SE PUEDE REZAR A PROPÓSITO DE UNA CUESTION
DE MORAL”
COMENTARIO
Jesús responde a una
pregunta-trampa: “¿Le está permitido a un hombre repudiar a su mujer?”,
intentando hacer reflexionar primero a sus adversarios y después a sus
discípulos sobre el matrimonio tal como fue concebido por Dios. ¿Qué es lo que
permite la ley? El matrimonio como creación de Dios: “Al principio”. Los
hombres no dejarán de hacer a este propósito consideraciones y leyes, según la
evolución de las costumbres, pero el evangelio nos remitirá siempre a lo que
Dios quiso: una pareja fundada en la diferencia sexual y en la duración.
“Al principio del
mundo, Dios los hizo varón y hembra. Por eso el hombre dejará a su padre y a su
madre, se unirá a su mujer y serán los dos un solo ser. Luego lo que Dios ha
unido, que no lo separe el hombre”. Algo muy sencillo y muy fuerte. Hay que partir de aquí para
intentar ver las cosas claras siempre que se habla de la homosexualidad, de la
poligamia, del divorcio y de la infidelidad. Contra concepciones diferentes
(incluso respetables, como cierta poligamia africana), contra las rebeldías y
los endurecimientos, lo mejor es volver a esta roca: “Al principio”. Gracias al
juego de las culturas, el matrimonio ha tomado rostros diversos, también es algo
que hay que meditar.
Marcos, que escribe
para cristianos de origen pagano, advierte que en el derecho romano también
puede divorciarse la mujer. Sin embargo, en cualquier cultura, sean cuales
fueren los derroteros de la facilidad (criticar la duración y la fidelidad) o
de la generosidad (ser comprensivo con los fracasos), Jesús exige que se tienda
hacia ese ideal: un hombre y una mujer que se aman en lo mejor y en lo peor, en
el tiempo y por toda la eternidad. Su
primer amor frágil tiene que transformarse en segundo amor inquebrantable: una
mezcla de cariño, de aliento, de tenacidad y de fe, que permitirá resistir en
las tempestades o lo que es peor a veces, en los días grises.
Ayer estaba mal visto
divorciarse y entre los mejores cristianos había muy poca misericordia en este
punto. Hoy en nuestra sociedad se acepta cualquier divorcio como un simple
incidente en la vida. Muchos pierden las ganas de luchar para salvar un amor,
el suyo o el de otras parejas y no debemos olvidar que lo que no pueden nuestras
fuerzas, lo puede hacer la oración.
Luchar es ante todo
rezar. También aquí es posible ceder a las ironías y a los desánimos cuando se
habla de rezar para salvar un hogar. Cuando
se dice: “He rezado mucho, pero ha
sido inútil”. ¿De verdad se ha rezado mucho? ¿Con cuánta fe? La oración que
hacemos por cambiar el corazón del otro tiene que ser primero (y no suele
serlo) oración por cambiar nuestro propio corazón, nuestras quejas, nuestras
palabras, nuestro comportamiento. Aún en los casos extremos de divorcio,
salvarse a sí mismo del odio y salvar del odio al otro y a los hijos es ya una
victoria inmensa. Pero también ha visto cómo se salvaba el amor por una oración
casi a la desesperada.
R.P.
Roland Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Est 4, 17.
A tu poder, Señor, está sometido el mundo
entero; nadie puede oponerse a ti. Tu creaste el cielo y la tierra y las
maravillas todas que existen bajo el cielo. Tú eres Señor del universo.
ORACION COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que con amor
generoso desbordas los méritos y deseos de los que te suplican, derrama sobre
nosotros tu misericordia, para que libres nuestra conciencia de toda inquietud
y nos concedas aun aquello que no nos atrevemos a pedir. Por nuestro Señor
Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del
libro del Génesis 2, 18‑24
El Señor Dios
se dijo: «No está bien que el hombre esté solo; voy a hacerle alguien como él
que le ayude.».
Entonces el
Señor Dios modeló de arcilla todas las bestias del campo y todos los pájaros
del cielo y se los presentó al hombre, para ver qué nombre les ponía. Y cada
ser vivo llevaría el nombre que el hombre le pusiera.
