¿PONER LA OTRA
MEJILLA?.
ORACION COLECTA
Dios todopoderoso y eterno,
concede a tu pueblo que la meditación asidua de tu doctrina le enseñe a cumplir
de palabra y de obra, lo que a ti te complace. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Levítico 19,1-2.17-18
EL Señor habló así a Moisés: «Di
a la comunidad de los hijos de Israel: “Sean santos, porque yo, el Señor, su
Dios, soy santo. No odiarás de corazón a tu hermano, pero reprenderás a tu
prójimo, para que no cargues tú con su pecado. No te vengarás de los hijos de
tu pueblo ni les guardarás rencor, sino que amarás a tu prójimo como a ti
mismo. Yo soy el Señor”».
SALMO
RESPONSORIAL (102)
El Señor es compasivo y misericordioso
Bendice,
alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice, alma mía, al
Señor, y no olvides sus beneficios. R.
Él
perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades; él rescata tu vida de
la fosa y te colma de gracia y de ternura. R.
El
Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia. No nos
trata como merecen nuestros pecados ni nos paga según nuestras culpas. R.
Como
dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos. Como un
padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por los que lo
temen. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol
san Pablo a los Corintios 3,16-23
Hermanos: ¿No saben que
son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?. Si alguno
destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es
santo: y ese templo son ustedes. Que nadie se engañe. Si alguno de ustedes se
cree sabio en este mundo, que se haga necio para llegar a ser sabio. Porque la
sabiduría de este mundo es necedad ante Dios, como está escrito: «Él caza a los
sabios en su astucia». Y también: «El Señor penetra los pensamientos de los
sabios y conoce que son vanos».
Así, pues, que nadie se
gloríe en los hombres, pues todo es suyo: Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la
vida, la muerte, lo presente, lo futuro. Todo es suyo, ustedes de Cristo Y
Cristo de Dios.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Mateo 5,38-48
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Han oído que se dijo: “Ojo por ojo,
diente por diente”. Pero yo les digo: no hagan frente al que los agravia. Al
contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que
quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien
te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al
que te pide prestado, no lo rehúyas.
Han
oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”.
Pero
yo les digo: amen a ustedes enemigos y recen por los que los persiguen, para
que sean hijos de su Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y
buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque,
si aman a los que los aman, ¿qué premio tendrán? ¿No hacen lo mismo también los
publicanos? Y, si saludan solo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario?
¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sean perfectos, como su
Padre celestial es perfecto».
COMENTARIO
Tenemos aquí un buen ejemplo para verificar la gran lección del sermón
de la montaña a propósito de la letra y del espíritu. ¿Cuál es el espíritu de
ese “poner la otra mejilla” que repugna a cualquiera?. Cuando el mismo Jesús
fue abofeteado en la pasión, no puso la otra mejilla sino que se enfrentó con
la brutalidad de este acto: “Si he faltado en el hablar, declara en que está la
falta; pero si he hablado como se debe, ¿por qué me pegas?” (Jn 18, 23).
“¿Poner yo la mejilla? ¿Para favorecer más aún la violencia? Jesús quiere
precisamente enseñar lo contrario. Cuando dice: “No respondan al malvado”, la
etiqueta está bien puesta, se sabe que se trata de un malvado pero también que
se trata de algo que supera infinitamente a ese malvado y supera también a
nuestra mejilla golpeada. Bajo esta imagen tan elocuente (¡poner la otra
mejilla!), se oculta un proyecto inaudito: frenar la espiral de la violencia.
Los hombres aceptan demasiadas veces la violencia como un dato
indiscutible. Parece tan natural responder a ella y vengarse, que todo el mundo
lo hace, hasta los buenos cristianos. Si queremos comprender el giro radical
que propone Jesús, abramos la biblia por Génesis 4, 24: “Lamec será vengado 77
veces. Y recordemos la respuesta que recibió Pedro: “Perdona hasta setenta
veces siente” (Mt. 18,22). Este giro, que puede parecer absolutamente utópico,
comienza realmente apenas tenemos la valentía de decir
que n o a nuestra propia violencia. No a la violencia
del otro, sino a la nuestra. En el carro, en el trabajo, ante la tele cuando
tenemos ganas de gritar (y los niños
escuchan): “¡Animal!” “¡Terroristas!, Asesinos!”. Cállate, dice Jesús. Estate
tranquilo, no respondas a los malos. ¿Es que quieres que dejemos el terreno
libre a todos los criminales, a todos los violentos?
