jueves, 9 de junio de 2022

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO SANTISIMA TRINIDAD CICLO C - 12 JUNIO 2022

 

UN SOLO DIOS EN TRES PERSONAS: EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPÍRITU SANTO.


COMENTARIO

 La Iglesia dedica el siguiente domingo después de Pentecostés a la celebración del día de la Santísima Trinidad. Un misterio es todo aquello que no podemos entender con la razón. Es algo que sólo podemos comprender cuando Dios nos lo revela. El misterio de la Santísima Trinidad -Un sólo Dios en tres Personas distintas-, es el misterio central de la fe y de la vida cristiana, pues es el misterio de Dios en Sí mismo.

Aunque es un dogma difícil de entender, fue el primero que entendieron los Apóstoles. Después de la Resurrección, comprendieron que Jesús era el Salvador enviado por el Padre. Y, cuando experimentaron la acción del Espíritu Santo dentro de sus corazones en Pentecostés, comprendieron que el único Dios era Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Los católicos creemos que la Trinidad es Una. No creemos en tres dioses, sino en un sólo Dios en tres Personas distintas. No es que Dios esté dividido en tres, pues cada una de las tres Personas es enteramente Dios. Padre, Hijo y Espíritu Santo tienen la misma naturaleza, la misma divinidad, la misma eternidad, el mismo poder, la misma perfección; son un sólo Dios. Además, sabemos que cada una de las Personas de la Santísima Trinidad está totalmente contenida en las otras dos, pues hay una comunión perfecta entre ellas.

Con todo, las personas de la Santísima Trinidad son distintas entre sí, dada la diversidad de su misión: Dios Hijo-por quien son todas las cosas- es enviado por Dios Padre, es nuestro Salvador. Dios Espíritu Santo-en quien son todas las cosas- es el enviado por el Padre y por el Hijo, es nuestro Santificador.

Lo vemos claramente en la Creación, en la Encarnación y en Pentecostés. En la Creación, Dios Padre está como principio de todo lo que existe. En la Encarnación, Dios se encarna, por amor a nosotros, en Jesús, para liberarnos del pecado y llevarnos a la vida eterna. En Pentecostés, el Padre y el Hijo se hacen presentes en la vida del hombre en la Persona del Espíritu santo, cuya misión es santificarnos, iluminándonos y ayudándonos con sus dones a alcanzar la vida eterna.

Para explicar este gran misterio, existen ciertos símbolos que son entendibles a nuestra razón: La Santísima Trinidad es simbolizada como un triángulo. Cada uno de los vértices es parte del mismo triángulo y sin embargo cada uno es distinto.

También podemos simbolizar a la Santísima Trinidad como una vela encendida: La vela en sí misma simboliza al Padre, la cera que escurre es el Hijo, que procede del Padre y la llama encendida es el Espíritu Santo. Los tres son "vela", pero son distintos entre sí.

Hay quienes simbolizan a la Santísima Trinidad en forma de trébol. Cada una de las hojas es "trébol" pero son distintas entre sí.

Algunas personas argumentan que no es verdad porque no podemos entender el misterio de la Santísima Trinidad a través de la razón. Esto es cierto, no podemos entenderlo con la sola razón, necesitamos de la fe ya que se trata de un misterio. Es un misterio hermoso en el que Dios nos envía a su Hijo para salvarnos.

R.P. Roland Vicente Castro Juárez

 

ANTIFONA DE ENTRADA  

Bendito sea Dios Padre y el Hijo unigénito de Dios y el Espíritu Santo,  porque ha tenido misericordia de nosotros.

 

ORACION COLECTA

Dios Padre, que, al enviar al mundo la Palabra de la verdad y el  Espíritu de la santificación, revelaste a los hombres tu admirable  misterio, concédenos, al profesar la fe verdadera, reconocer la gloria  de la eterna Trinidad y adorar la unidad en su poder y grandeza. Por  nuestro Señor Jesucristo

 

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Proverbios 8, 22-31

Así dice la sabiduría de Dios: «El Señor me estableció al principio de sus tareas, al comienzo de sus obras más antiguas. Desde la eternidad fui formada, desde el principio, antes del origen de la tierra. Antes de los abismos fui engendrada, antes de los manantiales de las aguas.

Todavía no estaban asentados los montes, antes de las montañas fui  engendrada. No había hecho aún la tierra y la hierba, ni los primeros  terrones del orbe. Cuando colocaba los cielos, allí estaba yo; cuando  trazaba la bóveda sobre la faz del abismo; cuando sujetaba el cielo  en la altura, y fijaba las fuentes abismales. Cuando ponía un límite  al mar, cuyas aguas no desbordan sus orillas; cuando asentaba los  cimientos de la tierra, yo estaba junto a él, como aprendiz, yo era su  encanto cotidiano, todo el tiempo jugaba en su presencia: jugaba  con la esfera de la tierra, gozaba con los hijos de los hombres».