Así, el hombre
puso nombre a todos los animales domésticos, a los pájaros del cielo y a las
bestias del campo; pero no encontraba ninguno como él que lo ayudase. Entonces
el Señor Dios dejó caer sobre el hombre un letargo, y el hombre se durmió. Le
sacó una costilla y le cerró el sitio con carne.
Y el Señor Dios
trabajó la costilla que le había sacado al hombre, haciendo una mujer, y se la
presentó al hombre.
El hombre dijo:
«Ésta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne.»
Su nombre será
Mujer, porque ha salido del hombre. Por eso abandonará el hombre a su padre y a
su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.».
SALMO
RESPONSORIAL (127 )
Que el Señor te
bendiga desde Sión.
Dichoso el que
teme al Señor y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien. R.
Tu mujer, como
parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor
de tu mesa. R.
Ésta es la
bendición del hombre que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de
Jerusalén todos los días de tu vida. R.
Que veas a los
hijos de tus hijos. ¡Paz a Israel! R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la
carta a los Hebreos 2, 9‑11
Hermanos: Al
que Dios había hecho un poco inferior a los ángeles, Jesús, lo vemos ahora
coronado de gloria y honor por su pasión y muerte.
Así, por la
gracia de Dios, ha padecido la muerte para bien de todos.
Dios, para
quien y por quien existe todo, juzgó conveniente, para llevar a una multitud de
hijos a la gloria, perfeccionar y consagrar con sufrimientos al guía de su
salvación.
El santificador
y los santificados proceden todos del mismo.
Por eso no se
avergüenza de llamarlos hermanos.
ACLAMACION
ANTES DEL EVANGELIO 1Jn 4, 12
Aleluya. Si nos amamos unos a otro, Dios permanece
en nosotros, y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del
santo evangelio según san Marcos 10, 2‑16.
En aquel
tiempo, se acercaron unos fariseos y le preguntaron a Jesús, para ponerlo a
prueba: ¿Le es lícito a un hombre
divorciarse de su mujer?».
Él les replicó:
«¿Qué les ha mandado Moisés?»
Contestaron:
«Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio.».
Jesús les dijo:
«Por su terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la
creación Dios "los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su
padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne".
De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo
separe el hombre.».
En casa, los
discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.
Él les dijo:
«Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la
primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete
adulterio.».
Le acercaban
niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban.
Al verlo, Jesús
se enfadó y les dijo: «Dejen que los niños se acerquen a mí: no se lo impidan;
de los que son como ellos es el reino de Dios. Les aseguro que el que no acepte
el reino de Dios como un niño, no entrará en él.» Y los abrazaba y los
bendecía imponiéndoles las manos.
PLEGARIA UNIVERSAL
Jesús,
nuestro Salvador, nos ha llamado hermanos y quiere que juntos, llámenos a Dios
Abba, Padre. Por eso oremos juntos, diciendo: R.- Padre, Escúchanos.
1.- Por la
Iglesia: que viviendo en la unidad sea fiel al amor de Cristo. Oremos
al Señor. R.
2.- Por el
Papa Francisco: que experimente la protección de Dios y sea testigo del
Evangelio. Oremos al Señor. R.
3.-Por todos
los pueblos del tercer milenio: que se respete la dignidad de la persona, se
garanticen los derechos de las familias y se defienda la vida desde su
concepción. Oremos al Señor. R.
4.- Por los
matrimonios: que viviendo en fidelidad sean ejemplo para sus hijos y los eduquen
en la verdad y el amor. Oremos al Señor. R.
5.- Por nuestras
familias: que en medio de las dificultades actuales encontremos fortaleza y
esperanza en Dios. Oremos al Señor. R.
6.- Por
nosotros y por todos los cristianos: que al celebrar la Eucaristía se avive
nuestro deseo de participar en las bodas eternas de Jesucristo. Oremos
al Señor. R.
Señor,
que ha dado fuerza sacramental al matrimonio, escucha nuestras oraciones y
permítenos vivir con fidelidad la alianza que Cristo sello con la humanidad.
Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta,
Señor, el sacrificio establecido por ti y, por estos santos misterios que
celebramos en razón de nuestro
ministerio perfecciona en nosotros como conviene la obra santificadora
de tu redención. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Lm 3, 25.
El Señor es bueno para quienes esperan en él, para
quien lo busca.
