CORONA DE ADVIENTO
Significado. El círculo de follaje verde, recuerda la
eternidad de Dios y nos hace pensar en los miles de años de espera del Mesías,
desde Adán hasta su nacimiento y, en la actual espera de la segunda venido de
Cristo. El color verde significa la esperanza de la vida.
Las cuatro velas que se colocan alrededor, significan la luz que
disipan las tinieblas del pecado, son tres de color morado, que hablan del
deseo de conversión y una rosa que habla de la alegría vivida con María, por la
inminente llegada de Jesús.
La vela blanca del centro es la Luz de Jesús que con su
nacimiento, viene a iluminar definitivamente la vida del hombre.
Celebración.
Es una costumbre que reúne a la familia, pues es allí en donde se sugiere la
celebración. La familia unida hace una oración en torno a la corona, con alguna
meditación alusiva a las lecturas dominicales; se enciende una vela cada semana
cantando algo que hable de la espera del Salvador. La noche del 24 de diciembre
con las cuatro velas encendidas, se enciende por último la vela blanca cantando
villancicos y se "acuesta al niño Jesús" en el nacimiento, como de
costumbre, desde luego después de haber leído el Evangelio del relato del
Nacimiento en Belén y de haber hecho una reflexión y oración todos juntos.
Generalmente en los templos se reparten hojas con oraciones sugeridas para esta
celebración.
Algunas sugerencias
Si en este año se ha propuesto vivir el adviento y realizar su
corona, tome en cuenta lo siguiente:
* Es mucho mejor si toda la familia participa en la elaboración de
la corona, aprovechando el momento para motivar a los niños platicándoles
acerca de esta costumbre y su significado.
* Asegúrense de colocar la corona en un lugar especial dentro de
la casa; en un espacio fijo donde los niños la puedan ver, de manera que ellos
recuerden constantemente la venida de Jesús y la importancia de prepararse para
ese momento.
* Fijen con anticipación, el horario en que se prenderán las
velas, esto hará que las cosas salgan mejor y que los niños comprendan que es
algo importante. Recuerden que el invitado que se esta esperando es el más
importante para nuestra familia.
* Para que todos participen y se sientan parte de la ceremonia, se
pueden distribuir las funciones, por ejemplo:
-
Uno tendrá el encargo de arreglar
y limpiar el lugar donde irá la corona antes de comenzar con esta tradición
navideña.
-
Otro tendrá la función de apagar
las luces al inicio y encenderlas al final.
-
Uno más puede dirigir el canto o
poner la grabación de algún villancico.
-
Alguien más encargado de dirigir
las oraciones.
-
Otro de leer las lecturas.
-
Y quien se encargue de encender
las velas.
PRIMERA LITURGIA SEMANAL CON LA CORONA DE ADVIENTO
INDICACIONES
La corona sin ninguna vela encendida. Crear un ambiente recogido,
con poca luz. Es recomendable colocar una imagen de la Virgen al lado de la
corona, con un cirio a sus pies. De este cirio se puede tomar la llama para
encender la primera vela de la corona.
Todos: En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
Monitor: Nuestro auxilio es el nombre del
Señor.
Todos: Que hizo el cielo la tierra.
Monitor: Comenzamos un nuevo año
litúrgico con el tiempo de Adviento, tiempo de preparación y espera. Encender,
semana tras semana, los cuatro cirios de esta corona debe ser un reflejo de
nuestra gradual preparación para recibir al Señor Jesús en la Navidad. Las luces
de las velas nos recuerdan que Él es la Luz del mundo que ha venido a disipar
las tinieblas. El color verde de la corona simboliza la vida y la esperanza que
Él nos ha venido a traer.
Lector: Lectura tomada del libro del
profeta Isaías: «Levántate, brilla, Jerusalén; que llega tu luz y la gloria del
Señor amanece sobre ti. Pues mira como la oscuridad cubre la tierra, y espesa
nube a los pueblos, mas sobre ti amanece el Señor y su gloria sobre ti
aparece».
Monitor: Quien dirige la oración, con las manos juntas, dice:
Nos recogemos unos instantes en silencio, e inclinando nuestras
cabezas, vamos a pedir que el Señor bendiga esta corona de Adviento.
