¿MIRO YO ASÍ A LA GENTE?
ORACION COLECTA
Muéstrate propicio con tus siervos, Señor
y multiplica compasivo los dones de tu gracia sobre ellos, para que, encendido
de fe, esperanza y caridad, perseveren siempre, con observación atenta en tus
mandatos. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Jeremías 23, 1-6
Ay de los pastores que dispersan y
dejan perecer las ovejas de mi rebaño —oráculo del Señor—
Por eso, así dice el Señor, Dios
de Israel: «A los pastores que pastorean a mi pueblo: Ustedes dispersan mis
ovejas, las expulsaste, no las guardaste; pues yo los tomaré cuentas, por la
maldad de sus acciones —oráculo del Señor—. Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas
de todos los países adonde las expulsé, y las volveré a traer a sus dehesas,
para que crezcan y se multipliquen. Les pondré pastores que las pastoreen; ya
no temerán ni se espantarán, y ninguna se perderá —oráculo del Señor—.
Miren que llegan días —oráculo
del Señor— en que suscitaré a David un vástago legítimo: reinará como rey
prudente, hará justicia y derecho en la tierra. En sus días se salvará Judá,
Israel habitará seguro.
Y lo llamarán con este nombre:
El-Señor-nuestra-justicia.».
SALMO RESPONSORIAL
(22)
El Señor es mi pastor, nada me falta.
El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes
praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis
fuerzas. R.
Me guiará por el sendero justo, por el honor de su
nombre. Aunque camine por cebadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu
vara y tu cayado me sosiegan. R.
Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa. R.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días
de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los Efesios 2, 13-18.
Hermanos: Ahora están en Cristo Jesús.
Ahora, por la sangre de Cristo, están
cerca los que antes estaban lejos. Él es nuestra paz. É1 ha hecho de los dos
pueblos una sola cosa, derribando con su carne el muro que los separaba: el
odio. É1 ha abolido la Ley con sus mandamientos y reglas, haciendo las paces,
para crear con los dos, en él, un solo hombre nuevo.
Reconcilió con Dios a los dos pueblos,
uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte, en él, al odio.
Vino y trajo la noticia de la paz: paz a ustedes,
los de lejos; paz también a los de cerca. Así, unos y otros, podemos acercarnos
al Padre con un mismo Espíritu.
EVANGELIO
Lectura
del santo evangelio según san Marcos 6, 30-34.
En aquel
tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que
habían hecho y enseñado. Él les dijo: «Vengan ustedes solos a un sitio
tranquilo a descansar un poco.».
Porque
eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer.
Se fueron
en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los
reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel
sitio y se les adelantaron. AL desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio
lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles
con calma.
COMENTARIO
Marcos pone aquí dos fotos: Jesús con sus discípulos y Jesús con la
gente. Jesús formador de hombres, escucha a sus elegidos que vuelven de su
primera misión es la única vez que Marcos los llama apóstoles, sin duda para
subrayar su nueva relación con Jesús. Ellos cuentan y cuentan; Jesús les
escucha con una atención llena de amistad; se han convertido en sus
colaboradores, que pronto atraerán a él a la gente.
Y esto nos orienta hacia la segunda foto, la más importante: Jesús está
rodeado de gente y él la mira. Su mirada me remite a mis propias miradas: ¿es
así como miro yo a la gente? Marcos dice: “Les dio lástima de ellos”. En el
evangelio esta expresión nos revela siempre una verdadera conmoción llena de
cariño. Y Marcos nos da la razón de esta actitud: Jesús los ve “como ovejas sin
pastor”. Diríamos para la gente de hoy de la que formamos parte nosotros
mismos: hombres desorientados que no saben por qué sufren y por qué viven. He
aquí por qué a pesar de su enorme fatiga y de su necesidad de descanso en medio
del pequeño grupo de los discípulos, Jesús se entrega a aquella gente y se pone
a “enseñarla con calma”. Vendrá más tarde el milagro de la multiplicación de
los panes, pero no es por el pan material por lo que ha venido Jesús. Sí, él les
dará de comer y más tarde incluso será su pan de vida en la eucaristía. Pero
para que comprendan lo que él es y lo que les trae, en primer lugar es preciso
que les hable. Ser Jesús para la gente es mirarla como él, con un corazón lleno
de cariño y hablarle del sentido de la vida. ¡Impulsando la vida!. El hecho de
que haya en nuestra civilización tan avanzada tantos hombres que mueren de
hambre o que se ven azotados por la guerra, demuestra que los jefes que dirigen
actualmente el mundo no miran a la gente, sino que cuentan una y mil veces sus
armamentos.
