viernes, 28 de octubre de 2022

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO XXXI T.O. CICLO C - 30 OCTUBRE 2022

 

MIRAR COMO JESÚS

 


 

COMENTARIO

 

En este episodio de Zaque nos encontramos ante un festival de miradas. Zaqueo se sube a un árbol muy alto para ver a Jesús; Jesús levanta los ojos para ver a Zaqueo. Y al ver lo que pasa, la gente murmura. Todo Jericó despreciaba a Zaqueo y lo odiaba. ¡No sólo un publicano, sino un jefe de publícanos! Un individuo que se ha enriquecido oprimiendo a los demás. Jesús no mira como todo el mundo. Ve lo que nadie ve: un corazón extraordinariamente maduro para aquella conversión que a Lucas le gusta tanto describir. Se diría que el evangelio aumenta de pronto la velocidad: Zaqueo corre, se sube al árbol, Jesús le dice: “Baja enseguida”; él baja y sin respirar le hace su asombrosa declaración: “Voy a restituir con generosidad y a dar con más generosidad todavía”. Y Jesús dice: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa”. Nunca el hoy de Dios ha tomado las curvas con tanta velocidad.

En medio de esta alegre agitación, una frenada brutal y una nota estridente: “Al ver aquello, murmuraban todos: “¡Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador!”: lo más terrible es ese “todos”. No debo imaginarme que yo me escape tan fácilmente de la manera ordinaria de mirar. No es que sea algo forzosamente malo, pero si, que es forzosamente superficial. La gente no puede ver el corazón de un Zaqueo ni el corazón de Jesús. La gente cataloga: Zaqueo es un explorador, Jesús es un profeta; los extremos no deben mezclarse.

Pero los extremos se miraron con una mirada que rompe todas las apariciones “Tú, pensó Jesús, tú vales mucho más de lo que estás viviendo”. Y Zaqueo pensó: “Tú lo vas a trastornar todo y llegará el momento del gozo”. Despertar en mí el deseo de desprenderme de las murmuraciones de la gente. De la tele, de la radio, de los periódicos, del ambiente de trabajo, del ambiente parroquial y hasta del ambiente familiar. Hay que tenerlo en cuenta, desde luego, pero tomando decididamente las debidas distancias. Pensar en la mirada penetrante de Jesús, intentar ver a tal persona como él la habría visto, como él la ve. No todo son Zaqueos, pero los hay.

Antes de su encuentro con Jesús, Zaqueo es un fiel exponente del ansia por el dinero como algo arraigado en los humanos, caracterizada por el olfato y la habilidad para los negocios, pero en la que la talla humana brilla por su ausencia.

El Señor sigue pasando y sigue llamando, ante lo cual debería preguntarme: ¿Tengo yo unas ganas tan locas de mirarte? ¿Señor y de dejar que tú me mires? Me juzgas los demás, me juzgo yo a mí mismo, pero en este momento ¿cómo me ves tú? ¿Qué cambio esperas de mí? ¿Qué Zaqueo soy yo para ti?

R.P. Roland Vicente Castro Juárez

 

ANTIFONA DE ENTRADA  Sal 37, 22-23

No me abandones, Señor; Dios mío, no te quedes lejos; ven aprisa a socorrerme, Señor, mi salvación.

 

ORACION COLECTA

Dios de poder y misericordia, de quien procede el que tus fieles te sirvan digna y meritoriamente, concédenos avanzar sin obstáculos hacia los bienes que nos prometes. Por Nuestro Señor Jesucristo.

 

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de la Sabiduría 11, 22—12, 2.

Señor, el mundo entero es ante ti como grano de arena en la balanza, como gota de rocío mañanero que cae sobre la tierra.

Pero te compadeces de todos, porque todo lo puedes, cierras los ojos a los pecados de los hombres, para que se arrepientan.

Amas a todos los seres y no odias nada de lo que has hecho; si hubieras odiado alguna cosa, no la habrías creado.

Y ¿cómo subsistirían las cosas, si tú no lo hubieses querido?. ¿Cómo conservarían su existencia, si tú no las hubieses llamado?.

Pero a todos perdonas, porque son tuyos, Señor, amigo de la vida.  Todos llevan tu soplo incorruptible.  Por eso, corriges poco a poco a los que caen, les recuerdas su pecado y los  reprendes, para que se conviertan y crean en ti, Señor.

 

SALMO RESPONSORIAL (144)

 

Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.

 

Te ensalzaré, Dios mío, mi rey; bendeciré tu nombre por siempre jamás. Día tras  día, te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás. R.

 

El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es  bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. R.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que  proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R.

 

El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones. El Señor sostiene a

los que van a caer, endereza a los que ya se doblan. R.

 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 1, 11 - 2,2.

Hermanos: Pedimos continuamente a Dios que se considere dignos de su vocación, para  que con su fuerza les permita cumplir buenos deseos y la tarea de la fe; para que así Jesús, nuestro Señor, sea glorificado en ustedes, y ustedes en él, según la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.

Les rogamos, hermanos, a propósito de la venida de nuestro Señor Jesucristo y de  nuestra reunión con él, que no pierdan fácilmente la cabeza ni se alarmen por  supuestas revelaciones, dichos o cartas nuestras, como si afirmásemos que el día del

Señor está encima.

 

ACLAMACION ANTES DEL  EVANGELIO Jn 3, 16

Aleluya. Tanto amo Dios al mundo que entrego a su Hijo único: todo el que cree en él tiene vida eterna. Aleluya.

 

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 19, 1-10.

En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad.

Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién

era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí.

Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo:  «Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.».

É1 bajó en seguida y lo recibió muy contento.  Al ver esto, todos murmuraban, diciendo:  «Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador.».

Pero Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor:  «Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he  aprovechado, le restituiré cuatro veces más.».

Jesús le contestó: «Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.».

 

PLEGARIA UNIVERSAL

Invoquemos a Dios, que se compadece de los hombres y nos ama con misericordia infinita, y digamos: Escúchanos, Señor.

 

1.- Por el Papa y toda la Iglesia: para que respondamos a la tarea encomendada con amor, alegría y valentía. Oremos. R.

 

2.- Por los que gobiernan las naciones: para que no miren el bien de unos pocos, sino que busquen el bien de todos, para lograr así una paz duradera. Oremos. R.

 

3.- Para que, al igual que Zaqueo, nos dejemos convertir por el Señor, para servirle en nuestros hermanos. Oremos. R.

 

4.- Para que nos sintamos felices de la vocación que hemos recibido y la vivamos con generosidad y sacrificio. Oremos. R.

 

5.- Por los más pobres y marginados: para que en sus hermanos vean el rostro misericordioso de Dios. Oremos. R.

 

6.- Para que nos dejemos convertir por el Señor y hagamos de nuestra vida pan partido para la vida de los demás. Oremos. R.

