ÉL VIENE
Y VENDRÁ
COMENTARIO
“El sol se hará tinieblas” dice
Jesús, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo”. Tanto el
Génesis (Gen 1, 1 y 16) como Jesús evocan en final con el estilo tradicional de
los Apocalipsis, la misma trilogía: el sol, la luna, y las estrellas, es decir
el mundo, el universo. Al principio había surgido un mundo con su espacio y su
evolución a lo largo de los siglos. Al final surgirá otro mundo distinto, en
otro espacio y por toda la eternidad.
La Biblia no pretende hacer ciencia: es un libro religioso, nos da a
conocer los planes de Dios: lo mismo que hubo un comienzo, la creación, habrá
también un final y un volver a comenzar marcado por la llegada triunfal de
Jesús. “Entonces verán venir al hijo del hombre sobre las nubes, con gran
fuerza y majestad, y enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos”. Esto es
lo esencial, el nuevo espacio, la nueva historia: vivir todos, eternamente, con
Jesús. Un Jesús que toma sus verdaderas dimensiones: él es el final de nuestro
mundo, él es el comienzo del nuevo, él es la eternidad. Marcos escribió su
evangelio para decirnos que Jesús es el Hijo de Dios.
¿Y cómo podría decirlo mejor que con esta visión? Jesús vendrá, lo
organizará todo, y eso será la vida eterna. Jesús será nuestra eternidad y “Lo
veremos venir sobre las nubes”. La creación ha sido hecha con vista a la
llegada triunfal. La humanidad ha nacido para este radiante amanecer. La
historia de los hombres no es sino el parto de su segundo y definitivo
nacimiento al mundo, al mundo de Jesús al mismo de Dios. Aguardando ese día, a
pesar de sus lágrimas de su noche y de sus gritos, los hombres viven su
primavera por así decirlo: las ramas se van poniendo tiernas y brotan las
primeras hojas. A nosotros nos toca creer que Jesús está “a la puerta” en el
sentido de que todo cuanto es vivido por los hombres y cuanto vivieron desde el
comienzo de los tiempos va avanzando hacia el día y la hora en que desaparecerá
el mundo antiguo y comenzará el mundo que nuestro Padre celestial ha soñado
para nosotros y organizado en torno a Jesús.
Vamos caminando hacia el fin, hacia nuestro propio fin, tanto si somos
jóvenes como si hemos llegado a la vejez, Jesús está a nuestra puerta, cada día
anuncia el último día, cada día se van estrechando las fronteras entre nuestro
mundo de aquí y nuestro mundo de allá. No se trata de una amenaza, sino de una
visión tranquila en el que pondremos el pie en el mundo de Jesús, cuando suenen
las trompetas de la gran resurrección.
Pero, ¿cuál es mi primavera actual? “Estén despiertos”, dice Jesús al
final de su discurso. Esto quiere decir que hemos de estar preparados para la
vida eterna. ¿Van haciéndose más tiernas
mis ramas de amor a mis hermanos? ¿Van brotando las hojas de mis actos de
justicia y de generosidad?
Sólo tú, Señor, eres capaz de convertir mis días en días llenos a la
vez de vida y de esperanza. ¡Ven, Jesús, ven cada mañana hasta que llegue la
gran mañana! ¡Maranatha! ¡Ven Señor!
R.P. Roland Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Jr 29, 11-12.14
Dice el
Señor: «Tengo designios de paz y no de aflicción, me invocarán y yo los
escucharé; los congregaré sacándolos de los países y comarcas por donde los
dispersé».
ORACION COLECTA
Concédenos, Señor, Dios nuestro, alegrarnos siempre en tu servicio,
porque en dedicarnos a ti, autor de todos los bienes, consiste la felicidad
completa y verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la profecía de Daniel 12, 1-3
Por aquel tiempo, surgirá el arcángel Miguel,
el gran príncipe protector de tu pueblo: serán tiempos difíciles, como no hubo
otros desde que existen las naciones. Entonces se salvará tu pueblo: todos los
inscritos en el libro. Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra despertarán:
unos para la vida eterna, otros para el castigo eterno. Los sabios brillarán
como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a muchos la justicia
resplandecerán como estrellas, por toda la eternidad.
SALMO
RESPONSORIAL (Sal 15)
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
El Señor es la parte de mi herencia y mi
copa; mi suerte está en tu mano. Tengo siempre presente al Señor, con Él a mi
derecha no vacilaré. R.
Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis
entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no me entregarás a la muerte, ni
dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R.
Me enseñarás el sendero de la vida, me
saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta a los hebreos 10, 11-14.18
Hermanos: Cualquier otro sacerdote
ejerce su ministerio, diariamente, ofreciendo muchas veces los mismos
sacrificios, que de ningún modo pueden borrar los pecados. Pero Cristo ofreció
por los pecados un solo sacrificio para siempre; está sentado a la derecha de
Dios y espera el tiempo que falta hasta que sus enemigos sean puestos como
estrado de sus pies. Con una sola ofrenda, ha perfeccionado para siempre a los
que van siendo consagrados a Dios. Ahora bien, cuando los pecados han sido
perdonados, ya no hay necesidad de ofrenda por el pecado
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO Lc 21, 36
Aleluya. Estén siempre despiertos,
pidiendo fuerza para mantenerse en pie ante el Hijo del Hombre. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo
Evangelio según san Marcos 13, 24-32
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«En aquellos días, después de esa gran angustia, el sol se hará tinieblas, la
luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se
tambalearán. Entonces verán venir al Hijo del Hombre sobre las nubes con gran
poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los
cuatro vientos, de horizonte a horizonte.
