viernes, 29 de noviembre de 2013

CORONA DE ADVIENTO

CORONA DE ADVIENTO



Significado.  El círculo de follaje verde, recuerda la eternidad de Dios y nos hace pensar en los miles de años de espera del Mesías, desde Adán hasta su nacimiento y, en la actual espera de la segunda venido de Cristo. El color verde significa la esperanza de la vida.   

Las cuatro velas que se colocan alrededor, significan la luz que disipan las tinieblas del pecado, son tres de color morado, que hablan del deseo de conversión y una rosa que habla de la alegría vivida con María, por la inminente llegada de Jesús. 

La vela blanca del centro es la Luz de Jesús que con su nacimiento, viene a iluminar definitivamente la vida del hombre. 

Celebración. Es una costumbre que reúne a la familia, pues es allí en donde se sugiere la celebración. La familia unida hace una oración en torno a la corona, con alguna meditación alusiva a las lecturas dominicales; se enciende una vela cada semana cantando algo que hable de la espera del Salvador. La noche del 24 de diciembre con las cuatro velas encendidas, se enciende por último la vela blanca cantando villancicos y se "acuesta al niño Jesús" en el nacimiento, como de costumbre, desde luego después de haber leído el Evangelio del relato del Nacimiento en Belén y de haber hecho una reflexión y oración todos juntos. Generalmente en los templos se reparten hojas con oraciones sugeridas para esta celebración.

 Algunas sugerencias

Si en este año se ha propuesto vivir el adviento y realizar su corona, tome en cuenta lo siguiente:

* Es mucho mejor si toda la familia participa en la elaboración de la corona, aprovechando el momento para motivar a los niños platicándoles acerca de esta costumbre y su significado.

* Asegúrense de colocar la corona en un lugar especial dentro de la casa; en un espacio fijo donde los niños la puedan ver, de manera que ellos recuerden constantemente la venida de Jesús y la importancia de prepararse para ese momento.

* Fijen con anticipación, el horario en que se prenderán las velas, esto hará que las cosas salgan mejor y que los niños comprendan que es algo importante. Recuerden que el invitado que se esta esperando es el más importante para nuestra familia.

* Para que todos participen y se sientan parte de la ceremonia, se pueden distribuir las funciones, por ejemplo:

-          Uno tendrá el encargo de arreglar y limpiar el lugar donde irá la corona antes de comenzar con esta tradición navideña.
-          Otro tendrá la función de apagar las luces al inicio y encenderlas al final.
-          Uno más puede dirigir el canto o poner la grabación de algún villancico.
-          Alguien más encargado de dirigir las oraciones.
-          Otro de leer las lecturas.
-          Y quien se encargue de encender las velas.

PRIMERA LITURGIA SEMANAL CON LA CORONA DE ADVIENTO

INDICACIONES
La corona sin ninguna vela encendida. Crear un ambiente recogido, con poca luz. Es recomendable colocar una imagen de la Virgen al lado de la corona, con un cirio a sus pies. De este cirio se puede tomar la llama para encender la primera vela de la corona.

Todos: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Monitor: Nuestro auxilio es el nombre del Señor.

Todos: Que hizo el cielo la tierra.

Monitor: Comenzamos un nuevo año litúrgico con el tiempo de Adviento, tiempo de preparación y espera. Encender, semana tras semana, los cuatro cirios de esta corona debe ser un reflejo de nuestra gradual preparación para recibir al Señor Jesús en la Navidad. Las luces de las velas nos recuerdan que Él es la Luz del mundo que ha venido a disipar las tinieblas. El color verde de la corona simboliza la vida y la esperanza que Él nos ha venido a traer.

Lector: Lectura tomada del libro del profeta Isaías: «Levántate, brilla, Jerusalén; que llega tu luz y la gloria del Señor amanece sobre ti. Pues mira como la oscuridad cubre la tierra, y espesa nube a los pueblos, mas sobre ti amanece el Señor y su gloria sobre ti aparece».  

Monitor: Quien dirige la oración, con las manos juntas, dice:

Nos recogemos unos instantes en silencio, e inclinando nuestras cabezas, vamos a pedir que el Señor bendiga esta corona de Adviento. 