 

SALMO RESPONSORIAL (08)

 

Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!.

 

Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado, ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el  ser humano para darle poder?. R.

 

Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y  dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos. R.

 

Todo lo sometiste bajo sus pies: rebaños de ovejas y toros, y hasta las  bestias del campo, las aves del cielo, los peces del mar, que trazan  sendas por el mar. R.

 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 1-5

Hermanos: Ya que hemos recibido la justificación por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos obtenido mediante la fe el acceso a esta gracia en que estamos; y  por él nos gloriamos, apoyados en la esperanza de alcanzar la gloria  de Dios. Más aún, nos gloriamos hasta de las mismas tribulaciones,

sabiendo que la tribulación produce constancia, la constancia, virtud  probada, la virtud, esperanza, y la esperanza no defrauda, porque  el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el  Espíritu Santo que se nos ha dado.

 

ACLAMACION ANTES DEL  EVANGELIO  Ap 1, 8

Aleluya. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, al Dios que es, que era y que viene. Aleluya.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Juan 16, 12-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Muchas cosas me  quedan por decirles, pero ustedes no las pueden comprender por

ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, los guiará hasta la  verdad plena. Pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo  que oiga y les comunicará lo que está por venir. Él me glorificará,  porque recibirá de lo mío y se lo comunicará a ustedes. Todo lo que  es del Padre es mío. Por eso les he dicho que tomará de lo mío y se  lo anunciará a ustedes».

 

PLEGARIA UNIVERSAL

Hermanos, oremos a Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, que con  su sabiduría ha creado todas las cosas y por su infinita misericordia  nos ha redimido. Digamos juntos: R. Escúchanos, Señor.

 

1.- Por el Papa y por la Iglesia extendida por toda la tierra: que den testimonio de Dios, quien vela por las criaturas, obras de sus  manos. Oremos. R.

 

2.- Por los gobernantes de las naciones y los que tienen poder en  nuestra sociedad: que con libertad y espíritu de justicia promuevan

la paz, la convivencia y el bienestar de todos. Oremos. R.

 

3.- Por los que sufren en el alma o en el cuerpo: los más pobres, los  excluidos, los que viven solos, para que la esperanza los mantenga  fuertes en la fe y experimenten el gozo del Espíritu. Oremos. R.

 

4.- Por los cristianos: para que seamos vínculo de unidad y de amor  al ejemplo de la Santísima Trinidad. Oremos. R.

 

5.- Por nosotros y los que celebran el memorial de la muerte y  resurrección del Señor: para que glorifiquemos a Dios con nuestra  vida. Oremos. R.

 

Padre, acoge las oraciones que te hemos presentado, danos tu  Espíritu Santo para que él nos conduzca a la verdad plena y seamos  testigos ante el mundo de tu amor hacia todas tus criaturas. Por  Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Por la invocación de tu nombre, santifica, Señor y Dios nuestro, estos  dones de nuestra docilidad y transfórmanos, por ellos, en ofrenda  permanente. Por Jesucristo, nuestro Señor

 

ANTIFONA DE COMUNION     Ga 4, 6

Como son hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu de su Hijo, que aclama: «Abbá, Padre».

 

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Señor y Dios nuestro, que la recepción de este sacramento y la profesión de fe en la santa y eterna Trinidad y en su unidad  indivisible, nos aprovechen para la salvación del alma y del cuerpo.  Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA;

Lunes 13: Re 21, 1-16, Sal 5; Mt  5, 38, 42.

Martes  14:  Re 21, 17-29; Sal 50; Mt 5, 43-48.

Miércoles 15: Re 2, 1.6-14; Sal  30; Mt 6, 1-6.16-18.

Jueves 16: Ecl 48, 1-15; Sal 96; Mt 6, 7-15.

Viernes  17: Re 11, 1-4.9-18.20; Sal  131; Mt 6, 19-23.

Sábado 18:  Cro 24, 17-25; Sal 88;  Mt 6, 24-34.

Domingo 19:  Gn 14, 18-20; Sal 109; Cor 11, 23-26;  Lc 9, 11b-17.