No es cómodo el evangelio. Cuántas veces no hemos leído en los diarios
que la gente intenta tomar justicia por sus propias manos y dice la misma
gente: ¡Qué les den una buena paliza para que aprenda!”. Pero eso no les
enseñará anda. La violencia nunca ha enseñado nada a nadie; no hace más que
traer más violencia. San Pablo ahondó en este mismo problema: “No te dejes
vencer por el mal”. No le des a nadie, desde el ladronzuelo hasta el verdugo
que tortura el poder de transformarte en un bloque de odio. Si no, serás
vencido por el mal. No es posible dominarse siempre perfectamente ante un bruto
o un sinvergüenza. Pero se puede luchar contra la oleada de la violencia en
nosotros mismos, contra nuestras palabras y nuestros gestos de violencia, se
puede intentar que la legítima defensa y la legítima indignación no se desvíen
hacia una violencia mayor y más ciega, hacia el desprecio, hacia los deseos y
los hechos de pura venganza. Donde un cristiano frena la transmisión de la
violencia negándose a ser un eslabón en la cadena del mal, allí nace el mundo
nuevo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos al Señor, Dios de nuestros padres, para que nos escuche y
tenga piedad de nosotros. Repetimos: Roguemos al Señor.
1.- Por la unidad y la libertad de la Santa
Iglesia católica y apostólica. Roguemos
al Señor.
2.-
Por la vida, el ministerio y la salud de nuestro Padre el Papa Francisco, de
nuestros obispos, por los sacerdotes y por el pueblo que ama a Cristo. Roguemos
al Señor.
3.-
Por la paz y el progreso del país en el que vivimos, para que sus gobernantes
busquen siempre el bien común. Roguemos al Señor.
4.-
Por el perdón de nuestros pecados y la liberación de toda violencia, división y peligro. Roguemos
al Señor.
5.-
Por esta comunidad, congregada en el nombre de Jesucristo, y por cuantos no han
podido venir a esta celebración. Roguemos al Señor.
Te pedimos, Dios de bondad que escuches nuestras oraciones y
derrames sobre nosotros la abundancia de tu misericordia. Por Jesucristo
nuestro Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Al celebrar tus misterios con culto reverente, te rogamos,
Señor, que los dones ofrecidos para glorificarte nos obtengan de ti la
salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Concédenos, Dios Todopoderoso,
alcanzar un día la salvación eterna, cuyas primicias nos has entregado en estos
sacramentos. Por Jesucristo nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y
SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 20:
Eclo. 1, 1-10; Sal
92; Mc. 9, 14-29.
Martes 21:
Eclo. 2, 1-13; Sal 36; Mc. 9, 30-37.
Miércoles 22: 1P. 5, 1-4; Sal 22; Mt. 15, 13-19
Jueves 23: Eclo. 5, 1-10; Sal 1; Mc. 9, 41-50.
Viernes 24: Eclo. 6, 5-17; sal 118; Mc. 10, 1-12.
Sábado 25:
Eclo. 17, 1-13; Sal 102; Mc. 10, 13-16.
Domingo 26: Is. 49, 14-15; Sal 61; Co. 4, 1-5; Mt. 6, 24-34.
COMENTARIOS
AL EVANGELIO
Mt 5, 38-48
Par.: Lc 6, 27-36
Texto: Continúa la enumeración de ejemplos concretos, iniciado el
domingo pasado, poniendo de manifiesto la dinámica de sentido y significado
conferida por Jesús a la Ley de Moisés. Sabéis que se dijo... Pero yo os
digo... El texto de hoy recoge dos nuevos casos, los últimos de la enumeración.