Aprendan de esta parábola de la higuera: Cuando
las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducen ustedes que el verano
está cerca; pues cuando vean ustedes suceder esto, sepan que Él está cerca, a
la puerta. Les aseguro que no pasará esta generación antes que todo se cumpla.
El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán, aunque el día y la hora
nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, solo el Padre».
PLEGARIA
UNIVERSAL
Hermanos, Cristo se ofreció en sacrificio de una
vez para siempre, Él es el sacerdote capaz de compadecerse de nosotros y de
interceder ante el Padre por cuanto necesitamos y deseamos. Por eso, oremos
diciendo:
R. Jesús,
intercede por nosotros.
1.- Para que los ministros
que participan del sacerdocio de Cristo, preparen al Pueblo de Dios para acoger
la Palabra y la venida constante del Señor. Oremos. R.
2.- Para que, con
sabiduría, nuestros gobernantes promuevan la justicia, el desarrollo y el
bienestar en la nueva sociedad del tercer milenio. Oremos. R.
3.- Para que, quienes
seguimos a Cristo seamos testigos del consuelo de Dios para los que viven en la
marginación, la pobreza y la opresión. Oremos. R.
4.- Para que el Señor
proteja a los que van de viaje, conforte a los cautivos y sea la paz de los que
viven lejos de sus hogares. Oremos. R.
5.- Para que, con
esperanza activa e ilusión renovada, aguardemos los cielos nuevos y la tierra
nueva donde habita la justicia. Oremos. R.
Jesús, intercede por tu Iglesia, bendícela con tu
gracia y guárdala de todo mal hasta el día de tu retorno glorioso. Tú que vives
y reinas por los siglos de los siglos.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, que
estos dones, ofrecidos ante la mirada de tu majestad, nos consigan la gracia de
servirte y nos obtengan el fruto de una eternidad dichosa. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Mc 11, 23.24
En verdad les digo: todo cuanto
pidan en la oración, crean que se lo han concedido y lo obtendrán, dice el
Señor.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Señor, después de recibir el don sagrado del
sacramento, te pedimos humildemente que nos haga crecer en el amor lo que tu
Hijo nos mandó realizar en memoria suya. Él, que vive y reina por los siglos de
los siglos.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 18: Ap 1, 1-4; 2, 1-5ª; Sal 1; Lc 18, 35-43
Martes 19: Ap 3, 1-6.14-22; Sal 14; Lc 19, 1-10
Miércoles 20: Ap 4, 1-11; Sal 150; Lc 19, 11-28
Jueves 21: Ap 5, 1-10; Sal 149; Lc 19, 41-44
Viernes 22: Ap 10, 8-11; Sal 118; Lc 19, 45-48
Sábado 23: Ap 11, 4-12; Sal 143; Lc 20, 27-40
Domingo 24: Dn 7, 13-14; Sal 92; Ap 1, 5-8; Jn 18,
33b-37
COMENTARIOS AL
EVANGELIO
Mc 13, 24-32
Par: Lc 21, 20-33 Mt 24, 15-36
Ante este texto, fascinado por el futuro,
¿hay que sospechar una huida infantil hacia el porvenir, cierto rechazo de la
realidad imposible de soportar, una evasión hacia lo imaginario, cuya necesidad
febril apenas quedaría oculta bajo el velo cristológico de que está revestida?
Podría pensarse en esto, si los ojos del lector evangélico se mantuvieran
clavados por encima de la línea del horizonte, indiferente a las realidades
terrenas. Pero no hay nada de esto. La mirada del creyente, animado por la fe
evangélica, lejos de encerrarse en el futuro divisa simultáneamente el presente
y el porvenir. Lo exigen la segunda parte de nuestro texto y, más aún los
versículos omitidos (33-37). El futuro es esperado en el presente. En él
aparecen los discretos signos de un futuro cuya fecha es de la competencia
exclusiva del misterio de Dios. Estos signos reclaman una atención animada por
la fe, pero también una eficaz vigilancia aplicada al trabajo de cada día. Sólo
hay futuro... al final del presente. Sólo hay porvenir substancial, al cabo de
una actualidad cuidadosamente organizada.
Los cristianos deben temer -así se les ha
dicho con frecuencia- que su inclinación al futuro les lleve a olvidar las
tareas del presente; no se puede echar en saco roto la amonestación. ¿Pero no
deben temer, al menos en igual medida, olvidar el futuro cuando tan absorbentes
son las tareas del presente? Pues, al fin, creer en el futuro es creer... a
pesar de todo. Y creer no es tan fácil...
