COMENTARIO
Volvemos a escuchar nuevamente los relatos de la pasión y
los vamos a leer una vez más, es la mejor de las meditaciones para los días de
la semana santa. Tenemos cuatro relatos y podemos alimentar nuestra fe y nuestro
amor con diferentes contemplaciones: Mateo (ciclo A), Marcos (Ciclo B) Lucas
(Ciclo C), Juan para el viernes santo de cada año.
El relato de la pasión según Mateo recoge y
amplía el de Marcos. Nos limitaremos a señalar algunas características y matices. Leemos la última parte del
"acta del martirio": proceso civil y ejecución.
Mateo da a
la redacción un sentido más expresivamente teológico. Con cierto regusto
sacral, casi litúrgico. Le escribe a una comunidad que conoce las costumbres judías.
A través de su constante referencia a textos de la Escritura, se transparenta
el cumplimiento de las profecías. En el momento culminante del proceso, acentúa
la responsabilidad del pueblo de la alianza: v 25. Palabras desnudas y
dolorosas, que hay que leer con serena comprensión. No fue todo el pueblo judío
el responsable directo de la muerte de Jesús, sino unos cuantos dirigentes
corrompidos. Un puñado de hombres sobornados, de gente mal informada. Con la
colaboración servil de Pilatos. De la triste escena hace Mateo un signo. El
antiguo pueblo de la elección pierde el privilegio de su «herencia» teológica,
que pasará al nuevo Israel universal. Se realiza el drama alegorizado en la
parábola de los viñadores (21,33-46).
La muerte
de Cristo, acontecimiento escatológico. Quizá es el acento más característico
de Mateo (vv 51-53). La tierra que tiembla y las rocas que se hunden avisan, en
lenguaje apocalíptico, que el mundo antiguo ha llegado a su fin. La
resurrección de los muertos anuncia la renovación definitiva del pueblo (Ez
37...). Se ha rasgado el velo del templo. Comienza la nueva y eterna alianza en
la sangre purificadora de Jesús (26,28).
«Los que
pasaban» (39s) actualizan la tentación del desierto: «Si eres Hijo de Dios...»
(cf. Mt 4,3ss). Precisamente porque es el Hijo de Dios ha aceptado la cruz
(26,42), y como Hijo de Dios se manifiesta en ella (27,54). Expresión infinita
de amor al Padre (= plegaria de Getsemani). Donación total de sí mismo (=
26,26-28) para la auténtica liberación del hombre (20,28).
El
evangelista rubrica la historia del Calvario recordando el ejemplo de firmeza
de aquellas mujeres (55-56), discípulos y seguidores del Maestro, que desde
donde podían miraban (exactamente: «contemplaban») al Crucificado. Insinúa en
ellas el ardor con que la espiritualidad cristiana, ya a partir de san Pablo,
hará de la cruz uno de los temas predilectos de contemplación religiosa.
R.P.
Roland Vicente Castro Juárez
BENDICION DE LOS RAMOS
Oremos: Dios todopoderoso y eterno, santifica con tu bendición estos
ramos y, a cuantos vamos acompañar a Cristo Rey aclamándolo con cantos, concédenos,
por medio de Él, entrar en el Jerusalén del cielo, que vive y reina por los siglos
de lo siglos.
EVANGELIO
DE LA ENTRADA DEL SEÑOR
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 21, 1-11
Cuando se
acercaban a Jerusalén y llegaron a Betfage, junto al monte de los Olivos, Jesús
mando dos discípulos, diciéndoles: “Vayan al poblado de enfrente, encontraran
enseguida una burra atada con su pollino, desátenlos y tráiganmelos. Si alguien
les dice algo, contéstenle que el Señor los necesita y los devolverá pronto”. Esto
ocurrió para que se cumpliese lo que dijo el profeta: “digan a la hija de Sion:
“Mira a tu rey, que viene a ti, humilde, montado en un asno, en un pollino, cría
de un animal de carga”. Fueron los discípulos e hicieron lo que les había mandado
Jesús: Trajeron la burra y el pollino, echaron encima sus mantos, y Jesús monto
encima. La multitud extendió sus mantos por el camino, algunos cortaban ramas
de arboles y alfombraban el camino. Y la gente que iba delante y detrás gritaba:
¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!. ¡Hosanna
en el cielo!”. Al entrar en Jerusalén, toda la ciudad preguntaba alborotada: “¿Quién
es este?”. La gente que venía con él decía: “Es Jesús, el profeta de Nazareth
de Galilea”.
ANTIFONA DE ENTRADA Mt 21,
9
Hosanna, al Hijo de
David, bendito el que viene en nombre del Señor, el Rey de Israel. Hosanna en
el cielo.
ORACION
COLECTA
Dios todopoderoso
y eterno, que hiciste que nuestro salvador se encarnase y soportara la cruz
para que imitemos su ejemplo de humildad, concédenos, propicio, aprender las
enseñanzas de la pasión y participar de la resurrección gloriosa. Por nuestro
Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura
del libro de Isaías 50. 4-7.
Mi Señor me ha dado
una lengua de discípulo, para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada
mañana me despierta el oído para que escuche como los discípulos”. EL Señor me abrió
el oído, y yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me
golpeaban, las mejillas a los que tiraban mi barba; no me tape el rostro ante
ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por
eso endurecí el rostro como roca, sabiendo que no quedaría defraudado”.
SALMO RESPONSORIAL (21)
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?.
Al
verme se burlan de mí, hacen muecas, menean la cabeza: «Acudió al Señor, que lo
ponga a salvo; que lo libre si tanto lo quiere.». R
Me
acorrala una jauría de mastines, me cerca una banda de malhechores: me taladran
las manos y los pies, puedo contar mis huesos. R.
Se
reparten mi ropa, echan a suerte mi túnica. Pero tú, Señor, no te quedes lejos;
fuerza mía, ven corriendo a ayudarme. R.
Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la
asamblea te alabaré. Fieles del Señor, alabadlo, linaje de Jacob, glorificadlo,
temedlo, linaje de Israel. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de
la carta del apóstol San Pablo a los Filipenses 2,
6-11.
Cristo, a
pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al
contrario, se despojo de su rango y tomo la condición de esclavo, pasando por uno
de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajo hasta someterse
incluso a la muerte y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levanto sobre todo y
le concedió el “Nombre-sobre-todo-nombre”; de modo que al nombre de Jesús toda
rodilla se dobla en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua
proclame; Jesucristo, es Señor, para gloria de Dios Padre.
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO Flp 2, 8-9
Cristo, por
nosotros, se sometió incluso a la muerte y una muerte de cruz. Por eso Dios lo
levanto sobre todo y le concedió el “Nombre-sobre-todo-nombre”.
EVANGELIO
Pasión de nuestro
Señor Jesucristo según San Mateo 26, 14; 27, 66.
¿Qué están dispuestos a darme, si se lo entrego?
C. En
aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos
sacerdotes y les propuso:
S. -«¿Cuántos
me dan si les entrego a Jesús?»
C. Ellos
acordaron darle treinta monedas de plata. Y desde entonces andaba buscando
ocasión propicia para entregarlo.
¿Dónde quieres que te preparemos la Pascua?
C. El
primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
S. -«¿Dónde
quieres que te preparemos la cena de Pascua?»
C. Él contestó:
† -«Vayan
a la ciudad, a casa de Fulano, y díganle: “El Maestro dice: Mi hora está cerca;
deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos»
C. Los
discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua.
Uno de ustedes me va a entregar
C. Al
atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo:
† -«Les
aseguro que uno de ustedes me va a entregar»
C. Ellos,
consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro:
S. -«Señor,
¿Acaso sere yo?”.
C. Él
respondió:
† -«El
que ha mojado su pan en el mismo plato que yo, ese me va a entregar: El Hijo
del hombre se va, como esta escrito de él; pero, ¡ay del que va a entregar al
Hijo del Hombre!; Mas le valdría no haber nacido”.
C. Entonces
preguntó Judas, el que lo iba a entregar:
S. -«¿Soy
yo acaso, Maestro?»
C. Él
respondió:
† -«Tú
lo has dicho.».
Esto es mi cuerpo. Ésta es mi sangre
C. Durante
la cena, Jesús tomó pan, pronuncio la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos,
diciendo:
† -«Tomen y coman: esto es mi cuerpo.».
C. Y,
cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias y se la dio diciendo:
† -«Beban todos de ella; porque ésta es mi sangre,
sangre de la alianza, derramada por todos para el perdón de los pecados. Y les
digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta el día que beba con ustedes
el vino nuevo en el reino de mi Padre. ».
C. Cantaron
el salmo y salieron para el monte de los Olivos.
Heriré al pastor, y se dispersarán las ovejas del rebaño
C. Entonces
Jesús les dijo:
† -«Esta noche van a caer todos por mi causa,
porque está escrito: “Heriré al pastor, y se dispersarán las ovejas del
rebaño.” Pero cuando resucite, iré antes que ustedes a Galilea.».
