EL GOZO DE AMAR
COMENTARIO
San Juan, en las dos lecturas
de este último domingo de Pascua, va destacar lo que es el toque definitivo de
la vivencia de la fe: el amor, el ágape. Interesa subrayar y meditar las notas
más características, según Juan, de este amor.
El amor cristiano nace y
empieza en Dios. Originariamente es cosa de Dios y no nuestra, la iniciativa es
suya. Dios es amor, origen y motor del amor. El Hijo, Jesús, se origina del
Padre en un proceso de Amor, que es el Espíritu. Este amor en Dios es
comunidad, trinidad. Y este amor se va manifestando en la creación, en la
encarnación, en filiación, en la amistad, en la alegría definitiva del
encuentro final. Pero siempre el origen y el término es Dios.
El signo más claro, la
encarnación de ese amor, es Jesús. Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su
propio Hijo. Tanto nos amó Jesús que se entregó a la muerte por nosotros. Jesús
es la medida del amor de Dios y el ejemplo a seguir. Todas las palabras de
Jesús, todos los hechos de su vida tienen este sentido. Jesús es el amor de
Dios hecho rostro humano.
Este amor que nace en el Padre
y pasa por Jesús termina necesariamente en los hermanos. Esto, para Juan, está
bien claro y lo repite mil veces en su Evangelio y en sus cartas. El amor
cristiano es ambivalente, tiene dos polos: Dios y los hermanos (el hombre).
Quien no ama al hermano no conoce a Dios, no conoce a Jesús, no ha entendido lo
que es la fe cristiana. Sin amor a Dios y a los hermanos no hay fe cristiana. Y
un amor que tiene que concretarse en frutos, en obras.
Juan nos indica, también,
algunos de los frutos del amor, como son la amistad, la gracia, la oración, las
obras y la alegría. En el ambiente pascual en que estamos habría que destacar
la alegría. "Que mi alegría esté en ustedes y la alegría de ustedes llegue
a plenitud" (Jn 15, 13).
Con frecuencia
apelamos a ciertas razones para no seguir este camino del amor. Si tratamos,
decimos, con amor a los demás, si dialogamos con todos, si nos abrimos sin
prejuicios, los demás se aprovecharán y sacarán ventaja, o serán unos
desagradecidos, o nos harán perder inútilmente el tiempo... Por eso, se sigue
razonando, es mucho más práctico una buena disciplina, una mano dura, una
cierta dosis de castigos, una prudente distancia, un cubrirse las espaldas,
etc. Estos criterios los puede dictar la prudencia humana, pero no el amor
cristiano.
R.P. Roland Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Is 48, 20
Anúncielo con
gritos de júbilo, publíquenlo y proclámenlo hasta el confín de la tierra.
Digan: “El Señor ha rescatado a su pueblo”. Aleluya
ORACION
COLECTA
Dios
todopoderoso, concédenos continuar celebrando con fervor sincero estos días de
alegría con honor del Señor resucitado, para que manifestemos siempre en las
obras lo que repasamos en el recuerdo. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del
libro de los Hechos de los Apóstoles 10, 25-26.34-35.
44-48.
Cuando iba a entrar Pedro en casa del centurión Cornelio, salió a su
encuentro y se echó a sus pies a modo de homenaje, pero Pedro lo alzo,
diciendo: “levántate, que soy un hombre como tú”. Pedro tomo la palabra y dijo:
“Esta claro que Dios no hace distinciones, acepta al que lo teme y practica la
justicia sea de la nación que sea”. Todavía estaba hablando Pedro, cuando
descendió el Espíritu Santo sobre todos los que escuchaban sus palabras. Al
oírlos hablar en lenguas extrañas y proclamar la grandeza de Dios, los
creyentes circuncisos, que habían venido con Pedro, se sorprendieron de que el
don del Espíritu Santo se derramara también sobre los paganos. Pedro añadió: “¿Se
puede negar el agua del Bautismo a los que han recibido el Espíritu Santo igual
que nosotros?”. Y mando bautizarlos en el nombre de Jesucristo. Le rogaron que
se quedara unos días con ellos.
SALMO
RESPONSORIAL (Sal 97)
El Señor revela a las naciones su salvación
Canten al Señor un cantico nuevo, porque ha
hecho maravillas; su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R.