LOUIS MONLOUBOU - LEER Y PREDICAR EL
EVANGELIO DE MARCOS - EDIT. SAL TERRAE SANTANDER 1981Pág. 161
2.- ESCA/SIGNIFICADO:
El significado más obvio de
"escatología" es el de un discurso sobre las realidades últimas y
definitivas. Se trata ciertamente -aun cuando esta convicción haya ido
madurando lentamente y con no pocas fatigas- de realidades que están más allá
de la historia, pero sin que esto signifique que no se van preparando dentro de
la historia. En efecto, la escatología bíblica es un discurso sobre la
historia, un modo de leerla y de asumirla.
Esta es la sorprendente perspectiva bíblica
interesante y concreta. La mirada hacia el futuro (esto es, la revelación de lo
que será el futuro) hace importante al "presente" y ofrece un
criterio de opción y de valorización. La atención en el fondo se dirige al
presente. El futuro ofrece un criterio de orientación en el presente, pero es
en el tiempo presente donde se está jugando el futuro. Esta es la posición, por
ejemplo, frente a Jesús: él es el Hijo del Hombre que habrá de volver, pero lo
decisivo es la actitud que hoy asumimos frente a su anuncio.
HT/FIN HT/CICLICA:
El punto más original del mensaje bíblico en general y del profético en
particular es el concepto de que la historia va caminando hacia un último
término bajo la dirección de Dios. La concepción griega, por el contrario, es
sustancialmente cíclica. La convicción de que la historia es conducida por Dios
hacia una salvación indestructible está ya presente en los orígenes de la fe
hebrea; en esta convicción se arraigan los gérmenes de su desarrollo sucesivo,
incluida la exigencia de que esta salvación tiene que colocarse más allá de la
historia, en la comunión con Dios. Efectivamente, la esperanza que acompañó a
Israel durante toda su historia (y más tarde a la comunidad cristiana desde sus
orígenes hasta la actualidad) es el encuentro entre la promesa de Dios (siempre
amplia) y la situación actual (siempre llena de desilusiones) que continuamente
parece desmentir a la promesa y retrasarla.
Esta experiencia ha obligado a colocar las
realidades últimas cada vez más allá y purificar las esperanzas: las realidades
últimas son obra de Dios y no simplemente fruto del hombre; además, son
cualitativamente distintas de lo que vivimos y soñamos.
Así pues, podemos resumir de este modo las
convicciones de Israel sobre la historia: Dios, y no sólo el hombre, es
protagonista de la historia; la historia es conducida por Dios hacia una
salvación definitiva; la historia está sometida a un juicio (no todas las
opciones conducen a la salvación, sino sólo aquellas que se hacen dentro de la
obediencia a los designios de Dios).
Todo lo que hemos dicho corresponde
sustancialmente a la visión escatológica de los profetas. Es una visión
grandiosa y sobria al mismo tiempo, sin intento alguno de penetrar en los
secretos de Dios y sin ceder a la curiosidad del "cuándo" y del
"cómo". Pero esta "sobriedad" parece que fue fallando en el
último período postexílico, cuando se desarrolló en el judaísmo una vasta
literatura que fue llamada "apocalíptica". Son tiempos difíciles, de
persecución, y parece inútil la fidelidad de los buenos. Se necesita un
consuelo, que se encuentra en la confianza inquebrantable de que al final de
los tiempos (unos tiempos que están ya "cerca") se realizará el
juicio de Dios y cambiará la situación gracias a una intervención de Dios. El
lenguaje de esta literatura es típico: describe los últimos tiempos como
tiempos de guerras y divisiones (pueblo contra pueblo, reino contra reino), de
terremotos y carestía, de catástrofes cósmicas (el sol y la luna se oscurecerán
y las estrellas caerán), todo ello bajo el signo de una tremenda imprevisión
por parte de los hombres (lo mismo que se presentan de pronto los dolores de
parto en la mujer). Este lenguaje está también ampliamente presente en el
discurso de Marcos: no se trata del mensaje, sino simplemente del medio
expresivo que utiliza para comunicárnoslo. De ninguna forma se pueden entender estas
expresiones al pie de la letra.
BRUNO MAGGIONI - EL RELATO DE MARCOS - EDIC.
PAULINAS/MADRID 1981.Pág. 181
Más allá del lenguaje de las imágenes, son
éstos los elementos que constituyen su contenido: el triunfo del Hijo del Hombre,
que parece ahora ser desmentido por la historia, será visible a todos; será
inesperado; el juicio; la reunión de todos los elegidos en la gran familia de
Dios (en efecto, el plan de Dios es un plan de hermandad universal).
Queda por aclarar todavía un punto: la vuelta
del Hijo del hombre en poder y majestad no significa, de ningún modo, que Dios,
al final, abandona el camino del amor para sustituirlo por el de la fuerza. Si
así fuera, la cruz dejaría de ser el centro del plan de la salvación y el mismo
comportamiento de Dios acabaría dándoles la razón a todos los que afirman que
el amor es inútil, incapaz de conseguir su finalidad; ¡sólo la fuerza es
eficaz! Pero no es así, ni mucho menos. La vuelta del Hijo del Hombre será el
triunfo del Crucificado (Mc/14/61-62), la demostración de que el amor es
poderoso, victorioso.
BRUNO MAGGIONI - EL RELATO DE MARCOS - EDIC.
