viernes, 17 de febrero de 2017

LECTURAS Y COMENTARIO DEL VII DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO CICLO A - 19 FEBRERO 2017

¿PONER LA OTRA MEJILLA?.


ORACION COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, concede a tu pueblo que la meditación asidua de tu doctrina le enseñe a cumplir de palabra y de obra, lo que a ti te complace. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Levítico 19,1-2.17-18
EL Señor habló así a Moisés: «Di a la comunidad de los hijos de Israel: “Sean santos, porque yo, el Señor, su Dios, soy santo. No odiarás de corazón a tu hermano, pero reprenderás a tu prójimo, para que no cargues tú con su pecado. No te vengarás de los hijos de tu pueblo ni les guardarás rencor, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor”».

SALMO RESPONSORIAL (102)

El Señor es compasivo y misericordioso

Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios. R.

Él perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades; él rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura. R.

El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia. No nos trata como merecen nuestros pecados ni nos paga según nuestras culpas. R.

Como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos. Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por los que lo temen. R.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 3,16-23
Hermanos: ¿No saben que son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?. Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo: y ese templo son ustedes. Que nadie se engañe. Si alguno de ustedes se cree sabio en este mundo, que se haga necio para llegar a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios, como está escrito: «Él caza a los sabios en su astucia». Y también: «El Señor penetra los pensamientos de los sabios y conoce que son vanos».
Así, pues, que nadie se gloríe en los hombres, pues todo es suyo: Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro. Todo es suyo, ustedes de Cristo Y Cristo de Dios.

EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Mateo 5,38-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Han oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente por diente”. Pero yo les digo: no hagan frente al que los agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas.
Han oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”.
Pero yo les digo: amen a ustedes enemigos y recen por los que los persiguen, para que sean hijos de su Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si aman a los que los aman, ¿qué premio tendrán? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludan solo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto».

COMENTARIO

Tenemos aquí un buen ejemplo para verificar la gran lección del sermón de la montaña a propósito de la letra y del espíritu. ¿Cuál es el espíritu de ese “poner la otra mejilla” que repugna a cualquiera?. Cuando el mismo Jesús fue abofeteado en la pasión, no puso la otra mejilla sino que se enfrentó con la brutalidad de este acto: “Si he faltado en el hablar, declara en que está la falta; pero si he hablado como se debe, ¿por qué me pegas?” (Jn 18, 23). “¿Poner yo la mejilla? ¿Para favorecer más aún la violencia? Jesús quiere precisamente enseñar lo contrario. Cuando dice: “No respondan al malvado”, la etiqueta está bien puesta, se sabe que se trata de un malvado pero también que se trata de algo que supera infinitamente a ese malvado y supera también a nuestra mejilla golpeada. Bajo esta imagen tan elocuente (¡poner la otra mejilla!), se oculta un proyecto inaudito: frenar la espiral de la violencia.
Los hombres aceptan demasiadas veces la violencia como un dato indiscutible. Parece tan natural responder a ella y vengarse, que todo el mundo lo hace, hasta los buenos cristianos. Si queremos comprender el giro radical que propone Jesús, abramos la biblia por Génesis 4, 24: “Lamec será vengado 77 veces. Y recordemos la respuesta que recibió Pedro: “Perdona hasta setenta veces siente” (Mt. 18,22). Este giro, que puede parecer absolutamente utópico, comienza realmente apenas tenemos la valentía de  decir  que   n o a  nuestra propia violencia. No a la violencia del otro, sino a la nuestra. En el carro, en el trabajo, ante la tele cuando tenemos ganas de gritar  (y los niños escuchan): “¡Animal!” “¡Terroristas!, Asesinos!”. Cállate, dice Jesús. Estate tranquilo, no respondas a los malos. ¿Es que quieres que dejemos el terreno libre a todos los criminales, a todos los violentos?
No es cómodo el evangelio. Cuántas veces no hemos leído en los diarios que la gente intenta tomar justicia por sus propias manos y dice la misma gente: ¡Qué les den una buena paliza para que aprenda!”. Pero eso no les enseñará anda. La violencia nunca ha enseñado nada a nadie; no hace más que traer más violencia. San Pablo ahondó en este mismo problema: “No te dejes vencer por el mal”. No le des a nadie, desde el ladronzuelo hasta el verdugo que tortura el poder de transformarte en un bloque de odio. Si no, serás vencido por el mal. No es posible dominarse siempre perfectamente ante un bruto o un sinvergüenza. Pero se puede luchar contra la oleada de la violencia en nosotros mismos, contra nuestras palabras y nuestros gestos de violencia, se puede intentar que la legítima defensa y la legítima indignación no se desvíen hacia una violencia mayor y más ciega, hacia el desprecio, hacia los deseos y los hechos de pura venganza. Donde un cristiano frena la transmisión de la violencia negándose a ser un eslabón en la cadena del mal, allí nace el mundo nuevo.

PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos al Señor, Dios de nuestros padres, para que nos escuche y tenga piedad de nosotros. Repetimos: Roguemos al Señor.

1.-  Por la unidad y la libertad de la Santa Iglesia católica y apostólica.  Roguemos al Señor.

2.- Por la vida, el ministerio y la salud de nuestro Padre el Papa Francisco, de nuestros obispos, por los sacerdotes y por el pueblo que ama a Cristo. Roguemos al Señor.

3.- Por la paz y el progreso del país en el que vivimos, para que sus gobernantes busquen siempre el bien común. Roguemos al Señor.

4.- Por el perdón de nuestros pecados y la liberación de toda   violencia, división y peligro. Roguemos al Señor.

5.- Por esta comunidad, congregada en el nombre de Jesucristo, y por cuantos no han podido venir a esta celebración. Roguemos al Señor.

Te pedimos, Dios de bondad que escuches nuestras oraciones y derrames sobre nosotros la abundancia de tu misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Al celebrar tus misterios con culto reverente, te rogamos, Señor, que los dones ofrecidos para glorificarte nos obtengan de ti la salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Concédenos, Dios Todopoderoso, alcanzar un día la salvación eterna, cuyas primicias nos has entregado en estos sacramentos. Por Jesucristo nuestro Señor.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 20: Eclo. 1,   1-10;  Sal  92; Mc.   9,  14-29.
Martes 21: Eclo. 2, 1-13; Sal  36; Mc. 9, 30-37.
Miércoles 22: 1P. 5, 1-4; Sal 22; Mt. 15, 13-19
Jueves 23: Eclo. 5, 1-10; Sal 1; Mc. 9, 41-50.
Viernes 24: Eclo. 6, 5-17; sal 118; Mc. 10, 1-12.
Sábado 25: Eclo. 17, 1-13; Sal 102; Mc. 10, 13-16.
Domingo 26: Is. 49, 14-15; Sal 61; Co. 4, 1-5; Mt. 6, 24-34.


