YO
SOY LA PUERTA DE LAS OVEJAS
ORACION COLECTA
Dios
todopoderoso y eterno, condúcenos a la asamblea gozosa del cielo, para que la
debilidad del rebaño llegue hasta donde le ha precedido la fortaleza del
Pastor. El, que vive y reina contigo.
PRIMERA LECTURA
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 2,
14a. 36-41
El día de Pentecostés se presentó Pedro
con los once, levantó la voz y dirigió la palabra: Todo Israel esté cierto de
que al mismo Jesús, a quien ustedes crucificaron, Dios lo ha constituido Señor
y Mesías. Estas palabras les traspasaron el corazón, y preguntaron a Pedro y a
los demás apóstoles: ¿Qué tenemos que hacer, hermanos?.
Pedro les contestó: Conviértanse y
bautícense todos en nombre de Jesucristo para que se los perdonen los pecados,
y reciban el Espíritu Santo. Porque la promesa vale para ustedes y para sus
hijos y, además, para todos los que llame el Señor Dios nuestro, aunque estén
lejos.
Con éstas y otras muchas razones les
urgía y los exhortaba diciendo: Escapen de esta generación perversa. Los que
aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día se les agregaron unos tres
mil.
SALMO
RESPONSORIAL (22)
El señor es mi pastor, nada me falta.
El
Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar, me
conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. R.
Me
guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas
oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. R.
Preparas
una mesa ante mí enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi
copa rebosa. R.
Tu
bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en
la casa del Señor por años sin término. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del Apóstol
San Pedro 2, 20b-25
Queridos hermanos: Si
obrando el bien soportan el sufrimiento, hagan una cosa hermosa ante Dios, pues
para esto han sido llamados, ya que también Cristo padeció su pasión por ustedes,
dejándoos un ejemplo para que sigan sus huellas.
El no cometió pecado ni
encontraron engaño en su boca; cuando lo insultaban, no devolvía el insulto; en
su pasión no profería amenazas; al contrario, se ponía en manos del que juzga
justamente.
Cargado con nuestros
pecados subió al leño, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Sus
heridas os han curado. Andaban descarriados como ovejas, pero ahora han vuelto
al pastor y guardián de sus vidas.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Juan 10, 1-10
En
aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: Les aseguro que el que no entra por la
puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es
ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A
éste le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el
nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas camina
delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz: a un extraño
no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los
extraños.
Jesús
les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por
eso añadió Jesús: Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que
han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los
escucharon.
Yo
soy la puerta: quien entre por mí sé salvará y podrá entrar y salir, y
encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago;
yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante.
COMENTARIO
Los domingos anteriores, nos han presentado diversos momentos de la
experiencia pascual de los discípulos del Señor. Las lecturas de este domingo
nos ayudan a preguntarnos quién es para nosotros este Cristo resucitado, de
quien nos dice el libro de los Hechos de los Apóstoles que "Dios lo ha
constituido Mesías y Señor": ¿es verdaderamente el Señor de nuestras
vidas?.
En el A.T., el
culto es la puerta que establece la comunicación entre en mundo divino y el
terrestre. El peregrino que sube a la ciudad santa viene a franquear las
puertas del templo para acercarse a Dios (Sal 110,4). Pero si Israel, aun
atravesando estas puertas, no busca a su Dios, el templo se torna inútil y
engañoso, y Jerusalén pierde su razón de ser. Hoy, Jesús se presenta como
puerta, como acceso al Padre (Ef 3. 16). Hay que "pasar" por él si se
quiere llegar a los pastos que dan la vida en plenitud, porque él ha venido
"para que tengamos vida abundante".
Tomando la
comparación, bastante habitual en los escritores bíblicos, de los pastores
(dirigentes) y las ovejas (pueblo), se rechaza a quienes guían al pueblo
mirando en beneficio de sus propios intereses económicos y políticos. Son
ladrones y bandidos. La salvación pasa necesariamente por Jesús.