PAULINAS/MADRID 1981.Pág. 186
4.- Texto. A continuación del texto del
domingo pasado Marcos nos presenta a Jesús abandonando el Templo y hablando de
la futura destrucción de éste. Sentado después en el monte de los olivos,
teniendo precisamente ante su vista ese Templo, Jesús responde a una pregunta
formulada por Pedro, Santiago, Juan y Andrés. Son los mismos cuatro con los que
Marcos había iniciado la andadura pública de Jesús. La pregunta ha sido la
siguiente:
¿Cuándo sucederá esa destrucción y cuál será
la señal anunciadora? Jesús les pone en guardia contra la curiosidad por saber
tiempos y fechas, invitándoles más bien a tomar conciencia del difícil futuro
que como discípulos suyos les espera. Es en este punto donde entronca el texto
de hoy.
Este comienza con una referencia a esa
situación de dificultad de los discípulos. La llama "gran
tribulación". Sin embargo, y ésta es la peculiar aportación del texto,
esta situación de dificultad no va a durar indefinidamente. Su final se
articula en tres actos: fenómenos cósmicos, llegada gloriosa del Hijo del
Hombre, reunión de los elegidos dispersos por los cuatro puntos cardinales.
Esta reunión que pone fin a las penalidades de los elegidos es el punto
culminante y razón de ser de los fenómenos cósmicos y de la llegada del Hijo
del hombre.
A continuación el lenguaje del texto deja de
ser informativo para hacerse interpelativo: empleo de la segunda persona del
imperativo (aprended, sabed). La interpelación está basada en el símil del
despuntar de la higuera como señal inconfundible de la proximidad de la
estación buena. La formulación textual de la trasposición del símil es como
sigue: "Así también vosotros, cuando veáis suceder esto, sabe que está
cerca, a la puerta". Los problemas de esta formulación son dos: a qué se
refiere el pronombre "esto"; ausencia de sujeto en la frase
"está cerca". La traducción litúrgica supone precipitadamente que el
sujeto es el Hijo del Hombre. Por exigencia interna del símil el sentido de la
trasposición parece que debe ser como sigue: cuando por ser discípulos míos os
veáis inmersos en la dificultad, sabed que el final de ésta, está cerca. El
pronombre "esto" se refiere a las dificultades de los discípulos y no
a los fenómenos cósmicos. La función del símil es despertar en los discípulos
la certeza de que sus sufrimientos tendrán un desenlace feliz.
Incluso se afirma después la proximidad de
ese desenlace, aunque su delimitación exacta no se pueda precisar.
Comentario. En una obra literaria el espacio
y el tiempo que cuentan son el espacio y el tiempo creados por el autor. Una
vez más hay que hacer hincapié en que también este texto hay que verlo a la luz
de la muerte-resurrección de Jesús. Ellas representan para Marcos el final de
un mundo y el comienzo de otro nuevo y bueno.
En la literatura judía anterior y
contemporánea de Marcos la esperanza en un futuro mejor había adquirido
relevancia especial. Esa esperanza se revestía de tintes apocalípticos, es
decir, de imágenes sombrías y grandes cataclismos de la naturaleza. Dichas
imágenes y cataclismos pertenecían al lenguaje metafórico, cuya verdad no está
en lo que afirman sino en lo que traslucen: la esperanza en un futuro mejor.
También Marcos hace suyo este lenguaje
metafórico, no para anunciar la crónica de un futuro, sino para formular una
esperanza de novedad y de bondad. Esta esperanza tiene su realización en la
resurrección de Jesús, que pone fin a la dificultad y a la tribulación,
representadas realísticamente por la muerte de Jesús. Con este esquema, modelo
o paradigma es con el que Marcos habla del fin del mundo y de la llegada
gloriosa del Hijo del Hombre. Y lo hace con una única finalidad: inculcar en
los discípulos la certeza de que la penalidad que tendrán que padecer no serán
la ultima palabra. La resurrección de Jesús es la garantía del final de sus
penalidades y de su dispersión. El metafórico "enviará a sus ángeles para
que reúnan a los elegidos" tiene su realización la mañana de pascua en el
encargo dado por el resplandeciente joven a las mujeres y que ellas deben
transmitir a los discípulos: "Os precede en Galilea. Allí le veréis, como
os lo tenía anunciado" (Mc. 16, 7).
Este encargo pone fin a la dispersión de los
discípulos provocada por la muerte del maestro (ver Mc. 14, 27-28). A su vez la
relación entre Mc. 13, 27; 14, 27-28 y 16, 6-7 permite dar al término
"elegidos" su verdadero sentido. Es sinónimo de discípulos, es decir,
seguidores voluntarios del maestro en su camino de muerte. Cansado por lo
arriesgado del camino, el seguidor de Jesús encuentra en el texto de hoy la
fuerza y la razón de su esperanza.
Precisamente cuando el invierno arrecia, él
sabe que la buena estación está para llegar.
A. BENITO - DABAR 1988, 57
5.- Contexto. Visión de la historia según
Jesús.
Texto. Descripción imaginativa del final del
mundo no bueno en que vivimos (vs. 24-27). Jesús trata de inculcar en sus
discípulos la certeza de este final. Para ello se sirve de una comparación (vs.
