LOS BIENAVENTURADOS
Monte de las Bienaventuranzas |
ORACION COLECTA
Señor, concédenos amarte con todo
el corazón y que nuestro amor se extienda también todo los hombres. Por nuestro Señor
Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del Profeta Sofonías 2, 3; 3, 12-13
Busquen al Señor los humildes, que cumplan sus
mandamientos, busquen la justicia, busquen la moderación, quizá puedan ocultarse
el día de la ira del Señor.
Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde, que
confiará en el nombre del Señor.
El resto de Israel no cometerá maldades, ni dirá
mentiras, ni se hallará en su boca una lengua embustera; pastarán y se tenderán
sin sobresaltos.
SALMO
RESPONSORIAL (145)
Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es
el Reino de los Cielos.
El Señor hace justicia a los oprimidos, da pan a los hambrientos. El Señor
liberta a los cautivos. R
El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos. R
El Señor sustenta al huérfano
y a la viuda y trastorna el camino de los malvados. El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a
los Corintios 1, 26-31
Hermanos: Fíjense en su asamblea, no hay en ella
muchos sabios en lo humano, ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas; todo
lo contrario, lo necio del mundo lo ha escogido Dios para humillar a los
sabios.
Aún más, ha escogido la gente baja del mundo, lo
despreciable, lo que no cuenta para anular a lo que cuenta, de modo que nadie
pueda gloriarse en presencia del Señor.
Por él ustedes son en Cristo Jesús, en este Cristo que
Dios ha hecho para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención.
Y así—como dice
la Escritura—el que se gloríe que se gloríe en el Señor.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 5, 1-12a
En aquel tiempo, al ver Jesús al gentío subió a la
montaña, se sentó y se acercaron sus discípulos, y él se puso a hablar
enseñándoles: Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino
de los Cielos.
Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la
tierra. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los
que tienen hambre y sed de 1a justicia, porque ellos quedarán saciados.
Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos
los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se
llamarán «los Hijos de Dios.».
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los Cielos. Dichosos ustedes cuando los
insulten, y los persigan, y los calumnien de cualquier modo por mi causa. Estén
alegres y contentos, porque su recompensa será grande en el cielo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Invoquemos con corazón unánime y plegaria ferviente a Dios Padre,
fuente y origen de todo bien. Respondemos todos: Escúchanos, Señor.
1.-
Por la Santa Iglesia, reunida aquí en el nombre del Señor y extendida por todo
el mundo. Escúchanos, Señor
2.- Por nuestra comunidad parroquial de Santa
Rosa de Lima, nuestra querida Talara y sus distritos, por su prosperidad y por
todos los que en ella habitan. Escúchanos, Señor
3.-
Por los que están de viaje, por los enfermos y prisioneros, por los pobres y
todos los que sufren. Escúchanos, Señor
4.-
Por nuestros hermanos difuntos, para que Dios los reciba en su reino de luz y
felicidad. Escúchanos, Señor
Dios nuestro que has prometido a los pobres y sencillos la
felicidad del reino eterno, escucha nuestras oraciones y no permitas que tus
fieles se dejen seducir por los engaños del mundo, antes bien, a semejanza de
los humildes del Evangelio, sigan con fidelidad a su esposo y Señor, y
experimenten así la fuerza de su Espíritu. Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Presentemos, Señor, estas ofrendas en tu altar
como signo de nuestra servidumbre, concédenos que al ser aceptadas por ti, se
conviertan para tu pueblo en sacramento de vida y redención. Por Jesucristo
nuestro Señor.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Reanimados por estos dones de
nuestra salvación te suplicamos, Señor, que el pan de vida eterna nos haga
crecer continuamente en la fe verdadera. Por Jesucristo nuestro Señor.
