HECHOS DE CONVERSIÓN
COMENTARIO
En este tercer domingo de Adviento, vuelve a aparecer ante
nuestros ojos la figura de, Juan bautista quien lanza una dura llamada a la
conversión, muy dentro del estilo profético del Antiguo Testamento: “¡Raza de
víboras! ¡Den el fruto que corresponde al arrepentimiento!” (Lc 3, 7). La gente
reaccionó enseguida diciendo: “¿Qué tenemos que hacer?”. Esta es la lección preciosa
de este pasaje: no dejar nunca en el vacío el impulso de la conversión. No
existe la conversión, existen hechos que demuestran que uno quiere convertirse
y que concretan de forma inmediata el arrepentimiento del corazón: “¿Qué hay
que hacer?”. Al meditar a Marcos, vimos lo mucho que hay de decepcionante en
nuestras “conversiones”. Nos exalta el sentimiento de una transformación
maravillosa: “Ahora, ya está, mi vida cambiará”. Creemos que es el momento de
la gran marcha hacia el ideal, hacia la santidad. Pero casi siempre volvemos a
caer en la trampa, nos quedamos unos días (¡muy pocos!) en el fervor del
“sentimiento” sin explotar demasiado aprisa esa gracia de conversión y la
exaltación se viene abajo y la vida sigue como antes.
Como tantas veces lo hemos
experimentado hay allí una frontera difícil de franquear: pasar del sentimiento
a los hechos. Para ponernos así inmediatamente en camino, la primera meditación
sobre la conversión acentuaba la importancia de la fe y de la oración. No
presumir, no contar únicamente con nuestras fuerzas, pedir la ayuda de Dios.
Esta vez ponemos el acento en
nuestra audacia: ¡Tenemos que creer también en nosotros! Y por tanto
movilizarnos enseguida en un “¿qué hacer?”. Modesto pero decidido, fijándonos
en lo más cotidiano de nuestra vida. Los consejos de Juan Bautista pueden
parecernos muy alejados de nuestros problemas, pero observemos que llama a la
caridad, a la justicia y a la no-violencia. Algunos impulsos de conversión nos
llevarían más bien a una mayor oración, o al culto, o a esforzarnos en cambiar
de carácter (“seré más amable con X” ...). Bien, pero miremos un poco mejor a
nuestro alrededor. ¿Cómo lograremos compartir? “El que tenga dos túnicas, que
las reparta con el que no tiene”. Esto es más modesto... y más eficaz que el
sueño heroico de dar diez túnicas, que seguirá siendo un sueño y que se añadirá
a tantas conversiones abortadas, que sólo dejan cierto sabor a cenizas.
“No exijan más de lo
establecido” les dice Juan Bautista a los recaudadores. ¡Qué examen tan
concreto de nuestro comportamiento en el trabajo, en el comercio, en los
tratos! “No hagan violencia a nadie”. Aunque no seamos soldados ni policías,
quizás seamos duros con nuestros hijos, con los empleados, con los miembros de
una comunidad de la que somos responsables. Hay muchas maneras de violentar, de
jugar a ser tiranos. Cuando más nos esforcemos en ser lúcidos en este terreno
tan delicado, más pasará nuestra conversión del sueño a la realidad.
Y lo que nos dijo Juan
Bautista, nos toca a nosotros averiguarlo, siguiendo en esta línea de realismo.
¿Qué hay que hacer? ¡Algo!
R.P. Roland
Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Flp 4, 4-5
Alégrense
siempre en el Señor; se lo repito, alégrense. El Señor está cerca.
ORACION COLECTA
Oh, Dios, que contemplas cómo tu pueblo espera con fidelidad la fiesta
del nacimiento del Señor, concédenos llegar a la alegría de tan gran
acontecimiento de salvación y celebrarlo siempre con solemnidad y júbilo
desbordante. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la profecía de Sofonías 3, 14-18a
Regocíjate, hija de Sion; grita de júbilo,
Israel; alégrate y gózate de todo corazón, Jerusalén. El Señor ha retirado la
sentencia contra ti, ha expulsado a tus enemigos. El Señor será el rey de
Israel, en medio de ti, y ya no temerás. Aquel día dirán a Jerusalén: «No
temas, Sion, no desfallezcan tus manos. El Señor, tu Dios, en medio de ti, es
un guerrero que salva. Él se goza y se complace en ti, te ama y se alegra con
júbilo como en día de fiesta».
SALMO
RESPONSORIAL (Is 12)
Griten jubilosos: «Qué grande es en medio de
ti el Santo de Israel».
El Señor es mi Dios y salvador: confiaré y no
temeré, porque mi fuerza y mi poder es el Señor, Él fue mi salvación. Y sacarán
aguas con gozo de las fuentes de la salvación. R.
Den gracias al Señor, invoquen su nombre,
cuenten a los pueblos sus hazañas, proclamen que su nombre es excelso. R.
