EL SAMARITANO AGRADECIDO
COMENTARIO
Lucas sigue ofreciéndonos actitudes características de un caminar en cristiano. Hoy lo hace a través de un relato exclusivo de este autor. Diez leprosos solicitan de Jesús compasión. Lo hacen a distancia, debido a su condición de enfermos contagiosos e inhabilitados para la convivencia social. Lo que sigue a continuación tiene la marca del tercer evangelista. Jesús envía a los leprosos a la autoridad competente para que ésta certifique su curación y permita a los curados su incorporación a la convivencia social. Obsérvese que Jesús no les dice que estén curados, sino que se presenten a los sacerdotes. Los leprosos se fían de Jesús. Lucas presenta el milagro como fruto de la confianza y de la disponibilidad de los leprosos. Confianza en la palabra de Jesús, aun en contra de la evidencia externa.
El
relato, sin embargo, no finaliza aquí. En realidad, todo lo anterior es sólo
preparación y está subordinado a lo que sigue. Lo verdaderamente importante y
significativo en el relato de hoy son los próximos vv. 15-18. Uno de los curados
reconoce públicamente el favor de Dios y retorna a Jesús para darle gracias.
Llegado a este punto del relato, Lucas interrumpe la narración para puntualizar
la procedencia del curado. "Este era un samaritano". Esta
puntualización constituye el dato central del relato. En contexto judío decir
samaritano era decir proscrito, excluido de la casa de Israel, es decir, del
Pueblo de Dios. Tras la puntualización Lucas rehace el hilo narrativo con tres
preguntas de Jesús. Las tres poseen una carga de extrañeza y de desencanto.
Pero en el contexto del relato sirven para realzar el significativo gesto de un
proscrito según los hombres.
Pero ¿por qué sólo el
extranjero, el samaritano, vuelve a dar gracias? Porque al parecer, a los otros
sólo les preocupa una cosa; hacer lo que la ley prescribe en caso de curación
de la lepra, algo que es bastante minucioso si leemos al Levíticos (13, 45-14,
7). Más liberado, el samaritano, sigue el impulso que le mueve a regresar.
Podría suceder que sumergidos en las cosas que hay que hacer, no tuviéramos
tiempo ni corazón para dar gracias a Dios.
El título tradicional del relato habla de curación
de diez leprosos. Cabría preguntarse si no habría que titularlo más bien
"el samaritano agradecido". La figura del samaritano agradecido
resalta, con todos sus perfiles, sobre la inexplicable ausencia de los otros
nueve. ¿Es que acaso estos otros nueve se consideraban con derecho a la
curación por ser miembros del Pueblo de Dios? Lo que Lucas deja en claro es que
sólo uno, y éste un proscrito, experimentó su curación como un don y no como un
derecho. Esta es su fe y esta es su salvación, como declara Jesús en la frase
conclusiva.
R.P. Roland Vicente Castro
Juárez
Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿Quién
podrá resistir?. Pero de ti procede el perdón, Dios de Israel.
ORACION COLECTA
Te pedimos,
Señor, que tu gracia nos preceda y acompañe y nos sostenga continuamente en las
buenas obras. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del segundo libro de los Reyes 5, 14-17
En aquellos días, Naamán de Siria bajó al
Jordán y se bañó siete veces, como había ordenado el profeta Eliseo, y su carne quedó limpia de la
lepra, como la de un niño.
Volvió con su comitiva y se presentó al
profeta, diciendo: «Ahora reconozco que no hay dios en toda la tierra más que
el de Israel. Acepta un regalo de tu servidor.».
Eliseo contestó: «¡Vive Dios, a quien sirvo!.
No aceptaré nada.».
Y aunque le insistía, lo rehusó. Naamán dijo:
«Entonces, que a tu servidor le dejen llevar tierra, la carga de un par de
mulas; porque en adelante tu servidor no ofrecerá holocaustos ni sacrificios a
otros dioses fuera del Señor.».