C. Pedro
replicó:
S. -«Aunque
todos caigan por tu causa, yo jamás caeré.».
C. Jesús
le dijo:
† -«Te aseguro que esta noche, antes que el gallo
cante, me negarás tres veces. ».
C. Pedro
le replicó:
S. -«Aunque
tenga que morir contigo, no te negaré. ».
C . Y
lo mismo decían los demás discípulos.
Empezó a entristecerse y a angustiarse
C. Entonces
Jesús fue con ellos a un huerto, llamado Getsemaní, y les
dijo:
† -«Siéntense
aquí, mientras voy allá a orar»
C. Y,
llevándose a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, empezó a entristecerse y a
angustiarse.
Entonces dijo:
† -«Me muero de tristeza: quédense aquí y velen
conmigo.».
C. Y,
adelantándose un poco, cayó rostro en tierra y oraba diciendo:
† -«Padre mío, si es
posible, que pase y se aleje de mí este cáliz. Pero no se
haga lo que yo quiero, sino lo que tú quieres.».
C. Y
se acercó a los discípulos y los encontró dormidos.
Dijo a Pedro:
† -«¿No
han podido velar una hora conmigo?. Velen y oren para no caer en la tentación,
pues el espíritu es decidido, pero la carne es débil. ».
C. De
nuevo se apartó por segunda vez y oraba diciendo:
† -«Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que
yo lo beba, hágase tu voluntad.».
C. Y,
viniendo otra vez, los encontró dormidos, porque los ojos se le cerraban de
sueño. Dejándolos de nuevo, por tercera vez oraba, repitiendo las mismas
palabras.
Luego se acercó
a sus discípulos y les dijo:
† -«Ya pueden dormir y descansar. Miren, está cerca
la hora, y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores.
¡Levántense, vamos! Ya está cerca el que me entrega.».
Echaron mano a Jesús para detenerlo
C. Todavía
estaba hablando, cuando apareció Judas, uno de los Doce, acompañado de un
tumult de gente, con espadas y palos, mandado por los sumos sacerdotes y los
ancianos del pueblo. El traidor les había dado esta contraseña:
S. -«Al
que yo bese, ése es; deténganlo.».
C. Después
se acercó a Jesús y le dijo:
S. -«¡Te
saludo, Maestro!»
C. Y
lo besó. Pero Jesús le dijo:
† -«Amigo, ¿a qué vienes?»
C. Entonces
se acercaron a Jesús y le echaron mano para detenerlo. Uno de los que estaban
con él agarró la espada, la desenvainó y de un tajo le cortó la oreja al criado
del sumo sacerdote.
Jesús le dijo:
† -«Envaina la espada; quien usa espada, a espada
morirá. ¿Piensas tú que no puedo acudir a mi Padre? El me mandaría enseguida más
de doce legiones de ángeles. Pero entonces no se cumpliría la Escritura, que
dice que esto tiene que pasar.».
C. Entonces
dijo Jesús a la gente:
† -«¿Han salido a prenderme con espadas y palos,
como a un bandido?. A diario me sentaba en el templo a enseñar y, sin embargo,
no me detuvieron».
C. Todo
esto ocurrió para que se cumpliera lo que escribieron los profetas. En aquel
momento todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.
Veran que el Hijo del hombre está sentado a la derecha del Todopoderoso
C. Los
que detuvieron a Jesús lo llevaron a casa de Caifás, el sumo sacerdote, donde
se habían reunido los escribas y los ancianos. Pedro lo seguía de lejos, hasta
el palacio del sumo sacerdote, y, entrando dentro, se sentó con los criados para
ver en que terminaría todo aquello.
Los sumos
sacerdotes y el sanedrín en pleno buscaban un falso testimonio contra Jesús
para condenarlo a muerte y no lo encontraban, a pesar de los muchos falsos
testigos que comparecían. Finalmente, comparecieron dos, que dijeron:
S. -«Éste
ha dicho: “Puedo destruir el templo de Dios y reconstruirlo en tres días»
C. El
sumo sacerdote se puso en pie y le dijo:
S. -«¿No
tienes nada que responder? ¿Qué son estos cargos que levantan contra ti?»
C. Pero
Jesús callaba. Y el sumo sacerdote le dijo:
S. -«Te
conjuro por Dios vivo a que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios.».
C. Jesús
le respondió:
† -«Tú
lo has dicho. Más aún, yo les digo: Desde ahora ustedes verán que el Hijo del
hombre está sentado a la derecha del Todopoderoso y que viene sobre las nubes
del cielo.».
C. Entonces
el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo:
S. -«Ha
blasfemado. ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos?. Acaban de oír la blasfemia.
¿Qué deciden?»
C. Y
ellos contestaron:
S. -«Es
reo de muerte.».
C. Entonces
le escupieron a la cara y lo abofetearon; otros lo golpearon, diciendo:
S. -«adivina,
Mesías, ¿quién te ha pegado?”.
Antes de que cante el gallo, me negarás tres veces
C. Pedro
estaba sentado fuera en el patio, y se le acercó una criada y le dijo:
S. -«También
tú andabas con Jesús el Galileo.».
C. Él
lo negó delante de todos, diciendo:
S. -«No
sé qué quieres decir.».
C. Y,
al salir al portal, lo vio otra y dijo a los que estaban allí:
S. -«Éste
andaba con Jesús el Nazareno.».
C. Otra
vez negó él con juramento:
S. -«No
conozco a ese hombre.».
C. Poco
después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro:
S. -«Seguro;
tú también eres de ellos, te delata tu acento.».
C. Entonces
él se puso a echar maldiciones y a jurar, diciendo:
S. -«No
conozco a ese hombre.».
C. Y
enseguida cantó un gallo. Pedro se acordó de aquellas palabras de Jesús: «Antes
de que cante el gallo, me negarás tres veces». Y, saliendo afuera, lloró
amargamente.
Entregaron a Jesús a Pilato, el gobernador
C. Al
hacerse de día, todos los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo se
reunieron para preparar la condena a muerte de Jesús. Y, atándolo, lo llevaron
y lo entregaron a Pilato, el gobernador.
No es lícito echarlas en el arca de las ofrendas, porque son precio
de sangre
C. Entonces
Judas, el traidor, al ver que habían condenado a Jesús, sintió remordimiento y
devolvió las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y ancianos,
diciendo:
S. -«He
pecado, he entregado a la muerte a un inocente.».
C. Pero
ellos dijeron:
S. -«¿A
nosotros qué? ¡Allá tú!»
C. Él,
arrojando las monedas en el templo, se marchó; y fue y se ahorcó. Los sumos
sacerdotes, recogiendo las monedas, dijeron:
S. -«No
es lícito echarlas en el arca de las ofrendas, porque son precio de sangre.».
C. Y,
después de discutirlo, compraron con ellas el Campo del Alfarero para
cementerio de forasteros. Por eso aquel campo se llama todavía «Campo de
Sangre». Así se cumplió lo escrito por Jeremías, el profeta:
«Y tomaron las
treinta monedas de plata, el precio que le pusieron los hijos de Israel, y
pagaron con ellas el Campo del Alfarero, como me lo había ordenado el Señor”.
¿Eres tú el rey de los judíos?
C. Jesús
fue llevado ante el gobernador, y el gobernador le preguntó:
S. -«¿Eres
tú el rey de los judíos?»
C. Jesús
respondió:
† -«Tú lo dices.».
C. Y,
mientras lo acusaban los sumos sacerdotes y los ancianos, no contestaba nada.
Entonces Pilato le preguntó:
S. -«¿No
oyes cuántos cargos presentan contra ti?».
C. Como
no contestaba a ninguna pregunta, el gobernador estaba muy extrañado. Por la
fiesta, el gobernador solía soltar un preso, el que la gente quisiera. Tenia
entonces un preso Famoso, llamado Barrabás. Cuando la gente acudió, les dijo
Pilato:
S. -«¿A
quién quieren que les suelte, a Barrabás o a Jesús, a quien llaman el Mesías?
».
C. Pues
sabía que se lo habían entregado por envidia. Y, mientras estaba sentado en el
tribunal, su mujer le mandó a decir:
S. -«No
te metas con ese justo, porque esta noche he sufrido mucho soñando con él.».
C. Pero
los sumos sacerdotes y los ancianos convencieron a la gente que pidieran el
indulto de Barrabás y la muerte de Jesús.
El gobernador
preguntó:
S. -«¿A
cuál de los dos quieren ustedes que les ponga en libertad?”.
C. Ellos
dijeron:
S. -«A
Barrabás. »
C . Pilato
les preguntó:
S. -«¿Y
qué hago con Jesús, llamado el Mesías?».