Versículos 38-42: Ojo por ojo; diente por diente. Se trata de
formulaciones concretas de la ley del talión que puede leerse en Ex. 21, 24; Lv
24, 20 y Dt 19, 21. La ley del talión pertenece al derecho penal y consiste en
hacer sufrir al delincuente un daño igual al que causó. Responde a situaciones
socio-culturales en las que la justicia es asunto de los particulares e
introduce un criterio de objetividad en el ejercicio de esa justicia. Ante el
recurso legal como medio disuasorio, Jesús ofrece la alternativa superior de un
desarme del corazón y del espíritu con capacidad para renunciar a todo tipo de
compensación y para desarmar al contrario por medio de la sorpresa de una
actitud abierta y liberal.
En primer lugar se enuncia el principio general: no hacer frente al
agresor, es decir, no recurrir a la violencia. Este principio viene después
explicado prácticamente a base de casos gráficos, paradójicos, chocantes.
Detengámonos en dos de ellos.
Al que te pone pleito para quitarte la túnica, dale también la capa. La
túnica era la prenda interior de vestir, la capa, la exterior. Alguien te lleva
a juicio por la ropa interior que llevas, pues cree que se la has robado. Jesús
te dice: dale también la ropa exterior. La propuesta es de las de dejar a uno atónito,
pues equivale a decir que te quedes desnudo.
A quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos. Los romanos,
siguiendo una práctica persa, requisaban personas y animales para la
realización de servicios públicos. El caso contemplado por Jesús es el del
invasor romano obligando al judío a llevar una carga por espacio de un
kilómetro. La propuesta de Jesús es, de nuevo, para dejar atónitos: dobla la
distancia que te exige el invasor. Versículos 43-48: Amarás a tu prójimo y
aborrecerás a tu enemigo.
Aunque la ley a la que se refiere Jesús, y que está recogida en Lv
19-18, habla sólo de amor al prójimo, en la práctica este amor llevaba al
aborrecimiento de los no judíos: los no judíos no eran prójimo. La alternativa
de Jesús propone la superación del concepto de enemigo en base a la actuación
de Dios Padre, quien desconoce por completo este concepto. A esta razón añade
Jesús otra de tipo amistoso-práctico: el discípulo suyo debe ser diferente de
los demás, para concluir con la invitación a ser perfectos. Perfecto en el
sentido de completo, abarcador. Comentario: El texto de hoy es tal vez el texto
bíblico que expresa con mayor claridad que lo específico cristiano es una
diferencia en razón de una referencia.
La diferencia. Ser cristiano es estar situado en el espacio que se abre
más allá de la ley, más allá de lo mandado y prohibido. Sabéis que se dijo en
el espacio de la ley moral, de las pautas más o menos detalladas que orientan
la vida de los humanos. Es, en suma, el espacio de la conciencia, por la cual
los humanos nos diferenciamos de los animales.
"Pero yo os digo" es el espacio que surge después o más allá
de la ley moral y de las adquisiciones de la conciencia. En ese espacio no hay
pautas orientadoras. Sólo hay fantasía y sensibilidad para descubrir modos
inéditos de ser y de relacionarse. ¡Ese es el espacio cristiano! El que se
halla en él no es una persona mejor que las otras (bueno o malo son categorías
morales, propias del espacio moral); es sencillamente una persona diferente. La
referencia. El espacio cristiano emerge cuando se descubre a Dios como Padre.
Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo. Sed completos como
vuestro Padre celestial es completo. El Padre es la referencia que explica la
razón de ser del cristiano.
A. Benito,
Dabar 1990/15
2. LEY DEL TALIÓN.
La ley del talión -ojo por ojo diente por diente- no respira venganza
sino justicia. Frente al sistema anárquico de venganza personal indiscriminada,
muchas civilizaciones antiguas, y no sólo los hebreos, establecieron el
principio moderador del talión: que la medida del castigo corresponda a la
medida del perjuicio, sin excederla con sobrecargas: robaste cien, devolverás
cien. "Si alguno causa una lesión a su prójimo, como él hizo, así se le
hará: fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente. El que mate un
animal, indemnizará por él; pero el que mate a un hombre, morirá".
