COMENTARIO
Comenzamos
hoy un nuevo año litúrgico y Jesús abre nuestro adviento con una serie de
imperativos: ¡Pónganse en pie!, ¡Levanten la cabeza!, ¡Estén sobre aviso!,
¡Manténganse despiertos!, ¡Oren!
Casi
diríamos que se trata de un despertar muscular; hay que desterrar la imagen de
unos cristianos que caminan cansados o asustadizos por la vida. Van con la cabeza
erguida, hacia la fantástica aventura de un mundo nuevo: “Verán al Hijo del
hombre venir en la plenitud de su poder y de su gloria”.
Evidentemente,
para los cristianos la vida es tan difícil como para los demás: la misma mezcla
de esperanza y decepciones, de trabajos logrados y de fracasos. La enorme
diferencia está en que nosotros sabemos que todo esto tiene un sentido global,
aunque en detalle las cosas nos parezcan oscuras. Sabemos de dónde venimos y
adónde vamos: nacidos del amor, vivimos bajo una mirada de amor y vamos hacia
el amor. A veces nos dicen: ¿Qué cambios producen la fe en ustedes?”. ¡Lo
cambia todo! Como el sol, vivimos las mismas cosas, pero en la luz. “El que me
sigue, dice Jesús no camina en la noche” Caminamos bajo el sol de la primera
venida de Cristo: navidad. Y avanzamos hacia el esplendor de su última venida.
Vivir
tan luminosamente, mantenerse en el amor y en la esperanza, eso es el despertar
cristiano. “¡Permanezcan despiertos!”. ¿Por qué no tomar esto como una
invitación a nuestro propio despertar de cristianos? ¡Sentir ganas de vivir a
fondo nuestra fe!
¿Es
posible describir esta vida despierta? Cada mañana es un hallazgo de Jesucristo
y de su evangelio. Volvemos a tomar, mediante una pequeña lectura, una oración
rápida o una meditación más larga, la resolución de estar atentos a Dios, a
nuestra tarea a las personas con las que hemos de tratar. Pero habrá que
vigilar constantemente la “pesadez de nuestro corazón”. “Cuidado, nos dice
crudamente Jesús no se les embote la mente con el vicio, la bebida y los
agobios de la vida”.
Y
nos muestra además dónde podemos encontrar esta voluntad de despertar;
“¡Oren!”. Los que descuidan este imperativo deberían dejarse penetrar hoy por
la grave advertencia final: “Pidan fuerza en todo momento para escapar de todo
lo que va a venir y poder así manteneros en pie delante de mí”.
R.P.
Roland Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Sal 24, 1-3
A ti levanto
mi alma, Dios mío, en ti confío; no quede yo defraudado, que no triunfen de mí
mis enemigos, pues los que esperan en ti no quedan defraudados
ORACION COLECTA
Concede a tus fieles, Dios todopoderoso, el deseo de salir acompañados
de buenas obras al encuentro de Cristo que viene, para que, colocados a su
derecha, merezcan poseer el Reino de los Cielos. Por nuestro Señor Jesucristo,
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Jeremías 33,14-16
Miren ustedes que llegan días oráculo del
Señor- en q cumpliré la promesa que hice a los habitantes de Israel y de ludas
En aquellos días y en aquella hora, haré brotar para David un legítimo
descendiente que ejercerá la justicia y el derecho en la tierra. En aquellos
días se salvará Judá, y en Jerusalén vivirán tranquilos, y la llamarán así: «El
Señor es nuestra justicia”.
SALMO
RESPONSORIAL (Sal 24)
A ti, Señor, levanto mi alma
Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en
tus sendas; haz, que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y
Salvador. R.
El Señor es bueno y es recto9 y enseña el
camino a los pecadores; hace caminar a los humildes, enseña su camino a los
humildes. R
Las sendas del Señor son misericordia y
lealtad para los que guardan su alianza y sus mandatos. El Señor confía en sus
fieles y les da a conocer su alianza. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a
los Tesalonicenses 3, 12-4, 1-2
Hermanos: Que el Señor los colme y
los haga crecer y progresar en el amor mutuo y en el amor a todos los demás,
semejante al que nosotros tenemos por ustedes. Que Él fortalezca sus corazones
para que, cuando Jesús, nuestro Señor, vuelva acompañado de todos sus santos,
ustedes se presenten ante Dios, nuestro Padre, santos e irreprochables. Por lo
demás, hermanos, les rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que vivan conforme
a lo que han aprendido de nosotros sobre la manera de comportarse para agradar
a Dios; procedan así y sigan adelante. Ya conocen las instrucciones que les
hemos dado, en nombre del Señor Jesús.
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO Sal 84, 8
Aleluya. Muéstranos, Señor, tu
misericordia y danos tu salvación. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo
Evangelio según san Lucas 21, 25-28.34-36
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra,
angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y del oleaje. Los
hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante la expectativa de
lo que sobrevendrá al mundo, pues los astros temblarán. Entonces verán al Hijo
del Hombre venir en una nube, con gran poder y gloria Cuando empiece a suceder
esto, levántense alcen la cabeza, porque se acerca su liberación. Tengan
cuidado: que sus corazones no se entorpezcan por el exceso de comida, por las
borracheras y las preocupaciones de la vida, porque entonces ese día, caerá de
improviso sobre ustedes; ese día será como trampa en la que caerán atrapados
todos los habitantes de la tierra. Estén siemp0re vigilantes y oren en todo
tiempo, para escapar de todo lo que ha de ocurrir y puedan mantenerse en pie
ante el Hijo del Hombre”.