SALMO
RESPONSORIAL ( 97 )
El Señor
revela a las naciones su salvación.
Canten al Señor un
cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R.
El Señor da a
conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la
casa de Israel. R.
Los confines de la
tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera, griten, vitoreen,
toquen. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a
Timoteo 2, 8-13
Querido hermano: Haz memoria de
Jesucristo, resucitado de entre los muertos, nacido del linaje de David.
Éste ha sido mi Evangelio, por el
que sufro hasta llevar cadenas, como un malhechor; pero la palabra de Dios no
está encadenada.
Por eso lo aguanto todo por los
elegidos, para que ellos también alcancen la
salvación, lograda por Cristo Jesús, con la gloria eterna.
Es doctrina segura: Si morimos con
él, viviremos con él. Si perseveramos,
reinaremos con él. Si lo negamos, también él nos negará. Si somos
infieles, él permanece fiel, porque no
puede negarse a sí mismo.
ACLAMACION
ANTES DEL EVANGELIO 1Ts 5, 18
Aleluya. Den
Gracias en toda ocacion: esta es la voluntad de Dios en Cristo Jesus con
respecto a ustedes. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 17, 11-19
Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando
iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se
pararon a lo lejos y a gritos le
decían: «Jesús, maestro, ten compasión
de nosotros.» .
Al verlos, les dijo: «Vayan a
presentarse a los sacerdotes.».
Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que
estaba curado, se volvió alabando a Dios
a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias.
Éste era un samaritano.
Jesús tomó la palabra y dijo:
«¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están?, ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar
gloria a Dios?».
Y le dijo: «Levántate, vete; tu
fe te ha salvado.».
PLEGARIA UNIVERSAL
Hermanos, la fuerza salvadora de
Dios se manifiesta cada vez que con humildad le suplicamos. Digamos juntos: R.
Padre, óyenos.
1.- Por el Papa y por toda la Iglesia; para que, movidos por el Espíritu
de Dios, anuncien valientemente el evangelio. Oremos. R.
2.- Envía tu luz a los gobernantes y a los poderosos para que trabajen
sin descanso por la paz y la unidad. Oremos.
R.
3.- Por los que se alejaron y los que sufren crisis de fe; para que
encuentren en la vida y en sus hermanos razones para creer. Oremos. R.
4.- Por los que sufren marginación a causa de su enfermedad, defecto
físico o pobreza: para que sientan la presencia de Jesús en quienes los
consuela. Oremos. R.
5.- Por los difuntos: para que vivan con Cristo y disfruten de la
fidelidad gloriosa de Dios. Oremos. R
6.- Para que al recibir el Cuerpo y la Sangre del Señor seamos
agradecidos por el don de su gracia salvadora. Oremos. R.
Oye, Señor, las suplicas de tus
hijos, purifícanos de nuestros pecados y permítenos dar gloria a tu nombre
santo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amen.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta las suplicas
de tus fieles, Señor, juntamente con estas ofrendas para que lleguemos a la
gloria del cielo mediante esta piadosa celebración. Por Jesucristo nuestro
Señor.
ANTIFONA DE COMUNION 1Jn 3, 2
Cuando se manifieste el Señor, seremos semejantes a
él, porque lo veremos tal cual es.
ORACION
DESPUES DE LA COMUNION
Señor, pedimos humildemente a tu majestad que, así como nos fortaleces
con el alimento del Santísimo Cuerpo y Sangre de tu Hijo, nos hagas participar
de su naturaleza divina. Por Jesucristo nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 10: Ga 4, 22-24. 26-27. 31—5, 1; Sal 112; Lc 11,
29-32.
Martes 11: Ga 5, 1-6; Sal 118; Lc 11, 37-41.
Miércoles 12: Ga 5, 18-25; Sal 1; Lc 11, 42-46.
Jueves 13: Ef 1, 1-10; Sal 97; Lc 11, 47-54.
Viernes 14: Ef 1, 11-14; Sal 32; Lc 12, 1-7.