¿Entonces? ¡No podemos nada! Meditar
sobre “Jesús y la gente” no cambiará al mundo. Más vale que mire a mí alrededor
a las pocas personas que puedo ayudar y quizás instruir. Eso hay que hacerlo
desde luego; mirar a lo lejos es a veces una evasión, pero cuando nos
encerramos en la única preocupación por los que están cerca, dejamos que el
mundo vaya errando sin pastores. ¿Quién
puede gritar el evangelio sobre los techos sino los cristianos? ¿Quién sabrá que Jesús está ahí, entre
nosotros, para salvar al mundo, si los cristianos se callan? El bienestar de la gente se juega en las
elecciones, en las asambleas, en las discusiones sobre las leyes y los
presupuestos, en los combates por los indefensos, en los medios de comunicación
que crean la opinión pública.
Mantenerse lejos de todo eso para ir a
refugiarse junto a Cristo es engañarse sobre Cristo. Cuando él miraba a la
gente, se sentía lleno de cariño, pero de un cariño que lo comprometía. Habló
con calma a la gente y murió por ella. Ser discípulos suyos es intentar hablar
a la gente por todos los medios. Y son
muchos. Es entrar en las grandes acciones contra la ignorancia, el hambre, la
injusticia. Sólo el amor que se
compromete habla de Cristo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Movidos
por el Espíritu de Jesús, presentemos A Dios nuestras oraciones diciendo: R.
Escúchanos, Señor.
1.-
Por todos los cristianos del nuevo milenio; que seamos uno en el amor. Oremos
al Señor.
2.-
Por Los pastores del Pueblo de Dios; que congreguen, guíen y acompañen a los
fieles con sabiduría y rectitud. Oremos al Señor.
3.-
Por los gobernantes de todo el mundo; que promuevan la justicia y el derecho y
gobiernen con prudencia y equidad. Oremos al Señor.
4.-
Por los que se han alejado de sus comunidades cristianas y por los que viven en
el error o el pecado: que Jesús, el Buen Pastor, los atraiga y les de su paz y
reconciliación. Oremos al Señor.
5.-
Por los niños maltratados, los ancianos abandonados, los jóvenes desorientados;
que no les falte nunca una mano amiga que los oriente y conforte. Oremos
al Señor.
Suscita,
Señor, en tu pueblo deseos de unidad y reconciliación y ya que nos purificaste
con la sangre de tu Hijo, escucha nuestras oraciones y danos tú mismo espíritu.
Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Oh
Dios, que has llevado a la perfección del sacrificio único los diferentes
sacrificios de la ley antigua, recibe la ofrenda de tus fieles siervos y
santifica estos dones como bendijiste los de Abel, para que la oblación que
ofrece cada uno de nosotros en alabanza de tu gloria beneficie a la salvación
de todos. Por nuestro Señor Jesucristo.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Asiste, Señor, a tu pueblo y haz que pasemos del antiguo
pecado a la vida nueva los que hemos sido alimentos con los sacramento del
cielo. Por Jesucristo nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 23: Mi 6, 1-4.6-8; Sal 49;
Mt 12, 38-42
Martes 24: Mi 7, 14-15. 18-20; Sal 84; Mt 12, 46-50.
Miércoles 25: Hch 4, 33; 5, 12.27-33; 12, 2 (0 bien: 2 C 4,
7-15); Sal 66; Mt 20, 20-28.
Jueves 26: Jr 2, 1-3. 7-8.12-13; Sal 35; Mt 13, 10-17.
Viernes 27: Jr 3, 14-17; Sal: Jr 31; Mt 13, 18-23
Sábado 28: Is 9, 1-3.5-6; (O bien: Flp 4, 4-9); Sal: Jdt
13, 18bcde.19; Lc 1, 39-47.