 

Escucha, Padre a tus hijos que confían en tu misericordia, compadécete de sus limitaciones y no dejes que ninguno se aparte de ti. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Que este sacrificio, Señor, sea para ti una ofrenda pura y para nosotros, una efusión santa de tu misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

ANTIFONA DE COMUNION   Sal 15, 11

Me enseñaras el sendero de la vida, me saciaras de gozo en tu presencia, Señor.

 

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Te pedimos, Señor, que aumente en nosotros la acción de tu poder, para que, alimentados con estos sacramentos del cielo, nos preparemos por tu gracia, a recibir tus promesas. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

 

Lunes 31:  Flp 2, 1-4; Sal 130; Lc 14, 12-14.

Martes 01: Ap 7, 2-4.9-14; Sal 23; 1Jn 3, 1-3; Mt 5, 5-12ª.

Miércoles 02: Jb 19, 1.23-27ª; Sal 24; Flp 3, 20-21; Mc 15, 33-39; 16, 1-6.

Jueves 03: Is 58, 6-11; Sal 1; 1Co 12, 31-13, 13; Mt 11, 25-30.

Viernes 04: Flp 3, 17—4, 1; Sal 121; Lc 16, 1-8.

 Sábado 05: Flp 4, 10-19; Sal 111;  Lc 16, 9-15.

Domingo 06: 2M 7, 1-2. 9-14; Sal 16; 2Ts 2, 16—3,5; Lc 20, 27-38.

 

COMENTARIOS AL EVANGELIO

Lc 19, 1-10

 

1. ZAQUEO/CV:

Para entender el evangelio que nos habla de Zaqueo es necesario que anotemos previamente estos detalles. a) El ciego del camino es pobre y no tiene que dejar nada externo cuando quiere seguir a JC (18. 35-43); pues bien, si el convertido es el rico, ¿cómo comportarse con sus bienes? b) Sabemos que los publicanos han recibido el perdón de Jesús. ¿Qué ha implicado ese perdón respecto a su fortuna mal adquirida? A estas dos preguntas responde la escena de Zaqueo. En ella descubrimos lo que la gracia de Jesús exige a un hombre rico. (...).

"Hoy ha sido la salvación de esta casa". Zaqueo ha dado a su familia lo mejor que puede darle, el sentido de la justicia, la honradez humana, un amor abierto hacia los otros. Aunque debemos suponer que sus hijos han salido económicamente perjudicados debemos añadir que Zaqueo les ha dejado la mejor de todas las herencias. Por eso puede afirmarse que en su casa (su familia) ha entrado la salvación de Dios y Jesús mismo se encuentra dentro de ella. De una forma general y un poco acomodaticia podríamos añadir que es verdadera casa de Jesús aquella donde el padre (y la familia en conjunto) cumple la exigencia que está representada y resumida en Zaqueo, el viejo y publicano.

La salvación cristiana implica unas consecuencias sociales y económicas. Quizá Zaqueo ha tenido que dejar su viejo oficio; evidentemente ha perdido su dinero; pero ha encontrado la justicia (restitución) y el amor (reparte sus bienes). Desde un punto de vista auténticamente humano bien merece la pena lo que pierde por aquello que ha ganado. Sería ingenuo trasladar a nuestros días los detalles de la conversión de Zaqueo; es distinta la situación social, son diferentes nuestros tiempos. Sin embargo, podemos asegurar que allí donde el mensaje de Jesús no repercute en la manera de emplear los bienes ha perdido toda su exigencia y su promesa.

COMENTARIOS A LA BIBLIA LITURGICA NT - EDIC MAROVA/MADRID 1976.Pág. 1388


 

2.- Notas exegéticas. Lucas hace gala en esta ocasión de una técnica narrativa nada habitual en él. La habitual desnudez informativa deja paso a una exuberancia de datos locales y personales. Nombre de la ciudad; nombre del personaje; profesión; situación económica; estatura. Estos datos, sin embargo, no obedecen a imperativos de curiosidad. Todos ellos, por el contrario, desempeñan una función dentro del relato.

La profesión de Zaqueo en un núcleo urbano de la importancia de Jericó y la más que desahogada situación económica que tenían explican su decisión ética-económica del final del relato. A este respecto es importante saber que la recaudación de impuestos era en Palestina un asunto de particulares judíos, quienes compraban en subasta al mejor postor el derecho de recaudar los impuestos que Roma determinaba. Esta peculiar forma de fisco encarecía sobremanera unos impuestos ya de por sí gravosos, puesto que al importe del impuesto exigido por Roma había que añadir el importe del propio negocio del recaudador.

En ocasiones, este último importe superaba con creces al romano. De ahí la animadversión de los recaudadores entre el pueblo y su equiparación con los pecadores públicos. En el caso de Zaqueo la cosa se agravaba todavía más por tratarse de un "capo" fiscal.

En contraste, por otro lado, con la gente, Zaqueo no puede ver a Jesús. Lucas expresa este contraste mediante la estatura de Zaqueo. Un poco más adelante, volvemos a encontrar a la gente y a Zaqueo en contraste: mientras todos tildan a Zaqueo se revela al final con una estatura moral que la gente no tiene. En el conjunto, el dato sobre la estatura física parece desempeñar una función irónica.

Comentario. En la perspectiva de camino un personaje marginado y religiosamente atípico es una vez más el vehículo docente elegido por Lucas. El trazado cristiano que propone este autor tiene estas ironías, por encima de juicios de valor y de convencionalismos.

El caminante cristiano manifiesta su talla humana dentro, desde su capacidad para discernir sus propias sombras y desde su decidida voluntad para proyectar luz sobre ellas. Una de estas sombras es el ansia de dinero. No es nueva esta temática en el tercer evangelio. El hecho de que su autor vuelva a incidir en ella es un claro indicio de que la consideraba importante y preocupante. La experiencia demuestra que el ansia de dinero es, en efecto, algo demasiado indómito y demasiado arraigado en los humanos. Antes de su encuentro con Jesús, Zaqueo es un fiel exponente de esa ansia, caracterizada por el olfato y la habilidad para los negocios, pero en la que la talla humana brilla por su ausencia.

A. BENITO - DABAR 1989/54


 

3.- En el Zaqueo publicano, "pecador" ve la liturgia de la consagración de la Iglesia a la Iglesia salida del mundo pagano y convertida a Cristo, a la salvación. Corto de estatura, inadvertido, despreciado por el pueblo escogido de Israel, el paganismo desea vivamente poseer al Redentor que el judaísmo ha rechazado en su ceguera. En Zaqueo el paganismo se adelante al pueblo de Israel y alcanza antes que él la salvación.

"El hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido". No he venido a llamar a justos, sino a pecadores". Examinaos cuidadosamente si sois "justos". En este caso no he venido para vosotros. Si queréis que vaya a vuestro encuentro, reconoced que sois pecadores. Hay que sentirse pequeño de estatura para descubrir a Jesús, para conseguir que se descubra a nosotros.