 

COMENTARIOS AL EVANGELIO
Jn 16, 12-15

 

1.- Texto. Los discípulos no comprenderían ahora lo que Jesús tendría aún que decirles (v. 12). El Espíritu será guía de la verdad plena porque no lo hará por cuenta propia sino en calidad de portavoz e intérprete de Jesús (vs. 13-14) y, en definitiva, del Padre (v. 15). J/VERDAD VERDAD/J: Sentido del texto. Es importante empezar notando que el texto opera con la identificación Jesús-verdad. La verdad no es pues un concepto o una categoría sino una persona. La verdad plena es la comprensión más profunda de Jesús y de su mensaje. Pleno, pues, no en sentido de totalidad cerrada sino en sentido de más profundo. El conocimiento de una persona no se hace ni se agota una vez por todas: se va haciendo continuamente, diariamente. Facilitar este conocimiento es la tarea y la función del Espíritu: El irá llevando al grupo cristiano a un conocimiento cada vez más hondo de Jesús. Este conocimiento es el contenido de la expresión del v. 12: "muchas cosas me quedan por deciros".

"Comunicar lo que está por venir" (v. 13) significa hacer ver a las generaciones venideras el significado que para ellas posee lo que Jesús hizo y enseñó. La mejor preparación cristiana para el porvenir no es una previsión exacta del futuro sino un conocimiento profundo de lo que Jesús significa para cada época. Hay mucho terreno inexplorado en la verdad de Jesús, es decir, en su persona, que sólo puede ser conocido a medida que la experiencia coloca a la comunidad delante de nuevos hechos o circunstancias. Los cristianos deberán saber estar abiertos, por una parte, a la vida y a la historia y, por otra, a la voz del Espíritu que se la interpreta.

El Espíritu, posibilitando un mayor conocimiento de lo que Jesús significa para cada época, glorifica a Jesús es decir, manifiesta quién es, sus enormes posibilidades de vida, de amor, de fuerza transformadora para nuestro mundo. Y, en última instancia, manifiesta al fascinante, maravilloso y sorprendente Dios de Jesús, al Padre.

DABAR 1980, 32

 


 

2.- Es cierto que Jesús ha presentado a sus discípulos la verdad de todo lo que él oye (15, 15). Pero los próximos al Jesús histórico no han llegado a captar el alcance de lo dicho. Sobre todo por lo que se refiere al fracaso de la pasión, cf. 19, 17; Lc 11, 46; 14, 27; Gál 6, 2.5). Tal vez haya que reconocer simplemente que la comprensión progresiva del evangelio es parte del querer de Dios sobre los hombres. En la fe es preciso andar sin parar, pero sin prisas.

Uno de los cometidos del Espíritu es llevar a los discípulos hasta el conocimiento pleno de Jesús. Del mismo modo que Jesús remite a su Padre (7, 17-18; 12, 49), el Espíritu remite al Hijo. Lo que en otras palabras quiere decir: la única revelación posible es el Hijo. O, dicho de otro modo: la única forma de acceso a Dios es la persona de Jesús. Cuando en la vida del cristiano esto deja de ser teoría se convierte en algo con una temible capacidad de transformación.

Esta es una expresión que indica cómo los tiempos completos, el fin último de todas las cosas, se realizará según el modelo que es el mismo Cristo.

Que el Espíritu glorifica a Cristo es realidad en la medida en que conduce a los discípulos progresivamente al conocimiento de la realidad que se manifiesta en él; y, al mismo tiempo, acaba su obra, que era la de glorificar o manifestar al Padre. Así la obra de revelación aparece coherente en lo que llamamos misterio trinitario. Una visión que solamente es comprensible desde dentro, desde presupuestos de fe.

EUCARISTÍA 1977, 27

 


 

3.- No obstante, la profundidad y la cantidad de las palabras de Jesús a sus discípulos, cuando tiene que irse todavía les queda a éstos mucho que aprender. El mismo evangelista Juan nos dice que los discípulos de Jesús llegaron a comprender algunas palabras del Maestro tan sólo después de su muerte y resurrección (2, 22: cfr. 12, 16; Lc. 24, 25-27). Pero aparte aquellas palabras de Jesús referentes a su muerte y resurrección y cuyo alcance no podían medir sus discípulos hasta después de los acontecimientos y bajo la nueva luz pascual, debemos afirmar que la profundización en el conocimiento de la persona, del mensaje y de la obra del Maestro sería posible únicamente bajo el influjo del Espíritu Santo. Fruto de esa comprensión interior son las cartas de Pablo, la Epístola a los Hebreos y el mismo Evangelio según San Juan.

Jesús es la misma Verdad o Palabra de Dios. Y el Espíritu Santo es el espíritu de Cristo, el que Cristo envía desde el Padre; por lo tanto, el Espíritu de la Verdad. De ahí que esta Verdad sólo pueden comprenderla plenamente los que reciben su Espíritu.

El Espíritu no enseñará nuevas verdades, sino que conducirá al pleno conocimiento de la Verdad. Será un Espíritu para recordar lo que el Padre reveló de una vez por todas en Cristo, que es su Palabra; será también un Espíritu para anunciar lo que aún está por ver, la manifestación de Jesús cuando vuelva sobre las nubes del cielo.