Oremos. 
La tierra, Señor, se alegra en estos días,  y tu Iglesia desborda de gozo ante tu Hijo, el Señor Jesús, que se avecina como luz esplendorosa, para iluminar a los que yacemos en las tinieblas, de la ignorancia, del dolor y del pecado. Lleno de esperanza en su venida, tu pueblo ha preparado esta corona con ramos del bosque y la ha adornado con luces. Ahora, pues, que vamos a empezar el tiempo de preparación para la venida de tu Hijo, te pedimos, Señor, que, mientras se acrecienta cada día el esplendor de esta corona, con nuevas luces, a nosotros nos ilumines con el esplendor de Aquel que, por ser la Luz del mundo, iluminará todas las oscuridades. Te lo pedimos por Él mismo que vive y reina por los siglos de los siglos. 

Todos: Amén. 

Monitor: Vamos a encender ahora la primera vela de nuestra corona diciendo "Señor despierta en tus fieles el deseo de esperar la venida de Cristo, practicando las buenas obras, para que admitidos a su lado merezcan poseer el Reino Celestial, por Nuestro Señor Jesucristo....."
(Una persona encienda la primera vela mientras se entona

UN PUEBLO QUE CAMINA

UN PUEBLO QUE CAMINA POR EL MUNDO GRITANDO: “VEN, SEÑOR”.
UN PUEBLO QUE BUSCA EN ESTA VIDA LA GRAN LIBERACIÓN

Los pobres siempre esperan el amanecer de un día más justo y sin opresión.
Los pobres hemos puesto la esperanza en Ti, Libertador.

Salvaste nuestra vida de la esclavitud, esclavos de la ley, sirviendo en el temor.
Nosotros hemos puesto la esperanza en Ti, Dios del Amor.

El mundo por la guerra sangra sin razón, familias destrozadas buscan un hogar.
El mundo tiene puesta su esperanza en Ti, Dios de la Paz.

TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.  


SEGUNDA LITURGIA SEMANAL CON LA CORONA DE ADVIENTO

INDICACIONES
La corona al iniciar la liturgia debe estar encendida la primera vela. Crear un ambiente recogido, con poca luz. Es recomendable colocar una imagen de la Virgen al lado de la corona, con un cirio a sus pies. De este cirio se puede tomar la llama para encender la primera vela de la corona. 

Todos: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Monitor: Vamos a encender la segunda vela de nuestra corona. El Señor está cada vez más cerca de nosotros y debemos prepararnos dignamente para recibirlo en nuestros corazones. Hagamos un momento de silencio para elevar nuestra oración al Señor.

Lector: Lectura tomada del Evangelio según San Lucas:

«En el año quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea; Filipo, su hermano, tetrarca de Iturea y de Traconítida, y Lisanias tetrarca de Abilene; en el pontificado de Anás y Caifás, fue dirigida la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y se fue por toda la región del Jordán proclamando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: Voz que clama en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus sendas; todo barranco será rellenado, todo monte y colina será rebajado, lo tortuoso será recto y las asperezas serán caminos llanos. Y todos verán la salvación de Dios».

Monitor: Debemos preparar el camino del Señor y esto nos exige estar preparados interiormente para la venida del Señor Jesús, para que lo recibamos con un corazón reconciliado, cada vez más convertido y transformado, capaz de amar y entregarse a los demás. Hagamos un compromiso concreto para esta semana que nos ayude a disponernos cada vez mejor para su venida. (Se deja un momento de silencio)  
Monitor: Mientras encendemos la segunda vela de nuestra corona para el segundo Domingo y decimos:” Concédenos, Dios todopoderoso y eterno, que ningún acto terreno impida nuestra solicitud en prepararnos a la avenida de tu hijo, sino que la enseñanza de tu Celestial sabiduría nos lleve a una íntima unión con Él, que contigo vive y reina....."

Cantad con gozo, con ilusión ya se acerca el Señor. 

VEN VEN SEÑOR

VEN, VEN SEÑOR, NO TARDES. VEN, VEN, QUE TE ESPERAMOS.
VEN, VEN SEÑOR, NO TARDES. VEN PRONTO, SEÑOR.

El mundo muere de frío, el alma perdió el calor, los hombres no son hermanos, el mundo no tiene amor.

Envuelto en sombría noche, el mundo sin paz, no ve, buscando va una esperanza, buscando, Señor, tu fe.

Al mundo le falta vida, al mundo le falta luz, al mundo le falta el cielo, al mundo le faltas Tú.

