ALEGRATE
COMENTARIO
El
ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazareth.
Una página que nos sabemos de memoria. Muchas veces se ha traducido este saludo
por una fórmula de respeto admirativo: “Dios te salve, María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo”, es algo muy hermoso; es nuestra Ave María. Pero
los exegetas, esos especialistas que escudriñan el evangelio, utilizan otras
palabras mucho más fuertes para traducir a Lucas: Alégrate, privilegiada, el
Señor está contigo. Semejante formula reviste para María, la meditativa, el
colorido y el esplendor de los anuncios mesiánicos: Alégrate: esta alegría es
Dios. El Señor está contigo: ella conoce las Escrituras, se siente turbada,
sabe a dónde van esas palabras que abren a puerta a las grandes misiones. Vas a
ser la Madre del Mesías. El ángel multiplicó unas expresiones que, reunidas
entre sí, no pueden dejarle ninguna duda: sobre ella recae ciertamente la gran
promesa: Darás a luz un hijo, será grande, se llamará hijo del Altísimo,
Reinará y su reino no tendrá fin.
Para penetrar más en la revelación, Lucas
pone en labios de María la cuestión que nos va a proyectar ente todo el
misterio: -¡Yo soy Virgen! -Sí, María, y lo seguirás siendo, porque el niño
infinitamente santo que nacerá en ti es el Hijo de Dios. El Espíritu Santo, la
fuerza del altísimo, producirá en ti ese nacimiento absolutamente único. La
cumbre de esta página: El que va a nacer es el Hijo de Dios. Todo lo que quería
decirnos Lucas está aquí. Y añade una palabra para ayudar a nuestra fe: Para
Dios no hay nada imposible. Y nos hace escuchar el sí de María que la entrega
por completo, un sí tan entero que jamás Dios recibirá otro igual.
Pero
lo que hay que escuchar sobre todo es el anuncio, la alegría: se nos ha dado el
Mesías, el que viene a salvarnos de toda maldad y de toda miseria. ¡Dios mismo
va a nacer de una mujer para ser un hombre como nosotros! ¿Llegaremos alguna
vez de hacernos idea de esto? San Juan lo formula con toda claridad: El Verbo,
que es Dios, se hizo carne para venir a habitar entre nosotros. Dios entre
nosotros, Dios con nosotros: el gozo que se le ofrece a María (¡Alégrate!) es
el gozo que se nos ofrece cuando comprendemos hasta qué punto, por Jesús (y por
María), Dios está con nosotros, está para nosotros. Sean cuales fueren las
sombras sobre el mundo y sobre nuestra vida, ¿quién podrá arrebatarnos este sol?
Los
días en que Jesús se hace más fuertemente sol para nosotros son nuestras
anunciaciones. Unas veces dulces, otras crueles. ¿Cuál es el ángel que nos
despierta? A veces una página del evangelio, o un maravilloso encuentro
fraternal. O un sufrimiento que quiebra esperanzas e ilusiones. De pronto nos sentimos llamados a cosas más
difíciles y más altas. Alégrate, el Señor está contigo, vas a dar a luz tu
propia vida y vas a engendrar todo un mundo. Con tal que digas sí.
P.
Roland V. Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Is 61, 10
Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con
mi Dios, porque me ha puesto un traje de salvación y me ha envuelto con un
manto de justicia, como novia que se adorna con sus joyas.
ORACION COLECTA
Oh, Dios, que por
la Concepción Inmaculada de la Virgen preparaste a tu Hijo una digna morada y,
en previsión de la muerte de tu Hijo, la preservaste de todo pecado,
concédenos, por su intercesión, llegar a ti limpios de todas nuestras culpas.
Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Génesis 3, 9-15.20
Después que Adán comió del árbol, el Señor
llamó al hombre: “¿Dónde estás?». Él contestó: «Oí tu ruido en el jardín, me
dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí”. El Señor le replico: ¿Quién te
informó de que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del que te prohibí comer?».
Adán respondió: “La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto. y
comí”, El Señor dijo a la
mujer: ¿Qué es lo que has hecho?». Ella respondió: «La serpiente me engaño, y
comí». El Señor Dios dijo a la serpiente: Por haber hecho eso, serás maldita
entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el
vientre y comerás polvo toda tu vida; pondré enemistad entre ti y la mujer,
entre tu estirpe y la suya; ella te herirá en la cabeza cuando tú la hieras en
el talón». El hombre llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.
SALMO
RESPONSORIAL (Sal 97)
Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha
hecho maravillas.
Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha
hecho maravillas, su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R.
El Señor da a conocer su victoria, revela a
las naciones su justicia, se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor
de la casa de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado la
victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera; griten, vitoreen,
toquen. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los
Efesios 1, 3-6.11-12
Bendito sea Dios, Padre de nuestro
Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase
de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables Él por el
amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a
ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha
concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por su medio hemos
heredado también nosotros. A esto estábamos destinados por decisión del que
hace todo según su voluntad. Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo,
seremos alabanza de su gloria.
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO Lc 1, 28
Aleluya. Alégrate, María, llena de gracia,
el Señor está contigo; bendita tú eres entre las mujeres. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo
Evangelio según san Lucas 1,26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado
por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un
hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El
ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor
está contigo». Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era
aquel. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante
Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre
Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el
trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su
Reino no tendrá fin. Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a
varón?», ángel le contesto: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del
Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí
tienes a tu pariente Isabel que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya
está de seis meses, la que llamaban la estéril, porque para Dios nada hay
imposible», María contestó: «Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según
tu palabra». Y la dejó el ángel.
