DEN AL CÉSAR LO QUE ES DEL CÉSAR
Y A DIOS LO QUE ES DE DIOS
COMENTARIO
Si estas en contra del impuesto, estás contra los romanos; si
estás a favor del impuesto, estás contra Dios. Para comprometer a Jesús, le
tienden una trampa en la que no tiene más remedio que caer. El país vive bajo
la ocupación romana y los judíos hacen de ello un asunto religioso. Sobre esto
quiere reflexionar el evangelio: la religión y la política.
Los partidarios de Herodes y los saduceos son
colaboracionistas y andan al acecho de cualquier palabra imprudente que les
permita denunciar a Jesús como agitador. Pero los fariseos, y prácticamente
todo el pueblo judío, detestan a los romanos como opresores y como paganos.
Pagar el impuesto es reconocerse sometido a un emperador pagano. ¿Y no es eso
obrar contra Dios? Tú, que te dices Mesías, no puedes aceptar esto: ¿no estás
en contra del impuesto? Jesús deshace el equívoco: se sirven de la moneda del
César, aceptan esta situación del país ocupado: entonces lo que es del César
devuélvanselo al César.
Así, Jesús distingue la religión de la
política. No hay como se hace a veces cortando la vida en dos: por un lado, el
terreno del César, la política; y por otro, el terreno de Dios, la religión.
No, la religión y la política son distintas, pero trabadas entre sí.
Hay ciertamente dos terrenos, o mejor dicho
múltiples terrenos. Y, en primer lugar, el de Dios que lo engloba todo. Den a
Dios lo que es de Dios, quiere decir: vean de qué manera todo en tu vida guarda
relación con Dios en política lo mismo que en todo cuanto hacemos. Una luz muy
clara sobre los problemas de fe y política y sobre muchos problemas.
Porque en el interior de la soberanía total
de Dios hay muchos terrenos en donde tenemos que ejercer nuestra libertad: la
vida personal, la familia, la empresa, la sociedad. No cuestión de cuestión de
vivir todo a nuestro capricho, declarando por ejemplo que tal comportamiento
político es el único cristiano. Hay la tentación de poner a Dios en los argumentos
electorales o en las pasiones políticas. No, se trata del César, no de Dios.
Dios está lo mismo a la derecha que a la izquierda. Pero la tentación contraria
es igualmente mala: intentar evadirse junto a Dios, lejos de todo compromiso
colectivo. Entonces huimos del amor a nuestros hermanos, porque es en gran
parte mediante la acción política como es posible hacer que progrese la
justicia social y la calidad de vida. Permanecer bien guarecido, decir muchas
oraciones y dejar que en el país las cosas vayan de cualquier manera no es ser
piadoso, sino egoísta. Se ha utilizado la respuesta de Jesús de muchas maneras.
Creo que el principio que se deduce de ella permite rechazar la separación
completa entre la fe y la política, aunque evitando cuidadosamente la amalgama:
ninguna política puede ligar a Dios, pero todas las políticas tienen que
rendirle cuentas.
R.P. Roland
Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Sal 16, 6.8.
Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío;
inclina el oído y escucha mis palabras. Guárdame como a las niñas de tus ojos,
a la sombra de tus alas escóndeme.
ORACION
COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, haz que te presentemos una voluntad
solícita y estable, y sirvamos a tu grandeza con sincero corazón. Por nuestro
Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías 45, 1.4-6.
Así dice el Señor a Ciro, su ungido, a quien
lleva de la mano: «Para someter ante él a las naciones y desarmar a los reyes,
abriré ante él las puertas, y las puertas no se le cerrarán. Por mi siervo
Jacob, por mi escogido Israel, te llamé por tu nombre, te di un título, aunque
no me conocías. Yo soy el Señor y no hay otro; fuera de mí, no hay dios. Te
pongo la insignia, aunque no me conoces, para que sepan de Oriente a Occidente
que no hay otro fuera de mí. Yo soy el Señor, y no hay otro».
SALMO
RESPONSORIAL (Sal 95)
Aclamen la gloria
y el poder del Señor.
Canten al Señor un cántico
nuevo, canta al Señor, toda la tierra. Cuenten a los pueblos su gloria, sus
maravillas a todas las naciones. R.
Porque es grande el Señor,
y muy digno de alabanza, más temible que todos los dioses. Pues los dioses de
los paganos son apariencia, mientras que el Señor ha hecho el cielo. R.
Familias de los pueblos,
aclamen al Señor, aclamen la gloria y el poder del Señor, aclamen la gloria del
nombre del Señor, entren en sus atrios trayéndole ofrendas. R.
Póstrense ante el Señor en
el atrio sagrado, tiemble en su presencia la tierra toda. Digan a los pueblos:
«El Señor es rey, Él gobierna a los pueblos rectamente». R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a
los Tesalonicenses 1, 1-5b.