Monitor: Elevemos ahora nuestras peticiones a Dios Padre y respondamos a cada una de ella: Ven Señor Jesús. 

Lector: Te pedimos, Padre, por nuestra Santa Iglesia Católica que se prepara para la venida de tu Hijo, para que siempre tengamos fijos los ojos en Aquél que nos trae la reconciliación. Ven Señor Jesús. 

Te rogamos por la paz en el mundo, para que en este tiempo de Adviento se viva con mayor intensidad el amor y la solidaridad. Ven Señor Jesús. 

Te pedimos, Padre, por cada uno de nosotros, para que hagamos esfuerzos por caminar al encuentro del Señor Jesús, que es la "Luz del Mundo". Ven Señor Jesús. 

Te rogamos también por nuestra familia, para que a ejemplo de la familia de Nazaret vivimos el amor mutuo y nos preparemos para la venida de tu Hijo. Ven Señor Jesús. 

Te pedimos que Santa María aliente nuestros pasos en este Adviento, y sea Ella quien nos enseñe a crecer en confianza y esperanza en la venida del Reconciliador. Ven Señor Jesús. 

(Se pueden añadir otras peticiones) 

Monitor: Acudamos a nuestra Madre para que nos obtenga abundantes gracias que nos ayuden a prepararnos, de la misma manera como Ella lo hizo, para recibir al Señor Jesús. Recemos junto un Ave María.  Terminemos este momento de oración cantando Madre (Junto a ti María).

Junto a ti, María,  como un niño quiero estar. Tómame en tus brazos,  guíame en tu caminar. 
Quiero que me eduques  que me enseñes  a rezar,  hazme transparente,  lléname de paz.
 
MADRE, MADRE, MADRE, MADRE (2)

Gracias, Madre mía,  por llevarnos a Jesús.  Haznos más humildes,  tan sencillos como tú.  Gracias, Madre mía,  por abrir tu corazón, porque nos congregas  y nos das tu amor

Monitor: Madre de la Esperanza… 

Todos: Ruega por nosotros. 

Todos: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.   

TERCERA LITURGIA SEMANAL CON LA CORONA DE ADVIENTO

INDICACIONES
La corona al iniciar la liturgia deben estar encendidas la primera y la segunda vela de la corona. Crear un ambiente recogido, con poca luz. Es recomendable colocar una imagen de la Virgen al lado de la corona, con un cirio a sus pies. De este cirio se puede tomar la llama para encender la tercera vela de la corona. 

Todos: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Monitor: Estamos ya en la tercera semana de Adviento: aumenta nuestra alegría y nuestro júbilo por la venida del Señor Jesús, que está cada vez más cerca de nosotros. Empecemos nuestra oración cantando

VAMOS A PREPARAR LOS CAMINOS

VAMOS A PREPARAR EL CAMINO DEL SEÑOR. VAMOS A CONSTRUIR LA CIUDAD DE NUESTRO DIOS. VENDRÁ EL SEÑOR CON LA AURORA, EL BRILLARÁ EN LA MAÑANA, PREGONARÁ LA VERDAD. VENDRÁ EL SEÑOR CON SU FUERZA, ÉL ROMPERA LAS CADENAS, ÉL NOS DARÁ LA LIBERTAD.

El estará a nuestro lado, El guiará nuestros pasos. Él nos dará la salvación. Nos limpiará del pecado, ya no seremos esclavos. Él nos dará la libertad.

Visitará nuestra casa, nos llenará de esperanza. Él nos dará la salvación. Compartirán nuestros cantos, todos seremos hermanos. Él nos dará la libertad.

Caminará con nosotros, nunca estaremos ya solos. El nos dará la salvación. El cumplirá la promesa y llevará nuestras penas. El nos dará la libertad.

Monitor: Vamos a encender la tercera vela de nuestra corona de Adviento. El Señor está más cerca de nosotros y nos ilumina cada vez más. Abramos nuestro corazón, que muchas veces está en tinieblas, a la luz admirable de su amor.  

Lector: Lectura tomada del Evangelio según San Lucas:

«La gente le preguntaba: «Pues ¿qué debemos hacer?»

Y él les respondía: «El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; el que tenga para comer, haga lo mismo». Vinieron también publicanos a bautizarse, y le dijeron: «Maestro, ¿qué debemos hacer?»