ORACION
DESPUES DE LA COMUNION
Concédenos, Dios
todopoderoso que nos alimentemos y saciemos en los sacramentos recibidos, hasta
que nos transformemos en lo que hemos tomado. Por Jesucristo nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 04: Jon 1, 1-2, 1.11; Sal : Jon 2, 3-8; Lc 10, 25-37.
Martes 05: Jon 3, 1-10; Sal 129; Lc 10, 38-42.
Miércoles
06: Jon 4, 1-11; Sal 85; Lc 11, 1-4.
Jueves 07: Ml 3, 13-20ª; Sal 1; Lc 11, 5-13.
Viernes 08: Jl 1, 13-15; 2, 1-2; Sal 9; Lc 11, 15-26.
Sábado 09: Jl 4, 12-21; Sal 96; Lc 11, 27-28.
Domingo 10: Sb 7, 7-11; Sal 89; Hb 4, 12-13; Mc 10, 17-30.
COMENTARIOS AL EVANGELIO
Mc 10, 2-16
Par:
Mt/19/02-15 Lc/18/15-17
1.DIVORCIO/MA:
Según
Mateo (19,3), se acercaron a Jesús unos fariseos exigiéndole que se definiera
en una cuestión de escuela; esto es, en la polémica mantenida entre los rabinos
Schammai (rigorista) e Hillel (laxista) sobre el motivo suficiente para
repudiar a la mujer conforme a lo dispuesto por Moisés. Pero en este texto de
Marcos, la cuestión planteada por los fariseos es la licitud o no del divorcio.
Marcos escribe para los romanos, a quienes no les interesaba tanto la
legislación mosaica sobre el libelo del repudio cuanto el problema más radical
de la licitud del divorcio. De ahí la diversidad del planteamiento en uno y
otro evangelio.
Jesús,
sin esperar que le citen el Dt 24,1, les pregunta qué ordena Moisés al
respecto.
Los
fariseos responden correctamente, y así fija con claridad el estado de la
cuestión. Y pasa a interpretar la ley de Moisés como una concesión necesaria
por causa de la dureza de corazón de los judíos, incapaces de guardar un orden
moral más elevado. En toda concesión, perfectamente legítima en determinadas
circunstancias no hay que buscar nunca el ideal al que debe orientar tanto la
legislación como la conducta humana. También esta concesión de Moisés implica
una tolerancia y en cierto sentido una acusación. Jesús, que no condena a
Moisés, denuncia la dureza de corazón de los judíos.
Y
elevándose por encima de las leyes, siempre condicionadas por las situaciones
históricas de un pueblo determinado, Jesús proclama lo que fue un principio y
lo que debe ser el fin del matrimonio.
Lo
mismo que en las famosas antítesis del Sermón de la Montaña (Mt 5, 21-48),
Jesús no opone aquí propiamente una ley a otra, aunque, ciertamente, corrige y
completa lo que era todavía imperfecto en la ética del A.T. Por lo tanto, la
declaración de Jesús debe anunciarse como evangelio. Lo mismo que las
bienaventuranzas. En ninguno de los dos casos el creyente debe desoir lo que se
propone como expresión de la voluntad salvadora de Dios.
Lo
que Jesús ha dicho originariamente, la palabra del Señor, se concreta luego en
la comunidad de los discípulos ("en casa", una expresión que alude
probablemente a la comunidad cristiana).
Pero
Mateo, que presupone otro ambiente comunitario (el judeo-cristiano) recoge otra
tradición en la que se concreta la misma palabra del Señor de una forma legal
menos rigurosa (Mt 5, 32; 19,9). También la Iglesia, hasta nuestros días, se ha
visto obligada a hacer concesiones sin renunciar nunca al ideal del matrimonio
que proclama Jesús para todos los creyentes; por ejemplo, al admitir la
separación conyugal sin nuevo matrimonio y, sobre todo, anulando el matrimonio
rato y no consumado. Hay que notar que este matrimonio "rato" es
verdadero matrimonio.
EUCARISTÍA
1982, 45)
2.-
En este pasaje de Marcos se presenta a Jesús, sobre todo como el intérprete
supremo del Antiguo Testamento. Al remitir a la Escritura, Jesús muestra una
autoridad que le coloca, en cierto modo, en el mismo nivel de los textos
sagrados, si es que no por encima de ellos.