PLEGARIA
UNIVERSAL
Oremos, Dios, por intercesión de María, la
Virgen Inmaculada y pidámosle que escuche nuestras oraciones en favor de todo
el mundo. R.- Por María, escúchanos.
1.- Por la Iglesia: para que viva la fe con
autenticidad y la transmita con fidelidad e ilusión. Oremos. R.
2.- Por el Papa y nuestro obispo: para que
María Inmaculada les anime, conforte y sostenga en su ministerio. Oremos. R.
3.- Por nuestros gobernantes: que con
sentido de justicia sirvan al pueblo que les confió una misión de servicio y
promoción de la sociedad. Oremos. R.
4.- Por los jóvenes: para que encuentren en
María la inspiración y la fortaleza para orientar su vida hacia la conquista de
nobles y santos ideales. Oremos. R.
5.- Por las madres de
familia: para que, mirando a la Madre de Jesús, se animen a servir al Señor en
sus hogares. Oremos. R.
6.- Por nosotros: para que María, la Virgen
Inmaculada, nos enseñe a hacer lo que Jesús nos pide. Oremos. R.
Mira a la Madre de tu Hijo, inclina tu oído
a nuestras oraciones y bendícenos con tu gracia para que vivamos como ella en
continua fidelidad a tu plan de salvación. Por Jesucristo nuestro Señor. R.
Amén
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, recibe
complacido el sacrificio salvador que te ofrecemos en la solemnidad de la
Inmaculada Concepción de santa María Virgen y, así como reconocemos que la
preservaste, por tu gracia, limpia de toda mancha, guárdanos también a
nosotros, por su intercesión, libres de todo pecado. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ANTIFONA DE COMUNION
Qué
pregón tan glorioso para ti, Virgen María, porque de ti ha nacido el sol de
justicia, Cristo, nuestro Dios.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Señor Dios nuestro, el sacramento que hemos
recibido repare en nosotros las heridas de aquel primer pecado del que
preservaste de modo singular la Concepción inmaculada de la santísima Virgen
María. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 09: Is 35, 1-10; Sal 84; Lc 5, 17-26
Martes 10: Is 40, 1-11; Sal 95; Mt 18, 12-14
Miércoles 11: Is 40, 25-31; Sal 102; Mt 11, 28-30
Jueves 12: Eclo 24, 17-22 (o bien: Rm 8, 28-30) Sal:
Lc 1, 46-55; Lc 1, 39-48
Viernes 13: Is 48, 17-19; Sal 1; Mt 11, 16-19
Sábado 14: Eclo 48, 1-4.9-11; Sal 79; Mt 17, 10-13
Domingo 15: So 3, 14-18ª; Sal: Is 12, 2-3. 4bcd, 5-6; Flp
4, 4-7; Lc 3, 10-18
COMENTARIOS
AL EVANGELIO
Lc 1. 26-38
GABRIEL/PARAISO M/ESPOSA/I
1.- La aparición del arcángel Gabriel da
el tono a la escena de la Anunciación. Desde Daniel 8.9. Gabriel era
considerado por el judaísmo como el anunciador de los últimos tiempos. Su
aparición en casa de María significa, por tanto, que los últimos tiempos han sido
inaugurados. El judaísmo había presentado a Gabriel con su espada de fuego como
guardián del Paraíso (Gn 3. 24). Su aparición deja prever que la entrada al
Paraíso estará abierta a los hombres de ahora en adelante.
La escena tiene lugar en la humilde casa de Nazaret. Lucas opone el
anuncio del nacimiento de Juan Bautista, hecho en el templo de una manera
solemne, a la anunciación de María, que fue hecha en el secreto del corazón de
una joven pobre y en una región despreciada como era entonces Galilea (Jn 1.
46; 7.4)
Lucas parece establecer en su conjunto una oposición entre Jerusalén y
María, como si María heredase las prerrogativas de Jerusalén.
El saludo del ángel: "Alégrate... porque el Señor está
contigo". Esta frase ha sido pronunciada por los profetas refiriéndose a
Jerusalén, para anunciarle la próxima venida del Mesías (Za 9. 9; So 3. 14).
Por tanto, en las palabras del ángel hay algo más que un simple saludo, y en él
podemos ver una trasposición de los privilegios reservados hasta entonces a Jerusalén,
en beneficio de la Virgen María.
Como la antigua Jerusalén se mostraba incapaz de realizar las profecías
de que había sido objeto (acogida de su Señor, apertura a todas las naciones).
Dios va a suscitar una nueva Sión: la Virgen María, único "resto"
fiel de la primera Sión.
La expresión "el Señor es contigo" encubre el misterio de la
Encarnación, porque la expresión paralela de Sofonías: "el Señor está en
medio de ti" (3. 14) significa literalmente "el Señor está en tus
entrañas".
La expresión "llena de gracia" para el evangelista quiere
decir que la Virgen es "agraciada" como se dice en el vocabulario de
los esponsales. Así es Rut para Booz (Rt 2. 2; 10. 13); Ester para Asuero (Est
2. 9/15/17; 5. 2/8; 7. 3; 8. 5); toda mujer para su esposo (Pr 5. 19; 7. 5; 18.