Él les dijo: «No exijan más de lo que les está fijado». Le preguntaron también unos soldados: «Y nosotros ¿qué debemos hacer?»

Él les dijo: «No hagan extorsión a nadie, no hagan denuncias falsas, y conténtense con su paga».

Como el pueblo estaba a la espera, andaban todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo; respondió Juan a todos diciendo: «Yo les bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. Él les bautizará en Espíritu Santo y fuego. En su mano tiene el bieldo para limpiar su era y recoger el trigo en su granero; pero la paja la quemará con fuego que no se apaga».

Y, con otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo la Buena Nueva».

Monitor: Vamos a encender la tercera vela de nuestra corona y se dice la oración del tercer Domingo:" Señor que ves a tu pueblo esperando fielmente la festividad del nacimiento de tu Hijo, concédenos celebrar la obra tan grande de nuestra salvación, con solemnes cánticos de alabanza, y con una inmensa alegría. Por nuestro Señor...."

Monitor: Acudamos ahora a Santa María, que colaborando con el Plan del Padre permitió que la luz del Señor ilumine a la humanidad, y pidámosle que siga intercediendo por nosotros en este tiempo de preparación. Recemos juntos la oración.  

Brillante Luna de la Nueva Evangelización,  que con tu fulgor iluminas la noche por la que tantos deambulan sin rumbo en el rumbo de la «cultura de muerte» alumbra todo humano caminar con la luz del Señor Jesús que sin igual sabes reflejar. Que así sea. Amén. 

MONITOR: Terminemos nuestra oración cantando Santa María de la Esperanza.

SANTA MARÍA DE LA ESPERANZA MANTÉN EL RITMO DE NUESTRA ESPERA.(2V).

Nos diste al Esperado de los tiempos, mil veces prometido en los profetas. Y nosotros de nuevo deseamos que vuelva a repetirnos sus promesas.

Brillaste como aurora del gran día, plantaba Dios su tienda en nuestro suelo. Y nosotros soñamos con su vuelta, queremos la llegada de su reino.

Viviste con la cruz de la esperanza, tensando en el amor la larga espera; Y nosotros buscamos con los hombres el nuevo amanecer de nuestra tierra.

Esperaste, cuando todos vacilaban, el triunfo de Jesús sobre la muerte. Y nosotros esperamos que su vida anime nuestro mundo para siempre

TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


CUARTA LITURGIA SEMANAL CON LA CORONA DE ADVIENTO

INDICACIONES
La corona al iniciar la liturgia deben estar encendidas las anteriores velas de la corona. Crear un ambiente recogido, con poca luz. Es recomendable colocar una imagen de la Virgen al lado de la corona, con un cirio a sus pies. De este cirio se puede tomar la llama para encender la tercera vela de la corona.

Todos: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Monitor: Alegrémonos porque el Señor está cerca de nosotros y viene a traernos la reconciliación. Encenderemos la cuarta y última vela de nuestra corona. Que este símbolo nos recuerde la proximidad de la venida del Señor Jesús, que viene a traernos alegría y esperanza.  Iniciemos la oración de esta semana cantando LA VIRGEN SUEÑA CAMINOS (u otro canto apropiado) 

La Virgen sueña caminos, está a la espera; la Virgen sabe que el niño está muy cerca.
De Nazaret a Belén hay una senda; por ella van los que creen en las promesas.

LOS QUE SOÑÁIS Y ESPERÁIS LA BUENA NUEVA, ABRID LAS PUERTAS AL NIÑO QUE ESTÁ MUY CERCA, EL SEÑOR CERCA ESTÁ EL VIENE CON LA PAZ. EL SEÑOR CERCA ESTÁ, EL TRAE LA VERDAD.

En estos días del año, el pueblo espera que venga pronto el Mesías a nuestra tierra. En la ciudad de Belén llama a las puertas, pregunta en las posadas, y… no hay respuesta.

La tarde ya lo sospecha, está alerta. El sol le dice a la luna que no se duerma. A la ciudad de Belén vendrá una estrella, vendrá  con todo el que quiera cruzar fronteras.

Lector: Lectura tomada del Evangelio según San Lucas:

«En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque , apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!» Y dijo María: «Proclama mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su sierva, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada.»