Junta
audazmente los dos versículos del Génesis relativos a la creación del hombre y
de la mujer (Gn 1, 27 y 2, 24), añadiendo así a la tesis teórica, precisa pero
fría, del primero, el calor vital del segundo. Después, relaciona el versículo
del Génesis con el del Deuteronomio, citado por los fariseos, para hacerles
juzgar al uno con el otro, o, más bien, para decidir que el uno juzga al otro y
lo anula. Se considera al versículo del Deuteronomio como excesivamente
"permisivo", influenciado por la estrechez de espíritu o la dureza de
corazón de sus primeros destinatarios. Se otorga la diferencia al versículo del
Génesis, más exigente. Así se refirió Jesús a las Escrituras, pero lo hizo con
autoridad, decidiendo sobre el valor respectivo de los textos.
Para
el evangelista, ahí está el punto esencial. Jesús es el intérprete autorizado
del Antiguo Testamento. Los fariseos que le rodean no pueden dar más que una
exégesis menguada y parcial.
Sólo
Jesús expresa la auténtica verdad bíblica. Además, decide sobre la doctrina
relativa al matrimonio. Recuerda la verdadera igualdad de los sexos, prevista
por el Génesis, y de ella deduce consecuencias imprevistas. El autor del
Génesis no había considerado la indisolubilidad del matrimonio; Jesús la lee en
su texto, y la enseña. Con él, y a través del Antiguo Testamento adquieren sus
plenas dimensiones, y se hacen definitivas; pues, como se sabe, "él tiene
palabras de vida eterna".
EDIT.
SAL TERRAE SANTANDER 1981.Pág. 133
3.-
La versión de Marcos concerniente a la discusión entre Jesús y los fariseos
sobre el divorcio es ligeramente diferente de la de /Mt/19/01-09. El segundo
evangelista, teniendo en cuenta a un público poco familiarizado con el
juridismo de la ley judía y la Palabra de Dios, insiste más que Mateo en la ley
de la naturaleza. Dice también que "Dios les hizo hombre y mujer" (v.
6), mientras que Mateo se refiere a una "palabra" de Dios a Adán y
Eva (Mt 19, 5). Y mientras que Mateo distingue la ley de Moisés y lo que éste
ha tolerado en algunos casos, Marcos hace referencia directamente a la voluntad
de Dios (v. 9). Por último, descartando el inciso de Mt 19, 9, Marcos evita una
seria dificultad de interpretación del pensamiento de Jesús.
Para
él, el hombre no puede destruir una unidad inscrita en su naturaleza.
a)
La discusión sobre el divorcio se sitúa en tres niveles sucesivos. Al comentar
el Dt 24, 1, los fariseos habían ampliado considerablemente los motivos de
ruptura, pero no se habían puesto de acuerdo en torno a la lista de éstos (cf.
Mt 19, 3). El evangelista no alude a estas discusiones; únicamente supone que
los fariseos acaban de preguntar a Jesús si está permitido repudiar a su mujer,
pregunta un tanto sorprendente por parte de aquellos, ya que tal posibilidad
era admitida por el Dt 24, 1. Marcos no ofrece, en este aspecto, la versión
original.
El
evangelista considera que los fariseos se refieren a la propia ley (v. 4). Pero
esta prescripción, les dice Jesús, debe ser abolida y la solución ha de
buscarse a nivel de la voluntad de Dios, inscrita en la naturaleza (Gén 1, 27;
2, 24), según la cual el hombre y la mujer deben permanecer unidos. Ningún
hombre, incluido Moisés, tiene derecho de deshacer esta unidad radical del
matrimonio (vv. 11-12).
b)
Para comprender bien el alcance de esta perícopa no debe olvidarse que el
mensaje que contiene forma parte del anuncio del Reino que viene bajo el
aspecto de un paraíso por segunda vez encontrado. Marcos ha hecho ver ya que el
Reino era una victoria sobre el pecado original (Mc 2, 1-10?), una victoria
sobre la enfermedad y la muerte (Mc 5, 21-43).
En
este pasaje, Marcos precisa que el Reino es también una reanudación del
proyecto inicial, concerniente a la unidad del matrimonio por el amor.
La
aventura conyugal es, en definitiva, uno de los terrenos privilegiados en que
toma cuerpo la venida del Reino, con tal de que sea vivida con la máxima
fidelidad a la iniciativa original de Dios.