22; Ct 8. 10). Por consiguiente, este contexto matrimonial es muy evocador.
Dios busca desde hace mucho tiempo una esposa que le sea fiel. Ha repudiado a
Israel, su esposa anterior (Os 1-3) pero está dispuesto a
"desposarse" de nuevo. Interpelada por una expresión frecuente en las
relaciones entre esposos, María comprende que Dios va a realizar con ella el
misterio de los esponsales que habían sido prometidos en el A.T. Este misterio
alcanzará un realismo sorprendente, ya que las dos naturalezas -la divina y la
humana- se van a unir en el Hijo de María, con un lazo mucho más fuerte que el
de los cuerpos y el de las almas en la unión matrimonial.
Todos estos versículos del evangelio desarrollan toda una teología
bíblica del misterio de María. Ella es la mujer de los últimos tiempos, la que
ha sustituido a Jerusalén para realizar las promesas de universalidad y las
profecías de fecundidad. Ella las realiza por medio de un misterio que consiste
en sus desposorios con Dios, poniendo así punto final al repudio contra la
primera esposa. Y, al mismo tiempo, las realiza también por medio de su
victoria sobre el enemigo. Por eso es llena de gracia, y no solamente por su
belleza física, sino mucho más por la belleza que Dios le ha concedido y que la
hace digna de ser la Madre del Hijo de Dios.
La fe de María es una fe tan grande que en ella se puede realizar el
paso de la Esperanza al Cumplimiento.
Sumergida en la Historia de Israel, Ella ha sido la que ha dicho la
última palabra en una religión de Espera. Ella ha llevado hasta el final la
búsqueda espiritual de su pueblo. Por haberlo recorrido ella misma, sabe mejor
que nadie el camino que hay que seguir para ir al encuentro de Dios.
M/ADVIENTO: María sabe el secreto del Adviento que conduce a
la aceptación del Señor. Ella apresura los caminos por donde pasan los nuevos
nacimientos del Verbo.
2.- M/ANUNCIACION
La narración de la Anunciación da un excelente ejemplo del modo como
habla el Evangelio y del modo como debe leerse. Sería equivocado buscar en él la
fiel transcripción de una conversación entre María y Gabriel, o convertirlo en
un estudio psicológico de María. Se trata sencillamente de una enseñanza
teológica de la cual Lucas nos habla con la ayuda de un diálogo bien
estructurado (es una "teología alusiva", o explicación rabínica del
estilo midráshico, llenas de citas del AT, por la cual se extrae el sentido
profundo de los acontecimientos dentro del contexto de la historia de la
salvación). Toda esta narración reposa en definitiva sobre una experiencia
religiosa de María, misteriosa, pero de una riqueza inefable y de una histórica
realidad.
Tras un saludo (v. 28: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está
contigo") que evoca los saludos proféticos a la "Hija de Sión",
personificación misteriosa de la comunidad mesiánica (So 3. 14; Za 9. 9), la
primera parte del diálogo (vv. 30-33) expone la cualidad davídica y mesiánica
del niño que va a nacer, en términos que se inspiran ampliamente en 2 Sm 7.
12ss (=1.lect.IV Adviento), Is 7. 14; 9. 5s; Mi 4. 7. Tras una pregunta de
María (v. 34), el diálogo llega a una declaración que marca el punto álgido (v.
35: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti... Hijo de Dios"): el Niño
nacerá por una intervención directa del espíritu creador, lo que valdrá ser
"Santo" y ser llamado "Hijo de Dios".
Esta página es la presentación autorizada de la experiencia
incomunicable de María. Experiencia fruto de una revelación nueva en la que se
dio cuenta de que en ella se realizaría de modo excepcionalmente real la
antigua profecía de Is 7. 14: "tendrás un hijo y le pondrás un
nombre". La comunidad primitiva, la Iglesia, recibió este misterio y lo
transmitió en las narraciones catequéticas de la infancia de Jesús (Mt 1.
18-25; Lc 1. 26-38), escritas como pórtico teológico que da el sentido pleno de
lo que es Jesús creído a la luz de la Pascua: de este modo se puede entender
mejor todo el evangelio que sigue.
Por medio, pues, de un diálogo claramente estructurado se nos ofrece la
sustancia, revistiéndola de la forma escriturística y teológica más apropiada
para alimentar la fe. En definitiva, se enseña que el hijo de María será el
Hijo de David heredero de la descendencia mesiánica, y que, concebido de modo
excepcional, merece desde su infancia el título de Hijo de Dios (título que
Lucas no pone nunca en boca de hombres: su percepción profunda es fruto de
revelación: 22. 70). Filiación humana, enraizada en la historia concreta de un
pueblo mesiánico y perceptible a la vista de cualquiera; filiación divina,
fruto del favor extraordinario de Dios, que se realiza en la filiación humana
mesiánica llevada a fondo, pero que no es perceptible ni se comprende
("¿Cómo será eso?") si no es por don del Espíritu y por el poder del
Altísimo que iluminan la última realidad de aquel niño nacido de María en una
actitud de radical pobreza: manifestada por la `virginidad` (vv. 34-37) y por
la obediencia de esclava (v. 38) a la Palabra de Dios.