COMENTARIOS AL EVANGELIO
Mt 5, 38-48
Par.: Lc 6, 27-36

Texto: Continúa la enumeración de ejemplos concretos, iniciado el domingo pasado, poniendo de manifiesto la dinámica de sentido y significado conferida por Jesús a la Ley de Moisés. Sabéis que se dijo... Pero yo os digo... El texto de hoy recoge dos nuevos casos, los últimos de la enumeración.
Versículos 38-42: Ojo por ojo; diente por diente. Se trata de formulaciones concretas de la ley del talión que puede leerse en Ex. 21, 24; Lv 24, 20 y Dt 19, 21. La ley del talión pertenece al derecho penal y consiste en hacer sufrir al delincuente un daño igual al que causó. Responde a situaciones socio-culturales en las que la justicia es asunto de los particulares e introduce un criterio de objetividad en el ejercicio de esa justicia. Ante el recurso legal como medio disuasorio, Jesús ofrece la alternativa superior de un desarme del corazón y del espíritu con capacidad para renunciar a todo tipo de compensación y para desarmar al contrario por medio de la sorpresa de una actitud abierta y liberal.
En primer lugar se enuncia el principio general: no hacer frente al agresor, es decir, no recurrir a la violencia. Este principio viene después explicado prácticamente a base de casos gráficos, paradójicos, chocantes. Detengámonos en dos de ellos.
Al que te pone pleito para quitarte la túnica, dale también la capa. La túnica era la prenda interior de vestir, la capa, la exterior. Alguien te lleva a juicio por la ropa interior que llevas, pues cree que se la has robado. Jesús te dice: dale también la ropa exterior. La propuesta es de las de dejar a uno atónito, pues equivale a decir que te quedes desnudo.
A quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos. Los romanos, siguiendo una práctica persa, requisaban personas y animales para la realización de servicios públicos. El caso contemplado por Jesús es el del invasor romano obligando al judío a llevar una carga por espacio de un kilómetro. La propuesta de Jesús es, de nuevo, para dejar atónitos: dobla la distancia que te exige el invasor. Versículos 43-48: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo.
Aunque la ley a la que se refiere Jesús, y que está recogida en Lv 19-18, habla sólo de amor al prójimo, en la práctica este amor llevaba al aborrecimiento de los no judíos: los no judíos no eran prójimo. La alternativa de Jesús propone la superación del concepto de enemigo en base a la actuación de Dios Padre, quien desconoce por completo este concepto. A esta razón añade Jesús otra de tipo amistoso-práctico: el discípulo suyo debe ser diferente de los demás, para concluir con la invitación a ser perfectos. Perfecto en el sentido de completo, abarcador. Comentario: El texto de hoy es tal vez el texto bíblico que expresa con mayor claridad que lo específico cristiano es una diferencia en razón de una referencia.
La diferencia. Ser cristiano es estar situado en el espacio que se abre más allá de la ley, más allá de lo mandado y prohibido. Sabéis que se dijo en el espacio de la ley moral, de las pautas más o menos detalladas que orientan la vida de los humanos. Es, en suma, el espacio de la conciencia, por la cual los humanos nos diferenciamos de los animales.
"Pero yo os digo" es el espacio que surge después o más allá de la ley moral y de las adquisiciones de la conciencia. En ese espacio no hay pautas orientadoras. Sólo hay fantasía y sensibilidad para descubrir modos inéditos de ser y de relacionarse. ¡Ese es el espacio cristiano! El que se halla en él no es una persona mejor que las otras (bueno o malo son categorías morales, propias del espacio moral); es sencillamente una persona diferente. La referencia. El espacio cristiano emerge cuando se descubre a Dios como Padre. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo. Sed completos como vuestro Padre celestial es completo. El Padre es la referencia que explica la razón de ser del cristiano.
A. Benito, Dabar 1990/15




La ley del talión -ojo por ojo diente por diente- no respira venganza sino justicia. Frente al sistema anárquico de venganza personal indiscriminada, muchas civilizaciones antiguas, y no sólo los hebreos, establecieron el principio moderador del talión: que la medida del castigo corresponda a la medida del perjuicio, sin excederla con sobrecargas: robaste cien, devolverás cien. "Si alguno causa una lesión a su prójimo, como él hizo, así se le hará: fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente. El que mate un animal, indemnizará por él; pero el que mate a un hombre, morirá".
Supondría un paso de gigante para el buen orden del mundo el que esta ley gobernara la conducta personal y social. No vale calificarla de bárbara mientras se practican progresiones aritméticas o geométricas en el desfile de las violencias: mordió el mojón de mi finca, le quemo la casa; me insultó y saqué la navaja; me atacó con cañones, bombardearé la ciudad; y si caen sobre mi ciudad bombas convencionales, respondo con atómicas. La ley del talión se usa en una sociedad organizada, pero no es definitiva ni suficiente para el reino de la paz y del amor.
Jesús irrumpe con un espíritu nuevo: el amor al enemigo. No es un nuevo Código Penal, ni la forma nueva con que los jueces habrán de aplicar la ley. Es una irrupción salvadora de Dios en Jesús, que ha de poner de manifiesto la endeblez y limitación de las conquistas humanas en el camino de la liberación del hombre y la humanidad.
Miguel Flamarique Valerdi, Desclée de Brouwer/Bilbao 1989 . Pág. 51