Dos detalles del
texto se pueden recordar: Jesús camina delante y conoce a sus ovejas. Él es el
camino verdadero y viviente. Su vida y su muerte están patentes ante los ojos
de todos. No dirige su comunidad desde un despacho. La
metáfora de la "puerta" insinúa el camino que recorrió el mismo
Jesús, "caminando delante de las ovejas", "dejándoles un
ejemplo", su humilde servicio, su entrega a la muerte, que hizo de él
"Pastor Supremo" y "Pastor auténtico". No les queda otro
camino de legitimación a los que quieren ejercer en la Iglesia un ministerio
pastoral.
Por otra parte,
en la comunidad de Jesús no funciona en base a números de carnet o apellidos.
El conocimiento es personal. Él conoce el nombre de cada oveja, y ellas le
conocen a él. Nada tiene de parecido a un ejército o a una gran empresa. Rebaño
y pastor son uno. Jesús es la puerta de entrada de la comunidad cristiana más
allá de las herencias sociales en materia de religión. Una puerta siempre
abierta es una posibilidad que se ofrece y no es nunca un obstáculo. La
comunidad y sus pastores de cada momento habrán de cuidar para no estrechar ni
agrandar su dintel, modificando lo establecido por el único pastor. La
fidelidad al Señor es el alimento de su rebaño.
PLEGARIA UNIVERSAL
Como Buen Pastor, necesitamos que nos acompañes nos guíes y cures
nuestras dolencias. Te presentamos las necesidades de tu pueblo sabiendo que
serán atendidas. R. ¡Señor, atiende nuestras heridas!.
1.- Padre, te pedimos por el Papa Francisco, los
obispos y sacerdotes, para que, siguiendo la luz de Cristo resucitado, guíen
alienten y acompañen al pueblo de Dios. Roguemos al Señor. R.
2.-
Por todas las congregaciones que dedican su vida a acompañar a los niños y
jóvenes mediante la educación, la
acogida etc, para que tengan hacia ellos el mismo cariño que Cristo
hacia sus ovejas. Roguemos al Señor.
3.-
Señor, envía más obreros a tu mies, porque es muy grande. Señor, sigue llamando
a los jóvenes, sigue colmando su corazón de gracia y generosidad. Que te
escuchen y que te sigan con entusiasmo y
entrega, así como tú te entregaste por nosotros, tú el eternamente joven. Roguemos
al Señor.
4.-
Por los enfermos, para que se sientan asistidos por la mano amorosa del Buen
Pastor. Roguemos al Señor. R.
5.-
Por todos los que andan como ovejas sin pastor: para que encuentren a Cristo el
único Buen Pastor. Roguemos al Señor. R.
6.-
Por todos los que seguimos a Cristo: para que pronto seamos un solo rebaño
siguiendo al único Pastor. Roguemos al Señor.
Señor, pastor solicito que estas siempre pendiente de las
necesidades de tu rebaño, atiende las necesidades que te presentamos, para que
lleguemos un día al redil, donde gozaremos del eterno cuidado. Por Jesucristo
nuestro Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, alegrarnos siempre por estos misterios
pascuales y que la actualización continua de tu obra redentora sea para
nosotros fuente de gozo incesante. Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Pastor bueno, vela compasivo sobre
tu rebaño y conduce a los pastos eternos a las ovejas que has redimido con la
sangre preciosa de tu Hijo. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 04:
Hch 11, 1-18; Sal 41; Jn 10, 1-11-18.
Martes 05:
Hch 11, 19-26; Sal 86; Jn 10, 22-30.
Miércoles 06:
Hch 12, 24-13, 5; Sal 66; Jn 12, 44-50
Jueves 07:
Hch 13, 13-25; Sal 88; Jn 13, 16-20.
Viernes 08:
Hch 13, 26-33; Sal 2-; Jn 14, 1-6.
Sábado 09:
Hch 13, 44-52; Sal 97; Jn 14, 7-14.
Domingo 10:
Hch 6, 1-7; Sal 32; 1Pe 2, 4-9; Jn 14, 1-12
COMENTARIOS AL EVANGELIO
Jn 10. 1-10
"La puerta
de las ovejas". A la verdad, en el pasaje evangélico de hoy tiene más
relieve la metáfora de la "puerta" que la del "pastor".