COMENTARIO
El ámbito de las bienaventuranzas
es religioso. Es decir, presuponen una toma de posición previa por Jesús y por
el reinado de Dios. Jesús se dirige exclusivamente a los que han tomado
posición por él y por el Reino (=a los discípulos). Hagamos un breve
comentario. -"...al ver Jesús al gentío, subió a la montaña...":
Desde la montaña, como desde un nuevo Sinaí, Jesús proclama ante las multitudes
y no sólo para el grupo restringido de los discípulos, la nueva ley del Reino,
convocando al pueblo de la Nueva Alianza. La bienaventuranza o felicidad
proclamada es escatológica (final de los tiempos), pero también presente ya de
una manera latente en quienes viven según el programa del Reino; sólo por la fe
puede percibirse. -"Dichosos los pobres en el espíritu...": La
primera y la última bienaventuranza enmarcan el conjunto de las otras seis
(tres referidas a situaciones de sufrimiento y tres referidas a actitudes en
bien del hombre). La primera es una invitación a optar por la condición de
pobre. El término "en el espíritu" no es ningún intento de aguar su
fuerza social: indica que se trata de una pobreza que abraza lo más profundo de
la persona y que, por tanto, no se puede reducir a una situación sociológica
fruto de la necesidad ni a un sentimiento de desprendimiento de carácter
interior. Contra la idolatría del poder del dinero se trata de una opción
fundamental por Dios. De aquí que la promesa sea la entrada en el Reino, en el
ámbito de la realeza única de Dios. -"Dichosos los que lloran...":
Las tres bienaventuranzas siguientes hablan de situaciones de sufrimiento fruto
de la opresión y de la injusticia. Los términos para expresarlo provienen del
AT: los que lloran (los oprimidos) reciben la recompensa del consuelo de la
liberación (Is 61,2); los humildes, los sufridos, (los desposeídos de la
tierra), la alegría de poseer el país; y los que tienen hambre y sed de
realización de la justicia de Dios, verán cumplidos su deseo con el
establecimiento del Reino. -"Dichosos los misericordiosos...":
Las otras tres bienaventuranzas
hablan de las actitudes activas de la compasión, de la misericordia y de la
pureza de corazón que son el indicativo de una conducta sincera hacia los demás
y ante Dios, y de la creación de situaciones de paz como anticipación del Reino
mesiánico y definitivo en el que todos serán hijos de un mismo Padre. -"Dichosos
los perseguidos...": La última de las bienaventuranzas tiene estrecha
relación con la primera.
La opción contra el poder y el dinero, contra
la idolatría, provoca la persecución. Pero este fracaso de los discípulos en el
mundo es también prenda de felicidad. Comparten la misma suerte de los profetas
y del Maestro, que deviene un indicativo de que están en el camino que conduce
a la verdadera felicidad de la vida del Reino, más adelante: "Sean
perfectos, como su Padre celestial es perfecto".
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE
CADA DÍA
Lunes 30: Hb. 11, 32-40; Sal 30; Mc. 5, 1-20.
Martes 31: San Juan Bosco (MO) Hb 12, 1-4; Sal
21; Mc 5, 21-43.
Miércoles 01: Hb. 12, 4-7.11-15; Sal 102; Mc. 6, 1-6.
Jueves 02: Presentación del Señor (F). Ml 3,
1-4; Sal 23; Hb. 2, 14-28; Lc. 2, 22-40.
Viernes 03: Hb. 13, 1-8; Sal 26; Mc. 6, 14-29
Sábado 04: Hb. 13,
15-17.20-21; Sal 22; Mc. 6, 30-34.
Domingo 05: Is. 58, 7-10; Sal 111; Cor. 2, 1-5; Mt.
5, 13-16
COMENTARIOS AL EVANGELIO
Mt 5, 1-12a
Par: Lc 6 20-23
El versículo
inicial, que da cuenta de la presencia de la gente y de los discípulos, ya
había quedado preparado el domingo pasado con la invitación al seguimiento y
con la actividad por toda Galilea. En la montaña y en postura docente, a
semejanza de los rabinos rodeados de discípulos. Para el marco Mateo sigue
sirviéndose del cliché del Éxodo: presenta a Jesús en la montaña a semejanza de
Moisés, a quien Jesús da sentido y cumplimiento.
