente Castro Juarez
ANTIFONA DE ENTRADA
Fíjate, oh, Dios, escudo nuestro;
mira el rostro de tu Ungido, porque vale más un día en tus atrios que mil en mi
casa.
ORACION COLECTA
Oh,
Dios, que has preparado bienes invisibles para los que te aman, infunde la
ternura de tu amor en nuestros corazones, para que, amándote en todo y sobre
todas las cosas, consigamos alcanzar tus promesas, que superan todo deseo. Por
nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del
libro de Isaías 56, 1. 6-7
Así dice el
Señor: Guarden el derecho, practiquen la justicia, que mi salvación está para
llegar y se va a revelar mi victoria.
A los extranjeros
que se han dado al Señor, para servirlo, para amar el nombre del Señor y ser
sus servidores, que guardan el sábado sin profanarlo y perseveran en mi
alianza: los traeré a mi Monte Santo, los alegraré en mi casa de oración;
aceptaré sobre mi altar sus holocaustos y sacrificios, porque mi casa es casa
de oración y así la llamarán todos los pueblos.
SALMO RESPONSORIAL (66)
Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te
alaben.
El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre
nosotros: conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. R.
Que canten de alegría las naciones, porque riges la tierra con
justicia, riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra.
R.
Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te
alaben. Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 11,
13-15. 29-32
Hermanos: A ustedes, gentiles, les digo: Mientras sea su apóstol, haré
honor a mi ministerio, por ver si despierto emulación en los de mi raza y salvo
a alguno de ellos.
Si su reprobación es reconciliación del mundo, ¿qué será su reintegración
sino un volver de la muerte a la vida?.
Los dones y la llamada de Dios son irrevocables. Ustedes, en otro tiempo,
desobedecieron a Dios; pero ahora, al desobedecer ellos, han obtenido
misericordia.
Así también ellos que ahora no obedecen, con ocasión de la misericordia
obtenida por ustedes, alcanzarán misericordia. Pues Dios nos encerró a todos en
desobediencia, para tener misericordia de todos.
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 23.
Aleluya. Jesús proclamaba el Evangelio del reino, curando las dolencias del
pueblo. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 15, 21-28
En aquel tiempo, Jesús salió y se retiró
al país de Tiro y Sidón.
Entonces una mujer cananea, saliendo de
uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: Ten compasión de mí, Señor Hijo de
David. Mi hija tiene un demonio muy malo.
Él no le respondió nada. Entonces los
discípulos se le acercaron a decirle: Atiéndela, que viene detrás gritando.
Él les contestó: Sólo me han enviado a las
ovejas descarriadas de Israel. Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió
de rodillas: Señor, socórreme. Él le contestó: No está bien echar a los perros
el pan de los hijos.
Pero ella repuso: Tienes razón, Señor;
pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos. Jesús
le respondió: Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas. En aquel
momento quedó curada su hija.
PLEGARIA UNIVERSAL
Con la alegría de reconocernos hijos amados de Dios,
expresémosle nuestras necesidades con confianza filial. R. Padre bueno,
escúchanos.
1.- Por el Papa, nuestros obispos y
párrocos: para que en estos tiempos difíciles, ungidos por el Espíritu del
Señor, nos ayuden a vivir con mayor compromiso nuestra fe. Roguemos al Señor.
2.- Por los gobernantes del mundo entero:
para que, en este momento de reconstrucción social, no se cansen de buscar el
bienestar para todos. Roguemos al Señor.
3.- Por las familias más vulnerables de
nuestra parroquia: para que puedan encontrar las fuentes de subsistencia que
les permitan vivir dignamente; y cuenten con el apoyo de familiares y amigos. Roguemos
al Señor.
4.- Por todos los cristianos: para que,
movidos por la compasión de Jesús, sepamos escuchar el clamor de los más
necesitados y brindarles cercanía, comprensión y apoyo. Roguemos al Señor.
5.- Por nosotros aquí reunidos: para que, fortalecidos
por la comunión con la Palabra y el Cuerpo del Señor, seamos signos de paz y de
esperanza y despertemos en quienes nos rodean la alegría de vivir. Roguemos
al Señor.