Habrá que prestarle la atención que se merece, siempre en referencia obligada
al misterio pascual.
Cristo se ha
convertido en "la puerta de las ovejas", en Mediador único por el que
pueden salvarse los hombres, en virtud de su muerte-resurrección: "Tenemos
entrada libre al santuario, en virtud de la sangre de Jesús; contamos con el
camino nuevo y vivo que él ha inaugurado para nosotros a través de la cortina,
o sea de su carne" (Hb 10. 19; Mt 27. 51). Es, pues, la misma humanidad
pascual de Cristo la que se ha convertido en puerta de acceso al "santuario",
a los bienes de la salvación, a "los pastos", a "la vida
abundante".
...................
-Un único
Pastor y muchos pastores.
La derivación
al tema del ministerio pastoral está justificada por el mismo texto evangélico
(y no sólo por ser hoy jornada de oración por las vocaciones).
Antes de subir
al Padre, Cristo resucitado confió a unos hombres su misma misión pastoral,
para que su obra salvadora se hiciera eficazmente presente para todas las
generaciones. No le suceden ni le suplantan. Son signos de su presencia y
testigos de su amor de entrega. Cristo sigue siendo el único Pastor auténtico,
presente a su Iglesia a través de la actividad ministerial de sus
respresentantes.
Requisito
indispensable para ello: "entrar por la puerta". La metáfora de la
"puerta" insinúa el camino que recorrió el mismo Jesús,
"caminando delante de las ovejas", "dejándoles un ejemplo",
su humilde servicio, su entrega a la muerte, que hizo de él "Pastor
Supremo" y "Pastor auténtico". No les queda otro camino de
legitimación a los que quieren ejercer en la Iglesia un ministerio pastoral.
IGNACIO
OÑATIBIA- MISA DOMINICAL 1990/10
2. J/SEÑOR
Después de
haber contemplado los domingos anteriores, diversos momentos de la experiencia
pascual de los discípulos del Señor, las lecturas de hoy nos ayudan a hacernos
la pregunta sobre quién es para nosotros este Cristo resucitado, de quien nos
dice el libro de los Hechos de los Apóstoles que "Dios lo ha constituido
Mesías y Señor": ¿es verdaderamente el Señor de nuestras vidas?
-La autoridad
de JC en la vida de cada cristiano.
El bautismo que
todos nosotros hemos recibido es fruto de la Pascua, de la Resurrección del
Señor. La primera lectura hacía referencia a la conversión exigida por el
discurso pascual de Pedro, una conversión que conduce inmediatamente al
bautismo como adhesión total al Jesús crucificado "que Dios ha constituido
Mesías y Señor".
Es muy
recomendable que cada uno de nosotros revisemos nuestra adhesión a Cristo. Y
que lo hagamos ahora: después de haber vivido la Cuaresma, que -preparando la
Pascua- pretendía renovar nuestra "conversión"; y después de haber
renovado las promesas bautismales en la noche de Pascua. ¿Qué autoridad tiene
Jesús en mi vida? Y debemos plantearnos esa pregunta a partir de los hechos más
sencillos y cotidianos de la vida. Desde que nos levantamos por la mañana hasta
que nos acostamos, nada de lo que hacemos puede quedar al margen de nuestra
"vocación": Cristo os dejó "un ejemplo para que sigáis sus
huellas", nos decía la carta de san Pedro. En las relaciones familiares,
en el trabajo, en el lugar de estudio, en la tienda, en el metro o el autobús,
con las amistades, con la pareja... hemos de vivir plenamente nuestra vocación.
(...)
-JC es la
puerta para entrar en la vida: J/PUERTA:
He aquí el
sentido de las dos imágenes que Jesús utiliza en el evangelio de hoy, hablando
de sí mismo: el pastor y la puerta de las ovejas. Él es el centro de la vida
cristiana, de cada cristiano y de la comunidad. A él le reconocemos como único
Señor cuando nos habla en medio de tantas voces como oímos cada día. Él nos
conoce personalmente y nos ama, y por eso le seguimos. La salvación sólo la
encontramos si hacemos pasar nuestra vida por él, aceptando su cruz y su
resurrección. Estamos aquí porque la voz de nuestro pastor nos ha convocado.
