YO SOY LA VID
COMENTARIO
El símbolo de la vid designó a través de todo el Antiguo
Testamento al pueblo que Dios se había elegido y del que se ocupaba con amor.
Jesús se apodera de este símbolo para hacernos descubrir una nueva realidad:
“Yo soy la vid verdadera”. Se trata siempre de Dios, atento viñador y de los
hombres como pueblo-viña. Pero entre los dos surge un hombre-vid, un hombre
“colectivo”: Jesús. La viña de troncos repartidos se convierte en un tronco
único que no dejará de crecer por medio de sus ramas: “Yo soy la vid, ustedes
las ramas”. Se dibuja un misterio de unidad: la unión tan estrecha de Jesús con
sus discípulos. Hay una palabra típica de Juan que define esta unidad divina
que se extiende hasta nosotros por medio de Jesús. Morar. “Moren en mí como yo
en ustedes”.
En su gran oración final, Jesús evocará por última vez esta
unidad de inhabitación absolutamente sin ejemplo: “Que sean todos uno, como tú,
Padre, estás conmigo y yo contigo; que también ellos estén con nosotros”. Para
simbolizar la misma unidad, san Pablo preferirá la idea de cuerpo: somos el
cuerpo de Cristo, un cuerpo que es la Iglesia. Cristo y la iglesia forman el
“Cristo total”. Desde el Concilio Vaticano II, hemos aprendido a saborear otra
noción muy bíblica, la de pueblo de Dios. Pero siempre tendremos también la
necesidad de vernos como iglesia y cuerpo de Cristo “Pueblo de Dios. Hace
surgir la idea de unos hombres en camino, esa inmensa caravana que se puso a
caminar detrás de Abrahán, de Moisés de David, de Jesús el verdadero
pastor. La iglesia es la organización
necesaria del trabajo misional de Cristo por toda la tierra, el lugar en donde
los bautizados se encuentran con Dios y entre ellos mismos para aprender a
servir a todos los hombres sus hermanos.
Sin mí, dice Jesús sin mi vida en sus venas, no pueden hacer
nada, no pueden vivir nada en profundidad no habrá vitalidad entre el Padre y
ustedes. No serán más que una rama seca.
Describe de este modo otro misterio de unión: “El que come mi carne y bebe mi
sangre vive en mí y yo en él”. La vid, un pueblo, una iglesia, un cuerpo, la
eucaristía, todos nos partir de una vida cristiana individualista. Y hasta de un imaginario “tú y yo” con Dios.
No estamos nunca solos, ni tampoco sólo dos; la realidad cristiana es una
trilogía: nosotros-Dios-los hermanos. Vivir al estilo cristiano es velar al
mismo tiempo por nuestra comunión con la Trinidad y con la humanidad. Evitemos separar a Dios de lo cotidiano hay
que vernos en un inmenso universo en el que alcance por todas partes a la vez,
al Señor y a mis hermanos.
Esta vida de comunión y
diversificada a la vez es evidentemente una comunión de amor. En los célebres
versículos que siguen y que vamos a meditar. Jesús nos dice que una misma savia
divina, el mismo amor, tiene que ir haciendo poco a poco de todos los hombres,
en Jesucristo el inmenso pueblo-vid.
R.P. Roland
Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Sal 97, 1-2
Canten al Señor un cántico nuevo porque ha
hecho maravillas; reveló a las naciones su salvación. Aleluya.
ORACION
COLECTA
Dios
todopoderoso y eterno, lleva a su pleno cumplimiento en nosotros el misterio
pascual, para que, quienes, por tu bondad, han sido renovados en el santo
Bautismo, den frutos abundantes con tu ayuda y protección y lleguen a los gozos
de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del
libro de los Hechos de los Apóstoles 9, 26-31
En aquellos días, llegado Pablo a Jerusalén, trataba de juntarse con
los discípulos, pero todos le tenían miedo, porque no se fiaban de que fuera
realmente discípulo. Entonces Bernabé se lo presentó a los apóstoles. Saulo les
contó cómo había visto al Señor en el camino, lo que le había dicho y cómo en
Damasco había predicado públicamente el nombre de Jesús. Saulo se quedó con
ellos y se movía libremente en Jerusalén, predicando públicamente el nombre del
Señor. Hablaba y discutía también con los judíos de lengua griega, que se
propusieron matarlo. Al enterarse los hermanos, lo bajaron a Cesarea y de allí
lo enviaron a Tarso. La Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria.
Se iba construyendo y progresaba en fidelidad al Señor, y se multiplicaba,
animada por el Espíritu Santo.
SALMO
RESPONSORIAL (Sal 21)
El Señor es mi alabanza en la gran asamblea.
Cumpliré mis votos delante de sus fieles. Los
desvalidos comerán hasta saciarse, alabarán al Señor los que lo buscan: viva su
corazón por siempre. R.
Lo recordarán y volverán al Señor hasta de
los confines del orbe; en su presencia se postrarán las familias de los
pueblos. Ante Él se postrarán las cenizas de la tumba, ante Él se inclinarán
los que bajan al polvo. R.
Me hará vivir para Él, mi descendencia le
servirá, hablarán del Señor a la generación futura, contarán su justicia al
pueblo que ha de nacer: todo lo que hizo el Señor. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del Apóstol san Juan 3, 18-24
Hijos míos, no amemos de palabra y
de boca, sino de verdad y con obras. En esto conoceremos que somos de la verdad
y tendremos nuestra conciencia tranquila ante Él, en caso de que nos condene
nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo.
Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios. Y
cuanto pidamos lo recibimos de Él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos
lo que le agrada. Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo
Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó. Quien guarda
sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en Él; en esto conocemos que permanece
en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado.
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO Jn 15, 4.5b
Aleluya. Permanezcan en mí, y yo
en ustedes —dice el Señor—; el que permanece en mí da fruto abundante. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 1-8
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdadera
vid, y mi Padre es el viñador. Si alguna de mis ramas no da fruto, Él la
arranca; y poda las que dan fruto, para que den más fruto. Ustedes ya están
limpios por las palabras que les he hablado; permanezcan en mí, y yo
permaneceré en ustedes. Como la rama no puede producir frutos por sí misma, si
no permanece en la vid, así tampoco pueden ustedes producir fruto si no
permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes las ramas; el que permanece en mí y yo
en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no pueden hacer nada. Al que no
permanece en mí lo tiran fuera, como ramas secas; luego las recogen y las echan
al fuego, y arden. Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes,
pidan lo que quieran y se les dará. Con esto recibe gloria mi Padre, en que
ustedes den fruto abundante; así serán discípulos míos».
PLEGARIA
UNIVERSAL
Hermanos, la señal de los cristianos es el amor. Pidamos a Dios que
este amor sea una realidad en el seno de la Iglesia y en el mundo entero.
Oremos diciendo: R. Te rogamos,
óyenos.
1.- Para que la comunión sea una
realidad en la Iglesia y todos vivamos en el amor de Cristo. Oremos
al Señor. R.
2.- Para que Cristo resucitado ayude a los obispos y sacerdotes en la
animación de las comunidades cristianas. Oremos al Señor. R.
3.- Para que la gracia de Dios y la victoria de Cristo sobre la muerte
y el pecado sostenga a los que anuncian el Evangelio en tierras de misión. Oremos
al Señor. R.
4.- Para que se restablezcan las relaciones entre los pueblos, naciones
y personas que están divididas, y la fuerza del amor de Cristo transforme los
corazones. Oremos al Señor. R.
5.- Para que los difuntos gocen de la vida eterna en la Jerusalén
celestial, y el Señor consuele a los que lloran su partida. Oremos al Señor. R.
Señor Dios nuestro, que glorificando a tu Hijo nos abriste el camino a
la gloria; mira nuestras oraciones, derrama en nuestros corazones el amor, y
haz que aguardemos tu venida amándonos los unos a los otros como tú nos amas.
Por Jesucristo nuestro
Señor. R. Amén.
11.- ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Oh, Dios, que nos haces
partícipes de tu única y suprema divinidad por el admirable intercambio de este
sacrificio, concédenos alcanzar en una vida santa la realidad que hemos conocido
en ti. Por Jesucristo, nuestro Señor
ANTIFONA DE COMUNION Jn 15, 1.5
Yo
soy la verdadera vid, y ustedes los sarmientos, dice el Señor; el que permanece
en mí y yo en él, ese da fruto abundante. Aleluya.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Asiste, Señor, a tu pueblo y haz que pasemos
del antiguo pecado a la vida nueva los que hemos sido alimentados con los
sacramentos del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 29: Hch
14, 5-18; Sal 113; Jn 14, 21-26
Marte 30: Hch 14, 19-28; Sal 144; Jn 14, 27-31a
Miércoles 01: Hch
15, 1-6; Sal 121; Jn 15, 1-8
Jueves 02: Hch 15, 7-21; Sal m95; Jn 15, 9-11
Viernes 03: Ga 6, 14-º18Ç; Sal 117; Jn 12, 31-36a
Sábado 04: 1Co 15, 1-8; Sal 18; Jn 14, 6-14
Domingo 05: Hch 10, 25-26. 34-35.44-48; Sal 97; 1Jn 4, 7-10; Jn 15, 9-17.
COMENTARIOS
AL EVANGELIO
Jn 15, 1-8
1.- Texto.
Forma parte de la amplia sobremesa de la cena
de Pascua.
Los comensales son Jesús y sus discípulos. A
diferencia de lo que pasaba en el texto del domingo pasado, en el de hoy el
ambiente es distendido. Las palabras fluyen solícitas y desahogadas. "Yo
soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador". Jesús propone una
alegoría. Las piezas y sus trasposiciones son las siguientes: cepa-Jesús;
sarmientos-discípulos; labrador-Padre; la poda o limpieza no tienen
trasposición; instrumento de podar-las palabras de Jesús.
Todo lo que Jesús ha ido diciendo durante su
actividad ha ido podando, limpiando a sus discípulos. Por eso puede decirles
ahora que ellos están limpios (v. 3). Ahora bien, mientras Jesús está para
morir, sus discípulos tienen aún mucha vida por delante. De ahí el interés y la
insistencia de Jesús en que ellos sigan con él, permanezcan con él. Siete veces
se mencionaba el verbo permanecer a partir del v. 4. Esta permanencia o
continuidad constituyen el punto central del texto de hoy.