09.-PLEGARIA
UNIVERSAL
Oremos al Señor
y pidámosle confiadamente que despierte su poder y venga a salvarnos:
1.- Para que los
fieles despierten del sueño de sus indolencias y reciban con alegría la
salvación que se acerca. Roguemos al Señor.
2.- Para que se
afiance la paz en el mundo, y las riquezas de la creación se transformen en
instrumento de progreso y bienestar para todos los hombres. Roguemos
al Señor.
3.- Para que el
Señor, con su venida, alivie los dolores de los enfermos, dé paz y alegría a
los que sufren y libre al mundo de sus males. Roguemos al Señor.
4.- Para que
vivamos siempre alerta sin que las preocupaciones de la vida nos impidan
mantenernos en pie cuando llegue el Hijo del hombre. Roguemos al Señor.
Padre Santo, que
a lo largo de los siglos cumples siempre con fidelidad tus promesas, abre los
corazones de tus fieles a la esperanza, para que, cuando nuestro Salvador venga
con todos sus santos, podamos mantenernos en pie en su presencia. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los
dones que te ofrecemos, escogidos de los bienes que hemos recibido de ti, y lo
que nos concedes celebrar con devoción durante nuestra vida mortal sea para
nosotros premio de tu redención eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Sal 84, 13
El
Señor nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Fructifique en nosotros, Señor, la
celebración de estos sacramentos, con los que tú nos enseñas, ya en este mundo
que pasa, a descubrir el valor de los bienes del cielo y a poner en ellos
nuestro corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 02: Is 2, 1-5 (o bien: Is 4, 2-6); Sal 121; Mt
8, 5-11
Martes 03: Is 11, 1-10; Sal 71; Lc 10, 21-24
Miércoles 04: Is 25, 6-10ª; Sal 22; Mt 15, 29-37
Jueves 05: Is 26, 1-6; Sal 117; Mt 7, 21.24-27
Viernes 06: Is 29, 17-24; Sal 26; Mt 9, 27-31
Sábado 07: Is 30, 19-21.23-26; Sal
146; Mt 9, 35—10, 12.6-8
Domingo 08: Gn 3, 9-15.20; Sal 97; Ef 1, 3-6.11-12; Lc
1, 26-38, 3-6.11-12; Lc 1, 26-38.
COMENTARIOS AL EVANGELIO
Lc 21, 25-28. 34-36
1. Texto. El ciclo litúrgico que hoy comienza
nos va a familiarizar con Lucas, autor de un evangelio diferente de los de
Mateo, Marcos o Juan, a pesar de contar con bastante material común.
El texto de hoy se sitúa dentro del recinto
del templo. A la observación hecha por algunos sobre la belleza de este templo,
Jesús contrapone el futuro de destrucción que le amenaza. Esta destrucción, sin
embargo, no debe confundirse con la implantación definitiva y feliz del Reino
de Dios, la cual estará precedida por un tiempo de protagonismo religioso no
judío. En este punto entronca el texto de hoy.
Los dos primeros versículos describen un
gigantesco cataclismo cósmico y el consiguiente pavor de la humanidad. El
cataclismo es calificado como temblor de las potencias celestiales. Sigue a
continuación la descripción grandiosa, pero escueta, de la llegada del Hijo del
Hombre, que pondrá fin a las dificultades y sufrimientos de los cristianos
comprometidos. "Se acerca vuestra liberación". La descripción de la
llegada del Hijo del Hombre está tomada también de un libro apocalíptico como
es el libro de Daniel. Por último, el texto se hace interpelativo: tened
cuidado, estad siempre despiertos. La traducción litúrgica añade inexactamente
una tercera interpelación: manteneos en pie. El texto original dice más bien lo
siguiente: "Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo
lo que está por venir y poder así manteneros en pie ante el Hijo del Hombre".
Lo que está por venir no se refiere al
cataclismo cósmico, sino al futuro de dificultad y de sufrimiento que le espera
al cristiano comprometido. Las dos interpelaciones van dirigidas a estos
cristianos y quieren ser una invitación a vivir con la atención puesta en el
reino de Dios por llegar y a no desfallecer a causa de las dificultades.
Comentario. Es conveniente recordar lo dicho
hace un par de domingos a propósito de Marcos. También el texto de Lucas recoge
situaciones e imágenes tomadas de la literatura profética y apocalíptica. Se
trata de un lenguaje gráfico y metafórico, cuya verdad, por tanto, no hay que
buscarla en lo que se describe, sino en lo que se trasluce y sugiere. No
estamos ante la crónica de un futuro anunciado, sino ante la magia de un futuro
mejor. Evocación y sugerencia no de fin de mundo, sino de fin de un mundo como
el que hacemos.