28-29) y de dos aseveraciones (vs. 30-31). Sin embargo, certeza no es sinónimo
de fecha: ésta permanece oculta (v. 32).
Pre-texto. Ardiente espera de un final del
orden presente, al que seguirá un orden o mundo nuevo. La apocalíptica es la literatura
que aborda esta temática. Para ello se sirve de un lenguaje especial, el
lenguaje que tiene su origen en la fantasía. No es de naturaleza informativa,
es decir, no es una guía en la que se nos comunica el desarrollo de unos
hechos. Es de naturaleza simbólica, plástica y está al servicio de una idea, de
una concepción. Por lo que respecta al final, éste es expresado con imágenes
tremendistas: cataclismos cósmicos, guerras, fuego, derrumbamientos, personajes
celestes, señales luminosas, trompetas convocando a juicio. Es la imaginería
que se recoge en el Evangelio de hoy. Su valor no es literal, sino simbólico.
Sentido del texto. ¿Es la vida una gran
epopeya de una enorme insustancialidad? ¿Es algo cerrado en sí mismo y carente
de sentido? ¿Es un caminar constante hacia una meta inalcanzable? ¿Un camino a
lo largo del cual vivimos, sin más y sin perspectiva, el amor y el odio, la
voluptuosidad y la angustia, la esperanza, el anhelo, la soledad y el
desaliento?
¿Es un vivir simplemente porque hay que vivir,
sin otra razón de ser que el de tener que hacerlo? La cruda experiencia así
parece sancionarlo. Pero, por encima de la voz de la experiencia, resuena este
domingo la voz potente de Jesús, para gritarnos que la vida es una tarea
hermosa, cuyo alcance y proporciones se verán un día, día que El no está en
condiciones de precisar, pero sí de asegurar, con la seguridad y certeza de
quien está también cimentado en la Roca (Dios).
DABAR 1982, 56
6.- Como en otras ocasiones, Mc habla ayudado
de imágenes tradicionales en su cultura (cf. Is 13, 10; Jl 2, 10; 3, 4; Zac 2,
10). La caída del "mundo viejo" con todos los poderes que lo rigen y
determinan coincide con la irrupción de una creación nueva. En el mismo momento
en que todo sea oscuro (confesión, caos), aparecerá a los ojos de los hombres
el Hijo de Dios (del hombre), o sea, Jesús = el salvador.
Pero falta una detallada descripción del
juicio. Y es que para Mc no es importante el destino de "los otros",
sino la afirmación a los elegidos: ¡No os perderéis! Podéis permanecer hasta el
final como discípulos de Jesús. Después estaréis en comunión (comunidad) con
vuestro Señor. Y como el mundo sólo encuentra salud y redención en el Hijo del
hombre, tampoco Dios puede llevarlo por otros caminos que obvien esa profunda
crisis que le sobreviene. En manos del mundo está confiar o no confiarse al
mensaje de Jesús. Por eso no tendría sentido que los discípulos de Jesús
pidieran a Dios sólo por el mundo en general.
Los versos finales sobre el fin de los
tiempos contienen a primera vista dos expresiones contradictorias entre sí. De
un lado, la reconocible proximidad del fin; por otro, se acentúa que el momento
sólo Dios lo sabe. Esto hace suponer que el evangelio quiere expresar a sus
oyentes esta tensión y hacerles tomar conciencia de su situación.
EUCARISTÍA 1988, 54
7.- Esta lectura recoge parte del llamado
"apocalipsis sinóptico" según la versión de Marcos.
En las palabras de Jesús se mezclan dos
motivos o temas, uno referente al fin de Jerusalén y otro al fin de los
tiempos. No es fácil distinguir entre ambos. Siendo la destrucción de Jerusalén
figura o tipo del fin del mundo, lo que se dice del hecho ya acaecido quiere
decir también algo de lo que está por venir. De manera que el texto se parece a
un cuadro con sus diferentes planos, sin que sea posible establecer una línea
divisoria entre el primer plano y el segundo.
Las tres versiones del "apocalipsis sinóptico" (cfr. Mc 13; Mt 24
y 25; Lc 21) coinciden en las siguientes características: a) el discurso
escatológico se presenta como respuesta de Jesús a la pregunta de los
discípulos sobre la destrucción del templo de Jerusalén; b) se trata de una
composición en la que se han reunido palabras del Señor, pronunciadas en
distintas ocasiones, y cuya redacción obedece también a las exigencias de la
catequesis y al deseo de interpretar la situación histórica en la que se
hallaba la iglesia primitiva; c) sobre todo en la redacción de Marcos y en la
de Mateo, se adivina la convicción de los cristianos de que la venida del Señor
era inminente; d) por eso el motivo dominante es una llamada a la vigilancia
ante la venida imprevisible del Señor y a estar atentos a los signos de los
tiempos; e) el estilo apocalíptico se presenta lleno de imágenes o símbolos de
difícil interpretación y que, desde luego, se resisten al que pretende tomarlos
al pie de la letra.