Oh Dios, Padre de todos, somos tus hijos y queremos vivir
como verdaderos hermanos para darte gloria y llevar a todos tu amor y tu
consuelo. Acoge benignamente lo que te hemos pedido. Por Jesucristo nuestro
Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, nuestras ofrendas en las que vas a realizar un
admirable intercambio para que, al ofrecerte lo que tú nos diste, merezcamos
recibiste a ti mismo. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor; el que
coma de este pan vivirá para siempre.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Después de haber participado de
Cristo por estos sacramentos, imploramos humildemente tu misericordia, Señor,
para que, configurados en la tierra a su imagen, merezcamos participar de su
gloria en el cielo. El, que vive y reina pro los siglos de los siglos.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA
DÍA
Lunes 17: Ez
24, 15-24; Dt 32; Mt 19, 16-22.
Martes 18: Ez
28, 1-10; Dt 32; Mt 19, 23-30.
Miércoles 19:
Ez 34, 1-11; Sal 22; Mt 20, 1-16.
Jueves 20: Ez
36, 23-28; Sal 50; Mt 22, 1-14.
Viernes 21: Ez
37, 1-14; Sal 106; Mt 22, 34-40.
Sábado 22: Ez
43, 1-7ª; Sal 84; Mt 23, 1-12.
Domingo 23: Is
22, 19-23; Sal 137; Rm 11, 33-36; Mt 16, 13-20.
COMENTARIOS AL EVANGELIO
Mt 15.
21-28
3-1.
Vale la pena fijarse en la capacidad de admiración de Jesús ante la fe
de los paganos. Parece como si lo desarmara. Y no le duele confesar que
"en Israel no he encontrado en nadie tanta fe" (Mt 8. 10). Fe, aquí,
es confianza, es apertura a su persona y a su poder. Y esta fe -que se dirige a
Jesús- tiene su motor y extrae su fuerza de la propia necesidad: la situación
de la hija "endemoniada", el criado "que está en cama paralítico
y sufre mucho" (Mt 8. 6). Quién sabe: quizás nosotros diríamos que es una
petición interesada, que el movimiento no es tan puro como debería... Pero es
desde nuestras situaciones vitales que vamos a Jesús y confiamos en él. Quizá
el punto de partida no sea lo bastante puro; ¡pero si el movimiento nos lleva
hacia él sinceramente...! Ya se cuidará de purificarlo, si es necesario -
"No está bien echar a los perros el pan de los hijos" Aprendamos a
admirarnos de la fe de los de fuera, de la gente sencilla. Y aprendamos a
confiar en los movimientos sinceros de nuestro corazón.
J. TOTOSAUS - MISA DOMINICAL 1987/16
2.- La distribución de los panes sigue normalmente: Jesús ha ofrecido
pan a quien lo ha querido y no hay suficiente gente para terminar con las
provisiones (Mt 14. 13-21), hasta el punto de que se llenaron doce canastos con
las sobras.
Lo que sigue a la distribución responde a la pregunta de por qué comieron
tan pocos y dejaron tantas sobras. Esta respuesta es doble: por una parte, los
fariseos ponen bastantes obstáculos ante quienes desean comer el pan merced a
su reglamentación de las abluciones (Mt 15. 1-20); por otra parte, a los
paganos se les niega el acceso a esas sobras (v. 24). El pasaje de hoy
desarrolla esta última consideración.
MAERTENS-FRISQUE - NUEVA GUIA DE
LA ASAMBLEA CRISTIANA V - MAROVA MADRID 1969.Pág. 277
3. ORA/PERSEVERANCIA: NECESIDAD DE
"LUCHAR" CON DIOS EN EL TERRENO DE UNA ORACIÓN PERSEVERANTE:/Mt/07/07.
