martes, 17 de marzo de 2015

LECTURAS Y COMENTARIO V DMINGO DE CUARESMA CICLO B - 22 MARZO 2015

SI EL GRANO NO MUERE


ORACION COLECTA

Te rogamos, Señor Dios nuestro, que tu gracia nos ayude, para que vivamos siempre de aquel mismo amor que movió a tu Hijo a entregarse a la muerte por la salvación del mundo. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA

Lectura del profeta Jeremías 31,31-34

Miren que llegan días –oráculo del Señor– en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. No como la alianza que hice con sus padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto: ellos quebrantaron mi alianza, aunque yo era su Señor –oráculo del Señor–. Sino que así será la alianza que haré con ellos, después de aquellos días –oráculo del Señor–: Meteré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Y no tendrá que enseñar uno a su prójimo, el otro a su hermano, diciendo: "Reconoce al Señor." Porque todos me conocerán, desde el pequeño al grande –oráculo del Señor–, cuando perdone sus crímenes y no recuerde sus pecados.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 50)

Oh Dios, crea en mí un corazón puro

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R.

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta a los Hebreos 5,7-9

Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando es su angustia fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 12,20-33

En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos griegos; éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban: «Señor, quisiéramos ver a Jesús.».
Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.
Jesús les contestó: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. Les aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este. mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará. Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré?: Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre.».
Entonces vino una voz del cielo: «Lo he glorificado y volveré a glorificarlo.».
La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel.
Jesús tomó la palabra y dijo: «Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí.»
Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.

COMENTARIO

Estamos casi al final de la vida pública de Jesús y el evangelio, hoy, nos presenta a unos peregrinos que vienen a celebrar la Pascua, y le hacen una petición a Felipe: «Queremos ver a Jesús». También nosotros, nos acercamos a la Iglesia pidiendo ver a Jesús. Y ellos, al igual que nosotros, no lo hacen por curiosidad sino porque han descubierto en Él algo importante, algo que nos ayuda a vivir nuestra vida de forma totalmente diferente a como lo hacemos. 
Jesús será crucificado en pocos días y como hombre debe sentir preocupación, por ello contesta con unas palabras que quizás nos desconcierten, igual que desconcertó a aquellos hombres: «Llega la hora de que sea glorificado el Hijo del Hombre». Sabe que ha llegado su hora, que morirá, pero también tiene la certeza que todos veremos su glorificación en la Resurrección.
Ellos no lo entenderían, pero y nosotros, ¿lo entendemos? Cada año rememoramos en  Semana Santa todo aquel acontecimiento, aquel dolor, también su Resurrección, pero ¿lo creemos o sólo lo vivimos como fin de semana largo o, como un conjunto artístico en   la   calle   pero   sin   más repercusión?
Si leemos con detenimiento el evangelio, y analizamos en cada palabra, en cada gesto, en cada signo, que hace Jesús estamos descubriendo el amor más sublime, el más altruista: Dios a través de su Hijo, nos lo hace saber. Dios es Amor.
Con la metáfora del grano de trigo del evangelio de hoy, nos está diciendo Jesús que cuando el grano muere, crece, brota de nuevo la vida, pero si el grano se queda en su envoltura no dará vida. Jesús lo repite en varias ocasiones, si nos agarramos a nuestra vida, a nuestras ideas, de forma egoísta, ésta no tendrá sentido, pero si sabemos compartirla con amor y generosidad si lo tendrá.
Vivimos en estos momentos una crisis de valores, pero caigamos en la cuenta que también hay muchas personas que tienen una actitud abierta, generosa, que comparten su vida, que intentan cada día hacer la vida de los demás más justa y humana, personas e instituciones que extienden sus manos para acoger al más deprimido, al más marginado. Esa manera de vivir  es seguir a Jesús y entender que, a través de la fe, que Dios nos ama.  

PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos hermanos y pidamos la misericordia del Señor para que, compadecidos de su pueblo penitente, escuche nuestras plegarias:

1.- Para que el Redentor del mundo, que se entregó a la muerte para vivificar a su pueblo, libere a la Iglesia de todo mal. Roguemos al Señor.

2.- Para que en estos días de Cuaresma expresemos nuestra sincera conversión en el sacramento de la reconciliación. Roguemos al Señor.

3.- La imagen de Jesús crucificado evoca a los que dan la vida, e incluso la pierden, por amor a los demás, para que sean como Cristo, el grano de trigo que  cae en la tierra para dar mucho fruto. Roguemos al Señor.

4.-  La imagen de Jesús crucificado evoca también a tantos condenados a muerte lenta: para que puedan descubrir a Cristo en el amor de los creyentes y se sientan fortalecidos en la prueba. Roguemos al Señor.

5. La imagen de Jesús crucificado nos anuncia sobre todo, la victoria definitiva sobre la muerte: par que comprendamos que solo el que entrega su vida como servicio,  a imitación de Cristo, la guarda para siempre. Roguemos al Señor.

6.- Por nuestro mundo atormentado por la guerra, para que cesen, de una vez y por todas, la guerra y el odio. Roguemos al Señor.

Bendito seas, Padre, porque llegada su hora, Cristo fue el grano de trigo que, al morir, da fruto abundante, él es la luz que vence la sombra, y el amor que derrota el odio créanos, Señor, un corazón nuevo para un alianza nueva, y renuévanos por dentro con la fuerza de tu Espíritu Santo, para que, convertidos en hijos de la luz, en hijos tuyos, vivamos tu ley de amor con un  empuje  alegre y renovado. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Escúchanos, Dios todopoderoso, tu que nos has iniciado en la fe cristiana, y purifícanos por la acción de este sacrificio. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Te pedimos, Dios todopoderoso, que nos cuentes siempre entre los miembros de Cristo, cuyo Cuerpo y Sangre hemos comulgado. Por Jesucristo nuestro Señor.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 23: Dn 13, 1-9.15-17.19-30.33-62 (o 13, 41c-62); Sal 22, 1-6; Jn 8, 1-11.
Martes 24: Num 21, 4-9; Sal 101, 2-3.16-21; Jn 8, 1-30.
Miércoles 25: La Anunciación del Señor (S). Is 7, 10-14; Sal 39, 7-11; Heb 10, 4-10; Lc 1, 26-38.
Jueves 26: Gn 17, 3-9; Sal 104, 4-9; Jn 8, 51-59.
Viernes 27: Jr 20, 10-13; Sal 17, 2-7; Jn 10, 31-42.
Sábado 28: Ez 37, 21-28; Sal de Jr 31, 10-13; Jn 11, 45-57.

Domingo 29: Domingo de Ramos en la Pasión del Señor. Procesión: Mc 1, 1-10 ó Jn 12, 12-16 Is 50, 4-7; Sal 21; Flp 2, 6-11;, Mc 14, 1—15, 47.