COMIERON TODOS HASTA QUEDAR SATISFECHOS
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías 55,1-3
Así dice el Señor: «Oigan, sedientos
todos, acudan por agua, también los que no tienen dinero: vengan, compren
trigo, coman sin pagar vino y leche de balde. ¿Por qué gastan dinero en lo que
no alimenta, y el salario en lo que no da hartura?. Escúchenme atentos y
comerán bien, saborearan platos sustanciosos. Inclinen el oído, vengan a mí:
escúchenme, y vivirán. Sellaré con ustedes alianza perpetua, la promesa que aseguré
a David.».
SALMO
RESPONSORIAL (Sal 144)
Abres
tú la mano, señor, y nos sacias de favores
El Señor es clemente y
misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con
todos, es cariñoso con todas sus
criaturas. R.
Los ojos de todos te están
aguardando, tú les das la comida a su tiempo; abres tú la mano, y sacias de
favores a todo viviente. R.
El Señor es justo en todos
sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones; cerca está el Señor de los que
lo invocan, de los que lo invocan sinceramente. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los Romanos 8,35.37-39
¿Quién podrá apartarnos del amor de
Cristo?: ¿la aflicción?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la
desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?. Pero en todo esto vencemos fácilmente por
aquel que nos ha amado. Pues estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni
ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni
profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios manifestado
en Cristo Jesús, Señor nuestro.
EVANGELIO
Lectura
del santo evangelio según san Mateo 14,13-21
En aquel
tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí
en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por
tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y
curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle:
«Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a
las aldeas y se compren de comer.».
Jesús les
replicó: «No hace falta que vayan, denle ustedes de comer.».
Ellos le
replicaron: «Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces.». Les dijo: «Tráiganlo».
Mandó a la
gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces,
alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio
a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta
quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos
cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.
Las
parábolas de Mt 13 que hemos escuchado en domingos anteriores, habían puesto de
manifiesto las contrariedades y las oposiciones que el Reino debía encontrar.
Ahora en Mt 14 ya hallamos una, la de Herodes. La muerte de Juan Bautista es un
anuncio y una amenaza de muerte para Jesús. Jesús se marcha a un lugar
desierto. "Al saberlo la gente, lo siguió... Al desembarcar vio Jesús el
gentío...": Jesús amenazado por el poder, por Herodes, pero rodeado por el
gentío. Con todo, al escuchar anteriormente las parábolas, el gentío no había
demostrado una especial comprensión del Reino.
Aunque
falte esta respuesta profunda de la fe, a Jesús "le dio lástima y curó a
los enfermos". Jesús, perseguido e incomprendido, reúne con amor a los
hombres, los cura y los alimenta.
"Estamos en un despoblado y es muy tarde...": En seguida
hallamos una de las seis narraciones de la multiplicación de los panes y peces
que hay en los evangelios. En un despoblado, como el pueblo de Israel en el
desierto fue alimentado por el maná, ahora el nuevo pueblo de Dios, formado por
gente dispersa y heterogénea, será alimentado por Jesús. Notamos en el texto
las oposiciones entre la propuesta de los discípulos: "que vayan a las
aldeas y se compren de comer" y la propuesta de Jesús: "denle ustedes
de comer" y entre el hecho palpable del gentío y la escasez de lo que hay
para dar: "no tenemos más que cinco panes y dos peces". Con todo, las
siete piezas ya nos indican un número de plenitud.
"Alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes
y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente":
Al igual que el cabeza de familia judía decía -al empezar la comida- la acción
de gracias sobre el pan y lo repartía para cada miembro de la familia,
igualmente lo hace Jesús, y a través de los discípulos da el alimento al pueblo
congregado por él. No podemos desunir la lectura de este hecho, de la imagen de
Jesús como Pan de vida que hallamos en el evangelio de Juan y de la referencia
clara que hay, en el vocabulario, a la Eucaristía, signo del don total de Jesús
a los hombres.
Ser alimentado
por Jesús exige un vivo despertar de la fe; por eso en nuestras eucaristías,
hay una preparación penitencial y un alimento de la fe. El creyente está preso
entre dos realidades. La de la vida: el trabajo, las distracciones, las
preocupaciones, el amor y las fatigas. Y la realidad de Dios. No son dos
realidades yuxtapuestas o que se oponen entre sí, como a veces se siente la
tentación de imaginarse. Sin Dios, la realidad de la vida es pobre, cerrada y
pesada. Empapada por la realidad de Dios, es nuestra propia vida la que explota
sin límites, danzante, transfigurada.
CREDO
NICENOCONSTANTINOPOLITANO
Creo en un solo DIOS, PADRE todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo
invisible.
Creo en un solo Señor, JESUCRISTO, Hijo único de Dios, nacido del
Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz. Dios verdadero de
Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por
quien todo fue hecho; que por nosotros los hombres y por nuestra salvación, bajó del cielo; y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la
Virgen, y se
hizo hombre.
Y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y
subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con
gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creo en el ESPÍRITU SANTO, Señor y dador de vida, que procede del
Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo, recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo la iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los
pecados.
Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén
PLEGARIA UNIVERSAL.
Oremos,
hermanos, a Dios nuestro Padre, en quien tenemos puesta nuestra esperanza.
1.- Por la
Iglesia para que sea como lámpara encendida en medio de las tinieblas, que
ilumine y abra nuevos horizontes de esperanza para el mundo. Roguemos
al Señor.
2.- Por
cuantos tienen autoridad en el mundo: para que frenen las ambiciones, ponga,
fin a las guerras brote en todas partes
la paz, la justicia y el amor. Roguemos al Señor.
3.- Por
los navegantes y los que emigran, por los enfermos y los encarcelados, y por
todos los que sufren. Roguemos al Señor.
4.- Por
todos los que hemos sido iluminados con
el don de la fe para que nos mantengamos vigilantes en la esperanza y ardientes
en la caridad. Roguemos al Señor.
Te
pedimos, Señor, que no abandones a tus
hijos en su debilidad sino que en su pobreza manifiestes la fuerza de tu poder.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE
CADA DÍA
Lunes
04:
San Juan María Vianney Presbiterio (MO) Jr 28, 1-17; Sal 118; Mt 14, 13-21.
Martes
05:
Jr 30, 1-2.12-15.18-22; Sal 101; Mt 14, 22-36.
Se puede
celebrar la memoria de la Dedicación de la basílica de Santa María (Blanco).
Miércoles
06: La Transfiguración del Señor (F) Dn 7,
9-10.13-14; Sal 96; (o bien 2P 1, 16-19); Mt 17, 1-9.
Jueves
07:
Jr 31, 31-34; Sal 50; Mt 16, 13-23. Se puede celebrar las memorias de los
santos Sixto II, papa y compañeros
mártires (rojo); o de san Cayetano, presbítero (blanco).
Viernes
08:
Santo Domingo de Guzmán, presbiterios (MO) Na 2, 1.3,1-3.6-7; Sal: Dt 32; Mt
16, 24-28.
Sábado
09:
Ha 1, 12-2,4; Sal 9; Mt 17, 14-20. Se puede celebrar la memoria de Santa Teresa
Benedicta de la Cruz, virgen y mártir (rojo).
Domingo
10: Domingo XIX del TO. 1R 19, 9ª.11-13ª; Sal
84; Rm 9, 1-5; Mt 14, 22-33.