Pablo, Silvano y Timoteo saludan a
la Iglesia de Tesalónica, que está unida a Dios Padre y al Señor Jesucristo.
Gracia y paz a ustedes. Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes y los
tenemos presentes en nuestras oraciones. Ante Dios, nuestro Padre, recordamos
sin cesar la actividad de su fe, el esfuerzo de su amor y el aguante de su
esperanza en Jesucristo, nuestro Señor. Bien sabemos, hermanos amados de Dios,
que Él los ha elegido y que, cuando se proclamó el Evangelio entre ustedes, no
hubo solo palabras, sino además fuerza del Espíritu Santo y fruto abundante.
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO Flp 2,
15d.16a
Aleluya. Ustedes brillan como
lumbreras en el mundo, mostrando una razón para vivir. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo
Evangelio según san Mateo 22, 15-21.
En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y
llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron
unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron: «Maestro,
sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad;
sin que te importe nadie, porque no miras la condición de las personas. Dinos,
pues, qué opinas: ¿es lícito pagar impuesto al César o no?». Pero Jesús,
conociendo su malicia, les dijo: «Hipócritas, ¿por qué me tientan?. Enséñenme
la moneda del impuesto». Le presentaron un denario. Él les preguntó: «¿De quién
es esta cara y esta inscripción?». Le respondieron: «Del César». Entonces les
dijo: «Pues denle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».
PLEGARIA
UNIVERSAL
Hermanos, solo Dios
es el Señor y solo Él tiene poder para socorrernos en nuestras necesidades. Por
eso, digamos unidos a toda la Iglesia: R. Señor, escúchanos.
1.- Para que en constante acción de gracias
la Iglesia dé testimonio del amor y la esperanza que nos trajo Cristo. Oremos.
R.
2.- Para que el Espíritu Santo guíe a
nuestros pastores. Oremos. R.
3.- Para que entre todos construyamos nuestro
país con esfuerzo, trabajo y honestidad. Oremos. R.
4.- Para que los enfermos y los que sufren
experimenten el consuelo y la fortaleza de Dios. Oremos. R.
5.- Para que quienes en su vida se entregaron
al anuncio del Evangelio y pasaron haciendo el bien, sean recompensados ahora
en el cielo. Oremos. R.
6.- Para que la Eucaristía nos ayude a ser
buenos cristianos, ciudadanos honrados y hombres y mujeres de bien. Oremos.
R.
Tú que nos ayudas a
vivir en la verdad, escucha nuestras oraciones y haz que te demos gloria
asumiendo nuestros deberes y obligaciones. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, estar al servicio de tus dones con un corazón
libre, para que, con la purificación de tu gracia, nos sintamos limpios por los
mismos misterios que celebramos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Sal 32, 18-19.
Los
ojos del Señor están puestos en quien lo teme, en los que esperan su
misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de
hambre.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Señor, haz que nos sea provechosa la celebración de las realidades del
cielo, para que nos auxilien los bienes temporales y seamos instruidos por los
eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA
DÍA
Lunes 23: Rm 4, 20-25; Sal: Lc 1, 69-75; Lc 12, 13-21
Martes 24: Rm 5, 12.15b.17-19.20b-21; Sal 39; Lc 12,
35-38.
Miércoles
25: Rm 6, 12-18; al 123;
Lc 12, 39-48.
Jueves 26: Rm 6, 19-23; Sal 1; Lc 12, 49-53.
Viernes 27: Rm 7, 18-25ª; Sal 118; Lc 12, 54-59.
Sábado 28: Nm 21, 4b-9; Sal 83; Flp 2, 5-12; Jn 3,
11-16.
Domingo 29: Ex
22, 20-26; Sal 17; 1Ts 1, 5c-10; Mt 22, 34-40.
COMENTARIOS AL EVANGELIO
Mt 22, 15-21
Par: Mc 12,
13-17 Lc 20, 20-26
1. D/ALGUIEN
Los fariseos presentan a Jesús un problema o, mejor, un dilema
aparentemente insoluble. Jesús relativiza el insoluble problema introduciendo a
Dios en el horizonte del problema. Pero lo sorprendente de Jesús es que cuando
introduce a Dios no lo hace para hablar de Él o porque quiera discurrir sobre
Él. Es curioso lo poco que habla de Dios Jesús sea cual sea el evangelio que
tomemos. Es como si se hubiera adelantado al problema hermenéutico actual de
las mediaciones del lenguaje. Jesús no hace discursos sobre Dios, ni siquiera
lo erige en objeto de reflexión. Jesús, sencilla- mente, vive desde Dios, habla
con Él, lo presiente y lo siente. Para Jesús, Dios es Alguien y no algo.
Alguien con el que cuenta en cualquiera de los momentos y de los
enredos. Alguien con el que se convive.