Domingo 29:
COMENTARIOS
AL EVANGELIO
Mc 6, 30-34
1.Texto.
El versículo inicial, informando sobre el retorno de los doce, empalma con el relato de su envío el domingo pasado. La traducción litúrgica parece presuponer un empleo técnico del término apóstol, pero probablemente va demasiado lejos. En Marcos el término tiene todavía la acepción normal de enviado. El retorno de los enviados viene envuelto en el calor del Maestro ante la afluencia de la gente. Esta mención del gentío viene a sumarse a las muchas otras menciones con que Marcos ha jalonado su relato. Puedes comprobarlo en Mc. 1, 33; 2, 213; 3, 7-8.20; 4,1-2; 5-21. En una de ellas. Mc. 3, 20, se hace referencia, lo mismo que hoy, a la dificultad de poder comer. Otras tres menciones, Mc. 2, 2.13; 4,1-2, presentan la misma secuencia de escenas que hoy: afluencia-enseñanza de Jesús. Como viene siendo habitual, tampoco hoy explicita Marcos la enseñanza. La única excepción a la regla ha sido la enseñanza en parábolas sobre el Reino de Dios en el cap. 4. Pero, como buena excepción, viene a confirmar la regla de que cuando Marcos no explicita la enseñanza es porque ésta se refiere a la llegada del Reino de Dios, enseñanza que Marcos ha colocado programáticamente al comienzo de la actividad de Jesús en 1, 14-15.
El versículo inicial, informando sobre el retorno de los doce, empalma con el relato de su envío el domingo pasado. La traducción litúrgica parece presuponer un empleo técnico del término apóstol, pero probablemente va demasiado lejos. En Marcos el término tiene todavía la acepción normal de enviado. El retorno de los enviados viene envuelto en el calor del Maestro ante la afluencia de la gente. Esta mención del gentío viene a sumarse a las muchas otras menciones con que Marcos ha jalonado su relato. Puedes comprobarlo en Mc. 1, 33; 2, 213; 3, 7-8.20; 4,1-2; 5-21. En una de ellas. Mc. 3, 20, se hace referencia, lo mismo que hoy, a la dificultad de poder comer. Otras tres menciones, Mc. 2, 2.13; 4,1-2, presentan la misma secuencia de escenas que hoy: afluencia-enseñanza de Jesús. Como viene siendo habitual, tampoco hoy explicita Marcos la enseñanza. La única excepción a la regla ha sido la enseñanza en parábolas sobre el Reino de Dios en el cap. 4. Pero, como buena excepción, viene a confirmar la regla de que cuando Marcos no explicita la enseñanza es porque ésta se refiere a la llegada del Reino de Dios, enseñanza que Marcos ha colocado programáticamente al comienzo de la actividad de Jesús en 1, 14-15.
Lo que Marcos no había hecho en las menciones del
gentío anteriores a la de hoy era valorar el hecho de la afluencia de la gente.
Esta es la novedad y el interés central del texto de hoy. "Jesús vio la
multitud y le dio lástima, porque andaban como ovejas sin pastor". Esta
valoración reproduce la situación reflejada en 1R/22/17. "Estoy viendo a
Israel desparramado por los montes, como ovejas sin pastor". Se trata de
una imagen clásica en la literatura bíblica y que, salvo en Nm. 27, 17, aparece
siempre en contextos de acusación a los pastores. La primera lectura litúrgica
de hoy es un buen ejemplo. En el breve texto de hoy Marcos presenta a Jesús y a
sus enviados como pastores del Pueblo de Dios en cuanto docentes de la llegada
del Reino de Dios.
Comentario.