C. Contestaron
todos:
S. -«Crucifícalo».
C. Pilato
insistió:
S. -«Pues, ¿Qué mal ha hecho?»
C. Pero
ellos gritaban más fuerte:
S. -«Crucifícalo».
C. Al
ver Pilato que todo era inútil y que, al contrario, se estaba formando un
tumulto, tomó agua y se lavó las manos en presencia de la multitud, diciendo:
S. -«Soy
inocente de esta sangre. ¡Allá ustedes!».
C. Y
el pueblo entero contestó:
S. -«¡Su
sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos!».
C. Entonces
les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo
crucificaran.
¡Salve, rey de los judíos!
C. Los
soldados del gobernador se llevaron a Jesús al pretorio y reunieron alrededor
de él a toda la tropa; lo desnudaron y le pusieron un manto de color púrpura y,
trenzando una corona de espinas, se la ciñeron a la cabeza y le pusieron una
caña en la mano derecha. Y, doblando ante él la rodilla, se burlaban de él,
diciendo:
S. -«¡Salve,
rey de los judíos!»
C. Luego
le escupían, le quitaban la caña y le golpeaban con ella la cabeza. Y,
terminada la burla, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo llevaron a
crucificar.
Crucificaron con él a dos bandidos
C. Al
salir, encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo forzaron a que
llevara la cruz.
Cuando llegaron
al lugar llamado Gólgota (que quiere decir: «La Calavera»), le dieron a beber
vino mezclado con hiel; él lo probó, pero no quiso beberlo. Después de
crucificarlo, se repartieron su ropa, echándola a suertes, y luego se sentaron
a custodiarlo. Encima de su cabeza colocaron un letrero con la acusación: «Éste
es Jesús, el rey de los judíos». Crucificaron con él a dos bandidos, uno a la
derecha y otro a la izquierda.
Si eres Hijo de Dios, baja de la cruz
C. Los
que pasaban lo injuriaban y decían, meneando la cabeza:
S. -«Tú que
destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a tí mismo; si eres
Hijo de Dios, baja de la cruz.».
C. Los
sumos sacerdotes con los escribas y los ancianos se burlaban también, diciendo:
S. -«A
otros ha salvado, y él no se puede salvar. ¿No es el rey de Israel? Que baje
ahora de la cruz, y le creeremos. ¿No ha confiado en Dios? Si tanto lo quiere
Dios, que lo libre ahora. ¿No decía que era Hijo de Dios?»
C. Hasta
los bandidos que estaban crucificados con él lo insultaban.
Elí, Elí, lamá sabaktaní
C. Desde
el mediodía hasta la media tarde, vinieron tinieblas sobre toda aquella región.
A media tarde, Jesús gritó:
† -«Elí,
Elí, lamá sabaktaní.».
C. (Es
decir:
† -«Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»
C. Al
oírlo, algunos de los que estaban por allí dijeron:
S. -«A
Elías llama éste.».
C. Uno
de ellos fue corriendo; enseguida, cogió una esponja empapada en vinagre y,
sujetándola en una caña, le dio a beber.
Los demás
decían:
S. -«Déjalo,
a ver si viene Elías a salvarlo.».
C. Entonces
Jesús, dando de nuevo un fuerte grito, exhaló el Espiritu.
(Todos se arrodillan, y se hace una pausa.)
C. En
esto, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; la tierra tembló,
las rocas se rajaron. Las tumbas se abrieron, y muchos cuerpos de santos que
habían muerto resucitaron. Después que él resucitó, salieron de las tumbas,
entraron en la Ciudad santa y se aparecieron a muchos.
El centurión y
sus hombres, que custodiaban a Jesús, el ver el terremoto y lo que pasaba,
dijeron aterrorizados:
S. -«Realmente
éste era Hijo de Dios.».
C. Había
allí muchas mujeres que miraban desde lejos, aquellas que habían seguido a
Jesús desde Galilea para atenderlo; entre ellas, María Magdalena y María, la
madre de Santiago y José, y la madre de los Zebedeos.
Jose puso el cuerpo de Jesús en el sepulcro nuevo
C. Al
anochecer, llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que era también discípulo
de Jesús. Éste acudió a Pilato a pedirle el cuerpo de Jesús. Y Pilato mandó que
se lo entregaran. José, tomando el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana
limpia, lo puso en el sepulcro nuevo que se había excavado en una roca, rodó
una piedra grande a la entrada del sepulcro y se marchó.
María Magdalena
y la otra María se quedaron allí, sentadas enfrente del sepulcro.
Ahí tienen la guardia: vayan y aseguren el sepulcro lo mejor que
puedan.
C. A
la mañana siguiente, pasado el día de la Preparación, acudieron en grupo los
sumos sacerdotes y los fariseos a Pilato y le dijeron:
S. -«Señor,
nos hemos acordado que aquel impostor, estando en vida, anunció: “A los tres
días resucitaré.” Por eso, da orden de que vigilen el sepulcro hasta el tercer
día, no sea que vayan sus discípulos, roben el cuerpo y digan al pueblo: “Ha
resucitado de entre los muertos.” El
ultimo engaño sería peor que el primero”.
C. Pilato
contestó:
S. -«Ahí
tienen ustedes la guardia: vayan y aseguren el sepulcro lo major que puedan»
C. Ellos
fueron, sellaron la piedra y con la guardia aseguraron la vigilancia del
sepulcro.
Palabra del Señor
Gloria a ti Señor Jesús
PLEGARIA
UNIVERSAL
Oremos a Dios autor de nuestra salvación y, sabiendo que Jesús es el
que viene en su nombre para salvarnos de la muerte y del pecado, digámosle:
R.- Te rogamos, Óyenos
1.- Por la Iglesia; que en la pasión, muerte y resurrección de Cristo descubra
su amor por las personas, y en su resurrección encuentre la fuerza que necesita
para anunciarlo, con las palabras y las obras. Oremos al Señor. R.
2.- Por los cristianos: para que durante esta semana sintonicemos con el corazón
de Cristo y con su ayuda, y asumamos en nuestra vida la necesidad de caminar
siempre en continua conversión. Oremos. Al Señor. R.
3.- Por los que no tienen fe, por los que se sienten tentados, por los enfermos
y los pobres: para que Jesús, que desea consumar su plan salvador, sea su liberación. Oremos al Señor. R.
4.- Por todos nosotros, para que, con nuestras acciones concretas,
sepamos descubrir el rostro de Dios en los pobres y necesitados. Oremos al Señor. R.
Dios y Salvador del mundo, escucha nuestras suplicas confiadas y haz que
la contemplación de los misterios de nuestra redención nos haga mas sensibles a
tu voz, que nos llama a la santidad y al compromiso con los pobres y
necesitados. Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que por la pasión de tu Unigénito se
extienda sobre nosotros tu misericordia y aunque no la merecen nuestras obras,
que con la ayuda de tu compasión podamos recibirla en este sacrificio único. Por
Jesucristo nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Mt
26, 42
Padre mío, si este cáliz
no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Saciados con los dones santos,
te pedimos, Señor, que, así como nos has hecho esperar lo que creemos por la muerte
de tu Hijo, podamos alcanzar, por su resurrección. La plena posesión de lo que
anhelamos. Por Jesucristo nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 03: Is 42, 1-7; Sal 26; Jn 12,
1-11
Martes 04: Is 49, 1-6; Sal 70; Jn 13,
21-33.36-38.
Miércoles 05: Is 50, 4-9ª; Sal 68; Mt
26, 14-25.
Jueves 06: Is 61, 1-3a.6a.8b-9; Sal 88; Ap 1, 5-8; Lc 4,
16-21.
Viernes 07: Is 52, 13-53, 12; Sal 30;
Hb 4, 14-16; 5, 7-9; Jn 18, 1-19, 42.
Sábado 08: Gn 1, 1-2,2; Sal 103: Gn
22, 1-18; Mt 28, 1-10.
Domingo 09: Hch 10, 34a.37-43; Sal
117; Col 3, 1-4.
COMENTARIOS AL
EVANGELIO
Mt 26, 14-27, 66
1. -Traición de Judas. La traición sale del
mismo seno de la comunidad.
-Jesús ante Pilatos. La acusación adquiere el
tono de traición contra el poder romano. Irónicamente, Barrabás ("hijo del
padre") es amnistiado en vez del verdadero Hijo. Y el que es
"inocente" en el sueño de la mujer de Pilatos, es condenado.
J. NASPLEDA - MISA DOMINICAL 1987/08
2. J/PASION/Mt.
Los Evangelio de este día nos dan el relato
de la Pasión según los tres sinópticos y, en consecuencia, parece lo más indicado
presentar, como comentario a cada uno de ellos, un análisis de las
características de cada relato. De esta forma penetramos en el misterio de la
pasión y la muerte de Cristo por tres accesos muy concretos.