Nacionalismo, colaboracionismo. ¿Se paga el impuesto al César o no se
paga? Un enredo humano, tan real y cruel que causó muchas disensiones y se
cobró muchas vidas. Pero, ¿qué pasaría si Dios fuera para nosotros Alguien tan
entrañable como lo fue para Jesús? ¿Qué sería de nuestros enredos? Ya sé que en
nombre de Dios se mata. Pero también sé que ese dios debe ir con la minúscula
de nuestros dioses, hijos del integrismo y de la mentalidad cerrada. Desde el
NT sólo sé que Dios va con mayúscula. Imaginemos no que existe Dios, sino que
Él es Alguien junto a nosotros. A lo mejor resulta que nuestros enredos se
relativizan de tal manera que se volatilizan. Y entonces nos topamos con lo que
empieza a valer la pena.
A. BENITO - DABAR 1987/51
2.- D/ABSOLUTO. PORQUE CREEMOS EN UN SOLO
DIOS, CREEMOS QUE NADA NI NADIE MÁS ES DIOS.
-Den al César lo que es del César.
Una interpretación apresurada y sesgada del evangelio ha simplificado la
cuestión, reduciéndola al ámbito de la Iglesia y del Estado, el poder temporal
y el espiritual, como si el hombre tuviera que ser el botín de uno de esos dos
poderes. Y no es así. La cuestión que los judíos plantean a Jesús es una
cuestión política: ¿se puede y se debe pagar el tributo impuesto por los
romanos? ¿se puede aceptar el dominio imperialista de Roma? ¿Hay que resignarse
en una situación de colonialismo? Jesús no entra en la cuestión teórica, puesto
que en la práctica los judíos ya han aceptado el hecho imperialista al aceptar
la moneda romana. Por eso Jesús les pide que enseñen una moneda, para que
reconozcan que la pregunta está respondida en la praxis.
Si viven sometidos, ese es su problema. Pero no hay ninguna razón para
que el hombre se someta a ningún poder. Y así Jesús, respondiendo a lo que no
habían preguntado, les ayuda a recobrar la conciencia de la dignidad humana. Si
la organización humana necesita la existencia y concentración de poderes, todos
los poderes están limitados y no pueden ser absolutos. Y así Jesús sentencia:
dad al César lo que es del César. Pero sólo lo que sea del César, no todo lo
que el poder pretende con todo su aparato coercitivo.
-Dad a Dios lo que es de Dios.
Esto significa, por de pronto, que no todo es del César, o sea, que el
poder del Estado no es absoluto. En el lenguaje político los límites del poder
radican en la soberanía popular, en el reconocimiento y declaración de los
derechos humanos. En un lenguaje religioso se dice que los poderes del Estado y
en general cualquier poder está limitado por la soberanía de Dios, que es quien
ha creado al hombre a su imagen y semejanza. Así lo expresa el profeta Isaías
en el texto que hemos escuchado: "Yo soy el Señor y no hay otro; fuera de
mí no hay dios". La existencia de Dios, el Absoluto, es la negación de
cualquiera otro que pueda presentarse como absoluto. Sólo hay un Dios, todo lo
demás no es Dios. Ni es Dios la idea que los hombres podamos fabricarnos de
Dios, ni siquiera la idea que la Iglesia tiene de Dios. La existencia de Dios
aparece, pues, como la condición de posibilidad de la libertad y autonomía de
la persona frente a los poderosos y poderes de este mundo, políticos o
religiosos. La fe en Dios es la legitimación de toda desobediencia civil y
religiosa, de la objeción de conciencia frente a toda imposición. Porque
creemos en un solo Dios, creemos que nada ni nadie más es dios.
EUCARISTÍA 1987/49.
3.- El impuesto al César recordaba a los judíos que eran un pueblo
dominado por los extranjeros, por los paganos. Y esto era una afrenta al Pueblo
de Dios. Frente a la cuestión del impuesto se adoptaron en Israel diversas
actitudes: Mientras los saduceos (los colaboracionistas de aquellos tiempos) no
tenían inconveniente en pagar y someterse a un poder que los privilegiaba, los
fariseos lo hacían de mala gana y los zelotes se negaban en absoluto. Estos últimos,
nacionalistas exaltados, habían hecho de ello una cuestión de conciencia.
Creían que pagar al César era tanto como negar que Dios es el único Señor de
Israel.
La pregunta era comprometedora en extremo y estaba formulada con la peor
intención. Ponía a Jesús entre la espada y la pared, entre los saduceos y los
zelotes, entre el César y el pueblo, entre la autoridad de Dios y el poder
temporal.