Comentario. Ante la insistencia del texto en
el tema de la permanencia con Jesús, resulta inevitable la pregunta por el
porqué de esa insistencia. Un texto de Mateo puede darnos la pista. Está en el
cap. 15 de su evangelio. Léelo. Unos letrados y fariseos, incómodos con el
comportamiento de los discípulos en materias y prácticas tradicionales, le
preguntan a Jesús por la razón de ese comportamiento. La respuesta de Jesús debió
de incomodarles aún más, puesto que los discípulos se le acercaron a decirle:
¿Sabes que los fariseos se han escandalizado al oírte? Sigue la respuesta-pista
para nuestro texto de hoy: "El plantío que no haya plantado mi Padre será
arrancado de raíz. Dejadlos, son guías de ciegos" (/Mt/15/13-14).
ESFUERZO/FARISEO CUMPLIMIENTO: Hay dos modos de
concebir y de vivir el hecho religioso: el de Jesús y el de los religiosos al
estilo fariseo. Este segundo modo, no exclusivo ni reducible a los fariseos,
puede llegar a cotas de ejemplaridad realmente altas. Está hecho de esfuerzo,
superación y cumplimiento minucioso. A decir verdad, nada de esto es malo. Más
aún, esfuerzo, superación y cumplimiento son siempre necesarios. Lo malo está
en el espíritu que subyace y del que casi nunca es consciente el religioso al
estilo fariseo. Un espíritu cerrado, orgulloso, preciado de sí mismo. Incapaz
de pedir ayuda porque se siente capaz de todo, superior a los demás y con
derecho, sobre todo. Dominante, rígido, incapaz de comprensión. Actúa siempre
por el provecho o el derecho que se le seguirán y nunca por agradecimiento
sincero. No tiene nada que agradecer, pues todo se lo ha labrado él con su
esfuerzo. Su ideal es la ley.
El autor del cuarto evangelio concibe la
actividad de Jesús como un trabajo dirigido a erradicar de los discípulos ese
espíritu y a crear en ellos un espíritu nuevo. Esta concepción la ha
manifestado el autor desde el mismo momento que ha empezado a narrar la
actividad de Jesús, presentando a ésta bajo el signo del vino, que proviene del
agua ritual, pero que supera a ésta.
Lee el episodio de las bodas de Caná en Jn 2,
1-11. Si la actividad de Jesús es comparada al buen vino, es lógico que su
persona sea comparada a la cepa. Desde Caná la actividad de Jesús ha sido una
continua labor de limpia y poda, en continuo con una mentalidad religiosa
basada en el talonario de cheques de sus propias adquisiciones. El poseedor de
talonarios extiende cheques, no espera ni solicita. Para él todo es exigencia,
nada es don o aceptación agradecida. La mentalidad religiosa cerrada no depende
de nadie, ni siquiera de Dios; sólo depende de sí misma. En estas condiciones
no hay plantación divina, y el Padre lo más que puede llegar a ser es cajero o
depositario, pero nunca labrador.
La insistencia en la invitación a permanecer
en Jesús, en la cepa, tiene su razón de ser en la tendencia poco menos que
innata a concebir y vivir el hecho religioso al modo fariseo. La preocupación
de Jesús en la cena de Pascua es que al faltar él sus discípulos lleguen a ser
víctimas inconscientes de esa tendencia. Finalizado el comentario te invito a
que vuelvas a leer el texto de Juan.
A. BENITO - DABAR 1988/27
2.- Observación preliminar. -Debido, sin
duda, a un error de imprenta, el v.3 está incompleto en la traducción
litúrgica, Léase como sigue: "Todo sarmiento mío que no da fruto lo corta;
los que dan fruto los limpia para que den más".
Los versículos de hoy tiene que ver con el
dinamismo interno de la comunidad cristiana, al que hace referencia la primera
lectura; desarrollarán una dimensión fundamental de ese dinamismo: las
relaciones Dios Padre-Jesús-cristianos.
La alegoría de la vid y los sarmientos está
introducida por una referencia importante: el Padre. El es el labrador solícito
que cuida de la vid. No es éste, sin embargo, el aspecto que desarrollarán los
versículos de hoy. A partir del v. 3 el centro de atención pasa de la relación
labrador-vid a la relación vid-sarmientos.
¿Cómo se entra en esta relación? No por un
procedimiento oscurantista y mágico, sino por la palabra de Jesús.
Hablando con propiedad, no se es cristiano,
sino que se hace uno cristiano. El cristianismo no es el orden del ser, sino
del hacerse. A la manera como se hacen las personas: por la comunicación
sincera en la palabra. Esta comunicación crea en los interlocutores una
situación abierta, diáfana, limpia, en terminología de Juan: vosotros estáis
limpios por las palabras que os he hablado (la traducción no es muy
afortunada). La palabra de Jesús crea esta situación de diafanidad, de
limpieza.
(Evítese, pues, emplear aquí el término en
sentido ético.) Los versículos de hoy no son más que una invitación en esta
interrelación personal con Jesús. Una invitación machacona, insistente, en
formulaciones positivas y negativas. Es un procedimiento literario para
decirnos que se trata de algo esencial. Sin esta interrelación no hay ni
cristiano, ni fruto.
DABAR 1976/31
3.- Lo mismo que el pasado domingo en el
evangelio del Buen Pastor, nos sorprende ahora la afirmación absoluta de Jesús:
"Yo soy la verdadera vid". No dice que fue o que será, pues él es ya
la verdadera vid, la que da el fruto. Tales afirmaciones deben escucharse desde
la experiencia pascual y con la fe en la resurrección del Señor. Jesús vive y
es para todos los creyentes el único autor de la vida y el principio de su
organización. De él salta la savia, y él es el que mantiene unidos a los
sarmientos en vistas a una misma función: "dar fruto". Jesús es la
cepa, la raíz y el fundamento a partir del cual se extiende la verdadera
"viña del Señor".