Lo mismo que Jesús glorificó al Padre dando a conocer a los hombres lo que él había recibido del Padre, así el Espíritu glorificará a Cristo conduciendo a los hombres al pleno conocimiento de la Verdad y comunicándoles lo que él recibe de Cristo.

EUCARISTÍA 1974, 34

 


 

4.- El evangelio de hoy es un fragmento del discurso de despedida de Jesús en la última Cena. El tiempo es breve para Jesús y tiene aún muchas cosas que comunicar a los suyos. Por eso, al no poder ahora decirlo todo, habla del Espíritu de la Verdad, el Defensor (Paráclito), diciendo que será él quien les hará conocer todo lo que les enseñó Jesús. No les dirá cosas distintas o referentes a otras verdades no explicadas por Jesús. La función del Espíritu será ir iluminando las palabras de Jesús, las mismas que él dijo a los discípulos. Estando Jesús ausente corporalmente, su Espíritu permanece en medio de los suyos, y les va recordando y aclarando el sentido de sus enseñanzas.

El Espíritu se va a convertir, por tanto, en el Maestro que enseña en los corazones de los discípulos todo lo que salió de la enseñanza de Cristo, y siempre les hará ver más clara la esperanza en el futuro y en la recompensa.

El Espíritu ayudará a descubrir la gloria de Jesús haciendo descubrir todo lo que Jesús dijo e hizo por los hombres. Jesús glorificó al Padre revelando el Padre a los hombres (Jn 17, 4), el Paráclito glorifica a Jesús revelándolo a los hombres.

Todo lo que es del Padre es de Jesús. El mismo misterio del Padre relacionado con el Hijo es lo que el Espíritu anunciará mostrando en realidad quién es Jesús, cuál es su dignidad, cuál la misión que ha tenido, qué gloria va a compartir con todos nosotros.

J. M. VERNET - MISA DOMINICAL 1983, 11

 


 

5. ES/MISION

En el evangelio de Juan, Jesús es el revelador del Padre, el que explica y muestra quién es y cómo es este Dios, a quien nadie ha visto nunca. Ahora, en el interior del discurso de despedida, Jesús dice a los discípulos que todavía les debe decir más cosas, pero que no las podrían soportar. Probablemente se refiere a su pasión, muerte y resurrección, sólo comprensibles con la luz del Espíritu de verdad.

El Espíritu es quien conducirá a los discípulos hacia el conocimiento de la verdad plena. Jesús ha sido el testimonio de la verdad. El Espíritu continúa su obra en la comunidad de discípulos de Jesús. No revelará nada nuevo, pero guiará hacia la verdad entera, es decir, conducirá a los discípulos hacia Jesús, que es la verdad del Padre.

Así como Jesús no hablaba por su cuenta, sino que decía lo que había oído al Padre, también el Espíritu de Jesús "hablará de lo que oye". "Y os comunicará lo que está por venir": más que entender el Espíritu como un futurólogo, se trata seguramente de ver en el Espíritu a aquel que, en cada momento de la historia, suscita en los discípulos la capacidad de vivir en concreto y de acuerdo con las circunstancias de la misma vida de Jesús.

El Espíritu da gloria a Jesús porque comunica la vida de Jesús, igual como Jesús daba gloria al Padre al comunicar su vida a los discípulos. La consecuencia es clara: los discípulos de Jesús dan gloria a Dios si anuncian, comunican y hacen participar a los demás de la vida que Jesús les ha dado, la misma vida de Dios.

J. M. GRANE - MISA DOMINICAL 1992, 8

 


 

6.- Texto. Está entresacado de la conversación de Jesús con sus discípulos poco antes de partir para el Padre. El primer versículo pone expresamente de manifiesto el carácter inconcluso de la revelación de Jesús durante el período de su vida terrestre: hay muchas cosas con las que los discípulos de entonces no podían cargar. Las palabras miran hacia el futuro de la comunidad creyente, un futuro que se prevé difícil, como lo sugiere el propio verbo empleado ("cargar"), tras el que late la imagen del acarreo de cargas pesadas. Puesto que la perspectiva es el futuro de la comunidad creyente, resulta inútil cavilar sobre qué es lo que Jesús no podía decir todavía a sus discípulos. La frase se refiere a situaciones comunitarias posteriores, obviamente imprevistas en el presente de los discípulos con Jesús.

Lo verdaderamente importante y decisivo es la presencia del Espíritu en el futuro de la comunidad, una presencia que le abrirá a ésta la posibilidad de entender su situación existencial a la luz de las palabras de Jesús.