* * * *
a) Apenas se comienza la lectura de la versión
de Mateo, inmediatamente se advierte la importancia que tiene el tema del
cumplimiento de las Escrituras. Mateo prueba a los judeo-cristianos, que
esperaban un Mesías triunfador y glorioso, que los profetas anunciaron un Mesías
paciente y que las Escrituras previeron el desarrollo de la pasión hasta en sus
menores detalles.
Así, la agonía de Jesús en Getsemaní estaba
prevista por el Sal 41/62, 6 (26, 38). Apenas detenido Jesús, Mateo precisa que
era necesario que así sucediera para cumplir las Escrituras (26, 54, 56),
rechazando con ello la opinión de quienes pudieran ser partidarios de una
respuesta armada a la detención de Jesús. Y cuando se produce este suceso,
Jesús hace alusión al procedimiento que le identifica con los maleantes (26,
55), actuación que él relaciona con la del Siervo paciente en Is. 53, 9, 12,
según los Setenta: "Catalogado entre los criminales".
En el diálogo entre Cristo y el sumo sacerdote,
Mateo subraya también el tema del Templo (26, 21), "cumplido" en la
persona de Cristo, y cita (mejor que Lucas) el pasaje de Dan. 7, 13 sobre el
Hijo del hombre (26, 64). El evangelista es también el único que descubre la
muerte de Judas (27, 3-10), en la que ve de nuevo el cumplimiento de las
Escrituras (cita de Zac. 11, 12-13).
Al contrario que Lucas y Juan, Mateo y Marcos
insisten en el hecho de que Jesús no contesta nada a Pilatos. Reflejan así el
silencio del Siervo paciente ante las injurias (Is. 53, 7). Mateo alude
igualmente al gesto de Pilatos lavándose las manos (26, 24-25), duda porque en
él ve un rito ejecutado en cumplimiento de la ley (Dt. 21, 6-9; Sal. 72/73,
13). La multitud responde también a Pilatos por medio de una expresión
tradicional: "Que su sangre caiga..." (27, 25; cf. 2 Sam. 1, 16);
quizá Mateo haya visto en ello una profecía de la decadencia del pueblo judío.
Mientras que los demás evangelistas no
prestan gran atención al detalle, Mateo especifica que la bebida que se le
ofrece a Cristo en la cruz era de hiel, con lo que verifica el texto del Sal.
68/69, 22 (Mt. 27, 34). Utiliza el mismo procedimiento a propósito del reparto
de sus vestiduras, y del grito lanzado en la cruz, y otras aplicaciones, según
él, del Sal. 21/22 (Mt. 27, 35). Mateo es igualmente el único que relaciona las
burlas de los judíos contra Cristo en la cruz: "Ha salvado a
otros...", con las burlas de los impíos respecto al Justo (cf. 27, 43;
Sab. 2, 18-20).
Y también es el único autor que describe los
episodios que se desarrollaron después de la muerte de Jesús: el velo del Templo
que se rasga, las resurrecciones, los temblores de tierra son fenómenos
anunciados por los profetas para el día de Yahvé (Am. 8, 9). Mateo es,
finalmente, el único que menciona la riqueza de José de Arimatea (Marcos habla
de su notoriedad y Lucas de su piedad), con el fin de verificar la profecía de
Is. 53, 9: tendrá su sepulcro entre los ricos. No estará de más señalar que, en
el pensamiento de Isaías, esta profecía quería significar que el Siervo sería
confundido con los impíos.
Es evidente que Mateo siente la preocupación
por explicar los hechos por la Palabra: palabra de las Escrituras cumplidas,
palabra del mismo Jesús (mucho más pródigo en Mateo que en las demás
versiones). No se trata, pues, de una simple visión de conjunto: en Mateo se
elabora ya una teología que se centra preferentemente en torno a la idea de
cumplimiento: los acontecimientos de la Pasión no tienen nada de accidental y
forman parte del designio de Dios sobre el mundo.
Todo se desarrolla tan bien de la mano de
Dios en los acontecimientos de la Pasión que Mateo puede hacer de ella el final
de la era antigua y el comienzo de la era de la Iglesia. Más aún que los otros,
el primer Evangelio subraya el alcance escatológico y eclesiológico de los
acontecimientos. El velo desgarrado es señal de la caducidad de la economía
antigua y el temblor de tierra señala la introducción de la nueva. La fe del
centurión constituye las primicias de la conversión de las naciones. Al devolver
a los "discípulos" el cuerpo de Cristo, los sumos sacerdotes abdican
definitivamente sus prerrogativas y dejan a la Iglesia la tarea de ser signo de
Cristo en el mundo.
Una de las características propias del relato
de Mateo, bastante compleja por otro lado, es la mención de los guardias en la
cruz (Mt. 27, 36 y 54) y sobre todo en el sepulcro (Mt. 27, 62-66), una mención
que no hacen los demás evangelistas. La clave de esa mención nos la da el mismo
Mateo en 28, 11-15.
Parece que Mateo, o la tradición que
representa, compuso esta narración de la custodia con una finalidad
apologética: contrarrestar la fábula judía de la sustracción del cuerpo. La fe
de Mateo en Cristo es tan fuerte que llega incluso a componer un relato con el
fin de anular radicalmente la mentira de los judíos. De hecho, si Mateo parece
engañarnos, a nosotros y a nuestra mentalidad moderna, es fiel a una historia
más verdadera, la de su fe, de la que sabe perfectamente que no descansa sobre
la experiencia verificable de Jesús saliendo del sepulcro.
MAERTENS-FRISQUE - NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA
CRISTIANA III - MAROVA MADRID 1969.Pág. 232-234.
3. /Mt/26/36-41 CR/VIGILANCIA J/DEBILIDAD DEBILIDAD/J:
-Getsemaní
No hace falta decir que el episodio de Jesús
en Getsemaní posee gran importancia para comprender la pasión que sigue. Es una
escena de revelación. Mientras que la transfiguración (17,1-9) revelaba por
anticipado la gloria del Hijo del hombre, aunque encaminándose hacia la cruz,
aquí se revela la profunda humanidad de Cristo, su "debilidad". Es
una revelación que podemos resumir así: este hombre que siente "tristeza y
angustia", cuya alma está triste hasta morir y que experimenta el peso de
la "carne débil", es el portador de la revelación definitiva de Dios,
¡es el Hijo de Dios! Así pues, una profunda revelación del misterio de Cristo
que el discípulo, como siempre, no comprende; en lugar de velar y acompañar, el
discípulo se abandona al sueño. Efectivamente, se advierte un doble movimiento
en el relato: por una parte, Jesús que se aleja, solo (es una manera de
subrayar el carácter inaccesible del misterio encerrado en la oración de
Jesús); por otra, Jesús que se acerca, que vuelve a los discípulos y les invita
a acompañarlo (se subraya la cercanía del misterio de Jesús); pero el discípulo,
aunque invitado, no comprende. Además de revelarnos la profunda humanidad de
Jesús (por tanto, el relato que sigue se ha de leer tomando muy en serio la
humanidad del Hijo de Dios), el relato nos manifiesta la reacción íntima de
Jesús frente a los acontecimientos dolorosos inminentes. Es la pasión interior
del Maestro. Los relatos que siguen (proceso, condena, insultos, crucifixión)
son la superficie de la pasión, los hechos, la crónica; aquí se nos revela la
reacción íntima de Jesús; allí lo que los hombres hicieron con Jesús; aquí cómo
reaccionó en su ánimo. Por tanto, la escena de Getsemaní es, también desde este
punto de vista, una clave indispensable para comprender en profundidad el resto
de la narración. Finalmente, hay un tercer punto, no ya cristológico como los
dos primeros, sino eclesial; refleja la lección de vida que la comunidad cristiana
obtenía de la meditación de la oración de Jesús en el huerto. Como Cristo, por
medio de la vigilancia y de la oración al Padre, superó victoriosamente el momento
decisivo de la prueba, así el discípulo: "Vigilad y orad" es la
invitación reiterada a la Iglesia. El episodio se convierte en un modelo para
la existencia cristiana, en una ilustración de la advertencia que Mateo ha
colocado como conclusión del discurso escatológico (24,42): "Velad, pues,
porque no sabéis el día en que vendrá el Señor".
BRUNO MAGGIONI - EL RELATO DE MATEO - EDIC.
PAULINAS/MADRID 1982.Pág. 275.
El evangelista no pierde ocasión de subrayar
que Jesús es inocente. La mujer de Pilatos lo llama "hombre justo"
(27,19) y Pilatos, a su vez, reconoce públicamente su inocencia (27-24):
"Yo soy inocente de la sangre de este justo. Allá vosotros". Jesús es
condenado como inocente por su pueblo; una inocencia tan clara, que hasta los
paganos la reconocen. Sin embargo, es condenado, a pesar de la afirmación de la
inocencia por el mismo Pilatos. El procurador romano asume una actitud
manifiestamente contradictoria. Abre el proceso con una clara intención de
objetividad y se esfuerza en librar a Cristo de la condena. Mas apenas se ve
comprometido personalmente ("Viendo que no conseguía nada y que aumentaba
el alboroto": v.24), su objetividad desaparece; su deseo de objetividad no
va más allá de un cierto precio. Hay una razón de estado que prevalece sobre la
verdad y la justicia. Pilatos no está de ningún modo dispuesto a perderse a sí
mismo.
