PENTECOSTÉS
COMENTARIO
El evangelista quiere
demostrar que con la resurrección de Jesús se ha creado una situación
totalmente nueva. La resurrección señala el inicio de una nueva creación que
toma forma en la comunidad neotestamentaria de la salvación.
Con la exaltación del
Resucitado se pasa del tiempo de Cristo al tiempo del Espíritu. El resucitado
actúa en la comunidad con el poder y la actividad del Espíritu. Este poder y
esta actividad manifiestan al mundo la misión que los apóstoles han recibido de
Cristo. Con ocasión del bautismo de Jesús, el Espíritu Santo había consagrado
de manera oficial al Mesías y había inaugurado su actividad pública.
En Pentecostés el Espíritu
hace que el pequeño núcleo de discípulos se presente en público, asuma el lugar
que le toca en la historia de la salvación y que no lo abandone hasta el
retorno del Señor. La misión de los discípulos es anunciar el don de la reconciliación
y de la paz.
Hay cuatro hechos
principales:
1. El saludo, el don de la
paz, que ahora es la paz mesiánica prometida para los tiempos escatológicos.
Paz que, para los discípulos reunidos, quiere decir perdón por la infidelidad
durante la pasión, superación de la incredulidad y victoria sobre el miedo.
2. La identificación de
Cristo. Es aquel con quien convivieron, al que crucificaron... sus manos y sus
pies...
3. La misión. La paz y el
perdón que ellos reciben deben transmitirlo a todos los hombres.
4. El "aliento"
que indica la realidad y la naturaleza del don que se les ha hecho.
"Reciban el Espíritu". Al principio de la creación el espíritu
planeaba sobre las aguas -Gen. 1. 2-, es el soplo de Dios que ha dado vida al
hombre (Gen. 2.7). Así ahora el Espíritu plasma el hombre nuevo e inaugura la
nueva creación.
R.P. Roland Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Sb 1, 7
El Espíritu del Señor lleno la tierra y todo lo abarca, y conoce cada
sonido. Aleluya.
ORACION
COLECTA
Oh, Dios que por el misterio de esta fiesta santificas a toda tu
Iglesia en medio de los pueblos y de las naciones, derrama los dones de tu
Espíritu sobre todos los confines de la tierra y realiza ahora también en el
corazón de tus fieles, aquellas maravillas que te dignaste en los comienzos de
la predicación evangélica. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de los Hechos de los
Apóstoles 2, 1-11
Al llegar el día de Pentecostés, estaban
todos reunidos en el mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido, semejante
a una fuerte ráfaga de viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban.
Vieron entonces aparecer unas lenguas, como de fuego, que se repartieron y se
posaron sobre cada uno de ellos.
Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y
comenzaron a hablar en diversas lenguas, según el Espíritu les concedía
expresarse. Se encontraban entonces en Jerusalén judíos piadosos de todas las
naciones de la tierra. Al oír aquel ruido, la gente se congrego y quedaron
desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma. Enormemente
sorprendidos, decía: ¿No son galileos todos esos que estaban hablando?.
Entonces, ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra propia
lengua?.. Entre nosotros, hay partos, medos y elamitas, otros vivimos en
Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia o en Panfilia,
en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene; algunos somos forasteros
de Roma, otros judíos o prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno de
nosotros los oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua”.
SALMO
RESPONSORIAL (Sal 103)
Envía tu Espíritu,
Señor, y renueva la faz de la tierra.
Bendice, alma mía, al
Señor: Dios mío, ¡que grane eres!. Cuantas son tus obras, Señor, la tierra está
llena de tus criaturas. R.
Les retiras el aliento, y
expiran y vuelven a ser polvo; envías tu aliento, y los creas y renuevas de la
faz de la tierra. R.
Gloria a Dios para
siempre, goce el Señor con sus obras. Que le sea agradable mi poema, y yo le
alegrare con el Señor. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo 12, 3b-7.12-13.
Hermanos: Nadie puede decir: “Jesús
es Señor”, si no es movido por el Espíritu Santo. Hay diversidad de dones, pero
un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad
de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se
manifiesta el Espíritu para el bien común. Así como el cuerpo es uno y tiene
muchos miembros, y los miembros, siendo muchos, forman un solo cuerpo, así es
también Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido
bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos
bebido de un solo Espíritu.
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO
Aleluya. Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus
fieles y enciende en ellos la llama de tu amor. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san
Juan 20, 19-23.
Al atardecer del aquel día, el primero de la
semana estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a
los judíos. Y en eso entro Jesús, se puso en medio y les dijo: “Paz a ustedes”.
