LA DESGRACIA DE SER
RICO
COMENTARIO
No es fácil recibir todo
este aluvión: “Ay de ustedes, los que están saciados! ¡Ay de ustedes los que ríen!
¡Ay de ustedes, de los que todo el mundo habla bien!”. Los creyentes se ven
obligados a quedarse allí delante, perplejos. Nos damos cuenta de que para
Jesús estas bienaventuranzas y estas maldiciones extrañas (“¡Dichosos ustedes,
los pobres! ¡Ay de ustedes, los ricos!”) son una evidencia, pero cuando nos
fijamos en nuestra vida, nos parece mucho más evidente la ley del dinero: son
dichosos los ricos y desventurados los pobres. Es lo que piensa todo el mundo.
¡Todo el mundo! Ese es el problema. Los primeros cristianos, por su parte,
extrañaron y desentonaron de tal modo que en los ambientes paganos la nueva fe
llamó la atención. Si ahora los cristianos resultan que son “como todo el
mundo” su fe no puede menos de dejar escépticos y críticos a los “paganos” ¿En
qué cambia las cosas la fe en Jesucristo?
Lo cambia todo cuando se
cree. Aquí, por ejemplo, hay que creer en el deprecio de Jesús por el dinero y
entrar también nosotros en ese desprecio, cueste lo que cueste. Por otra parte,
no es el dinero “útil” lo que desprecia. Aprueba la alegría de una mujer que se
ha encontrado la dracma perdida y la felicidad de las personas que han tenido
éxito en sus negocios (Lc 19, 16-17). Pero ¡qué desprecio con el rico que
acumulaba tesoros para asegurarse la vida: “¡Necio!” (Lc 12, 20). La vida no es eso. La desgracia de ser rico
consiste en engañarse sobre la vida buscando pequeñas felicidades, eso que
Jesús llama el “consuelo”: “¡Ay de ustedes, porque ya tienen su consuelo!”;
tienen el confort, tienen la seguridad, tiene el aprecio de los demás. Pero no
tienen el reino. La verdadera vida está allí; hay que entrar en el reino, que
es el país del amor: “Dios mío, dice el salmo 118, ¡que tu amor sea mi
consuelo!”. La verdadera vida, para la que estamos hechos, es amar a Dios y
amar a nuestros hermanos. ¡Evidentemente hay que creerlo! Una existencia
cristiana comienza exactamente por ese acto de fe: creer en Jesús cuando nos
dice que la dicha está en elegir el amor. La vida no es forzosamente una
elección entre la felicidad y la desgracia, sino más generalmente una elección
entre las pequeñas felicidades que se pueden comprar y la gran dicha de amar.
Pero ¿por qué se dice que el
dinero nos hace dejar a Dios y el amor fraternal? Porque cuando se espera todo
del dinero, se acostumbra uno a no esperar nada de Dios y se trata cada vez
menos con él. Y cuando uno codicia el dinero, no comparte con los demás; cuanto
más rico es uno, menos da; es cosa bien sabida. ¿Entonces? ¿Tirar el dinero o
tirar el evangelio? No, hay que repetir que el dinero puede ser útil, el
problema está en mantenerlo en esa estricta utilidad, en no entregarle nuestra
vida, en seguir siendo capaz de dominar la avaricia. Eso es el evangelio.
Cuando un rico ama a Dios
(lo prueba la calidad de su oración) y cuando se ve devorado por el amor
fraterno (lo prueban la generosidad y el compromiso social) conquista una de
las batallas cristianas más difíciles: hacer que el dinero sea dócil y noble.
R.P. Roland Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Sal 30, 3-4
Se la roca de mi refugio, oh, Dios, un baluarte
donde me salve, tú que eres mi roca y mi baluarte, por tu nombre dirígeme y
aliméntame.
ORACION COLECTA
Oh, Dios, que prometiste permanecer en los
rectos y sencillos de corazón, concédenos, por tu gracia, vivir de tal manera
que te dignes habitar en nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de
Jeremías 17, 5-8
Así dice el Señor: “Maldito quien pone su confianza en el hombre, y en
él busca su fuerza, apartando su corazón del Señor.
Será como un cardo en el desierto, que no disfruta del agua cuando
llueve; habitará en la aridez del desierto, tierra salobre e inhóspita. Bendito
quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza.