3.- La ley del talión fue en su tiempo un auténtico avance jurídico en la regulación de conflictos, ya que no dejaba éstos a merced del arreglo de cuentas apasionado y subjetivo. Esta ley, sancionada por /EX/21/24; /Lv/24/20 y /Dt/19/21, era una garantía para la convivencia al evitar que la parte ofendida se tomase la justicia por su mano.
Pero Jesús cuestiona la ley del talión por considerar que se quedaba corta como instrumento jurídico regulador de la convivencia (dinámica progresiva: "No he venido a abolir, sino a dar plenitud"). Para Jesús, la ley del talión es una garantía jurídica que no responde a la nueva y más profunda sensibilidad ética de su tiempo. Es, pues, una garantía imperfecta y, por tanto, mejorable.
Jesús mejora la fórmula tipificándola en cinco casos que se daban y se dan en la vida de todos los días. Son casos intuitivos, que se meten por los ojos, agresivamente plásticos. Este tipo de pedagogía era un recurso imprescindible en una enseñanza y en un aprendizaje basado en la sola audición. Facilitando la memorización de su enseñanza, el maestro conseguía algo mucho más importante: que el alumno pensara y reflexionara en lo que el maestro había querido decir en realidad. Y lo que aquí ha querido decir Jesús es bien fácil de captar: una convivencia no basada simplemente en lo que está reglamentado, sino que se adelanta a la propia reglamentación. Una convivencia basada en la sensibilidad creativa.
En la misma línea de una nueva sensibilidad ética, Jesús profundiza en el concepto de prójimo. Esto lo hace desde una fundamentación y perspectiva estrictamente religiosa: el descubrimiento de Dios como Padre, lo cual hace saltar en añicos el habitual y espontáneo esquema de división y enjuiciamiento de las personas en amigas y enemigas, y lo sustituye por otro totalmente diferente. Esta es la perfección a la que Jesús invita a los que quieren ser discípulos suyos.
Eucaristía 1990/09




Jesús opone a la ley del talión el mandamiento del amor. Sus discípulos no deben pagar con la misma moneda, no deben responder con mal a los que les hacen mal. Esto es lo que quiere decir cuando les enseña a no hacer frente a los que les agravian. Su lenguaje es duro y tremendamente exigente. Para evitar malentendidos, hay que decir que habla en lenguaje figurado (como en 5. 29ss.) y no debe tomarse al pie de la letra. Hay que añadir también, que se refiere al comportamiento individual y a la actitud del corazón, pero no a la sociedad y a los tribunales públicos en donde sigue siendo imprescindible un derecho penal y en cierto modo la ley del talión. Incluso hay que tener en cuenta la prudencia cristiana en cada caso y hasta la obligación de defender el propio derecho, no por motivos de venganza, pero sí al servicio de intereses más altos que el simple egoísmo. Pero con todas estas matizaciones corremos el peligro de vaciar de contenido las palabras de Jesús, cuyo espíritu sigue en pie. El mal sólo puede superarse con el bien, no con el equilibrio de la ley sino con el desequilibrio del amor. Olvidarse de esto es caer en el círculo vicioso de la venganza y de la violencia, en la trampa de una ley entendida como trampa del amor, en donde éste quedaría atrapado.
Jesús es el primero que extiende el amor a todos los hombres sin excepción alguna abrazando con él hasta a los enemigos. Según sabemos por los escritos de Qumrân, los esenios exigían amar a todos los que Dios ama y odiar a los que Dios no ama. Pero Jesús proclama que Dios no hace distinciones y que hace salir el sol para buenos y malos, justos y pecadores. Por eso los hijos de Dios deben amar también sin fronteras.
Amar a los que nos aman es natural y no trasciende la equidad de la ley, por lo tanto no la colma con exceso de amor. En realidad, el verdadero amor sólo se muestra en el amor verdaderamente gratuito, que no busca lo suyo ni la simple correspondencia. Esto es lo extraordinario y la verdadera perfección. En esto se manifiesta la bondad de Dios. Los discípulos de Jesús deben dar señales de la nueva vida y del reino futuro, no pueden contentarse con las generales de la ley.
Eucaristía 1987/10