El elemento central del texto es el pronombre
personal plural "vosotros". Su referente son los discípulos, término
que en Lucas es inequívocamente sinónimo de creyente o cristiano comprometido
en la causa del Reino de Dios. Como le pasó a Jesús, también el creyente
experimenta la incomprensión y la amenaza de los de dentro y de los de fuera.
En una situación así es muy humana la tentación a desentenderse de todo, mandar
todo a paseo y refugiarse en agentes inhibidores, llámense diversión, bebida o
afán de dinero. El texto de hoy quiere ser una llamada de atención y una
invitación al cristianismo comprometido. Una invitación a mirar en perspectiva
de utopía. O quizá más exactamente: una palabra de ánimo y una confirmación de
la esperanza que él ha depositado en el Hijo del Hombre.
DABAR 19
2.- Lc/LIBRO:
Comentario: Con el nuevo ciclo litúrgico
estrenamos también autor. Ya tendremos tiempo de ir familiarizándonos con
Lucas, de descubrir su tacto exquisito, su interés por lo cotidiano y el
detalle personal, su atención a los insignificantes y marginados. El ciclo
litúrgico quiere que comencemos la andadura con la mirada puesta en el
horizonte, hay una coincidencia de fondo y forma entre la descripción de este
horizonte por parte de Lucas y de la de Marcos de hace dos domingos. Ambos se
sirven del lenguaje figurativo, común en los profetas. Grandes cataclismos y
angustias. A propósito de estas imágenes conviene recordar que sobre el origen
y el final del mundo la Biblia no hace ninguna descripción científica, sino que
manifiesta lo que es importante para la salvación del hombre. Y lo que es
importante para el hombre (éste es el fondo de las imágenes) es que la historia
que éste construye no es buena, pero que no por ello es abocada a la fatalidad.
Y no lo está gracias al empeño de Dios. ¿Qué mejor forma de expresar que
caminamos hacia un mundo nuevo que hace saltar en añicos el mundo viejo?
La Biblia es cualquier cosa menos un libro
pesimista en lo referente al futuro del hombre. Lo que ocurre es que la
salvación no espera del hombre, de ese hombre histórico con sus fracasos, mil
veces puestos de manifiesto y siempre presentes, sino de Dios, o por lo menos
del hombre que se apoya en Dios y le escucha. Expresión perfecta de este tipo
de hombre es el Hijo del Hombre. El título mismo es evocador del alcance
universal que Lucas le confiere al futuro. Cuando habla de las gentes se está
refiriendo a la totalidad de la humanidad. Toda ella está llamada a la plena
manifestación de su anhelo. Será la gran liberación. Anclado en lo humano y en
lo divino el Hijo del hombre hace posible el ansia de liberación de la
humanidad toda.
Cuando se camina es primordial saber que el
camino conduce a alguna parte. Gracias al hijo del Hombre sabemos esa parte a
la que el camino de la historia humana conduce. Pero así como la maleza del
camino puede entorpecer o incluso ocultar la meta, así también las
preocupaciones, agobios y crápulas (mejor traducción que vicios). Lucas, el
evangelista del camino, dedica la segunda parte del texto de hoy a hacer una
llamada a vivir conscientemente con la mirada puesta en la meta. No para tener
miedo aquel día, sino para infundirnos ánimo y confianza en medio de las
dificultades del camino. ¿No es acaso verdad que muchas veces vivimos como si
la historia no tuviera rumbo ni sentido? Surge entonces la mentalidad del
"carpe diem": aferrarse al presente porque no hay futuro o éste es
problemático. ¡Manteneos en pie ante el Hijo del Hombre!, nos grita hoy Lucas.
Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra gran liberación¡. Luchad por
ella. ¡Qué gran necesidad de este grito tenemos en nuestros días!
ALBERTO BENITO - DABAR 1985, 1
3.- Contexto. Jesús está enseñando en el
Templo de Jerusalén. En Lc.21, 5-24 su enseñanza ha versado sobre la
relatividad de la historia judía. A partir del v. 25 la enseñanza versa sobre
la relatividad de la historia no judía. Tengamos en cuenta que las expresiones
gentiles, gente, designan a toda persona no judía.
Comentario. Se distinguen dos partes. La
primera es expositiva.
Se presentan unos hechos (vs. 25-27). A la
vista de estos hechos se invita a adoptar una actitud. Segunda parte
exhortativa (vs. 28. 34-36). Los hechos expuestos son: conmoción cósmica,
angustia humana, presencia majestuosa del Hijo del Hombre. No se habla de
desaparición sino de cataclismos. Se pinta una situación caótica de la que cabe
esperar lo peor. Y, sin embargo, lo que aparece es una figura majestuosa. Habitualmente
se interpretan estos hechos como fin del mundo en el sentido más literal del
término. Creo que una tal interpretación no hace justicia a un texto en el que
lo verdaderamente importante es la presencia majestuosa del Hijo del Hombre
cuando toda esperanza humana parece haber desaparecido. No hay ni una sola
página en la Biblia que trate del cosmos, de su origen o su final. La Biblia no
es un libro de ciencia. Y sí, en cambio, no hay una sola página en ella que no
trate del hombre, de sus esperanzas y desesperanzas. Esta es una de ellas.