Sábado 15: Ef 1, 15-23; Sal 8; Lc 12, 8-12.
Domingo 16: Ex 17, 8-13; Sal 120; 2Tm 3, 14—4, 2; Lc 18,
1-8.
COMENTARIOS AL EVANGELIO
Lc
17, 11-19
1. ASOMBRO ADMIRACIÓN.
Con nuevos matices el texto incide en la temática del domingo pasado.
El matiz fundamental lo aporta el personaje. No se trata en realidad de alguien
nuevo en la obra de Lucas. Al comienzo de la sección del camino nos
encontrábamos con el buen samaritano, cuya actitud contrastaba con la del
clero. En ambos casos se da el mismo contraste de comportamiento, en detrimento
siempre de los miembros del Pueblo de Dios. Cabe, pues, hablar de una llamada
de atención por parte de Lucas a los miembros del Pueblo de Dios. Caminar en
cristiano pueden hacerlo también personas a quienes no se les tiene por
miembros del Pueblo de Dios. A la inversa, miembros reconocidos como tales
pueden no tener un caminar cristiano.
En la línea del domingo pasado, una característica de este caminar es
la fe. En consonancia con la primera parte del texto la fe aparece como un
fiarse de la palabra de Jesús. Pero como ya hemos visto, no es esta dimensión
de la fe la que Lucas quiere resaltar hoy. Le interesa más la fe en cuanto
apertura asombrada a Dios. Se trata de una dimensión fundamental en toda
relación interpersonal. Asombrarse es reconocer y admirar en el otro todo lo
que de bueno y valioso hay en él, independientemente de lo bueno y valioso que
pueda haber en uno mismo. El asombro jamás establece comparaciones; es
admiración absoluta y sin paliativos del otro.
El texto presenta al samaritano alabando a Dios. Jesús dice de él que
es el único que ha vuelto para dar gloria a Dios. Alabar y dar gloria a Dios
son expresiones equivalentes que designan el asombro ante Dios, su
reconocimiento y admiración totales.
Si toda relación interpersonal tiene algo de salvadora, esto es total
en la relación con Dios. De ahí las palabras de Jesús al samaritano: "Tu
fe te ha salvado".
ALBERTO BENITO - DABAR 1989/50 –
"Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaría y
Galilea". Otra vez Jerusalén aparece como punto de destino del camino de
Jesús. La concreción geográfica es desconcertante si buscamos precisión; pero
en el caso de Lucas no la podemos hallar. Lucas no tiene un conocimiento
personal de Palestina, y no es extraño que altere la geografía del camino.
MISA DOMINICAL 1989/19
3. CUMPLIMIENTO LEGALISMO ALABANZA GRATUIDAD
Sentido del texto.- Hasta el v.14 el relato tiene simplemente una
función preparatoria. Se nos narra un hecho con vistas a su comentario. Los vv.
15-19 son este comentario en acción. La clave nos la da el propio narrador
cuando nos dice que el que retornó era un samaritano. Se trata de un retorno
religioso. En esto está lo que el narrador quiere resaltar. Alguien no
sociológica ni institucionalmente religioso reconoce la acción de Dios en él y
se abre a ella. Lo que en él ha acontecido no lo interpreta como algo que le
sea debido, como algo normal. Así es como lo interpretan los que no retornan:
son oficialmente religiosos, el pueblo de Dios. Por lo tanto, piensan que Dios
se debe a ellos.
No tienen nada que agradecerle, es normal que actúe en ellos
salvíficamente. Desde el punto de vista de Jesús, el pueblo de Dios no tiene
fe; sólo el samaritano la tiene. Y ésta es precisamente su salvación. En
realidad, este texto es un ejemplo práctico de lo que el texto del domingo
anterior decía. Un ejemplo práctico con una gran carga crítica dentro. "El
que tenga oídos para oir que oiga" solía repetir Jesús en casos
semejantes.