Oremos.
La tierra, Señor, se alegra en estos días, y tu Iglesia desborda de gozo ante tu Hijo,
el Señor Jesús, que se avecina como luz esplendorosa, para iluminar a los que
yacemos en las tinieblas, de la ignorancia, del dolor y del pecado. Lleno de
esperanza en su venida, tu pueblo ha preparado esta corona con ramos del bosque
y la ha adornado con luces. Ahora, pues, que vamos a empezar el tiempo de
preparación para la venida de tu Hijo, te pedimos, Señor, que, mientras se
acrecienta cada día el esplendor de esta corona, con nuevas luces, a nosotros
nos ilumines con el esplendor de Aquel que, por ser la Luz del mundo, iluminará
todas las oscuridades. Te lo pedimos por Él mismo que vive y reina por los
siglos de los siglos.
Todos: Amén.
Monitor: Vamos a encender ahora la
primera vela de nuestra corona diciendo "Señor despierta en tus fieles el
deseo de esperar la venida de Cristo, practicando las buenas obras, para que
admitidos a su lado merezcan poseer el Reino Celestial, por Nuestro Señor
Jesucristo....."
(Una
persona encienda la primera vela mientras se entona
UN PUEBLO
QUE CAMINA
UN PUEBLO
QUE CAMINA POR EL MUNDO GRITANDO: “VEN, SEÑOR”.
UN PUEBLO
QUE BUSCA EN ESTA VIDA LA GRAN LIBERACIÓN
Los pobres siempre esperan el amanecer de un día más justo y sin
opresión.
Los pobres hemos puesto la esperanza en Ti, Libertador.
Salvaste nuestra vida de la esclavitud, esclavos de la ley,
sirviendo en el temor.
Nosotros hemos puesto la esperanza en Ti, Dios del Amor.
El mundo por la guerra sangra sin razón, familias destrozadas
buscan un hogar.
El mundo tiene puesta su esperanza en Ti, Dios de la Paz.
TODOS:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
SEGUNDA LITURGIA SEMANAL CON LA CORONA DE ADVIENTO
INDICACIONES
La corona
al iniciar la liturgia debe estar encendida la primera vela. Crear un ambiente
recogido, con poca luz. Es recomendable colocar una imagen de la Virgen al lado
de la corona, con un cirio a sus pies. De este cirio se puede tomar la llama
para encender la primera vela de la corona.
Todos: En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
Monitor: Vamos a encender la segunda vela
de nuestra corona. El Señor está cada vez más cerca de nosotros y debemos
prepararnos dignamente para recibirlo en nuestros corazones. Hagamos un momento
de silencio para elevar nuestra oración al Señor.
Lector: Lectura tomada del Evangelio
según San Lucas:
«En el año quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio
Pilato procurador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea; Filipo, su hermano,
tetrarca de Iturea y de Traconítida, y Lisanias tetrarca de Abilene; en el
pontificado de Anás y Caifás, fue dirigida la palabra de Dios a Juan, hijo de
Zacarías, en el desierto. Y se fue por toda la región del Jordán proclamando un
bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el
libro de los oráculos del profeta Isaías: Voz que clama en el desierto:
Preparen el camino del Señor, enderecen sus sendas; todo barranco será
rellenado, todo monte y colina será rebajado, lo tortuoso será recto y las
asperezas serán caminos llanos. Y todos verán la salvación de Dios».
Monitor: Debemos preparar el camino del
Señor y esto nos exige estar preparados interiormente para la venida del Señor
Jesús, para que lo recibamos con un corazón reconciliado, cada vez más
convertido y transformado, capaz de amar y entregarse a los demás. Hagamos un
compromiso concreto para esta semana que nos ayude a disponernos cada vez mejor
para su venida. (Se deja un momento de silencio)
Monitor: Mientras encendemos la segunda
vela de nuestra corona para el segundo Domingo y decimos:” Concédenos, Dios
todopoderoso y eterno, que ningún acto terreno impida nuestra solicitud en
prepararnos a la avenida de tu hijo, sino que la enseñanza de tu Celestial
sabiduría nos lleve a una íntima unión con Él, que contigo vive y
reina....."