El Señor da a conocer su victoria, revela a
las naciones su justicia; se acordó de su misericordia y su fidelidad a favor
de la casa de Israel. R
Los confines de la tierra han contemplado la
victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera: griten, vitoreen,
toquen. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 4, 7-10
Querido hermanos: Amémonos unos a
otros, porque el amor procede de Dios y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce
a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se
manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios es amor. En esto se manifestó
el amor que Dios nos tiene: en que Dios envío al mundo a su Hijo único, para
que vivamos por medio de él. En esto
consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino que él nos amó
y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación por nuestros pecados.
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO Jn 14, 23
Aleluya. El que me ama guardara mi palabra-
dice el Señor-, y mi Padre lo amará y vendremos a él. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 9-17
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Como el Padre
me ha amado, así los he amado yo; permanezcan en mi amor. Si guardan mis
mandamientos, permanezcan en mi amor, lo mismo que yo he guardado los
mandamientos de mi padre y permanezco en su amor. Les he hablado de esto para
que mi alegría este en ustedes, y su alegría llegue a plenitud. Este es mi
mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado. Nadie tiene amor
más grande que el que da la vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos, si
hacen lo que yo les mando. Yo no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo
que hace su señor: a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer,
todo lo que he oído a mi Padre. No son ustedes los que me han elegido, soy yo
quien los he elegido y los he destinado para que vayan y den frutos, y su fruto
du re. De modo que lo que pidan al
Padre en mi nombre. Él les concederá. Esto les mando: que se amen unos a otros.
PLEGARIA
UNIVERSAL
Hermanos, alegres por la resurrección de Jesús, oremos junto a toda la
Iglesia diciendo: R.- Te rogamos, óyenos.
1.- Para que la iglesia contribuya a la justicia y liberación
evangélica de los hombres y mujeres de nuestra sociedad. Oremos al Señor. R.
2.- Para que, con actitud de misericordia, el Papa y nuestros Obispos
testifiquen que Cristo venció al pecado y nos mereció la vida verdadera. Oremos
al Señor. R.
3.- Para que el Espíritu Santo se derrame abundantemente con sus dones
en los que han sido incorporados a la Iglesia y los haga testigos del
Evangelio. Oremos al Señor. R.
4.- Para que los que sufren pobreza, soledad y marginación experimenten
en la solidaridad de sus hermanos el amor gratuito y abundante de Dios. Oremos
al Señor. R.
5.- Para que los misioneros, médicos, maestros y todos los que sirven a
los más necesitados experimente que Cristo es su fortaleza y sabiduría. Oremos
al Señor. R.
Escucha, Señor nuestras oraciones, enséñanos a amar y a permanecer
unidos en ti, para que un día podamos disfrutar de la gloria que Cristo nos
mereció. El que vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Suban hasta ti, Señor,
nuestras súplicas con la ofrenda del sacrificio para que, purificados por tu
bondad, nos preparemos para el sacramento de tu inmenso amor. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Jn 14, 15-16
Si
me aman, guardaran mis mandamientos, dice el Señor: y yo le pediré al Padre que
les de otro Paráclito, que este siempre con ustedes. Aleluya.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Dios todopoderoso y eterno, que en la
resurrección de Jesucristo nos ha renovado para la vida eterna, multiplica en
nosotros los frutos del Misterio pascual e infunde en nuestros corazones la
fortaleza del alimento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 06: Hch 16, 11-15; Sal 149; Jn 15, 26—16, 4a
Marte 07: Hch 16, 22-34; Sal 137; Jn 16, 5-11
Miércoles 08: Hch
17, 15.22-18, 1; Sal 148; Jn 16, 12-15.
Jueves 09: Hch
18, 1-8; Sal 97; Jn 16, 16-20.
Viernes 10: Hch 18, 9-18; Sal 46; Jn 16, 20-23a
Sábado 11: Hch 18, 23-28; Sal 46; Jn 16, 23b-28.
Domingo 12: Hch 1, 1-11; Sal 46; Ef 1, 17-23; (o bien:
Ef 4, 1-13); Mc 16, 15-20.