Y diciendo esto, les mostro las manos y el costado. Los discípulos se llenaron
de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: “Paz a Ustedes, Como el Padre me ha
enviado, así también los envíos yo”. Y, dicho esto, soplo sobre ellos y les
dijo: “Reciban el Espíritu Santo; a quienes les perdonen los pecados, les
quedan perdonados; a quienes se los retengan, les quedan retenidos”.
PLEGARIA
UNIVERSAL
Hermanos, llega hoy a su plenitud el Tiempo Pascual, hace cincuenta
días celebramos con gozo la resurrección del Señor, hoy celebramos la madurez y
el cumplimiento definitivo de la Pascua. Pidamos a Jesús resucitado que nos de
el mejor de sus dones: el Espíritu Santo. Digamos juntos: R.- Envíanos tu
Espíritu Santo.
1.- Por el Papa, los obispos y sacerdotes:
para que, con ala ayuda del Señor, continúen siendo en la Iglesia ministros de
la misericordia de Dios. Oremos. R.
2.- Para que, abiertos a la gracia del Señor
y a su Evangelio, vivamos el mandato del amor y transformemos nuestra sociedad.
Oremos. R.
3.- Para que en nuestro mundo sean realidad
la convivencia, el respeto, la fraternidad y el amor desinteresado. Oremos. R.
4.- Para que los cristianos seamos
instrumentos creíbles para la evangelización, testigos de la verdad y signo de
esa esperanza que no defrauda. Oremos. R.
5.- Para que podamos erradicar del mundo el egoísmo,
la envidia, el rencor y la discordia de las familias, y la injusticia de los
pueblos. Oremos. R.
6.- Para que seamos dóciles a la acción de
Dios en nuestras vidas y dejemos que El en nuestros corazones. Oremos. R.
Envíanos tu Espíritu Santo, y haz que su presencia activa en nuestra historia
convierta los corazones a ti y nos acerque a todos a la santidad a la que nos
llamas. Tu, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que, según la promesa de tu Hijo, el Espíritu Santo
nos haga comprender mas profundamente la realidad misteriosa de este sacrificio
y se digne llevarnos al conocimiento de toda la verdad revelada. Por Jesucristo
nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Hch 2, 4.11
Se
llenaron todos del Espíritu Santo y hablaron de las grandezas de Dios. Aleluya.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Oh, Dios, que has comunicado a tu Iglesia los bienes del cielo,
conserva la gracia que le has dado, para que el don infuso del Espíritu Santo
sea siempre nuestra fortaleza y el alimento espiritual acreciente su fruto para
la redención eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 29: Gn
3, 9-15.20 (o bien: Hch 1, 12-14); Sal 86; Jn 19, 25-34.
Martes 30: Eclo 35, 1-15; Sal 49; Mc 10, 28-31
Miércoles 31: So 3, 14-18 (o bien: Rm 12, 9-16b); Sal: Is
12, 2-6; Lc 1, 39-56.
Jueves 01: Gn 22, 9-18 (o bien: Hb 10, 4-10); Sal 39;
Mt 26, 36-42.
Viernes 02: Eclo 44, 1.9-13; Sal 149; Mc 11, 11-26
Sábado 03: Eclo 51, 17-27; Sal 18; Mc 11, 27-33
Domingo 04: Ex 34, 4b-6.8-9; Sal: Daniel 3, 52-56; 2Co
13, 11-13; Jn 3, 16-18.
COMENTARIOS AL EVANGELIO
1.- Todo fue el día primero de la semana, el día del sol, después del descanso del sábado. Fue la resurrección de Jesucristo, y desde entonces ese día es el Día, el sol de primavera que no termina. Fue también la efusión del Espíritu, un aliento que todo lo vivifica, lo reanima y lo fecunda. Es el soplo de la creación segunda. En el día de Pascua, Jesús continúa la creación del Padre, exhalando su Espíritu, dando vida a sus discípulos, vida de su propia vida.
Pero este aliento de Jesús llega también a nosotros, produciendo los
mismos efectos que en los primeros discípulos. La verdad es que el aliento de
Jesús llena toda la tierra. El es nuestra oración y la oración del mundo.
Quien recibe este Espíritu no sólo se santifica, sino que es capaz de
santificar, de perdonar pecados, de trabajar por un mundo nuevo. Hay que
alentar sobre toda muerte y toda impureza. Hay que dejarlo todo lleno de
limpieza y hermosura. Hay que llenarlo todo del Espíritu de Jesús.