Cantad
con gozo, con ilusión ya se acerca el Señor.
VEN VEN
SEÑOR
VEN, VEN
SEÑOR, NO TARDES. VEN, VEN, QUE TE ESPERAMOS.
VEN, VEN
SEÑOR, NO TARDES. VEN PRONTO, SEÑOR.
El mundo muere de frío, el alma perdió el calor, los hombres no
son hermanos, el mundo no tiene amor.
Envuelto en sombría noche, el mundo sin paz, no ve, buscando va
una esperanza, buscando, Señor, tu fe.
Al mundo le falta vida, al mundo le falta luz, al mundo le falta
el cielo, al mundo le faltas Tú.
Monitor: Elevemos ahora nuestras
peticiones a Dios Padre y respondamos a cada una de ella: Ven Señor Jesús.
Lector: Te pedimos, Padre, por nuestra
Santa Iglesia Católica que se prepara para la venida de tu Hijo, para que
siempre tengamos fijos los ojos en Aquél que nos trae la reconciliación. Ven
Señor Jesús.
Te rogamos por la paz en el mundo, para que en este tiempo de
Adviento se viva con mayor intensidad el amor y la solidaridad. Ven
Señor Jesús.
Te pedimos, Padre, por cada uno de nosotros, para que hagamos
esfuerzos por caminar al encuentro del Señor Jesús, que es la "Luz del
Mundo". Ven Señor Jesús.
Te rogamos también por nuestra familia, para que a ejemplo de la
familia de Nazaret vivimos el amor mutuo y nos preparemos para la venida de tu
Hijo. Ven Señor Jesús.
Te pedimos que Santa María aliente nuestros pasos en este
Adviento, y sea Ella quien nos enseñe a crecer en confianza y esperanza en la
venida del Reconciliador. Ven Señor Jesús.
(Se
pueden añadir otras peticiones)
Monitor: Acudamos a nuestra Madre para
que nos obtenga abundantes gracias que nos ayuden a prepararnos, de la misma
manera como Ella lo hizo, para recibir al Señor Jesús. Recemos junto un Ave
María. Terminemos este momento de
oración cantando Madre (Junto a ti María).
Junto a ti, María,
como un niño quiero estar. Tómame en tus brazos, guíame en tu caminar.
Quiero que me eduques
que me enseñes a rezar, hazme transparente, lléname de paz.
MADRE, MADRE, MADRE, MADRE (2)
Gracias, Madre mía, por llevarnos a Jesús. Haznos más humildes, tan sencillos como tú. Gracias, Madre mía, por abrir tu corazón, porque nos
congregas y nos das tu amor
Monitor: Madre de la Esperanza…
Todos: Ruega por nosotros.
Todos: En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
TERCERA LITURGIA SEMANAL CON LA CORONA DE ADVIENTO
INDICACIONES
La corona
al iniciar la liturgia deben estar encendidas la primera y la segunda vela de
la corona. Crear un ambiente recogido, con poca luz. Es recomendable colocar
una imagen de la Virgen al lado de la corona, con un cirio a sus pies. De este
cirio se puede tomar la llama para encender la tercera vela de la corona.
Todos: En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
Monitor: Estamos ya en la tercera semana
de Adviento: aumenta nuestra alegría y nuestro júbilo por la venida del Señor
Jesús, que está cada vez más cerca de nosotros. Empecemos nuestra oración
cantando
VAMOS A
PREPARAR LOS CAMINOS
VAMOS A
PREPARAR EL CAMINO DEL SEÑOR. VAMOS A CONSTRUIR LA CIUDAD DE NUESTRO DIOS.
VENDRÁ EL SEÑOR CON LA AURORA, EL BRILLARÁ EN LA MAÑANA, PREGONARÁ LA VERDAD.
VENDRÁ EL SEÑOR CON SU FUERZA, ÉL ROMPERA LAS CADENAS, ÉL NOS DARÁ LA LIBERTAD.
El estará a nuestro lado, El guiará nuestros pasos. Él nos dará la
salvación. Nos limpiará del pecado, ya no seremos esclavos. Él nos dará la
libertad.