Frente a la desesperanza, la presencia gloriosa del Hijo del Hombre que
devuelve lo que parecía imposible: la ilusión, la certeza de nuestros mejores
sueños, es decir, de los sueños utópicos. Alzad la mirada. Estad atentos. No os
encerréis y empobrezcáis en las cuatro paredes de una vida sin horizontes.
Huid de una vida miope, rastrera. Se trata de
todo un programa, de toda una actitud que debe caracterizar a quien se diga
cristiano.
DABAR 1982, 1
4. - Lc. 21, 25-28 se mueve en el mismo
ámbito de realidades que Mc.13, 24-27, comentado hace dos domingos. Vistos
comparativamente ambos, el montaje de Lucas tiene un poder de sugestión y una
fuerza dramática superiores al de Marcos. La angustia y miedo de unas gentes que
corren enloquecidas, el estruendo ensordecedor del mar: nada de esto se
encuentra en el relato visionario de Marcos.
El caos fantástico del final de la historia,
nos remite al caos fantástico de los comienzos (Gen. 1,2), cuando la Palabra de
Dios introdujo armonía, belleza y bondad. Al final de las historia volverá a
resonar esa misma Palabra poderosa, pero entonces será la Palabra encarnada,
Jesús de Nazaret. Y se producirá armonía y bondad; lo que Lucas llama
liberación (v. 28). La humanidad dejará de caminar bajo el yugo de sus propias
creaciones injustas, esclavizantes y angustiadoras. Será la nueva creación.
Hablando con propiedad, no se tratará de un final, sino de la manifestación
desvelada de la verdadera finalidad de toda la existencia humana.
Esta esperanza liberadora no es pasiva. Al
contrario, está hecha de esperas activas, de vigilancia, de preparación. Este
es el punto que desarrolla Lucas en los vs. 34-36 y que constituye la novedad
del evangelio de hoy respecto al de hace dos domingos. La esperanza final debe
nutrirse de esperas activas; de ahí la necesidad de evitar todo modo de
existencia que impida la visibilidad del horizonte. Hay que vivir con la mirada
alta y los brazos ágiles, y no encerrarse en el cuarto oscuro de la propia
problemática sin perspectivas, un cuarto en el que cada uno va dando tumbos con
ramplonería por falta de amplitud de miras.
DABAR 1976, 1
5.- En el anuncio original de Jesús, el
acontecimiento del último día se concentró totalmente en el retorno del Señor.
Ahora bien, en la primera comunidad, esta misma espera se fue clarificando en
el sentido de que era precisamente su Señor glorificado el que había de
retornar como administrador de la causa de Dios, para llevar a cabo un juicio
de purificación y liberación de la creación, y, después, devolver a Dios el
dominio sobre el mundo (cf. 1Co/15/25-28).
Así se resume, pues, la expectativa
escatológica en la confiada figura del Señor. Los bautizados reconocerán al
Hijo del Hombre, que vendrá sobre la nube (v. 27), revestido de la gloria del
Señor, la cual -al contrario que las mismas nubes (v. 25s)- no producirá temor:
ese temor natural que sobrecoja a las bautizados será vencido de inmediato por
el amable (inspirador de confianza) acercamiento del Señor. Aquellos se pondrán
en pie y levantarán su cabeza a la vista del poder salvador (v. 28).
Desde esa presentación hace el evangelio una
llamada a la firmeza de la fe de los discípulos. Se exige, por tanto, que se
atrevan a salir al encuentro de la gloria de Cristo y que, en unión a él, se
mantengan firmes ante la magnificencia del suceso, es decir, ante la tremenda
magnitud que cobra una confrontación con la poderosa actuación de Dios al
descubierto (no oculta ya). El mantenerse firme y levantar la cabeza exige, a
su vez, haber crecido y haberse fortalecido, lo cual se aprende precisamente en
la "escuela del evangelio".
Adviento significa, por tanto, iluminar los
"últimos acontecimientos" en la actual existencia de la iglesia y del
individuo. Navidad no es más que un signo de promesa, una bondadosa predicción
de lo que está por acontecer. Quien madure para comprender aquellas
circunstancias, puede celebrar hasta infantilmente (con la sencillez que exige
Jesús a sus discípulos) la fiesta de Belén. Por lo demás, oración y actitud de
espera confiada (esperanza) preparan al discípulo para recibir "de
pie" al Señor.
EUCA 1988, 56
6.- Este pasaje pertenece al
"apocalipsis sinóptico" según la versión de Lucas. Para comprenderlo
mejor, conviene recordar las características comunes a las tres versiones
sinópticas.
De acuerdo con el género literario
apocalíptico, utilizado ya frecuentemente en el A.T., se habla aquí de
cataclismos en la tierra y en el cielo como señales que anteceden a la venida
del "día del Señor" (cfr. Is 24, 17-23; 34,4) y a la manifestación
sobre las nubes del "Hijo del Hombre". Las "potencias del cielo'
son las estrellas, que los antiguos pensaban sólidamente clavadas en el
firmamento.
El autor comparte la opinión extendida entre
los primeros cristianos sobre la inminente venida del Señor. Con todo,
distingue claramente entre la destrucción de Jerusalén y el fin del mundo.