Entre los sarmientos y la vid hay una
comunión de vida con tal de que aquéllos permanezcan unidos a la vid. Si es
así, también los sarmientos se alimentan y crecen con la misma savia. Jesús ha
prometido estar con nosotros hasta el fin del mundo, y lo estará si le somos
fieles. El no abandona a los que no le abandonan.
"Dar fruto" es una expresión
frecuentemente minimizada por los escritores de la vida espiritual, que la
entienden muchas veces en el sentido de hacer buenas obras y alcanzar así la
salvación del alma. Pero en el evangelio de Juan, "dar fruto"
significa llevar a la madurez la misión de Cristo, esto es, llegar a la cosecha
del reinado de Dios para que se manifieste lo que ha sido sembrado en la muerte
de Cristo: la salvación del mundo, que es la gloria y la alegría del Padre (el
"labrador"). En este mismo sentido dice Jesús que "el grano de
trigo que cae en tierra y muere da mucho fruto" (Jn 12, 24). Y él es ese
grano de trigo, él y su palabra. Los que reciben a Cristo y su palabra, los que
permanecen en él y cumplen lo que él dice, los que mueren con él para que el
mundo viva, dando mucho fruto. Y éste es el fruto que permanece (Jn 15,16). En
este fruto, en esta cosecha, está empeñada la iglesia. Para llevar adelante su
empeño debe continuar unida al Señor, dejando que sea el Señor el que inspire
toda su organización y le infunda la vida.
EUCARISTÍA 1988/22
4.- FRUTO/A:
La fidelidad que Yahvé esperaba del pueblo
elegido la encuentra, por fin, en Jesús, la verdadera vid. Hace su aparición
una nueva alianza, ya que la fidelidad de Jesús, que se traduce en obediencia
hasta la cruz, no ha sido engendrada por los recursos del hombre; es la
fidelidad del Hijo eterno puesta al alcance del hombre.
La vid de la Nueva Alianza produce un fruto
abundante que se llama amor; un amor a los hombres idéntico al que el Padre
siente por ellos; un amor "podado", pues ha tenido que ser purificado
del egoísmo; un amor cuya posesión sólo puede lograrse participando del amor de
Cristo, representado en la Iglesia.
En la realidad del vino eucarístico se dan
cita, a la vez, el amor de Dios, que amó tanto a los hombres que les entregó su
Hijo, y la fidelidad humana de Jesús, "limpio" de todo egoísmo.
MAERTENS-FRISQUE - NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA
CRISTIANA IV - MAROVA MADRID 1969.Pág. 161
Del vino ya ha hablado el autor al comienzo
de su obra, allá en Caná de Galilea (/Jn/02/01-10). En aquella ocasión el buen
vino de Jesús venía a remediar una carencia que el agua era incapaz de
remediar. ¡Qué coincidencia! Las tinajas de agua estaban dispuestas para las
purificaciones, para la limpieza religiosa.
En el texto de hoy también se habla de
limpieza, de purificación. "Vosotros ya estáis limpios". Vosotros no
formáis parte del limpio mundo de la Ley; no, vosotros no sois productores de
agua; vosotros sois productores de vino. ¡El vino que alegra a dioses y a
hombres! ¡Qué fantástico este Dios de Jesús! "Mi Padre es el
labrador". ¡Viticultor! ¡Qué maravilloso Dios! Prefiere la cepa a la
tinaja de agua. Y es que el agua aquella apenas si limpiaba.
D/VITICULTOR: La Ley apenas si os sacará de inválidos
(cfr. /Jn/05/01-05). Por eso, quedaos conmigo, "permaneced en mi". No
os paséis a la fiesta del agua: es una fiesta deprimente, donde todos los
participantes son inválidos, incapaces de autonomía, necesitados de un permiso
para comerse un cabrito. ¡Sed vino! "Así seréis discípulos míos. Y mi
Padre recibe gloria". Como viticultor que es, el vino es lo único que le
compensa de sus fatigas. ¡Sed vino! ¡No seáis agua! ¡No seáis Ley! Como agua no
se vale nada. ¿Cómo va a estar alegre mi Padre con el agua? ¡Devolvedle su
sonrisa al rostro del viejo Dios!
DABAR 1982/28
6.- La viña y la vid es una imagen
ampliamente utilizada en el A. T. para referirse a Israel como pueblo de Dios,
y es recogida también por el N. T. Pero ahora la vid no se refiere al pueblo de
Israel en tanto que perteneciente a Dios, sino que se aplica directamente al
propio Jesús.
"Yo soy la verdadera vid". Como
hijo de Dios, Jesús se designa a sí mismo, como la vid, en el sentido de que
solamente él -como Hijo de Dios- puede ser la vid. Jesús se pone en el lugar
que hasta ahora solía ocupar el pueblo de Israel.
La afirmación de Jesús se contrapone a los
textos del A.T. Él es la vid verdadera, el verdadero pueblo de Dios, formado
por la vid con sus sarmientos. No hay más pueblo de Dios que el que se
construya a partir de Jesús.