CARITAS 1993, 1, pág. 278
2. ES/MISION:
El evangelio de hoy fue leído ya el domingo segundo de Pascua, dentro
del contexto más amplio del episodio de Tomás. El fragmento de hoy está
centrado en el Espíritu como don pascual de Cristo resucitado. La escena se
desarrolla, efectivamente, "al anochecer de aquel día", "el
primero de la semana" (cf. 20. 1) que, paralelamente al primer día del
Génesis, supone el inicio de la nueva creación y de la nueva alianza. Jesús
exhala su aliento sobre el grupo de los discípulos y les da su Espíritu del
mismo modo que Dios infundió su aliento sobre el primer hombre para darle la
vida (cf. Gn 2. 7).
Juan no habla de misión en su evangelio hasta que en este momento es el
Resucitado quien da el Espíritu y la misión a los discípulos, a los
representantes de todos los que, por su palabra, van a creer en Jesús. Donación
del Espíritu y misión están íntimamente unidos: Jesús les da el Espíritu para
que les consagre como lo consagró a Él y sean enviados como Él fue enviado. La
misión supone una oferta de vida y de salvación a todos los que quieran creer,
ya que están llenos de este Espíritu que es fuente de vida; y Jesús va a estar
presente en esta misión de los discípulos ("el que recibe a mi enviado me
recibe a mí", /Jn/13/20) del mismo modo que el Padre siempre estaba
presente en la suya ("el que me ve a mí, ve al que me ha enviado",
Jn/12/45).
J. ROCA - MISA DOMINICAL 1981, 12
3. CR/TESTIGO
La Pascua comienza de color rojo y termina de color rojo: el Viernes
Santo, cuando Jesús empieza su paso de muerte a vida, el rojo de los ornamentos
nos habla de sangre derramada, de testimonio ardiente; el domingo de
Pentecostés, concluimos la celebración de este paso de muerte a vida con el
rojo del fruto, del fuego que renueva e ilumina, del testimonio de los
creyentes transformados por el Espíritu de JC.
Recordar la entrega de JC y celebrar el don del Espíritu nos invita a
pensar en una fe que haga de nosotros hombres y mujeres con empuje, con
ilusión, con entrega. Hombres y mujeres que quieren vivir de modo que se note
que hemos sido tocados por una sangre derramada con amor infinito, y que hemos
sido introducidos en una vida más fuerte que todo mal. Hombres y mujeres que
aman profundamente su fe, y que creen que por sus venas circula la misma savia
que circulaba por las venas de JC y que quieren compartir esa alegría con todo
el mundo.
J. LLIGADAS - MISA DOMINICAL 1988, 11
4.- A este texto remitía la siguiente frase de hace dos domingos (del
ciclo A): Aquel día sabréis que yo estoy con mi Padre, vosotros conmigo y yo
con vosotros (Jn.14,20). Aquel día se refiere a la escena de hoy, a
Pentecostés. El autor del cuarto evangelio concibe este día y esta escena como
la inauguración del tiempo último y definitivo de la historia. Los
participantes en la escena son los discípulos. En el cuarto evangelio este
término designa a los creyentes en Jesús. Su alcance va, pues, más allá de los
doce, como también va más allá del día indicado en el texto la situación de
cautela y de miedo.
En el atardecer del domingo de Pascua Juan sitúa retrospectivamente
situaciones de cautela y de miedo posteriores. Es pues toda la comunidad
creyente la que se alegra con los que vieron a Jesús resucitado. Y es también
toda la comunidad creyente la que recibe el siguiente encargo de Jesús:
Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. A lo largo de la
pasada cuaresma hemos tenido ocasión de familiarizarnos con el sentido y la
función que este envío o misión tienen en el cuarto evangelio. Se trata de un
trabajo fatigoso y complejo porque choca con tendencias muy arraigadas, que, a
pesar de ser religiosas, pueden desfigurar a Dios y al Hombre. Los creyentes
han recibido de Jesús el encargo de llevar adelante la tarea emprendida por
Jesús.
Cuentan para ello con el mimo Espíritu que él tenía. Es este Espíritu el
que eleva a los cristianos a la categoría de signo visible de gracia y de
enjuiciamiento en el tiempo último y definitivo inaugurado por El.
Comentario. El creyente en Jesús sabe hoy que Jesús está con el Padre,
que él está con Jesús y que Jesús está con él. Hoy, Pentecostés, cuando el
Espíritu de Jesús y del Padre se posesiona del creyente y lo eleva a sacramento
de Dios en el mundo. Hoy, Pentecostés, cuando el mundo empieza a ser
definitivamente nuevo, porque las gentes pueden entenderse desde su propia
peculiaridad, y Babel, es decir, la confusión deja paso a la comprensión. Hoy,
Pentecostés, cuando todos empezamos a ser conscientes de que formamos un solo
cuerpo.