Canten para el Señor, que hizo maravillas,
anúncienlas a toda la tierra; griten jubilosos, habitantes de Sion: «Qué grande
es en medio de ti el Santo de Israel». R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los
Filipenses 4, 4-7
Hermanos: Estén siempre alegres en
el Señor; se lo repito, estén alegres. Que todo el mundo los conozca a ustedes
por su bondad. El Señor está cerca. Que nada los preocupe; al contrario, en
toda ocasión presenten sus peticiones a Dios, orando, suplicando y dando
gracias. Entonces la paz de Dios, que supera todo lo que podemos pensar,
custodiará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO Lc 4, 18
Aleluya. El Espíritu del Señor
está sobre mí; me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo
Evangelio según san Lucas 3, 10-18
En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan:
«Entonces, ¿qué hacemos?». Él les contestó: «El que tenga dos túnicas, dé una
al que no tiene; y el que tenga comida haga lo mismo». Vinieron también a
bautizarse unos publicanos y le preguntaron: «Maestro, ¿qué hacemos nosotros?».
Él les respondió: «No exijan más de lo establecido». A su vez algunos soldados
le preguntaron: «Y nosotros, ¿qué debemos hacer?». Juan les respondió: «A nadie
extorsionen ni denuncien falsamente y conténtense con su sueldo». Como el
pueblo estaba a la expectativa, y todos se preguntaban si Juan no sería el
Mesías, él tomó la palabra y dijo a todos: «Yo los bautizo con agua; pero viene
uno que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él
los bautizará con Espíritu Santo y fuego; tiene en la mano la horquilla para
separar el trigo de la paja y recoger el trigo en su granero y quemar la paja
en una hoguera que no se apaga». Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al
pueblo y le anunciaba el Evangelio.
PLEGARIA
UNIVERSAL
Confortados por el
anuncio de la venida del Señor, oremos, hermanos, mientras esperamos
confiadamente nuestra total liberación:
1.- Para que Dios visite a
la santa Iglesia con su venida y la gobierne con su asistencia. Roguemos
al Señor.
2.- Para que, con la
tutela divina, nuestros tiempos sean tranquilos y nuestra vida feliz. Roguemos
al Señor.
3.- Para que el Señor, con
su venida, cure los dolores de los enfermos, dé paz y alegría a los que no la
tienen y libre al mundo de todos los males. Roguemos al Señor.
4.- Para que quienes ahora
recordamos la primera venida del Señor en la carne, merezcamos participar
también en su gloriosa aparición al final de los tiempos. Roguemos al Señor.
Señor, Dios Padre
todopoderoso, haz que avanzando por las sendas de tus mandatos anunciemos a
todos los hombres la alegre noticia de la venida de tu Hijo. Él, que vive y
reina por los siglos de los siglos.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Haz, Señor, que te
ofrezcamos siempre este sacrificio como expresión de nuestra propia entrega,
para que se realice el santo sacramento que tú instituiste y se lleve a cabo en
nosotros eficazmente la obra de tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Is
35, 4
Digan
a los cobardes de corazón: sean fuertes, no teman. He aquí nuestro Dios que
viene y nos salvará.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Imploramos tu misericordia, Señor, para que
este divino alimento que hemos recibido nos purifique del pecado y nos prepare
a las fiestas que se acercan. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 16: Nm 24, 2-7.15-17ª; Sal 24, 4-5ab.6-7bc.8-9;
Mt 21, 23-27
Martes 17: Gn 49, 1-2.8-10; Sal 71, 1-2.3-4ab.7-8.17;
Mt 1, 1-17.
Miércoles 18: Jr 23, 5-8; Sal 71, 1-2. 12-13. 18-19; Mt 1,
18-24
Jueves 19: Jc 13, 2-7.24-25ª; Sal 70, 3-4ª. 5-6ab.16-17;
Lc 1, 5-25
Viernes 20: Is 7, 10-14; Sal 23, 1-2. 3-4ab.5-6; Lc 1,
26-38
Sábado 21: Ct 2, 8-14 (o bien Sof 3, 14-18ª); Sal 32,
2-3. 11-12.20-21; Lc 1, 39-45
Domingo 22: Mi 5, 1-4ª; Sal 79; Hb 10, 5-10; Lc 1,
39-45
COMENTARIOS AL
EVANGELIO
Lc 3, 10-18
1.- * Texto. El domingo pasado Lucas nos
situaba ante Juan, un profeta con proyección universal. Caracterizaba su
actividad como proclamación de un bautismo de conversión para el perdón de los
pecados. En la primera parte del texto de hoy Lucas ejemplifica de una manera
concreta la clase de reforma de vida exigida por Juan. Lo hace sirviéndose de
la pregunta "que tenemos que hacer", que a modo de estribillo
articula toda la primera parte. La pregunta la formulan la multitud anónima,
unos publicanos y unos militares.