En la literatura bíblica el pastor va delante ahuyentando los miedos del rebaño. Estos miedos se pueden tipificar en una escisión o lucha entre el ansia de libertad por una parte y el deseo o necesidad de seguridad por otra. El pastor bíblico tiene en cuenta ambos deseos (libertad, seguridad) y no sacrifica ninguno de los dos. Por esta razón, la seguridad que ciertamente da el pastor bíblico está siempre ataviada de novedad y de imprevisión. Un ejemplo: Moisés y el pueblo en el desierto camino de la tierra anhelada. Las quejas del pueblo eran absolutamente razonables. El hambre y la sed estaban ahí, eran una realidad. El pueblo necesitaba agua y pan, sencillamente porque se estaba muriendo de sed y de hambre. Moisés, el pastor de ese pueblo, tenía que dar una solución. El pueblo le ofrecía una muy concreta: el agua y el pan de Egipto. ¡Pero eran el agua y el pan de la esclavitud! Moisés no la aceptó y a cambio les dio un agua y un pan inéditos, nuevos, imprevistos para el pueblo. En el evangelio de Marcos lo seguro y lo inédito o nuevo se concentran en una frase: el Reino de Dios ha llegado (Mc. 1, 15).
En la literatura bíblica el pastor va delante ahuyentando los miedos del rebaño. Estos miedos se pueden tipificar en una escisión o lucha entre el ansia de libertad por una parte y el deseo o necesidad de seguridad por otra. El pastor bíblico tiene en cuenta ambos deseos (libertad, seguridad) y no sacrifica ninguno de los dos. Por esta razón, la seguridad que ciertamente da el pastor bíblico está siempre ataviada de novedad y de imprevisión. Un ejemplo: Moisés y el pueblo en el desierto camino de la tierra anhelada. Las quejas del pueblo eran absolutamente razonables. El hambre y la sed estaban ahí, eran una realidad. El pueblo necesitaba agua y pan, sencillamente porque se estaba muriendo de sed y de hambre. Moisés, el pastor de ese pueblo, tenía que dar una solución. El pueblo le ofrecía una muy concreta: el agua y el pan de Egipto. ¡Pero eran el agua y el pan de la esclavitud! Moisés no la aceptó y a cambio les dio un agua y un pan inéditos, nuevos, imprevistos para el pueblo. En el evangelio de Marcos lo seguro y lo inédito o nuevo se concentran en una frase: el Reino de Dios ha llegado (Mc. 1, 15).
Alberto Benito, Dabar 1988, 39
2.- Texto.
Marcos recoge en los primeros versículos el retorno
de los doce de su primera actividad como enviados. Es un retorno al Maestro que
los ha enviado y que los acoge con cariño y solicitud maternales. La escena
rezuma lozanía y autenticidad, algo que no se encuentra en los paralelos de
Mateo o Lucas. Marcos está dando así forma a la imagen de Jesús pastor, que
constituye el verdadero centro de interés del conjunto del texto. Este es
absolutamente necesario leerlo desde el telón de fondo de Jeremías 23, 1-6
(primera lectura del día) y, sobre todo, de Ezequiel 34. El texto de Ezequiel
está a la base no sólo del texto de hoy, sino del relato siguiente sobre el
alimento ofrecido por Jesús a la multitud que le busca. En concreto, sería
conveniente leer Ez. 34, 11-16. Marcos ha escrito su texto desde la certeza de
que Jesús da cumplimiento a esos seis versículos de Ezequiel.
Comentario.
Una vez más Marcos no nos ofrece contenidos doctrinales, sino que pone ante nosotros una persona: Jesús. En esta ocasión no con los rasgos imponentes de quien se enfrenta a la enfermedad y a la muerte (cfr. Mc. 5, 21-43), sino con la delicadeza de quien venda una herida y la solicitud de quien busca a un ser querido perdido en la montaña. Marcos nos ofrece así una nueva razón para depositar en Jesús nuestra confianza y nuestra fe. Jesús es, en efecto, alguien absolutamente creíble. Dar con él es la mejor recompensa para el que busca sentido a la vida.
Una vez más Marcos no nos ofrece contenidos doctrinales, sino que pone ante nosotros una persona: Jesús. En esta ocasión no con los rasgos imponentes de quien se enfrenta a la enfermedad y a la muerte (cfr. Mc. 5, 21-43), sino con la delicadeza de quien venda una herida y la solicitud de quien busca a un ser querido perdido en la montaña. Marcos nos ofrece así una nueva razón para depositar en Jesús nuestra confianza y nuestra fe. Jesús es, en efecto, alguien absolutamente creíble. Dar con él es la mejor recompensa para el que busca sentido a la vida.
A. Benito, Dabar 1991, 27