COMENTARIOS
AL EVANGELIO
Jn 15, 9-17
1.- ACI DIGITAL 2003
9. No se puede pasar en silencio una
declaración tan asombrosa como ésta. Jesús vino a revelarnos ante todo el amor
del Padre, haciéndonos saber que nos amó hasta entregar por nosotros a su Hijo,
Dios como El (3, 16). Y ahora, al declararnos su propio amor, usa Jesús un
término de comparación absolutamente insuperable, y casi diríamos increíble, si
no fuera dicho por El. Sabíamos que nadie ama más que el que da su vida (v.
13), y que El la dio por nosotros (10, 11), y nos amó hasta el fin (13, 1), y
la dio libremente (10, 18), y que el Padre lo amó especialmente por haberla
dado (10, 17); y he aquí que ahora nos dice que el amor que Él nos tiene es
como el que el Padre le tiene a Él, o sea que Él, el Verbo eterno, nos ama con
todo su Ser divino, infinito, sin límites, cuya esencia es el mismo amor (cf.
6, 57; 10, 14 s.). No podrá el hombre escuchar jamás una noticia más alta que
esta "buena nueva", ni meditar en nada más santificante; pues, como lo
hacía notar el Beato Eymard, lo que nos hace amar a Dios es el creer en el amor
que Él nos tiene. Permaneced en mi amor significa, pues, una invitación a
permanecer en esa privilegiada dicha del que se siente amado, para enseñarnos a
no apoyar nuestra vida espiritual sobre la base deleznable del amor que
pretendemos tenerle a Él (véase como ejemplo 13, 36 - 38), sino sobre la roca
eterna de ese amor con que somos amados por Él. Cf. I Juan 4, 16 y nota.
11. Porque no puede existir para el hombre mayor gozo que el de saberse amado
así. En 16, 24; 17, 13; I Juan 1, 4, etc., vemos que todo el Evangelio es un
mensaje de gozo fundado en el amor.
14. Si hacéis esto que os mando, es decir, si os amáis mutuamente como acaba de
decir en el v. 12 y repite en el v. 17, porque el mandamiento del amor es el
fundamento de todos los demás (Mat. 7, 12; 22, 40; Rm. 13, 10; Col. 3, 14).
15. Notemos esta preciosa revelación: lo que nos transforma de siervos en
amigos, elevándonos de la vía purgativa a la unión del amor, es el conocimiento
del mensaje que Jesús nos ha dejado de parte del Padre. Y El mismo nos agrega
cuán grande es la riqueza de este mensaje, que contiene todos los secretos que
Dios comunicó a su propio Hijo.
16. Hay en estas palabras de Jesús un inefable matiz de ternura. En ellas
descubrimos, no solamente que de Él parte la iniciativa de nuestra elección;
descubrimos también que su Corazón nos elige, aunque nosotros no lo hubiéramos
elegido a Él. Infinita suavidad de un Maestro que no repara en humillaciones
porque es "manso y humilde de corazón" (Mat. 11, 29). Infinita fuerza
de un amor que no repara en ingratitudes, porque no busca su propia
conveniencia (I Cor. 13, 5). Vuestro fruto permanezca: Es la característica de
los verdaderos discípulos; no el brillo exterior de su apostolado (Mat. 12, 19
y nota: "), pero sí la transformación interior de las almas. De igual modo
a los falsos profetas, dice Jesús, se les conoce por sus frutos (Mat. 7, 16),
que consisten, según S. Agustín, en la adhesión de las gentes a ellos mismos y
no a Jesucristo. Cf. 5, 43; 7, 18; 21, 15; Mat. 26, 56.
2.- -"Esto os mando: que os améis".
Con estas precisas y preciosas palabras termina el evangelio de este domingo.
Con esas mismas palabras se despidió Jesús de sus discípulos durante la última
cena, momentos antes de subir a la cruz para resucitar. La solemnidad del
momento en que nos dio Jesús su mandamiento de amarnos, demuestra bien a las
claras que es su última voluntad, la misión que nos encomienda con urgencia y
con todas las prioridades. Por eso insiste una y otra vez, como para que no
pase inadvertido ni sea relegado a segundo plano.