Sabemos que él nos conduce a los buenos pastos. Ahora, él mismo nos pondrá la
mesa y nos dará el alimento de la vida cristiana. Acerquémonos con confianza.
J. ROMAGUERA -
MISA DOMINICAL 1990/10
4. MESIAS/SEÑOR
El título de
Mesías mira hacia el pasado: Jesús lleva a cumplimiento las profecías
mesiánicas; el de Señor, hacia el futuro: Jesús volverá y su vuelta inaugurará
la fase gloriosa del Reino de Dios.
5. /JN/EV:
RECOGE NO LO
QUE QUE ÉL DICE SINO LO QUE ÉL ES.
Acerca del
lenguaje de Jesús en el cuarto evangelio, hay que decir que este lenguaje no
reproduce el modo de hablar de Jesús. Jesús habló más bien en la línea recogida
en los sinópticos. El lenguaje de Jesús en el cuarto evangelio es la
verbalización, puesta por el autor en labios de Jesús, del significado de su
persona. Las palabras de Jesús en el cuarto evangelio no reproducen lo que él
dijo, sino lo que él es.
A. BENITO -
DABAR 1990/27
6.- Texto.
Versículos 1-6.
El autor califica estos versículos de comparación. Es decir, nos hallamos ante
un símil o semejanza entre dos situaciones. Para poder entenderlas habrá, pues,
que conocer las dos situaciones que se comparan. El desconocimiento de una de
ellas haría ininteligible la comparación.
Una de las
situaciones es la formulada por la misma comparación: un aprisco, la puerta de
acceso, el depredador, el pastor, la actividad del pastor, resaltando
especialmente la compenetración mutua entre ovejas y pastor. La comprensión de
esta situación no plantea especiales dificultades. Basta asomarse a los usos y
costumbres de los pastores.
¿Cuál es la
otra situación con la que ésta se compara? El autor comenta que los
destinatarios de la comparación no entendieron de qué les hablaba. Al
desconocer la segunda de las situaciones es lógico que no entiendan la
comparación.
Versículos
7-10. Formulan la otra situación. Lo comparado son la puerta del aprisco y
Jesús. La comparación entre el pastor y Jesús no se hace en estos versículos,
sino a partir del v. 11.
Comentario. Los
destinatarios de la comparación son los fariseos, a quienes se les acaba de
decir que si fueran ciegos no tendrían pecado, pero que, como dicen ver, su
pecado persiste (ver Jn. 9, 41). Los fariseos están caracterizados en el cuarto
Evangelio como hombres de la Ley, guardianes y responsables de la misma. A Juan
le han preguntado por qué bautizaba siendo así que no podía hacerlo (ver Jn 1,
25). A Jesús le han venido con una adúltera a la que la Ley prescribe lapidar
(ver Jn. 8, 3-5). A Jesús le recuerdan que para que un testimonio tenga validez
debe estar avalado por dos testigos, a lo que Jesús responde que efectivamente
cuenta con dos testigos: él mismo y el Padre (ver Jn, 8, 13 y 8, 17-18). Al
ex-ciego le interrogan porque en su curación se ha lesionado la Ley del Sábado
(ver 9, 14).
Lo que los
protagonistas no entienden, sí lo entiende en cambio el lector, que es para
quien en realidad escribe el autor. El lector percibe muy bien que el mensaje
que el autor quiere transmitirle guarda relación con la ley, en la que los
fariseo se hallan instalados y que, sin embargo, constituye su pecado, pecado
del que ellos ni siquiera son conscientes. Por eso no pueden entender los
fariseos el sentido de la comparación. En ella, en definitiva, se afirma que el
acceso al aprisco no pasa por la Ley, sino por Jesús. No es un comportamiento
inmoral lo que el autor critica en los fariseos, sino algo mucho más hondo y
complejo: una estructura mental esclerótica, una actitud monolítica y cerrada.
Este pecado es de verdad un auténtico drama por su carga de ironía fatal, que
destruye al personaje cuanto más consciente, dueño y bueno éste se cree.