Por publicanos se
entiende los encargados de la recaudación tributaria. Se trataba por lo general
de judíos al servicio de Roma, potencia ocupante. Como había que pagar por
anticipado la cantidad estipulada por Roma, eso llevaba a los recaudadores a
resarcirse no sólo de la cantidad ya depositada, sino también de los gastos
causados en el desempeño de la función, más los intereses. Todo esto hacía que
el sistema de recaudación de tributos estuviera abierto a toda clase de abusos.
La profesión de recaudador de tributos era generalmente considerada como una
actividad más bien infamante y poco escrupulosa. Por militares no se entiende
miembros de las tropas romanas de ocupación, sino judíos enrolados al servicio
de Herodes Antipas.
A la multitud anónima el profeta le pide la
distribución compartida de los recursos fundamentales para cubrir las
necesidades primarias de la existencia, alimento y vestido (v. 11). A los
recaudadores les pide que cobren exactamente los tributos establecidos y sus legítimas
comisiones personales, sin caer en la tentación de la avaricia o de la
extorsión (v. 13). A los militares les pide la abolición del chantaje y de
cualquier medida intimidatoria (v. 14).
La segunda parte del texto la forman los v.
15-17, completados con un pequeño comentario del autor en el v. 18. En esta
parte sintetiza Lucas la relación de inferioridad de Juan respecto al Mesías.
Esta inferioridad está formulada por medio de tres tipos de imágenes: rituales,
jurídicas y apocalípticas. El conjunto de estas imágenes le sirve a Lucas para
caracterizar al Mesías como el más fuerte.
La imagen jurídica es la expresión "desatar la correa de las sandalias".
En el Antiguo Testamento este acto simboliza la privación de un derecho en
beneficio del desatante. La imagen no proviene, pues, del mundo de los
esclavos. Frente al Mesías, Juan se declara sencillamente sin derechos.
Las imágenes apocalípticas del fuego y de la
horca de aventar sugieren la idea de un tiempo último y definitivo, por un
lado, y de un personaje clave y decisivo para los hombres por otro. No tienen
nada que ver con el infierno. Resumiendo: estamos ante un texto ético en su
primera parte y cristológico en la segunda. La ética, ejemplificando cambios de
comporta- miento, facilita y prepara el camino al portador del Espíritu. Los
cambios de comportamiento o reforma de vida, expresados y visualizados
ritualmente en el bautismo de agua del profeta Juan, hacen posible la dimensión
del Espíritu que hará su aparición con Jesús el Mesías.
* Comentario. Conviene resaltar el dinamismo,
la progresión interna del texto. Este dinamismo pone de manifiesto que el
comportamiento ético pertenece a los presupuestos del hecho cristiano. Siendo
como tenemos que ser, esto es, comportándonos bien, hacemos posible que el
Espíritu pueda actuar en nosotros. El buen comportamiento pertenece a la fase
previa de eliminación de obstáculos. Supuesta esta eliminación, viene después
el ser cristiano. Ya en esta fase previa no hay particularismos ni exclusiones.
Lucas está especialmente interesado en esta
temática. Por eso introduce en su relato grupos o colectivos marginados por el
sentir religioso oficial judío. Hoy introduce a recaudadores y militares.
El programa ético del profeta Juan no es
maximalista. Las exigencias que formula no pretenden revolucionar las
estructuras sociales del momento. A los recaudadores no les dice que corten sus
relaciones con el poder invasor; les dice simplemente que huyan de la
extorsión. A los militares no les dice que abandonen su posición; les dice
simplemente que no chantajeen ni intimiden.
¿Simplemente? Observemos bien que la
simplicidad del profeta habla de honestidad en los negocios, de equidad en la
aplicación de la justicia. Particularmente y como persona privada me quedo con
la simplicidad del profeta frente a los maximalismos de reformas estructurales,
aunque sólo sea en base al dicho de que el ideal es enemigo de lo bueno. Desde
la honestidad en los negocios y la equidad en la aplicación de la justicia, es
decir, desde lo bueno, a lo mejor resulta que cambian las estructuras
comerciales y jurídicas, es decir, se consigue el ideal.
¿Y qué decir de la simplicidad del profeta en
lo que pide a la multitud anónima? Compartir con los más desafortunados lo
necesario para cubrir, al menos, las necesidades primarias. ¿Y si a partir de
este domingo nos entrenamos todos un poco en este ejercicio del compartir? No
es evidentemente un programa económico, pero si compartiéramos muchos, a lo
mejor hasta cambiaban las estructuras económicas.