DABAR 1980/52
4. FE/ABSOLUTO.
Su fe no se reduce a creer en el "poder" de Dios, sino que
llega a reconocerle presente en JC, y por eso le alaba y da gracias por esta
acción de Dios por JC. Muy a menudo los cristianos identifican la fe con creer
en un Dios Todopoderoso que puede intervenir -cuando quiere- en nuestra vida.
La fe parece identificarse con creer en esta posibilidad de intervención y con
esperarla muy pasivamente. Es una fe en un Dios que está fuera de nuestra vida,
que interviene arbitrariamente. Se puede pedir su intervención, pero casi como
quien hace una quiniela para ver si toca.
La fe de la que habla JC es otra cosa. Es descubrir a Dios presente y
activo siempre en nuestra vida. Y responder con fe, con sintonía, comulgando
del todo con él. Esto es lo que significa la expresión bíblica "dar gloria
a Dios". Es decir que Dios está en y con nosotros, no con un poder
arbitrario e imprevisible, sino con amor y comunión. De esta fe surge una
actitud de alabanza, de acción de gracias, de no querer reconocer -como Naamán-
ningún otro Dios (ningún otro ídolo, ningún otro absoluto). Actitud totalmente
opuesta a la de quien cree en un Dios fuera de nuestra vida, que interviene
sólo en circunstancias excepcionales: esto supone que habitualmente -para lo de
cada día- se cree en otros "dioses" (como los judíos contra quienes
lucharon los profetas: un Dios en el cielo para las grandes ocasiones, pequeños
dioses en la tierra para los problemas de cada día). Podríamos preguntarnos si
actualmente bastantes bautizados no piensan semejantemente (un Dios para el
nacimiento, matrimonio, muerte..., quizá incluso para la misa de cada
domingo..., pero otros "dioses" más manejables, a quienes no es
preciso dar gloria con toda la vida, para el pan de cada día.
J. GOMIS - MISA DOMINICAL 1977/18
5.- Entrar en relación con Dios, mediante el culto vinculado al templo,
era el deseo de todo judío. Los leprosos han encontrado a Jesús y en él a Dios,
pero los judíos no han comprendido que quedar limpios de la lepra, entrar de
nuevo en comunión con Dios y con los hombres no es fruto de ser miembro del
pueblo elegido, sino que se ofrece, como un don, a todo el que acepta y
encuentra a Dios en el Mesías, Jesús. Sólo uno, y este samaritano, ha
comprendido el significado del encuentro salvífico y da culto, glorifica, a
Dios sin templo.
Al curar a los leprosos, Jesús los reintegra a la sociedad y demuestra
que en él se ha hecho presente el reino de Dios y la superación de toda forma
de esclavitud y marginación. En Jesús la salvación llega hasta la salud del
cuerpo, supera la resignación, se abre a la esperanza y se retorna a la
alabanza a Dios. Sólo uno ha comprendido esta realidad. Los otros han vuelto a
la religiosidad del templo sin descubrir que se han encontrado con Dios no en
unas prácticas religiosas sino en un hombre, en Cristo.
P. FRANQUESA - MISA DOMINICAL 1986/18
6.- La lepra bíblica comprende una serie de enfermedades de la piel y
no sólo la lepra en sentido propio. Los judíos consideran estas enfermedades
como un castigo especial de Dios. De ahí que el leproso fuera tratado como un
muerto para la sociedad y se le obligara a vestir como se vestía a los muertos:
ropas desgarradas, cabelleras sueltas, barba rapada. No se les permitía habitar
dentro de ciudades amuralladas, pero sí en las aldeas con tal de no mezclarse
con sus habitantes. Por eso, vivían en las afueras de los pueblos. Todo lo que
ellos tocaban se consideraba impuro, por lo que tenían obligación de anunciar
su presencia desde lejos. Con todo, se les permitía asistir al culto de la
sinagoga. Eran "impuros' ritualmente y vivían una especie de vida de excomulgados.