Para mayor abundamiento, el mismo
evangelista, que nos ha transmitido ese mandamiento de Jesús, hace suya la
orden del Maestro y nos insta a que nos amemos los unos a los otros, ya que el
amor es de Dios.
-"Que os améis unos a otros como yo os
he amado". El amor que Jesús nos encomienda no es una simple corriente de
simpatía. No se trata sólo ni precisamente de mirar a todo el mundo con una
sonrisa en la boca o prodigando buenas palabras a diestro y siniestro.
Tampoco se trata de la caridad, con minúscula
y caricaturesca, a que frecuentemente reducimos el mandamiento de Jesús. El
evangelio no da pie para que evaluemos el amor en donativos de caridad, en limosnas,
en desprendimiento de lo que nos sobra y vamos a tirar.
El amor que Jesús nos manda es simplemente el
amor. Un amor afectivo y de amistad, de compañerismo, fraternal. Pero un amor
también efectivo y operativo. Es el amor que arraiga en el corazón y produce
sentimientos de aceptación, de respeto y estima, al tiempo que da frutos de
justicia, de solidaridad y de fraternidad entre todos los hombres. Porque lo
que Jesús nos propone es que nos amemos los unos a los otros como él nos ha
amado. ¿Que cómo nos ha amado Jesús?
-"Nadie tiene mayor amor que el que da
la vida". Ese es el límite del amor cristiano, a él debemos tender y
aspirar, no podemos conformarnos con un amor menor, no seríamos buenos
seguidores de Jesús. Jesús ha puesto tan alta la cota, para que no caigamos en
lo que tantas veces caemos, en las ridículas prácticas de tantas caridades
vergonzantes. Jesús pudo poner bien alta la mira, porque él mismo estaba a
punto de hacer lo que nos mandaba hacer.
Al día siguiente de darnos el mandamiento del
amor, moría en la cruz víctima del amor a los hermanos. Así quedaba patente el
modo del amor de Dios, manifestado en su Hijo. Así quedaba meridianamente claro
el modo del amor cristiano.
Y si el récord del amor cristiano está en dar
la vida, parece claro que no será mucho exigirnos el dar todo lo que vale mucho
menos que la vida, como es nuestro tiempo, nuestro trabajo, nuestra dedicación,
nuestras cosas, nuestro dinero.
-"Si guardáis mi mandamiento,
permaneceréis en mi amor". Somos cristianos, amamos a Cristo, si y sólo si
amamos al prójimo como Dios nos ama en su Hijo Jesucristo. Ahí podría estar, si
la hay, la diferencia entre el amor cristiano y todas las formas del altruismo,
en ese "como Dios nos ama". Esa medida, única capaz de acreditar nuestra
fe, ha sido frecuentemente rebajada por los seguidores de Jesús. La historia de
la Iglesia está salpicada de luces y sombras en este sentido. Pero hay luces
suficientes para que pueda ser tenida como maestra. Durante toda su larga
historia ha estado siempre pendiente de las necesidades y de los sufrimientos
de los hombres: los pobres, las viudas, los huérfanos, los enfermos, los
abandonados, los moribundos, los perseguidos han sido acogidos en la iglesia.
El calendario de los santos es un inmenso listado de hermosas obras del amor
cristiano. Y ese listado aún no se ha cerrado. Muchas de las miserias del
hombre se van resolviendo en la creciente acción social de los Estados. Pero
ninguna política social puede alcanzar todas las miserias de todos los hombres
ni podrá dar respuesta a todos los sufrimientos humanos. Por eso queda siempre
un espacio abierto al amor de los creyentes y a la solidaridad de todos.
-"Permaneced en mi amor".
Permanecer en el amor a Dios es permanecer en el mandamiento de Jesús, o sea,
en el amor al prójimo. Hoy precisamente la iglesia, haciéndose eco del
mandamiento de Jesús, nos insta a volcar nuestro amor en nuevas situaciones de
sufrimiento y de dolor de los hombres, como es el caso de ciertos enfermos
abandonados, desasistidos y rechazados a causa de su enfermedad. "Si las
comunidades cristianas quieren ser fieles a la persona y al mensaje de Jesús,
han de atender a los enfermos más desasistidos y necesitados con la misma
solicitud con que él lo hizo... Jesús no pasó de largo ante los enfermos, el
sector más desamparado y despreciado en la sociedad de su tiempo. Se acercó a
ellos, se conmovió ante su situación, les dedicó una atención preferente, buscó
el contacto humano con ellos, por encima, de las normas que lo prohibían, y les
libró de la soledad y abandono en que se encontraban, reintegrándolos a la
comunidad".