En la descripción de este cataclismo, en la
que se descubre la influencia del libro de Isaías (34, 4), se presupone la
visión mítica del universo. La conmoción del "firmamento" y la
"caída" de las estrellas es la ruina de un orden viejo, el fin del
cosmos que dará paso a un orden nuevo. Los "ejércitos celestiales"
son sencillamente los astros. Jesús, el que habla, es el Hijo del Hombre que
vendrá sobre las nubes, el Señor. Se alude aquí a la misteriosa figura de la
visión de Daniel (7, 13). La palabra "venir" en los profetas
significa frecuentemente "manifestarse", y ése es aquí su sentido más
apropiado. Por lo tanto, Jesús se manifestará como Señor y en él aparecerá la
misma gloria de Dios.
Por eso vendrá con "poder" (esto
es, acompañado de los ángeles o ejecutores de la voluntad de Dios) y
"majestad" (o "gloria", que es el atributo exclusivo de
Dios).
La reunión de todos los elegidos constituye
un rasgo esencial del Reino de Dios que aparece ya en las expectativas
mesiánicas de Israel. La asamblea eucarística quiere ser también un signo de
esperanza en el que se anticipa la gran reunión de los elegidos cuando vuelva
el Señor. Aunque Marcos no menciona el juicio final, lo presupone: los que no
sean reunidos quedarán excluidos del Reino de Dios. Sólo entonces se reunirán
los elegidos en una misma asamblea como ahora se reúnen las espigas esparcidas
por los montes para formar un mismo pan eucarístico (como dice una hermosa
oración de la Didajé). Entonces será el tiempo de la cosecha, y por lo tanto,
del juicio, de la separación del grano y de la paja. Mientras tanto, en el
mundo todo está mezclado, y en la iglesia también.
Después de referirse al fin del mundo y a su
venida gloriosa, Jesús responde a la pregunta que le hicieron sus discípulos
sobre la ruina del templo (v. 4). De este hecho serán testigos los hombres de
su generación.
Hubiera sido preferible traducir así:
"Mas de aquel día y hora nadie sabrá nada..." Pues Jesús se refiere
ahora al fin del mundo y no a la destrucción de Jerusalén; alude a su venida
repentina y al día del juicio. Para esto se utiliza en el género apocalíptico
la expresión "aquel día".
En los evangelios se presenta a Jesús con
rasgos verdaderamente humanos, como hijo de mujer, pero también con otros
rasgos que lo elevan por encima de los hombres. Como hijo de mujer, Jesús crece
en edad y sabiduría, se somete a la voluntad de Dios y nos dice que no conoce
"aquel día ni la hora". Pero, como Hijo de Dios, revela a los hombres
la intimidad del Padre y somete a su dominio las criaturas. Nosotros creemos
que Jesús el hijo de María, es también el Hijo de Dios; pero no sabemos cómo
sea esto posible. Por eso tampoco conocemos el misterio de su conciencia, el
misterio que sólo Jesús conoce, su misterio.
EUCARISTÍA 1982, 52
8.- Hemos escuchado hoy unos textos
escatológicos del Nuevo Testamento. Hablan "escatológicamente" de la
salvación que Dios nos dará el último día. El evangelio habla de la venida de
Jesús, acompañada de unos acontecimientos cósmicos: vendrá como un ladrón en la
noche, de manera imprevista... ¿Cómo se ha de entender todo esto? Aquí hay un
lenguaje con imágenes. No son afirmaciones exactas, sino comparaciones
alusivas. Del mismo modo que los primeros capítulos del Génesis no son
historia, sino una expresión literaria libre de la verdad de la creación, del
mismo modo los datos sobre la venida de Jesús y la salvación escatológica no
son más que imágenes sobre la verdad de que Jesús, de algún modo, quiere
conducir a la perfección al mundo y a los hombres.
Este evangelio no es, por supuesto, una guía
de los últimos días; no hay un reportaje sobre los últimos acontecimientos. Más
bien es un balbuceo de la nueva realidad -que no se puede expresar con nuestras
palabras, con la que Dios quiere llevar a su fin la creación. Dios supera
nuestra imaginación y no podemos comprender su acción. Pero en este futuro
actuar de Dios hay un sí absoluto al mundo que ha creado.
EUCARISTÍA 1988, 54
9.- ACI DIGITAL 2003
24. Véase Is, 13, 10; Ez. 32, 7; Joel.. 2,
10.
27. Entonces... congregará, es decir, que el
arrebato que anuncia S. Pablo en I Tes. 4, 15 ss. será al tiempo mismo de la
Parusía, esto es cuando aparezca el Señor (v. 26), como lo dice el Apóstol. Así
Marcos explica aquí que seremos llevados desde la extremidad de la tierra hasta
el sumo cielo. Lo mismo dice Mat. 24, 31. Se trata de los elegidos, ya vivos
transformados, ya resucitados de entre los muertos. Cf. I Cor. 15, 51 ss. texto
griego.
30. Véase Mat. 24, 34: "En verdad, os digo, que no pasará la generación
ésta hasta que todo esto suceda". Cf. Luc. 21, 32: "En verdad, os lo
digo, no pasará la generación esta hasta que todo se haya verificado".