El hombre tiende siempre a desquitarse de la injusticia que se le ha hecho. En esta tendencia a desquitarse, con frecuencia domina la irritación impetuosa y el afán de venganza, el deseo de devolver al prójimo mucho más de los perjuicios recibidos. Este deseo excesivo de venganza es reprimido en el hombre cuando se legisla exactamente la medida del desquite. Así sucedió en los antiguos ordenamientos jurídicos de los pueblos orientales. Así ocurrió también en los libros jurídicos del AT. Fue un progreso considerable en la conciencia moral de los hombres y de los pueblos la Ley del Talión: "pagará vida por vida, ojo por ojo, diente por diente. mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe" (/Ex/21/23-25).
Nada hay más difícil de comentar que estas palabras del Evangelio de hoy. Jesús no viene a abolir el derecho y la justicia civil. Por tanto, estos principios del evangelio no pueden aplicarse a la sociedad civil de modo unilateral, pues esto llevaría a la supresión del Derecho y a la opresión de los débiles por los fuertes. Hay circunstancias en las que uno tiene el derecho de defenderse y de defender a los demás. Jesús no quiere consagrar un estado anormal de opresión pidiendo a los débiles que tengan resignación.




6. - Ser perfecto como el Padre celestial, es el resumen de los preceptos del sermón de la montaña. Ser perfecto en el amor, no como los judíos (no como los hombres de cualquier raza o religión), sino como el Padre celestial, la perfección del cual supera todos los marcos de la ley. Lo que Jesús manda no es una serie detallada de instrucciones, sino que se puede reducir a una única palabra: "amar".
Misa Dominical 1990/05




"Vosotros, pues, sed perfectos...". Y la perfección se concreta en el perdón, que es el don por excelencia. Perdonar es recrear, liberar, creer en el otro, abrirle la posibilidad de una nueva vida. ¿Escuchará cada vez? ¿Todos nuestros enemigos se harán nuestros amigos en la medida de nuestro perdón? Nada es menos cierto; pero lo que se nos pide es que actuemos como Dios. El futuro es de él: no le cerremos la puerta con nuestra dureza. Además, la historia de Dios con los hombres lo atestigua: cuando el amor es totalmente desarmado, se convierte en lo que verdaderamente desarma. Ahí está una ley nueva. La ley del Reino.
Supone una mirada distinta al mundo que sólo se comprende desde la fe. Pero, a este nivel, es la ley más eficaz que jamás se haya imaginado. La ley del Dios vivo.
Dios cada día, Cuaresma y Tiempo Pascual/Sal Terrae/Santander 1989.Pág. 37