La enseñanza es
cadenciosa, debido a la reiteración del adjetivo "dichosos" en cada
comienzo de una enumeración de ocho miembros, que a su vez tienen todos una
misma estructura: dichosos los ...porque... La cadencia se rompe en los dos
últimos versículos con la presencia de la segunda persona, en referencia
directa a los discípulos presentes.
La enumeración
recoge ocho tipos diferentes de personas, cada uno de ellos designado por una
situación o tarea que comportan sufrimiento y riesgo. En la enumeración
propuesta por la traducción litúrgica (las ediciones críticas prefieren
actualmente el orden inverso para el segundo y tercer miembro) los tipos de
personas que se recogen son los siguientes: pobres en el espíritu, sufridos o
no violentos, los que lloran, hambrientos y sedientos de justicia,
misericordiosos o los que prestan ayuda, limpios de corazón, trabajadores o
constructores de la paz y, por último, perseguidos por causa de la justicia.
Es importante
observar que lo que se declara bienaventurado son las personas y no las
situaciones. La observación es importante porque ello significa que las bienaventuranzas
no convalidan o consagran situaciones sociológicas de injusticia y dolor, sino
que alaban a personas activas, a personas que llevan adelante una tarea
dolorosa o que han hecho una opción dolorosa. Esto es especialmente
esclarecedor para la primera bienaventuranza, en la que se habla de pobres en
el espíritu: se trata de personas que han optado por la pobreza como forma de
vida.
En la segunda
parte de cada uno de los ocho miembros de que consta la enumeración, Jesús
promete en nombre de Dios a todas estas personas un final a su sufrimiento y
dolor. En el pasado se ha querido ver en estas palabras de Jesús una proclama
reaccionaria, adormecedora de conciencias y favorecedora del mantenimiento de
situaciones de injusticia en beneficio de los dominantes. A la luz del análisis
anterior queda bastante claro que una interpretación así supone un total
desenfoque del texto. Nadie con seriedad la sostiene hoy.
Mateo ha
dispuesto que estas palabras abran el conjunto de la enseñanza de Jesús. Se
realza así la importancia de las mismas.
Dirigidas como
están a los discípulos, el carácter programático de estas palabras ilumina el
concepto de discípulo que Mateo tiene. Ser discípulo o seguidor de Jesús es
para este autor llevar un estilo de vida caracterizado por la solidaridad con
los que sufren y por la construcción de un orden de cosas diferente.
A su vez, las
palabras de Jesús confieren a este estilo de vida una perspectiva trascendente.
El seguidor de Jesús sabe que cuenta con Dios y que los riesgos y las
dificultades no serán quienes tengan la última palabra. Por eso se sabe y se
siente bienaventurado el seguidor de Jesús.
A. Benito, Dabar 1990/12
2.- SENTIDO DEL
TEXTO.-El ámbito de las bienaventuranzas es religioso. Es decir, presuponen una
toma de posición previa por Jesús y por el reinado de Dios. Jesús se dirige
exclusivamente a los que han tomado posición por él y por el Reino (=a los
discípulos). Esta toma de posición previa le lleva al discípulo a adoptar
posturas concretas. Estas posturas le colocan unas veces en situaciones penosas
y otras en actividades cuya realización comporta una serie de dificultades.
Tanto en unos casos como en otros el discípulo puede llegar a experimentar el
desánimo, la tentación de mandarlo todo a paseo o puede incluso "quemarse".
Es aquí, ante estas posibilidades muy humanas, donde interviene Jesús y le dice
al discípulo: "No te desanimes. No eres ningún desgraciado. Todo lo
contrario: eres un bienaventurado. Eres tú quien está construyendo el Reino y
llegará un día en que esto aparezca con toda claridad". La perspectiva de
futuro que Jesús introduce no es una evasión; es, sencillamente, la certeza que
necesita el luchador de que su lucha no es una quimera, la certeza de que su
lucha vale la pena porque efectivamente lleva a un término glorioso.
