viernes, 30 de agosto de 2013

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO XXII TIEMPO ORDINARIO CICLO C - 01 SETIEMBRE 2013

¿A  QUIEN  INVITAMOS  NOSOTROS?.



PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Eclesiástico 3,17-18.20.28-29

Hijo mío, en tus asuntos procede con humildad y te querrán más que al hombre generoso. Hazte pequeño en las grandezas humanas, y alcanzarás el favor de Dios; porque es grande la misericordia de Dios, y revela sus secretos a los humildes. No corras a curar la herida del cínico, pues no tiene cura, es brote de mala planta. El sabio aprecia las sentencias de los sabios, el oído atento a la sabiduría se alegrará.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 67)

Preparaste, oh Dios, casa para los pobres

Los justos se alegran,
gozan en la presencia de Dios,
rebosando de alegría.
Canten a Dios, toquen en su honor;
su nombre es el Señor. R.

Padre de huérfanos, protector de viudas,
Dios vive en su santa morada.
Dios prepara casa a los desvalidos,
libera a los cautivos y los enriquece. R.

Derramaste en tu heredad,
oh Dios, una lluvia copiosa,
aliviaste la tierra extenuada; 
y tu rebaño habitó en la tierra que tu bondad, oh Dios,
preparó para los pobres. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta a los Hebreos 12,18-19.22-24a

Ustedes no se han acercado a un monte tangible, a un fuego encendido, a densos nubarrones, a la tormenta, al sonido de la trompeta; ni han oído aquella voz que el pueblo, al oírla, pidió que no les siguiera hablando. Ustedes se han acercado al monte de Sión, ciudad del Dios vivo, Jerusalén del cielo, a millares de ángeles en fiesta, a la asamblea de los primogénitos inscritos en el cielo, a Dios, juez de todos, a las almas de los justos que han llegado a su destino y al Mediador de la nueva alianza, Jesús.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 14,1.7-14

Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando. Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les propuso esta parábola: «Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro y te dirá: "Cédele el puesto a éste.". Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga: "Amigo, sube más arriba.".
 Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.».
Y dijo al que lo había invitado: «Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos.».

CREDO NICENOCONSTANTINOPOLITANO

Creo en un solo DIOS, PADRE todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, JESUCRISTO, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz. Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros los hombres y por nuestra salvación, bajó del cielo; y por obra del Espíritu Santo se encarnó de  María,  la  Virgen,  y  se  hizo  hombre.
Y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creo en el ESPÍRITU SANTO, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo, recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo la iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

PLEGARIA UNIVERSAL

Pidamos, hermanos al Señor, que incline su oído hacia el pueblo que le suplica:

1.- Para  que la Iglesia sea servidora y humilde, y así aparezca a los ojos del mundo. Roguemos al Señor.

2.- Para que todos los que ejercen cargos de responsabilidad trabajen sin descanso por la promoción de los que están en los últimos puestos de la sociedad. Roguemos al Señor.

3.- Para que desaparezcan las diferencias injustas y logremos una vivencia fraterna. Roguemos al Señor.

4.- Para que nos amemos unos a otros con obras y de verdad, sin exigir nada a cambio. Roguemos al Señor.

5.- Para que nuestros hermanos difuntos alcancen el perdón de sus pecados y el gozo de contemplar un día al Padre misericordioso. Roguemos al Señor.

Dios nuestro, que invitas a pobres y pecadores al banquete alegre de la nueva alianza, escucha nuestras oraciones y haz que sepamos honrar a tu Hijo en los enfermos y en los humildes a fin de que alrededor de tu mesa, nos reconozcamos mutuamente como hermanos. Por Jesucristo nuestro Señor.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 02: 1Ts 4, 13-18; Sal 95; Lc 4, 16-30.
Martes 03: San Gregorio Magno, papa y doctor de la Iglesia (MO) 1Ts 5, 1-6.9-11; Sal 26; Lc 4, 31-37.
Miércoles 04: Col   1,  1-8;  Sal 51;  Lc 4,  38-44.
Jueves 05: Col 1, 9-14; Sal 97; Lc 5, 1-11
Viernes 06: Col 1, 15-20;  Sal  99; Lc 5, 33-39.
Sábado 07:  Col 1, 21-23; Sal 53; Lc 6, 1-5.
Domingo 08:  b 9, 13-18; Sal 89; Flm 9b-10.12-17; Lc 14, 25-33.