Visitará nuestra casa, nos llenará de esperanza. Él nos dará la
salvación. Compartirán nuestros cantos, todos seremos hermanos. Él nos dará la
libertad.
Caminará con nosotros, nunca estaremos ya solos. El nos dará la
salvación. El cumplirá la promesa y llevará nuestras penas. El nos dará la
libertad.
Monitor: Vamos a encender la tercera vela
de nuestra corona de Adviento. El Señor está más cerca de nosotros y nos
ilumina cada vez más. Abramos nuestro corazón, que muchas veces está en
tinieblas, a la luz admirable de su amor.
Lector: Lectura tomada del Evangelio según San Lucas:
«La gente le preguntaba: «Pues ¿qué debemos hacer?»
Y él les respondía: «El que tenga dos túnicas, que las reparta con
el que no tiene; el que tenga para comer, haga lo mismo». Vinieron también
publicanos a bautizarse, y le dijeron: «Maestro, ¿qué debemos hacer?»
Él les dijo: «No exijan más de lo que les está fijado». Le
preguntaron también unos soldados: «Y nosotros ¿qué debemos hacer?»
Él les dijo: «No hagan extorsión a nadie, no hagan denuncias
falsas, y conténtense con su paga».
Como el pueblo estaba a la espera, andaban todos pensando en sus
corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo; respondió Juan a todos
diciendo: «Yo les bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y
no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. Él les bautizará en
Espíritu Santo y fuego. En su mano tiene el bieldo para limpiar su era y
recoger el trigo en su granero; pero la paja la quemará con fuego que no se
apaga».
Y, con otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo la Buena
Nueva».
Monitor: Vamos a encender la tercera vela
de nuestra corona y se dice la oración del tercer Domingo:" Señor que ves
a tu pueblo esperando fielmente la festividad del nacimiento de tu Hijo,
concédenos celebrar la obra tan grande de nuestra salvación, con solemnes
cánticos de alabanza, y con una inmensa alegría. Por nuestro Señor...."
Monitor: Acudamos ahora a Santa María,
que colaborando con el Plan del Padre permitió que la luz del Señor ilumine a
la humanidad, y pidámosle que siga intercediendo por nosotros en este tiempo de
preparación. Recemos juntos la oración.
Brillante Luna de la Nueva Evangelización, que con tu fulgor iluminas la noche por la
que tantos deambulan sin rumbo en el rumbo de la «cultura de muerte» alumbra
todo humano caminar con la luz del Señor Jesús que sin igual sabes reflejar.
Que así sea. Amén.
MONITOR:
Terminemos nuestra oración cantando Santa
María de la Esperanza.
SANTA MARÍA DE LA ESPERANZA MANTÉN EL
RITMO DE NUESTRA ESPERA.(2V).
Nos diste al Esperado de los tiempos, mil veces prometido en los profetas. Y nosotros de nuevo deseamos que vuelva a repetirnos sus promesas.
Brillaste como aurora del gran día, plantaba Dios su tienda en nuestro suelo. Y nosotros soñamos con su vuelta, queremos la llegada de su reino.
Viviste con la cruz de la esperanza, tensando en el amor la larga espera; Y nosotros buscamos con los hombres el nuevo amanecer de nuestra tierra.
Esperaste, cuando todos vacilaban, el triunfo de Jesús sobre la muerte. Y nosotros esperamos que su vida anime nuestro mundo para siempre
TODOS:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
CUARTA LITURGIA SEMANAL CON LA CORONA DE ADVIENTO
INDICACIONES
La corona
al iniciar la liturgia deben estar encendidas las anteriores velas de la
corona. Crear un ambiente recogido, con poca luz. Es recomendable colocar una
imagen de la Virgen al lado de la corona, con un cirio a sus pies. De este
cirio se puede tomar la llama para encender la tercera vela de la corona.
Todos: En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
Monitor: Alegrémonos porque el Señor está
cerca de nosotros y viene a traernos la reconciliación. Encenderemos la cuarta
y última vela de nuestra corona. Que este símbolo nos recuerde la proximidad de
la venida del Señor Jesús, que viene a traernos alegría y esperanza. Iniciemos la oración de esta semana cantando LA VIRGEN SUEÑA CAMINOS (u otro canto
apropiado)
La Virgen sueña caminos, está a la espera; la Virgen sabe que el
niño está muy cerca.