Dabar 1978/12
3. - Los
que se creen "salvados" por sus méritos y no por el amor y
misericordia de Dios. Jesús envía un mensaje de esperanza a los desahuciados de
este mundo. Pero esta esperanza no consiste sólo en que más tarde tendrán
premio, como quien juega a una tómbola de eternas recompensas. Consiste en que
ya aquí, en este mundo, su vida es un clamor que atrae el cariño de Dios. Y si
las cosas estuvieran establecidas conforme al pensamiento divino muy otra sería
su precaria condición.
4.- Las
bienaventuranzas no son diferentes caminos para llegar al Reino de Dios, de
manera que cada uno pueda elegir el que mejor le cuadre. No, Jesús ofrece desde
perspectivas distintas el único camino. En primer lugar se señala una actitud inicial
básica que se convierte en exigencia para llegar al Reino de Dios. El que
adopta esa actitud es ya "dichoso", pues hay para él una promesa. En
la primera y en la última bienaventuranza la promesa es expresamente el Reino
de los Cielos, en las otras se trata de la misma realidad considerada bajo
diversos aspectos.
Juan Bautista
comenzó su predicación anunciando el juicio inminente de Dios, Jesús comienza
proclamando las bienaventuranzas del Reino sobre aquellos que, a los ojos de
todo el mundo y de los dirigentes de Israel, eran los desdichados, los
despreciados, los perdidos. ¿No es esto también un juicio? Ciertamente lo es
para los ricos, los poderosos y los satisfechos si no entran por el camino de
las bienaventuranzas. En este supuesto Jesús pronunció también las
malaventuranzas (/Lc/06/24-26). Se ha dicho que Mateo hace una corrección al
texto de Lucas, en el que se habla simplemente de los "pobres". Pero
Mateo no espiritualiza a Lucas ni reduce la pobreza a una simple actitud del
espíritu, lo que hace es destacar esta actitud sin negar su expresión social.
El análisis de la tradición bíblica de los "anawim" (los
"humildes de la tierra" en expresión de Sofonías, primera lectura de
hoy), que es el contexto en el que debe interpretarse el mensaje de las
bienaventuranzas, nos da un concepto de pobreza en el que se encuentran los dos
aspectos: los justos pertenecen de hecho a la clase social más baja.
En esta última
bienaventuranza Jesús se refiere directamente a los discípulos, que serán sus
testigos. Las anteriores se refieren a los pobres, a los sufridos, a los que
tienen hambre y sed de justicia, etc...; por lo tanto, a muchos hombres que no
serán siempre expresamente cristianos.
Eucaristía
1987/07
5.- -"...al
ver Jesús al gentío, subió a la montaña...": Desde la montaña, como desde
un nuevo Sinaí, Jesús proclama ante las multitudes y no sólo para el grupo
restringido de los discípulos, la nueva ley del Reino, convocando al pueblo de
la Nueva Alianza. La bienaventuranza o felicidad proclamada es escatológica,
pero también presente ya de una manera latente en quienes viven según el
programa del Reino; sólo por la fe puede percibirse.
-"Dichosos
los pobres en el espíritu...": La primera y la última bienaventuranza
enmarcan el conjunto de las otras seis (tres referidas a situaciones de
sufrimiento y tres referidas a actitudes en bien del hombre). La primera es una
invitación a optar por la condición de pobre. El término "en el
espíritu" no es ningún intento de aguar su fuerza social: indica que se
trata de una pobreza que abraza lo más profundo de la persona y que, por tanto,
no se puede reducir a una situación sociológica fruto de la necesidad ni a un
sentimiento de desprendimiento de carácter interior. Contra la idolatría del
poder del dinero se trata de una opción fundamental por Dios. De aquí que la
promesa sea la entrada en el Reino, en el ámbito de la realeza única de Dios.