Supondría un paso de gigante para el buen orden del mundo el que esta
ley gobernara la conducta personal y social. No vale calificarla de bárbara
mientras se practican progresiones aritméticas o geométricas en el desfile de
las violencias: mordió el mojón de mi finca, le quemo la casa; me insultó y
saqué la navaja; me atacó con cañones, bombardearé la ciudad; y si caen sobre
mi ciudad bombas convencionales, respondo con atómicas. La ley del talión se
usa en una sociedad organizada, pero no es definitiva ni suficiente para el
reino de la paz y del amor.
Jesús irrumpe con un espíritu nuevo: el amor al enemigo. No es un nuevo
Código Penal, ni la forma nueva con que los jueces habrán de aplicar la ley. Es
una irrupción salvadora de Dios en Jesús, que ha de poner de manifiesto la
endeblez y limitación de las conquistas humanas en el camino de la liberación
del hombre y la humanidad.
Miguel
Flamarique Valerdi, Desclée de Brouwer/Bilbao 1989 . Pág. 51
3.- La ley del talión fue en su tiempo un auténtico avance jurídico en
la regulación de conflictos, ya que no dejaba éstos a merced del arreglo de
cuentas apasionado y subjetivo. Esta ley, sancionada por /EX/21/24; /Lv/24/20 y
/Dt/19/21, era una garantía para la convivencia al evitar que la parte ofendida
se tomase la justicia por su mano.
Pero Jesús cuestiona la ley del talión por considerar que se quedaba
corta como instrumento jurídico regulador de la convivencia (dinámica
progresiva: "No he venido a abolir, sino a dar plenitud"). Para
Jesús, la ley del talión es una garantía jurídica que no responde a la nueva y
más profunda sensibilidad ética de su tiempo. Es, pues, una garantía imperfecta
y, por tanto, mejorable.
Jesús mejora la fórmula tipificándola en cinco casos que se daban y se
dan en la vida de todos los días. Son casos intuitivos, que se meten por los
ojos, agresivamente plásticos. Este tipo de pedagogía era un recurso
imprescindible en una enseñanza y en un aprendizaje basado en la sola audición.
Facilitando la memorización de su enseñanza, el maestro conseguía algo mucho
más importante: que el alumno pensara y reflexionara en lo que el maestro había
querido decir en realidad. Y lo que aquí ha querido decir Jesús es bien fácil
de captar: una convivencia no basada simplemente en lo que está reglamentado,
sino que se adelanta a la propia reglamentación. Una convivencia basada en la
sensibilidad creativa.
En la misma línea de una nueva sensibilidad ética, Jesús profundiza en
el concepto de prójimo. Esto lo hace desde una fundamentación y perspectiva
estrictamente religiosa: el descubrimiento de Dios como Padre, lo cual hace
saltar en añicos el habitual y espontáneo esquema de división y enjuiciamiento
de las personas en amigas y enemigas, y lo sustituye por otro totalmente
diferente. Esta es la perfección a la que Jesús invita a los que quieren ser
discípulos suyos.
Eucaristía 1990/09
4. A/GRATUIDAD:
Jesús opone a la ley del talión el mandamiento del amor. Sus discípulos
no deben pagar con la misma moneda, no deben responder con mal a los que les
hacen mal. Esto es lo que quiere decir cuando les enseña a no hacer frente a
los que les agravian. Su lenguaje es duro y tremendamente exigente. Para evitar
malentendidos, hay que decir que habla en lenguaje figurado (como en 5. 29ss.)
y no debe tomarse al pie de la letra. Hay que añadir también, que se refiere al
comportamiento individual y a la actitud del corazón, pero no a la sociedad y a
los tribunales públicos en donde sigue siendo imprescindible un derecho penal y
en cierto modo la ley del talión. Incluso hay que tener en cuenta la prudencia
cristiana en cada caso y hasta la obligación de defender el propio derecho, no
por motivos de venganza, pero sí al servicio de intereses más altos que el
simple egoísmo. Pero con todas estas matizaciones corremos el peligro de vaciar
de contenido las palabras de Jesús, cuyo espíritu sigue en pie. El mal sólo
puede superarse con el bien, no con el equilibrio de la ley sino con el
desequilibrio del amor. Olvidarse de esto es caer en el círculo vicioso de la
venganza y de la violencia, en la trampa de una ley entendida como trampa del
amor, en donde éste quedaría atrapado.