Así como Jesús amó a los hombres, a los
enfermos y necesitados, así es como debemos amar. Recordemos su mandamiento.
Practiquémoslo.
EUCARISTÍA 1988 nº 23
3.- ACI DIGITAL 2003
9. No se puede pasar en silencio una
declaración tan asombrosa como ésta. Jesús vino a revelarnos ante todo el amor
del Padre, haciéndonos saber que nos amó hasta entregar por nosotros a su Hijo,
Dios como El (3, 16). Y ahora, al declararnos su propio amor, usa Jesús un
término de comparación absolutamente insuperable, y casi diríamos increíble, si
no fuera dicho por El. Sabíamos que nadie ama más que el que da su vida (v.
13), y que El la dio por nosotros (10, 11), y nos amó hasta el fin (13, 1), y
la dio libremente (10, 18), y que el Padre lo amó especialmente por haberla
dado (10, 17); y he aquí que ahora nos dice que el amor que Él nos tiene es
como el que el Padre le tiene a Él, o sea que Él, el Verbo eterno, nos ama con
todo su Ser divino, infinito, sin límites, cuya esencia es el mismo amor (cf.
6, 57; 10, 14 s.). No podrá el hombre escuchar jamás una noticia más alta que
esta "buena nueva", ni meditar en nada más santificante; pues, como
lo hacía notar el Beato Eymard, lo que nos hace amar a Dios es el creer en el
amor que Él nos tiene. Permaneced en mi amor significa, pues, una invitación a
permanecer en esa privilegiada dicha del que se siente amado, para enseñarnos a
no apoyar nuestra vida espiritual sobre la base deleznable del amor que
pretendemos tenerle a El (véase como ejemplo 13, 36 - 38), sino sobre la roca
eterna de ese amor con que somos amados por Él. Cf. I Juan 4, 16 y nota.
11. Porque no puede existir para el hombre mayor gozo que el de saberse amado
así. En 16, 24; 17, 13; I Juan 1, 4, etc., vemos que todo el Evangelio es un
mensaje de gozo fundado en el amor.
14. Si hacéis esto que os mando, es decir, si os amáis mutuamente como acaba de
decir en el v. 12 y repite en el v. 17, porque el mandamiento del amor es el
fundamento de todos los demás (Mat. 7, 12; 22, 40; Rm. 13, 10; Col. 3, 14).
15. Notemos esta preciosa revelación: lo que nos transforma de siervos en
amigos, elevándonos de la vía purgativa a la unión del amor, es el conocimiento
del mensaje que Jesús nos ha dejado de parte del Padre. Y El mismo nos agrega
cuán grande es la riqueza de este mensaje, que contiene todos los secretos que
Dios comunicó a su propio Hijo.
16. Hay en estas palabras de Jesús un inefable matiz de ternura. En ellas
descubrimos, no solamente que dé El parte la iniciativa de nuestra elección;
descubrimos también que su Corazón nos elige, aunque nosotros no lo hubiéramos
elegido a Él. Infinita suavidad de un Maestro que no repara en humillaciones
porque es "manso y humilde de corazón" (Mat. 11, 29). Infinita fuerza
de un amor que no repara en ingratitudes, porque no busca su propia
conveniencia (I Cor. 13, 5). Vuestro fruto permanezca: Es la característica de
los verdaderos discípulos; no el brillo exterior de su apostolado (Mat. 12, 19
y nota: "), pero sí la transformación interior de las almas. De igual modo
a los falsos profetas, dice Jesús, se les conoce por sus frutos (Mat. 7, 16),
que consisten, según S. Agustín, en la adhesión de las gentes a ellos mismos y
no a Jesucristo. Cf. 5, 43; 7, 18; 21, 15; Mat. 26, 56.