SALVADOR PIE - MISA DOMINICAL 1989, 23
3.- CR/ENCARNACION.
María representa en el momento de la encarnación a los pobres de todos
los lugares y tiempos, a la humanidad toda: el Hijo de Dios se hizo hombre
entre los hombres y pobre entre los pobres. Ello permite examinarnos cada uno
de nosotros como encarnación de Dios, como portadores del Espíritu de Jesús.
Esto, como cualquier gestación, no puede ser una realidad que aceptemos
de forma meramente pasiva, sino que nos compromete a participar en su
crecimiento dentro de nosotros y en la exteriorización de aquello que llevamos
"en vasos de barro".
Siguiendo la idea de Pablo, requiere que nos esforcemos para que
nuestros criterios sean los criterios de Jesús, nuestros deseos sean sus deseos
y nuestras acciones sean prolongación de su acción. Se trata de poder decir,
con verdad, que no somos nosotros quienes vivimos, sino Cristo el que vive en
nosotros. Si entusiasta (ENTUSIASTA/SIGNIFICADO) significa
etimológicamente "el que lleva a Dios dentro", nosotros deberíamos
serlo de forma convincente para los demás. Un bonito verso dice aquello de que
"Llenos de Dios vamos los hombres. Llenos de Dios y sin saberlo, como los
ríos por los campos que van llenos de cielo".
María no se limita a "soportar" pasivamente la encarnación de
Dios en sus entrañas, sino que, con un activo "sí", acepta la
invitación divina que le da un difícil papel en favor de los demás. No se trata
de un privilegio en el sentido discriminante de la palabra, una especie de
"enchufe" arbitrario, sino de ofrecerse para un servicio que la
humanidad necesita. En realidad, también nosotros tenemos ese privilegio de
servir a nuestros hermanos desde la fe en Jesús.
EUCARISTÍA 1989, 56
4.- Hubo una vez un hombre llamado Abraham. Su mujer se llamaba Sara.
Ambos eran de edad muy avanzada. Un día supieron que iban a tener un hijo. Tres
hombres que por allí pasaban se lo dijeron. Pero Sara se rió para sus adentros.
Le parecía imposible. ¿Hay algo imposible para Dios?, replicaron los hombres.
El relato íntegro lo encontrarás en Gn/18/01-15.
Hubo una vez una joven llamada María. Estaba prometida a José, pero aún
no vivían juntos. Un día supo que iba a ser la Madre de Dios. Un ángel se lo
dijo. En un principio a María le pareció imposible, pero aceptó que para Dios
no hay nada imposible. Unos versículos más adelante, continuando un relato que
no acaba con el último versículo de hoy, escuchamos lo siguiente: Dichosa tú
por haber creído en el cumplimiento de lo que Dios te ha dicho. La belleza y el
candor del relato de Lucas deben ayudarnos a encontrar la perspectiva del
mismo.
Está formulada en línea con el relato del Génesis antes mencionado: para
Dios no hay nada imposible. Pero es tal vez esta formulación la que nos plantea
problemas. ¿Significa que Dios puede hacer lo que quiere? Debemos de guardarnos
de confundir poderío-prepotencia con capacidad. Pongamos un ejemplo. El poder
del agua respecto a la tierra radica en su capacidad para hacer que la tierra
germine. Todo es, pues, posible para el agua. En cambio, respecto al cemento no
tiene ya el agua el mismo poder. El cemento no es permeable al agua.
¿Podemos siquiera sospechar de lo que es capaz Dios si encuentra un
terreno, es decir, un ser humano, abierto y permeable a El? Este fue María.
Dejarse hacer por Dios no implica carecer de personalidad y sentido crítico.
¿Cómo sucederá esto? En la expresión "esclava del Señor" el término esclavo
no refleja una situación sociológica, sino una grandiosa actitud de espíritu
caracterizada por la sencillez y la apertura al Otro por antonomasia. La
expresión tiene sus raíces en la mística antiguotestamentaria y pertenece a
lenguaje del corazón. El relato de Lucas es un maravilloso idilio, del que poco
antes ha excluido a Zacarías. Está ya esbozando el autor un rasgo
característico: su predilección por los marginados (mujeres, pastores,
publicanos, pecadores). "Es más indefenso el hombre de armas que es
sorprendido sin su cota de malla que el insignificante hombre de paz que, por
no haberla tenido nunca, tampoco siente nunca su carencia" (Ernesto
Sábato). He aquí la esclava del Señor... Y el ángel la dejó.
¿Podemos siquiera sospechar lo que Dios puede cuando encuentra un ser
humano sencillo y abierto a Él.
A. BENITO - DABAR 1985, 2
5.- Siguiendo la costumbre judía, San José no había tomado aún a su
esposa en su propia casa. María, esposa de José, era virgen. Aquí se dice
expresamente que San José era de la estirpe de David, detalle interesante para
demostrar el cumplimiento de las profecías. En cambio, no se dice en ninguna
parte de los evangelios y de una manera expresa que María fuera de la estirpe
de David, aunque esto se suponga repetidamente (cfr. v. 32).