Es muy duro con
la Ley el texto de hoy. El tono tajante de las afirmaciones en los vs. 8 y 10
así lo pone de manifiesto. Sin demagogia ni palabrería, por supuesto, hay que
mantener este aspecto del mensaje que el autor parece querer transmitirnos.J/LEY
Jesús es el fin
de la Ley porque la Ley mató a Jesús. Por aquí van los tiros de Pablo cuando
hace de la cruz el emblema cristiano.
En contraste
con la anterior dureza está el v.9 y la última afirmación del v. 10. Te
recomiendo que cuando hayas terminado de leer estos versículos, leas todo el
capitulo 9. Y si no tienes demasiada prisa, lee también 5, 1-9 (fíjate en la
multitud de tullidos en la piscina de cinco pórticos) y 8, 1-11. Estos textos
explican los vs. 9-10 de hoy.
A. BENITO -
DABAR 1987/28
7.- Contexto.
Continuación de la respuesta a una pregunta formulada por los fariseos.
Pregunta de los fariseos: "¿Somos también nosotros ciegos?" (Jn. 9,
40). Respuesta de Jesús; Jn. 9, 41 - 10, 18. El evangelio de hoy no se puede,
pues, comprender sin hacer referencia al capítulo 9 (curación del ciego). Este
capítulo ya ha sido comentado el cuarto domingo de cuaresma.
Decíamos
entonces que la autoridad judía ha procesado y sentenciado al ciego; en
realidad de verdad, el procesado y sentenciado es Jesús. Por eso aparece Jesús
en primer plano al final del capítulo (9, 35-41). Pero su aparición provoca un
golpe de escena: es Jesús quien realmente abre un proceso en el mundo, proceso
que trastoca las posiciones y la valoración de las mismas (9, 39). El ver no
depende de unas prácticas, sino de la adhesión incondicional a la persona de
Jesús (9, 35-38).
Texto y sentido
del texto. Una fórmula solemne introduce una serie de referencias y situaciones
tomadas de la vida de los pastores (vs. 1-5). Los fariseos (interlocutores de
Jesús) no captan el sentido (v. 6). Jesús explicita ese sentido (versículos
7-10). Este es el esquema formal global. Vayamos a los detalles. Los vs.1-2
formulan dos enunciados generales antitéticos ("el que no entra por la
puerta... es ladrón, el que entra por la puerta es pastor"). Los vs. 3-4
se fijan en el pastor y enumeran todas las acciones que realiza desde que entra
al aprisco hasta que se pone al frente de las ovejas fuera ya del aprisco. La
enumeración sigue bien el orden real de las acciones, excepto al comienzo:
"Las ovejas atienden su voz, él va llamando por el nombre a sus
ovejas". ¡Para escuchar, antes hay que haber llamado! Invirtiendo el orden
(procedimiento que da lugar a una anomalía), el autor trata de resaltar
precisamente esa escucha, que vuelve a recoger al final de la enumeración
("porque conocen su voz"). El v.5 se fija en el que no ha entrado por
la puerta, insistiendo de nuevo en el conocimiento de la voz.
De la
explicitación del sentido (Jn. 10, 7-18), el texto litúrgico sólo recoge la que
hace referencia a la puerta (vs. 7-10). La misma fórmula solemne que en 10, 1
introduce la identificación Jesús-puerta. El significado de la puerta ya ha quedado
formulado en los vs. 1-2: el uso o no uso de ella para entrar en el aprisco
constituye a uno en pastor o ladrón. A este nivel de significado funciona la
identificación Jesús-puerta. El uso o no uso de Jesús (valga la expresión)
constituye a uno en pastor o ladrón. Esto es lo que formula el v. 8 en sentido
negativo absoluto ("todos"). No olvidemos que los interlocutores de
Jesús son los fariseos, es decir, los guías del pueblo judío.
El v. 8 dice,
pues, que los guías de Israel no hacen uso de la puerta, es decir, no aceptan a
Jesús. Se saca después la consecuencia de acuerdo a lo dicho en el v. 5. El v.