Él ha sido designado como la luz verdadera,
que sustituye a la Ley (8, 12).
El verdadero pan del cielo, en contraposición
al maná (6, 32).
Ahora se define como el verdadero pueblo de
Dios que sustituye a Israel.
Como en el A.T. es Dios, el Padre de Jesús,
quien ha plantado esta viña. Él la cuida, demostrándole su amor.
Según el relato del historiador judío Flavio
Josefo, había en Jerusalén, sobre la puerta del Templo una vid de oro con
sarmientos colgantes. Con Jesús ha llegado el fin del culto del templo judío y
el fin de la comunidad que da culto en ese templo.
Jesús es la vid verdadera en el sentido de que
es él quien da la auténtica vida, la que proviene de Dios, la que encuentra su
fuente en el Padre.
"A todo sarmiento mío que no da fruto lo
arranca".
Jesús vive y es para todos los creyentes el
único autor de la vida y el principio de su organización. De él procede la
savia y él es el que mantiene unidos a los sarmientos en vistas a una misma
función: dar fruto. Jesús es la cepa, la raíz y el fundamento a partir del cual
pueden vivir y obrar los sarmientos.
Entre los sarmientos y la vid hay una
comunión de vida con tal de que aquellos permanezcan unidos a la vid. Y ésta es
la condición para que el sarmiento dé fruto. "Dar fruto " es una
expresión frecuentemente minimizada por los escritores de la vida espiritual
que la entienden muchas veces en el sentido de hacer buenas obras y alcanzar
así la salvación del alma.
El fruto es el efecto de la muerte del grano
del trigo, es decir, es la expresión del amor sin medida.
El fruto es la realidad del hombre nuevo, es
el hombre que ya no existe para sí, que se esfuerza por morir a su egoísmo y a
vivir para Dios y para los demás.
El sarmiento que no da fruto es aquel que
pertenece a la comunidad, pero no responde al Espíritu de Jesús, el que come el
pan, pero no se asimila a Jesús. Es el sarmiento que no responde a la vida que
se le comunica.
El Padre, que cuida de su viña, lo corta; es
un sarmiento bastardo, que no pertenece a esa vid.
"Y a todo el que da fruto lo poda, para
que dé más fruto".
Quien practica el amor, tiene que seguir un
proceso ascendente, un desarrollo, que es posible mediante esta poda que el
Padre hace. Es la limpieza que el Padre hace del corazón del discípulo de
Cristo, eliminando cada vez más los factores de muerte, haciendo que el
sarmiento-discípulo sea cada vez más auténtico, más libre para amar, menos
esclavo de sí mismo, con mayor capacidad de entrega y por tanto de eficacia.
"Vosotros ya estáis limpios por las
palabras que os he hablado".
Hay dos limpiezas; una inicial y otra de
crecimiento.
La primera se realiza cuando el cristiano se
inserta en la vid separándose del orden injusto, i. e. cuando el hombre se
adhiere a Jesús y renuncia al mundo, lo cual requiere la decisión de poner en
práctica el mensaje de Jesús. Los discípulos ya han hecho esta elección, por
eso ya están limpios.
La segunda limpieza es necesaria para el
crecimiento de la vida cristiana, es esa poda, de la que acabo de hablar.
"Permaneced en mí y yo en vosotros, como el sarmiento no puede dar fruto
por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en
mí".
Esta fórmula "permaneced en mí y yo en
vosotros", muy típica de este evangelista, define la relación del
discípulo con Jesús como una reciprocidad personal. Y esa relación personal con
Jesús es la condición indispensable para dar fruto. Una unión con Jesús que no
es algo automático ni ritual: pide la decisión del hombre, y a la iniciativa
del discípulo responde la fidelidad de Jesús "y yo permaneceré en
vosotros". Esta unión mutua entre Jesús y los discípulos será la condición
para la existencia de la comunidad, para su vida y para el fruto que debe
producir.
El sarmiento no tiene vida propia, y por
tanto, no puede dar fruto de por sí, necesita la savia, es decir, el Espíritu
comunicado por Jesús.
El que vive unido a Cristo capta, por la
plegaria, cuál es el plan de Dios y es movido a realizarlo; da fruto abundante.
La gloria del padre se ha manifestado
plenamente en Jesús, que conocía su voluntad y la realizó, y ahora debe
manifestarse en los discípulos de Cristo, que, unidos a El, son capaces de dar fruto.
7.- J/PLENITUD-H:
"Sin mí nada podéis hacer".
Jesús es la fuerza del hombre, no sólo para
ser cristiano sino para ser plenamente hombre.
Jesús es la humanidad auténtica. Pilato:
"He ahí al Hombre". Es la verdad del hombre. Es la revelación de lo
que el hombre tiene que llegar a ser y cómo tiene que alcanzarlo. Por eso Jesús
es meta y camino del hombre. "Yo soy el camino, la verdad y la vida"
(/Jn/14/06).
Nuestro ser más auténticamente humano no lo
descubrimos a base de filosofías ni de razonamientos, no lo descubrimos a base
de especulaciones o de un concepto universal aristotélico, sino en la
contemplación de Jesús. Por eso el cristianismo es distinto de toda religión y
de todo humanismo. Es distinto de toda religión, porque lo que está en su centro
no es Dios, sino el hombre. Y es distinto de todo humanismo porque la razón de
esa centralidad del hombre no radica en el hombre mismo, sino sólo en Dios.