"Llena de gracia" significa tanto como "llena del favor
de Dios". La Inmaculada, la que nunca estuvo sujeta a la esclavitud del
pecado, fue objeto de todas las complacencias divinas. Pero también fue la
mujer más libre y responsable, sin condicionamientos de un mal pasado, capaz de
asumir una función especialísima en la historia de nuestra salvación. Su
maternidad fue efectivamente responsable, fue madre porque quiso serlo. De no
ser así y de no haberlo querido así Dios, no tendría ningún sentido la embajada
del ángel.
Son las palabras del ángel, y no tanto su inesperada aparición, las que
sorprenden y turban a María, nos hace pensar en el Mesías deseado por todo el
pueblo y soñado por todas las mujeres de Israel. En esta virgen llega a su culminación
la esperanza de todos los hombres y la disponibilidad de todas las mujeres de
Israel. Pero, ¿qué papel ha de desempeñar María en todo esto? ¿por qué ella es
saludada como la bendita de las mujeres? La Virgen medita sobre este punto.
Ahora el ángel la anima y le dice que ha sido elegida por Dios para que
en ella se cumplan todas las bendiciones y promesas de Israel. Por eso es
"bendita". Las palabras del ángel están llenas de resonancias
bíblicas y nos recuerdan el lenguaje frecuentemente usado al anunciar el
nacimiento de un niño extraordinario (cfr. Gn. 16. 11; Jc 13, 3-5). El
evangelista supo recordar especialmente las palabras de Isaías 7, 14, pues
seguidamente acentuará la virginidad de María.
El niño será grande en sentido absoluto, y será llamado "Hijo del
"Altísimo". Sin embargo, estos títulos deben interpretarse aquí en el
sentido del A. T. y no implican de suyo el reconocimiento de la divinidad de
Jesús.
No parece probable que María hubiera hecho antes un voto de virginidad,
y no hay que ver en ello la razón de su pregunta: en todo el A.T. no se
encuentra una valoración moral o religiosa de la virginidad por encima del
matrimonio, por el contrario, se ve en la fecundidad una bendición especial de
Dios. Por otra parte, en el judaísmo nunca se pensó que el Mesías naciera de un
modo distinto al común de los hombres y hubiera sido incomprensible que una
mujer, por amor a la virginidad, renunciara a ser la madre del Mesías. Añádase
que María estaba ya desposada con José. Así, pues, en tales circunstancias
resulta sicológicamente imposible que María consagrara su virginidad a Dios
antes de la embajada del ángel.
La pregunta de María obedece a una razón muy sencilla: se da cuenta de
que Dios le pide, precisamente ahora, ser madre del Mesías, pero no comprende
cómo puede ser. Ella es todavía una simple prometida y no conoce varón.
El ángel le dice cómo sucederá todo, por la fuerza del Altísimo (que es
el Espíritu Santo) y sin menoscabo de su virginidad. El Espíritu de Dios
"la cubrirá con su sombra" lo mismo que la "nube" o
"gloria de Yahvéh" cubría el arca de la Alianza, y a semejanza del
Espíritu de Dios que en principio se cernía sobre las aguas. Se trata de un
símbolo de la poderosa fecundidad de Dios y de su presencia santificante.
María responde con un "sí" humilde y obediente. María se
convierte en el Arca de la Nueva Alianza y en Madre del Hijo de Dios. Es
comprensible que María, realizado ya este misterio, conservara su virginidad y
que José guardara una respetuosa distancia ante el misterio.
EUCARISTÍA 1980, 57
6.- Esta página es como una antítesis de la del Génesis. Aquí no hay un
demonio que tienta, sino un ángel que anuncia y promete. No hay manzana
seductora en el árbol, sino un fruto bendito en el vientre. No hay una mujer
que duda y se endiosa, sino una mujer que se fía y se entrega. A la mujer de la
duda y del «no», responde la mujer de la fe y del «sí». A las maldiciones,
suceden las bendiciones. Al Espíritu malo, sucede el Espíritu Santo.
Por otra parte, esta página es cumplimiento de la del Génesis. Ahora
sabemos quién es la mujer anunciada y la descendencia victoriosa. Se llamará
Jesús, y será a la vez el Hijo de Dios y el Hijo del hombre, el nuevo Adán, el
que hará posible la vuelta al paraíso.
CARITAS - FUEGO EN LA TIERRA - ADVIENTO Y NAVIDAD 1988.Pág. 44
7.- Las afirmaciones teológicas
de la Carta a los Efesios, aquí, en Lucas, se hacen historia. «En aquel
tiempo», en un día señalado, en el día nuevo y definitivo, en el Año de gracia
inacabable. Las bendiciones y promesas de Dios empiezan a cumplirse, y de modo
insospechado. Es Dios mismo el que, entrando en nuestra historia, se hace
bendición. Viene a buscar al hombre huido y desgraciado, viene a llenar de
gracia al que está sin gracia.
Y la primera en ser colmada es una joven humilde de un pueblo
insignificante. Ella es la «llena-de-gracia», como acostumbran a escribir en el
Oriente. Ella es la tierra bendita, que regada por el Espíritu dará un fruto de
cielo.
Aquí el ángel sustituye al demonio, la joven humilde y obediente a la vieja
orgullosa y rebelde, el fruto bendito a la manzana engañosa y el Espíritu Santo
al espíritu del mal. Es el principio de un nuevo paraíso.