Todos estos fenómenos en la tierra y en el cielo son señales del fin del mundo;
pero, hasta que llegue este fin y después de la destrucción de Jerusalén, hay
un tiempo indefinido, que el autor llama "tiempo de los gentiles":
"Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que se cumpla el tiempo
de los gentiles' (v. 24). Lucas piensa, lo mismo que Pablo (Rom 11, 11-32), que
los gentiles reemplazarán al pueblo de Israel hasta que éste se convierta
masivamente. Y sólo entonces será el fin.
El fin del mundo no es para los cristianos
motivo de espanto, sino de una gran esperanza, pues entonces serán liberados
definitivamente. Mientras la destrucción de Jerusalén se anuncia como un suceso
previsible que dará tiempo a la huida (vv. 29-32), "aquel día" (o
"Día del Señor") vendrá de pronto sobre todos los hombres y nadie
podrá escapar. De manera que sólo se salvarán los que estén preparados, pues
para ellos será un día de liberación. Para destacar el carácter repentino de
este magno acontecimiento, Lucas lo compara a un "lazo" o trampa de
cazador; más exactamente, a la losa que cae sobre los pájaros cuando están
comiendo tranquilamente el cebo. Otro símil utilizado por Mateo (24, 42-44) es
el del ladrón que horada el muro de barro y entra en la casa cuando sus
habitantes están dormidos. También Lucas, en otro lugar, nos dice que "el
Hijo del Hombre vendrá cuando nadie lo espere", como un ladrón en la noche
(Lc 12, 39s). Por esta razón Jesús exhorta a sus discípulos para que vigilen y
estén preparados.
VICIA/QUÉ-ES: Que el objetivo del "apocalipsis
sinóptico" no sea otro que llamar a la vigilancia y, consiguientemente, a
la oración, está claro. De ahí que Mateo se extienda después con una serie de
parábolas alusivas a la vigilancia (como aquella tan conocida de las vírgenes
fatuas y las prudentes). Vigilar es estar atentos a lo verdaderamente
importante y decisivo, cuando todos nos empuja al despiste y al aturdimiento,
al sueño. Vigilar es tener los ojos muy abiertos en medio de la noche. El que
vigila está en pie, siempre "de puntillas" por la esperanza, a la
expectativa de lo sorprendente, de la sorprendente venida del Señor. Esto es
también fijarse en las señales o signos de los tiempos, responder en cada
momento y situación a las concretas exigencias del evangelio. La esperanza
cristiana no es simplemente estar a la espera, no es aguardar, sino preparar
los caminos para la pronta venida del Señor. ESPERA/ESPERANZA
EUCARISTÍA 1982, 54
7.- Jesús se expresó en las imágenes de la
apocalíptica judía. Lo mismo hizo la comunidad primitiva. En los sinópticos hay
una evidente evolución en el contenido de las afirmaciones escatológicas.
En Marcos se siente el entusiasmo
escatológico de la primera comunidad. En Mateo la época de la Iglesia es ya más
larga y en Lucas el fin se traslada a una época lejana porque la etapa de la
Iglesia apenas ha empezado. Los sinópticos no intentan descubrir el fin del
mundo, sino exhortar a la perseverancia. Lucas insiste en la vigilancia para no
dejarse absorber por las preocupaciones terrenas.
El discurso sobre la parusía, en Lucas, tiene
un carácter mucho más parenético que en Marcos. En el centro del discurso hay
una apremiante invitación a la constancia sobria y vigilante. Lucas no elimina
la parusía, pero insiste en la disponibilidad. En este pasaje no se trata de
apocalíptica sino de escatología. MUNDO/FIN:Las
imágenes apocalípticas se usan para afirmaciones escatológicas. La escatología
significa simplemente espera y estructuración del futuro sobre la base del
pasado. Es inexacto hablar del fin del mundo, sino el inicio del mundo tal como
lo quiso y lo programó Dios. En lenguaje bíblico lo que llamamos fin del mundo
habría que llamarlo "el futuro del mundo". Es la transformación del
mundo, no su aniquilación. El mundo es el lugar de la encarnación de Dios. Es
evidente que la creación y la redención no actúan la una contra la otra, sino
la una en la otra... Hay que tomarse este mundo en serio. Dios se lo ha tomado
tan en serio que le dio a su propio Hijo (Jn 3,16).
PERE FRANQUESA - MISA DOMINICAL 1985, 23
8.- Este pasaje hay que situarlo, lo mismo
que los dos evangelios anteriores (ciclos A y B), dentro de ese difícil
contexto del anuncio de la ruina de Jerusalén. Sirviéndose de los términos
habituales de la apocalíptica y de la escatología judías para describir esa
caída, el Señor atribuía a ese acontecimiento la amplitud misma de cumplimiento
de los últimos tiempos.