La
doctrina de Marcos es, pues, muy clara: el matrimonio no es solamente un
contrato facultativo entre dos personas, sino que está implícito en él la
voluntad de Dios, inscrita en la complementariedad de los sexos. No basta la
sola voluntad de los esposos para explicar el matrimonio y su unidad: la propia
voluntad de Dios y su unidad son parte interesada en el matrimonio. Esta es la
razón por la que el divorcio no es solamente una injusticia contra el consorte
perjudicado; es también una injusticia contra el mismo Dios. Aún se puede
preguntar si la armonía de las voluntades es hasta tal punto clara que lleva
consigo realmente -con todas las posibles limitaciones de los compromisos
humanos- una unión natural aceptable y, como consecuencia, la expresión de la
voluntad divina.
MAERTENS-FRISQUE
- MAROVA MADRID 1969.Pág. 140
4.-
Otra dimensión esencial de la nueva comunidad mesiánica será la renuncia al
orgullo. El relato de los niños es bastante claro a este respecto: los
discípulos no reñían a los que llevaban niños porque pudieran molestar al
maestro, sino precisamente porque los niños no representaban nada.
Según
ellos, el reino de Dios era un asunto de adultos; y para alcanzarlo era
necesario hacer opciones conscientes, tener determinados méritos, realizar las
obras correspondientes. Jesús piensa todo lo contrario: el reino de Dios tiene
que ser recibido, o sea es una iniciativa divina. Por lo tanto, la única
postura apta para "recibir" es la de los niños: el reino de Dios se
recibe primero, después se entra en él.
A
lo largo de los siglos la ascética cristiana ha abusado no poco de este texto,
queriendo presentar el infantilismo irresponsable como la auténtica actitud de
un cristiano.
Ahora
bien, según esta ascética equivocada, esta "irresponsabilidad" se
ejerce frente a unos hombres determinados que imponen tiránicamente sus ideas:
o mediante una seducción personal de tipo iluminista o mediante el chantaje de
los intereses económicos, sociales y políticos.
Jesús
habla de todo lo contrario, o sea del reino de Dios. Este es un subrayado
constante del segundo evangelio: en aquellas primitivas comunidades ya apuntaba
el peligro de presentarse como el "sucedáneo" de Jesús. Según este
texto, la resurrección habría colocado a Jesús en una altura inaccesible,
dejando su puesto vacío a disposición de unos responsables puramente humanos
que tendrían que hacer lo mismo que Jesús. El segundo evangelista se rebela
constantemente contra esta perspectiva: la resurrección de Jesús ha hecho que
siga presente en la comunidad cristiana y que su puesto no pueda ser ocupado
por nadie. Solamente él puede tener el "capricho" de llamar discípulos
sin dar ninguna razón.
Los
discípulos de Jesús serán niños, sí, pero solamente ante Dios; ante los demás
deberán ser conscientes y responsables, e incluso no deberán permitir que se
produzca esa intromisión de los dirigentes eclesiales cuando se hacen pasar por
"sucedáneos" de Jesús, creando para ello una cristología evasiva y
una consiguiente eclesiología triunfalista.
De
aquí también se deduce que una inspiración cristiana de la pedagogía deberá
buscar ansiosamente que este estado de infantilidad se mantenga solamente ante
Dios, no ante ningún poder terreno. Esta es la pedagogía liberadora: el
monopolio de Dios sobre la conciencia del hombre obliga a los creyentes a no
tolerar que nadie ponga sus manos sobre la libertad del ser humano, incluso desde
sus primeros balbuceos.
EDIC
MAROVA/MADRID 1976.Pág. 1175 s.
5.-
Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre
Era
muy viva entre los rabinos del tiempo de Cristo la discusión sobre la
interpretación que había que dar a los pasajes del Pentateuco en los que se
legisla sobre las posibilidades que tiene el hombre de repudiar a la mujer (cf.
Dt 24,1), y los fariseos querían saber la opinión de un maestro cualificado
como Jesús. Por eso, en el texto paralelo de Mt (19,3) se añade si el repudio
puede ser "por cualquier motivo", que es la cuestión que realmente se
planteaba en la polémica rabínica. Pero Mc, que escribe para un ambiente muy
alejado de los problemas legales judíos, convierte el tema en una enseñanza
general sobre el matrimonio y el divorcio. Por eso, añade también al final,
paralelamente a la crítica contra el divorcio promovido por el hombre (única
posibilidad entre los judíos), la crítica contra el promovido por la mujer
(posible en las leyes de los países paganos).