Evidentemente no hay que suponer que Jesús no llevaba consigo ni
siquiera un denario (una moneda de plata equivalente a unos diez duros), menos
aún que no lo hubiera visto nunca. Si les pide que le enseñen un denario es
sólo para poner en evidencia su hipocresía y su mala intención. Pues si llevan
dinero del César, si lo utilizan corrientemente en la vida, es claro que
reconocen de hecho su autoridad. Y si es así, ¿por qué han de negarse a pagar
sus impuestos? Era un principio generalmente admitido por todos que el poder
político se extendía tanto como el curso de la moneda. Según este principio,
diríamos hoy que no es posible aceptar los dólares americanos sin reconocer de
hecho su autoridad. Aunque Jesús no dice expresamente qué es del César y qué es
de Dios, es claro que no todo es del César. Y en este sentido Jesús pone coto a
cualquier absolutismo y recorta la autoridad del estado. Por otra parte, Jesús
critica también cualquier concepción teocrática que identifique los intereses y
los derechos de una nación con la misma voluntad de Dios. Pone también límites
a cualquier clericalismo. Digamos que la respuesta de Jesús condena por igual
la edificación del estado y la suplantación de Dios por los que dicen
representarlo.
EUCA 1987/49.
4.- Los evangelios de hoy y del próximo domingo son dos escenas de
controversia, en las que los fariseos buscan el modo de comprometer a Jesús en
sus palabras, con el fin de hallar un motivo para acusarlo. El episodio de hoy
gira en torno al tributo al César, el del próximo domingo sobre el mandamiento
más importante de la Ley, y entre ambos se encuentra la pregunta de los
saduceos sobre la resurrección de los muertos.
El censo de la población y el impuesto personal -que todos, excepto los
niños y ancianos, estaban obligados a pagar- eran los signos más claros de la
dominación romana sobre Palestina. Los partidarios de Herodes aceptaban esta
situación. En el extremo contrario, los zelotas, por motivos religiosos, se
negaban a pagar el impuesto y practicaban una resistencia activa: su único rey
era Yahvé, y el dominio del emperador era para ellos intolerable. Los fariseos,
por su parte, estaban especialmente preocupados por la observancia de la Ley y,
mientras el poder romano no se enfrentase directamente con ella, solían
aceptarlo.
La pregunta, por tanto, estaba puesta para que -tanto si respondía de
modo afirmativo como negativo- Jesús quedase malparado ante las masas populares
simpatizantes de los zelotas o ante el poder romano.
Las primeras palabras que se le dirigen serían un magnífico elogio de
Jesús si hubiesen sido dichas con sinceridad. La mayor alabanza que podía
hacerse de un maestro consistía en decir que era veraz y fiel en la
interpretación de la Ley y que se comportaba libremente en su trato con las
personas. Jesús se da cuenta inmediatamente de que, aparentando interés por una
cuestión actual, lo que pretenden es hacerle caer en una trampa. Así, después
de ponerlos en evidencia -"¡Hipócritas!, ¿por qué me tentáis?"-, hace
que los mismos que han formulado la pregunta queden implicados en la respuesta.
Efectivamente, los que en la vida cotidiana admiten la moneda acuñada
por el César, reconocen de este modo su soberanía sobre ellos y legitiman así
los impuestos que pagan.
La respuesta de Jesús concentra su fuerza en la segunda parte: "a
Dios lo que es de Dios", recordando en primer lugar que el centro de su
misión es la predicación del Reino. Conceder a Dios lo que es de Dios supone
darle la primacía y colocar al César en su justo lugar. Con esta respuesta,
Jesús se distancia tanto de los zelotas, que querían una sociedad teocrática,
como del emperador romano, que divinizaba su poder y su persona, excediéndose
en sus atribuciones.
J. ROCA - MISA DOMINICAL 1981/19.
5.- JC no se mete en si el César tiene derecho a gobernar, sino que
reconoce que, como demuestra la moneda, en realidad gobierna, y por tanto exige
tributos. Pero añade a este reconocimiento la afirmación de que hay que pagar a
Dios lo que es de Dios: y ningún israelita se atrevería nunca a afirmar (y a lo
largo del evangelio la cosa queda clara) que haya algún dominio humano que
quede fuera del poder de Dios. La respuesta, pues, no es ninguna teoría
política, ni establece una división de competencias entre el César y Dios, ni
responde lo que hay que hacer en caso de contraposición entre las exigencias
del César y las de Dios. Si se mira el conjunto del evangelio, se ve como JC
presta una atención muy limitada a dar respuestas a las concretas cuestiones de
la realidad temporal, anunciando, siempre que se plantea una cuestión de este
tipo, que lo que cuenta es la fidelidad a Dios, y que todo el interés debe
estar centrado en el Reino de Dios que viene y que es superior a cualquier
poder humano. En este sentido, aquí se podría recordar la afirmación -Mt 6. 24-
de que nadie puede servir a dos señores (Cf. "Comentario Bíblico San
Jerónimo, vol. III, pág. 259).
J. LLIGADAS - MISA DOMINICAL 1978/19.
6. - Algún historiador ha dicho de etapas recientes de nuestra
Iglesia que estaba más interesada en conquistar el Estado que la sociedad.