Oye por la gente que viene Jesús, pero la gente le impide ver a Jesús. Nuestra fe en Jc. es mediata, es más una fe en la Iglesia que nos habla de Jc. Pero ¿quién de nosotros ha descubierto a Jc. como salvador personal? ¿Quién hace un esfuerzo para subirse a lo altozanos que hay en la Iglesia, para descubrir personalmente al Salvador?. Todos querían ver a Jesús, pero un hombre tenía más ganas que cualquier otro: Zaqueo. Y hace un esfuerzo, sale de la masa encaramándose a un árbol.

 

PROPUESTA DE CANTOS DOMINGO XXXI CICLO C – 30 OCTIUBRE 2022

(Historia de Zaqueo: Invitados a su casa)

 

01.- ENTRADA: CRISTO LIBERTADOR (Entrada)

CRISTO NOS DA LA LIBERTAD,

CRISTO NOS DA LA SALVACIÓN,

CRISTO NOS DA LA ESPERANZA,

CRISTO NOS DA EL AMOR.

 

Cuando luche por la paz y la verdad, la encontraré.

Cuando cargue con la cruz de los demás, me salvaré.

Dame, Señor, tu Palabra, oye, Señor, mi oración.

 

Cuando sepa perdonar a los demás, tendré perdón.

Cuando siga los caminos del amor, iré al Señor.

Dame, Señor, tu Palabra, oye, Señor, mi oración.

 

Cuando siembre la alegría y la amistad, vendrá el amor.

Cuando vaya en comunión con los demás, seré de Dios.

Dame, Señor, tu Palabra, oye, Señor, mi oración.

 

02.- ALREDEDOR DE TU MESA (F. Palazon) (Entrada)

ALREDEDOR DE TU MESA VENIMOS A RECORDAR

ALREDEDOR DE TU MESA VENIMOS A RECORDAR

QUE TU PALABRA ES CAMINO, TU CUERPO FRATERNIDAD

QUE TU PALABRA ES CAMINO, TU CUERPO FRATERNIDAD

 

Hemos venido a tu mesa a renovar el misterio del amor

Con nuestras manos manchadas

Arrepentidos, buscamos tu perdón

 

Juntos y a veces sin vernos

Celebramos tu presencia, sin sentir

Que se interrumpe el camino

Si no vamos como hermanos hacia ti.

 

03.- LAS PUERTAS DE TU CASA (Entrada)

SEÑOR ME HAS ABIERTO

LAS PUERTAS DE TU CASA DE PAR EN PAR

POR ESO PARA TÍ LAS PUERTAS DE MI ALMA

ABIERTAS SIEMPRE ESTÁN.

 

Vengo a sentarme a tu mesa

vengo a comer de tu pan

y vengo a compartir mis gozos y mis penas,

por los gozos y las penas de todos los demás.

 

Vengo a contarte mis cosas,

vengo a pedir tu opinión

y vengo a descubrir lo inmenso de tu gloria

que también es mi gloria si vivo en comunión.

 

Vengo a meterte en mi casa

seguiré en mi posición

y vengo a repetir que tu no pides nunca

y quiero seguir siempre a tu disposición.

 

Vengo a pedirte que nunca

me desengañe tu amor,

y quiero prometer que yo te amare siempre,

aunque el día que muera me encuentre en el error.

 

04.- DONES: PAN Y VINO DE AMOR (Dones)

En la tierra la sembró el sembrador,

la semilla de tu pan, Señor.

Y después el viñador trabajó en buena lid, 

y las tierras ven crecer las espigas y la vid (2)

 

El trigo se molió en el molino

rompiendo su cuerpo como tú.

La uva la pisó el hombre en el lagar,

igual que tú te dejaste pisar.

Y ahora, convertido en pan y vino,

tu pueblo lo ofrece en tu altar.

Conviértelos, oh, Dios, son frutos de tu amor, 

en tu Cuerpo y Sangre, Señor (2 veces)

 

05.- EN TORNO A TU MESA (Dones)

En torno a tu mesa, Señor, te ofrecemos

toda nuestra vida, el vino y el pan.

Son para nosotros, tu Cuerpo y tu Sangre,

promesas de Vida, Luz y Libertad.

 

SEÑOR, EL PAN QUE NOS DAS

BORRA NUESTRAS MISERIAS.

SEÑOR, TU COPA SERÁ SANGRE DE VIDA ETERNA.

SEÑOR, SABEMOS QUE TÚ TE DAS SIN CONDICIONES.

DANOS TU ESPÍRITU Y HAZ

DE CARNE LOS CORAZONES, SEÑOR.

 

Tu Espíritu inflama de amor nuestras vidas.

Nos sigues llamando; Señor, ¿dónde estás?

Mas Tú nos respondes: "Me encuentras amando".

Queremos sentirte nuestro Salvador.

 

06.- ACEPTA, SEÑOR, EL VINO Y EL PAN (J. Madurga) (Dones)

ACEPTA SEÑOR EL VINO Y EL PAN

CON ELLOS TRAEMOS TU OFRENDA A TU ALTAR

 

1. Sobre tu altar Señor va nuestra ofrenda

el abrazo sincero al hermano

perdonándonos nuestras ofensas.

 

2.Sobre el Altar, Señor, va nuestra ofrenda:

trabajar por un mundo más justo de igualdad

y concordia fraterna.

 

3. Sobre el Altar, Señor, va nuestra ofrenda:

convertir nuestra vida pasada

al mensaje de tu Buena Nueva.

 

07.- CREO EN JESUS (Comunión)

CREO EN JESÚS, CREO EN JESÚS,

EL ES MI AMIGO, ES MI ALEGRÍA, EL ES MI AMOR.

CREÓ EN JESÚS, CREÓ EN JESÚS, EL ES MI SALVADOR...

 

El llamó a mi puerta,

me invitó a compartir su heredad;

seguiré a su lado,

llevaré su mensaje de paz.

 

Ayudó al enfermo

y le trajo la felicidad;

defendió al humilde,

combatió la mentira y el mal.

 

Día y noche, creo en Jesús.

Él está a mi lado, creo en Jesús,

sigo sus palabras, creo en Jesús,

doy por Él la vida, creo en Jesús,

es mi Salvador.

 

Enseñó a Zaqueo

a partir su hacienda y su pan;

alabó a la viuda

porque dio cuanto pudo ella dar.

 

Aleluya, creo en Jesús,

Él es el Mesías, creo en Jesús,

Él es mi esperanza, creo en Jesús,

vive para siempre, creo en Jesús,

es mi salvador

 

08.- SALIDA: QUEDATE AQUÍ SEÑOR (Comunión)

QUEDATE AQUI, SEÑOR, QUEDATE AQUI. (2)

 

Quédate aquí, oh Señor,

y danos el pan que alimentará

nuestro corazón para caminar.

 

Porque buscando la luz,

a veces, Señor, hay oscuridad,

en el caminar si nos faltas Tú.

 

Quédate aquí, oh Señor,

para compartir lo que Tú nos das,

el don de tu amor nos hace cantar.

 

09.- DONDE HAY CARIDAD Y AMOR (Comunión)

DONDE HAY CARIDAD Y AMOR,

ALLÍ, ESTÁ EL SEÑOR. / (2)

 

Una sala y una mesa, una copa, vino y pan,

los hermanos compartiendo en amor y en unidad.