De todas formas, el intento de objetividad de
Pilatos y su pública proclamación de la inocencia de Jesús ponen de relieve la
obstinación y la injusticia que implica el rechazo de los judíos.
Ellos deben elegir entre el Mesías y Barrabás
(v.17); se ven forzados a elegir -ironía de la vida- entre el Mesías y un
ladrón. La escena es altamente simbólica. No se puede rechazar a Cristo sin
más; se lo cambia. Todo rechazo es una elección.
Mateo precisa que el rechazo es colectivo
(v.20). Es todo el pueblo quien condena al Mesías, y no sólo los jefes:
"Todo el pueblo respondió: Recaiga su sangre sobre nosotros y sobre
nuestros hijos". Mateo piensa probablemente en algunos textos bíblicos;
por ejemplo, 2 Samuel 1,16; Jer 51,31, según los cuales el que derrama sangre
inocente es maldito de Dios.
Los judíos habían entregado Jesús a Pilatos
(v.27,2); ahora Pilatos lo entrega a los soldados para que lo crucifiquen
(v.26). Pero antes del viaje al Calvario, el evangelista relata una segunda escena
de ultraje (vv. 27-31), paralela a la escena precedente, que seguía al proceso
judío; allí se hacía burla de Jesús profeta; aquí, de Jesús rey. Es una escena
importante; en cierto sentido ocupa el centro de toda la sección y enlaza los
dos temas principales que el evangelista desarrolla, a saber, la revelación de
la realeza de Jesús y su rechazo por parte del mundo. El juego cruel de los
soldados es burla y rechazo; Jesús es revestido de las enseñas reales por
burla. Sin embargo, y a despecho de todo, es proclamado "el rey de los
judíos".
-La Realeza de Jesús
Decíamos que el tema más importante de
nuestra perícopa es la realeza de Jesús. Es preciso profundizar en él. Mateo lo
ha introducido desde el principio de su evangelio (2,2), y ya entonces tuvo cuidado
de situarlo en un contexto de oposición y rechazo: Jesús es un rey que marcha
al destierro. Luego, el título de rey desaparece por completo del relato
evangélico y no reaparece hasta el relato de la pasión, precisamente en nuestra
perícopa y en la escena de la crucifixión. Esto es ya un dato de suma importancia.
La de Jesús es una realeza que únicamente en un contexto de pasión destaca en
todo su verdadero esplendor y en su auténtico sentido; solamente a la sombra de
la cruz se la puede entender sin equívocos. La escena de los ultrajes no
expresa solamente hasta qué punto Jesús fue rechazado y en qué grado se
humilló; pretende demostrar hasta dónde la realeza de Dios, manifestada en
Jesús, es diversa de los esquemas comunes; lo es hasta el punto de parecer una
burla. Sin embargo, esta diversidad ya la había dejado entrever Jesús
precedentemente (/Mt/20/25-28): "Sabéis que los jefes de las naciones las
tiranizan y que los grandes imperan sobre ellas. No habrá de ser así entre
vosotros, sino que el que quiera ser grande entre vosotros, sea vuestro
servidor; y el que quiera ser el primero entre vosotros, se haga vuestro
esclavo; como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para
servir y dar su vida en redención de muchos".
Luego hay una diferencia radical entre la
realeza de Cristo y la del mundo, entre las manifestaciones de la primera y las
manifestaciones de la segunda. No hay nada en común entre ambas; la realeza del
mundo se manifiesta en el poder, en la imposición, en la salvación de sí mismo;
la realeza de Cristo se manifiesta en el servicio, en el amor, en el rechazo
del poder como medio de sustraerse a las contradicciones. Por eso el mundo
rechaza la realeza de Cristo, no la comprende y hasta la considera una realeza
de burla. Por eso los mismos discípulos se sienten con frecuencia tentados -¡incluso
por amor al Maestro!- a modificar la realeza de Jesús, a hacerla semejante a la
del mundo, en un intento, se diría, de hacerla más convincente y eficaz.
BRUNO MAGGIONI - EL RELATO DE MATEO - EDIC.
PAULINAS/MADRID 1982.Pág. 289
-El Mesías, abandonado
Jesús moribundo es insultado por los
transeúntes (vv. 39-40), que lanzan contra él nuevamente la acusación de los
falsos testigos en el proceso: se glorió de poder destruir el templo y luego
reconstruirlo; que se salve a sí mismo.
Le insultan los escribas, los fariseos y los
ancianos, sus jueces: Ha salvado a otros y no puede salvarse a sí mismo; si
realmente fuera el Mesías, Dios le bajaría de la cruz; si realmente fuera amigo
de Dios, Dios lo libraría. Así pues, éstos ponen en duda la validez de sus
milagros (ya los habían interpretado como provenientes de Satanás: 12/24), la
verdad de sus pretensiones mesiánicas y la validez de su experiencia del Padre.
Se niega la identidad más profunda de Jesús. También los dos malhechores
crucificados con él le insultan del mismo modo.
El hombre corriente, las autoridades y los
desheredados, todos están contra Jesús. Para comprender el significado profundo
de estos insultos hemos de hacer una precisión. En la voz de los transeúntes,
de los sacerdotes y de los dos malhechores resuena la misma voz de satanás que
ya escuchamos en el relato de la tentación (/Mt/04/03): "Si eres el Hijo
de Dios...". Si realmente eres el Hijo de Dios, debes usar el poder de que
dispones para obtener credibilidad, para hacer triunfar la verdad. Y no se diga
que se trata de un razonamiento meramente humano; existe toda una literatura de
martirio que asegura justamente que Dios interviene siempre, aunque sea en el
último momento, para derrotar a los enemigos y hacer triunfar al justo. Así en
Sal 34,8 y en Sal 1,9-12: "Teniendo a Yahvé por refugio, el Altísimo por
tu asilo, no te llegará la calamidad ni se acercará la plaga a tu tienda, pues
te encomendará a sus ángeles para que te guarden en todos sus caminos".
Por tanto, los jueces tienen ahora la prueba de la verdad de su veredicto (una
prueba, diríamos, ¡tomada de las Escrituras!): si no puede salvarse, si Dios no
le salva, significa que hemos tenido razón al tomarlo por un falso mesías, por
un impostor y un blasfemo. Así comprendemos la soledad de Jesús. Es la soledad
del que se siente al final desmentido, abandonado de aquel mismo Dios en el que
únicamente había confiado y por cuya obediencia ha emprendido su camino:
"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" (/Mt/27/46).
Como de costumbre, el evangelista no se
limita a relatar los hechos, sino que los interpreta a la luz de las
Escrituras. Lo que está acaeciendo es el cumplimiento de las Escrituras.
BRUNO MAGGIONI - EL RELATO DE MATEO - EDIC.
PAULINAS/MADRID 1982.Pág. 294
6. - La Pasión es el relato de la Cruz de
Jesús. ¿Cómo ha entendido Jesús su propia muerte? Es difícil penetrar en el
secreto de Dios; pero sí que podemos dar algunos datos: Jesús soluciona su
papeleta él solo (26, 29s). Además Jesús experimenta vivísimamente la fuerza
del pecado: el pecado se mete de lleno en toda la persona de Jesús ("por
nosotros se hizo un maldito", /Ga/03/13). Llega hasta a identificarse con
los pecadores: palpa el convencimiento de que él no muere solamente por la
fuerza de las circunstancias, adversas cuanto cabe, ni siquiera por ser hombre,
porque alguna vez debía morir. Jesús se sabe "muriendo por otros" o,
dicho de otro modo: a lo largo del evangelio vamos viendo que Jesús tiene la
intuición de que encarna en su persona de algún modo la figura de aquel
"siervo" del que hablaba el AT (Is 53; Sal 22 y 69) del que se dice
que sufrirá por todos (Is 53, 4-5: "Y llevó los pecados de muchos e
intercedió por los culpables". Is 53, 12). Esta identificación de Jesús
con los pecadores es bien real, capaz de motivar la náusea más grande, la
tristeza de los que mueren (26, 38).
J/OBEDIENCIA: En segundo lugar, es el colmo de la
obediencia. Según Hb/05/07-10, la trágica oración de Jesús en el huerto se dice
que fue escuchada, y por eso salvado de la muerte. Siendo esto así, el morir de
Jesús fue, según los planes del reino, llegar a la vida. La obediencia de Jesús
llega a unos extremos de fe insospechados. En tercer lugar, vemos que Jesús es
entregado por Dios a la furia de sus enemigos (26, 46). Ocurre a veces en el AT
que Israel es "entregado" por Dios a la devastación de sus enemigos
normalmente por incumplimiento de la alianza (Lv 26, 25). A veces suele ocurrir
también que el privilegio de Dios es entregado a otros contrincantes (1 Sam.