Imponerse desde poderes similares a los del César o usar su brazo secular no es
el estilo de Jesús. Si los modos de los poderes de este mundo nos cautivan, esa
seducción es peor que una persecución. No se puede convertir al Dios de Jesús
en César de este mundo. Él se negó a ello.
No falta quienes deducen de este pasaje que es preciso que cada uno
ocupe su sitio, que la Iglesia vuelva al puro campo religioso: al culto
litúrgico. A Dios lo que es de Dios y al poder político todo lo demás. Pero la
acción de Jesús no fue ésta. Además de no ser ni siquiera sacerdote judío,
cambió el vocabulario dándoles a las palabras culto, sacrificio, templo, etc.,
un sentido nuevo. No se trata de la religión, se trata de Jesús.
Usar a Dios como elemento integrador de una comunidad o como bandera de
lucha parece tan viejo como la religión misma. La frase: "Dios está de
nuestra parte" viene a significar: "nosotros tenemos la razón".
También en nuestros días, a pesar de la secularización, se sigue repitiendo, ya
sea con motivo de una guerra o de un partido de fútbol. Defender a Dios ha sido
el eslogan de todas las inquisiciones y cruzadas de todos los tiempos. En
realidad, eran y son muy otros los intereses defendidos. LA CAUSA DE JESÚS NO
ES LA DE LA RELIGIÓN SINO LA DE LOS POBRES.
EUCARISTÍA 1990/48.
7.- Este pasaje pertenece al relato de las "tentaciones" a las
que escribas, fariseos y saduceos someten a Cristo. Los partidarios de Herodes
formulan el primer ataque con la esperanza de que Jesús pronunciará alguna
palabra que pueda ser atentatoria contra el César.
a) A la pregunta de los herodianos: "¿está permitido pagar el
impuesto al César?", que no posee ningún derecho divino a reinar sobre el
pueblo porque no es de la raza de David, Cristo responde con un argumento
"ad hominem": puesto que los fariseos y sus discípulos aceptan la
autoridad y los beneficios del imperio romano, que soporten también las
prescripciones y las exigencias.
Lejos de pronunciarse sobre la legitimidad del poder, Jesús se limita a
precisar que ha sido aceptado y, por consiguiente, merece obediencia.
Como los inquisidores se encuentran de esta forma no sólo reducidos al
silencio, sino confirmados además en su celo pro-romano, Cristo añade: "y
dad a Dios lo que es de Dios". La obediencia cívica no constituye un
obstáculo para los deberes para con Dios. La enseñanza es doble: la autoridad
civil tiene derecho a la obediencia, sobre todo de parte de quienes se
aprovechan de las ventajas que lleva consigo (Rm 13. 1-8; Tt 3. 1-3; 1 P 2.
13-14).
Pero esta obediencia no puede ser un obstáculo a la obediencia que se
debe a Dios. b) Intercalando este episodio a continuación de la parábola del
festín, Mateo introduce una interpretación suplementaria (Mt 22. 1-14). La
parábola del festín subraya la negativa con que muchos responden al llamamiento
de Dios; al relatar a continuación el triple enfrentamiento de los herodianos,
de los saduceos y de los fariseos, el evangelista caracteriza las tres
actitudes de rechazo que la Iglesia-asamblea puede encontrar. Algunos están de
tal forma ligados a un "César" que les es imposible reconocer al
Señor; otros no pueden admitir un más allá para la vida presente; otros,
finalmente, se envuelven, al igual que los fariseos, en una intransigencia de
tal calibre y en una pureza tal que no pueden significar a la Iglesia de
"todo el que llega". Mateo prepara así el capítulo 23 de su
evangelio, en el que Cristo maldice a esos oponentes, y el cap. 24, en el que
Jesús anuncia la nueva asamblea y la "bendición" de los nuevos
congregados (Mt 23. 34), opuesta a la "maldición" de quienes han
rechazado la invitación (Mt 23.), y la nomenclatura de los congregados (Mt
25.).
No existe, pues, una verdadera oposición, basada en el Evangelio, entre
lo que es del César y lo que es de Dios. En efecto, el Reino de Dios no se
sitúa fuera de los reinos terrestres, puesto que éstos son asumidos por Dios en
JC. Querer dar a Dios lo que le es debido implica, pues, que se dé al César lo
que le pertenece. El Reino de Dios no es de este mundo en el sentido de que no
es uno más de los reinos de acá abajo; pero sí está en el mundo en el sentido
de que es extensible a todas las realezas terrestres. Por tanto, no se puede
ser cristiano auténtico al margen de las realidades.
La Iglesia no tiene, pues, por qué disputar a las realezas terrestres un
espacio que tiene reservado para ella: ocupa ya todo el espacio del mundo,
puesto que significa de manera visible la humanidad reconciliada con Dios. Por
otra parte, tampoco tiene por qué ejercer su dominio sobre el mundo profano y
secularizado.
