CUANDO
EL DINERO ES UN ÍDOLO ARRUINA Y CONDENA AL HOMBRE, ADVIERTE EL PAPA FRANCISCO
Papa Francisco en audiencia con miembros de la
Confederación de Cooperativas Italianas.
Al
recibir en audiencia a los miembros de la Confederación de Cooperativas
Italianas, el Papa Francisco alentó su trabajo a favor del bien común y
advirtió que cuando el dinero es un ídolo arruina y condena al hombre.
El
Santo Padre destacó que “no es fácil hablar de dinero. Dijo Basilio el Grande,
Padre de la Iglesia del siglo IV, citado por San Francisco de Asís, que ‘el
dinero es el estiércol del diablo’. Lo repite ahora también el Papa: ‘el dinero
es el estiércol del diablo!’”.
“Cuando el dinero se convierte en un ídolo,
controla las decisiones del hombre. Y luego arruina al hombre y lo condena.
Hace que sea un sirviente. El dinero en el servicio de la vida puede ser
manejado de la manera correcta por la cooperativa, pero si es una cooperativa
auténtica, real, donde no controla el capital a los hombres, sino los hombres sobre
el capital”.
Francisco
aseguró que “las cooperativas desafían todo, desafiando incluso las
matemáticas, ¡porque en una cooperativa uno más uno es igual a tres! Y en una
cooperativa, un fracaso es medio fracaso. ¡Esa es la belleza de las
cooperativas!”.
El
Santo Padre destacó que las cooperativas “son en primer lugar la memoria viva
de un gran tesoro de la Iglesia italiana. De hecho, sabemos que en el origen
del movimiento cooperativo italiano, muchas cooperativas agrícolas y de
crédito, en el siglo XIX, fueron sabiamente fundadas y promovidas por
sacerdotes y pastores”.
“En varias diócesis italianas todavía utilizan
la cooperación como un remedio eficaz para el problema del desempleo y de las
diferentes formas de desventaja social”.
El
Papa lamentó que “hoy en día es una regla, no digamos normal, habitual ... pero
tan a menudo se ve: ‘¿Usted busca un empleo? Venga, venga a esta empresa’. 11
horas, 10 horas, 600 euros. ‘¿Te gusta? ¿No? Vete a tu casa’”.
“¿Qué hacer en este mundo que funciona así?
Porque hay una cola, la cola de personas que buscan trabajo: si no te gusta, a
ese otro le gustará. Y el hambre, el hambre hace que aceptemos lo que nos da,
el trabajo en negro ... yo podría preguntar, por ejemplo, al personal de la
casa: ¿Cuántos hombres y mujeres que trabajan en el servicio doméstico tienen
los ahorros sociales para la pensión?
Todo
esto es bien conocido. La Iglesia siempre ha reconocido, apreciado y alentado
la experiencia cooperativa”.
Francisco
señaló a los miembros de cooperativas presentes que es una “misión real”
contemporánea “encontrar imaginación creativa para hallar formas, métodos,
actitudes y herramientas para combatir la ‘cultura del descarte’, lo que ahora
vivimos, la ‘cultura del derroche’ cultivada por los poderes que rigen las
políticas económicas y financieras mundo globalizado, donde el centro es el
dios dinero”.
“Globalizar la solidaridad - ¡esto se debe
globalizar, la solidaridad! - hoy en día significa pensar en el aumento
vertiginoso del desempleo, las incesantes lágrimas de los pobres, la necesidad
de reanudar el desarrollo que es el progreso real de la persona que necesita
ciertamente de ingresos, ¡pero no sólo de ingresos!”.
El
Santo Padre señaló que se debe pensar “en las necesidades de salud, que los
sistemas de bienestar tradicional ya no son capaces de cumplir; en las
necesidades apremiantes de la solidaridad, poniendo de nuevo, al centro de la
economía mundial, la dignidad de la persona humana”.
Ante
esto, Francisco alentó a las cooperativas a “seguir siendo el motor que levanta
y desarrolla la parte más débil de nuestras comunidades locales y la sociedad
civil”.
El
Papa también los animó a “ser activos protagonistas para lograr nuevas
soluciones de bienestar, particularmente en salud, una zona sensible, donde
tanta gente pobre ya no encuentran respuestas adecuadas a sus necesidades”.
“¡La caridad es un regalo! ¡No es un simple
gesto para calmar el corazón, es un regalo! ¡Cuando hago la caridad me dono a
mí mismo! Si no soy capaz de donarme, eso no es caridad. Un regalo sin el cual
no se puede entrar en la casa de los que sufren”.
Francisco
alentó a las cooperativas a continuar combatiendo y contrarrestando “las falsas
cooperativas, las que prostituyen el nombre de la cooperativa, es decir de una
realidad muy buena, para engañar a la gente con fines de lucro antónimos a los
de la cooperación verdadera y genuina”.
“Hacen bien”, les reiteró, pues las falsas
cooperativas “toman una fachada honrada y persiguen en su lugar propósitos
deshonestos e inmorales, a menudo dirigidos a la explotación del trabajo, o la
manipulación del mercado, e incluso al tráfico escandaloso de la corrupción y
es una vergüenza y grave mentira que absolutamente no se puede aceptar”.
“¡Luchen contra esto! Pero, ¿cómo luchar? ¿Con
solo palabras? ¿Con ideas? Luchen con la cooperación justa, la verdadera, la
que siempre vence”.
Al
culminar su discurso, el Papa Francisco alentó a los miembros de cooperativas a
“caminar junto con todos los hombres de buena voluntad”.
“Esto también es una vocación cristiana, un
llamado a todos los cristianos. Los valores cristianos no son solo para nosotros,
¡son para compartir! Y compartirlos con los demás, con los que no piensan como
nosotros, pero que quieren las mismas cosas que queremos”.
“Vayan adelante, ¡ánimo! Sean creativos,
‘poetas’, ¡Adelante!”, concluyó.
28 Febrero 2015
Tomado
de www.aciprensa.com