Es una oración de petición que arranca de una fe profunda en que Dios,
en este caso Jesús, puede hacer lo que se le pide, y de una confianza ilimitada
en que lo hará. La fe es el distintivo esencial del cristiano. Una fe que recibe
lo que quiere, porque lo que quiere es la voluntad de Dios. La
"lucha" que esta mujer mantiene con Jesús, que la rechaza una y otra
vez, resulta paradigmática. Está en la línea de lo mandado por Jesús:
"pedid... buscad... llamad..." Esto es lo que define sustantivamente
al hombre. De ahí la necesidad de "luchar" con Dios en el terreno de
una oración perseverante. La cananea obtuvo lo que pedía porque se mantuvo en
esa actitud de esencial pobreza. Ante ella aparece la palabra de Dios: "...recibiréis,
...hallaréis, ...se os abrirá" (7. 7). Tres aspectos que definen a Dios
(como los tres anteriores habían definido al hombre). Dios y el hombre puestos
frente a frente y haciendo cada uno lo que le es propio.
COMENTARIOS A LA BIBLIA LITURGICA NT - EDIC MAROVA/MADRID 1976.Pág. 1030
4.- -Texto. Mateo da en él un paso importante hacia adelante, pues la
escena no tiene lugar en Israel sino en el extranjero. En términos de
sociología religiosa judía esto significa que la escena se desarrolla en el
territorio pagano. Toma cuerpo así lo que Mateo había insinuado cuando, al
presentar la actividad de Jesús, citaba el texto de Isaías que habla de Galilea
de los paganos (MT. 4, 15). Los paganos están ahora aquí, de la mano de una
mujer que vivía en el actual y atormentado Líbano. Viene designada como
cananea, término especialmente evocador para un judío, por cuanto encarna todo
lo que de seductor y peligroso había tenido el paganismo para la fe yavista.
El texto está lleno de sorpresas. Una extranjera da a Jesús el título
típicamente judío de hijo de David. Con este título ha introducido Mateo la
ascendencia de Jesús (Mt. 1,1). El título resuena cuando Mateo acaba de
presentar a Jesús saliendo de territorio judío tras el cuestionamiento de algo
tan esencial y sagrado para los judíos como es el comportamiento en consonancia
con la tradición (ver Mt. 15, 1-20).
Las sorpresas continúan con el silencio de Jesús primero y su respuesta
después a la demanda de los discípulos. Esta respuesta, que se encuentra en el
v. 24, es repetición del mandato de Jesús a los doce de ir en busca de las
ovejas perdidas de Israel. Leída después de la escena anterior sobre la
tradición, la respuesta es, cuanto menos, sorprendente.
Una tercera sorpresa es la presentación de la mujer en el v. 25 con el
gesto típico judío de adoración a Dios, gesto característico en el evangelio de
Mateo para expresar la actitud creyente ante Jesús.
La cuarta sorpresa es la respuesta de Jesús a la mujer. "No está
bien quitarle el pan a los hijos para echárselo a los perros".
Jesús hace suyo el afrentoso y despreciativo apelativo de perros, que
los judíos aplicaban a los paganos. ¿Lo hace suyo aceptándolo o ironizándolo?
La frase la escuchamos fuera del territorio judío, donde Jesús se encuentra
tras su cuestionamiento de la tradición judía.
La quinta y última sorpresa es la reacción de la mujer pagana, que no
aspira a suplantar, sino sencillamente a participar.
Todo este conjunto de sorpresas, especialmente elaboradas por Mateo, no
parecen tener otra función que la de preparar y resaltar la frase final de
Jesús. "¡Qué grande es tu fe, mujer!" Es la frase que el lector de
Mateo presentía y esperaba. Ella ratifica la caída del muro de separación entre
judíos y paganos.
Un mundo religioso cerrado en sí mismo queda aquí superado y derrumbado;
surge otro de todos y para todos.
-Comentario. Es difícil encontrar en cualquiera de los cuatro evangelios
una imagen de Jesús tan judía como la que nos ofrece Mateo en este texto. La
lógica de la encarnación está aquí llevada al máximo de identificación con la
historia concreta de unas gentes. Paralelamente es difícil encontrar otro texto
como éste en el que la quiebra de esa historia concreta sea tan clamorosa.