Y no será transformando a este último en cristiandad, sino enviándole
sus miembros, como se hará extensible a él y significará para él su salvación
final en JC.
MAERTENS-FRISQUE - NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA VII - MAROVA
MADRID 1969. Pág.186 s.
8.- La respuesta de Jesús es del todo inesperada y coge de sorpresa a
sus interlocutores. Es una respuesta que se sustrae a la lógica de tomar
partido. No es una respuesta evasiva. Evita el dilema, mas no por miedo a
comprometerse. Lleva el razonamiento a mayor profundidad, al centro inspirador,
a saber, la justa concepción de la dependencia de Dios y, por tanto, la justa
libertad frente al estado.
Evidentemente, con su respuesta Jesús no coloca a Dios y al César en el
mismo plano. En las palabras "Dad al César lo que es del César, pero a
Dios lo que es de Dios", el acento me parece que cae en la segunda parte.
La preocupación de Cristo es ante todo salvaguardar en toda situación política
los derechos de Dios.
También están los derechos del estado; pero cuando el estado permanece
en su sitio, estos derechos se truecan en deberes de conciencia. Sin embargo,
hay que apresurarse a añadir que el estado no puede erigirse en valor absoluto;
ningún poder político: romano o no, cristiano o no, puede arrogarse derechos
que competen sólo a Dios, ni puede absorber el corazón entero del hombre, ni
reemplazar su conciencia ("pero a Dios lo que es de Dios").
BRUNO MAGGIONI - EL RELATO DE MATEO - EDIC. PAULINAS/MADRID 1982.Pág.
231
9.- Censo o contribución por cabeza que, como súbditos del imperio
romano, tenían que pagar todos los judíos una vez entrados en la adolescencia y
hasta los sesenta o sesenta y cinco años. Para la conciencia nacional judía,
fogueada por el movimiento zelota, este censo era absolutamente intolerable. De
ahí el carácter de trampa en que se quiere atrapar a Jesús: o afirma en público
el derecho del César y pierde el afecto de un pueblo resignado a los hechos,
pero simpatizante con los zelotas, o lo niega, lo que en aquellas
circunstancias significa una incitación a la resistencia, que era
inmediatamente sofocada por constituir un delito de rebeldía contra Roma.
Partidarios de Herodes (herodianos): su táctica política habitual era el
servilismo sin condiciones a las órdenes de Roma. Sin llegar a este servilismo,
los fariseos no extremistas eran también partidarios del poder constituido,
siempre que éste no se enfrentase con la Ley de Dios. Tanto unos como otros
tienen ya hecha su propia opción y no pretenden cuestionarla: son partidarios
del statu quo, impuestos al César incluidos.
DABAR 1978/56.
PROPUESTA DE CANTOS DOMINGO XXIX CICLO A
- (22 OCTUBRE 2023)
TEMA: “DENLE AL CÉSAR LO QUE ES DEL CÉSAR
Y A DIOS LO QUE ES DE DIOS”
01.- IGLESIA PEREGRINA (Cesareo Garabaín)
Todos unidos formando un solo cuerpo,
un pueblo que en la Pascua nació;
miembros de Cristo en sangre redimidos:
¡Iglesia peregrina de Dios!
Vive en nosotros la fuerza del Espíritu
que el Hijo desde el Padre envió,
Él nos empuja, nos guía y alimenta:
¡Iglesia peregrina de Dios!
SOMOS EN LA TIERRA
SEMILLA DE OTRO REINO,
SOMOS TESTIMONIO DE AMOR,
PAZ PARA LAS GUERRAS Y LUZ
ENTRE LAS SOMBRAS:
¡IGLESIA PEREGRINA DE DIOS! (2)
Rugen tormentas y a veces nuestra barca
parece que ha perdido el timón,
miras con miedo, no tienes confianza:
¡Iglesia peregrina de Dios!
Una esperanza nos llena de alegría,
presencia que el Señor prometió;
vamos cantando, Él viene con nosotros:
¡Iglesia peregrina de Dios!
SOMOS EN LA TIERRA
SEMILLA DE OTRO REINO,
SOMOS TESTIMONIO DE AMOR,
PAZ PARA LAS GUERRAS Y LUZ
ENTRE LAS SOMBRAS:
¡IGLESIA PEREGRINA DE DIOS! (2)
Todos nacidos en un solo bautismo,
unidos en la misma comunión,
todos viviendo en una misma casa:
¡Iglesia peregrina de Dios!
Todos prendidos en una misma suerte,
ligados a la misma salvación;
somos un cuerpo y Cristo es la cabeza:
¡Iglesia peregrina de Dios!
02.- JUNTOS CANTANDO LA ALEGRIA (Cesareo Garabaín)
JUNTOS CANTANDO LA ALEGRÍA
DE VERNOS UNIDOS EN LA FE Y EL AMOR.
JUNTOS SINTIENDO EN NUESTRAS VIDAS
LA ALEGRE PRESENCIA DEL SEÑOR.