Monitor: La presencia del Señor Jesús entre nosotros nos llena de gozo y alegría. Es la Madre quien nos lo hace cercano, quien permite que esa Luz llegue a nosotros e ilumine nuestra vida. En compañía de Santa María encendamos la última vela de nuestra corona de Adviento mientras cantamos MI CASA SERÁ BELÉN  (u otro canto apropiado).

SEÑOR QUE CASA NO HALLASTE CUANDO NACISTE EN BELÉN,  HOY TE OFREZCO LA MÍA: MI CASA SERÁ BELÉN.
TÚ QUE ERES LUZ Y ERES VIDA, VEN A MI VIDA A NACER.
Y TE CUIDARE COMO TE CUIDO MÁRÍA,  COMO TE CUIDO JOSÉ, Y TE CUIDASE (2v).

Mi casa será Belén si viene mi puerta abierta  y si mi mente está alerta al resplandor de la fe
la fe que tuvo María. La fe que tuvo José.

Mi casa será Belén si doy mi llave a los pobres  y si sé amar a los hombres con el amor de tu ley. Igual que amaba María, igual que amaba José

(Una persona enciende la cuarta vela, orando en familia: "Te rogamos Señor, que infundas en nuestras almas, Tu gracia, para que reconociendo y venerando la Encarnación de Jesucristo Tu Hijo, anunciada por el ángel a María, consigamos por su pasión y su cruz, llegar a la Gloría de su Resurreción, por Jesucristo Nuestro Señor........"

 (Se pueden hacer alguna peticiones acudiendo a la intercesión de la Virgen María respondiendo después de cada petición:

Por intercesión de tu Madre, escúchanos Señor.)

Monitor: Oremos.

Padre misericordioso, que quisiste que tu Hijo se encarnara en el seno de Santa María Virgen, escucha nuestra súplicas y concédenos tu gracia para que sepamos acoger al Señor Jesús, tu Hijo, que contigo vive y reina en unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

MONITOR: Terminemos nuestra oración cantando LLEGARA LA LIBERTAD

Caminamos hacia el sol esperando la verdad, la mentira, la opresión cuando vengas, cesarán

LLEGARÁ CON LA LUZ LA ESPERADA LIBERTAD (BIS).

Construimos hoy la paz en la lucha y el dolor; nuestro mundo surge ya en la espera del Señor.

Te esperamos, tú vendrás a librarnos del temor; la alegría, la amistad son ya signos de tu amor.

TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


ORACIÓN PARA SER REZADA EN FAMILIA RODEANDO EL PESEBRE EN LA NOCHEBENA

Queremos poner en sus manos esta oración para ser rezada en familia, en la Nochebuena o el día de Navidad.

Jesús nació en la humildad de un establo, de una familia pobre (ver Lc 2, 6-7); unos sencillos pastores son los primeros testigos del acontecimiento. En esta pobreza se manifiesta la gloria del cielo (ver Lc 2, 8-20). La Iglesia no se cansa de cantar la gloria de esta noche:

La Virgen da hoy a luz al Eterno.  Y la tierra ofrece una gruta al Inaccesible.  Los ángeles y los pastores le alaban, y los magos avanzan con la estrella.  Porque Tú has nacido para nosotros,  Niño pequeño, ¡Dios eterno!  Sólo hoy será Navidad si en ti y en tu familia nace de María el Señor Jesús.

INICIO DE LA ORACIÓN

Todos santiguándose dicen:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

El padre de familia, al comenzar la celebración, dice:

Alabemos y demos gracias al Señor, que tanto amó al mundo que le entregó a su Hijo.

Todos responden:

Bendito seas por siempre, Señor.

Luego el padre de familia dispone a los presentes para la bendición, con las siguientes palabras:

El Señor Jesús ha nacido de Santa María. El pesebre que adorna nuestro hogar nos recuerda el gran amor del Hijo de Dios, que ha querido habitar entre nosotros. Aquello que ocurrió hace dos mil un años, lo revivimos esta noche santa (día santo) en el misterio. El Señor Jesús es el mismo, ayer, hoy y siempre. Que esta Navidad fortalezca nuestros pasos en el tercer milenio cristiano.

Uno de los miembros de la familia lee el siguiente texto de la Sagrada Escritura:

LECTURA
Lc. 2, 4-7a: María dio a luz a su hijo primogénito.

Escuchemos, ahora, hermanos, la palabra del Santo Evangelio según San Lucas:

En aquellos días, José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para inscribirse con su esposa María, que estaba encinta. Y mientras estaban allí le llegó el tiempo del parto, y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre.