A. BENITO - DABAR 1990, 31
5.- Texto. La opción que los discípulos han hecho por Jesús les ha
granjeado la enemistad de los judíos. La expresión miedo a los judíos es de
carácter religioso. No significa miedo al pueblo judío (los discípulos eran
judíos), sino miedo a la exclusión de la sinagoga, decisión esta que los
guardianes de la Ley de Dios habían tomado contra todo el que reconociera a
Jesús como Mesías (ver Jn.9,22). Excluidos de la comunidad creyente, los
discípulos de Jesús eran un grupo sin puesto y sin paz.
La presencia de Jesús cambia esta situación de los discípulos. Es el
Jesús de siempre, al que habían conocido, con el que habían convivido y por el
que habían optado. Jesús les devuelve primero la paz de la que carecían por
estar excluidos de la sinagoga. En segundo lugar, Jesús les da un puesto y una
razón de ser en el mundo convirtiéndolos en enviados suyos, de la misma manera
que él lo había sido antes del Padre. Surge así la comunidad creyente, que se
llamará Iglesia para distinguirse de la Sinagoga.
A diferencia de ésta, caracterizada por el espíritu de la Ley, la nueva
comunidad se caracteriza por el Espíritu de Jesús y del Padre. En razón de este
Espíritu la nueva comunidad encarna la oferta de gracia de Dios a los hombres.
Las últimas palabras del texto se pueden parafrasear de la siguiente manera:
Vosotros sois a partir de ahora los responsables de la oferta de mi Padre a
todos los hombres. De vosotros depende ahora esta oferta.
Los destinatarios de estas palabras no son sólo los doce como a veces se
piensa, sino la totalidad de la comunidad. El trasfondo de este texto no es
jerárquico, sino comunitario. El sentido de estas palabra es a su vez mucho más
amplio y rico que la práctica del actual sacramento de la Penitencia.
Comentario. El texto de hoy es especialmente significativo para la
Iglesia por cuanto que marca el comienzo y el sentido de su andadura. Por su
comienzo la Iglesia nace excluida de lo que había sido su medio y marco de
referencias religiosas. Históricamente la Iglesia nace sin puesto y contra
corriente, pero no respecto al mundo civil, sino respecto al mundo religioso.
El valor de ejemplaridad de los comienzos de la Iglesia reside en que los
problemas le vienen del propio mundo de la creencia.
La misión de la Iglesia es ser reveladora de Jesús y, en última
instancia, de Dios. La misión la realiza en la medida en que es portadora del
Espíritu de Jesús y de Dios. Vistas las cosas en sus comienzos históricos (así
es como necesariamente las tiene que ver la exégesis), este Espíritu, que en
razón de su origen se llama santo, está en las antípodas del espíritu que reina
en los responsables de la Ley de Dios. Los retos no le vienen a la Iglesia
desde el exterior. El auténtico reto es su capacidad de apertura al Espíritu de
Jesús. Este Espíritu cambia mucho las cosas. Probablemente las renueva siempre.
A. BENITO - DABAR 1989, 27
6. C/UNIDAD
Con la reiteración del saludo en el v.21 se inicia el segundo momento:
libertad para una nueva forma de existencia. Es la misión de la comunidad
cristiana, alentada por el Espíritu del Padre y del Hijo. Una comunidad donde
es posible la unidad dentro mismo de la multiplicidad, donde pueden entenderse
personas con ideas distintas, porque todos están situados en una realidad que
los transciende a todos, al mismo tiempo que los constituye: el Espíritu del
Padre y del Hijo. Es así y sólo así como la comunidad cristiana es referencia
de esperanza para los demás hombres y grupos. Es así y sólo así como es
reveladora del Padre.
Es así y sólo así como es generadora de madurez; una comunidad así,
porque da la medida y la talla de lo que es un grupo de gente madura, se
convierte en modelo referencial para todos. No porque esta comunidad enjuicie a
nadie, sino porque la actitud que se adopte ante ella pone de manifiesto y
refrenda lo que cada uno es. Confrontándose con ella, los hombres pueden
conocer su propia situación; gracias a ella pueden saber si han tomado la
dirección satisfactoria o la dirección frustrante.
DABAR 1980, 31
Viernes Santo, pascua de resurrección, ascensión y pentecostés: en esta
secuencia temporal celebra la fe el único misterio pascual de la exaltación de
Jesús y de la salvación del hombre.
También el envío del Espíritu pertenece al acontecimiento pascual y se
proclama en el evangelio de Juan el domingo de pascua.
El saludo pascual del resucitado es "¡Paz!"; su don es la
alegría. Ambas cosas son frutos del Espíritu Santo (cf. Gál 5,22); él es el
gran don pascual que encierra en sí todos los demás dones. El Espíritu une para
siempre a todos los discípulos con su Maestro, con su Señor resucitado; reúne a
todos entre sí e inaugura un mundo nuevo por medio del perdón de los pecados.