Nos reúne la presencia y el recuerdo del Señor,

celebramos su memoria y la entrega de su amor.

 

Invitados a la mesa del banquete del Señor,

recordamos su mandato de vivir en el amor.

Comulgamos en el Cuerpo y en la Sangre que Él nos da,

y también en el hermano, si lo amamos de verdad.

 

Este pan que da la vida y este cáliz de salud

nos reúne a los hermanos, en el nombre de Jesús.

Anunciamos su memoria, celebramos su pasión,

el misterio de su muerte y de su resurrección.

 

010.- FIESTA DEL BANQUETE (Comunión)

FIESTA DEL BANQUETE, MESA DEL SEÑOR,

PAN DE EUCARISTÍA, SANGRE DE REDENCIÓN.

 

1. Este Pan que nos das por manjar

es el Pan de unidad y de fraternidad.

 

2. Hacia Ti vamos hoy, a tu altar

Tú nos das la ilusión en nuestro caminar.

 

3. Escuché su voz en mi caminar,

conocí al Señor en la fracción del Pan.

 

4. Pan de vida eterna, Cuerpo del Señor

Cáliz de la Alianza, fuente de Salvación.

 

011.- ARCILLA ENTRE SUS MANOS (Salida)

Eres Madre muy sencilla, criatura del Señor,

Virgen pobre, Madre mía, llena de gracia y de amor.

Fuiste arcilla entre sus manos y el Señor te modeló,

aceptaste ser su esclava siempre dócil a su voz.

 

YO QUIERO SER ARCILLA ENTRE SUS MANOS,

YO QUIERO SER VASIJA DE SU AMOR. / (2)

QUIERO DEJAR LO MÍO PARA ÉL, PARA ÉL.

YO QUIERO SER ARCILLA ENTRE SUS MANOS,

YO QUIERO SER VASIJA DE SU AMOR.

 

No entendías sus palabras pero respondes con fe.

Dejas que su amor te guíe, confiando siempre en Él.

Por su Espíritu de vida, te dejaste transformar,

te abandonas en sus manos para hacer su voluntad.

ESTRIBILLO.

 

012.- MADRE DE LOS HIJOS POBRES (Salida)

Virgen sencilla y humilde

que viviste en Nazaret, Madre.

Casa de los hijos pobres

que abren sus brazos a ti, Madre.

Dios te ensalzó y te hizo grande

en tu misma pequeñez,

haznos niños a nosotros

para dejarnos en Él, Madre, Madre.

 

/ TÚ, NOS MIRAS DESDE EL CIELO,

NOS HABLAS AL CORAZÓN,

CON UN ABRAZO DE MADRE

NOS ENVUELVES EN TU AMOR. / (2)

 

La larala lala, La larala lala,

La larala lala, lalala.

 

Madre de los hijos pobres,

de los que buscan a Dios, Madre.

Danos tu fe y confianza,

danos tu entrega y tu amor, Madre.

En tu silencio interior

escuchaste su Palabra,

con el corazón abierto

viviste sólo por Él,

Madre, Madre.

ESTRIBILLO.

La larala lala, La larala lala,

La larala lala, lalala.

 

013.- COLECTA: ALELUYA POR ESA GENTE

Los que tienen y nunca se olvidan que a otros les falta,

los que nunca usaron la fuerza sino la razón.

Los que dan una mano y ayudan a los que han caído,

esa gente es feliz porque vive muy cerca de Dios.

 

ALELUYA, ALELUYA, POR ESA GENTE QUE VIVE Y QUE SIENTE,

EN SU VIDA EL AMOR. (BIS).

 

Los que ponen en todas las cosas amor y justicia, 

los que nunca sembraron el odio tampoco el dolor, 

los que dan y no piensan jamás en su recompensa. 

Esa gente es feliz; porque vive muy cerca de Dios.

 

Los que son generosos y dan de su pan un pedazo

Los que siempre trabajan pensando en un mundo mejor

Los que están liberados de todas sus ambiciones

Esa gente es feliz porque vive muy cerca de Dios

 

 

 

 

 

 

viernes, 21 de octubre de 2022

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO XXX T.O. CICLO C - 23 OCTUBRE 2022

 

“¡TEN PIEDAD!”

 

 

COMENTARIO

 

El fariseo y el publicano saben orar; comienza por “Dios mío”. Se ponen en presencia de Dios. Es preciso que la presencia de Dios, evocada intensamente, llene enseguida el espacio en donde vamos a orar: el lugar de nuestra oración, nuestro pensamiento y nuestro corazón, todos los minutos de nuestra cita con Dios. Sino, aunque quizás quisiéramos orar, nos habríamos quedado con nosotros mismos.

Así, pues, esos dos hombres tienen un buen despegue. Entonces ¿por qué la oración del fariseo se viene abajo, mientras que la del publicano se levanta victoriosamente hacia Dios? “Les lo aseguro”. Dice Jesús, este bajó a su casa a bien con Dios, y aquel no”. El fariseo había invocado a Dios, pero lo oculta enseguida con su enorme YO. Yo hago estoy esto y no soy como éste ni como aquel. ¿Acaso puede estar Dios ni un segundo con ese hombre lleno de sí mismo? El publicano impresiona a Dios con su humilde súplica: “¡Ten piedad!”. Algunos criticaron ese “ten piedad” cuando apareció en la liturgia en lengua vulgar. No supieron ver hasta qué punto es una oración densa y exacta, en línea muy recta con lo que Jesús nos reveló. Dios nos mira con misericordia, con una piedad amorosa, con una comprensión que hace gemir su corazón cuando ve que también el nuestro gime: “Un corazón quebrantado, Señor, tú no lo desprecias”. (Salmo penitencial). Esta misericordia de Dios no es general, vaga, sino que ella espera nuestra llamada y él entonces se apiada.

En esta presencia de Dios que supo mantener dentro de su pequeñez, el publicano puede introducir un “yo” pero en el último lugar de su plegaria. Y junto a ella se cuela otra palabra: “pecador”. ¡Ten compasión de mí, pecador! La oración cristiana es una cita de amor y por tanto un tú y un yo, pero hay que procurar sobre todo que el TU siga siendo grande e inmenso y que nuestro yo sea pequeño, modesto, lúcido: “Yo pecador”.

Utilicemos a fondo esta parábola para desarraigar en nosotros la convicción farisaica tan difícil de arrancar: crecer que basta con hacer cosas buenas para ser un hombre bueno y agrandar a Dios: “Yo hago esto y aquello”. La primera cristiana María, era de otra opinión: “Hágase en mí según tu palabra”. ¡Qué cambio tan radical!

En ése el cambio de esta parábola: empieza con un hombre que hace mucho, que está seguro de sí y que se cree justo: termina con otro hombre seguro de Dios y que se hace justo porque supo decir: “Ten piedad de mí, Señor”.