Palabra del Señor

Todos responden:

Gloria a Ti, Señor Jesús.

Después de la lectura se canta "NOCHE DE PAZ", mientras el menor de la familia coloca al Niño en el Pesebre.

NOCHE DE PAZ

Noche de paz, noche de amor: llena el cielo un resplandor; en la altura resuena un cantar:
"os anuncio una dicha sin par, en la tierra ha nacido Dios, hay en Belén de Judá".

Noche de paz, noche de amor: todo duerme en derredor; sólo velan mirando la faz de su niño en angélica paz, José y María en Belén (2 veces)

Noche de Dios, noche de paz: esplendor inmortal, luz eterna en la noche brilló: es la gloria del Hijo de Dios. Duerme el Niño Jesús. (2 veces)

PETICIONES

Otros dos miembros de la familia dirigen las peticiones:

En este momento en que nos hemos reunido toda la familia para iniciar las fiestas de Navidad, dirijamos nuestra oración al Señor Jesús, Hijo de Dios vivo y de Santa María, que quiso ser también hijo de una familia humana; digámosle: Por tu nacimiento, señor, protege a nuestra familia.

Señor Jesús, Palabra Eterna, que al venir al mundo, anunciaste la alegría a la tierra, alegra nuestros corazones con la alegría de tu visita. Por tu nacimiento, señor, protege a nuestra familia.


Reconciliador del mundo, que con tu nacimiento nos has revelado la fidelidad de Dios-Padre a sus promesas, haz que nosotros seamos también fieles a las promesas de nuestro bautismo. Por tu nacimiento, señor, protege a nuestra familia.

Rey del cielo y de la tierra, que por tus ángeles anunciaste la paz a los hombres, conserva en tus paz nuestras vidas y que haya paz en nuestro país y en todo el mundo. Por tu nacimiento, señor, protege a nuestra familia.

Hijo de Santa María, que quisiste serte Hijo de Mujer, concédenos descubrir que María es también nuestra Madre y ayúdanos a amarla con la ternura filial de tu corazón. Por tu nacimiento, señor, protege a nuestra familia.

Dios-con-nosotros, que quisiste nacer en el seno de una familia, bendice nuestro hogar para que en el siempre reine el amor de manera especial acuérdate de las familias que en estas fiestas de navidad viven en soledad y dolor y haz que sientan el consuelo de saberse hijos de la gran familia de Dios. Por tu nacimiento, señor, protege a nuestra familia.

Se pueden añadir otras peticiones libres

Terminemos nuestras peticiones rezando la oración de los hijos de Dios: Padre Nuestro.

ORACIÓN DE BENDICIÓN

Luego el padre de familia dice:

Señor Dios, Padre nuestro,  que tanto amaste al mundo que nos entregaste a tu Hijo único  nacido de María la Virgen, dígnate bendecir este nacimiento y a la familia cristiana que está aquí presente, para que las imágenes de este Belén nos ayuden a profundizar en la fe.
Te lo pedimos por Jesús, tu Hijo amado, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

Concluida la bendición del pesebre toda la familia reza junta la siguiente oración:

Salve, Reina de los Cielos  y Señora de los ángeles;  salve raíz, salve puerta, que dio pasó a nuestra luz.

Alégrate, Virgen gloriosa, entre todas la más bella; salve, agraciada doncella, ruega a Cristo por nosotros.

El padre de familia dice:

Que con el auxilio de tan dulce intercesora.
Todos responden:
Seamos siempre fieles en el terreno caminar.

Todos santiguándose dicen:

En el nombre del padre, del hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Podemos ofrecerle al Señor Jesús una respuesta de fe concreta, en esta navidad y Nuevo Año.

Especialmente podemos proponernos expresarle nuestro amor en algo práctico y efectivo, en relación con nuestros hermanos más pobres, a través de alguna obra de caridad.

BENDICIÓN DE LA CENA DE NOCHEBUENA

En el centro de la mesa se colocará una vela apagada.

Toda la familia, de pie, se reúne alrededor de la mesa. Santiguándose dicen:

El Padre, el hijo y el Espíritu Santo, sean glorificados en todo tiempo y lugar por la Inmaculada Virgen María. Que Así sea. Amén

La madre de familia dice:

Hoy nos encontramos reunidos celebrando el nacimiento del Señor Jesús de la Virgen María. Dios, en muestra de su inmenso amor, envió a su hijo para que la comunión perdida por el pecado fuera restablecida. Él nos reúne esta noche y, unidos de la misma forma que la familia de Nazaret, nos muestra que nuestra espera no ha sido en vano.