Lo dicho anteriormente se expresa en la narración de Juan con un gesto:
el soplo de Jesús sobre sus discípulos. Esto evoca el episodio del Génesis
(2,7), donde se dice que Dios exhaló su aliento sobre Adán y éste comenzó a
vivir. Aquí también se trata de una creación, una nueva vida, que es posible al
hombre después de la resurrección.
La conversión y el perdón de los pecados aparecen siempre en la primera
predicación apostólica impulsada por el Espíritu Santo.
EUCARISTÍA 1989, 22
8.- Los discípulos tienen miedo a los judíos y se encierran a cal y
canto en una casa. Allí permanecen hasta que la fuerza del Espíritu, como un
viento impetuoso, los eche a la calle y los disperse por toda la tierra.
También nosotros, no obstante creer que Jesús ha resucitado, seguimos teniendo
miedo. Sobre todo, miedo a la vida y a la libertad. Se nos ha educado en el
miedo.
Se nos ha dicho muchas veces que la vida es un peligro, y nos hemos
olvidado que el mayor peligro es renunciar a la vida... por miedo. Contra el
miedo que guarda la ropa e inventa sistemas de seguridad, Jesús nos ofrece la
paz verdadera en medio de los peligros del camino y aún en medio de las
persecuciones. Nos ofrece la paz de los testigos, la paz y el coraje del que
predica el evangelio y confiesa que el mundo no puede dar.
Jesús les muestra las llagas para que comprueben que es él mismo, el que
fue crucificado y ahora sigue viviendo. Todo el evangelio es la gozosa
proclamación de esa identidad: Jesús, el que padeció bajo Poncio Pilato y no
otro, es el Señor. En esta alegría se cumple lo que Jesús les había prometido
(Jn 16,20-22;17,13). Con esta alegría deberán anunciar a todo el mundo que han
visto al Señor y que el Señor vive. Evangelizar es anunciar la buena noticia,
la mejor de todas. Y esto sólo puede hacerse con inmensa alegría.
Jesús los envía al mundo lo mismo que él fue enviado por el Padre. La
misión de los discípulos, la evangelización, no será posible sin la fuerza del
Espíritu Santo.
El gesto de Jesús encuentra su antecedente en Gn 2.7. donde se dice que
Dios exhaló su aliento sobre el rostro de Adán y éste comenzó a vivir. También
ahora comienza una nueva vida, una nueva creación. Esta nueva creación
proclamada por el evangelio es obra del Espíritu.
Pero la vida nueva no es posible sin el perdón de Dios como base de
reconciliación entre todos los hombres. Predicar el evangelio es reconciliar
con la fuerza del Espíritu Santo, es recrear todas las cosas.
EUCARISTÍA 1986, 24
9.- En la culminación del tiempo de Pascua, leemos una escena del mismo
día de Pascua (que ya leímos el domingo segundo). Eso nos muestra que lo que
hoy celebramos es realmente una de las caras de la resurrección de Jesús.
Jesús resucitado es, para nosotros, aquel que nos ha dado su mismo
Espíritu, su Espíritu Santo. La resurrección de Jesús significa para los
discípulos experimentar que en su interior tienen aquel mismo Espíritu que
movió a Jesús, y que los identifica con él: incluso Jesús hace el gesto físico
de exhalar el aliento sobre ellos, para significar que les traspasa lo que el
lleva en su interior.
Y este don del Espíritu es lo que hace realidad en el creyente y en la
Iglesia lo que Jesús dice y da en esta aparición a los discípulos: la paz que
es la síntesis de todos los bienes; la misión de anunciar la Buena Noticia,
para continuar la misión que el Padre encomendó a Jesús; el mensaje del perdón
y la reconciliación de los hombres con Dios, de la que los continuadores de
Jesús quedan constituidos también intermediarios.
JOSEP LLIGADAS - MISA DOMINICAL 1994, 7
10.- En Juan, Pascua y Pentecostés se unen. El mismo día en que Jesús
resucita, «el primer día de la semana», infunde sobre sus discípulos el
Espíritu Santo. Lo hace con un gesto magnífico: exhalando su aliento sobre
ellos. Este soplo recuerda, en primer lugar, el primer soplo de Dios sobre el
hombre, y lo llenó de espíritu de vida. Jesús comunica a sus discípulos su
aliento, su espíritu, el primer día de la primera semana de la nueva era para
la nueva humanidad. Estos discípulos revivieron y quedaron transformados,
recreados; empezaron a ser hombres nuevos, superando miedos y tristezas.