A. BENITO - DABAR 1988, 3
2.- CV/FUTURO CV/JUSTICIA
Juan bautista predica la conversión primero
al pueblo en general y, después, a diferentes grupos o estamentos sociales. No
exige a nadie que haga penitencia vistiéndose de saco y cubriéndose la cabeza
con ceniza, no exige a nadie que se retire con él en el desierto. Juan bautista
exige a todos que cumplan con el precepto supremo del amor al prójimo y con los
deberes de la justicia.
Juan no pide una conversión hacia el pasado,
no pide lamentos y lágrimas sobre el pasado, lo que pide es un cambio hacia el
futuro. La penitencia que predica ha de acreditarse por sus frutos y no por sus
lamentos, y es una penitencia con una marcada dimensión.
En el rito bautismal, la Iglesia supone
siempre esta pregunta en los catecúmenos: "¿Qué debemos hacer?", y
responde diciendo: "Guardar los mandamientos", sobre todo el
mandamiento del amor a Dios y al prójimo. Porque fue así como respondió Jesús a
cuantos le preguntaban lo mismo y se interesaban por su salvación. También el
precursor dio la misma respuesta.
El bautista predicó la penitencia en un mundo
en el que el hombre vivía habitualmente en situaciones extremas y andaba
preocupado por el vestir y el comer (cf. 12, 22-31). En aquella situación, el
bautista exigía nada menos que la reducción del consumo al mínimo vital: una
sola túnica y el pan de cada día, en beneficio de los descamisados y los
hambrientos. Hoy vivimos en la llamada sociedad de la abundancia; pero,
mientras haya hombres en el mundo que no tengan lo necesario para vivir,
nuestra sociedad estará condenada ante los ojos de Dios.
El amor al prójimo es una exigencia general,
sin esa conversión de amor, no tiene sentido la penitencia. El amor al prójimo
supone que se ha cumplido antes con la justicia. Por eso Juan se refiere al
cumplimiento de la justicia cuando dirige su palabra a los publicanos y a los
soldados.
A los publicanos, es decir, a los cobradores
de impuestos, Juan les dice que cobren según tarifa justa y que no recurran a
los apremios y sobrecargas para enriquecerse a costa de los pobres.
Evidentemente, en nuestra sociedad los que
más cotizan son los pobres. Por tanto, no se puede hablar de una verdadera
conversión cristiana si los cristianos no estamos empeñados en una verdadera
reforma fiscal.A los soldados, a la fuerza pública, el bautista exige que se
contenten con la soldada, que no denuncien falsamente y no utilicen la fuerza
en provecho propio. El negocio de los armamentos, la violencia establecida, los
turbios intereses de los "golpistas"... están pidiendo a gritos una
conversión pública.
Juan conoce sus propios límites y sabe cuál
es su papel. Juan sale al paso de los rumores del pueblo y confiesa
abiertamente que él no es el que ha de venir, "el más fuerte", el
Mesías.
Juan piensa en un mesías justiciero, que va a
venir a separar el trigo de la paja y a purificar el mundo con el fuego. No
olvidemos que es aún un hombre del A.T. EL último de los profetas. Por eso
anuncia la venida del Señor y el "día del Señor" como un juicio
inminente sobre los hombres. Pero Jesús dirá que no ha venido a condenar a los
hombres, sino a salvarlos.
EUCARISTÍA 1988, 59
3.- Lucas interrumpe la serie de palabras de
Juan el Bautista según la fuente común de Mt y Lc e introduce una sección (vv.
10-14), de su fuente propia del tercer evangelio. Estos cinco versículos
contrastan, por su humanismo y moderación, con la severidad de los que les
preceden y les siguen. La pregunta de la gente: "¿Qué hacemos?" es la
clásica de los que han iniciado el proceso de conversión y desean sinceramente
salvarse. El propio Lucas la pone en boca de los habitantes de Jerusalén
después del discurso de Pedro el día de Pentecostés (Hechos 2,37). Es también
la pregunta del "joven rico" (Mt 19,16; Mc 10,16; Lc 18,18) y se
encuentra asimismo en apocalipsis apócrifos. El Bautista no remite a la Ley, ni
a ritos sacrificiales, sino al terreno de las relaciones cotidianas con el
prójimo. No sólo se diferencia de los fariseos, que presentaban como camino de
salvación la práctica de complicadas observancias, sino también de la secta de
Qumran, que se alejaba del pueblo y tenía a todos por condenados a excepción de
ellos, y practicaba un rigorismo moral. Juan "no predica al pueblo la
pobreza, sino el compartir" (Schalatter). No les pide nada heroico ni extraordinario,
sino un mínimo de solidaridad con el prójimo y de fidelidad a los deberes de
estado o de profesión. Todo lo que les dice que deben hacer, podemos suponer
que la mayoría no lo hacían. De este modo, podemos suponer que entre los que
desde lejos habían acudido al desierto de Judá a escuchar al Bautista y a ser
bautizados por él, habría bastante gente acomodada, que venían bien abrigados
por el frío de la noche y bien provistos de alimentos. La moral del Bautista
debería empezarse a cumplir allí mismo, entre los que le escuchan, antes de
entrar en las aguas del Jordán para pedir el perdón y la salvación.