8.- "Sabéis que está mandado: "Ojo por ojo, diente por diente": Continuamos las antítesis del sermón de la montaña que leíamos el domingo anterior. La de hoy presenta una particularidad: la propuesta de Jesús frente a la ley antigua se desarrolla a través de cuatro aplicaciones concretas. La ley del talión la encontramos en el AT en Ex 21,24 y en textos del mundo antiguo como el Código de Hamurabi. Constituía un intento de proteger al criminal contra una venganza desproporcionada en relación con la culpa cometida, pero aquí, en cambio, es vista como un procedimiento legal lleno de rigor y violencia.
- "No hagáis frente al que os agravia": El comportamiento del discípulo de Cristo cuando se vea lesionado tiene que ir más allá de lo que la ley contempla, y regirse por el principio de la misericordia. La primera aplicación concreta se realiza por medio del ejemplo de poner la otra mejilla, que no debe convertirse en la formulación de un principio ideal y general. - "Al que quiera ponerte pleito...": La segunda aplicación se centra en la actitud contraria a la de poner pleitos, tan extendida en Palestina en tiempos de Jesús y también después con el rabinismo.
- "A quien te requiera para caminar una milla...": Los funcionarios del estado y los soldados podían obligar a los transeúntes a acompañarlos como guías o a ayudarlos en la realización de alguna tarea. Se trata de una tercera aplicación concreta de la propuesta de Jesús centrada en no rehuir la prestación personal.
- "Al que te pida prestado, no lo rehuyas...": La cuarta aplicación concreta tiene sentido si se aplica a una situación de exigencia no fundamentada en ningún derecho o deber. - "Amad a vuestros enemigos...": La segunda parte de la lectura arranca de una afirmación del AT pero con un contrapunto: "Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo". El contrapunto no se encuentra en el AT de forma literal, pero sí que se encontraba extendida en el judaísmo la idea de que los extranjeros eran enemigos, y que no eran objeto de la indicación del mandamiento. En la comunidad de Mateo el enemigo puede identificarse con el perseguidor de la fe. El amor hacia el enemigo no consiste sólo en la ausencia de odio, sino en una acción positiva hacia él que se materializa en la plegaria. - "Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto": Los discípulos serán auténticamente hijos del Padre imitando su bondad, de la que la generosidad y esplendidez de la creación son un signo palpable. Así como entre los individuos que pertenecen a una misma familia o a un mismo clan se establecen profundos lazos de solidaridad, que nacen de la misma naturaleza humana, mucho más el cristiano ha de sentirse vinculado a los demás hombres, y también a los enemigos, por el hecho de pertenecer a una misma creación.
J. Naspleda, Misa Dominical 1993/03




9.- Es la conclusión del tema: si vuestra justicia no es superior... Mt 5,1748. La justicia auténtica es el cumplimiento de la ley, desde la interpretación que le ha dado Jesús. No se trata de abrogar, sino de superar las disposiciones legales veterotestamentarias. Se exige que el cumplimiento sea una exigencia de la actitud interna.
Jesús muestra la debilidad de una praxis jurídica que amenaza con el castigo "ojo por ojo" sin exigir el perdón. Tiene el peligro de convertirse en represalia. La más justa aplicación de la ley del talión no está capacitada para romper el círculo vicioso del mal. Sólo lo consigue el amor.
Jesús con cuatro ejemplos muestra cuál es la nueva actitud que propone. En cada nueva situación, el cristiano debe sacar de estos ejemplos nuevas conclusiones. Al recibir un golpe, no deber responder con otro golpe. Así no se rompería la espiral del mal.
El mandamiento del amor al enemigo es la mayor exigencia del mensaje de Jesús. Desde el aspecto formal el v. 43 -"amarás a tu prójimo, odiarás a tu enemigo"-, está en la línea de la regla de Qunram, en la que se mandaba amar a los hijos de la luz y odiar a todos los hijos de las tinieblas.
El judaísmo tardío había restringido el concepto del prójimo al compatriota y al prosélito propiamente tal, mientras que, según Lv 19,34, era prójimo todo extranjero que moraba en la tierra de Israel.
Jesús pide más, a sus discípulos y a su comunidad. El amor ha de llegar a todos porque todo hombre ha de tener la experiencia del amor de Dios. En este punto el hombre ha de ser colaborador de Dios. La medida de la acción del hombre es Dios. Sed perfectos como vuestro Padre celestial. Esta exigencia resume la justicia superior a la de los fariseos que deben practicar los seguidores de Jesús.
P. Franquesa, Misa Dominical 1987/04