Por otra parte, este aliento de Jesús significa que transmite a los
discípulos su propio Espíritu, que es algo suyo y que es el regalo de su
Pascua. Ahora los discípulos, animados por el Espíritu, continuarán la obra de
Jesús y harán presente a Jesús. Es fácil, porque el Espíritu es el mismo.
CARITAS 1991, 1, pág. 245
11.- El Espíritu Santo es el aliento de Jesús. Lo que respira la Iglesia
es el Espíritu de Jesús. Lo que nosotros oramos en el Espíritu es la oración de
Jesús. Toda nuestra vida íntima es la vida de Jesús, que el Espíritu nos
comunica.
El mismo día de Pascua, el Señor resucitado, rebosante de Espíritu,
exhaló su aliento sobre sus discípulos. Un gesto vitalista que recuerda el de
la creación. Cristo quiso recrear a sus discípulos desanimados, sin «espíritu
de vida»; por eso, sopló sobre ellos el Espíritu vivificador. El Espíritu que
resucitó a Jesús de entre los muertos, resucitaría también a sus discípulos
medio muertos.
Y aquellos hombres se llenaron de vida nueva. Fue el primer día de la
semana cuando Dios se puso a crear. Este sería el primer día de la nueva
creación. Empezaba así la era del Espíritu.
CARITAS 1992, 1, pág. 253
PROPUESTA DE
CANTOS DOMINGO DE PENTECOSTES CICLO A 2023
TEMA: PENTECOSTES
01.- PENTECOSTES (Cesareo Garabaín)
1.-
El Espíritu de Dios descenderá.
F G7 C
El
Espíritu de Dios nos llenará.
G7 C
El
Espíritu de Dios (bis)
F G F
C G7 C
Ven
Espíritu divino, ven y llénanos.
2.-
El Espíritu de Dios nos quemará.
El
Espíritu de Dios nos cambiará.
El
Espíritu de Dios. (bis)
Ven
Espíritu divino, ven y cámbianos.
3.-
El Espíritu de Dios unirá.
El
Espíritu de Dios nos guiará.
El
Espíritu de Dios. (bis)
Ven
Espíritu divino, ven y guíanos.
C F C G C
El
Espíritu de Dios nos llenará.
02.- VEN, VEN,
VEN (Padre Mario)
Ven,
ven, ven. Espíritu Divino,
SOL SI
ven,
ven, ven, acércate a mí. (bis)
SI7
MI LA7 RE
Apodérate,
apodérate,
FA#7 SI
apodérate
de todo mi ser. (bis)
SI
FA#7 SI
Aquí
se siente la presencia de Dios. (bis)
SI7
MI LA7 RE
Siento
el fuego del Espíritu Santo. (bis)
SI
FA#7
Siento
gozo, siento paz,
SI
siento
el amor que Dios me da.
SI
FA#7 SI
Aquí
se siente la presencia de Dios. (bis)
03.- IGLESIA
PEREGRINA (Cesareo Garabain)
Todos
unidos formando un solo cuerpo,
un
pueblo que en la Pascua nació;
miembros
de Cristo en sangre redimidos:
¡Iglesia
peregrina de Dios!.
Vive
en nosotros la fuerza del Espíritu
que
el Hijo desde el Padre envió,
Él
nos empuja, nos guía y alimenta:
¡Iglesia
peregrina de Dios!.
SOMOS
EN LA TIERRA
SEMILLA
DE OTRO REINO,
SOMOS
TESTIMONIO DE AMOR,
PAZ
PARA LAS GUERRAS Y LUZ
ENTRE
LAS SOMBRAS:
¡IGLESIA
PEREGRINA DE DIOS! (2)
Rugen
tormentas y a veces nuestra barca
parece
que ha perdido el timón,
miras
con miedo, no tienes confianza:
¡Iglesia
peregrina de Dios!.
Una
esperanza nos llena de alegría,
presencia
que el Señor prometió;
vamos
cantando, Él viene con nosotros:
¡Iglesia
peregrina de Dios!
Todos
nacidos en un solo bautismo,
unidos
en la misma comunión,
todos
viviendo en una misma casa:
¡Iglesia
peregrina de Dios!.
Todos
prendidos en una misma suerte,
ligados
a la misma salvación;
somos
un cuerpo y Cristo es la cabeza:
¡Iglesia
peregrina de Dios!.
04.- EL SEÑOR
NOS LLAMA (Alberto Taule)
EL
SEÑOR NOS LLAMA Y NOS REÚNE,
SOMOS
SU PUEBLO, SIGNO DE UNIDAD.
ÉL
ESTÁ, EN MEDIO DE NOSOTROS:
SIRVE
A LA MESA, NOS REPARTE EL PAN.