CARITAS - UN DIOS PARA TU HERMANO - ADVIENTO Y NAVIDAD 1991.Págs. 39
8.- El relato de la anunciación es la primera presentación que el
evangelio de Lucas hace de quién es Jesús y su misión. Y, en esta primera
presentación, destaca simultáneamente la figura de María como vehículo pasivo y
activo a la vez de la venida del Hijo de Dios.
Podemos destacar, en el relato, los siguientes aspectos:
- La narración muestra desde el mismo comienzo que Dios viene a actuar
en un contexto de absoluta irrelevancia y anonimato: se habla del pueblo de
Nazaret y de la muchacha llamada María como de un lugar y una persona
desconocidos; José, que podría tener una cierta relevancia en tanto que
descendiente de David, ya se ve que le queda muy poco de aquel antiguo origen.
- El ángel saluda por dos veces a María, y en sus palabras muestra que
Dios se ha acercado a ella para actuar en ella. Dios realiza con María lo que
las promesas proféticas anunciaban para Israel: la llena con su presencia, la
libera del temor, está definitivamente con ella. María será ahora el lugar
donde Dios actuará. Por eso el ángel afirma seguidamente la acción de Dios como
algo ya hecho: "Darás a luz un hijo...".
- El momento más intenso de la escena es la presentación de quién es
Jesús. Las acumulaciones de títulos sacados de los anuncios proféticos señalan
el cumplimiento definitivo de todas las promesas de Dios. Dios se hará presente
totalmente en aquel niño que ha de nacer.
- La objeción de María es un tanto sorprendente dado su noviazgo con
José, y podría referirse a la ley que prescribía que entre el noviazgo y el
matrimonio tenía que transcurrir un año. Pero no es eso lo que realmente
importa aquí. Lo importante es resaltar que aquí se realiza una obra de Dios
que supera totalmente los caminos humanos. Es "el Espíritu Santo", es
el "la fuerza del Altísimo" quien fecunda a María y trae al mundo al
que será la definitiva presencia de Dios.
- La respuesta de María ofrece la necesaria colaboración humana para la
obra de Dios: ella es la esclava del Señor dispuesta a aceptar que Dios actúe
en ella y a través de ella para realizar su obra. Es la respuesta de fe y confianza
de los creyentes desde Abrahán; es aquella actitud que Isabel alabará en la
escena de la Visitación (cf. el próximo domingo 4 de Adviento).
J. LLIGADAS - MISA DOMINICAL 1994, 16
9.- Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo
El relato de la anunciación del nacimiento de Jesús es paralelo al de la
anunciación de Juan Bautista. El mismo ángel que aparece en ellas teje la
unidad en la discontinuidad del plan salvador de Dios. Y Lucas lo teje según un
modelo veterotestamentario de anunciación de cinco colores (cf. Gn 17: Isaac;
Jc 13: Sansón): 1) la aparición del ángel Gabriel (1,26-27); 2) la reacción de
turbación de María (1,29-30); 3) el mensaje que anuncia el nacimiento del hijo,
el nombre del niño (1 ,31) y los rasgos que lo identifican (1,32.33.35); 4) la
objeción de María: ¿Cómo será eso? (1 ,34); 5) el signo asegurador: Isabel ha
concebido a Juan a pesar de su vejez (1,36-37).
María es llamada con un título (1,28) y por el nombre (1,30), como en
los relatos de anunciación (cf. Gn 17,5), para ser la madre del que ya es el
Hijo del Altísimo (1,32), el Hijo de Dios (1,35). Esto muestra que la intención
lucana es eminentemente cristológica, aunque dé unas pinceladas sobre la figura
de María (1,34.38). Precisamente porque el niño no es sólo el heredero del
trono de David (1,32), sino el Hijo de Dios (1,35), María es virgen (1,27).
Pero hoy no se debería comentar este aspecto, sino la imagen de María esclava
del Señor (1,38) y llena de la gracia del Señor (1,28; notemos que la versión
litúrgica sigue la de la Vulgata: gratia plena).
Era necesaria una mujer que, en nombre de toda la humanidad, permitiera
que Dios se hiciera hombre. Y lo permite cuando acepta su Palabra y el
cumplimiento de su promesa (cf. Gn 12, 3; 2S 7, 8-16; Lc 1, 54-55). La obediencia
de María sella el inicio de la Iglesia. Además, en el sí de María, Lucas no
sólo expresa la intuición cristiana de que la intervención divina en su
concepción virginal de Jesús supuso para María no sólo el inicio de su
asociación con el plan misterioso de Dios: es la esclava del Señor, sino que
también asocia a María con los pobres de Israel: depende totalmente del apoyo
de Dios.
En síntesis, Dios llena a María de su gracia porque le asigna un papel
único e irrepetible: ser la madre de su Hijo único y del Mesías davídico. Por
eso, María se convierte en el modelo de cómo Dios puede cambiarlo todo (cf.
1,46-53): de una humilde virgen hebrea hace una figura extraordinaria para
todos los pueblos.