Caso de obtener la curación, necesitaban presentarse a los sacerdotes y
someterse a una especie de reconciliación cultual con la comunidad. Entonces
los sacerdotes les daban de alta. En la respuesta de Jesús a los enviados de
Juan Bautista, el Señor indica la curación de los leprosos como señal mesiánica
y cumplimiento de las promesas que ya anunció Isaías (35,8).
La desgracia común une a los desgraciados. Estos leprosos habían
superado la tradicional enemistad entre judíos y samaritanos: forman un solo
grupo. La fama de Jesús había llegado hasta los proscritos de la sociedad,
hasta los leprosos.
Jesús manda a los leprosos que se pongan en camino para ser reconocidos
por los sacerdotes. Antes de curarlos, los somete a prueba y les exige un acto
de fe. Sólo el samaritano vuelve para alabar a Dios y reconocer en Jesús al
Rey-Mesías. La postración delante de Jesús no es una adoración, sino el
reconocimiento de esta realeza mesiánica. Los otros nueve no vuelven. Parece
como si vieran natural que, en ellos, hijos de Abrahán, se cumplieran las
promesas mesiánicas.
Pero, al decir Jesús al samaritano, al extranjero, "tu fe te ha
salvado", nos enseña que el verdadero Israel se asienta en la fe
agradecida.
EUCARISTÍA 1989/47
7.- Los diez leprosos fueron curados, pero a uno solo de ellos, al
samaritano, Jesús le dice: "tu fe te ha salvado" precisamente porque
volvió sobre sus pasos "para dar gloria a Dios", es decir, para
reconocer que la curación obrada en él era obra exclusivamente don de Dios, sin
ningún mérito propio. Los otros nueve, judíos, podían creer que tenían derecho
a ser purificados por el hecho de ser miembros del pueblo escogido y por tanto
no tenían nada que agradecer. Como en la parábola del buen samaritano, éste se
convierte también en prototipo de persona que sabe recibir y acoger la
salvación de Dios. La salvación está abierta a todos -judíos y samaritanos,
judíos y gentiles-, pero es necesaria esta actitud de saber reconocer la propia
pobreza ante el don de Dios y al mismo tiempo la actitud de alabanza y
agradecimiento.
JOSÉ ROCA - MISA DOMINICAL 1983/19
Este relato de la curación de los diez leprosos está en conformidad con
la legislación contra la lepra fijada por Lv 13. 45-46 y 14. 2-7. Cuando los
leprosos son enviados por Cristo a que se presenten a los sacerdotes, aquél se
somete a las exigencias de la ley. Nueve de ellos se presentan efectivamente a
los sacerdotes. Pero el décimo, que es samaritano, no está obligado a someterse
al examen por parte del sacerdocio judío y, por consiguiente, puede volver a
expresar su agradecimiento a Cristo.
Este relato constituye, pues, una nueva pieza que añadir al acerbo
integrador de la polémica de los primeros cristianos contra los judíos. La ley
obstaculiza la libertad de expresión de los sentimientos; el pagano está más
cerca de la verdadera religión porque es libre frente a la ley y más sensible a
la única liberación efectiva, la que proporciona la cruz (Ga 2, 19-20; 5.
11-16; 2 Co 5. 15-18), la de la gracia gratuita (Rm 5. 12-17; 6. 14-15). A la
gratuidad del gesto de Dios responde con frecuencia la acción de gracias
espontánea del hombre liberado.
Una relación así no podía establecerse dentro del marco de la ley en la
que todo está en la línea del "dar al que da"; se sitúa, por el
contrario, en la línea de la fe: "Vete, tu fe te ha salvado".
La lepra aparece frecuentemente en la Biblia como símbolo del pecado.
El milagro de Cristo supera, pues, el significado de una simple curación para
configurar la obra de la salvación que saca al hombre de su pecado.
Hay todavía cristianos que se parecen a esos nueve leprosos judíos:
practican mucho, pero no saben contemplar; comulgan con frecuencia, pero no
saben dar gracias. Su ética carece de horizonte, replegada sobre sí mismo; la
minucia y el escrúpulo invaden su vida moral. Su Dios lleva una contabilidad...