-"Dichosos
los que lloran...": Las tres bienaventuranzas siguientes hablan de
situaciones de sufrimiento fruto de la opresión y de la injusticia. Los
términos para expresarlo provienen del AT: los que lloran (los oprimidos)
reciben la recompensa del consuelo de la liberación (Is 61,2); los humildes,
los sufridos, (los desposeídos de la tierra), la alegría de poseer el país; y
los que tienen hambre y sed de realización de la justicia de Dios, verán
cumplidos su deseo con el establecimiento del Reino.
-"Dichosos
los misericordiosos...": Las otras tres bienaventuranzas hablan de las
actitudes activas de la compasión, de la misericordia y de la pureza de corazón
que son el indicativo de una conducta sincera hacia los demás y ante Dios, y de
la creación de situaciones de paz como anticipación del Reino mesiánico y
definitivo en el que todos serán hijos de un mismo Padre.
-"Dichosos
los perseguidos...": La última de las bienaventuranzas tiene estrecha
relación con la primera. La opción contra el poder y el dinero, contra la
idolatría, provoca la persecución. Pero este fracaso de los discípulos en el
mundo es también prenda de felicidad. Comparten la misma suerte de los profetas
y del Maestro, que deviene un indicativo de que están en el camino que conduce
a la verdadera felicidad de la vida del Reino.
J. Naspleda, Misa Dominical 1990/03
6.- Al
proclamar estas tres o cuatro bienaventuranzas primitivas, Jesús no enunció
probablemente condiciones para entrar en el Reino. Más aún: debió de proclamar
a la manera profética que determinadas situaciones desgraciadas (las más
típicas habitualmente consideradas en el estilo profético) habían por fin provocado
la atención benevolente de Dios, que sin tardar y gratuitamente iba a hacer
llegar su Reino.
Maertens-Frisque, Nueva Guía de la Asamblea
Cristiana II, Marova Madrid 1969.Pág. 136
7.- La
"obertura" del sermón de la montaña es una proclamación, una promesa,
una llamada cordial a la felicidad que viene de Dios. Las bienaventuranzas son
como un retrato del verdadero pueblo de Dios.
Los pobres,
entre los que podemos incluir a los que lloran, y a los humildes, son esta
categoría de personas desvalidas, conscientes de que solos no pueden salir de
su situación y que no quieren salir de ella a base del poder y la fuerza. De
hecho, algunos autores afirman que se podría explicar el término
"humildes" diciendo "no-violentos". Son aquellos que tienen
a Dios por rey, según la expresión de Isaías y del salmo que hemos leído. La
"justicia" va más allá de lo que entendemos normalmente por justicia.
Es la relación correcta con Dios, con los demás y con el mundo. Practicar la
justicia es hacer la voluntad de Dios, que a menudo se contrapone a los deseos
humanos, lo que provoca la persecución para los que quieren ser justos.
Los
"misericordiosos" son los que se ponen en la piel del otro y actúan
en consecuencia: dan de comer al que tiene hambre, etc.
Los
"limpios de corazón" son los que viven la actitud contraria a lo que
entendemos cuando hablamos de fariseísmo.
Hay que
entender a "los que trabajan por la paz" como aquellos que trabajan
positivamente por la paz, entendida como la plenitud de vida que Dios quiere
para todos los hombres.
El resto del
sermón de la montaña y todo el evangelio de Mateo irán concretando esta
proclamación inicial del modo de ser de los discípulos de Jesús.
Una
proclamación acompañada de una promesa que, resumiendo, es el Reino de los
cielos, el Reino de Dios, es decir, la vida en Dios. Podríamos ponerle como
título el que encontraremos más adelante: "Sed perfectos, como vuestro
Padre celestial es perfecto".
J. M. Grané, Misa Dominical 1993/02