32. Ni el Hijo, sino el Padre: Una de las más sorprendentes palabras del
Evangelio que nos podría hacer dudar de la divinidad de Jesucristo, si no
tuviésemos de su misma boca el testimonio de que El es igual al Padre. Cf. Juan
10, 30: "Mi Padre y Yo somos Uno", y muchos otros pasajes (Mat. 28,
18; Juan 5, 17; 6, 58; 14, 10; 16, 15; 17, 10, etc.). "La aparente
contradicción se explica y justifica con la alteza del misterio que es preciso
aceptar a menos que renunciemos a toda certeza. El Hijo todo lo recibe de su
Padre, y el Padre todo lo da... pero a manera de comunicación continua,
perpetua y constante, por la cual el Padre está en el Hijo, y en el Hijo
ejecuta El mismo sus obras, de modo que quienquiera que vea al Hijo y le
conozca, ve al Padre y conoce al Padre con un conocimiento que es la vida
eterna" (Breton, La Trinidad, pág. 33). Lo mismo expresan las clásicas
palabras de S. Hilario: "El Padre no es mayor que el Hijo, en poder,
eternidad y grandeza, sino en razón de que es principio del Hijo, a quien da la
vida". Cf. Mat. 24, 36; Juan 14, 28; Hech. 1, 7; I Cor. 15, 28 y notas.
Los teólogos suelen distinguir entre la ciencia de Cristo como Dios y como
Hombre.
PROPUESTA DE CANTOS DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO (CICLO B -
(17 DE NOVIEMBRE 2024)
TEMA: “REUNIRA A SUS ELEGIDOS DE LOS CUATRO VIENTOS ”
01.- CRISTO NOS DA LA LIBERTAD (Carmelo
Erdozain)
CRISTO
NOS DA LA LIBERTAD,
CRISTO
NOS DA LA SALVACIÓN,
CRISTO
NOS DA LA ESPERANZA,
CRISTO
NOS DA EL AMOR.
Cuando
luche por la paz y la verdad,
la
encontraré.
Cuando
cargue con la cruz de los demás,
me
salvaré.
Dame,
Señor, tu Palabra,
oye,
Señor, mi oración.
Cuando
sepa perdonar a los demás,
tendré
perdón.
Cuando
siga los caminos del amor,
iré
al Señor.
Dame,
Señor, tu Palabra,
oye,
Señor, mi oración.
Cuando
siembre la alegría y la amistad,
vendrá
el amor.
Cuando
vaya en comunión con los demás,
seré
de Dios.
Dame,
Señor, tu Palabra,
oye,
Señor, mi oración.
02.- VAMOS
CANTANDO AL SEÑOR (J.A. Espinoza)
VAMOS
CANTANDO AL SEÑOR:
ÉL
ES NUESTRA ALEGRÍA.
1.-
La luz de un nuevo día
venció
a la oscuridad,
que
brille en nuestras almas
la
luz de la verdad.
2.-
La roca que nos salva
es
Cristo, nuestro Dios,
lleguemos
dando gracias
a
nuestro redentor.
3.-
Los cielos y la tierra
aclaman
al Señor:
"Ha
hecho maravillas,
inmenso
es su amor".
4.-
Unidos como hermanos
venimos
a tu altar,
que
llenes nuestras vidas
de
amor y de amistad.
03.- CANTA JERUSALEN (Kairoi)
CANTA,
JERUSALÉN.
CANTA,
JERUSALÉN.
CANTA,
JERUSALÉN.
Eres
pueblo santo escogido
por
la gracia del Señor.
Juntos
caminamos en la fe
que
nos conduce a nuestro Dios.
Eres
tú la tierra que promete
a
los hombres el Señor.
Eres
la promesa de los siglos
donde
nace el Salvador.
Vives
en confianza esperando
que
algún día sea mejor.
Pero
tú esperanza se sostiene
en
el Cristo Redentor.
Vives
la alegría de la vida
si
contigo va el Señor.
Sufres
en tu cuerpo,
y
en tu alma está escrito el amor.
04.- ESTE PAN Y VINO (Carmelo Erdozain)
ESTE
PAN Y VINO, SEÑOR
SE
TRANSFORMARÁN
EN
TU CUERPO Y SANGRE, SEÑOR
EN
NUESTRO MANJAR (bis)
Gracias
al sol y al labrador
En
el altar florecen hoy
Las
espigas, los racimos
Que
presentamos a Dios
ESTE
PAN Y VINO, SEÑOR
SE
TRANSFORMARÁN
EN
TU CUERPO Y SANGRE, SEÑOR
EN
NUESTRO MANJAR
Lo
que sembré con mi dolor
Lo
que pedí en mi oración
Hoy
son frutos, son ofrendas
Que
presentamos a Dios
ESTE
PAN Y VINO, SEÑOR
SE
TRANSFORMARÁN
EN
TU CUERPO Y SANGRE, SEÑOR
EN
NUESTRO MANJAR
05.- BENDITO
SEAS, SEÑOR (Francisco Palazon)
BENDITO SEAS, SEÑOR,
POR ESTE PAN Y ESTE VINO
QUE GENEROSO NOS DISTE
PARA CAMINAR CONTIGO,
Y SERÁN PARA NOSOTROS
ALIMENTO EN EL CAMINO.