Al mismo tiempo, se sienten incapaces de abrirse realmente a la iniciativa del
Otro, a la gratuidad. Los sacerdotes judíos encerraban a los leprosos curados
en el Templo. De igual modo, hay sacerdotes en la Iglesia que han educado a los
laicos en esa minucia legal y en esa entrega de cuentas que son tan contrarias
a la verdadera acción de gracias y a la comunión personal entre Dios y el
hombre. Y sucede hoy que esos fieles experimentan un despego cada vez más
profundo respecto a los sacramentos...
MAERTENS-FRISQUE - NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA VII - MAROVA
MADRID 1969.Pág. 167 s.
9.- Todo el camino de Jesús por la vida es un encuentro con la miseria
humana, un triunfo de su misericordia y su poder sobre el mal, movido por la fe
y la obediencia a su palabra. De los diez leprosos liberados sólo uno, el
samaritano, vuelve para expresar su reconocimiento a Jesús. Sólo él lleva su fe
hasta el final al glorificar a Dios reconociendo en Jesús la epifanía de Dios,
la revelación personal de su poder y de su misericordia para con los hombres.
Sólo él recibe la salvación como un don, como una gracia, sólo él ha tomado
conciencia de su indignidad para ser sanado. Y sólo él, el extranjero, recibe,
por la fe, con la salud, la salvación.
BIBLICOS-5. Pág. 561
PROPUESTA DE CANTOS
DOMINGO XXVIII T.O. CICLO C
LOS 10 LEPROSOS
(SABER SER AGRADECIDOS)
01.- ALEGRÍA DE
VIVIR (Manuel De Terry) (Entrada)
CANTANDO LA ALEGRÍA DE VIVIR,
LLEGUEMOS A LA CASA DEL SEÑOR;
MARCHANDO TODOS JUNTOS COMO HERMANOS,
ANDEMOS LOS CAMINOS HACIA DIOS.
Venid entremos todos dando gracias;
venid, cantemos todos al Señor,
gritemos a la Roca que nos salva,
cantemos la alabanza a nuestro Dios.
La paz del Señor sea con vosotros:
la paz que llena sola el corazón,
la paz de estar unidos como hermanos,
la paz que nos promete nuestro Dios.
Entremos por las puertas dando gracias,
podamos al Señor también perdón,
perdón por nuestra falta a los hermanos,
perdón por nuestros pobre corazón.
Sabed que Dios nos hizo y somos suyos;
sabed que el Señor es nuestro Dios.
Nosotros somos pueblo y las ovejas,
ovejas del rebaño del Señor.
02.- REUNIDOS EN EL
NOMBRE DEL SEÑOR (Entrada)
REUNIDOS EN EL NOMBRE DEL SEÑOR,
QUE NOS HA CONGREGADO ANTE SU ALTAR,
CELEBREMOS EL MISTERIO DE LA FE
BAJO EL SIGNO DEL AMOR Y LA UNIDAD
[BIS]
1. Tú, Señor, das sentido a nuestra vida,
tu presencia nos ayuda a caminar,
tu palabra es fuente de agua viva
que nosotros, sedientos, a tu mesa venimos a buscar.
2. Purifica con tu gracia nuestras manos,
ilumina nuestra mente con tu luz,
que la fe se fortalezca en tu palabra,
y tu cuerpo, tomado en alimento, nos traiga la salud
03.- UNIDOS EN LA
FIESTA (Joaquín Madurga) (Entrada)
UNIDOS EN LA FIESTA,
LA ALEGRÍA SE HACE CANCIÓN.
UNIDOS EN LA FE,
LA ALEGRÍA SE HACE ORACIÓN.
Cantaremos al Señor
aleluyas con himnos y salmos,
porque grande es el amor
que en nosotros por siempre mostró.
Cantad, (Cantad)
cantad, (Cantad)
cantad. (Cantad)
Cantaremos la bondad
del Señor que nos sienta a su mesa,
y nos llama a comulgar
como hermanos su vino y su pan.