COMENTARIO

Era costumbre en aquellos tiempos y lugares invitar de vez en cuando a un rabino para conversar durante la comida sobre algún punto de interés religioso. Esto ocurría principalmente los sábados. En algún sentido, esta costumbre perfectamente natural se continúa hoy en ciertos ambientes y familias que cultivan la amistad de los sacerdotes. También Jesús fue invitado a comer un día de sábado. Y aunque el anfitrión era un fariseo y uno de los principales, aceptó. Pues Jesús no era un puritano, y ya otras veces había aceptado la invitación de otros fariseos. Con todo, Jesús prefería comer con publicanos y pecadores. En esta ocasión había allí otros invitados, amigos de este personaje y fariseos lo mismo que él. Y todos éstos "espiaban" a Jesús. Este detalle demuestra que no había sido invitado de corazón, sino únicamente como pretexto para ver si podían sorprenderle en algún fallo.  Jesús observa, se divierte y hace una primera observación un tanto picante a propósito del juego de las precedencias: “No te sientes en el puesto principal”. Se trata de “gente acomodada”. ¿Dónde están los marginados que siempre fueron sus preferidos? Y lanza una idea como un latigazo: “Cuando des una comida, no pienses en invitar a los amigos, o a tal pariente, o a tal vecino interesante. Invita más bien a los pobres y necesitados” les algo difícil de tragar. ¿Se ven ustedes mismos cursando este tipo de invitaciones? Pero lo que sigue es todavía  más preocupante: “En  el cielo te lo pagarán”. Entonces, bien; se trata de ser astutos con la virtud. Al principio del banquete, el primer consejo era: “Escoge el ultimo puesto; para que te hagan subir”. Ahora, la gran especulación: “Invita a los indigentes; que Dios te lo pagará”. ¡Extraños consejos! Jesús nos revela de pronto todo el sentido que puede tener eso; cuando obras de ese modo, ¿qué tipo de hombre eres delante de Dios? Te preocupas de un rango social, lo mides con cierto afán, por la acogida que te ofrecen en las recepciones. Se trata de algo que no hay que rechazar ni exagerar, pero lo importante no es eso. ¡Hay que ir más lejos! Hasta tu lugar delante de Dios. Lo que tú eres a sus ojos es lo que constituirá algún día tu valor real y definitivo. Lo que todos admirarán a juzgarán como el peor de los fracasos. ¿Y tus famosos banquetes, tus invitaciones tan estudiadas? Te sacudí un poco al decirte que no invite a las personas que te interesan. ¡Ante el corazón de Dios! ¿Invitas quizás tan puramente, tan sólo con la idea de hacer felices a los demás? ¿Unos hombres felices que no tienen que darte gracias por ello? La apuesta es formidable; conviene leer bien las últimas palabras: “Dichoso tú entonces porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos”. Jesús se fija ante todo en el éxito final.

Pero esa dicha es una felicidad inmediata: ya eres dichoso por cursar esas  invitaciones. Y lo serás más algún día en la mesa de Dios porque, ya desde ahora, tu mesa es la mesa de Dios.  Por tanto, no se trata de invitar algún pobre solitario o al más humilde del barrio para conseguir un buen trozo de cielo. Lo que se necesita más bien es ser normalmente una persona que realice tales gestos que pueda decirse de ella: “En su casa está uno como en casa de Dios”.