1. Te ofrecemos el trabajo,
las penas y la alegría,
el pan que nos alimenta
y el afán de cada día.
2. Te ofrecemos nuestro barro
que oscurece nuestras vidas
y el vino que no empleamos
para curar las heridas.
06.-
NO PODEMOS CAMINAR (J.A. Espinoza)
NO
PODEMOS CAMINAR
CON
HAMBRE BAJO EL SOL,
DANOS
SIEMPRE EL MISMO PAN:
TU
CUERPO Y SANGRE, SEÑOR.
1.-
Comamos todos de este Pan,
el
Pan de la unidad.
En
un cuerpo nos unió el Señor,
por
medio del amor.
2.-
Señor, yo tengo sed de TI,
sediento
estoy de Dios;
pero
pronto llegaré a ver
el
rostro del Señor.
3.-
Por el desierto el pueblo va
cantando
su dolor;
en
la noche brillará tu luz,
nos
guía la verdad.
07.-
AL ATARDECER DE LA VIDA (Cesáreo Garabain)
AL ATARDECER DE LA VIDA,
ME EXAMINARÁN DEL AMOR;
AL ATARDECER DE LA VIDA,
ME EXAMINARÁN DEL AMOR.
1.- Si ofrecí mi pan al hambriento,
si al sediento di de beber,
si mis manos fueron sus manos,
si en mi hogar le quise acoger.
2.- Si ayudé a los necesitados,
si en el pobre he visto al Señor,
si los tristes y los enfermos,
me encontraron en su dolor.
3.- Aunque hablara miles de lenguas,
si no tengo amor nada soy.
Aunque realizara milagros,
si no tengo amor nada soy.
08.-
EL SEÑOR VENDRA (J. Pedro Martins)
AL
FIN DEL MUNDO
VENDRA
EL SEÑOR,
TODOS
SALDREMOS
A
SU ENCUENTRO,
EL
SEÑOR VENDRÁ,
EL
SEÑOR VENDRÁ.
1.-
Mirad hacia lo alto,
porque
pronto llegará el salvador,
el
salvador es nuestro Dios,
creador
del cielo y de la tierra.
2.-
Nuestro Dios nunca se duerme
y
aparta nuestros pasos del mal.
El
Señor protege nuestras vidas,
hasta
el día en que el venga.
3.-
Ese día nos juntaremos todos,
Para
el regreso del gran rey
los
cautivos serán liberados
y
la alegría brillara en sus frentes.
4.-
Ese día será el día de nuestra gloria,
el
día para el que Dios nos creó,
cantaremos
mientras tanto sus alabanzas,
por
los siglos de los siglos.
09.- ANUNCIANDO TU VENIDA (Francisco Palazon)
ANUNCIANDO
TU VENIDA Y EL RECUERDO DE TU AMOR,
TE
DAMOS GRACIAS, SEÑOR. (bis)
Porque
no empleaste oro ni plata para comprarnos,
sino
tu Sangre preciosa en una madero colgado
Por
tu palabra de vida, por el buen samaritano,
por
la inquietante pregunta: «Abel, ¿dónde está tu hermano?»
Porque
eres fuente de gracia, porque amas a los humanos,
porque
el Espíritu envías para que te conozcamos,
porque
nunca te conformas con plegarias ni con cantos,
porque
exiges testimonio de lo que aquí celebramos.
010.- SI TU
VOLVIERAS (A. Mejia)
Si
tú volvieras a pasar
entre
nosotros, oh Señor
encontrarías
de verdad
una
inquieta juventud.
Pero
hallarías a demás
tu
alegría y tu dolor.
Si
tú volvieras hoy, quizá,
te
quedarías, oh Señor.
Hemos
nacido en el amor;
él
nos dará la libertad.
Sólo
viviendo en tu verdad,
caminaremos
hacia ti
A
quien se inquieta por saber
si
en tu Iglesia hay salvación,
le
mostraremos con amor
cuanto
el Espíritu operó.
Porque
la Iglesia sólo está
donde
hay Espíritu de amor.
El
que pregunte dónde estás,
en
nuestra vida te hallará.
011.-
AMAR ES ENTREGARSE
Amar es entregarse olvidándose de sí,
buscando lo que, al otro, pueda hacerle feliz (2v).
QUE LINDO ES VIVIR PARA AMAR,
QUE GRANDE ES TENER PARA DAR,
DAR ALEGRÍA Y FELICIDAD,
DARSE UNO MISMO ESO ES AMAR (2V).
Si amas como a ti mismo y te entregas a los demás
Veras que no hay egoísmos que no puedas superar.
012.- BUENA MADRE
1.-
Buena Madre, estoy aquí,
quiero
rezar, te quiero hablar,
buena
Madre, has sido tú,
con
sencillez, creyente fiel.
En
tu regazo quiero estar,
cerca
de ti,
como
un pequeño te daré
todo
mi ser, acéptalo.
BUENA
MADRE
NUESTRA
BUENA MADRE. (2)
2.-
Buena Madre, veo en ti
a
la mujer llena de Dios,
buena
Madre, por la fe
sabes
vivir la oscuridad.
Mira
a tus hijos caminar
buscando
la luz.
Mira
la angustia y el dolor,
danos
tu fe, acógenos.