J. FONTBONA - MISA DOMINICAL 1995, 15
10.- Literariamente este relato aparece construido según el
esquema de los relatos de vocación del Antiguo Testamento; en concreto, hay
paralelismos con el de la vocación de Gedeón (cf. Ju 6,11-21 en especial en los
vv. 12.15 y 16). El autor nos quiere presentar la vocación de María en la linea
de las de los antiguos jueces-salvadores del pueblo. No obstante, introduce
unas notas de originalidad: el nacimiento del Hijo que es descrito con los
títulos mesiánicos del Antiguo Testamento (Jesús, hijo del Altísimo, hijo de David,
rey de Israel, fruto santo, hijo de Dios), la relación del niño con Dios por
medio de la acción del Espíritu (llena de gracia, el Espíritu Santo, el poder
del Altísimo). María recibe una llamada a convertirse en la madre del
salvador-Mesías.
A pesar de la importancia de María en los relatos de la infancia y en el
resto de los evangelios de Lucas y de Juan, José es quien entronca a Jesús con
la familia de David (v. 27). El relato destaca, no obstante, que José no es el
padre natural de Jesús. Según el ritual matrimonial de entonces, María está
desposada con José pero no viven todavía juntos. Legalmente son marido y mujer,
pero no han empezado a cohabitar. Quiere así el evangelista expresar el
misterio de Jesús: verdadero hombre y verdadero Dios.
Las palabras del ángel concluyen con el mismo mensaje que recibieron
Abraham y Sara, nuestros padres en la fe. "Porque para Dios nada hay
imposible" (v. 37; cf. Gn 18,14). Y es que María es la madre en la fe del
pueblo cristiano, como Abraham es el padre en la fe.
Nuestra perícopa es el relato de la vocación de María a ser la madre
natural del Mesías y la madre en la fe del nuevo pueblo que es la comunidad de
Jesús, hombre y Dios a la vez. En nuestro itinerario de Adviento María nos
aparece como aquella que responde con generosidad a su vocación maternal y nos
da a luz a Jesús, el vencedor del mal y del pecado de la humanidad.
J. LATORRE - MISA DOMINICAL 1999, 15, 50
PROPUESTA DE CANTOS DOMINGO II DE ADVIENTO (CICLO C - (08 DE
DICIEMBRE 2024)
TEMA: “ALEGRATE, LLENA DE GRACIA, EL SEÑOR ESTA CONMIGO”
UN
PUEBLO CAMINA POR EL MUNDO, GRITANDO: ¡VEN SEÑOR!
UN
PUEBLO QUE BUSCA EN ESTA VIDA LA GRAN LIBERACIÓN.
Los
pobres siempre esperan el amanecer,
de
un día más justo y sin opresión;
los
pobres hemos puesto la esperanza en ti, Libertador.
Salvaste
nuestra vida de la esclavitud,
esclavos
de la ley sirviendo en el temor;
nosotros
hemos puesto la esperanza en ti, Dios del amor.
El
mundo por la guerra sangra sin razón,
familias
destrozadas, buscan un hogar;
el
mundo tiene puesta la esperanza en ti, Dios de la paz.
02.- ABRE TU
TIENDA AL SEÑOR (Carmelo Erdozain)
ABRE
TU TIENDA AL SEÑOR
RECÍBELE
DENTRO, ESCUCHA SU VOZ.
ABRE
TU TIENDA AL SEÑOR
PREPARA
TU FUEGO QUE LLEGA EL AMOR.
1.-
El Adviento es esperanza
la
esperanza, salvación
ya
se acerca el Señor
preparemos
los caminos
los
caminos del amor
escuchemos
su voz.
2.-
Que se rompan las cadenas
que
se cante libertad
el
Señor nos va a salvar
sanará
nuestras heridas
nuestro
miedo y soledad
Él
será nuestra paz.
3.-
Por la ruta de los pobres
va
María, va José
van
camino de Belén
en
sus ojos mil estrellas
en
su seno Emmanuel
Él
será nuestro Rey.
03.- VAMOS A PREPARAR LOS CAMINOS
VAMOS
A PREPARAR EL CAMINO DEL SEÑOR,
VAMOS
A CONSTRUIR LA CIUDAD DE NUESTRO DIOS.
VENDRÁ
EL SEÑOR CON LA AURORA,
EL
BRILLARÁ EN LA MAÑANA, PREGONARÁ LA VERDAD.
VENDRÁ
EL SEÑOR CON SU FUERZA,
EL
ROMPERÁ LAS CADENAS, EL NOS DARÁ LA LIBERTAD.
1.-
El estará a nuestro lado, Él guiará nuestros pasos,
Él
nos dará la salvación.
Nos
limpiará del pecado, ya no seremos esclavos,
Él
nos dará la libertad.
2.-
Visitará nuestras casas, nos llenará de esperanza,
Él
nos dará la salvación.
Compartirá
nuestros cantos, todos seremos hermanos,
Él
nos dará la libertad.
3.-
Caminará con nosotros, nunca estaremos ya solos,
Él
nos dará la salvación.
Él
cumplirá la promesa y llevará nuestras penas,
Él
nos dará la libertad.
04.- AL ALTAR
DONDE TU VIENES (Carmelo Erdozain)
Al
altar donde Tú vienes
quisiera
traerte, Señor,
ricos
presentes.
Las
praderas con sus mieses
quisiera
traerte, Señor,
te
pertenecen.
ACÉPTALO,
SEÑOR,
ACÉPTALO,
DINOS QUE VIENES,
CON
EL PAN QUE FLORECE. BIS)
Caminando
a tu lado
me
alegro de estar junto a Ti,
ser
tu invitado
y
traerte con mis manos
el
pan que podré compartir
con
mis hermanos.