Por eso, ir hacia Cristo es también ir hacia
nosotros mismos. Todo proceso de cristianización es al mismo tiempo un proceso
hominizador. Y cuando llegue la manifestación gloriosa de Jesús se revelará
también la plenitud del hombre.: "hasta que lleguemos todos al
conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la madurez
de la plenitud de Cristo". Efesios.
8.-
ACI DIGITAL 2003
2. Lo limpia: He aquí encerrado todo el
misterio de Job y el problema de la tentación y del dolor. Recordémoslo para
saber y creer, con la firmeza de una roca, que con cada prueba, siempre
pasajera, nos está preparando nuestro Padre un bien mucho mayor. Es lo que la
simple experiencia popular ha expresado en el hermoso aforismo: "No hay
mal que por bien no venga".
3. "Esta idea de que la fe en la Palabra
de Jesús hace limpio, es expresada aún más claramente por S. Pedro al hablar de
los gentiles que creyeron: "por su fe Dios purificó sus corazones"
(Hch. 15, 9)". P. Joüon. Limpios significa aquí lo mismo que
"podados"; por donde vemos que el que cultiva con amor la Palabra de
Dios, puede librarse también de la poda de la tribulación (v. 2).
4. Nosotros (los sarmientos) necesitamos
estar unidos a Cristo (la vid) por medio de la gracia (la savia de la vid),
para poder obrar santamente, puesto que sólo la gracia da a nuestras obras un
valor sobrenatural. Véase II Cor. 3, 5; Gál. 2, 16 ss. "La gracia y la
gloria proceden de Su inexhausta plenitud. Todos los miembros de su Cuerpo
místico, y sobre todo los más importantes, reciben del Salvador dones
constantes de consejo, fortaleza, temor y piedad, a fin de que todo el cuerpo
aumente cada día más en integridad y en santidad de vida" (Pío XII, Enc.
del Cuerpo Místico). Cf. I Cor. 12, 1 ss.; Ef. 4, 7 ss.
5. No podéis hacer nada: A explicar este gran
misterio dedica especialmente S. Pablo su admirable Epístola a los Gálatas, a
quienes llama "insensatos" (Gál. 3, 1) porque querían, como
judaizantes salvarse por el solo cumplimiento de la Ley, sin aplicarse los
méritos del Redentor mediante la fe en El (cf. el discurso de Pablo a Pedro en
Gál. 2, 11 - 21). La Alianza a base de la Ley dada a Moisés no podía salvar.
Sólo podía hacerlo la Promesa del Mesías hecha a Abrahán; pues el hombre que se
somete a la Ley, queda obligado a cumplir toda la Ley, y como nadie es capaz de
hacerlo, perece. En cambio Cristo vino para salvar gratuitamente, por la
donación de sus propios méritos, que se aplican a los que creen en esa
Redención gratuita, lo cuales reciben, mediante esa fe (Ef. 2, 8 s.), el
Espíritu Santo, que es el Espíritu del mismo Jesús (Gál. 4, 6), y nos hace
hijos del Padre como El (Juan 1, 12), prodigándonos su gracia y sus dones que
nos capacitan para cumplir el Evangelio, y derramando en nuestros corazones la
caridad (Rom. 5, 5), que es la plenitud de esa Ley (Rom. 13, 10; Gál. 5, 14).
6. Triste es para el orgullo convencerse de
que no somos ni podemos ser por nosotros mismos más que sarmientos secos. Pero
el conocimiento de esta verdad es condición previa para toda auténtica vida
espiritual (cf. 2, 24 y nota: "Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque a
todos los conocía" Lección fundamental de doctrina y de vida. Cuando aun
no estamos familiarizados con el lenguaje del divino Maestro y de la Biblia en
general, sorprende hallar constantemente cierto pesimismo, que parece excesivo,
sobre la maldad del hombre. Porque pensamos que han de ser muy raras las
personas que obran por amor al mal. Nuestra sorpresa viene de ignorar el
inmenso alcance que tiene el primero de los dogmas bíblicos: el pecado
original. La Iglesia lo ha definido en términos clarísimos (Denz. 174 - 200).
Nuestra formación, con mezcla de humanismo orgulloso y de sentimentalismo
materialista, nos lleva a confundir el orden natural con el sobrenatural, y a
pensar que es caritativo creer en la bondad del hombre, siendo así que en tal
creencia consiste la herejía pelagiana, que es la misma de Jean Jacques
Rousseau, origen de tantos males contemporáneos. No es que el hombre se levante
cada día pensando en hacer el mal por puro gusto. Es que el hombre, no sólo
está naturalmente entregado a su propia inclinación depravada (que no se borró
con el Bautismo), sino que está rodeado por el mundo enemigo del Evangelio, y
expuesto además a la influencia del Maligno, que lo engaña y le mueve al mal
con apariencia de bien. Es el "misterio de la iniquidad", que S.