R.P. Roland Vicente Castro Juárez

 

ANTIFONA DE ENTRADA  Sal 104, 3-4.

Que se alegren los que buscan al Señor. Recurran al Señor y a su poder, busquen continuamente su rostro.

 

ORACION COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, aumenta nuestra fe, esperanza y caridad y para que merezcamos conseguir lo que prometes, concédenos amar tus preceptos. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Eclesiástico 35, 12-14. 16-18.

El Señor es un Dios justo, que no puede ser parcial; no es parcial contra el pobre, escucha las súplicas del oprimido; no desoye los gritos del huérfano o de la viuda  cuando repite su queja; sus penas consiguen su favor, y su grito alcanza las nubes;  los gritos del pobre atraviesan las nubes y hasta alcanzar a Dios no descansan; no  desiste hasta que Dios le atiende, y el juez justo le hace justicia.

 

SALMO RESPONSORIAL ( 33)

 

Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.

 

Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma  se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R.

 

El Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su memoria.  Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias. R.

 

El Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. El Señor redime a sus

siervos, no será castigado quien se acoge a él. R.

 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 4, 6-8. 16-18.

Querido hermano: Yo estoy a punto de ser sacrificado, y el momento de mi partida es inminente.  He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe.

Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará  en aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida.

La primera vez que me defendí, todos me abandonaron, y nadie me asistió. Que Dios los perdone.

Pero el Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de  modo que lo oyeran todos los gentiles. Él me libró de la boca del león.

El Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y me llevará a su reino del cielo. A él la gloria por los siglos de los siglos.

 

ACLAMACION ANTES DEL  EVANGELIO

Aleluya. En Cristo estaba Dios reconciliando al mundo consigo, y a nosotros nos ha confiado la palabra de la reconciliación. Aleluya.

 

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 18, 9-14

En aquel tiempo, a algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola:  «Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El  fariseo, erguido, oraba así en su interior: "¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo.".

El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo;  sólo se golpeaba el pecho, diciendo:  "¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador.".

Les digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se  enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.».

 

PLEGARIA UNIVERSAL

Reconociendo que somos pecadores, presentemos con humildad nuestras oraciones a Dios, diciendo: R.-Padre, óyenos.

 

1.- Para que en esta Jornada de las Misiones acojamos la invitación del Papa a ser Iglesia misionera, a ser testigos de Cristo con la propia vida, más que con las palabras. Oremos. R.

 

2.-  Por nuestras familias: para que el amor a Dios sea la fuente de unión entre los esposos, los padres e hijos y los abuelos y nietos. Oremos. R.

 

3.- Por nuestros gobernantes: para que atiendan solícitamente a los más pobres y excluidos de la sociedad. Oremos. R.

 

4.- Por los pobres, enfermos y migrantes: para que, al tender su mano, encuentren la nuestra siempre dispuesta a acoger y compartir. Oremos. R.

 

5.- Por todos los que entregan sus vidas al servicio del evangelio: para que encuentren en Dios su fuerza y puedan anunciarlo proféticamente. Oremos. R.

 

6.- Para que el Señor nos conceda el don de la oración del publicano: humilde, silenciosa y confiada. Oremos. R.

 

Oye, Padre, las oraciones de tus Hijos y ya que te agrada la humildad de corazón, enséñanos el arte de amar y orar con sencillez y alegría. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Mira, Señor, los dones que ofrecemos a tu majestad, para que redunde en tu mayor gloria cuanto se cumple con nuestro ministerio. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

ANTIFONA DE COMUNION   Ef 5, 2

Cristo nos amó y se entregó por nosotros como oblación de suave olor.

 

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Que tus sacramentos, Señor, efectúen en nosotros lo que expresan, para que obtengamos en la realidad lo que celebramos ahora sacramentalmente. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

 

Lunes 24: Ef 4. 32—5, 8; Sal 1; Lc 13, 10-17.

Martes 25: Ef 5, 21-33; Sal 127; Lc 13, 18-21

Miércoles 26: Ef 6, 1-9; Sal 144; Lc 13, 22-30.

Jueves 27: Ef 6, 10-20; Sal 143; Lc 13, 31-35.

Viernes 28: Nm 21, 4b-9; Sal 83; Flp 2, 5-12; Jn 3, 11-16.

Sábado 29: Ef 2, 19-22; Sal 18; Lc 6, 12-19.

Domingo 30: Sb 11, 22—12, 2; Sal 144; 2Ts 1, 11-2, 2; Lc 19, 1-10.

 

 

COMENTARIOS AL EVANGELIO

Lc 18, 09-14

 

1.- PARA/FARISEO-PUBLICANO

Desde el primer versículo aparece claro que se trata de una crítica a una determinada clase de personas: las autosuficientes.

Por la parábola aparece claro quiénes son éstas en concreto: las personas religiosas dentro del pueblo de Dios. Estas podían no sentirse incluidas en el grupo de los invitados a orar del domingo anterior. Ellas ya lo hacen. A ellas dirige hoy Jesús su crítica, que en el fondo corre paralela a la hecha hace dos domingos a los nueve leprosos judíos que no se abrieron a la acción de Dios por considerarse merecedores de ella.

Indudablemente, la de Jesús es una crítica frontal al pueblo de Dios allí donde este pueblo se siente más firme y seguro: su relación con Dios. Es esta relación la que Jesús cuestiona y lo hace decantándose por unas personas oficialmente no religiosas, pero que saben sencillamente abrirse al Dios a quien nunca creen merecer, porque lo han descubierto y experimentan maravillosamente grande. Este es el Dios de Jesús, el mismo del Magnificat de María (cf. Lc 1. 48/52, donde aparece el mismo vocabulario del v.14 de hoy).

DABAR 1980/54

 


 

2.- ORA/ACTITUDES

En primer lugar, una observación de traducción. Tanto el fariseo como el publicano oran de pie, aunque la traducción litúrgica no lo diga del publicano. Era ésta la postura que adoptaban los judíos para dirigirse a Dios. No es, pues, la postura lo que hace cuestionable la actitud del fariseo. El adjetivo "erguido" de la traducción litúrgica es inexacto. Por lo que respecta ya al texto, su sentido es muy claro desde que el propio autor ha explicitado la finalidad de la parábola. Se trata de una parábola crítica, dirigida a los que son buenos y se lo creen. Se mueve dentro del terreno de la oración, cuya necesidad veíamos el domingo pasado. De nuevo un fariseo y un publicano, es decir, un bueno y un malo en la apreciación social. De nuevo un cambio de papeles en la apreciación divina. "Hay últimos que son primeros y primeros que son últimos". Otra cosa sorprendente en la historia que Jesús cuenta es que tanto el fariseo como el publicano se sirven de los salmos a la hora de hacer su oración. Este hecho hace más profunda y compleja la crítica.