VERDAD/RV: Al Espíritu se le designa como "Espíritu de la verdad". Función suya, entre otras formuladas en otros textos, es guiar a la comunidad creyente hacia la totalidad de la verdad. La verdad de la que aquí se habla es la revelación que promete la vida y que ha traído Jesús. Se trata de la penetración profunda en el contenido de la revelación y simultáneamente de su aplicación al comportamiento de la comunidad en medio del mundo. En comparación con otras funciones que se le asignan al Espíritu en el cuarto evangelio, ésta es la que cobra mayor relieve en la experiencia cristiana.

El Espíritu no oscurece la posición reveladora de Jesús. La función de guía del Espíritu está en conexión con Jesús, al igual que Jesús lo está con el Padre. La comunicación de lo que está por venir no debe entenderse como algo completamente nuevo más allá de la revelación de Jesús, algo así como la manifestación de sucesos futuros. "Hablar de lo oído y comunicar lo que está por venir" son, en realidad, expresiones mutuamente complementarias. El Espíritu no anuncia nada nuevo, sino que abre el mensaje mismo de Jesús a las nuevas y cambiantes situaciones de la comunidad, de forma que ese mensaje vaya adquiriendo su sentido siempre actual. La guía del Espíritu saca a la luz del día a día cambiante las insospechadas e insondables virtualidades de la revelación del Padre traída por Jesús. Lo que está por venir no son sucesos futuros, sino la actualización de la definitiva revelación que Jesús hizo del Padre, revelación que en este texto y en el resto del cuarto evangelio recibe el nombre de "la verdad".

Comentario. La liturgia del día nos invita a centrar nuestra atención en Dios. ¿Cómo hacerlo? Los caminos son punto de partida en análisis de carencias y necesidades humanas tiene graves y, tal vez, insalvables inconvenientes, el único camino con garantía absoluta es Jesús.

Acercándonos a Jesús empezamos descubriendo en él una personalidad humana extraordinaria: su actitud, sus palabras, sus gestos, sus acciones así lo confirman. Jesús despierta simpatía y confianza aun sin haberle visto. J/PADRE: Pero poco a poco este descubrimiento inicial se nos queda corto. La persona de Jesús, en efecto, nos abre horizontes y honduras que trascienden lo humano. A través de Jesús y en Jesús Alguien demuestra una total y absoluta realidad, no obstante, su invisibilidad. Alguien está ahí y es. No sabiendo cómo llamarle, le llamamos Dios. Jesús no le llama: está en El y vive con El, en cercanía y familiaridad humanamente inexplicables.

Llega un momento en que el trato con Jesús y el conocimiento de él nos llevan a la certeza total de Dios, aunque no acertemos a explicar su realidad. Lo que sí es cierto es que, a través de Jesús, Dios adquiere unos perfiles bien delimitados, que explican y dan respuesta a nuestras más hondas aspiraciones. Gracias a Jesús estamos absolutamente seguros de que nosotros no llegamos a Dios a partir de nosotros mismos, sino que nosotros adquirimos explicación a partir de Dios y que, por eso, nuestra vida tiene sentido.

ALBERTO BENITO - DABAR 1992, 33

 


 

SIGNIFICADO DE SANTÍSIMA TRINIDAD

La Santísima Trinidad es el dogma fundamental del cristianismo. Consiste en la creencia de que Dios es uno y trino, es decir, es una unidad conformada por tres personas divinas relacionadas entre sí: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. A este principio de comunión de tres personas en un solo Dios se le conoce también como hipóstasis.

El catecismo de la Iglesia Católica lo define de la siguiente manera:

La Trinidad es una. No confesamos tres dioses sino un solo Dios en tres personas: "la Trinidad consubstancial"... Las personas divinas no se reparten la única divinidad, sino que cada una de ellas es enteramente Dios: "El Padre es lo mismo que es el Hijo, el Hijo lo mismo que es el Padre, el Padre y el Hijo lo mismo que el Espíritu Santo, es decir, un solo Dios por naturaleza".

De acuerdo con las diferentes confesiones del cristianismo, la Santísima Trinidad se ha manifestado a través del Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. Pero la plena revelación del misterio de la Santísima Trinidad se le atribuye al mismo Jesús, tanto a juzgar por su relación manifiesta con Dios, a quien llamaba “Padre”, como por medio de su testimonio y sus enseñanzas.

En el marco del dogma, el Dios Padre es el creador de la vida en todas sus formas y manifestaciones. Jesús es el Hijo único de Dios, quien procede de su misma naturaleza y acepta encarnarse en la Humanidad para dar cumplimiento a los designios del Padre. Por último, el Espíritu Santo, que proviene de ambos, es el que infunde la vida e inspira acciones y palabras de bien en los corazones.