Acéptalo,
Señor,
con
mis libros y juguetes.
Quisiera
traerte, Señor,
siete
pinceles
y
pintarte un arcoíris
de
paz, alegría y amor
para
mis seres.
05.- TE
OFRECEMOS HOY
1.-
Señor, este pan, este pan, te ofrecemos hoy;
Señor,
este pan, transfórmalo, acéptalo.
SEÑOR,
TUYO SOY, TRANSFÓRMAME,
SEÑOR,
ESTE PAN, ESTE PAN, TE OFRECEMOS HOY.
2.-
Señor, mi juventud, mi juventud, yo te ofrezco hoy;
Señor,
mi juventud, acéptala, transfórmala.
SEÑOR,
TUYO SOY, TRANSFÓRMAME,
SEÑOR,
MI JUVENTUD, MI JUVENTUD, YO TE OFREZCO HOY.
3.
-Señor, nuestras manos, nuestras manos, te ofrecemos hoy;
Señor,
nuestras manos transfórmalas, acéptalas.
SEÑOR,
TUYO SOY, TRANSFÓRMAME,
SEÑOR,
NUESTRAS MANOS, NUESTRAS MANOS, TE OFRECEMOS HOY.
Señor,
nuestras manos, nuestras manos, te ofrecemos hoy.
06.- VEN SALVADOR (Carmelo Erdozain)
VEN,
SALVADOR, VEN SIN TARDAR:
DANOS
TU GRACIA Y TU PAZ.
VEN,
SALVADOR, VEN SIN TARDAR:
DANOS
TU FUERZA Y VERDAD.
1.-
Nos diste tu palabra,
es
firme nuestra espera,
iremos
tras tus huellas,
sabemos
que vendrás.
VEN,
VEN, SEÑOR JESÚS.
2.-
Los hombres de mi pueblo
esperan
que Tú vengas,
que
se abran horizontes
por
donde caminar.
VEN,
VEN, SEÑOR JESÚS.
3.-
Vendrás con los que luchan
por
una tierra nueva,
vendrás
con los que cantan
justicia
y hermandad.
VEN,
VEN, SEÑOR JESÚS.
07.- ARRIESGATE
TODOS
UNIDOS EN LA VIDA
VAMOS
BUSCANDO UN HORIZONTE
ARRIÉSGATE,
ARRIÉSGATE, ARRIÉSGATE, HAY ALGO MAS
ARRIÉSGATE,
ARRIÉSGATE, ARRIÉSGATE SIN VACILAR (bis)
Ningún
camino es largo para el que cree
ningún
esfuerzo es grande para el que ama
ninguna
cruz vacía para el que lucha.
Cambiemos
las promesas en realidades,
luchemos
como hermanos por la justicia
sembremos
hoy la aurora del nuevo día.
El
pan que trabajamos con nuestras manos
el
cáliz que llevamos con alegría
traerán
la primavera a nuestras vidas.
08.- ALLANAD LOS
CAMINOS (Brotes de Olivo)
Allanad,
allanad los caminos, que viene el Señor.
Pasará,
pasará por tu lado sediento de amor.
Allanad,
allanad los caminos, que viene el Señor.
Pasará,
pasará por tu lado sediento de amor.
Él
camina con vosotros, no le conocéis,
te
acompaña en tu camino, vives tú con él.
Es
el pobre que se acerca buscando tu comprensión,
es
el triste que deambula sediento de paz y amor.
Tú
has de ser quien pondrá la sonrisa en su corazón,
sembrarás
una flor en su campo falto de Dios.
Tú
has de ser quien pondrá la sonrisa en su corazón,
sembrarás
una flor en su campo falto de Dios.
Caminad,
caminad los senderos que marca el Señor.
Y
quitad, y quitad las espinas de su corazón.
Él
te busca, él te llama, quiere tu lealtad,
entre
rejas, en las guerras, esperando está.
Vive
enfermo en las cabañas con hambre de luz y pan,
es
el rico de dinero que harto de todo está.
Allanad
y quitad los pedriscos que hay al andar,
descansadle
los pies al descalzo que andando va.
Allanad
y quitad los pedriscos que hay al andar,
descansadle
los pies al descalzo que andando va.
09.- MADRE
NUESTRA
MADRE
NUESTRA, QUE EN MEDIO DE LA NOCHE
DISTE
AL MUNDO LA LUZ DEL REDENTOR.
DANOS
HOY OTRA VEZ AL ESPERADO,
QUE
ANDAMOS COMO OVEJAS SIN PASTOR (2)
Aquel
a quien adoran el sol y las estrellas,
El
que viste las flores y amansa el fiero mar,
el
Dios que a todos ama, con toda su grandeza
al
seno de una virgen bajó para habitar.
Madre
nuestra, que en medio de la noche
diste
al mundo la luz del redentor.
Danos
hoy otra vez al esperado,
que
andamos como ovejas sin pastor (2)
María
se llamaba, mujer era del pueblo;
y
cerrando los ojos un «Sí» rotundo dio.
en
esa hermana nuestra, el que hizo tierra y cielo,
el
Dios omnipotente un día se encarnó.
Madre
nuestra, que en medio de la noche
diste
al mundo la luz del redentor.
Danos
hoy otra vez al esperado,