Comentario. Desde hace varios domingos nos las tenemos que ver con textos exclusivos de Lucas, es decir, que no existen en los otros evangelistas. Un denominador común a muchos de ellos es la actuación positiva de personas social y religiosamente descalificadas (ambos aspectos estaban estrechamente relacionados). Son los marginados, los etiquetados, los excluídos. Su presencia es una constante en el tercer evangelio y hay que atribuirla a un interés y a una intencionalidad propios y exclusivos de Lucas. Nosotros corremos el riesgo de echar por tierra el alcance de este hecho cuando consideramos a fariseos y publicanos como personas de un pasado judío. Perdemos fácilmente de vista que Lucas no escribía sólo mirando hacia atrás sino también hacia adelante. Fariseo y publicano son también personajes, encarnan tipos de religiosidad continuamente reeditables. El fariseo encarna al personaje consciente de su buen comportamiento, que compara y enjuicia en base precisamente a su cumplimiento. No es tanto un personaje orgulloso cuanto un personaje que reza y se comporta desde sus derechos. Exige porque cumple. Los mismos salmos, formas tradicionales de oración, parecen darle la razón: se sirve de ellos para dirigirse a Dios.

Nada de lo que le dice a Dios es mentira. El fariseo, en definitiva, es el personaje de los derechos, de la necesidad, de la rigidez y cortedad de mente. El publicano encarna al personaje consciente de su mal comportamiento. Por ello mismo ni compara ni enjuicia.

Sencillamente pide perdón sirviéndose también de los salmos. El publicano es el personaje de las obligaciones, de la casualidad y la espontaneidad, de la fluidez de mente. No es él el problemático, como tampoco lo era el hijo menor o pródigo. El problemático y difícil es el fariseo, el hijo mayor o cumplidor.

El texto de hoy nos descubre unas áreas de la personalidad religiosa mucho más hondas que las de la simple soberbia o humildad. Nos asoma el complejo e intrincado mundo de las motivaciones o subconscientes, aquello que de verdad se esconde tras lo que pensamos o decimos cuando oramos. La oración es ciertamente necesaria, pero ¡atención a la oración! Una vez más hay que decir que el problema de la religión es un problema entre religiosos.

ALBERTO BENITO - DABAR 1986/53

 


 

3.- En continuidad con la temática del domingo pasado, Lucas añade una parábola sobre la oración de un fariseo y de un recaudador. También en esta ocasión el centro de interés viene señalado al comienzo: la parábola va dirigida a los que, teniéndose por justos, se sienten seguros de sí mismos y desprecian a los demás. Suprimiendo toda referencia personal concreta, Lucas abre expresamente el texto a todas las épocas y a todas las personas con conciencia de justas.

-Subir al templo a orar. El templo de Jerusalén estaba ubicado en un alto. Se podía orar a cualquier hora del día en los diferentes patios de que constaba el templo. Las nueve de la mañana y las tres de la tarde eran las horas de la oración pública. La postura para orar era de pie. Así, en efecto, lo hacen los dos personajes de la parábola, aunque la traducción litúrgica no lo ha recogido adecuadamente. El erguido del que en ella se habla a propósito del fariseo es exagerado.

La parábola contrapone dos figuras representativas del judaísmo de la época. El fariseo representa al judío observante, el recaudador, al judío pecador. La bina no es nueva en el Evangelio de Lucas (Lc.5,30;15,1-2). En la historia que Jesús cuenta, cada uno de ellos ora desde su propio bagaje: el fariseo, desde su justicia; el recaudador, desde su pecado. Lo que cada uno de ellos dice de sí mismo es verdad. Tal vez por eso lo verdaderamente significativo en la historia sea sólo el siguiente aspecto: el fariseo se compara con los demás; el recaudador ahonda en sí mismo. La parábola empalma así con el centro de interés señalado al comienzo del texto.

El comentario de Jesús a la parábola remite también a ese comienzo, pero invirtiendo las situaciones: tenerse por justo no siempre coincide con serlo a los ojos de Dios. Comentario. El trazado del camino cristiano de Lucas aparece una vez más afectando a áreas profundas de la estructura de la persona, tales como la autocomplacencia en las propias prestaciones, los derechos adquiridos en razón de las mismas y la tendencia a verse y entenderse uno a sí mismo en comparación con los demás. La parábola y el posterior comentario de Jesús los entiende Lucas como una invitación a revisar esas áreas, a las que tampoco escapa la personalidad religiosa, por más que ésta se revista a menudo de simpatía y de humildad. Vemos una vez más que la dificultad verdadera del camino cristiano consiste en cuestionar las estructuras mismas de la persona y sus bases de comportamiento. Por eso se explica que el cristiano sea una persona diferente.

En la conciencia cristiana existe una imagen distorsionada de los fariseos; de ellos conocemos poco y mal. Olvidamos, por ejemplo, que el texto de hoy no sirve para formarse una imagen del fariseísmo, porque se trata de una parábola, es decir, de un texto de choque y de trazos intencionadamente exagerados y caricaturescos. La parábola, sin embargo, presupone en sí misma mucha valentía al no proponer como modelo de oración a personas socialmente aceptadas por su piedad y sí, en cambio, hacerlo con personas tildadas de pecadoras. De paso que Lucas concede preeminencia una vez más a los socialmente marginados, consigue relativizar el valor de las apariencias.

A. BENITO - DABAR 1989/52

 


 

4.- Jesús dirige esta parábola contra los fariseos, unos personajes que se tenían por justos y despreciaban a los demás. En ella nos muestra la diferencia que hay entre la verdadera y la falsa piedad.

El fariseo y el recaudador de impuestos, o publicano, eran dos tipos bien conocidos en aquella sociedad y radicalmente opuestos: el primero representaba la piedad oficial, y lo tenían por bueno; el segundo era un "pecador público", y pertenecía al grupo de la "mala gente".

Los judíos oraban siempre de pie, también el publicano rezaría de pie, y no sólo el fariseo. Por tanto, esa postura corporal no es indicio alguno de la actitud espiritual del fariseo.

El fariseo comienza, según costumbre judía, dando gracias a Dios. Pero no le da gracias por lo que Dios hace, por las maravillas de Dios (como hizo, por ejemplo, María en el Magnificat), sino por lo que él mismo hace.

Nada de lo que dice el fariseo en su oración es mentira: los fariseos eran fieles cumplidores de la ley; más aún, muchos fariseos, como éste de la parábola, hacían obras de supererogación que no estaban mandadas, como ayunar dos veces por semana y pagar diezmos de todo cuanto tenían. Pero el fariseo se presenta delante de Dios como un autosuficiente, y esa es la mentira de su vida y de su oración. Por eso, no da gracias ni suplica en verdad, sino que pasa factura y exige. Además, desprecia a los otros que no son como él. En cambio, el publicano sólo tiene ante sus ojos los propios pecados, no se compara con nadie y no cuida de denunciar los defectos ajenos. Pide perdón a Dios, y en eso muestra que es sincero y humilde.

Y Dios, que resiste la mentira de los orgullosos y enaltece a los humildes, despide al fariseo sin favor y dispensa el perdón al publicano.