Será como un árbol plantado junto al agua, que junto a la corriente
echa raíces; cuando llegue el calor no lo sentirá, sus hojas se conservaran
siempre verdes: en año de sequía no se inquieta, no deja de dar fruto”.
SALMO
RESPONSORIAL (1)
Dichoso el
hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por
la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos; sino que
su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche. R
Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto a su
tiempo y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen fin. R
No así los impíos, no así, serán paja que arrebata el viento. Porque el
Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal. R
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 12. 16-20.
Hermanos: Si anunciamos que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿Cómo es que dice alguno
de ustedes que los muertos no resucitan?. Sí los muertos no resucitan, tampoco
Cristo resucitó.
Y, si Cristo no ha resucitado, la fe de ustedes no tiene sentido,
siguen con sus pecados; y los que murieron con Cristo se han perdido. Si nuestra esperanza en Cristo acaba con esta
vida, somos los hombres más desgraciados. ¡Pero no! Cristo resucitó de entre
los muertos: el primero de todos.
ACLAMACION
ANTES DEL EVANGELIO Lc 6, 23ab.
Aleluya. Alégrense y
salten de gozo, dice el Señor, porque su recompensa será grande en el cielo. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 6,
17.20-26
En aquel tiempo, bajó Jesús del monte con los Doce y se detuvo en un
llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea,
de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Él, levantando los ojos hacia sus discípulos, le dijo: “Dichosos los
pobres, porque el reino de Dios es para ustedes. Dichosos los que ahora tienen hambre, porque
quedarán saciados. Dichosos los que ahora lloran porque reinarán.
Dichosos ustedes, cuando los odien los hombres, y los excluyan, y los
insulten, y desprecien el nombre de ustedes como infame, por causa del Hijo del
hombre. Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en
el cielo. Eso es lo que hacían sus
padres con los profetas.
Pero ¡ay de ustedes, los ricos! Porque ya tienen su consuelo. ¡Ay de
ustedes, los que ahora están saciados!
Porque tendrán hambre ¡Ay de los que ahora ríen!, porque harán duelo y
llorarán. ¡Ay si todo el mundo habla bien de ustedes! Eso es lo que hacían sus
padres con los falsos profetas”.
PLEGARIA UNIVERSAL
Pongamos en Dios nuestra confianza y pidámosle que, así como resucito a
Jesucristo de entre los muertos, nos haga esperar nuestra resurrección poniendo
en sus manos de Padre nuestras inquietudes y anhelos. Digámosle: R.-
Escúchanos, pues confiamos en ti.
1.- Por el papa y toda la Iglesia; para que viva el espíritu de las
bienaventuranzas del reino y anuncie el secreto de la verdadera felicidad a la
que conduce el evangelio. Oremos. R.
2.- Por los jefes de las
naciones y los poderosos del mundo: para que promuevan proyectos de justicia,
educación, salud y bienestar para todos. Oremos. R.
3.- Por los enfermos, los oprimidos, los pobres, los excluidos y los
que más sufren, para que encuentren su consuelo en la solidaridad de sus
hermanos y en la cruz de Cristo. Oremos. R.
4.- Por todos nuestros seres queridos que han muerto: para que Jesús
resucitado los tenga gozando de su presencia. Oremos. R.
5.- Por todos los cristianos: para que encontremos en las
bienaventuradas el estilo de vida que nos hace verdaderos profetas y testigos
del reino de Dios. Oremos. R.
6.- Para que la celebración de la resurrección de Cristo en esta
eucaristía avive nuestra fe, renueve nuestra esperanza y nos haga vivir la
caridad. Oremos. R.
Oh, Dios, que llamas dichosos a los que el mundo llama desgraciados,
escucha las oraciones que con fe te presentamos, y haz que un día gocemos de la
dicha eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amen.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Señor,
que esta oblación nos purifique y nos renueve y sea causa de eterna recompensa
para los que cumplen tu voluntad. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Jn 3, 16
Tanto amo Dios al mundo que entrego a su Unigénito,
para que todo el que cree en el no perezca. Sino que tenga vida eterna.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Alimentados con las delicias del cielo,
te pedimos, Señor, que procuremos siempre aquello que nos asegura la vida
verdadera. Por Jesucristo nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 14: Stg 1, 1-11;
Sal 118; Mc 8, 11-13
Martes 15: Stg 1, 12-18; Sal 93; Mc 8, 13-21.
Miércoles 16: Stg 1, 19-27;
Sal 14; Mc 8, 22-26.