Jesús es el primero que extiende el amor a todos los hombres sin
excepción alguna abrazando con él hasta a los enemigos. Según sabemos por los
escritos de Qumrân, los esenios exigían amar a todos los que Dios ama y odiar a
los que Dios no ama. Pero Jesús proclama que Dios no hace distinciones y que hace
salir el sol para buenos y malos, justos y pecadores. Por eso los hijos de Dios
deben amar también sin fronteras.
Amar a los que nos aman es natural y no trasciende la equidad de la ley,
por lo tanto no la colma con exceso de amor. En realidad, el verdadero amor
sólo se muestra en el amor verdaderamente gratuito, que no busca lo suyo ni la
simple correspondencia. Esto es lo extraordinario y la verdadera perfección. En
esto se manifiesta la bondad de Dios. Los discípulos de Jesús deben dar señales
de la nueva vida y del reino futuro, no pueden contentarse con las generales de
la ley.
Eucaristía 1987/10
5. LEY/TALION:
El hombre tiende siempre a desquitarse de la injusticia que se le ha
hecho. En esta tendencia a desquitarse, con frecuencia domina la irritación
impetuosa y el afán de venganza, el deseo de devolver al prójimo mucho más de
los perjuicios recibidos. Este deseo excesivo de venganza es reprimido en el
hombre cuando se legisla exactamente la medida del desquite. Así sucedió en los
antiguos ordenamientos jurídicos de los pueblos orientales. Así ocurrió también
en los libros jurídicos del AT. Fue un progreso considerable en la conciencia
moral de los hombres y de los pueblos la Ley del Talión: "pagará vida por
vida, ojo por ojo, diente por diente. mano por mano, pie por pie, quemadura por
quemadura, herida por herida, golpe por golpe" (/Ex/21/23-25).
Nada hay más difícil de comentar que estas palabras del Evangelio de
hoy. Jesús no viene a abolir el derecho y la justicia civil. Por tanto, estos
principios del evangelio no pueden aplicarse a la sociedad civil de modo
unilateral, pues esto llevaría a la supresión del Derecho y a la opresión de
los débiles por los fuertes. Hay circunstancias en las que uno tiene el derecho
de defenderse y de defender a los demás. Jesús no quiere consagrar un estado
anormal de opresión pidiendo a los débiles que tengan resignación.
6. - Ser perfecto como el Padre celestial, es el resumen de los
preceptos del sermón de la montaña. Ser perfecto en el amor, no como los judíos
(no como los hombres de cualquier raza o religión), sino como el Padre
celestial, la perfección del cual supera todos los marcos de la ley. Lo que
Jesús manda no es una serie detallada de instrucciones, sino que se puede
reducir a una única palabra: "amar".
Misa Dominical 1990/05
"Vosotros, pues, sed perfectos...". Y la perfección se
concreta en el perdón, que es el don por excelencia. Perdonar es recrear,
liberar, creer en el otro, abrirle la posibilidad de una nueva vida. ¿Escuchará
cada vez? ¿Todos nuestros enemigos se harán nuestros amigos en la medida de
nuestro perdón? Nada es menos cierto; pero lo que se nos pide es que actuemos
como Dios. El futuro es de él: no le cerremos la puerta con nuestra dureza.
Además, la historia de Dios con los hombres lo atestigua: cuando el amor es
totalmente desarmado, se convierte en lo que verdaderamente desarma. Ahí está
una ley nueva. La ley del Reino.
Supone una mirada distinta al mundo que sólo se comprende desde la fe.
Pero, a este nivel, es la ley más eficaz que jamás se haya imaginado. La ley
del Dios vivo.