Por
todos los caminos, nos sales al encuentro,
por
todos hemos visto, señales de tu amor.
Tu
pueblo se reúne, Señor, a bendecirte,
a
celebrar con gozo tu paso salvador.
Convocas
a tus fieles, nacidos de las aguas,
a
festejar unidos, la nueva creación.
La
sala del banquete, se llena de invitados,
estamos
reunidos y en medio está el Señor.
Revélanos
al Padre, oh Cristo, nuestra fiesta,
aumenta
la esperanza, de nuestro caminar.
Tu
Espíritu divino, nos dé la fortaleza,
los
bienes que esperamos, nos haga pregustar.
05.- SECUENCIA
DE PENTECOSTES: VEN, ESPIRITU DIVINO
Ven,
Espíritu Divino
manda
tu luz desde el cielo.
Padre
amoroso del pobre;
don,
en tus dones espléndido;
luz
que penetra las almas;
fuente
del mayor consuelo.
Ven,
dulce huésped del alma,
descanso
de nuestro esfuerzo,
tregua
en el duro trabajo,
brisa
en las horas de fuego,
gozo
que enjuga las lágrimas
y
reconforta en los duelos.
Entra
hasta el fondo del alma,
divina
luz y enriquécenos.
Mira
el vacío del hombre,
si
tú le faltas por dentro;
mira
el poder del pecado,
cuando
no envías tu aliento.
Riega
la tierra en sequía,
sana
el corazón enfermo,
lava
las manchas, infunde
calor
de vida en el hielo,
doma
el espíritu indómito,
guía
al que tuerce el sendero.
Reparte
tus siete dones,
según
la fe de tus siervos;
por
tu bondad y tu gracia,
dale
al esfuerzo su mérito;
salva
al que busca salvarse
y
danos tu gozo eterno. Amén.
06.- BENDITO
SEAS SEÑOR (Francisco Palazon)
BENDITO
SEAS, SEÑOR, POR ESTE PAN Y ESTE VINO
QUE
GENEROSO NOS DISTE, PARA CAMINAR CONTIGO,
Y
SERÁN PARA NOSOTROS ALIMENTO EN EL CAMINO.
1.
Te ofrecemos el trabajo, las penas y alegrías,
el
pan que nos alimenta y el afán de cada día.
2.
Te ofrecemos nuestro barro que oscurece nuestras vidas
y
el vino que no empleamos para curar las heridas.
07.- VEN
ESPIRITU SANTO (Juan José López)
Rem Solm Rem
VEN
ESPÍRITU SANTO,
LA# FA
SOLM
VEN
A ILUMINAR NUESTRAS INTELIGENCIAS
DO RE
Y
A DEFENDERNOS DEL MAL.
FA Solm
Tú,
promesa del Padre,
Rem DO FA
don
de Cristo Jesús,
Rem Solm
ven
y danos tu fuerza
DO Rem
para
llevar nuestra cruz.
FA Solm
Tú,
llamado abogado,
Rem DO FA
nuestro
consolador,
Rem Solm
ven,
y habita en nosotros
Rem Solm
por
la fe y por el amor.
Haz
que cada cristiano,
bajo
tu inspiración,
sea
testigo de Cristo
con
la palabra y la acción.
Guiados
por el Espíritu
hacia
Cristo Jesús,
caminemos
con júbilo
a
la Ciudad de la luz.
08.- ESPIRITU
SANTO VEN
RE Sim
ESPÍRITU
SANTO, VEN, VEN,
RE LA7
ESPÍRITU
SANTO, VEN, VEN,
MIM
ESPÍRITU
SANTO, VEN, VEN
LA7 RE
EN
EL NOMBRE DEL SEÑOR.
SOL LA7
RE Sim
Acompáñame,
ilumíname,
Mim LA7
RE
toma
mi vida.
SOL LA7
RE Sim
Acompáñame,
ilumíname,
Mim LA7 RE
¡Espíritu
Santo ven!.
Santifícame,
transfórmame,
Tú
cada día.
Santifícame,
transfórmame,
¡Espíritu
Santo, ven!
Resucítame,
conviérteme,
todos
los días.
Glorifícame,
renuévame,
¡Espíritu
Santo, ven!
Acompáñame,
transfórmame,
toma
mi vida.
Ilumíname,
condúceme,
¡Espíritu
Santo ven!.
09.- SIEMPRE
ES PENTECOSTES (Cesareo Garabaín)
Cuando
rezamos, cuando cantamos,
cuando
la fiesta es
un
celebrar gozoso es el día
grande:
Pentecostés.