Nuestras voces cantarán
el amor de su misericordia,
porque sabe perdonar
y nos llena de eterna bondad.
Cantaremos al Señor
aleluyas al son de instrumentos
y será nuestra canción
la alabanza que ensalza su amor.
04.- BENDITO SEAS,
SEÑOR (E. Pascual – F. Palazón) (Dones)
BENDITO SEAS, SEÑOR, POR ESTE PAN Y ESTE VINO
QUE GENEROSO NOS DISTE, PARA CAMINAR CONTIGO,
Y SERÁN PARA NOSOTROS ALIMENTO EN EL CAMINO.
1. Te ofrecemos el trabajo, las penas y alegrías,
el pan que nos alimenta y el afán de cada día.
2. Te ofrecemos nuestro barro que oscurece nuestras vidas
y el vino que no empleamos para curar las heridas.
05.- TE OFRECEMOS
NUESTRA JUVENTUD (Dones)
TE OFRECEMOS, SEÑOR,
NUESTRA JUVENTUD.
1. Este día que amanece
entre cantos y alegrías
este día en que sentimos
tu presencia en nuestras vidas.
2. Ilusiones y esperanzas
la alegría de vivir
todos juntos como hermanos
caminando hacia Ti.
3. El esfuerzo de los hombres
el dominio de la tierra
la llegada de tu Reino
inquietud que se hace eterna.
4. Ofrecemos todos juntos
nuestras vidas al Señor
los trabajos y dolores
la alegría y el dolor.
06.- TE OFRECEMOS
SEÑOR (F. Palazon) (Dones)
TE OFRECEMOS, SEÑOR, ESTE PAN Y ESTE VINO,
QUE EN TU CUERPO Y EN TU SANGRE
QUEDARÁN CONVERTIDOS.
Con el vino y el pan
te ofrecemos el fruto de nuestro trabajo,
la ilusión de vivir,
el placer y el dolor, la alegría y el llanto.
Juntamente, Señor,
te ofrecemos la vida que Tú nos has dado,
la esperanza, la fe y el amor,
que nos hace sentirnos hermanos.
07.- PROCESIONAL DE
OFRENDAS (A. Alcalde) (Dones)
LAS OFRENDAS DE TUS DONES TE PRESENTAMOS SEÑOR,
CON EL PAN Y CON EL VINO, LA ESPERANZA Y EL AMOR.
PAN Y VINO SERÁN TU CUERPO Y SANGRE SEÑOR (Bis)
Pan y vino de la tierra, el trabajo y el dolor.
Toda la vida en la mano y en la mano el corazón.
Las espigas y racimos ya se han hecho vino y pan,
estos bienes que nos diste los llevamos a tu altar.
Las horas del día entero, deshojadas por tu amor,
con el pan y con el vino, presentamos al Señor
08.- NO PODEMOS
CAMINAR (Comunión)
NO PODEMOS CAMINAR
CON HAMBRE BAJO EL SOL,
DANOS SIEMPRE EL MISMO PAN:
TU CUERPO Y SANGRE, SEÑOR.
1. Comamos todos de este Pan,
el Pan de la unidad.
En un cuerpo nos unió el Señor,
por medio del amor.
2. Señor, yo tengo sed de TI,
sediento estoy de Dios;
pero pronto llegaré a ver
el rostro del Señor.
3. Por el desierto el pueblo va
cantando su dolor;
en la noche brillará tu luz,
nos guía la verdad.
09.- EN SU MESA HAY
AMOR (Comunión)
EL SEÑOR NOS A REUNIDO JUNTO A EL
EL SEÑOR NOS A INVITADO A ESTAR CON EL
EN SU MESA HAY AMOR
LA PROMESA DEL PERDÓN
Y EN EL VINO Y PAN SU CORAZÓN (BIS)
Cuando, señor, tu voz
llega en silencio a mi
y mis hermanos me hablan de ti
se que a mi lado estas
te sientas junto a mi
acoges mi vida y mi oración
10.- VASO NUEVO
(Comunión)
1. Gracias quiero darte por amarme
gracias quiero darte yo a ti Señor.