Dios cada día,
Cuaresma y Tiempo Pascual/Sal Terrae/Santander 1989.Pág. 37
8.- "Sabéis que está mandado: "Ojo por ojo, diente por
diente": Continuamos las antítesis del sermón de la montaña que leíamos el
domingo anterior. La de hoy presenta una particularidad: la propuesta de Jesús
frente a la ley antigua se desarrolla a través de cuatro aplicaciones
concretas. La ley del talión la encontramos en el AT en Ex 21,24 y en textos
del mundo antiguo como el Código de Hamurabi. Constituía un intento de proteger
al criminal contra una venganza desproporcionada en relación con la culpa
cometida, pero aquí, en cambio, es vista como un procedimiento legal lleno de
rigor y violencia.
- "No hagáis frente al que os agravia": El comportamiento del
discípulo de Cristo cuando se vea lesionado tiene que ir más allá de lo que la
ley contempla, y regirse por el principio de la misericordia. La primera
aplicación concreta se realiza por medio del ejemplo de poner la otra mejilla,
que no debe convertirse en la formulación de un principio ideal y general. -
"Al que quiera ponerte pleito...": La segunda aplicación se centra en
la actitud contraria a la de poner pleitos, tan extendida en Palestina en
tiempos de Jesús y también después con el rabinismo.
- "A quien te requiera para caminar una milla...": Los
funcionarios del estado y los soldados podían obligar a los transeúntes a
acompañarlos como guías o a ayudarlos en la realización de alguna tarea. Se
trata de una tercera aplicación concreta de la propuesta de Jesús centrada en
no rehuir la prestación personal.
- "Al que te pida prestado, no lo rehuyas...": La cuarta
aplicación concreta tiene sentido si se aplica a una situación de exigencia no
fundamentada en ningún derecho o deber. - "Amad a vuestros
enemigos...": La segunda parte de la lectura arranca de una afirmación del
AT pero con un contrapunto: "Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu
enemigo". El contrapunto no se encuentra en el AT de forma literal, pero
sí que se encontraba extendida en el judaísmo la idea de que los extranjeros
eran enemigos, y que no eran objeto de la indicación del mandamiento. En la
comunidad de Mateo el enemigo puede identificarse con el perseguidor de la fe.
El amor hacia el enemigo no consiste sólo en la ausencia de odio, sino en una
acción positiva hacia él que se materializa en la plegaria. - "Sed
perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto": Los discípulos serán
auténticamente hijos del Padre imitando su bondad, de la que la generosidad y
esplendidez de la creación son un signo palpable. Así como entre los individuos
que pertenecen a una misma familia o a un mismo clan se establecen profundos
lazos de solidaridad, que nacen de la misma naturaleza humana, mucho más el cristiano
ha de sentirse vinculado a los demás hombres, y también a los enemigos, por el
hecho de pertenecer a una misma creación.
J. Naspleda,
Misa Dominical 1993/03
9.- Es la conclusión del tema: si vuestra justicia no es superior... Mt
5,1748. La justicia auténtica es el cumplimiento de la ley, desde la
interpretación que le ha dado Jesús. No se trata de abrogar, sino de superar
las disposiciones legales veterotestamentarias. Se exige que el cumplimiento
sea una exigencia de la actitud interna.
Jesús muestra la debilidad de una praxis jurídica que amenaza con el
castigo "ojo por ojo" sin exigir el perdón. Tiene el peligro de
convertirse en represalia. La más justa aplicación de la ley del talión no está
capacitada para romper el círculo vicioso del mal. Sólo lo consigue el amor.
Jesús con cuatro ejemplos muestra cuál es la nueva actitud que propone.
En cada nueva situación, el cristiano debe sacar de estos ejemplos nuevas
conclusiones. Al recibir un golpe, no deber responder con otro golpe. Así no se
rompería la espiral del mal.
El mandamiento del amor al enemigo es la mayor exigencia del mensaje de
Jesús. Desde el aspecto formal el v. 43 -"amarás a tu prójimo, odiarás a
tu enemigo"-, está en la línea de la regla de Qunram, en la que se mandaba
amar a los hijos de la luz y odiar a todos los hijos de las tinieblas.
El judaísmo tardío había restringido el concepto del prójimo al
compatriota y al prosélito propiamente tal, mientras que, según Lv 19,34, era
prójimo todo extranjero que moraba en la tierra de Israel.