La predicación de Juan no es evasiva, sino
muy concreta; antes de señalar con el dedo al Mesías ha señalado
inequívocamente a los egoístas, que por otra parte no estarían en condiciones
de reconocer al Mesías. No exige nada heroico, pero a todos pincha allí donde
les duele. Vienen unos publicanos (que no eran simples recaudadores de
impuestos, sino colaboradores de una "multinacional" que saqueaba el
Imperio romano con el pretexto de cobrar impuestos) y no los rechaza, como sin
duda habrían hecho los fariseos, ni les dice que deben abandonar su profesión
(cf. la cuestión de la licitud del tributo, Mc 12,44 y pp.) sino sólo que no
cobren más de lo mandado (¡señal de que cobraban más!).
Vienen unos militares, probablemente de las
tropas de Herodes Antipas, en las que se mezclaban judíos con paganos, y que,
por el sólo hecho de su profesión, eran considerados "pecadores" por
los fariseos. El Bautista les dice que no abusen de su fuerza, que les ha sido
dada al servicio del pueblo, para oprimirlo con extorsiones y amenazas (también
debía ser usual; un papiro del 37 d.C. habla de un "extorsionado por un
soldado", utilizando la misma palabra que Lc 3,14).Los vv. 15-18 vuelven a
ser de la doble tradición Mt-Lc, con elementos propios de Lucas que recuerdan
también la insistencia de Jn al hacer hincapié en la subordinación del Bautista
a Jesús.
H. RAGUER - MISA DOMINICAL 1978, 22
4.- El texto que comentamos se estructura en
torno a dos centros principales: a) por un lado se halla la figura de Juan, que
retomando las palabras del antiguo testamento anuncia el juicio que se acerca e
interpela a todos exigiendo un cambio de conducta; b)por el otro, se muestra el
poder de Dios que viene como fuerza transformante, como juicio de Espíritu y de
fuego para el hombre.
Del mensaje de Juan, hemos hablado en el
comentario a 3,7-14. Sus notas fundamentales eran las siguientes: a) la
conversión es necesaria para todos (aun para los fariseos); b) es posible para
todos (aun para los publicanos y soldados); c) implica un vivir para los otros
(justicia interhumana). Como signo distintivo de ese mensaje, Juan administraba
a los hombres un bautismo. Sobre el sentido de su gesto, situado en el plano de
la espera apocalíptica de Dios, nos habla 3, 16: "Yo bautizo con agua,
pero viene el que puede más que yo... él os bautizará con Espíritu Santo y
fuego".
Originalmente, ese que "puede más que
yo" no se refiere a ningún tipo de mesías de este mundo, sino a Dios, que
en el final del tiempo triunfará sobre lo malo y mostrará la salvación para los
justos (juicio). Dios no se interpreta como el ser supremo, aséptico e inmóvil,
de la tradición ontológica del occidente cristiano. Siendo trascendente, el Dios
de la apocalíptica judía que se encuentra en el fondo del mensaje del Bautista,
ofrece rasgos muy cercanos: es la fuerza que derrota el mal, el poder que
sustenta la existencia de los hombres. Por eso, la tradición cristiana, allí
donde Juan habla de Dios y de su juicio, ha podido situar la figura de Jesús y
de su obra entre los hombres.
En este contexto, cuando Juan afirma "Yo
os bautizo en agua..." (3, 16) está simbolizando toda la preparación del
hombre que se dispone para la llegada de su Dios. Y cuando añade "viene el
que puede más que yo.." se refiere de hecho (dentro de la tradición
cristiana) a la revelación de Dios en Jesucristo. Dios viene en Jesús con toda
la fuerza de su juicio: bautiza con fuego y destruye la paja inútil de los hombres
injustos con una hoguera inextinguible. Pero, a la vez, se acerca hasta
nosotros con la fuerza transformante del perdón y de la gracia: "bautiza
en el Espíritu" (2, 16-17).
Teniendo en cuenta todo esto debemos
distinguir los dos momentos de la conversión cristiana. El primero nos prepara
a la venida de Jesús y tiene en Juan su prototipo: es necesario que se cumpla
la justicia, aunque se corra el riesgo de la cárcel (Lc 3, 19-20). El segundo
se contiene en la palabra de Jesús, que nos ofrece la presencia transformante
de su gracia.