Jueves 17: Stg 2, 1-9;
Sal33; Mc 8, 27-33
Viernes 18: Stg 2,
14-24.26, Sal 111; Mc 8, 34—9, 1.
Sábado 19: Stg 3, 1-10; Sal 11; Mc 9, 2-13.
Domingo 20:
Sam 26, 2.7-9.12-13.22-23; Sal 102; 1Cor 15, 45-49; Lc 6, 27-38.
COMENTARIOS AL EVANGELIO
Lc 06, 17. 20-26
3-1. EV/BENDICION BITS/MALDICION:
Aunque Jesús dirige su palabra a los discípulos, su enseñanza no
concierne solamente a ellos. En su auditorio hay discípulos que le siguen de
cerca, una masa de gente que acude de todas partes llevada por la
curiosidad y algunos que han bajado de Jerusalén y le observan
maliciosamente. En realidad las bienaventuranzas, excepto la última que
recae especialmente sobre los discípulos, son para los pobres y los
afligidos de este mundo. Lucas, a diferencia de Mateo que trae ocho
bienaventuranzas (Mt 5.3-12), menciona sólo cuatro; pero añade, en
contrapartida, otras cuatro amenazas. En cuanto a las primeras, el número
no tiene mayor importancia, ya que en definitiva todas se refieren al único
camino que conduce al reino de Dios.
Es interesante hacer notar cómo Lucas habla únicamente de los
"pobres", de los "hambrientos", de los que
"lloran", sin añadir calificativo alguno, mientras que Mateo
nos habla de los "pobres de espíritu" o de los que "tienen
hambre y sed de justicia". El texto de Mateo se refiere a los
hombres que se tienen a sí mismos por pobres delante de Dios y lo esperan
todo de él, sin confiar en su propia autosuficiencia. Y aunque este
significado puede salvaguardarse también en el texto de Lucas, puesto que
el reino de los cielos y no la riqueza es la esperanza y la dicha de los
pobres no cabe duda que subraya la pobreza como una situación objetiva
favorable y hasta necesaria, aunque no suficientemente, para llegar al
reino de Dios. En cambio, las riquezas son un verdadero obstáculo.
Jesús dirige expresamente esta bienaventuranza a los que van a ser sus
testigos, a los que van a ser perseguidos "por causa del Hijo del
hombre" (Cfr. Mt 5, 10-12): "Dichosos vosotros..." Los
discípulos de Jesús, los que le siguen, padecerán por su causa, pero
participarán también de su gloria y de la gloria de los profetas. Lo específico
de los cristianos no es ser pobre o estar con los pobres, no es luchar
por la justicia o construir la paz, sino dar testimonio de Cristo. Para
éstos, además de las otras bienaventuranza que comparten con los pobres,
hay una bienaventuranza específica.
El evangelio es anuncio y denuncia al mismo tiempo, bendición y
maldición, buena y mala noticia. No es imparcial. No lo puede ser en un
mundo dividido por la injusticia. Por eso Jesús no bendice a unos sin
maldecir a los otros. Pero la maldición o la amenaza que hace a los ricos
y a los autosuficientes es, ante todo una advertencia severa y una
exhortación para que se conviertan.
Porque si siguen siendo ricos, a pesar de la pobreza de los pobres y a
costa de éstos, su situación es injusta a todas luces y es desesperada en
vistas a lo que importa, al reino de Dios.
También esta cuarta amenaza se dirige expresamente a sus discípulos. Los
que le siguen y han de ser sus testigos no deberán alegrarse si se ven
rodeados de una nube de aduladores, sino todo lo contrario. Porque si
buscan los halagos caerán en los errores de los falsos profetas, de
aquellos que sólo predican lo que el mundo quiere escuchar y traicionan
el evangelio.
EUCARISTÍA 1983, 9
2.- -Texto. Se ha cerrado un capítulo de la obra con las espadas en alto
por parte de letrados y fariseos (cfr. Lc. 6,11). Con Lc. 6,12 se abre un
nuevo capítulo, del que forman parte los versículos de hoy. En el v.17 el
autor presenta el escenario: un llano. En él, tres grupos de personas
netamente diferenciadas acompañan a Jesús: los doce, discípulos, otra
gente. La acción se desarrolla entre Jesús y discípulos. Esta acción no lleva
anejo movimiento alguno de las partes. Son palabras de Jesús teniendo
como destinatario de las mismas a los discípulos. En sus palabras Jesús
les habla de ocho categorías de personas, divididas en dos bloques
contrapuestos de a cuatro: pobres, hambrientos, llorosos y vituperados en
el primer bloque; ricos, saciados, alegres y ensalzados en el segundo.