Pablo explica en II Tes. 2, 6. De ahí que todos necesitemos nacer de nuevo (3,
3 ss.) y renovarnos constantemente en el espíritu por el contacto con la divina
Persona del único Salvador, Jesús, mediante el don que El nos hace de su
Palabra y de su Cuerpo y su Sangre redentora. De ahí la necesidad constante de
vigilar y orar para no entrar en tentación, pues apenas entrados, somos
vencidos. Jesús nos da así una lección de inmenso valor para el saludable
conocimiento y desconfianza de nosotros mismos y de los demás, y muestra los
abismos de la humana ceguera e iniquidad, que son enigmas impenetrables para
pensadores y sociólogos de nuestros días y que en el Evangelio están explicados
con claridad transparente. Al que ha entendido esto, la humildad se le hace
luminosa, deseable y fácil. Véase el Magníficat (Lc. 1, 46 ss.) y el S. 50). De
aquí deducía un ilustre prelado americano que la bondad no consiste en ser
bueno, pues esto es imposible porque "separados de Mí no podéis hacer
nada". La bondad consiste en confesarse impotente y buscar a Jesús, para
que de El nos venga la capacidad de cumplir la voluntad del Padre como Él lo
hizo.
7. Esto es lo que S. Agustín expresa diciendo
"ama y haz lo que quieras". Porque el que ama sabe que no hay más
bien que ese de poseer la amistad del amado, en lo cual consiste el gozo
colmado (I Juan 1, 3 - 4); y entonces no querrá pedir sino ese bien superior,
que es el amor, o sea el Espíritu Santo, que es lo que el Padre está deseando
darnos, puesto que El nos ama infinitamente más que nosotros a Él. Cf. Lc. 11,
13; I Juan 5, 14 s.
8. El futuro seréis (genésesthe) según Merk
está mejor atestiguado que el subjuntivo seáis. Así también Pirot y otros
modernos. El sentido, sin embargo, no fluye con claridad, por lo cual cabe más
bien, con la puntuación correspondiente, referir la glorificación del Padre a
lo dicho en el v. 7, sentido por cierto bellísimo y que coincide exactamente
con 14, 13 y con 17, 2, donde se ve que el Corazón paternal de Dios es
glorificado en que nosotros recibamos beneficios de nuestro Hermano Mayor. En
tal caso este final queda como una señal que nos da Jesús en pleno acuerdo con
el contexto: que (hina con optativo) vuestro sarmiento fructifique mucho y
entonces sabréis que está unido a la Vid, es decir, que sois realmente mis discípulos,
así como por los frutos se conoce el árbol (Mat. 12, 33; Lc. 6, 43 ss.). El
caso inverso se ve en Mat. 7, 15: "Guardaos de los falsos profetas, los
cuales vienen a vosotros disfrazados de ovejas, más por dentro son lobos
rapaces".
PROPUESTA DE CANTOS DE V DE PASCUA -
CICLO B - (28 DE ABRIL 2024)
01.-. SALMO 97: ALELUYA, EL SEÑOR ES NUESTRO REY (Miguel Manzano)
¡ALELUYA, ALELUYA!
EL SEÑOR ES NUESTRO REY.
¡ALELUYA, ALELUYA!
EL SEÑOR ES NUESTRO REY.
1.- Cantad al Señor un cántico nuevo
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su Santo brazo.
2.- El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel.
3.- Los
confines de la Tierra han contemplado
la victoria
de nuestro Dios.
Aclamad al
Señor, tierra entera:
gritad,
vitoread, tocad.
4.-Tocad la cítara para el Señor,
suenen los
instrumentos;
con clarines
y al son de trompetas
aclamad al
Rey y Señor.
5.- Retumbe
el mar y cuanto contiene,
la Tierra y
cuantos la habitan;
aplaudan los
ríos,
aclamen los
montes,
al Señor que llega
para regir la Tierra.
02.- CON ALEGRIA EN EL CORAZON (Joaquín Madurga)
CON ALEGRÍA EN EL CORAZÓN
QUEREMOS CANTARTE, SEÑOR.
CON ESPERANZA, CON FE Y CON AMOR
QUEREMOS LLEGAR A TU MESA, SEÑOR.
1.- Con
alegría de amistad
compartida en una comida;
con esperanza de escuchar
tu Palabra, que da la vida.
2.- Con
alegría de fiesta
de hermanos en la Eucaristía;
con la fe y el amor que exige
juntarnos en tu comida.
3.- Con
alegría los primeros cristianos
su amor compartían;
con esperanza seguiremos
sus huellas y ejemplo de vida.
03.- CANTAD AL SEÑOR UN CANTICO NUEVO (Joaquín Madurga)
CANTAD AL SEÑOR UN CANTICO NUEVO,
PORQUE HA HECHO MARAVILLAS.
CANTAD AL SEÑOR UN CANTICO NUEVO,
PORQUE HA HECHO
MARAVILLAS.
Las naciones han sabido su justicia,
el ha dado a conocer su salvación,
se acordó de su amor y lealtad
Al tratar a su pueblo.
Los confines de la tierra hoy le aclaman:
canta el mar y los ríos con sus aguas
Y los montes gritan su gozo
Alabando la grandeza del Señor.
Alabad al Señor con vuestra música,
Con la citara t el arpa solmodiad,
Que resuene el clamor de las trompetas
En honor del Señor y nuestro Dios.
04.- ESTE PAN (Alfonso Luna)
1.- Este pan y este vino te ofrecemos hoy
este pan y este cáliz te ofrecemos hoy.
Es el fruto de nuestro trabajo, Señor
y es el fruto de nuestra unión.
BENDITO SEAS POR SIEMPRE SEÑOR
BENDITO SEAS POR SIEMPRE SEÑOR
2.- Estas manos y estos dones te ofrecemos hoy
nuestras vidas y estas flores te ofrecemos hoy.