Utilizando su lenguaje más moderno, se
pudiera precisar: la revolución social no es por mí misma el contenido del
reino de Jesús: es todavía antiguo testamento (Juan Bautista). El reino de
Jesús es más interno (en el amor), es más profundo (como gracia de Dios en
nuestra vida). Pero sin esa revolución, sin la justicia que nos lleva hacia la
igualdad y sin la ayuda a los pequeños es utópico pensar que entenderemos algún
día la palabra (y el bautismo en el Espíritu) del Cristo. Por eso, lo que hoy
llamamos de ordinario teología de la liberación se puede identificar en gran
medida con la exigencia precristiana del Bautista. La palabra del reino de
Jesús (su Espíritu y su amor) no ha destruido la exigencia de renovación y de
justicia de los viejos profetas de Israel, sino que la ha llevado a su más
hondo cumplimiento.
COMENTARIOS A LA BIBLIA LITURGICA NT - EDIC
MAROVA/MADRID 1976.Pág. 1250 s.
5.- Juan Bautista concreta hoy en qué ha de
consistir la conversión y la preparación del camino del Señor de que hablaba el
evangelio del domingo pasado. Se trata de tener unas determinadas actitudes
ante la vida.
En primer lugar, viene la gente en general, y
la actitud es muy clara: ser solidario con los que no tienen, compartir con los
demás lo que uno tiene.
Después vienen los publicanos y los guardias,
que eran gente ya de por sí pecadora porque estaban al servicio de los
ocupantes. Estos son los únicos grupos peculiares que Lucas menciona, y es que
quiere destacar que nadie queda fuera de la llamada a la salvación. A éstos,
Juan no les pide que dejen su trabajo (que es lo que todo judío les pediría,
porque si no lo dejaban continuaban siendo pecadores), sino que rompan con el
estilo injusto con que era habitual realizarlo. Juan, en definitiva, propugna
que cada uno viva con la máxima solidaridad y justicia posibles: eso es lo que
cuenta, eso es prepararse para la venida del Mesías.
La segunda parte del texto es ya un anuncio
de la persona de Jesús. Lucas muestra que en aquel momento histórico había variados
grupos de gente esperando alguna acción de Dios en la historia, y por eso Juan
tenía tanta popularidad. Juan, no obstante, deja bien claro que él no es el
enviado definitivo de Dios que la gente esperaba, sino que viene a preparar
esta acción de Dios. El enviado definitivo vendrá, según Juan, con una gran
fuerza: el Espíritu y el fuego son los signos de la acción poderosa de Dios en
los últimos tiempos, y el derecho a separar el grano de la paja como juez
último también es un signo del poder de este enviado definitivo.A lo largo del
Nuevo Testamento, este sentido que aquí tienen el Espíritu y el fuego quedarán
ampliados y pasarán a significar la vivencia, ya ahora, de los últimos tiempos,
mediante el bautismo que une a Jesucristo resucitado; aquella vivencia que se
manifestó de un modo visible en el acontecimiento fundacional de Pentecostés.
JOSEP LLIGADAS - MISA DOMINICAL 1994, 16
6.- Orígenes (hacia 185-253) laico y teólogo
Homilías sobre San Lucas,26,3-5. SC 87,
340-342) “En su mano tiene el bieldo para aventar...”
El bautismo con que Jesús bautiza es por “el
Espíritu y el fuego”. Si eres santo, serás bautizado con Espíritu Santo; si
eres pecador, serás echado al fuego. El mismo bautismo se hará condena de fuego
para los pecadores indignos. Pero los santos, aquellos que se convierten al
Señor con una fe perfecta, recibirán la gracia del Espíritu Santo y la
salvación.
Así, pues, aquel que bautiza con Espíritu
Santo y fuego “tiene en su mano el bieldo para aventar su parva y recoger el
trigo en su granero; pero la paja la quemará en un fuego que no se apaga.” (Lc
3,16-17) Quisiera revelar porqué el Señor tiene en su mano el bieldo de aventar
y de qué soplo se trata al aventar la parva, mientras que el trigo, de más
peso, se acumula en un solo lugar, porque, si no sopla el viento no se puede
separar la parva del trigo.
Creo que el viento son las tentaciones, que
en el conjunto de los fieles revela lo que es parva y lo que es trigo. Porque,
cuando vuestra alma ha sido dominada por la tentación, no es que la tentación
haya cambiado vuestra alma de trigo en parva, sino porque ya erais parva, es
decir, personas livianas y sin fe. La tentación no ha hecho más que desvelar
vuestra naturaleza escondida. En cambio, si afrontáis la tentación con ánimo
fuerte, no es ella la que os hace constantes y fieles. La tentación únicamente
revela las virtudes de la constancia y del esfuerzo que estaban en vosotros,
pero de forma escondida... “Te ha humillado y te ha hecho sentir hambre... para
que reconozcas en tu corazón que el Señor tu Dios te corrige como un padre
corrige a su hijo.” (cf Dt 9,3-5)
PROPUESTA DE CANTOS DOMINGO III DE ADVIENTO (CICLO C - (15 DE DICIEMBRE
2024)
TEMA: “QUE HACEMOS NOSOTROS’
01.- VEN
SEÑOR NO TARDES
EN, SEÑOR, NO TARDES MÁS
VEN, SEÑOR, EL MUNDO TE ESPERA
VEN, SEÑOR, NO TARDES MÁS
QUE SIN TI NO HAY SALVACIÓN.