10. - El ejemplo de la "ley del talión" (Ex 21, 23-25) nos dará una manera sorprendente de ser fiel al espíritu de una ley, a la vez que cambiará radicalmente su aplicación.
La Ley era la siguiente: "... Si resultare daño, darás vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, cardenal por cardenal" (Ex 21, 23-25).
-Habéis oído lo mandado: "ojo por ojo, diente por diente".
Pues Yo os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.
La "ley del talión", al imponer un castigo "igual" a la ofensa, quería limitar los excesos de la venganza: ¡no exijáis más de un ojo por ojo! Esto era ya querer atenuar el instinto natural: ¡dos ojos por ojo dañado! Prolongando el espíritu de esta ley, Jesús dice: "No os venguéis en absoluto".
Esta ley bíblica y estas fórmulas evangélicas, nos parecen, a primera vista, completamente superadas, hechas para otra época distinta de la nuestra, en verdad. Y, sin embargo... ¡cuántas ciudades bombardeadas por represalias, en nuestro tiempo... y cuántas luchas raciales, nacionales, sociales a las que se aplica el rigor de "la escalada!"... ¡AI más fuerte, al que devolverá los golpes! Se habla púdicamente de "correlación de fuerzas": pero es siempre el viejo adagio violento "ojo por ojo", apartado de su sentido bíblico.
No transformemos la sal del evangelio en insipidez.
Debemos atrevernos a recibir las palabras de Jesús de frente, sin reservas.
-Si uno te abofetea en la mejilla derecha... vuélvele también la otra. Al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, déjale también la capa. A quien te fuerza a caminar una milla, acompáñalo dos. Al que quiere que le prestes, no le vuelvas la espalda.
Jesús era un predicador concreto, en la vida: así era también su discurso. Nada hay más difícil de comentar que estas palabras. No parece que Jesús haya querido abolir toda justicia civil y todo "derecho": estos principios no pueden aplicarse a la sociedad civil de modo unilateral pues esto llevaría a la supresión del Derecho, y a la opresión de los débiles por los fuertes. Hay circunstancias en las que uno tiene el derecho de defenderse y de defender a los demás.
Recordemos, también, que el mismo Jesús no tendió la otra mejilla cuando recibió la bofetada del servidor del Gran Sacerdote; se enderezó noble y dignamente: "¿por qué me pegas?" De otra parte, tampoco sería honrado aplicar estas fórmulas a los demás, ni en particular a los que tienen algún derecho sobre nosotros exigiéndoles en nombre del evangelio que cedan en su postura, que no se resistan... Ciertamente Jesús no ha querido consagrar un estado anormal de opresión pidiendo a los débiles que sean resignados. Pero, puestos estos matices, es necesario dejarnos interrogar por estas fórmulas que recomiendan la no-violencia "no hacer frente al que nos agravia". No tenemos derecho de endulzar el pensamiento de Jesús. Las actitudes propuestas aquí de ningún modo no son actitudes de debilidad, sino de una gran fuerza interior.
¡Debemos vencer en nosotros el espíritu de venganza! No se domina el mal cuando se le responde con la misma dureza. El mal recibido, queda siempre, en el fondo, exterior a nosotros... pero cuando lo hace uno mismo, al devolverlo, el mal gana una victoria suplementaria: entra en nosotros. Jesús abre otro camino a la humanidad: vencer el mal con el bien, responder al odio con el amor. ¡Que sean muchos los hombres con tal osadía!
Noel Quesson, Palabra de Dios para cada día 2, Evang. De Pentecostés a Adviento, Edit. Claret/Barcelona 1983.Pág. 20 S.