EUCARISTÍA 1989/49

 


 

5.- Se han dado muchas interpretaciones diferentes a la parábola del fariseo y del publicano; y, para no ser totalmente falsas, no van necesariamente hasta el fondo de las cosas. En primer lugar, se ha encontrado una nota escatológica sobre todo en razón del último versículo (v. 14b). El juicio último pondría de manifiesto la elevación de los humildes y la humillación de los orgullosos. Sin embargo, este versículo es puesto con tanta frecuencia en labios de Cristo (Lc 14, 11; Mt 23, 12) que cabe considerarlo como una especie de estribillo que viene a rimar regularmente las principales enseñanzas del Señor.

Se ha querido ver igualmente en esta perícopa una lección sobre la oración, que debe ser humilde y no apoyarse en los méritos personales, sino sobre la iniciativa de Dios. Lucas habría relacionado así dos perícopas sobre la oración (18, 1-8 y 18, 9-14), con el fin de organizar un pequeño tratado eucológico. No es imposible que Lucas haya "releído" estos textos en este sentido, pero no se comprende entonces que haya subrayado, en el v. 9, el cambio de público como para diferenciar mejor los dos episodios.

De hecho, la parábola es primero y ante todo una lección: un pecador penitente es más agradable a Dios que un orgulloso que se cree justo (Lc 16, 15). Puede descubrirse, más allá de los dos personajes de la parábola, la oposición entre dos tipos de justicia: la del hombre que se concede a sí mismo un "satisfecit" personal cuando cree haber cumplido perfectamente sus obras, y la que Dios otorga al pecador que se convierte. El tema paulino de la justificación por la fe se encuentra ya esbozado en este relato (Rom 1-9 y Ef 2, 8-10). La oración que Cristo pone en labios del fariseo es un modelo que se vuelve a encontrar a veces en términos equivalentes en los documentos rabínicos contemporáneos: el orante no formula ninguna petición (¡lo que sería indigno!), sino solo palabras de gratitud por la certeza que tiene de encontrarse en el camino de la felicidad eterna. Al escuchar esta oración, los oyentes debían reconocer: ¿qué se puede criticar en este texto? La oración del publicano se inspira en el Sal 50/51. Refleja una profunda desesperación que los oyentes de Cristo debían comprender perfectamente, porque, para ellos, la postración del publicano no tenía solución. ¿Cómo podría realmente obtener su perdón sin cambiar de oficio y sin reembolsar a todas las personas expoliadas por su actuación? Su caso es realmente desesperado; la justicia se le niega definitivamente.

Pues bien: la conclusión de Jesús se pronuncia contra la opinión de su auditorio: Dios es el Dios de los desesperados y el hombre que recibe la justicia es precisamente quien no tiene ningún derecho a ella (v. 14), puesto que ni siquiera ha reparado su falta.

Contraponiendo el "justo", que cree poder justificarse por sí mismo, a quien no puede obtener su justificación sino mediante el abandono en Dios (cf. Lc 16, 15; 14, 15-24; Mt 9,10-13), esta parábola prepara la teología paulina de la justificación que Dios concede a quienes no pueden justificarse a sí mismos (Rom 3, 23-25; 4, 4-8; 5, 9-21). Esta justificación se obtiene por medio de la cruz de Cristo (Rom 5, 19; 3, 24-25; Gál 2, 21) y el bautismo es su instrumento (Tit 3, 5-7; Rom 6, 1-14; Ef 4, 22-24).

MAERTENS-FRISQUE - NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA VII - MAROVA MADRID 1969.Pág. 210

 


 

6.- Esta parábola concluye la parte del viaje de Jesús a Jerusalén, propia de Lucas. A partir de aquí sigue la común narración sinóptica.

Aunque sea dicho de una manera indirecta, queda claro que la parábola se dirige a los fariseos, sobre todo si tenemos en cuenta que uno de los dos personajes es fariseo. Ahora bien, precisamente porque se habla de actitudes ("a algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás") y no de categoría social o religiosa, la parábola se dirige de hecho a todos los que tienen estas mismas actitudes, tanto si son fariseos como si son discípulos de Jesús. La figura de los dos personajes, representativos de la época, ya da pie a la oposición que desarrolla la narración.

El fariseo se coloca en una postura típica de oración: de pie, y, por referencia a lo que se dice del publicano, se coloca en un lugar destacado del atrio de Israel. Su plegaria es de acción de gracias. Pero no da gracias a Dios por los favores recibidos, sino por lo que él hace: cumple el Decálogo, contrariamente a lo que hace la mayoría, no es como el publicano que tiene a su espalda, y cumple las prescripciones del ayuno y de la donación del diezmo. El publicano se muestra avergonzado por su actuación, su gesto es de arrepentimiento y su plegaria, que es de súplica, recuerda el Salmo 50.

El fariseo ha subido al templo a dar gracias por el hecho de ser "justo", es decir, porque cumple estrictamente y con creces la Ley de Dios. El publicano ha subido para suplicar el perdón por su pecado. Al volver a casa, el publicano ha sido "justificado" por Dios, no así el fariseo.

La moraleja final amplía el horizonte de la advertencia: el discípulo debe tener presente que es Dios quien justifica y quien pone a cada uno en el lugar que realmente le corresponde.

JOSEP M. GRANÉ - MISA DOMINICAL 1992/13

 

 

PROPUESTA DE CANTOS DOMINGO XXX T.O. CICLO C

Oracion del publicano y el fariseo

 

01.- UNIDOS EN LA FIESTA (Joaquín Madurga)  (Entrada)

UNIDOS EN LA FIESTA,

LA ALEGRÍA SE HACE CANCIÓN.

UNIDOS EN LA FE,

LA ALEGRÍA SE HACE ORACIÓN.

 

Cantaremos al Señor

aleluyas con himnos y salmos,

porque grande es el amor

que en nosotros por siempre mostró.

 

Cantad, (Cantad)

cantad, (Cantad)

cantad. (Cantad)

 

Cantaremos la bondad

del Señor que nos sienta a su mesa,

y nos llama a comulgar

como hermanos su vino y su pan.

 

Nuestras voces cantarán

el amor de su misericordia,

porque sabe perdonar

y nos llena de eterna bondad.

 

Cantaremos al Señor

aleluyas al son de instrumentos

y será nuestra canción

la alabanza que ensalza su amor.

 

02.- PUEBLO QUE AVANZAS BUSCANDO (Entrada)

1. Pueblo que avanzas buscando

la tierra de salvación. (Bis)

alza tus ojos al cielo,

en él está tu Señor. (Bis)

 

2. La tierra que te prometo,

mana leche y mana miel. (Bis)

Procura que la injusticia

no siembre en ella su hiel. (Bis)

 

3. Haz de la sed del desierto

un manantial de esperanza. (Bis)

deja maltrecho el cansancio,

con cada paso que avanzas. (Bis)

 

4. Pueblo que tienes la herencia

de un Dios que resucitó. (Bis)

rompe los muros del miedo,

y alcanza la salvación. (Bis)

 

5. Si se prolonga la noche

y acosa la oscuridad. (Bis)

será la fe de tus pasos

la luz que te guiará. (Bis)

 

03.- EL SEÑOR NOS LLAMA (Entrada)

EL SEÑOR NOS LLAMA Y NOS REÚNE,

SOMOS SU PUEBLO, SIGNO DE UNIDAD.