Somos la Iglesia peregrina que Él fundó,
somos un pueblo que camina sin cesar,
entre cansancios y esperanzas, hacia Dios,
nuestro amigo, Jesús, nos llevará.
Hay una fe que nos alumbra con su luz,
una esperanza que empapó nuestro esperar,
aunque la noche nos envuelva en su inquietud,
nuestro amigo, Jesús, nos guiará.
Es el Señor, nos acompaña al caminar,
con su ternura a nuestro lado siempre va,
si los peligros nos acechan por doquier,
nuestro amigo, Jesús, nos salvará.
03.- NUEVA CREACION (P. Mariano de Blas).
CAMINA, PUEBLO DE DIOS,
CAMINA, PUEBLO DE DIOS,
NUEVA LEY, NUEVA ALIANZA
EN LA NUEVA CREACIÓN
CAMINA PUEBLO DE DIOS.
CAMINA PUEBLO DE DIOS.
Mira allá en el Calvario,
en la roca hay una cruz,
muerte que engendra la vida,
nuevos hombres, nueva luz.
Cristo nos
ha salvado
con su muerte y resurrección.
Todas las cosas renacen
en la Nueva Creación.
Cristo toma en su cuerpo,
el pecado, la esclavitud;
al destruirlos nos trae
una nueva plenitud.
Pone en paz a los hombres,
a las cosas y al Creador.
Todo renace a la vida
en la Nueva Creación.
Cielo y tierra se abrazan,
nuestra alma halla el perdón.
Vuelven a abrirse los cielos
para el hombre pecador.
¡Israel peregrino,
vive y canta tu redención.
Hay nuevos mundos abiertos
en la Nueva Creación!
04.- ESTO QUE TE DOY (Grupo
Alabanza)
Esto que te doy
Es vino y Pan Señor
Esto que te doy es mi trabajo.
Es mi corazón, mi Alma
Es mi Cuerpo y mi razón
Es esfuerzo de mi caminar.
Esto que te doy,
mi vida es Señor,
es mi amor, también es mi dolor,
es la ilusión mis sueños,
es mi gozo y mi llorar,
es mi canto y mi oración.
TOMA MI VIDA PONLA EN TU CORAZÓN
DAME TU MANO Y LLÉVAME.
CAMBIA MI PAN EN TU CARNE Y MI VINO EN TU
SANGRE, Y A MI SEÑOR RENUÉVAME, LÍMPIAME
Y SÁLVAME.
Esto que te doy
no solo yo Señor,
esta voz también es de mi hermano.
Es la unión, la paz, un orden,
armonía y felicidad,
es un canto en comunidad
05.- TE OFRECEMOS, SEÑOR (Francisco Palazón)
TE OFRECEMOS, SEÑOR,
ESTE PAN Y ESTE VINO;
QUE, EN TU CUERPO Y TU SANGRE,
QUEDARÁN CONVERTIDOS (bis).
1.- Con el vino y el pan,
te ofrecemos el fruto de nuestro trabajo;
la ilusión de vivir,
el placer y el dolor, la alegría y el llanto.
2.- Juntamente, Señor,
te ofrecemos la vida que Tú nos has dado;
la esperanza, la fe y el amor,
que nos hace sentirnos hermanos.
06.- CON AMOR TE PRESENTO SEÑOR (Carmelo Erdozaín)
1.- Con amor te presento, Señor,
lo mejor de mi vida,
te presento, Señor, mi amistad.
Con amor te presento, Señor,
para ser mi manjar.
La viña, el racimo, el trigal,
el pan de mi hogar
te presento con amor.
2.- Con mis manos abiertas a Ti,
contemplando tu lámpara,
te presento, Señor, mi esperanza.
Hacia Ti se dirige mi barca,
hacia el cielo se va.
Es largo el camino, el remar,
ruta pascual,
Dios me guía al caminar.
3.- Con mi ofrenda también yo te doy
lo mejor de mis lágrimas.
Te presento, Señor, mi dolor.
Te presento, Señor, mi oración,
ofertorio de amor.
El grano enterrado ya es flor,
la espiga oblación,
la semilla redención.
07.- VIVE DIOS (Leonardo Caro)
Cuando sientas que se queman
tus entrañas por amor
y te entregas al llamado sin temor.
Cuando están en armonía
voluntad y corazón,
he iluminas y en tu cuerpo vive Dios.
VIVE DIOS, POR SIEMPRE VIVE DIOS,
EN TU VIDA Y EN TU HISTORIA VIVE DIOS.
VIVE DIOS, POR SIEMPRE VIVE DIOS.
POR TU MUERTE Y POR TU GLORIA VIVE DIOS.
Cuando estás en la penumbra
aguardando lo peor
y desprecias la existencia y su valor.
Si no encuentras un sentido,
anda y busca en tu interior
y verás que aún en tu cuerpo vive Dios.