Jesús
responde al problema presentando el ideal de plenitud mesiánica, como había
hecho en otros momentos (cf. el sermón de la montaña), ideal que consiste en la
plena aplicación del plan de Dios sobre el hombre. Efectivamente, la ley de
Moisés, que contenía la concesión de la posibilidad del repudio, estaba hecha
para regular la vida de los hombres en un mundo sometido al pecado y en el que
los corazones no estaban plenamente impregnados de la voluntad de Dios. Pero
ahora, en la nueva época mesiánica, cuando como habían anunciado los profetas
el amor de Dios será grabado en el corazón de cada hombre, el planteamiento de
toda esta cuestión tendrá que ser otro: tendrá que ser la plena realización de
lo que Dios había dicho al principio, cuando el pecado aún no había llegado al
mundo y no había puesto el veneno capaz de destruir la unión de hombre y mujer:
que esta unión hace que el hombre y la mujer sean una sola carne, algo
inseparable. Y esto por este motivo, hecho realidad al menos como ideal: porque
el pecado destructor ha sido superado, y los corazones de los hombres han sido
transformados por Dios.
MISA
DOMINICAL 1994, 13
6.-
El capítulo de Marcos nos presenta a Jesús de camino. Se aleja lentamente de su
Galilea natal, hasta llegar a Judea y a Jerusalén, meta de su peregrinación. La
tensión sube gradualmente. La confrontación con los dirigentes judíos va en
aumento y la incomprensión de los discípulos se hace más evidente. Todo.
desembocará en la soledad del Gólgota.
Hoy,
y en los tres próximos domingos, leeremos las cuatro perícopas de este capítulo
de Marcos. No se ha de perder la visión de su conjunto, para entender mejor
cada una de ellas: la "prueba" de los fariseos, el desengaño del
joven rico, las pretensiones de los Zebedeos y la curación del ciego de Jericó.
La
legislación judía ha admitido siempre el divorcio. La "prueba" de los
fariseos consiste en obligar a Jesús a tomar partido en favor de una de las
tendencias de la época: la rigorista, que tan sólo admitía el divorcio en casos
graves; o la liberal, que la aceptaba por cualquier causa. Jesús opta por una
huida hacia adelante. Basándose en la Escritura y mediante un método de
argumentación típicamente rabínico, se coloca en el ideal del proyecto querido
por Dios en Génesis 2.
Esta
perícopa no constituye tanto una página de Derecho Canónico, como una una
interpelación dirigida a todos, célibes y casados, para que revisemos y
confrontemos nuestra vida de cada día con el proyecto de vocación al que Dios
nos llama desde siempre.
MISA
DOMINICAL 2000 12 43
7.
ACI DIGITAL 2003
3.
Véase Mat. 10, 16 y nota: "Mirad que Yo os envío como ovejas en medio de
lobos. Sed, pues, prudentes como las serpientes y sencillos como las
palomas".
4. Ni saludéis: Los orientales son muy ceremoniosos y para ellos saludar
equivale a detenerse y perder tiempo. Véase Mat. 10, 9 s. y nota.
12.
El rechazo de los predicadores del Evangelio es para Jesús el peor de los
agravios (Juan 12, 47 s.).
13. Él ¡ay! del Señor se ha cumplido de modo espantoso. Las ruinas de esas
ciudades lo denuncian hasta hoy. Cf. 11, 21 - 23: "Cuando el hombre fuerte
y bien armado guarda su casa, sus bienes están seguros. Pero si sobreviniendo
uno más fuerte que él lo vence, le quita todas sus armas en que confiaba y
reparte sus despojos. Quien no está conmigo, está contra Mí; y quien no acumula
conmigo, desparrama".
16. Véase Mat. 10, 40: "Quien a vosotros recibe, a Mí me recibe, y quien
me recibe a Mi, recibe a Aquel que me envió"; Juan 13, 20: "En
verdad, en verdad, os digo, quien recibe al que Yo enviare, a Mí me recibe; y
quien me recibe a Mí, recibe al que me envió".