Cuando
llevamos en nuestras manos
un
resplandor de luz
en
nuestro pecho vive y palpita,
el
que murió en la cruz. (2)
CUANDO
EL SEÑOR, ALIENTA EN NOSOTROS,
SIEMPRE
ES PENTECOSTÉS.
CUANDO
EL AMOR, NOS LANZA A LA VIDA,
SIEMPRE
ES PENTECOSTÉS.
Cuando
queremos comprometernos
en
una misma fe,
una
tarea, un compromiso...
siempre
es Pentecostés.
Cuando
decimos sí a la Iglesia
con
plena lucidez,
soplan
de nuevo vientos del cielo,
porque
es Pentecostés. (2)
Cuando
los hijos ya van creciendo
y
dicen que quieren ser
miembros
de Cristo y de su Iglesia,
siempre
es Pentecostés.
No
nos separan lenguas ni razas,
nuestra
consigna es,
ser
en el mundo un testimonio,
porque
es Pentecostés. (2)
Cuando
la fuerza que estaba oculta
vence
con su poder,
nuestros
temores, nuestro egoísmo,
siempre
es Pentecostés.
Cuando
aceptamos ser levadura
y
llama que quiere arder,
nos
vinculamos más a la Iglesia,
porque
es Pentecostés. (2)
10.- ESPERANDO
CON MARIA
El
Señor ha estado grande, a Jesús resucitó,
con
María sus hermanos, entendieron qué pasó.
Como
el viento que da vida, el Espíritu sopló,
y
aquella fe incierta en firmeza se cambió.
GLORIA
AL SEÑOR, ES NUESTRA ESPERANZA,
Y
CON MARÍA SE HACE VIDA SU PALABRA.
GLORIA
AL SEÑOR, PORQUE EN EL SILENCIO,
GUARDÓ
LA FE SENCILLA Y GRANDE CON AMOR.
Pues
sus ojos se abrieron y también su corazón,
la
tristeza fue alegría, fue su gozo en el dolor.
Esperando
con María se llenaron del Señor,
porque
Dios está presente si está limpio el corazón.
Nuestro
tiempo es tiempo nuevo cada vez que sale el sol
y
escuchamos su Palabra, fuerza viva de su amor.
Que
disipa las tinieblas y aleja del temor.
Se
hacen fuertes nuestras manos
con
la Madre del Señor.
11.- REINA DE
LOS APOSTOLES
REINA
DE LOS APÓSTOLES,
MADRE
DE DIOS,
FORMA
TÚ NUESTRA MENTE Y VOLUNTAD,
Y
NUESTRO CORAZÓN.
Cuando
se fue Jesús, tú te quedaste
al
frente de la fe y de la oración,
alentando
la unión de los discípulos
y
esperando al Espíritu que es Vida y es Amor.
Sigues,
oh, Madre, hoy viva en la Iglesia,
pendiente
de quien va firme al timón,
esperando,
puntual, con los que esperan
la
llegada gozosa de Cristo Redentor.
Siempre
estuviste, Madre, con Cristo,
y
fuiste así quien más Lo conoció.
Eres
hoy para todos la Puerta abierta
que
conduce hasta Cristo, Camino y Salvación.
Fuiste,
María, el primer apóstol
que
al mundo le hizo entrega del Señor.
Le
enseñaste a entregarse siempre a todos,
y
de Él aprendiste lo inmenso de su amor.
12.- A LA
SOMBRA DE PEDRO
Con
la sombra de Pedro los enfermos se sanaban
Con
la sombra de Pedro los enfermos se sanaban
No
era la sombra ni tampoco Pedro,
No
era la sombra ni tampoco Pedro
Era
porque Pedro tenía el espíritu de Nazareno
Era
porque Pedro tenía el espíritu de Nazareno.
Nazareno,
nazareno espíritu de nazareno,
Nazareno,
nazareno espíritu de nazareno
Nazareno,
nazareno espíritu de nazareno,
Nazareno,
nazareno espíritu de nazareno
A
que tú lo tienes (yo lo tengo) a que tú lo tienes (yo lo tengo)
A
que tú lo tienes (yo lo tengo) a que tú lo tienes (yo lo tengo)
A
que tú lo tienes (yo lo tengo) a que tú lo tienes (yo lo tengo)
A
que tú lo tienes (yo lo tengo) a que tú lo tienes (yo lo tengo
Fluye,
fluye espíritu santo fluye, fluye espíritu santo
Fluye,
fluye espíritu santo fluye, fluye espíritu santo
Este
sí que da poder este sí que da poder
Yo
me siento en Pentecostés de la cabeza a los pies.
Este
sí que da poder este sí que da poder
Yo
me siento en Pentecostés de la cabeza a los pies. (2X)
Fluye,
fluye espíritu santo……….