Jesús pide más, a sus discípulos y a su comunidad. El amor ha de llegar
a todos porque todo hombre ha de tener la experiencia del amor de Dios. En este
punto el hombre ha de ser colaborador de Dios. La medida de la acción del
hombre es Dios. Sed perfectos como vuestro Padre celestial. Esta exigencia
resume la justicia superior a la de los fariseos que deben practicar los
seguidores de Jesús.
P. Franquesa,
Misa Dominical 1987/04
10. - El ejemplo de la "ley del talión" (Ex 21, 23-25)
nos dará una manera sorprendente de ser fiel al espíritu de una ley, a la vez
que cambiará radicalmente su aplicación.
La Ley era la siguiente: "... Si resultare daño, darás vida por
vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por
quemadura, herida por herida, cardenal por cardenal" (Ex 21, 23-25).
-Habéis oído lo mandado: "ojo por ojo, diente por diente".
Pues Yo os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si
uno te abofetea en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.
La "ley del talión", al imponer un castigo "igual" a
la ofensa, quería limitar los excesos de la venganza: ¡no exijáis más de un ojo
por ojo! Esto era ya querer atenuar el instinto natural: ¡dos ojos por ojo
dañado! Prolongando el espíritu de esta ley, Jesús dice: "No os venguéis
en absoluto".
Esta ley bíblica y estas fórmulas evangélicas, nos parecen, a primera
vista, completamente superadas, hechas para otra época distinta de la nuestra,
en verdad. Y, sin embargo... ¡cuántas ciudades bombardeadas por represalias, en
nuestro tiempo... y cuántas luchas raciales, nacionales, sociales a las que se
aplica el rigor de "la escalada!"... ¡AI más fuerte, al que devolverá
los golpes! Se habla púdicamente de "correlación de fuerzas": pero es
siempre el viejo adagio violento "ojo por ojo", apartado de su
sentido bíblico.
No transformemos la sal del evangelio en insipidez.
Debemos atrevernos a recibir las palabras de Jesús de frente, sin
reservas.
-Si uno te abofetea en la mejilla derecha... vuélvele también la otra.
Al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, déjale también la capa. A
quien te fuerza a caminar una milla, acompáñalo dos. Al que quiere que le
prestes, no le vuelvas la espalda.
Jesús era un predicador concreto, en la vida: así era también su
discurso. Nada hay más difícil de comentar que estas palabras. No parece que
Jesús haya querido abolir toda justicia civil y todo "derecho": estos
principios no pueden aplicarse a la sociedad civil de modo unilateral pues esto
llevaría a la supresión del Derecho, y a la opresión de los débiles por los
fuertes. Hay circunstancias en las que uno tiene el derecho de defenderse y de
defender a los demás.
Recordemos, también, que el mismo Jesús no tendió la otra mejilla cuando
recibió la bofetada del servidor del Gran Sacerdote; se enderezó noble y
dignamente: "¿por qué me pegas?" De otra parte, tampoco sería honrado
aplicar estas fórmulas a los demás, ni en particular a los que tienen algún
derecho sobre nosotros exigiéndoles en nombre del evangelio que cedan en su
postura, que no se resistan... Ciertamente Jesús no ha querido consagrar un
estado anormal de opresión pidiendo a los débiles que sean resignados. Pero,
puestos estos matices, es necesario dejarnos interrogar por estas fórmulas que
recomiendan la no-violencia "no hacer frente al que nos agravia". No
tenemos derecho de endulzar el pensamiento de Jesús. Las actitudes propuestas
aquí de ningún modo no son actitudes de debilidad, sino de una gran fuerza
interior.
¡Debemos vencer en nosotros el espíritu de venganza! No se domina el mal
cuando se le responde con la misma dureza. El mal recibido, queda siempre, en
el fondo, exterior a nosotros... pero cuando lo hace uno mismo, al devolverlo,
el mal gana una victoria suplementaria: entra en nosotros. Jesús abre otro camino
a la humanidad: vencer el mal con el bien, responder al odio con el amor. ¡Que
sean muchos los hombres con tal osadía!
Noel Quesson,
Palabra de Dios para cada día 2, Evang. De Pentecostés a Adviento, Edit.
Claret/Barcelona 1983.Pág. 20 S.