1.- Sobre la Tierra se oyó
una voz de promesa,
un nuevo tallo dará
la raíz de Jesé.
Sobre la Tierra se oyó
una voz de esperanza:
el “hágase” de la Virgen,
milagro de fe.
2.- Hacia tu encuentro vendrán
los humildes y pobres,
hacia tu encuentro vendrán
los que anhelan la paz.
Hacia tu encuentro vendrán
los que buscan tu Reino,
los que han sabido sufrir
por lograr libertad.
3.- Hoy más que nunca Señor,
necesito consuelo,
hoy más que nunca Señor,
necesito perdón.
Hoy más que nunca Señor,
necesito alegría,
hoy más que nunca Señor,
necesito tu amor.
02.- ALEGRATE
Y GOZA JERUSALEN (F. Palazon)
Alégrate
y goza, Jerusalén,
mira
que viene tu rey;
no
temas Sión
que
está cerca tu salvación.
Cantad
al Señor un cántico nuevo,
porque
ha hecho maravillas,
su
diestra le ha dado la victoria,
su
santo brazo.
El
Señor da a conocer su victoria,
revela
a las naciones su justicia,
se
acordó de su misericordia y fidelidad
a
favor de la casa de Israel.
Los
confines de la tierra han contemplado
la
victoria de nuestro Dios,
con
clarines y al son de trompetas
aclamad
a rey y Señor.
03.- CERCA
ESTA EL SEÑOR (Carmelo Erdozain)
CERCA
ESTÁ EL SEÑOR, CERCA ESTÁ EL SEÑOR,
CERCA
DE MI PUEBLO, CERCA DEL QUE LUCHA CON AMOR.
CERCA
ESTÁ EL SEÑOR, CERCA ESTÁ EL SEÑOR,
ES
EL PEREGRINO QUE COMPARTE MI DOLOR.
1.-
También está el Señor, lo conoceréis
en
el que lucha por la igualdad;
también
está el Señor, lo conoceréis
en
el que canta la libertad;
también
está el Señor, no olviden su voz,
sufre
el gran dolor del oprimido.
2.- También está el Señor, lo conoceréis
en
el obrero en su taller;
también
está el Señor, lo conoceréis
en
el anciano en su vejez;
también
está el Señor, no olviden su voz,
en
el hospital, junto al enfermo.
3.-
Jesús es el Señor, lo conoceréis
Él
es la vida, es la verdad.
Jesús
es el Señor, lo conoceréis
es
el camino de libertad.
Jesús
es el Señor, no olviden su voz,
es
el Redentor de nuestro pueblo.
04.- ACEPTA
SEÑOR EL VINO Y EL PAN (Joaquín Madurga)
ACEPTA
SEÑOR EL VINO Y EL PAN
CON
ELLOS TRAEMOS TU OFRENDA A TU ALTAR
1.-
Sobre tu altar Señor va nuestra ofrenda
el
abrazo sincero al hermano
perdonándonos
nuestras ofensas.
2.-
Sobre el Altar, Señor, va nuestra ofrenda:
trabajar
por un mundo más justo de igualdad
y
concordia fraterna.
3.-
Sobre el Altar, Señor, va nuestra
ofrenda:
convertir
nuestra vida pasada
al
mensaje de tu Buena Nueva.
05.- TE
PRESENTAMOS EL VINO Y EL PAN (J.A. Espinoza)
TE
PRESENTAMOS EL VINO Y EL PAN,
BENDITO
SEAS POR SIEMPRE SEÑOR.
1.-
Bendito seas, Señor,
por
este pan que nos diste,
fruto
de la tierra
y
del trabajo de los hombres.
2.-
Bendito seas, Señor,
el
vino Tú nos lo diste,
fruto
de la tierra
y
del trabajo de los hombres.
06.- NO PODEMOS CAMINAR (J.A. Espinoza)
NO
PODEMOS CAMINAR
CON
HAMBRE BAJO EL SOL,
DANOS
SIEMPRE EL MISMO PAN:
TU
CUERPO Y SANGRE, SEÑOR.
1.-
Comamos todos de este Pan,
el
Pan de la unidad.
En
un cuerpo nos unió el Señor,
por
medio del amor.
2.-
Señor, yo tengo sed de TI,
sediento
estoy de Dios;
pero
pronto llegaré a ver
el
rostro del Señor.
3.-
Por el desierto el pueblo va
cantando
su dolor;
en
la noche brillará tu luz,
nos
guía la verdad.