 

Fundamentos bíblicos

La creencia en la Santísima Trinidad descansa en la interpretación o exégesis de diversos libros de la Biblia. Sirvan los siguientes ejemplos para ilustrar esta cuestión:

En el libro del Génesis, el narrador pone la voz de Dios en la primera persona del plural en más de una ocasión. Por ejemplo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza...” (Gn 1, 26).

A lo largo de los evangelios, estas interpretaciones adquieren más forma, gracias a las palabras de Jesús. Por ejemplo: “Felipe le dijo: «Señor, muéstranos al Padre, y eso nos basta.» Jesús le respondió: «Hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces, Felipe? El que me ve a mí ve al Padre. ¿Cómo es que dices: ¿Muéstranos al Padre?” (Jn 14, 8-9).

Otro ejemplo que podemos registrar está en el evangelio de Mateo: “Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 18, 19).

El evangelista San Juan reflexionó abundantemente sobre este asunto, dejando sentadas las bases de la teología trinitaria. Eso es visible en el primer capítulo de su evangelio: “Nadie ha visto a Dios jamás, pero Dios-Hijo único nos lo dio a conocer; él está en el seno del Padre y nos lo dio a conocer.” (Jn 1, 18). Lo propio fue hecho también por el apóstol Pablo en las cartas pastorales que dirigió a sus comunidades: “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (Col. 2, 9).

 

Los concilios

El dogma de la Santísima Trinidad es un concepto que pretende definir la naturaleza del Dios de los cristianos. Esta preocupación no estaba formulada de esta manera antes de la romanización de la Iglesia, pues en tiempos de la persecución, los cristianos se concentraban en reflexionar sobre la misión de Jesús.

El tema se volvió un debate central tras la institucionalización de la Iglesia. Así, el concilio de Nicea (año 325), promovido por Constantino, jefe del imperio Bizantino, se ocupó de definir la naturaleza del Hijo respecto del Padre. Luego, el concilio de Constantinopla (año 381) reconoció al Espíritu Santo y, finalmente, el concilio de Calcedonia (año 451) lo ratificó. Así, se dio forma definitiva a la oración doctrinal de la Iglesia por excelencia: el credo.

Sin embargo, la cuestión no fue por ello un debate acabado. Son célebres las indagaciones de San Agustín de Hipona o Santo Tomás de Aquino sobre este dogma. Empero, el cristianismo sigue teniendo por base la formulación nacida de los primeros concilios.

 

PROPUESTA DE CANTOS SANTISIMA TRINIDAD

 

01.- DIOS TRINO (Entrada)

EN NOMBRE DEL PADRE, EN NOMBRE DEL HIJO,

EN NOMBRE DEL SANTO ESPÍRITU, ESTAMOS AQUÍ (BIS).

 

Para alabar y agradecer,

bendecir y adorar, estamos aquí a tu disposición.

Para alabar y agradecer,

bendecir y adorar, estamos aquí Señor Dios Trino de amor.

 

 

02.- EN EL NOMBRE DE DIOS (Néstor Gallego) (Entrada)

1. Aquí estamos Señor en tu casa otra vez

que alegría volverte a encontrar,

vamos a compartir y expresar nuestra fe

como hermanos en torno al Altar.

 

EN EL NOMBRE DE DIOS VAMOS A CELEBRAR

EL MISTERIO DE LA SALVACIÓN, _

EL SEÑOR NOS DARÁ SU PALABRA Y SU PAN

ES LA FIESTA DEL PUEBLO DE DIOS.

 

2. Partiremos tu Pan, signo de comunión

beberemos tu vino de amor

y a la vez sellarás con nosotros Señor

una Alianza que viene de Dios.

 

3. Nos amaste Señor como nadie jamás

nos da fuerza tu fidelidad

en la Mesa de Dios hoy nos transformarás

en fermento de comunidad.

 

03.- ALABEMOS AL SEÑOR (Joaquín Madurga) (Entrada)

ALABEMOS AL SEÑOR

PORQUE SU AMOR NO TIENE FIN,

ALABEMOS AL SEÑOR

DEL UNO AL OTRO CONFÍN.

 

1. Grande es Dios

en la creación del universo

Grande en las estrellas y el sol

del firmamento.

 

2. Bueno es Dios

en la redención de lo creado

Bueno Cristo muerto en la cruz

Y resucitado.

 

3. Santo es Dios

santificador de lo creado,

Santo es Espíritu de Dios

Que nos ha dado.

 

04.- EN TORNO A TU MESA (A. Sanchez) (Dones)

En torno a tu mesa, Señor, te ofrecemos

toda nuestra vida, el vino y el pan.

Son para nosotros, tu Cuerpo y tu Sangre,

promesas de Vida, Luz y Libertad.