Cada una de las categorías viene introducida por una exclamación de gozo
o de lamento. Exclamación de gozo en el primer bloque y de lamento en el
segundo.
Comentario. Voy a empezarlo por esto de exclamación de gozo y de
lamento. Si denomino así a lo que habitualmente se llaman bendiciones y
maldiciones, es porque se acomoda más al género literario que subyace y
que nos es perfectamente conocido por el uso que de él hicieron los
viejos profetas del Antiguo Testamento. El profeta es la persona que ve
los acontecimientos en profundidad, que detecta en ellos realidades y
movimientos que se escapan al común de observadores. Al detectarlos lanza
una exclamación. Esta será de alegría o de pena, según el signo de la
realidad o del movimiento detectados. El profeta no sabe cuándo éstos
tendrán lugar; sólo sabe que tendrán lugar. No bendice o maldice a nadie,
sino que lanza un grito de entusiasmo o se echa las manos a la cabeza
aterrorizado ante la nueva situación que se avecina, pero de la que no
tienen ni idea aquéllos a quienes va a afectar. En su calidad de gritos
estas visiones proféticas no se pueden encasillar dentro de ninguna
lógica al uso ni mucho menos se pueden interpretar como revanchismo o
expresión de un "cambio de tortilla". Son gritos que brotan del
estremecimiento de unas entrañas utópicas; manifestaciones de alegría,
ayes de dolor. Sin estridencias, sin esnobismos, sin contorsiones ni
agresividad.
Balada, lamento. Gestados en la montaña, en el cósmico-puro delirio de
la música callada y de la soledad sonora; arriba, donde el aire es
siempre puro, donde la realidad está hecha toda de utopía. Con la vista
puesta en sus discípulos (v.20). Son los cristianos. De ellos espera
Lucas que sean los continuadores del estremecimiento utópico de Jesús.
DABAR 1983, 15
3.- -Las bienaventuranzas de Lucas son más "críticas" -más
propias de un profeta que de un legislador- que las de Mateo. Jesús las
pronuncia "en medio" de la gente venida de todas parte, aunque
"mirando" a los discípulos. Son también, además, unas
bienaventuranzas con alternativa: las maldiciones. De este modo forman un
texto absolutamente paralelo con la primera lectura y el salmo.
Leyéndolas, vienen a la memoria las palabras de Simeón: "...éste
está destinado a que muchos caigan o se levanten en Israel" (Lucas 2,34),
y evocan la escena majestuosa de Mateo 25,31 ss. Se da una antítesis
constante entre el "ahora" y el "día que vendrá";
esto introduce al sentido trascendente de la vida presente, en función de
una esperanza que se apoya en el don de Dios.
La continuación del texto lucano incluye una frase que cabría subrayar:
"Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo". Es típica de
Lucas esta asimilación entre la "misericordia" del Padre y la
"perfección" del Padre, del texto de Mateo 5,48. El camino del
amor, del perdón, del corazón que guarda la bondad como un tesoro, es el camino
de Jesús y de la felicidad, porque es el camino que demuestra que uno no
se fía de sí mismo, no se convierte en el umbilicus orbis, sino que busca
de verdad el Reino que viene de Dios. El enlace con la segunda lectura
puede ser adecuado, a causa de las afirmaciones paulinas: "Si
nuestra esperanza en Cristo acaba con esta vida, somos los hombres más
desgraciados".
Más que una invectiva a partir de los "¡Ay de vosotros...!, la
homilía debería consistir en subrayar fuertemente la imagen del
testimonio de Cristo en el mundo. una buena ayuda para el contenido puede
venir de la lectura de la encíclica "Rico en misericordia",
especialmente las páginas dedicadas a comentar la misión de la Iglesia al introducir
en el mundo "el momento del perdón" (cfr.n.14).
No obstante, y por fidelidad al texto de Lucas, también es bueno
destacar la alternativa. Una persona que contempla todas las cosas desde
un mundo cerrado no tiene otro futuro sino el mundo en que se encuentra.
Ahí radica la inmensa tragedia del hombre cerrado a la trascendencia,
llamado -a pesar de sí mismo, quizás- al más allá.