PROPUESTA DE CANTOS DE V DE PASCUA -
CICLO B - (28 DE ABRIL 2024)
01.-. SALMO 97: ALELUYA, EL SEÑOR ES NUESTRO REY (Miguel Manzano)
¡ALELUYA, ALELUYA!
EL SEÑOR ES NUESTRO REY.
¡ALELUYA, ALELUYA!
EL SEÑOR ES NUESTRO REY.
1.- Cantad al Señor un cántico nuevo
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su Santo brazo.
2.- El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel.
3.- Los confines
de la Tierra han contemplado
la victoria
de nuestro Dios.
Aclamad al
Señor, tierra entera:
gritad,
vitoread, tocad.
4.-Tocad la cítara para el Señor,
suenen los
instrumentos;
con clarines
y al son de trompetas
aclamad al
Rey y Señor.
5.- Retumbe
el mar y cuanto contiene,
la Tierra y
cuantos la habitan;
aplaudan los
ríos,
aclamen los
montes,
al Señor que llega
para regir la Tierra.
02.- CON ALEGRIA EN EL CORAZON (Joaquín Madurga)
CON ALEGRÍA EN EL CORAZÓN
QUEREMOS CANTARTE, SEÑOR.
CON ESPERANZA, CON FE Y CON AMOR
QUEREMOS LLEGAR A TU MESA, SEÑOR.
1.- Con
alegría de amistad
compartida en una comida;
con esperanza de escuchar
tu Palabra, que da la vida.
2.- Con
alegría de fiesta
de hermanos en la Eucaristía;
con la fe y el amor que exige
juntarnos en tu comida.
3.- Con
alegría los primeros cristianos
su amor compartían;
con esperanza seguiremos
sus huellas y ejemplo de vida.
03.- CANTAD AL SEÑOR UN CANTICO NUEVO (Joaquín Madurga)
CANTAD AL SEÑOR UN CANTICO NUEVO,
PORQUE HA HECHO MARAVILLAS.
CANTAD AL SEÑOR UN CANTICO NUEVO,
PORQUE HA HECHO
MARAVILLAS.
Las naciones han sabido su justicia,
él ha dado a conocer su salvación,
se acordó de su amor y lealtad
Al tratar a su pueblo.
Los confines de la tierra hoy le aclaman:
canta el mar y los ríos con sus aguas
Y los montes gritan su gozo
Alabando la grandeza del Señor.
Alabad al Señor con vuestra música,
Con la citara t el arpa solmodiad,
Que resuene el clamor de las trompetas
En honor del Señor y nuestro Dios.
04.- ESTE PAN (Alfonso Luna)
1.- Este pan y este vino te ofrecemos hoy
este pan y este cáliz te ofrecemos hoy.
Es el fruto de nuestro trabajo, Señor
y es el fruto de nuestra unión.
BENDITO SEAS POR SIEMPRE SEÑOR
BENDITO SEAS POR SIEMPRE SEÑOR
2.- Estas manos y estos dones te ofrecemos hoy
nuestras vidas y estas flores te ofrecemos hoy.
Es el fruto de nuestro trabajo, Señor
y es el fruto de nuestra unión.
BENDITO SEAS POR SIEMPRE SEÑOR
BENDITO SEAS POR SIEMPRE SEÑOR
POR SIEMPRE, POR SIEMPRE.
05.- ACEPTA SEÑOR EL VINO Y EL PAN (Joaquín Madurga)
ACEPTA SEÑOR EL VINO Y EL PAN
CON ELLOS TRAEMOS TU OFRENDA A TU ALTAR
1.- Sobre tu
altar Señor va nuestra ofrenda
el abrazo sincero al hermano
perdonándonos nuestras ofensas.
2- Sobre el Altar, Señor, va nuestra ofrenda:
trabajar por un mundo más justo de igualdad
y concordia fraterna.
3.- Sobre el Altar, Señor, va nuestra ofrenda:
convertir nuestra vida pasada
al mensaje de tu Buena Nueva.
06.- LA VID Y LOS SARMIENTOS (Brotes de Olivo)
YO SOY LA VID VERDADERA, SOY VIÑADOR;
A QUIENES VIVEN CONMIGO, LES TENGO AMOR.