a) El pasaje de este día sigue inmediatamente
a la descripción del asedio de Jerusalén (vv. 20-24). Todo sucede como si se
tratara de una catástrofe cósmica que trastorna incluso los astros y sume a los
hombres en la mayor confusión (vv.25-26). Era un procedimiento clásico de los
apocalipsis judíos describir la ruina de una ciudad como un "Día de
Yahveh" que llevaba consigo catástrofes de orden cósmico (Is 24, 10-23;
13, 6-10; Jer 4, 23-26). Así, después de Babilonia, Samaria, Gomorra y otras
muchas ciudades paganas, Jerusalén va a experimentar a su vez el "Día de
Yahvé". Al comentar (más discretamente por lo demás, que el texto paralelo
de Mateo) la descripción de la destrucción de Jerusalén mediante ciertas
imágenes de orden cósmico, Lucas no pretende necesariamente anunciar el fin del
mundo, no hace más que amoldarse al género literario de los apocalipsis para
decir, tan sólo, que la caída de Jerusalén será una etapa decisiva en la
implantación del reino de Yahvé en el mundo. La intervención de toda la
naturaleza en el momento de la caída de Jerusalén sigue siendo un reflejo de
una concepción bíblica que presenta el reino mesiánico como una nueva creación
que pone en entredicho los fundamentos de la antigua (Jl 3, 1-5; Ag 2, 6; Is
65, 17). La caída de Jerusalén es, así, la aurora de una creación de nuevo
cuño.
b) Después de haber subrayado la repercusión
cósmica del hundimiento de Jerusalén, Lucas anuncia la "venida del Hijo
del hombre entre nubes" (v. 27). Se trata, evidentemente, del misterioso
personaje anunciado por Daniel (7, 13-14) y a quien se confiará el juicio de
las naciones. Para Lucas, esta manifestación del Hijo del hombre-Señor de los
pueblos coincide con la caída de Jerusalén. Se comprende mejor esta sustitución
si se tiene presente que el templo era considerado precisamente como el punto
de la gran concentración de las naciones bajo el imperio de Yahvé (Is 60) y que
Cristo tuvo especial cuidado en atribuir esa prerrogativa a "aquel que
viene" o a "aquel que viene sobre la nube" (Mt 21, 61-64; 23,
37-39). "Venir sobre la nube" designa un personaje aureolado por la
gloria divina: los cristianos aplicarán, pues, sin dificultad, esta expresión a
Cristo resucitado. Cristo "viene sobre la nube" desde el momento de
su resurrección, y todo acontecimiento que sirve para establecer su soberanía
sobre el mundo es una nueva "venida sobre la nube" de aquel que ha
adquirido todo imperio sobre el mundo, para ser siempre y hasta el fin de los
tiempos "El que viene" (Ap 1, 7; cf. Ap 14, 14). Se puede, pues,
decir que el tiempo de la Iglesia, inaugurada con la resurrección, y, más
concretamente, el día en que la Iglesia se liberó totalmente del judaísmo,
constituye la "venida del Hijo del hombre".
c) Después de haber hecho de la caída de Sión
el acontecimiento inaugural de la nueva creación y que constituye una etapa
importante en la "venida del Señor", San Lucas pasa a las
aplicaciones morales. Se dirige en particular a la "generación" de
sus contemporáneos (vv. 31-32) para enseñarla a ver en la caída de Sión un
"signo" de la "proximidad" del Reino (vv. 27-31). Por lo
demás, esa proximidad no es esencialmente de orden temporal, como si el fin del
mundo fuera a producirse de inmediato; se trata más bien de una proximidad
ontológica: en cada acontecimiento de la historia de la salvación y de la
historia de los hombres, el Reino futuro está presente y se trata de aprender a
descubrirlo. La vigilancia es precisamente la virtud de aquel que está bastante
preocupado por la extensión de la soberanía del Hijo del hombre para
descubrirla en germen en cada uno y "en todo". La caída de Jerusalén
ha sido un jalón en la venida del Señor sobre la nube porque ha obligado a la
Iglesia a abrirse decididamente a las naciones y a establecer un culto
espiritual, liberado del particularismo del templo. Pero cada etapa de la
evangelización del mundo, vinculada, por lo demás, a cada etapa de humanización
del planeta, es también un jalón de esa venida del Hijo del hombre. Cada
conversión del corazón, mediante la que el hombre se abre más y más a la acción
del Espíritu del Resucitado y cuenta un poco menos con la "carne", es
una nueva manifestación de esa venida. Cada asamblea eucarística, reunida
precisamente "hasta que El vuelva" y beneficiaria de esa gloria y de
ese poder del Hijo del hombre sobre la nube, es, finalmente, el jalón por
excelencia de ese acontecimiento.
MAERTENS-FRISQUE - NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA
CRISTIANA I - MAROVA MADRID 1969.Pág. 30
9.- Esta es una parte del Apocalipsis
sinóptico. Parece que aquí también se inspiran algunos de los mensajes que ayer
u hoy nos llegan del cielo. Pero si lo traducimos en anuncio profético o
evangélico, veríamos que el acento no se pone en la angustia, sino en la
liberación; no en las potencias del cielo, sino en el Hijo del hombre, que está
en el cielo. No es un mensaje de terror, sino de vigilancia y esperanza.
Nuestro problema ahora no es el miedo, sino el conformismo, la despreocupación,
el aturdimiento: «mente embotada» por el consumo de cada día.