De Nazaret a Belén hay una senda; por ella van los que creen en
las promesas.
LOS QUE
SOÑÁIS Y ESPERÁIS LA BUENA NUEVA, ABRID LAS PUERTAS AL NIÑO QUE ESTÁ MUY CERCA,
EL SEÑOR CERCA ESTÁ EL VIENE CON LA PAZ. EL SEÑOR CERCA ESTÁ, EL TRAE LA
VERDAD.
En estos días del año, el pueblo espera que venga pronto el Mesías
a nuestra tierra. En la ciudad de Belén llama a las puertas, pregunta en las
posadas, y… no hay respuesta.
La tarde ya lo sospecha, está alerta. El sol le dice a la luna que
no se duerma. A la ciudad de Belén vendrá una estrella, vendrá con todo el que quiera cruzar fronteras.
Lector: Lectura tomada del Evangelio
según San Lucas:
«En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la
región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a
Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo
el niño en su seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?
Porque , apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en
mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron
dichas de parte del Señor!» Y dijo María: «Proclama mi alma la grandeza del
Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en
la humildad de su sierva, por eso desde ahora todas las generaciones me
llamarán bienaventurada.»
Monitor: La presencia del Señor Jesús
entre nosotros nos llena de gozo y alegría. Es la Madre quien nos lo hace
cercano, quien permite que esa Luz llegue a nosotros e ilumine nuestra vida. En
compañía de Santa María encendamos la última vela de nuestra corona de Adviento
mientras cantamos MI CASA SERÁ BELÉN (u otro canto apropiado).
SEÑOR QUE
CASA NO HALLASTE CUANDO NACISTE EN BELÉN,
HOY TE OFREZCO LA MÍA: MI CASA SERÁ BELÉN.
TÚ QUE
ERES LUZ Y ERES VIDA, VEN A MI VIDA A NACER.
Y TE
CUIDARE COMO TE CUIDO MÁRÍA, COMO TE
CUIDO JOSÉ, Y TE CUIDASE (2v).
Mi casa será Belén si viene mi puerta abierta y si mi mente está alerta al resplandor de la
fe
la fe que tuvo María. La fe que tuvo José.
Mi casa será Belén si doy mi llave a los pobres y si sé amar a los hombres con el amor de tu
ley. Igual que amaba María, igual que amaba José
(Una
persona enciende la cuarta vela, orando en familia:
"Te rogamos Señor, que infundas en nuestras almas, Tu gracia, para que
reconociendo y venerando la Encarnación de Jesucristo Tu Hijo, anunciada por el
ángel a María, consigamos por su pasión y su cruz, llegar a la Gloría de su
Resurreción, por Jesucristo Nuestro Señor........"
(Se pueden hacer alguna
peticiones acudiendo a la intercesión de la Virgen María respondiendo después
de cada petición:
Por intercesión de tu Madre, escúchanos Señor.)
Monitor: Oremos.
Padre misericordioso, que quisiste que tu Hijo se encarnara en el
seno de Santa María Virgen, escucha nuestra súplicas y concédenos tu gracia
para que sepamos acoger al Señor Jesús, tu Hijo, que contigo vive y reina en
unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
MONITOR:
Terminemos nuestra oración cantando LLEGARA
LA LIBERTAD
Caminamos hacia el sol esperando la verdad, la mentira, la
opresión cuando vengas, cesarán
LLEGARÁ
CON LA LUZ LA ESPERADA LIBERTAD (BIS).
Construimos hoy la paz en la lucha y el dolor; nuestro mundo surge
ya en la espera del Señor.
Te esperamos, tú vendrás a librarnos del temor; la alegría, la
amistad son ya signos de tu amor.
TODOS:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ORACIÓN PARA SER REZADA EN FAMILIA RODEANDO EL PESEBRE EN LA
NOCHEBENA
Queremos poner en sus manos esta oración para ser rezada en
familia, en la Nochebuena o el día de Navidad.