07.- VEN
SALVADOR (Carmelo Erdozain)
VEN SALVADOR, VEN SIN TARDAR,
DANOS TU GRACIA Y TU PAZ.
VEN SALVADOR, VEN SIN TARDAR,
DANOS TU FUERZA Y VERDAD.
1.- Nos diste tu palabra,
es firme nuestra espera;
Iremos tras tus huellas,
Sabemos que vendrás,
Ven, ven Señor Jesús.
2.- Los hombres de mi pueblo,
esperan que tu vengas;
que se abran horizontes,
por donde caminar
Ven, ven Señor Jesús.
3.- Vendrás con los que luchan,
por una tierra nueva,
vendrás con los que cantan,
justicia y hermandad.
Ven, ven Señor Jesús.
08.- TU ERES
EL DIOS QUE NOS SALVA (J.A. Espinoza)
1.- Tú eres el Dios que nos salva,
la luz que nos ilumina,
la mano que nos sostiene
y el techo que nos cobija. (2v.)
TE DAMOS GRACIAS SEÑOR,
TE DAMOS GRACIAS SEÑOR. (BIS)
2.- Te damos gracias Señor,
porque has depuesto la ira,
y has detenido ante el pueblo,
la mano que lo castiga. (2V.)
3.- Y sacaremos
con gozo
del manantial de la vida,
las aguas que dan al hombre
la fuerza que resucita. (2V.)
4.- Entonces proclamaremos,
cantadle con alegría,
el nombre de Dios es grande,
su caridad infinita. (2V.)
5.- Que alabe al Señor la tierra,
contadle sus maravillas,
que grande en medio del pueblo,
el Dios que nos justifica. (2V.)
09.- LA VIRGEN SUEÑA CAMINOS (Carmelo Erdozain)
1.- La Virgen sueña caminos,
está a la espera;
la Virgen sabe que el niño,
está muy cerca.
De Nazaret a
Belén, hay una senda;
por ella van los que creen,
en las promesas.
LOS QUE SOÑÁIS Y ESPERÁIS
LA BUENA NUEVA,
ABRID LAS PUERTAS AL NIÑO,
QUE ESTÁ MUY CERCA,
EL SEÑOR CERCA ESTÁ,
EL VIENE CON LA PAZ.
EL SEÑOR CERCA ESTÁ,
EL TRAE LA VERDAD.
2.- En estos días del año,
el pueblo espera,
que venga pronto el Mesías,
a nuestra tierra.
En la ciudad de Belén,
llama a las puertas,
pregunta en las posadas,
y no hay respuesta.
3.- La tarde ya lo sospecha,
está alerta,
El sol le dice a la luna,
que no se duerma.
A la ciudad de Belén,
vendrá una estrella,
vendrá con todo el que quiera,
cruzar fronteras.
010.- LA VIRGEN DE GUADALUPE (Néstor
Jaén)
La
Virgen de Guadalupe como Madre de esta tierra
hoy se une a nuestro canto
para
brindarte las gracias por la luz del evangelio
que
llego en vasos de barro
y
aun en medio del pecado fue el regalo de tu amor.
La
semilla dio sus frutos: Santa Rosa, Fray Escoba,
Marianita
y San Felipe, Toribio de Mogrovejo, Luis Beltrán,
Pedro
Claver y los otros que te dieron
con
su vida y con su sangre testimonio de su amor.
GRACIAS
TE DAMOS POR EL AYER
PORQUE
ENTRE SOMBRAS,
PORQUE
ENTRE SOMBRAS BRILLO LA FE. (BIS)
Te
damos gracias,
por
los mártires y santos del presente
muchos
llegaron
desde
el norte y el Antiguo continente
para
fundirse
con
la vida y con la sangre americanas
que
florecen por la fe y por la justicia
en
un mundo sin entrañas.
Desde
esta misa
sale
un grito de los pueblos amerindios
que
surja nueva
la
doctrina que nos trajo Jesucristo
que
nos amemos,
los
del Norte, los del Sur, Este y Oeste
que
borremos los errores del pasado
y
en la unión podamos verte.
POR
EL PRESENTE GRACIAS TAMBIEN
PORQUE
ENTRE SOMBRAS, PORQUE ENTRE
SOMBRAS
NBRILLA LA FE. AMEN (BIS)
011.- EL
SEÑOR ME AMO
EL
SEÑOR ME AMÓ POR SU GRAN BONDAD
EL
SEÑOR ES BUENO PARA MÍ;
EL
SEÑOR ME AMÓ POR SU GRAN BONDAD
EL
SEÑOR ES BUENO PARA MÍ.
1.-
Tú con tu voz cántale,
Él
es tu Dios;
Él
es bueno con nosotros.
2.-
Es el Señor, ámale,
Él
es tu Dios;
Él
es grande con nosotros.
3.-
Él es Jesús, ámale,
con
tu corazón;
Él
es joven con nosotros.