Mateo lo ha conseguido con una imagen de mujer sencillamente asombrosa.
Ella, que no es miembro del Pueblo de Dios, encarna el ideal de lo que
debe ser un miembro del Pueblo de Dios.
La consecuencia es lo arriesgado del manejo de conceptos y términos
tales como Pueblo de Dios e Iglesia, porque ni están todos los que son ni son
todos los que están. Pasaba ayer y pasa hoy.
Dos citas de Pablo pueden ayudarnos a entender las líneas de este texto.
"Toda diferencia entre judío y no judío ha quedado superada, pues uno
mismo es el Señor de todos, y su generosidad se desborda con todos los que le
invocan" (Rom. 10, 12). "Todos vosotros, los que creéis en Cristo
Jesús, sois hijos de Dios... Ya no hay distinción entre judío y no judío, ni
entre esclavo y libre, ni entre varón y mujer. En Cristo Jesús, todos sois
uno" (Gál. 26, 28).
A. BENITO - DABAR 1990/42
5.- Contexto. El domingo pasado asistíamos a una dramatización de la
difícil y arriesgada situación de los doce. La mentalidad nacional-religiosa y
cerrada de los pastores de la Ley de Dios ponen en peligro la vida de Jesús.
(Mt. 14, 1-12) y la de los doce (Mt. 14, 22-23). Esa misma mentalidad determina
continuos desplazamientos de la gente buscando a los nuevos pastores (Mt. 14,
34-36). A continuación de estos dos últimos versículos Mateo introduce otro de
los presupuestos-clave de la mentalidad cerrada: la defensa unilateral y
monolítica de la Tradición (Mt. 15, 1-20). El otro presupuesto es la Ley: tus
discípulos hacen lo que no está permitido en sábado (Mt. 12, 2). ¿Por qué se
saltan tus discípulos la tradición de nuestros mayores? (Mt. 15,2). Lee
detenidamente Mt 15, 1-20.
Texto. Comienza con la misma fórmula de desplazamiento de hace dos
domingos (lee Mt 14, 13). Salió de allí (la traducción litúrgica ha pasado por
alto el adverbio). El punto de salida es más que un espacio geográfico; es la
situación de cerrazón reflejada en el texto inmediatamente anterior. También es
más que un espacio en el mapa el punto de llegada: Tiro y Sidón no son Israel.
Mateo quiere poner de manifiesto el sentido de la afirmación hecha en la
explicación de la parábola del grano y la cizaña: El campo es el mundo (Mt 13,
38). El misterio escondido se desvela en acción. El pueblo de Dios es
universal, abarca más que Israel. Este aspecto fundamental se resalta todavía
más en la caracterización de la protagonista: una mujer cananea. En la
tradición judía Canaán es el símbolo de lo no judío, de la irreligiosidad.CANAAN/SIMBOLO
Y, sin embargo, el desarrollo del relato es paradójico. Los discípulos y
Jesús actúan en la más estricta línea judía. Los discípulos piden a Jesús que
despida a la mujer (extrañamente la traducción litúrgica ha convertido la
petición de despido en lo contrario). Jesús recuerda algo que ya les había
dicho a los doce en Mt. 10,6: sólo a Israel. Sus frases son de un realismo
hiriente: No está bien echar a los perros el pan de los hijos.
Los perros son los no judíos. Pero funciona como insulto. Incluso la
propia protagonista da por válido el presupuesto: También los perros se comen
la migajas que caen de la mesa de sus amos. Todo se desarrolla, pues, dentro de
la más puras coordenadas de la religiosidad tradicional. Jesús y los doce se
parecen a los pastores de la Ley de Dios. El desenlace del relato rompe con la
sorpresa del desarrollo anterior. Este desenlace contrasta con el de la
sinagoga de Nazaret (No pudo hacer allí muchos milagros por su falta de fe, Mt
13, 58) y empalma con lo narrado a propósito de un centurión romano en Mt 8,
5-13 (en ningún israelita he encontrado tanta fe Mt. 8, 10). El campo,
efectivamente, empieza a ser el mundo. El Pueblo de Dios abarca, no excluye.