Jesús nació en la humildad de un establo, de una familia pobre
(ver Lc 2, 6-7); unos sencillos pastores son los primeros testigos del
acontecimiento. En esta pobreza se manifiesta la gloria del cielo (ver Lc 2,
8-20). La Iglesia no se cansa de cantar la gloria de esta noche:
La Virgen da hoy a luz al Eterno.
Y la tierra ofrece una gruta al Inaccesible. Los ángeles y los pastores le alaban, y los
magos avanzan con la estrella. Porque Tú
has nacido para nosotros, Niño pequeño,
¡Dios eterno! Sólo hoy será Navidad si
en ti y en tu familia nace de María el Señor Jesús.
INICIO DE
LA ORACIÓN
Todos santiguándose
dicen:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
El padre
de familia, al comenzar la celebración, dice:
Alabemos y demos gracias al Señor, que tanto amó al mundo que le
entregó a su Hijo.
Todos
responden:
Bendito seas por siempre, Señor.
Luego el
padre de familia dispone a los presentes para la bendición, con las siguientes
palabras:
El Señor Jesús ha nacido de Santa María. El pesebre que adorna
nuestro hogar nos recuerda el gran amor del Hijo de Dios, que ha querido habitar
entre nosotros. Aquello que ocurrió hace dos mil un años, lo revivimos esta
noche santa (día santo) en el misterio. El Señor Jesús es el mismo, ayer, hoy y
siempre. Que esta Navidad fortalezca nuestros pasos en el tercer milenio
cristiano.
Uno de los
miembros de la familia lee el siguiente texto de la Sagrada Escritura:
LECTURA
Lc. 2,
4-7a: María dio a luz a su hijo primogénito.
Escuchemos, ahora, hermanos, la palabra del Santo Evangelio según
San Lucas:
En aquellos días, José, que era de la casa y familia de David,
subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se
llama Belén, en Judea, para inscribirse con su esposa María, que estaba
encinta. Y mientras estaban allí le llegó el tiempo del parto, y dio a luz a su
hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre.
Palabra del Señor
Todos
responden:
Gloria a Ti, Señor Jesús.
Después de la lectura se canta "NOCHE DE PAZ", mientras
el menor de la familia coloca al Niño en el Pesebre.
NOCHE DE
PAZ
Noche de paz, noche de amor: llena el cielo un resplandor; en la
altura resuena un cantar:
"os anuncio una dicha sin par, en la tierra ha nacido Dios,
hay en Belén de Judá".
Noche de paz, noche de amor: todo duerme en derredor; sólo velan
mirando la faz de su niño en angélica paz, José y María en Belén (2 veces)
Noche de Dios, noche de paz: esplendor inmortal, luz eterna en la
noche brilló: es la gloria del Hijo de Dios. Duerme el Niño Jesús. (2 veces)
PETICIONES
Otros dos
miembros de la familia dirigen las peticiones:
En este momento en que nos hemos reunido toda la familia para
iniciar las fiestas de Navidad, dirijamos nuestra oración al Señor Jesús, Hijo
de Dios vivo y de Santa María, que quiso ser también hijo de una familia
humana; digámosle: Por tu nacimiento, señor, protege a nuestra familia.
Señor Jesús, Palabra Eterna, que al venir al mundo, anunciaste la
alegría a la tierra, alegra nuestros corazones con la alegría de tu visita. Por
tu nacimiento, señor, protege a nuestra familia.
Reconciliador del mundo, que con tu nacimiento nos has revelado la
fidelidad de Dios-Padre a sus promesas, haz que nosotros seamos también fieles
a las promesas de nuestro bautismo. Por tu nacimiento, señor, protege a nuestra
familia.
Rey del cielo y de la tierra, que por tus ángeles anunciaste la
paz a los hombres, conserva en tus paz nuestras vidas y que haya paz en nuestro
país y en todo el mundo. Por tu nacimiento, señor, protege a nuestra
familia.
Hijo de Santa María, que quisiste serte Hijo de Mujer, concédenos
descubrir que María es también nuestra Madre y ayúdanos a amarla con la ternura
filial de tu corazón. Por tu nacimiento, señor, protege a nuestra
familia.