8 explícita el sentido del enunciado del v. 1: los guías de Israel, puesto que
no aceptan a Jesús, son ladrones; creen que ven, pero toda su visión la fundamentan
en unas prácticas y no en Jesús; por eso son ciegos (cfr. Jn. 9, 35-38). Este
es su pecado, al que siguen aferrados (cfr. Jn. 9, 41).
El v. 9
comienza formulando la misma identificación Jesús-puerta, para pasar después a
indicar las ventajas que reporta el entrar al aprisco por la puerta. Estas
ventajas están formuladas en futuro porque su disfrute está condicionado al
paso por la puerta. Se trata, pues, de un futuro lógico, no de un futuro
temporal-escatológico. La duda está en si los destinatarios de estas ventajas
son las pastores o las ovejas. No parece que el v.9 sea una explicitación del
v. 2 puesto que en el v. 10 no se habla del pastor, sino del ladrón que viene a
robar, contraponiéndose su actuación con la de Jesús. Por todo esto, parece más
coherente pensar que los destinatarios de las ventajas son las ovejas. Se
prepara así el paso a los vs. 11-17, donde se trata de Jesús como pastor de las
ovejas.
Las ovejas, que
hacen uso de la puerta, es decir, los que aceptan a Jesús, están a salvo, gozan
de plena libertad y tienen abundancia de pastos. Jesús no ha venido a imponer
una reglamentación de cargas y prácticas. Una puerta de par en par jamás es
obstáculo. Jesús ha venido para que los hombres vivan la pura alegría de
saberse con sentido.
DABAR 1978/26
8.- Los
pastores solían reunir sus rebaños en un mismo corral y confiarlos a la
vigilancia de uno solo (el guarda), mientras los demás pernoctaban
confiadamente en sus casas y regresaban al amanecer. El corral era un cerco de
piedras con una sola puerta y sin cobertizo.
Por la mañana
resultaba fácil a cada uno distinguir sus propias ovejas, bastaba con llamarlas
con un silbido peculiar para que todas acudieran a él y le siguieran. Lo que se
dice del "nombre" con el que el pastor llama a cada una parece más
propio de un ganado mayor, como sucede, por ejemplo, con las vacas; aquí se
destaca ese rasgo expresamente en atención a su significado simbólico, a la
relación personal que se da entre el buen pastor y sus ovejas, es decir, entre
Jesús y los suyos.
Los oyentes no
comprenden la "comparación". La "comparación" o la
"parábola" (como dicen los sinópticos) es un género literario en el
que se visualiza una enseñanza utilizando imágenes tomadas de la vida
corriente. Dada su concisión y su expresión indirecta, en imágenes, resulta
enigmática si no se interpreta su significado (Cfr. Mt 13, 13). Jesús explica
el significado de cada punto de su "comparación".
Sorprendentemente
comienza por algo que parecía más bien indiferente: "Yo soy la
puerta", es decir, el que permite el acceso al rebaño y, sobre todo, el
que discierne al pastor legítimo del falso pastor que viene a robar y tiene que
saltar el muro. Todo pastor verdadero recibe de Cristo la misión legítima para
pastorear las ovejas.
Jesús es
también el verdadero pastor. Otros han pretendido ser el Mesías prometido (Cfr.
Hech 5, 36s.), pero el pueblo no les ha escuchado; en cambio, a Jesús le ha
escuchado el pueblo, como se vieron obligados a reconocer sus propios enemigos
(11, 48; 12, 19). Los falsos pastores no son en este caso los fariseos, sino
aquellos que se hicieron pasar por el Mesías y llevaron al pueblo a la
desolación.
De nuevo Jesús
vuelve al símil de la puerta. Pero ahora no se trata de la puerta por donde
entra el pastor legítimo, sino de la puerta que se abre para que los hombres
tengan acceso a la comunidad de salvación, a la vida y a la libertad de los
hijos de Dios.
Precisamente
ésta es la misión de Jesús: dar vida a sus ovejas, dar vida abundante e,
incluso, desvivirse por ellas hasta el extremo de la cruz. Los falsos pastores
buscan las ovejas para aprovecharse de ellas, despojarlas y conducirlas a la
ruina.
EUCARISTÍA
1981/23