PERE
TENA - MISA DOMINICAL 1983, 4
4.- Las bienaventuranzas no son prometidas a quienes son pobres porque
son pobres, y las maldiciones no se dirigen contra los ricos porque son
ricos. De hecho, Jesús elogia a los pobres que viven en dos mundos a la
vez: el presente y la escatología, y amenaza a los ricos que no viven más
que en un solo mundo, el que encadena casi inevitablemente a quien lleva
una vida confortable.
El rico es el que se da tan pronto por satisfecho con lo que posee que
no realiza el viaje hacia la profundidad de su ser, a lo que, por otra
parte, nada le llama: un determinado orden social rico y superindustrializado,
una determinada institución eclesiástica superasegurada de verdades y de
derecho.
El pobre no posee más que su soledad, pero la vive con ese valor de ser
que le lleva a las profundidades de su ser, allí donde se vislumbra otro
mundo. Solitario en ese orden, es rico en la participación de este otro
orden, participa ya en las victorias y de su proximidad. Es el revelador
de este otro mundo que viene penosamente, a través de gracias y
desgracias, éxitos y fracasos, victorias y traiciones.
MAERTENS-FRISQUE
- NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA II - MAROVA MADRID 1969.Pág. 240
5.- Para la ocasión Lucas pone
especial cuidado en diferenciar a los doce, los discípulos y el público
en general. Con la lógica excepción de los doce, Lucas recalca lo numeroso de
los otros dos grupos y la procedencia del público en general: de
territorio judío y no judío. Ambiente solemne y expectante: habían
acudido a escuchar a Jesús (Lc. 8,18). Lucas restringe a los discípulos las
palabras de Jesús recogidas en el texto de hoy. Sólo en la óptica del
discípulo podrán ser entendidas esas palabras.
Las palabras de Jesús resuenan lentas y cadenciosas por la reiteración
de "dichosos, ¡ay!, porque" y el adverbio "ahora". La
referencia no son situaciones impersonales, sino personas concretas que
son pobres, pasan hambre, lloran y son objeto de odio y de persecución; o
bien son ricas, no pasan hambre, se burlan y son objeto de adulación. Las
palabras de Jesús hablan de un final en la condición presente de todas
esas personas, de un ¡basta ya! Un final y un ¡basta ya! situados en un
futuro no precisado pero cierto. Se trata del futuro de Dios, quien a
través de las palabras de Jesús se revela como alguien que también tiene
una palabra que decir en un mundo que también es suyo y que, por
consiguiente, no es sólo humano, sino también divino.
En la frase "vuestra recompensa será grande en el cielo", la
expresión en el cielo no se refiere sin más al más allá después de la
muerte, sino a Dios. Es de todos conocido que un judío jamás pronuncia el
nombre de Dios. En su lugar emplea circunloquios, rodeos de palabras. En
el cielo es uno de estos circunloquios para referirse a Dios.
Comentario. Sólo una interpretación miope y mal intencionada puede
hablar de este texto como de opio del pueblo. Nos hallamos ante la
formulación del ¡basta ya! divino ante el espectáculo dantesco de un
mundo horrendo. Un mundo así le duele demasiado a Dios y, aunque Dios es
paciente, su paciencia lo es todo menos patente de impunidad. El texto no hace
sino recordarnos algo que los humanos parecemos haber olvidado: que este
mundo no es sólo nuestro, sino también de Dios y que, por tanto, también Dios
tiene derecho a hablar. Resulta paradójico que, en el siglo de la
conciencia de derecho, le neguemos derecho a Dios.
Los pobres, los hambrientos, los que lloran, los perseguidos, todos los
que son todo esto por causa del Hijo del Hombre, son paradójicamente
dichosos en su situación porque saben de Dios y de su Palabra. Sólo los
que viven como si Dios no existiera y, debido a ello, se enriquecen,
nadan en opulencia y risas y hasta son idolatrados, sólo éstos son los
que tienen que temer por el silencio paciente de Dios. ¡Ay de ellos! No es una
amenaza, es el grito desgarrado de los profetas por la desgracia en la
que ya están instalados sin ellos saberlo.
ALBERTO
BENITO - DABAR 1995, 13
PROPUESTA
DE CANTOS PARA ESTA SEMANA
ENTRADA: SIEMPRE ES NUEVO EL
AMOR
AMAR ES DARSE A TODOS LOS HERMANOS
UNIENDO NUESTRAS MANOS AL GOZO Y EL DOLOR
Y AL AMARNOS EL MUNDO SE RENUEVA
LA VIDA SIEMPRE ES NUEVA
SIEMPRE ES NUEVO EL AMOR.