24, 5). Otras veces son los mismos pueblos paganos quienes son entregados por
Dios a los ejecutores de su venganza (Ex 29, 19). En todos estos casos Dios se
desentiende, ya no quiere saber absolutamente nada de su pueblo, o de los que
antes estaban bajo su protección. Israel se queda en el más completo desamparo
porque Dios, su goel, su valedor, le hace ascos y le entrega a sus enemigos
como cosa de ningún valor. Jesús se identifica con ese Israel pecador y se ve abandonado
de Dios en el sentido más profundo del término, en el abandono último. Una
diferencia hay, sin embargo, entre Jesús e Israel: éste es entregado por su
incumplimiento de la Alianza, mientras que aquél es entregado por otros, por el
pecado de los que le entregan ("Cristo murió por nosotros cuando éramos
aún pecadores". Rm 5, 8). Y, además, paradoja enorme, el entregado,
perfecto, obediente, está de acuerdo en ser entregado (cf. Fllp 2): este es el
misterioso e irresoluble porqué de la Pasión.
Finalmente hacemos notar el fracaso absoluto
del programa de Jesús, quien ve claro que ha llegado la "hora del poder de
las tinieblas" (/Lc/22/53). Por un cierto tiempo
los pecadores van a estar por encima de Jesús. Todo lo que había construido en
su vida, en su predicación, parece venirse abajo. Por eso no es de extrañar que
Jesús muriera con la incertidumbre de la prueba (27, 46). Sin embargo, de una
vez para siempre, Jesús ha puesto su confianza en el Padre, se fía de él y sabe
que, aunque no lo parezca, esto terminará bien. La incertidumbre de la prueba
fue superada por el éxito y el gozo de la resurrección. No hay palabras en los
vocabularios de los hombres para llegar a ponderar este triunfo tanto del Padre
como del Hijo: el Padre por su fidelidad, el Hijo por su confianza.
V. 11: Esta pregunta de Pilatos no se
comprende bien sin las precisiones de Lc 23 1-2 que presenta al pueblo
denunciando a Jesús como uno que pretende llegar a ser rey. El término rey
tenía en el mundo judío unas claras connotaciones mesiánicas y políticas. De
ahí que la desconfianza del procurador fuera grande. No olvidemos el pasado
político de Israel con sus ansias de independencia que posteriormente se verán
confirmadas en la guerra del 70 contra los romanos. La respuesta de Jesús ha de
entenderse en sentido positivo: eres tú quien lo dice y tienes razón. Sin
embargo, el contexto indica que la realeza que pretende Jesús es de un estilo
muy diferente (esto ha motivado la explicación de Jn 18, 34s). Pretender ser
rey en una situación de tal opresión no es una ironía, sino que se inscribe en
lo paradójico del reino y de la pasión de Jesús: rey de la vida, rey para
salvar.
V. 16: Según manuscritos de mucho peso el
nombre completo es "Jesús Barrabás", nombre común en la época del
Señor. La actitud de Pilatos de desprecio irónico más por los judíos que por
Jesús mismo, encaja muy bien en el carácter del procurador tal como lo describe
Josefo. La "envidia" del v. 18 es el ascendiente que Jesús tiene
entre la gente. Pilatos se da cuenta de ello. Mateo y los otros evangelios
también se sirven de la figura de Barrabás para hacer notar la responsabilidad
que han tenido en este proceso los jefes del pueblo. Estos son los que han
manejado hábilmente la voluntad del pueblo, que, en el fondo, se adherirá a
Jesús (v. 20).
V. 19: Este rasgo es exclusivo del evangelio
de Mt. Pero no hay que ver en la mujer de Pilatos una cristiana antes de
tiempo. Sino que, atormentada por un sueño (en la antigüedad tenían mucha
importancia) que le deja perpleja, no considera a Jesús como un justo en
sentido judío o del mismo Mt. (fiel a la voluntad de Dios: cf. 1, 19; 5, 45; 9,
13), sino en el sentido griego de un hombre de bien, interesante e inquietante
a la vez. Figuras que, por contraposición, hacen resaltar más la inocencia de
Jesús, y el valor incomprensible de su muerte.
Los vv. 24-26 son también propios de Mt, cuya
intención general es disculpar a Pilatos y hacer cargar las culpas al pueblo.
No olvidemos que este evangelio está escrito hacia el 85, momento en que el cristianismo
se separaba definitivamente del judaísmo y menudeaban las tensiones. Esta
exclamación de los judíos tiene también raíces en el AT (2 Sam 1, 13-16; 3, 29;
Jer 51, 35; ver también Lc 23, 38). Más allá de una toma de posición política
por parte de los judíos, éstos se ven presionados a una alternativa de tipo
religioso: o reconocen a Jesús como el mesías prometido, o tienen que pedir su
muerte como un blasfemo. Implícitamente se toma la primera posición por parte
del autor. Evidentemente que todo antisemitismo a partir de esta expresión no
tiene sentido alguno.
V. 26: Jesús llega aquí al colmo de la
entrega en manos de los hombres (cf. nota 1) y se cumple perfectamente el
anuncio que hiciera meses antes: "A este hombre lo van a entregar en manos
de los hombres" (17, 22). Además, aparece con bastante claridad la imagen
del siervo sufriente: "despreciado y abandonado de los hombres, tenido en
nada" (Is 53, 3). La espiritualidad judía del tiempo hablaba también con
frecuencia del siervo que sufrirá (Salmos de Salomón 17; 1 QH.2, 9-11; 6, 8;
etc.) pero siempre terminan diciendo que Dios le dará el poder y romperá la
fuerza de sus propios enemigos. Es escandaloso ver a Jesús en tal extremo de
postración y tenerlo a pesar de todo como el mesías de Dios y el que es capaz
de salvar.
Mateo, como buen catequeta, insiste más en
algunos aspectos, al parecer secundarios, que en la misma crucifixión, que la
narra, muy de pasada. Uno de estos tres motivos catequéticos (los otros dos
serán el de la inscripción en la cabeza del leño y las burlas de los judíos) es
el del reparto de la ropa (vv. 35-36). Es el despojo total de Jesús que se
indica con el Sal 22 que es una súplica a Dios en un momento de abandono, ya
que hasta Dios mismo parece que no escucha la oración del sufriente (Sal 22,
1). Es el despojo máximo de Jesús junto con la irrisión que lleva consigo.
La inscripción o título de la cruz era una
tablilla que llevaba el condenado especificando la causa de la condena. Pilatos
hizo escribir esto para burlarse de la religiosidad judía. Esta perícopa narra
con claridad las objeciones que entonces, y ahora, se pueden hacer a una muerte
tan calamitosa: ¿cómo puede ser rey nuestro un crucificado? (objeción judía o
farisea): ¿cómo puede ser éste el Hijo de Dios? (objeción cristiana de los
discípulos): ¿cómo va a poder este pobre salvar? (objeción de la sabiduría
griega). Parece imposible dar crédito a una persona en tal estado de fracaso.
Ya lo decía Pablo con claridad: "para los judíos un escándalo, para los paganos
una locura" (/1Co/01/23). Sin embargo, éste es el
Cristo de nuestra fe. CZ/ESCANDALO
v. 41: Este es el tercer motivo catequético y
en el que Mateo quiere hacer sobre todo hincapié. Si se tiene en cuenta los
versículos del Sal 22 que se citan (vv. 2.8.9.19) nos damos cuenta de que las
burlas no vienen a subrayar la maldad de los hombres o los sufrimientos morales
de Jesús, sino el hecho irrisorio para el justo de que el mesías haya sido
entregado a la muerte por Dios. Cristo abandonado por su Dios. Esto no lo puede
comprender una mentalidad que esperaba un mesías libertador y potente. Jesús ha
elegido un camino de salvación perfectamente incomprensible para judíos y
griegos. Este es el escándalo de la cruz. Pero precisamente lo que parecía muerte
se convertirá en vida de verdad. El camino del triunfo en la fe es el de saber
valorar la cruz de ser hombre, con las limitaciones que esto conlleva.
Este grito del v. 46 está en estrecha
relación con el del v. 50. Son, evidentemente, dos gritos de aflicción. Pero
hacemos notar en primer lugar, que estos gritos se dirigen a su Padre
("Dios mío"), es decir, que son gritos de fe. En segundo lugar, que
son el grito de un judío fiel (no en vano emplea el Sal 22, salmo oracional)
que confía en Dios, de ahí que se trate de una aflicción tanto más real por cuanto
no ha abandonado el plano de la fidelidad al Dios que salva. En él se realiza
el juicio salvador de Dios (Rm 3, 21s). Lo trágico del desenlace de Jesús llega
aquí a los más hondos niveles antropológicos y teológicos. No hay ficción, sino
cruda realidad.