Uno de los hijos lee:

"Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El ángel les dijo: "No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo y Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre". Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: "Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace"." (Lc. 2, 8-14)

Y todos responden:

Gloria a Ti, Señor Jesús, que hoy has nacido de la Virgen María.

Mientras uno de los hijos enciende el cirio colocado en medio de la mesa, todos entonan el siguiente canto:

CAMPANA SOBRE CAMPANA

Campana sobre campana y sobre campana una, asómate a la ventana verás al niño en la cuna.

BELÉN, CAMPANAS DE BELÉN QUE LOS ÁNGELES TOCAN, ¿QUÉ NUEVAS ME TRAÉIS? (2 veces)

Recogido tu rebaño, ¿adónde vas, pastorcito? voy a llevar al portal mi canción y mi cariño.

Campana sobre campana y sobre campana dos, asómate a la ventana, porque está naciendo Dios.

Para finalizar; el padre de familia reza la siguiente oración de bendición:

Oremos.

Dios Padre,  que nos enviaste a tu Hijo muy amado,  derrama tu bendición sobre estos alimentos  y también sobre los miembros de este hogar,  para que así, como ahora acogemos, gozosos, a tu Hijo Reconciliador, lo recibamos también confiados cuando vengas al fin de los tiempos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Todos responden:

Amén.

En el nombre del Padre, del hijo y del espíritu Santo. Amén.


LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO I ADVIENTO CICLO A - 01 DICIEMBRE 2013

LA ANTIRUTINA




PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías 2,1-5

Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén: Al final de los días estará firme el monte de la casa del Señor en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas. Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos. Dirán: «Vengan, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob: él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén la palabra del Señor.». Será el árbitro de las naciones, el juez de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra. Casa de Jacob, ven, caminemos a la luz del Señor.

SALMO RESPONSORIAL (SAL 121)

Vamos alegres a la casa del señor

Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!.
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R.

Allá suben las tribus, las tribus del Señor
según la costumbre de Israel,
al celebrar el nombre Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R.

Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios». R

Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo».
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien. R.

05.- SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos 13,11-14

Dense cuenta del momento en que viven; ya es hora de despertarse del sueño, porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer. La noche está avanzada, el día se echa encima: dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz. Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas ni borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de riñas ni pendencias. Vestíos del Señor Jesucristo.

06.- EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 24,37-44

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por lo tanto, estén en vela, porque no saben qué día vendrá su Señor. Comprendan que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estén también ustedes preparados, porque a la hora que menos piensen viene el Hijo del hombre.».

CREDO NICENOCONSTANTINOPOLITANO

Creo en un solo DIOS, PADRE todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, JESUCRISTO, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz. Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros los hombres y por nuestra salvación, bajó del cielo; y por obra del Espíritu Santo se encarnó de  María,  la  Virgen,  y  se  hizo  hombre.
Y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creo en el ESPÍRITU SANTO, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo, recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo la iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

PLEGARIA UNIVERSAL

En este momento de espera activa, de preartacion, miremos a nuestro corazón y presentemos desde alli nuestras necesidades al Padre:

1.- Por la Iglesia, peregrina en el mundo: para que haga participes a todas las personas de la esperanza que ilumina su camino y despierte así en ellas el deseo y la certeza de la salvación. Roguemos al Señor.

2.- Te pedimos, Padre por el Papa, Francisco, para que ante cada adversidad se vea socorrido por el Amor que tienes a tu Iglesia. Roguemos al Señor.

3.- Por nuestras comunidades cristianas: para que la cercania del salvador nos estimule a vivir como hijos de la luz, rechazando en todo momento las obras de las tinieblas. Roguemos al Señor.

4.- Por aquellos en quienes la dureza de la vida ha apagado toda ilusión: para que nuestra oración y fraternidad hagan florecer en ellos la esperanza y la voluntad de comprometerse por un mundo mejor. Roguemos al Señor.

5.- Por los Goberantes; para que, por encima de todo interes egosita promuevan la paz y el respeto a los derechos de los hombres y de los pueblos. Roguemos al Sñeor.