El mundo no es bueno; por eso no podemos
dormir hasta que no venga el Hijo del hombre, o sea, hasta que no se construya
un mundo nuevo, hasta que todos los hijos de los hombres no se traten como
hermanos.
CARITAS UN DIOS PARA TU HERMANO - ADVIENTO Y
NAVIDAD 1991.Págs. 24 s.
10.-
ACI DIGITAL 2003
34. Lo único que sabemos acerca de la fecha
del "último día", es que vendrá de improviso. (Mat. 24, 39:"Y no
conocieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también
la Parusía del Hijo del Hombre"; I Tes. 5, 2 y 4: "Vosotros mismos
sabéis perfectamente que, como ladrón de noche, así viene el día del Señor. Mas
vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como
ladrón" y II Pedro 3,10: "Quien quiere amar la vida y ver días
felices, aparte su lengua del mal y sus labios de palabras engañosas").
Por lo cual los cálculos de la ciencia acerca
de la catástrofe universal valen tan poco con ciertas profecías particulares.
Velad, pues, orando en todo tiempo (v. 36).
PROPUESTA DE CANTOS DOMINGO I DE ADVIENTO (CICLO C - (01 DE DICIEMBRE
2024)
TEMA: “SE ACERCA SU LIBERACIÓN”
01.- CERCA
ESTA EL SEÑOR
CERCA
ESTÁ EL SEÑOR,
CERCA
ESTÁ EL SEÑOR.
CERCA
DE MI PUEBLO,
CERCA
DEL QUE LUCHA POR AMOR.
CERCA
ESTÁ EL SEÑOR,
CERCA
ESTÁ EL SEÑOR,
ES
EL PEREGRINO
QUE
COMPARTE MI DOLOR.
1.-
También está el Señor, le conoceréis,
en
el que lucha por la igualdad.
También
está el Señor, le conoceréis,
en
el que canta la libertad.
También
está el Señor, no olvidéis su voz,
sufre
el gran dolor del oprimido.
2.-
También está el Señor, le conoceréis,
en
el obrero en su taller.
También
está el Señor, le conoceréis,
en
el anciano en su vejez.
También
está el Señor, no olvidéis su voz,
en
el hospital junto al enfermo.
3.-
Jesús es el Señor, le conoceréis,
Él
es la vida, es la verdad.
Jesús
es el Señor, le conoceréis,
es
el camino de libertad.
Jesús
es el Señor, no olvidéis su voz,
es
el Redentor de nuestro pueblo.
02.- A TI
LEVANTO MI ALMA (Francisco Palazón)
A
TI LEVANTO MI ALMA
DIOS
MIO EN TI CONFIO
PUES
LOS QUE ESPERAN EN TI
NO
QUEDARÁN DEFRAUDADOS
PUES
LOS QUE ESPERAN EN TI
NO
QUEDARÁN DEFRAUDADOS.
1.-
Enséñame tus caminos
instrúyeme
en tus sendas.
Haz
que camine con lealtad
porque
Tú eres mi Dios y Salvador.
2.-
Recuerda Señor que tu ternura
y
tu misericordia son eternas.
Por
tu inmensa bondad no te acuerdes
de
mis pecados de juventud.
03.- LLEGARA
LA LIBERTAD
1.-
Caminamos hacia el sol
Esperando
la verdad,
La
mentira, la opresión
Cuando
vengas, cesarán.
LLEGARÁ
CON LA LUZ
LA
ESPERADA LIBERTAD (2V.).
2.-
Construimos hoy la paz,
en
la lucha y el dolor;
nuestro
mundo surge ya
en
la espera del Señor.
3.-
Te esperamos, tú vendrás,
a
librarnos del temor;
la
alegría, la amistad,
son
ya signos de tu amor.
04.- SABER
QUE VENDRAS
1.-
En este mundo que Cristo nos da,
hacemos
la ofrenda del pan,
el
pan de nuestro trabajo sin fin,
y
el vino de nuestro cantar.
Traigo
ante ti nuestra justa inquietud,
amar
la justicia y la paz.
SABER
QUE VENDRÁS, SABER QUE ESTARÁS,
PARTIENDO
A LOS POBRES TU PAN. (2V.)
2.-
La sed de todos los hombres sin luz,
la
pena y el triste llorar,
el
odio de los que mueren sin fe,
cansados
de tanto luchar.
En
la patena de nuestra oblación
acepta
la vida Señor.
05.- AL ALTAR
DONDE TU VIENES (Carmelo Erdozain)
01.-
Al altar donde Tú vienes
quisiera
traerte, Señor,
ricos
presentes.
Las
praderas con sus mieses
quisiera
traerte, Señor,
te
pertenecen.
ACÉPTALO,
SEÑOR,
ACÉPTALO,
DINOS QUE VIENES,
CON
EL PAN QUE FLORECE. (BIS)
2.-
Caminando a tu lado
me
alegro de estar junto a Ti,
ser
tu invitado
y
traerte con mis manos
el
pan que podré compartir
con
mis hermanos.
3.-
Acéptalo, Señor,
con
mis libros y juguetes.
Quisiera
traerte, Señor,
siete
pinceles
y
pintarte un arcoíris
de
paz, alegría y amor
para
mis seres.