Dios-con-nosotros, que quisiste nacer en el seno de una familia,
bendice nuestro hogar para que en el siempre reine el amor de manera especial
acuérdate de las familias que en estas fiestas de navidad viven en soledad y
dolor y haz que sientan el consuelo de saberse hijos de la gran familia de
Dios.
Por tu nacimiento, señor, protege a nuestra familia.
Se pueden añadir otras peticiones libres
Terminemos nuestras peticiones rezando la oración de los hijos de
Dios: Padre Nuestro.
ORACIÓN
DE BENDICIÓN
Luego el
padre de familia dice:
Señor Dios, Padre nuestro,
que tanto amaste al mundo que nos entregaste a tu Hijo único nacido de María la Virgen, dígnate bendecir
este nacimiento y a la familia cristiana que está aquí presente, para que las
imágenes de este Belén nos ayuden a profundizar en la fe.
Te lo pedimos por Jesús, tu Hijo amado, que vive y reina por los
siglos de los siglos.
Amén.
Concluida la bendición del pesebre toda la familia reza junta la
siguiente oración:
Salve, Reina de los Cielos
y Señora de los ángeles; salve
raíz, salve puerta, que dio pasó a nuestra luz.
Alégrate, Virgen gloriosa, entre todas la más bella; salve,
agraciada doncella, ruega a Cristo por nosotros.
El padre
de familia dice:
Que con el auxilio de tan dulce intercesora.
Todos
responden:
Seamos siempre fieles en el terreno caminar.
Todos
santiguándose dicen:
En el nombre del padre, del hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Podemos ofrecerle al Señor Jesús una respuesta de fe concreta, en
esta navidad y Nuevo Año.
Especialmente podemos proponernos expresarle nuestro amor en algo
práctico y efectivo, en relación con nuestros hermanos más pobres, a través de
alguna obra de caridad.
BENDICIÓN DE LA CENA DE NOCHEBUENA
En el
centro de la mesa se colocará una vela apagada.
Toda la
familia, de pie, se reúne alrededor de la mesa. Santiguándose dicen:
El Padre, el hijo y el Espíritu Santo, sean glorificados en todo
tiempo y lugar por la Inmaculada Virgen María. Que Así sea. Amén
La madre
de familia dice:
Hoy nos encontramos reunidos celebrando el nacimiento del Señor
Jesús de la Virgen María. Dios, en muestra de su inmenso amor, envió a su hijo
para que la comunión perdida por el pecado fuera restablecida. Él nos reúne
esta noche y, unidos de la misma forma que la familia de Nazaret, nos muestra
que nuestra espera no ha sido en vano.
Uno de
los hijos lee:
"Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso
y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el ángel del
Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El
ángel les dijo: "No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será
para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que
es el Cristo y Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto
en pañales y acostado en un pesebre". Y de pronto se juntó con el ángel una
multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: "Gloria a
Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se
complace"." (Lc. 2, 8-14)
Y todos
responden:
Gloria a Ti, Señor Jesús, que hoy has nacido de la Virgen María.
Mientras uno de los hijos enciende el cirio colocado en medio de
la mesa, todos entonan el siguiente canto:
CAMPANA
SOBRE CAMPANA
Campana sobre campana y sobre campana una, asómate a la ventana
verás al niño en la cuna.
BELÉN,
CAMPANAS DE BELÉN QUE LOS ÁNGELES TOCAN, ¿QUÉ NUEVAS ME TRAÉIS? (2 veces)
Recogido tu rebaño, ¿adónde vas, pastorcito? voy a llevar al
portal mi canción y mi cariño.
Campana sobre campana y sobre campana dos, asómate a la ventana,
porque está naciendo Dios.
Para
finalizar; el padre de familia reza la siguiente oración de bendición:
Oremos.
Dios Padre, que nos
enviaste a tu Hijo muy amado, derrama tu
bendición sobre estos alimentos y
también sobre los miembros de este hogar,
para que así, como ahora acogemos, gozosos, a tu Hijo Reconciliador, lo
recibamos también confiados cuando vengas al fin de los tiempos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Todos
responden:
Amén.
En el nombre del Padre, del hijo y del espíritu Santo. Amén.