 

SEÑOR, EL PAN QUE NOS DAS

BORRA NUESTRAS MISERIAS.

SEÑOR, TU COPA SERÁ SANGRE DE VIDA ETERNA.

SEÑOR, SABEMOS QUE TÚ TE DAS SIN CONDICIONES.

DANOS TU ESPÍRITU Y HAZ

DE CARNE LOS CORAZONES, SEÑOR.

 

Tu Espíritu inflama de amor nuestras vidas.

Nos sigues llamando; Señor, ¿dónde estás?

Mas Tú nos respondes: "Me encuentras amando".

Queremos sentirte nuestro Salvador.

 

05.- LLEVEMOS AL SEÑOR (Dones)

1. Llevemos al Señor

el vino y el pan.

Llevemos al altar

la viña, el trigal.

 

EL SEÑOR NOS DARÁ

ÉL NOS DARÁ SU AMISTAD.

[BIS TODO]

 

2. Llevemos al Señor

pureza y amor.

Llevemos al altar

justicia, hermandad.

 

3. Llevemos al Señor

trabajo y dolor.

Llevemos al altar

ofrendas de paz.

 

06.- TE PRESENTAMOS EL VINO Y EL PAN (Dones)

TE PRESENTAMOS EL VINO Y EL PAN

BENDITO SEAS POR SIEMPRE SEÑOR

 

Bendito seas señor

Por este pan que nos diste

Fruto de la tierra y del trabajo de los hombres

 

Bendito seas señor

El vino tú nos lo diste

Fruto de la tierra y del trabajo de los hombres

 

07.- SEÑOR, DIOS NUESTRO (Salmo 8)(Palazon) (Comunion)

SEÑOR, DIOS NUESTRO,

QUE ADMIRABLE ES TU NOMBRE

EN TODA LA TIERRA,

EN TODA LA TIERRA.

 

Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,

la luna y las estrellas que has creado:

que es el hombre para que te acuerdes de él,

el ser humano para darle poder.

Que es el hombre para que te acuerdes de él,

el ser humano para darle poder.

 

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,

lo coronaste de gloria y dignidad,

le diste el mando sobre las obras de tus manos,

todo lo sometiste bajo sus pies.

 

Rebaños de ovejas y toros,

y hasta las bestias del campo,

las aves del cielo, los peces del mar,

todo lo sometiste bajo sus pies.

 

08.- YO CREO EN DIOS QUE CANTA (Comunion)

SOL              RE               DO    RE  SOL

YO CREO EN DIOS QUE CANTA,

                             RE         SOL

QUE LA VIDA HACE CANTAR.  (BIS).

 

 

SOL                                    RE

Creo en Dios que canta

                     DO                 RE

y que tu vida hace cantar;

     DO                  RE                         SOL       RE

la dicha y el amor son regalos que nos da.

Es como la fuente

que canta en tu interior,

y te impulsa a beber, la vida que Él te da.

 

Creo en Dios que es Padre y que Él se dice al cantar;

El hizo para ti, cantar la creación.

Nos invita a todos que la vida le cantemos;

sólo pensando en Él, brota sola una canción.

 

Creo en Jesucristo que es el canto de Dios Padre

y que, en el Evangelio, Él nos canta su amor.

Él hace cantar la vida de los hombres

y toda vida es, la gloria del Señor.

 

Creo en el Espíritu que canta en nuestro ser

haciendo de la vida, un canto celestial.

Creo que la Iglesia reúne nuestras voces

y nos enseña a todos, la música de Dios.

 

09.- DIOS ESTÁ AQUÍ (C. Erdozain) (Comunion)

DIOS ESTÁ AQUÍ, TAN CIERTO COMO EL AIRE QUE RESPIRO.

TAN CIERTO COMO LA MAÑANA SE LEVANTA.

TAN CIERTO COMO QUE ESTE CANTO

LO PUEDES OÍR.

(2 veces).

 

Lo puedes hallar a tu lado

en este mismo instante.

Lo puedes buscar

muy dentro de tu corazón.

Le puedes contar

ese problema que tienes.

Jesús está aquí y yo le quiero seguir.

 

Lo puedes oír,

moviéndose entre las montañas.

Lo puedes oír,

cantando con nosotros aquí.

Lo puedes llevar

cuando por el camino vayas.

Lo puedes guardar,

muy dentro de tu corazón.

 

10.- JESÚS ESTOY AQUÍ (Comunion)

Jesús, estoy aquí

Jesús, que esperas de mi

mis manos están vacías,

qué puedo ofrecerte

Sólo sé que quiero ser diferente.

 

Jesús, estoy aquí,

Jesús que esperas de mi

mis ojos temen al mirarte,

quisiera poder enfrentarte.