ÉL ESTÁ EN MEDIO DE NOSOTROS,

SIRVE A LA MESA, NOS REPARTE EL PAN.

 

1. Por todos los caminos nos sales al encuentro,

por todos hemos visto señales de tu amor.

Tu pueblo se reúne Señor a bendecirte,

a celebrar con gozo tu paso salvador.

 

2. Convocas a tus fieles, nacidos de las aguas,

a festejar unidos la nueva creación.

La sala del banquete se llena de invitados;

estamos reunidos y en medio está el Señor.

 

3. Revélanos al Padre oh Cristo, nuestra fiesta,

aumenta la esperanza de nuestro caminar.

Tu Espíritu divino nos dé la fortaleza,

los bienes que esperamos nos haga pregustar.

 

04.- ESTE PAN Y VINO (Dones)

ESTE PAN Y VINO SEÑOR SE TRANSFORMARÁN

EN TU CUERPO Y SANGRE SEÑOR

EN NUESTRO MANJAR.

 

Gracias al sol y al labrador

en el altar florecen hoy

las espigas, los racimos,

que presentamos a Dios.

 

Lo que sembré con mi dolor,

lo que pedí en mi oración,

hoy son fruto, son ofrendas

que presentamos a Dios.

 

05.- JUNTO AL VINO Y AL PAN (Dones)

JUNTO AL VINO Y AL PAN,

YO TE TRAIGO MI VOZ,

VIDA EN UNA CANCIÓN,

PARA TI SERÁN.

TRAIGO RISA Y DOLOR,

TRAIGO EL MUNDO SIN LUZ,

DE LOS HOMBRES LA SED,

PARA QUE LA CALMES TÚ.

 

El agua de la risa de los niños,

el viento de las madres al cantar.

Hoy para Ti serán, Oh Señor.

 

El fuego de la fuerza de los hombres,

la tierra de su débil corazón.

Hoy para Ti serán, Oh Señor.

 

06.- ACERQUEMONOS TODOS AL ALTAR (Comunión)

Acerquémonos todos al altar

que es la mesa fraterna del amor,

pues siempre que comemos de este pan

recordamos la pascua del Señor. (bis)

 

Los hebreos en medio del desierto comieron el maná

nosotros peregrinos de la vida comemos de este pan,

los primeros cristianos ofrecieron su cuerpo como trigo

nosotros acosados por la muerte bebemos este vino.

 

Como Cristo hecho pan de cada día, se ofrece en el altar

nosotros entregados al hermano comemos de este pan,

como el cuerpo de cristo es uno solo por todos ofrecidos

nosotros olvidando divisiones bebemos este vino.

 

Como ciegos en busca de la aurora dolientes tras la paz

buscamos tierra nueva y cielos nuevos comiendo de este pan,

acerquémonos todos los cansados porque él es nuestro alivio

y siempre que el desierto nos agobie bebamos este vino.

 

07.- EN SU MESA HAY AMOR  (Comunión)

EL SEÑOR NOS HA REUNIDO JUNTO A ÉL,

EL SEÑOR NOS HA INVITADO A ESTAR CON ÉL.

 

En su mesa hay amor, la promesa del perdón,

y en el vino y pan, su corazón.

En su mesa hay amor, la promesa del perdón,

y en el vino y pan, su corazón.

 

Cuando, Señor, tu voz, llega en silencio a mí,

y mis hermanos me hablan de Ti,

sé que a mi lado estás, te sientas junto a mí,

acoges mi vida y mi oración.

 

08.- HAMBRE DE DIOS (Comunión)

NO PODEMOS CAMINAR
CON HAMBRE BAJO EL SOL.
DANOS SIEMPRE EL MISMO PAN,
TU CUERPO Y SANGRE, SEÑOR. (2V).

 

Comamos todos de este pan,
el pan de la unidad.
En un cuerpo nos unió el Señor
por medio del amor.

 

Señor, yo tengo sed de ti,
sediento estoy de Dios,
pero pronto llegaré a ver
el rostro del Señor.

 

Por el desierto el pueblo va
cantando su dolor;

en la noche brillará tu luz,
nos guía la verdad.

 

09.- SANTA MARIA DEL AMEN (Salida)

MADRE DE TODOS LOS HOMBRES,

ENSÉÑANOS A DECIR AMÉN.

 

Cuando la noche se acerca

y se oscurece la fe.

 

Cuando el dolor nos oprime

y la ilusión ya no brilla.

 

Cuando aparece la luz

y nos sentimos felices.

 

Cuando nos llegue la muerte

y Tú nos lleves al cielo.

 

10.- SANTA MARIA DEL CAMINO (Salida)

Mientras recorres la vida, Tu nunca solo estás,

contigo por el camino, Santa María va.

 

VEN CON NOSOTROS A CAMINAR,

SANTA MARÍA VEN. (2)

 

Aunque te digan algunos que nada puede cambiar,

lucha por un mundo nuevo, lucha por la verdad.

 

Si por el mundo los hombres sin conocerse van,

no niegues nunca tu mano al que contigo está.

 

Aunque parezcan tus pasos, inútil caminar,

Tú vas haciendo caminos otros los seguirán.

 

11.- HIMNO AL SENOR DE LOS MILAGROS (Salida)

SEÑOR DE LOS MILAGROS,

A TÍ VENIMOS EN PROCESIÓN

TUS FIELES DEVOTOS,

A IMPLORAR TU BENDICIÓN. (BIS)

 

Faro que guía, da a nuestras almas

la fe, esperanza, la caridad,

tu amor divino nos ilumine,

nos haga dignos de tu bondad.

 

Señor de los Milagros,

a Ti venimos en procesión

tus fieles devotos,

a implorar tu bendición. (bis)

 

Con paso firme de buen cristiano

hagamos grande nuestro Perú,

y unidos todos como una fuerza

te suplicamos nos des tu luz.

 

12.- NECESITA NUESTRAS MANOS

Jesús no tiene manos, no tiene manos,

tiene solo nuestras manos para construir

tiene solo nuestro solo nuestras manos para compartir.

Necesita nuestras manos para bendecir (2v).

 

Jesús no tiene pies no tiene pies

tiene solo nuestros pies para caminar

tiene solo nuestros pies tiene solo nuestros pies para caminar.

Necesita nuestros pies para caminar (2v).

 

Jesús no tiene labios no tiene labios

tiene solo nuestros labios para proclamar

tiene solo nuestros labios tiene solo nuestros labios para proclamar

Necesita nuestros labios para proclamar (2v).

 

Jesús no tiene medios no tiene medios,

tiene solo nuestros medios para evangelizar,

tiene solo nuestros medios, tiene solo nuestros medios para evangelizar

Necesita nuestros medios, para evangelizar (2v).