08.- EL SEÑOR ES MI FUERZA (Juan Antonio Espinoza)
EL SEÑOR ES MI FUERZA
MI ROCA Y SALVACIÓN.
1.- Tú me guías por sendas de justicia
me enseñas la verdad
Tú me das el valor para la lucha
sin miedo avanzaré.
2.- Iluminas las sombras de mi vida
al mundo das la luz
aunque pase por valles de tiniebla
yo nunca temeré.
3.- Yo confío el destino de mi vida
al Dios de mi salud
a los pobres enseñas el camino
su escudo eres Tú.
4.- El Señor es la fuerza de su pueblo
su gran libertador
Tú le haces vivir en confianza
seguro en tu poder.
09.- EL SEÑOR NOS HA REUNIDO
EL SEÑOR NOS HA REUNIDO JUNTO A ÉL,
EL SEÑOR NOS HA INVITADO A ESTAR CON ÉL,
EN SU MESA HAY AMOR, LA PROMESA DEL PERDÓN,
Y EN EL VINO Y PAN, SU CORAZÓN. (2)
Cuando Señor, tu voz, llega en silencio a mí,
y mis hermanos me hablan de Ti, sé que a mi lado
estás,
te sientas junto a mí, acoges mi vida y oración.
10.- SIEMPRE ES NUEVO EL AMOR (Emilio Vicente Mateu)
AMAR ES DARSE A TODOS LOS HERMANOS
UNIENDO ENTRE LAS MANOS EL GOZO Y EL DOLOR.
Y AL AMARNOS EL MUNDO SE RENUEVA,
LA VIDA SIEMPRE ES NUEVA, SIEMPRE ES NUEVO EL AMOR.
Yo sé, Señor, que, aunque hablara
las lenguas del mundo,
aunque todos me llamen profeta,
si no puedo amar soy sólo un rumor.
Yo sé que sabiendo las ciencias extrañas
conociendo secretos ocultos
seré poca cosa si no tengo amor.
Yo sé, Señor,
que, aunque tenga una fe tan intensa
que traslade montañas y rocas,
de nada me sirve si no tengo amor.
Yo sé que, aunque queme mi cuerpo en las llamas;
aunque todo lo entregue a los pobres,
si no puedo amar es todo ilusión
No tengo amor.
11.- MI PENSAMIENTO ERES TU, SEÑOR
Mi pensamiento eres tú, Señor,
Mi pensamiento eres tú, Señor,
Mi pensamiento eres tú, Señor,
Mi pensamiento eres tú.
Porque Tú me has dado la vida,
Porque Tú me has dado existir,
Porque Tú me has dado cariño,
Me has dado amor (bis)
Mi alegría eres tú Señor
Mi alegría eres tú Señor
Mi alegría eres tú Señor
Mi alegría eres tú Señor
Porque Tú me has dado la vida,
Porque Tú me has dado existir,
Porque Tú me has dado cariño,
Me has dado amor (bis)
CANTOS PARA EL DOMUND
012.- CELEBREMOS EL DOMUND (Alfonso Luna)
G
VENID, CELEBREMOS EL DOMUND,
C
D
UN PAN COMPARTIDO PARA TODOS;
G
VENID, CELEBREMOS EL DOMUND,
C G D G
UNA CASA ABIERTA AL MUNDO;
C G D G
UNA FAMILIA ABIERTA AL MUNDO.
G
1.- Venid los de lejos,
C G
venid los de cerca;
A D
Cristo invita a esta mesa,
G
venid con los niños;
C G
venid los enfermos,
D7 G
Cristo invita a esta fiesta.
2.- Venid misioneros,
venid desde lejos;
Cristo invita a esta mesa,
venid misioneros;
venid a esta fiesta,
Cristo invita a su mesa.
013.- AL ALZAR MIS MANOS (CARMELO ERDOZÁIN
D Em7 A7 D
1.- Al alzar mis manos en oración
Em7 A7 D
ante Ti Señor siento el corazón
Em7 A7
en paz, alegría y amor
D Em7 A7 D
ante Ti Señor siento el corazón
Em7 A7 D
en paz, alegría y amor.
G D C F#m7
Dios es amor, mi amor, mi salvación
G D Bm7
A7 D
Dios es amor, mi amor y mi salvación.
2.- Al abrir mis manos en comunión
viene mi Señor, Él es mi manjar
mi pan, mi camino y mi hogar
viene mi Señor, Él es mi manjar
mi pan, mi camino y mi hogar.
Dios es mi pan, mi pan y mi manjar
Dios es mi pan, mi pan, Él es mi manjar.
3.- En la noche oscura, en soledad
siento que Él está, Él conmigo está
abriendo la ruta pascual
siento que Él está, Él conmigo está
abriendo la ruta pascual.
Dios es mi paz, mi paz, mi libertad
Dios es mi paz, mi paz y mi libertad.