Comentario. El texto de hoy es un buen ejemplo ilustrativo del quehacer
literario de Mateo y de la necesidad de leer siempre un texto dentro de su
contexto (recuerda Mt. 15, 1-20) se imponen las siguientes preguntas: ¿quiénes
son los perros y quiénes los amos? Mejor aún: ¿tiene sentido seguir hablando de
perros y de amos? Nos hallamos ante un texto cuyo recurso literario es la
paradoja y la ironía. Un texto vigoroso por sus contrastes y desarrollo
imprevisto, por su lenguaje nada atenuado. Equiparando a Jesús y a los doce con
los pastores de la Ley, que inmediatamente antes les habían acusado, el autor
consigue poner el dedo en la llaga por el procedimiento del absurdo. Detrás de
la defensa apasionada de la Ley de Dios y de la tradición por parte de los
pastores se esconde, entre otras cosas, una infravaloración de las personas.
Mujer, qué grande es tu fe. Esta frase rompe los esquemas religiosos
hasta ahora vigentes en el Pueblo de Dios. A partir de aquí ya no tiene sentido
hablar de Pueblo de Dios en un sentido limitado de raza o nación; ya no hay
perros ni amos, judíos ni griegos, siervos ni libres, varones ni hembras (cfr.
Romanos 10,12 y Gálatas 3, 28). Nacionalidad, condición social y sexo quedan
eliminados como factores determinantes de pertenencia al Pueblo de Dios. Son
los mismos tres factores que excluye el autor del cuarto evangelio en una
enigmática formulación de su prólogo. Lee Jn 1, 12-13. La elección misma de una
mujer para protagonista del relato es un hecho en sí mismo significativo. Si
alguien no tenía voz en el interior del Pueblo de Dios, eran precisamente las
mujeres. Eligiendo a una mujer primero, extranjera después, y cananea por
último, Mateo acaba con todos los esquemas hasta entonces vigentes.
A partir de ahora lo que determina la pertenencia al Pueblo de Dios es
la fe en Jesús, la adhesión a su persona. No olvidamos nunca que, en el
contexto de Mateo, esta fe significa la relativización de la Ley y de la
Tradición, importantes y necesarias, por supuesto, pero nunca prioritarias ni
con valor de absolutos. Olvidar esta relativización tiene el riesgo, entre
otros, de reducir la fe en Jesús a un pietismo personal.
Ahora que estamos mayoritariamente de vacaciones tenemos más tiempo para
reflexionar sobre todas estas cosas.
A. BENITO - DABAR 1987/42
6. J/JUDIO.
Sentido del relato. Este comienza con la expatriación de Jesús. El
lector no puede menos de recordar aquello de que "sólo en su patria y en
su casa desprecian a un profeta" (Mt. 13, 57). Pero lo curioso del caso es
que en estas circunstancias Mateo nos presenta a un Jesús perfectamente judío.
Otro dato a tener en cuenta: la extranjera interpela a Jesús en términos
exquisitamente judíos.
A la vista de estos datos el lector se arma un auténtico lío, pues, por
un lado, Jesús, el judío, en su tierra cuestiona lo judío, fuera de ella
reproduce y se aferra a aquello que ha cuestionado. Y, por otro, mientras los
judíos se escandalizan de Jesús (cfr. 13, 57 y 15, 12), una extranjera ve en él
un judío.
De este lío no saldremos nunca o lo haremos muy artificialmente si no
vemos el relato como una maestra pieza irónica de Mateo, quien precisamente
quiere cuestionar y eliminar eso de judío-extranjero, religioso-pagano. Porque
esto significaba ser judío: ser religioso; y esto significaba ser extranjero:
ser pagano. En el engranaje de la obra el relato de hoy funciona como pieza
irónica. ¡Esta es su clave de lectura! Y como quien no quiere la cosa, el
autor, sirviéndose del recurso de introducir en el relato a los discípulos,
invita a éstos, invita al nuevo Pueblo a evitar funcionar con fáciles
esquematizaciones y encasillamientos de la gente.
DABAR 1981/45