Gracias, Señor porque hoy nos das razones para vivir y para amar, para llenar nuestro vacio existencial, para vencer incansables la perenne mezauindad humana, para iniciar hoy la apsionante tarea que nos confias: el adviento inacabado de un hombre y un mundo nuevos. Ayuudanos, Señor, con la fuerza de tu Espiritu. Amen.


COMENTARIO

El ciclo litúrgico que hoy comienza va a tener a Mateo como evangelista base. “Hermanos, ¡Despierten de su sueño!”. Nuestro sueño es la rutina. La rutina nos oculta el transcurrir inexorable de los días.
Jesús describe esta rutina: “En tiempos de Noé, la gente comía, bebía, se casaba…”. Un hombre supo ver las cosas a tiempo: “Noé entró en el arca”.
Pero los demás siguieron viviendo hasta que, “cuando menos lo esperaban, llegó el diluvio y se los llevó a todos”. La rutina nos traga a todos. Piensen en esos “debería reaccionar…, es preciso que actúe… ¡es tremendo cómo pasan los años!..., si pudiera volver…, si los jóvenes supieran”.
Nosotros lo sabemos. Basta con escuchar a Jesús: “Dos hombres estarán en el campo, al uno se lo llevarán y al otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo, a una mismas tareas, unos duermen y otros viven.
Unos no se preparan para nada y otros están dispuestos. ¿Despiertos a qué?. La llamada a la vigilancia, lo repite Jesús, es a una vigilancia de buena calidad. Puede tomar el aspecto de una angustia paralizante, o convertirse en un “¿para que?” que suponga un desprecio del mundo y de las taras terrenas.  No, la vigilancia evangélica es por el contrario una vida actual poderosa, ya que en ella se verifica constantemente  la  calidad  de  interés y de atención de lo que uno  está haciendo.
Nuestra costumbre (comer-.tele-auto), nuestras preocupaciones (ganar mas; acaba esta tarea) nuestros proyectos de ocio (el fin de semana,  las  vacaciones).  ¿Hacer todo  esto de nosotros unos hombres que utilizamos la vida a fondo?. ¿O es el amor, es decir la vida al cien por ciento? ¿Dónde está el servicio fraternal, los afanes misioneros, la oración? “No tengo tiempo” es a veces el grito de la vida intensa. Pero a menudo es la canción de la rutina, porque la rutina canta muy bien.
La vigilancia cristiana no es más que la vida ante Dios, la vida con Dios. Se hacen exactamente las mismas cosas, pero esas cosas tienen un interés más, una  densidad.
“A uno se lo llevarán y al otro lo dejarán”. Los vigilantes se arraigan ya en lo eterno, los rutinarios se quedan en la superficie de las coas y en cada momento corren el peligro  de  verse  barridos.
La verdadera vigilancia, lejos de quitar el gusto por las coas de la vida, les da el sabor de las iniciaciones de los aprendizajes apasionantes. ¡Qué maravilla convertirse  a través de todo lo que uno vive en una persona que se construye para la eternidad y que construye una parte de la humanidad eterna!. ¿La anti-rutina?. Reflexionar recuperarse, no dejar que sea el reloj lo único que dicta nuestra vida, no dejarse atar por la agenda, por los automatismos, por el “siempre he hecho esto”.
El cristiano “que está preparado” es aquel que vive lo ordinario tan libremente tan conscientemente que esto lo mantiene despierto para lo inesperado incluida la hora extraordinaria la ultima quizás traicionera: “Estad vigilantes para que  no  los  sorprenda”.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 01: Is 4, 2-6; Sal 121; Mt 8, 5-11.
Martes 02: San Francisco Javier presbítero (MO) Is 11, 1-10; Sal 71; Lc 10, 21-24.
Miércoles 03: Is 25, 6-10ª; Sal 22; Mt 15, 29-37.
Jueves 04: Is 26, 1-6; Sal  117;  Mt 7, 2 1.24-27.
Viernes 05:  Is 29, 17-24; Sal 26; Mt 9, 27-31.
Sábado 06:   San Ambrosio, Obispo y Doctor de la Iglesia (MO) Is 30, 18-21.23-26; Sal 146; Mt 9, 35—10, 1.6-8.
Domingo 07:  Domingo II de Adviento. Is 11, 1-10; Sal 71; Rm 15, 4-9; Mt 3, 1-12.