06.-
LIBERTADOR DE NAZARETH (Carmelo Erdozain)
LIBERTADOR
DE NAZARETH
VEN
JUNTO A MI
VEN
JUNTO A MI.
LIBERTADOR
DE NAZARETH
QUE
PUEDO HACER SIN TI. (BIS)
Yo
sé que eres camino,
que
eres la vida y la verdad
yo
sé que el que te sigue
sabe
a dónde va.
Quiero
vivir tu vida
seguir
tus huellas, tener tu luz,
quiero
beber tu cáliz,
quiero
llevar tu cruz.
Quiero
encender mi fuego,
alumbrar
mi vida y seguirte a ti
quiero
escucharte siempre,
quiero
luchar por ti.
Busco
un mensaje nuevo,
te
necesito libertador,
no
puedo estar sin rumbo,
no
puedo estar sin Dios.
07.- EL SEÑOR VENDRA (J. Pedro Martins)
AL
FIN DEL MUNDO
VENDRA
EL SEÑOR,
TODOS
SALDREMOS
A
SU ENCUENTRO,
EL
SEÑOR VENDRÁ,
EL
SEÑOR VENDRÁ.
1.-
Mirad hacia lo alto,
porque
pronto llegará el salvador,
el
salvador es nuestro Dios,
creador
del cielo y de la tierra.
2.-
Nuestro Dios nunca se duerme
y
aparta nuestros pasos del mal.
El
Señor protege nuestras vidas,
hasta
el día en que el venga.
3.-
Ese día nos juntaremos todos,
Para
el regreso del gran rey
los
cautivos serán liberados
y
la alegría brillara en sus frentes.
4.-
Ese día será el día de nuestra gloria,
el
día para el que Dios nos creó,
cantaremos
mientras tanto sus alabanzas,
por
los siglos de los siglos.
08.- SE QUE
VENDRAS (G. Fernández)
SÉ
QUE VENDRAS AL FIN DE LOS TIEMPOS
PARA
ARRANCAR LA FUERZA DEL MAL.
SÉ
QUE VENDRAS A DAR A LOS HOMBRES
LA
LIBERTAD.
1.-
Celebramos tu venida Señor
en
medio de nosotros.
Esperamos
verte pronto
en
nuestro caminar.
Que
la noche se hace eterna
Señor
si Tú no vienes.
Te
pedimos el favor de tu luz.
2.-
Peregrinos en la vida Señor
buscamos
tu presencia.
Caminamos
en silencio
para
escuchar tu voz.
Porque
oyendo tu Palabra
sentimos
fortaleza.
Te
pedimos un impulso de fe.
3.-
Prisioneros de la muerte Señor
andamos
oprimidos.
Deseando
que tu gracia
nos
dé la libertad.
Porque
Tú eres para el hombre
Verdad
Camino y Vida.
Te
pedimos vengas pronto Señor.
09.-
ANUNCIANDO TU VENIDA (Francisco Palazón)
ANUNCIANDO
TU VENIDA Y EL RECUERDO DE TU AMOR,
TE
DAMOS GRACIAS, SEÑOR. (bis)
Porque
no empleaste oro ni plata para comprarnos,
sino
tu Sangre preciosa en un madero colgado
Por
tu palabra de vida, por el buen samaritano,
por
la inquietante pregunta: «Abel, ¿dónde está tu hermano?»
Porque
eres fuente de gracia, porque amas a los humanos,
porque
el Espíritu envías para que te conozcamos,
porque
nunca te conformas con plegarias ni con cantos,
porque
exiges testimonio de lo que aquí celebramos.
10.- SANTA
MARIA DE LA ESPERANZA (J.A. Espinoza)
SANTA MARIA DE LA ESPERANZA
MANTEN EL RITMO DE NUESTRA ESPERA,
MANTEN EL RITMO DE NUESTRA ESPERA.
1.- Nos diste al esperado de los tiempos,
mil veces prometido en los profetas;
y nosotros de nuevo dese amos
que vuelva a repetirnos sus promesas.
2.- Brillaste como aurora del gran día;
plantaba Dios su tienda en nuestro suelo.
Y nosotros soñamos con su vuelta,
queremos la llegada de su Reino.
3.- Viviste con la cruz de la esperanza,
tensando en el amor la larga espera;
y nosotros buscamos con los hombres
el nuevo amanecer de nuestra tierra.
4.- Esperaste, cuando todos vacilaban,
el triunfo de Jesús sobre la muerte;
y nosotros esperamos que su vida
anime nuestro mundo para siempre.
11.- VEN, VEN
SEÑOR NO TARDES
VEN,
VEN, SEÑOR, NO TARDES,
VEN,
VEN QUE TE ESPERAMOS
VEN,
VEN, SEÑOR, NO TARDES,
VEN
PRONTO SEÑOR.
El
mundo muere de frío,
El
alma perdió el calor,
Los
hombres no son hermanos,
Al
mundo le falta amor.
Envuelto
en sombría noche,
El
mundo sin fe no ve
Buscando
va una esperanza
Buscando,
Señor, tu fe.
Al
mundo le falta vida,
Al
mundo le falta luz,
Al
mundo le falta el cielo
Al
mundo le faltas tú.