EL SARMIENTO DA FRUTO UNIDO A LA VID;
SI TÚ VIVES CONMIGO, YO VIVIRÉ EN TI. (BIS)
Si te vas de mí, nada haré por ti,
al vivir en mí, yo seré de ti.
Como el Padre me ama, os amo yo;
si guardas mis mandamientos, vives mi amor.
Como guardo el mandato que a mí se me dio;
permanezco en el Padre, yo vivo en su amor. (BIS)
Tú serás feliz al vivir en mí,
tú tendrás mi amor al vivir en Dios.
07.- CREEMOS EN EL AMOR (Emilio Vicente Mateu)
DO
SOL7 DO-DO7
Hemos conocido el amor,
FA REm SOL7 DO7
hemos puesto en El nuestro ideal,
FA REm DO
y sabemos que al unirnos en el nombre del Señor,
FA SOL MIm
DO
dando fuerza a nuestra vida Dios está.
DO FA
1.- Cristo
nos convoca para ser con El
FAm SIb DO7
signo de esperanza, signo de unidad.
FA MIm7 FA
DO
Para hacer presente el amanecer
LAm RE7 SOL7
de una nueva vida que comienza ya.
2.- Juntos proclamamos el amor de Dios,
juntos compartimos nuestro mismo pan.
Siempre unidos como cuerpo del Señor.
Juntos en la lucha, juntos al rezar.
3.- Hemos
descubierto que la vida es
sólo una mentira si el amor no está,
porque en el amor está viviendo Dios,
como fuente eterna de felicidad.
08.- YO SOY EL PAN DE VIDA
SOL SIm
1.- Yo soy el Pan de vida,
DO RE
el que viene a Mí no tendrá hambre,
SOL SIm DO
el que cree en Mí no tendrá sed.
SOL MIm LAm RE7
Nadie viene a Mí si mi Padre no lo atrae.
RE7 SOL RE MIm DO RE
RE7
Yo lo resucitaré, yo lo resu-citaré,
SOL
SOL7 DO DOm RE4 RE7
SOL
yo lo resu-citaré
en el dí--a final.
2.- El pan que yo daré es mi Cuerpo,
vida para el mundo.
El que siempre coma de mi carne
vivirá en Mí como yo vivo en mi Padre.
3.- Yo soy esa bebida
que se prueba y no se siente sed.
El que siempre beba de mi sangre
vivirá en Mí y tendrá la vida eterna.
4.- Sí, mi Señor, yo creo
que has venido al mundo a redimirnos,
que Tú eres el Hijo de Dios
y que estás aquí, alentando nuestras vidas.
09.- ACOMPAÑAME MARIA
ACOMPÁÑAME MARÍA, EN MI LARGO CAMINAR,
ACOMPÁÑAME MAMITA CUANDO YA NO PUEDA MÁS. (BIS)
Tu hijo es mi vida, la razón de mí existir,
caminando contigo tengo fuerzas de seguir.
Eres cuanto respiro, la razón de mí vivir,
no me dejes Madre mía no podría resistir.
Eres música en mi alma, el sello en mi corazón,
te refugio en mis sentidos, amor de mi amor.
Mi corazón ya no está triste, mi alma sedienta
está,
Madre mía cuanto te amo, dime como amarle más.
10.- SANTA MARIA DEL CAMINO (Juan A. Espinoza)
Do Fa Do
1.- Mientras
recorres la vida,
Sol7 Do Do7
tú nunca solo estas,
Fa Do Lam
contigo por el camino,
Rem Sol7 Do Do7
Santa María va.
Fa Do Lam
VEN CON NOSOTROS A CAMINAR
Rem Sol7 Do Do7
SANTA MARÍA VEN.
Fa Do Lam
VEN CON NOSOTROS A CAMINAR
Rem Sol7 Do
SANTA MARÍA VEN.
2.- Aunque
te digan algunos
que nada puede cambiar,
lucha por un mundo nuevo,
lucha por la verdad.
3.- Si por
el mundo los hombres
sin conocerse van,
no niegues nunca tu mano
al que contigo esta.
4.- Aunque
parezcan tus pasos
inútil caminar,
tú vas haciendo caminos,
otros los seguirán