La reacción del centurión ante los raros
fenómenos que acompañan a la muerte de Jesús es (típicamente pagana, por lo que
se excluye una confesión de la divinidad de Jesús en boca del soldado. Incluso
parece ser que esta expresión era corriente en labios de paganos para designar
a personalidades extraordinarias. No obstante, la primera comunidad cristiana
vio aquí una confesión de fe que ella misma se apropia. Como luego dirá en su
reflexión teológica el evangelista Juan: Jesús jamás fue el Hijo único de Dios
en tanto grado como en la humillación de la cruz. Todo este relato constituye
un cúmulo de paradojas para el que no tiene fe: para el creyente es fuente de
adoración y de actuación en la vida.
EUCARISTÍA 1981/18.
7.- La Pasión de Jesús, la más hermosa
historia de amor y la más sucia historia de pecados, debe leerse, proclamarse,
en la celebración eucarística, despacio, que sirva casi de homilía y de pregón
de Semana Santa; por eso, conviene que se escuche sentado.
Seguro que la Pasión fue lo primero que se
escribió de la vida de Jesús, no sólo para contar lo sucedido, sino para
interpretar los hechos. La pasión tan cruel y la muerte tan humillante del
Mesías, y el que fuese condenado incluso por las máximas autoridades religiosas,
era algo incomprensible y desequilibrador. Bastaría comprobar la reacción de
los discípulos.
Mateo, que escribe en una comunidad judía, se
esfuerza por demostrar que también en la Pasión se cumplen las Escrituras. El
Mesías es el Siervo de Yahveh, el justo perseguido. Los jefes obran como los
reyes del salmo 2 (cf. Mt 26, 3), que se amotinan contra Dios y su Mesías. La
actuación de los discípulos está ya cantada en Zacarías y Jeremías (cf. Mt 27,
9 y Zac 11, 12: las treinta monedas de plata; Mt 26, 31 y Zac 13, 7: «Heriré al
pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño»).
Datos propios de este evangelista son la
reacción final de Judas, el sueño de la mujer de Pilatos, los hechos
extraordinarios acaecidos a la muerte de Cristo, la presencia de los guardias
en el sepulcro. Mateo se esfuerza por probar los hechos y dar respuesta a
algunas malévolas interpretaciones sobre la resurrección.
CARITAS - RIOS DEL CORAZON - CUARESMA Y
PASCUA 1993.Pág. 142.
8. /Mt/26/14-25:
Para el evangelista Juan, la Pascua tiene en
la vida de Jesús una importancia extraordinaria. Menciona expresamente como
tres jalones, las tres Pascuas de su vida pública, y la última, la que
celebramos esta tarde, es señalada de antemano nada menos que tres veces. No
carece de sentido semejante manera de precisar. Una tras otra, esas sucesivas
fechas litúrgicas iban aproximando a Cristo a la gran Pascua o tránsito del
mundo al Padre: "He deseado enormemente celebrar esta Pascua con vosotros
antes de padecer".
Jesús celebra el banquete pascual en compañía
de los doce. Pero entre sus íntimos hay un traidor.
Cuando Jesús anuncia la traición de uno de
los doce, cada uno de ellos se siente obligado a preguntar: ¿Soy yo acaso,
Señor?" Ante una acusación inquietante como ésta, me parece muy auténtica
la actitud de no desviar la palabra hacia los demás, sino de permitir que nos
golpee, que se abra camino hacia la conciencia, de permitir que nos juzgue y
nos cuestione.
Este es, en el fondo, el camino de la
salvación: que cuando se oiga hablar de un culpable, no se dirija la vista
hacia el vecino, sino que cada uno se mire a sí mismo. Porque también se
manifiesta la fidelidad reconociéndonos capaces de cualquier traición.
S. Felipe Neri le decía todas las noches a
Dios antes de meterse en la cama: "no te fíes de mí, Señor, que te puedo
traicionar".
Hay que ser conscientes de que todos llevamos
en la boca, con la posibilidad de darlo un día, el beso de Judas.
09. /Mt/27/57-66
San Mateo, en paralelo con los otros
evangelistas, relata concisamente la sepultura de Jesús. Añade por su cuenta un
inciso polémico: la guardia del sepulcro.
La primera parte de la redacción es muy parecida
a la de Marcos: Mateo hace el mayor elogio de José de Arimatea al decir que
también era «discípulo» de Jesús. Anota que era "rico" para subrayar
el cumplimiento de las profecías (alusión a Is 53,9). La sábana «pura» (limpia)
y el sepulcro «nuevo» insinúan una sacralidad casi litúrgica.
La gestión de los «grandes sacerdotes» y los
«fariseos» para sellar oficialmente el sepulcro y ponerle custodia, prepara
otro inciso, también exclusivo de Mateo: el soborno de los soldados,
testimonios involuntarios de la tumba maravillosamente abierta por el ángel del
Señor, y la invención del cuerpo robado (28,4. 11-15). El mensaje fundamental
de la fe queda así enmarcado por el contra-mensaje de una mentira. El
evangelista concreta en una narración popular, no exenta de irónica amargura, las
discusiones entre el judaísmo oficial de su tiempo y los cristianos en torno al
acontecimiento principal de la salvación. Quizá este inciso, polémico y
circunstancial, nos puede confortar con la certidumbre que da la larga experiencia:
que las tinieblas, de cualquier forma, en que se manifiesten, no apagarán nunca
la luz.
I.- GOMA
LA BIBLIA DIA A DIA
Comentario exegético a las lecturas - de la
Liturgia de las Horas - Ediciones CRISTIANDAD.MADRID-1981. Pág. 902 s.
PROPUESTA DE CANTOS DOMINGO DE RAMOS CICLO
A 2023
01.- SALMO 12
QUE ALEGRIA CUANDO ME DIJERON (Miguel Manzano)
QUE ALEGRÍA CUANDO ME
DIJERON:
VAMOS A LA CASA DEL SEÑOR.
YA ESTÁN PISANDO NUESTROS
PIES,
TUS UMBRALES JERUSALÉN.
Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor.
Según la costumbre de
Israel,
a celebrar el nombre del
Señor;
5en ella están los
tribunales de justicia,
en el palacio de David.
Por mis hermanos y
compañeros,
voy a decir: «La paz
contigo».
9Por la casa del Señor,
nuestro Dios,
te deseo todo bien.
02.- HOSSANA
AL SEÑOR (P. Josico)
HOSSANA, HOSSANA, HOSSANA
AL SEÑOR (3V)
Los niños hebreos con
ramos de olivo
Gritaban gozosos al ver al
Señor.
Bendito el que viene en nombre
de Dios
Gritaban los pobres al ver
al Señor.
03.- SHALOM HOSSANA
(Joaquín Madurga)
SHALOM, HOSANNA,
SHALOM, HOSANNA.
BENDITO EL QUE VIENE
EN NOMBRE DEL SEÑOR,
SHALOM, HOSANNA.
1. Los niños hebreos
con ramos de olivo,
aclamaban al Señor.
2. Los niños hebreos,
tendiendo sus mantos,
aclamaban al Señor.
3. Con ellos nosotros,
con palmas y ramos,
aclamamos al Señor.
04.- GLORIA,
HOSANA (Kairoi)
1. No preguntéis por qué
os lo pide el Señor,
vamos hacia Jerusalén,
esta es tu razón:
Porque debéis saber
que es el tiempo de Amor,
así nos lo ha dicho Él:
¡Alabad a Dios!
HOSANA, HOSANA
GLORIA AL QUE VIENE
EN NOMBRE DEL SEÑOR.
2. Hoy me has hecho
llorar,
pobre Jerusalén...
no pierdas la oportunidad
que te da tu Dios.
3. Ya no temas, Sión,
mira, tu Rey está aquí,
y su llanto convertirá
en sonrisa y perdón.
Cómo hacerlos callar,
sí es un canto de amor.
Hasta las piedras
gritarán:
¡Alabad a Dios!
05.- HOSANNA
(Joaquin Madurga)
Gloria y honor, gloria al
Señor, el es nuestro Rey, es el redentor.
Gloria y honor, gloria al
Señor bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna, hosanna, paz en
el cielo, gloria en lo alto
Hosanna, hosanna, hosanna en el cielo.
Gloria y honor, gloria al
Señor, los niños hebreos alzan su voz.
Gloria y honor, gloria al
Señor, bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna, hosanna paz en el
cielo gloria en lo alto
Hosanna, hosanna, hosanna
en el cielo
Gloria y honor, gloria al
Señor, la gente sus mantos extiende en su honor,
gloria y Honor, gloria al
Señor, bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna, hosanna paz en el
cielo gloria en lo alto.
Hosanna, hosanna, hosanna
en el cielo.