 

Amar como Tú amas,

sentir, como Tú sientes,

mirar a través de tus ojos... Jesús.

 

Contigo, mi camino es difícil,

me exiges abrir un nuevo horizonte

en la soledad de mi noche... Jesús.

 

No, no puedo abandonarte,

Jesús en mi penetraste,

me habitaste, triunfaste,

y hoy vives en mí.

 

11.- BENDIGAMOS AL SEÑOR, DIOS DE TODA LA CREACIÓN (Salida)

1. Bendigamos al Señor, Dios de toda la creación,

por habernos regalado su amor.

Su bondad y su perdón, y su gran fidelidad,

por los siglos de los siglos durarán.

 

EL ESPÍRITU DE DIOS HOY ESTÁ SOBRE MÍ.

ÉL ES QUIEN ME HA UNGIDO A PROCLAMAR

LA BUENA NUEVA A LOS MÁS POBRES,

LA GRACIA DE SU SALVACIÓN. [Bis Todo]

 

2. Enviado con poder, y en el nombre de Jesús,

a sanar a los enfermos del dolor,

a los ciegos dar visión, a los pobres la verdad,

y a los presos y oprimidos libertad.

 

3. Con la fuerza de su amor, y de la resurrección,

anunciamos: llega ya la salvación.

Que ni el miedo, ni el temor,

ni la duda, o la opresión,

borrarán la paz de nuestro corazón.

 

12.- ID POR EL MUNDO (C. Erdozain) (Salida)

 

ID POR EL MUNDO Y PROCLAMAD

LA BUENA NUEVA DEL SEÑOR

- DIOS ES AMOR LIBERACION

Y DE LOS HOMBRES SALVACION (2)

 

Ser misionero de Dios lleve a los hombres su voz

- Ser testigos del señor ser instrumentos de su amor [bis]

 

Cristo nos une en su altar. Él nos ofrece su pan.

- Su Palabra es verdad y su manjar fraternidad. [bis]

 

3. Somos la iglesia de Dios. Somos misterio de amor.

Somos pueblo en comunión. Somos testigos del Señor. [bis]

 

Estribillo alternativo:

Cristo nos une en su altar. Él es la vida y la verdad [bis]

Él es la paz, la libertad y de los hombres la hermandad

 

13.- SÓLO EL AMOR (Salida)

NADIE HAY TAN GRANDE COMO TÚ,

NADIE HAY, NADIE HAY. (bis todo)

¿QUIÉN HABRÁ QUE HAGA MARAVILLAS

¿COMO LAS QUE HACES TÚ? (bis todo)

 

1. No con la fuerza, ni la violencia,

es como el mundo cambiará. (bis todo)

Sólo el amor lo cambiará,

sólo el amor nos salvará. (bis todo)

 

2. No con las armas, ni con la guerra

es como el mundo cambiará. (bis todo)

Sólo el amor lo cambiará,

sólo el amor nos salvará. (bis todo)

 

3. No con los pactos, ni los discursos,

es como el mundo cambiará. (bis todo)

Sólo el amor lo cambiará,

sólo el amor nos salvará. (bis todo)

 

14.- SI ME FALTA EL AMOR

Aunque yo dominara las lenguas arcanas

y el lenguaje del cielo supiera expresar,

solamente sería una hueca campana

si me falta el amor.

 

SI ME FALTA EL AMOR, NO ME SIRVE DE NADA

SI ME FALTA EL AMOR, NADA SOY. / (2)

 

Aunque todos mis bienes dejase a los pobres

y mi cuerpo en el fuego quisiera inmolar,

todo aquello sería una inútil hazaña

si me falta el amor.

 

Aunque yo desvelase los grandes misterios

y mi fe las montañas pudiera mover,

no tendría valor, ni me sirve de nada

si me falta el amor.

 

15.- CREO SEÑOR (Salida)

YO CREO SEÑOR, YO CREO

PERO DA MAS FUERZA A MI FE (2)

 

Creo en ti Señor, mi padre

Creador de cielo y tierra

Creador de montes y mares

y de tantas cosas buenas

Creo en ti que hiciste al hombre

Según tu propia grandeza

Y sigues creando el mundo

En cada día que empieza

 

Creo en ti, Jesús hermano.

que redimes la miseria

de tantos cuerpos caídos

y de tantas almas muertas.

Creo en ti porque a tu lado

no cabe el explotador

y sólo al que tiene amor

le das tus manos abiertas.

 

Creo en ti. Oh Santo Espíritu,

que eres alma de la iglesia.

Creo en la paz y el perdón

y en la vida venidera.

Creo que marchamos todos

Buscando la misma meta,

y todos te encontraremos

en el cielo y en la tierra.