Es el fruto de nuestro trabajo, Señor
y es el fruto de nuestra unión.
BENDITO SEAS POR SIEMPRE SEÑOR
BENDITO SEAS POR SIEMPRE SEÑOR
POR SIEMPRE, POR SIEMPRE.
05.- ACEPTA SEÑOR EL VINO Y EL PAN (Joaquín Madurga)
ACEPTA SEÑOR EL VINO Y EL PAN
CON ELLOS TRAEMOS TU OFRENDA A TU ALTAR
1.- Sobre tu
altar Señor va nuestra ofrenda
el abrazo sincero al hermano
perdonándonos nuestras ofensas.
2- Sobre el Altar, Señor, va nuestra ofrenda:
trabajar por un mundo más justo de igualdad
y concordia fraterna.
3.- Sobre el Altar, Señor, va nuestra ofrenda:
convertir nuestra vida pasada
al mensaje de tu Buena Nueva.
06.- LA VID Y LOS SARMIENTOS (Brotes de Olivo)
YO SOY LA VID VERDADERA, SOY VIÑADOR;
A QUIENES VIVEN CONMIGO, LES TENGO AMOR.
EL SARMIENTO DA FRUTO UNIDO A LA VID;
SI TÚ VIVES CONMIGO, YO VIVIRÉ EN TI. (BIS)
Si te vas de mí, nada haré por ti,
al vivir en mí, yo seré de ti.
Como el Padre me ama, os amo yo;
si guardas mis mandamientos, vives mi amor.
Como guardo el mandato que a mí se me dio;
permanezco en el Padre, yo vivo en su amor. (BIS)
Tú serás feliz al vivir en mí,
tú tendrás mi amor al vivir en Dios.
07.- CREEMOS EN EL AMOR (Emilio Vicente Mateu)
DO
SOL7 DO-DO7
Hemos conocido el amor,
FA REm
SOL7 DO7
hemos puesto en El nuestro ideal,
FA REm DO
y sabemos que al unirnos en el nombre del Señor,
FA SOL MIm
DO
dando fuerza a nuestra vida Dios está.
DO FA
1.- Cristo
nos convoca para ser con El
FAm SIb DO7
signo de esperanza, signo de unidad.
FA MIm7 FA
DO
Para hacer presente el amanecer
LAm RE7 SOL7
de una nueva vida que comienza ya.
2.- Juntos proclamamos el amor de Dios,
juntos compartimos nuestro mismo pan.
Siempre unidos como cuerpo del Señor.
Juntos en la lucha, juntos al rezar.
3.- Hemos
descubierto que la vida es
sólo una mentira si el amor no está,
porque en el amor está viviendo Dios,
como fuente eterna de felicidad.
08.- YO SOY EL PAN DE VIDA
SOL SIm
1.- Yo soy el Pan de vida,
DO RE
el que viene a Mí no tendrá hambre,
SOL SIm DO
el que cree en Mí no tendrá sed.
SOL MIm LAm RE7
Nadie viene a Mí si mi Padre no lo atrae.
RE7 SOL RE MIm DO RE
RE7
Yo lo resucitaré, yo lo resu-citaré,
SOL
SOL7 DO DOm RE4 RE7
SOL
yo lo resu-citaré
en el dí--a final.
2.- El pan que yo daré es mi Cuerpo,
vida para el mundo.
El que siempre coma de mi carne
vivirá en Mí como yo vivo en mi Padre.
3.- Yo soy esa bebida
que se prueba y no se siente sed.
El que siempre beba de mi sangre
vivirá en Mí y tendrá la vida eterna.
4.- Sí, mi Señor, yo creo
que has venido al mundo a redimirnos,
que Tú eres el Hijo de Dios
y que estás aquí, alentando nuestras vidas.
09.- ACOMPAÑAME MARIA
ACOMPÁÑAME MARÍA, EN MI LARGO CAMINAR,
ACOMPÁÑAME MAMITA CUANDO YA NO PUEDA MÁS. (BIS)
Tu hijo es mi vida, la razón de mí existir,
caminando contigo tengo fuerzas de seguir.
Eres cuanto respiro, la razón de mí vivir,
no me dejes Madre mía no podría resistir.
Eres música en mi alma, el sello en mi corazón,
te refugio en mis sentidos, amor de mi amor.
Mi corazón ya no está triste, mi alma sedienta
está,
Madre mía cuanto te amo, dime como amarle más.
10.- SANTA MARIA DEL CAMINO (Juan A. Espinoza)
Do Fa Do
1.- Mientras
recorres la vida,
Sol7 Do Do7
tú nunca solo estas,
Fa Do Lam
contigo por el camino,
Rem Sol7 Do Do7
Santa María va.
Fa Do Lam
VEN CON NOSOTROS A CAMINAR
Rem Sol7 Do Do7
SANTA MARÍA VEN.
Fa Do Lam
VEN CON NOSOTROS A CAMINAR
Rem Sol7 Do
SANTA MARÍA VEN.
2.- Aunque
te digan algunos
que nada puede cambiar,
lucha por un mundo nuevo,
lucha por la verdad.
3.- Si por
el mundo los hombres
sin conocerse van,
no niegues nunca tu mano
al que contigo esta.
4.- Aunque
parezcan tus pasos
inútil caminar,
tú vas haciendo caminos,
otros los seguirán