Hoy soy feliz porque te conocí.
Gracias por amarme a mí también.
YO QUIERO SER, SEÑOR, AMADO
COMO EL BARRO EN MANOS DEL ALFARERO.
TOMA MI VIDA, HAZLA DE NUEVO,
YO QUIERO SER UN VASO NUEVO.
2. Te conocí y te amé,
te pedí perdón y me escuchaste.
Sí, te ofendí, perdóname Señor
pues te amo y nunca te olvidaré.
11.- HOMBRES NUEVOS
(Comunión)
DANOS UN CORAZÓN, GRANDE PARA AMAR,
DANOS UN CORAZÓN, FUERTE PARA LUCHAR.
Hombres nuevos creadores de la historia,
constructores de nueva humanidad,
hombres nuevos que viven la existencia
como riesgo de un largo caminar.
Hombres nuevos luchando en esperanza,
caminantes sedientos de verdad,
hombres nuevos sin frenos ni cadenas,
hombres libres que exigen libertad.
Hombres nuevos amando sin fronteras,
por encima de razas y lugar,
hombres nuevos al lado de los pobres,
compartiendo con ellos techo y pan.
12.- HIMNO A SEÑOR
CAUTIVO DE AYABACA (Salida)
JESUCRISTO CAUTIVO AYABACA
HOY TE ACLAMO CON GRAN DEVOCIÓN
TÚ ERES DIOS Y TU AMADO DEL PADRE
Y DEL HOMBRE ERES TÚ EL SALVADOR
Peregrinos de un pueblo que marcha
a la patria, hacia el cielo y hacia Dios
El amor es el lema que guie
Nuestro anhelo de liberación
Una tierra más justa queremos
con trabajo, con paz, con amor
Para hacer de un mundo más bello
donde todos vivamos mejor
Nuestra fe inquebrantable María
su pilar y modelo encontró
Para estar al servicio como ella
Y de esclava de Dios se llamó.
13.- TE DEN GRACIAS
(Eduardo de Zayas) (Salida)
TE DEN GRACIAS TODOS LOS PUEBLOS,
QUE TODOS LOS PUEBLOS TE DEN GRACIAS (2 VECES)
1. Señor, Señor, Señor gracias te damos,
por esta misa que hemos celebrado
Tu cuerpo y sangre ya hemos recibido
Volvemos a la vida entusiasmados.
2. Señor que bien se vive aquí en tu casa
En Cristo siempre unidos como hermanos
Señor que sea esto un anticipo del cielo
Que ya estamos comenzando.
14.- NO HAY MAYOR
AMOR
Y ES QUE NO HAY MAYOR AMOR
QUE DAR LA VIDA,
QUE DAR LA VIDA POR AMOR.
Y ES QUE NO HAY MAYOR AMOR
QUE DAR LA VIDA,
QUE DARLE A CRISTO EL CORAZÓN.
Como grano que al morir da fruto,
y en espiga se transformará.
Así Cristo puesto en el sepulcro,
en nosotros resucitará.
Dale muerte a tu egoísmo,
a tu orgullo y a tu vanidad,
déjalos que caigan en la tierra,
pues muriendo tú florecerás.
Cual pastor que ama a sus ovejas,
y por siempre las protegerá.
Nos conduce Cristo a buenos pastos,
con su muerte nos rescatará.
Con tu vida harás como el pastor,
entregándote sin vacilar.
El que hace de su vida entrega,
siempre vida en Cristo encontrará.
En la Pascua un mandamiento nuevo,
a nosotros nos dejó el Señor:
«Entregar la vida a los hermanos
como Cristo nos la entregó».
Esta es la señal de los cristianos
por la que nos reconocerán:
«El amor con el que nos amamos,
y en la propia entrega a los demás».