miércoles, 8 de abril de 2015

LECTURAS Y COMENTARIO DEL II DOMINGO DE PASCUA 12 ABRIL 2015

JESÚS ESTA EN MEDIO DE NOSOTROS



ORACION COLECTA

Dios de misericordia infinita, que reanimas la fe de tu pueblo con el retorno anual de las fiestas pascuales, acrecienta en nosotros los dones de tu gracia, para que comprendamos mejor la inestimable riqueza del bautismo que nos ha purificado, del espíritu que nos ha hecho renacer y de la sangre que nos ha redimido. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 4,32-35

En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía. Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y Dios los miraba a todos con mucho agrado. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 117 )

Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia

Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón: eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor: eterna es su misericordia. R.

La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente.
Éste es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo. R.

Señor, danos la salvación; Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,  
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, él nos ilumina. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 5,1-6.

Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a Dios que da el ser ama también al que ha nacido de él. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues en esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?. Éste es el que vino con agua y con sangre: Jesucristo. No sólo con agua, sino con agua y con sangre; y el Espíritu es quien da testimonio, porque el Espíritu es la verdad.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 20,19-31

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos.
Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a ustedes.». Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor.
Jesús repitió: «Paz a ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.».
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Reciban el Espíritu Santo; a quienes les perdonen los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.».
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús.
Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.».
Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.».
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos.
Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a ustedes».
Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.». Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!».
Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.». Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre.

COMENTARIO

“Se presentó Jesús en medio de ellos”. Para medir esta afirmación, hay que recordar lo que acaban de vivir los discípulos: la muerte y la sepultura de Jesús. Al dejar el cadáver en su tumba, enterraban también su esperanza. ¡Y de pronto está allí! El muerto, el crucificado, el enterrado, está allí. ¡Vive! “En medio de ellos”. Lo que hoy leemos quizás con demasiada tranquilidad es lo que ellos intentaron contarnos; y aquello no era fácil: “Se presentó”, dicen. No lo vieron llegar, no le oyeron llamar. Está allí, de pie, sonriendo, amable, aquél a quien habían desclavado de la cruz y dejado en un sepulcro. Se acuerdan de lo que pensaron entonces: “¡Es imposible! Se trata de un fantasma de cualquier otra cosa menos del hombre que vimos morir”. ¡Menos mal que vacilan! Menos mal que esas vacilaciones se nos muestran tal como fueron ya que todo se escribió para que reviviésemos lo mejor posible su experiencia pascual: “estaba muerto, ahora vive”. Jesús mide muy bien los pasos que sus discípulos tienen que dar, y nosotros detrás de ellos: “Si soy yo, pueden tocarme, no soy ningún fantasma”. Y como están locos de alegría pero todavía incrédulos, les da una prueba más. “Comió ante sus ojos”. Sus ojos son ahora los ojos de nuestra fe. Porque unos hombres, hace dos mil años, vieron a Jesús muerto y luego vivo, cuando creemos en sus ojos, entramos en la fe cristiana, Jesús es ciertamente  el Hijo de Dios hecho hombre, crucificado, sepultado y reconocido con vida el día de Pascua. Pero no vivo como Lázaro después de su resurrección. Lucas insiste en la “corporeidad” de Jesús resucitado para que no creamos que los apóstoles vieron visiones; experimentaron realmente “una” presencia de Jesús vivo. Eso es lo que  hay  que  creer, sin  intentar imaginarse su cuerpo de resurrección”. Jesús pertenece en adelante al “otro mundo” nuestra mirada,  como la de los discípulos, no puede llegar allá. Con sus palabra, Lucas intenta decirnos lo indecible, la vuelta de Jesús a la vida. Sea cual fuere la nueva forma de esta vida, para seguir siendo humana es preciso que se realice en un cuerpo y mediante un cuerpo.
A partir de aquí, todo es misterio y los autores del Nuevo Testamento emplean para expresarlo junto con su resurrección otra palabra: exaltación. O sea, una resurrección absolutamente única. Jesús volvió a una vida humana, pero una vida humana de otro modo, que puede alcanzar y salvar a todos los hombres. El que Lázaro volviera a la vida por algunos años, eso no cambió en nada el mundo ni nuestra vida.
La resurrección-exaltación de Jesús hace en delante de él, no sólo el viviente sobre el que ya no puede nada la muerte, sino la fuente de la vida. ¿Qué vida? La “vida eterna” dirá Juan: la vida misma el eterno, que Jesús resucitado puede en adelante comunicar a todos los hombres. Jesús está entre nosotros, en medio de nosotros, en nuestro mundo actual, presente por su acción, por los actos sacramentales, presente en nuestros hermanos. Presente en mí si lo quiero, hasta poder decir: “Mi vivir es Cristo”. No se trata de sueños piadosos ni de verdades etéreas, sino de experiencia que realizar, inmediatamente, experiencias de vida con el viviente.

PLEGARIA UNIVERSAL

A cada invocación oremos diciendo: Tu misericordia, Señor, llena la tierra:

1.- Por todo el pueblo cristiano, convocado en el día del Señor, para que manifieste la presencia de Cristo resucitado con la alegría de vivir en un mismo lugar y con el mismo corazón. Roguemos al Señor.

2.-  Por nuestra comunidad: para que crezca, junto a los recién bautizados, como una verdadera familia de Dios, asidua en la escucha de la Palabra, perseverante en la oración, testigo en la caridad fraterna. Roguemos al Señor.

3.- Por todos los que  viven la experiencia del dolor: para que no se dejen vencer por el desánimo, sino que, por la fuerza de la fe y la solidaridad de los hermanos, sientan que el Señor es un Dios misericordioso. Roguemos al Señor.

4.- Por todos los que buscan con amor la verdad, para que iluminados por la gracia pascual, reconozcan que no hay  otro Dios, fuera de Cristo que pueda salvarnos. Roguemos al Señor.

5.- Por todos los aquí presentes: para que nos dejemos evangelizar con un corazón dócil y seamos resonancia viva de la misericordia. Roguemos al Señor.

Señor Jesús, aunque no te vemos con estos ojos de carne, nuestra ardiente profesión de fe es hoy la del apóstol Tomas, primeramente incrédulo y después creyente ejemplar: ¡Creemos en ti, Señor nuestro y Dios nuestro!.



ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor,  las ofrendas que (junto con los recién bautizados) te presentamos y haz que, renovados por la fe y el bautismo, consigamos la eterna bienaventuranza. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Concédenos, Dios todopoderoso, que la fuerza del sacramento pascual, que hemos recibió, persevere siempre en nosotros. Por Jesucristo nuestro Señor

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 13: Hch 4, 23-31; Sal 2, 1-9; J 3, 1-8.
Martes 14: Hch 4, 32-37; Sal 92, 1-2.5; Jn 3, 7-15.
Miércoles 15: Hch 5, 17-26; Sal 33, 2.9.17-20; Jn 3, 16-21.
Jueves 16: Hch 5, 27-33; Sal 33, 2.9.17-20; Jn 3, 31-36.
Viernes 17: Hch 5, 34-42; Sal 26.1.4.13-14; Jn 6, 1-15.
Sábado 18: Hch 6, 1-7; Sal 21, 1-2.4-5.18-19; Jn 6, 16-21.

Domingo 19: III de Pascua Hch 3, 13-15.17-19; Sal 4, 2.4.7.9; 1Jn 2, 1-5ª; Lc 24, 35-48.