Yo sé Señor, que
aunque hablara las lenguas del mundo,
aunque todos me
llamen Profeta,
si no puedo amar soy
sólo un rumor.
Yo sé, que sabiendo
las ciencias extrañas,
conociendo secretos
ocultos
seré poca cosa si no
tengo amor.
Yo sé Señor, que
aunque tenga una fe tan intensa,
que traslade montañas
y rocas,
de nada me sirve si
no tengo amor.
Yo sé, que aunque
queme mi cuerpo en las llamas,
aunque todo lo entregue
a los pobres,
si no puedo amar es
todo ilusión.
COLECTA: SI YO NO TENGO AMOR
SI YO NO TENGO AMOR,
YO NADA SOY, SEÑOR (2V).
El amor es
comprensivo, el amor es servicial,
el amor no tiene
envidia, el amor no busca el mal.
El amor nunca se
irrita, el amor no es descortés,
el amor no es
egoísta, el amor nunca es doblez.
El amor disculpa
todo, el amor es caridad;
no se alegra de lo
injusto, sólo goza en la verdad.
El amor soporto todo,
el amor todo lo cree,
el amor todo lo
espera, al amor siempre es fiel
DONES:
ESTO QUE TE DOY
Esto que te doy es
vino y pan Señor
Estoy que te doy es
mi trabajo
Es mi corazón mi
alma,
es mi cuerpo y mi
razón,
el esfuerzo de mi
caminar.
Esto que te doy que
te doy
mi vida es Señor
Es mi amor también es
mi dolor
es la ilusión, mi
sueños es mi gozo y mi llorar, es mi
canto y mi oración.
TOMA MI VIDA PONLA EN TU CORAZÓN
DAME TU MANO Y LLÉVAME
CAMBIA MI PAN EN TU CARNE
Y MI VINO EN TU SANGRE
Y A MI SEÑOR RENUÉVAME
LÍMPIAME Y SÁLVAME.
Esto que te doy no
solo yo Señor
Esta voz también es
de mi hermano
Es la unión, la paz,
y el orden
La armonía y
felicidad
Es un canto en
comunidad
COMUNION: FELICES SON LOS POBRES
Felices son los pobres, los que todo lo
han dejado,
porque es de ellos el Reino de los cielos.
Felices los que lloran al ver a sus
hermanos,
porque encontrarán consuelo a su tristeza.
FELICES SEREMOS SI VAMOS POR LAS
SENDAS,
SIGUIENDO
TÚ SOMBRA AL CAMINAR;
FELICES
SEREMOS SEÑOR.
Felices los que firmes, superan las
desdichas,
porque encontrarán el premio de su
firmeza.
Felices los que buscan y luchan por la
paz,
porque están forjando la tierra para
todos.
Felices los que miran
con limpio corazón,
porque encontrarán el
rostro del Dios vivo.
Felices los que
tienen sed y hambre de justicia,
porque se verán
satisfechos para siempre.
Felices los que viven
con amplio corazón
porque alcanzaran la
gran misericordia.
Felices Dios persigue
a luchar por la
justicia, Porque vais
creando un mundo
lindo y bueno
SALIDA: BIENAVENTURADOS
Bienaventurados los
hombres inquietos
que nunca se venden a una situación
Bienaventurados los hombres
sencillos,
ajenos al ruido de la
ostentación.
BIENAVENTURADOS ES
QUIEN VIVE CONTRA CORRIENTE
Y SALE AL PASO A LA GENTE
SI LA GENTE EN ERROR
Bienaventurados los hombres
sinceros
contiene su vida
conciencia y verdad
Bienaventurados los
hombres cansados
de andar por los días
sin ningún ideal
Bienaventurados los
hombres
que pierden dinero y
honores por no claudicar
Bienaventurados los
hombres
que viven buscando el
sentido de su libertad
BIENAVENTURADOS ES
AQUEL QUE PIDE OPINIONES
Y JUZGA LAS SITUACIONES
SIN PREJUICIO
Y SIN PASIÓN.
Bienaventurados los
hombres sin brillo
en torno a su vida no
hay expectación
Bienaventurados los
hombres que callan
y solo en sus obras
nos dan su opinión