Gloria y honor, gloria al
Señor, el cielo y la tierra alaban a Dios,
Gloria y honor, gloria al
Señor, bendito el que viene en nombre del Señor.
06.- LOS
NIÑOS HEBREOS (Francisco Palazon)
Los niños hebreos,
llevando ramos de olivo
salieron al encuentro del
Señor aclamando
hosanna en el cielo,
hosanna en el cielo,
hosanna en el cie-e-lo.
Portones abrid los
dinteles,
que se alcen las puertas
eternas.
Va a entrar el rey de la
gloria,
el valeroso y Dios de
Israel.
Los niños hebreos,
llevando ramos de olivo
salieron al encuentro del
Señor aclamando
hosanna en el cielo,
hosanna en el cielo,
hosanna en el cie-e-lo.
07.- HOY
VUELVO DE LEJOS (Carmelo Erdozain)
HOY VUELVO DE LEJOS, DE
LEJOS, HOY VUELVO A TU CASA,
SEÑOR, A MI CASA.
Y UN ABRAZO ME HAS DADO,
PADRE DEL ALMA.
Salí de tu casa, Señor,
salí de mi casa.
Anduve vacío, sin Ti;
perdí la esperanza,
y una noche lloré, lloré
mi desgracia (2v)
Hoy vuelvo de lejos, de
lejos, hoy vuelvo a tu casa,
Señor, a mi casa.
Y un abrazo me has dado,
Padre del alma (2v)
Camino de vuelta, Señor,
pensé en tus Palabras:
La oveja perdida, el
Pastor,
el pan de tu casa,
y a mis ojos volvió,
volvió la esperanza (2v)
Hoy vuelvo de lejos, de
lejos, hoy vuelvo a tu casa,
Señor, a mi casa.
Y un abrazo me has dado,
Padre del alma
Tu casa, mi casa será,
será mi morada.
Banquete de fiesta, mi
hogar,
vestido de gracia,
y una túnica nueva para la
Pascua (2v)
Hoy vuelvo de lejos, de
lejos, hoy vuelvo a tu casa,
Señor, a mi casa.
Y un abrazo me has dado,
Padre del alma (3v)
08.- JUNTO AL
VINO Y EL PAN
Junto al vino y al pan hoy
te traigo mi voz,
vida en una canción, para
ti serán,
traigo risa y dolor,
traigo al mundo sin luz
de los hombres, la sed
para que la calmes tú.
El agua de la risa de los
niños,
el viento de las madres al
cantar,
hoy para ti serán, ¡oh
Señor!
Junto al vino y al pan yo
te traigo mi voz,
vida en una canción, para
ti serán,
traigo risa y dolor,
traigo al mundo sin luz
de los hombres, la sed
para que la calmes tú.
El ruido de la fuerza de
los hombres,
la tierra de su débil
corazón,
hoy para ti serán, ¡oh
Señor!
Junto al vino y al pan yo
te traigo mi voz,
vida en una canción, para
ti serán,
traigo risa y dolor,
traigo al mundo sin luz
de los hombres, la sed para
que la calmes tú.
Para que la calmes tú,
para que la calmes tú
09.- PRESENTAMOS
NUESTROS DONES (Mariano Fuertes)
1. Presentamos nuestros
dones,
este vino y este pan;
frutos que nos dan los
campos,
frutos son de tu bondad.
Presentamos las ofrendas,
de nuestra comunidad;
destinadas a los pobres,
a la Iglesia y al altar.
TOMA ESTE PAN, HAZLO TU
PAN,
TOMA ESTE VINO, HAZLO TU
VINO;
TRANSFÓRMALOS,
EN TUS MANOS, SEÑOR.
2. Este pan y este vino,
frutos de nuestra labor;
es la ofrenda que te hacemos,
en respuesta a tu amor.
Toma nuestros pobres
dones,
tan humildes como son;
bendecidos por tu mano,
multiplícalos, Señor.
10.- NADIE TE
AMA COMO YO (Martin Valverde)
Cuanto he esperado este
momento
cuanto he esperado que
estuvieras así
cuanto he esperado que me
hablaras
cuanto he esperado que
vinieras a mí.
Yo sé bien lo que has
vivido
yo sé bien porque has
llorado
yo sé bien lo que has
sufrido
pues de tu lado no me he
ido.
PUES NADIE TE AMA COMO YO (BIS)
MIRA LA CRUZ ESA ES MI MÁS
GRANDE PRUEBA
NADIE TE AMA COMO YO
PUES NADIE TE AMA COMO YO (BIS)
MIRA LA CRUZ FUE POR TI
FUE PORQUE TE AMO
NADIE TE AMA COMO YO.
Yo sé bien lo que me dices
aunque veces no me hablas
yo sé bien lo que en ti
sientes
aunque nunca lo compartas.
Yo a tu lado he caminado
junto a ti yo siempre he
ido
aun a veces te he cargado
yo he sido tu mejor amigo
Pues nadie te ama como yo (bis)
mira la cruz esa es mi más
grande prueba
nadie te ama como yo
Pues nadie te ama como yo (bis)
mira la cruz fue por ti
fue porque te amo
nadie te ama como yo
nadie te ama ni te amara
nadie te ama,
como yo (bis 4).
11.- YO SOY
EL PAN DE VIDA (Ed Sereca)
Yo soy el Pan de Vida
El que viene a mí no
tendrá hambre
El que crea en mí no
tendrá sed
Nadie viene a mí, si el
Padre no lo llama.
YO LO RESUCITARÉ
YO LO RESUCITARÉ
YO LO RESUCITARÉ
EN EL DÍA FINAL.
El Pan que Yo les daré
Es mi Cuerpo, vida para el
mundo
El que coma de mi Carne
Tendrá vida eterna (Tendrá
vida eterna).
Mientras no comas
el Cuerpo del hijo del
hombre,
y bebas de su sangre, y
bebas de su sangre,
no tendrás vida en ti.
Yo soy la resurrección. Yo
soy la vida.
El que crea en mí, aunque
muriera
Tendrá vida eterna tendrá
vida eterna.
Si, Señor, yo creo que tú
eres el Cristo,
El Hijo de Dios, que vino
al mundo
para salvarnos para
salvarnos.
VERSION
PERUANA
YO LO RESUCITAR (3V) EN EL
DIA FINAL
Yo soy el Pan de vida; el
que viene a Mí no tendrá hambre,
el que viene a Mi no
tendrá sed.
Nadie viene a Mi si mi
padre no llama.
El Pan que yo daré es mi
Cuerpo, vida del mundo,
el que coma de mi carne,
el que beba de mi Sangre
tiene ya la vida eterna.
Si tu no te alimentas del
Cuerpo del Hijo del Hombre,
y no bebes de su Sangre,
no tendrás parte con El,
no tendrás la vida eterna.
Yo soy la Resurrección, el
camino y la verdad,
todo aquel que crea en Mí,
aunque muera, tendrá vida,
porque tiene vida eterna.
Si, Señor, yo creo que tu
eres el Hijo de Dios,
que enviado por tu Padre
has venido al mundo para
darnos vida eterna.
12.- VASO
NUEVO
1. Gracias quiero darte
por amarme
gracias quiero darte yo a
ti Señor.
Hoy soy feliz porque te
conocí.
Gracias por amarme a mí
también.
YO QUIERO SER, SEÑOR,
AMADO
COMO EL BARRO EN MANOS DEL
ALFARERO.
TOMA MI VIDA, HAZLA DE
NUEVO,
YO QUIERO SER UN VASO
NUEVO.
2. Te conocí y te amé,
te pedí perdón y me
escuchaste.
Sí, te ofendí, perdóname
Señor
pues te amo y nunca te
olvidaré.
Yo quiero ser, Señor,
amado
como el barro en manos del
alfarero.
Toma mi vida, hazla de
nuevo,
yo quiero ser un vaso
nuevo.
13.- DOLOROSA
(J.A. Espinoza)
DOLOROSA, DE PIE, JUNTO A
LA CRUZ.
TU CONOCES NUESTRAS PENAS,
PENAS DE UN PUEBLO QUE
SUFRE.
TU CONOCES NUESTRAS PENAS,
PENAS DE UN PUEBLO QUE
SUFRE.
Dolor de los cuerpos que
sufren enfermos,
El hambre de gentes que no
tienen pan,
Silencio de aquellos que callan
por miedo
La pena del triste que
está en soledad.
El drama del hombre que
fue marginado,
Tragedia de niños que
ignoran reír.
La burda comedia de huecas
promesas
La farsa de muertos que
deben vivir.
Dolor de los hombres sin
tregua oprimidos,
Cansancio de brazos en
lucha sin fin,
Cerebros lavados a base de
"slogans",
El rictus amargo del pobre
infeliz.
El llanto de aquellos que
suman fracasos
la cruz del soldado que mata
el amor
pobreza de muchos sin
libro en las manos
derechos del hombre
truncados en flor.