OJOS PARA VER LOS MILAGROS
ORACION COLECTA
Señor, tu que te has dignado redimirnos y has querido hacernos
hijos tuyos, míranos siempre con amor de padre y haz que cuantos creemos en
Cristo, tu Hijo alcancemos la libertad verdadera y la herencia eterna. Por
nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura
del libro de Isaías 35,4-7a
Digan a
los cobardes de corazón: «Sean fuertes, no teman. Miren a su Dios que trae el
desquite, viene en persona, resarcirá y os salvará.». Se despegarán los ojos
del ciego, los oídos del sordo se abrirán saltará como un ciervo el cojo, la
lengua del mudo cantar. Porque han brotado aguas en el desierto, torrentes en
la estepa el páramo será un estanque, lo reseco un manantial.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 145)
Alaba, alma mía, al Señor
Que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R.
El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos,
el Señor guarda a los peregrinos. R.
Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol Santiago 2,1-5
No junten la fe en nuestro Señor Jesucristo glorioso con el favoritismo.
Por ejemplo: llegan dos hombres a la reunión litúrgica. Uno va bien vestido y
hasta con anillos en los dedos; el otro es un pobre andrajoso. Ven al bien vestido
y le decís: «Por favor, siéntate aquí, en el puesto reservado.». Al pobre, en
cambio: «Estén ahí de pie o siéntate en el suelo.». Si hacen eso, ¿no son
inconsecuentes y juzgan con criterios malos?. Queridos hermanos, escuchen:
¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y
herederos del reino, que prometió a los que lo aman?.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Marcos 7,31-37
En aquel tiempo, dejó Jesús el territorio
de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis.
Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le
imponga las manos.
Él, apartándolo de la gente a un lado, le
metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y, mirando al
cielo, suspiró y le dijo: «Effetá», esto es: «Ábrete.».
Y al momento se le abrieron los oídos, se
le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad. Él les mandó que no lo
dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban
ellos. Y en el colmo del asombro decían: «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los
sordos y hablar a los mudos.».
COMENTARIO
En ese conjunto de acciones y de palabras que constituyen el
evangelio, todo tiene un valor de enseñanza todo tiene que suscitar en nosotros
la pregunta de Marcos, la cuestión de las cuestiones sobre Jesús: ¿Quién eres?
¿Qué es lo que nos traes?”. El mismo Jesús quiso contestar a ella, cuando
vacilaba Juan bautista: “¿Eres tú el que se esperaba?”. Y la respuesta fue una
serie de milagros, repitiendo el texto de Isaías que comienza con una noticia
alentadora pero imprecisa: “Dios mismo viene a salvarnos”. Pero Isaías se
apresura a concretarla: “Los ciegos verán, los sordos oirán, los cojos
saltarán, los mudos gritarán, el
agua manará para
los que se
morían de sed”. Esto es a la vez muy concreto y simbólico: Mediante
estos ejemplos. Isaías quiere describir toda la miseria humana y la bondad
poderosa de Dios.
Nos ofrece de este modo la
clave para leer bien los milagros de Jesús. Cristo lleva a cabo realmente
curaciones y otras acciones milagrosas, pero como signos de que Dios mismo viene a salvarnos por medio de él, de Jesús:
todas las miserias físicas y morales se acabarán. Cada milagro es una especie
de cartel. Dios nos salva, es capaz de hacerlo y lo hace por medio de su Hijo
Jesús. Por consiguiente, este acto
espectacular no es un prodigio que discutir como posible o imposible.
¿Quién puede dictar al creador los límites de lo posible? Es un acto
poderosamente real, pero sobre todo poderosamente signo, que hay que meditar
como signo.
Nadie supo leer los milagros
de Jesús cuando los realizaba. La prueba es que la misma gente que los admiraba
los empujaría hacia la cruz y que sus mismos discípulos estuvieron hasta el fin
“faltos de inteligencia”. La curación del sordomudos forma parte
precisamente de una agrupación de textos sobre su inteligencia y este conjunto
termina con un
buen jarro de agua fría:
“¿No acaban de entender
ni de comprender? ¿Están ciegos? ¿Para
qué tienen ojos,
si no ven, y oídos,
si no oyen?”. (Mc 8, 17-18). Cuando Jesús se
enfada hasta ese punto, la cosa es grave. Era después del milagro de la
multiplicación que revelaba con tanta claridad la bondad de Dios y su poder de
salvación. Pero este paso de un milagro
a una meditación sobre el poder de Dios en acción sólo se dio después de la
resurrección.
Entonces comprendieron hasta qué punto Jesús es ese poder de
salvación. ¿Quién eres, Señor? Lo que
los milagros dicen de mí. ¿Lo comprendemos? ¿Sabemos leer los milagros? En todas las partes del mundo en donde actúa
Jesús resucitado, los sordos oyen, los mudos hablan, la vida resucita. Pero se
necesitan ojos para ver.
PLEGARIA UNIVERSAL
Pidamos, hermanos,
al Señor que escuche nuestras suplicas y atienda a nuestras peticiones:
1.- Para que la Iglesia, abierta al
dialogo con el mundo de hoy, pueda
llevar a los oídos de todos la Buena Noticia de la salvación. Roguemos
al Señor.
2.- Para que los responsables de los
medios de comunicación social, conscientes de su noble tarea, informen
debidamente y enjuicien objetivamente. Roguemos al Señor.
3.- Para que Dios, Padre todopoderoso
purifiquen al mundo de todo amor, devuelva la salud a los enfermos, aleje el
hambre, abra las prisiones injustas y conceda el regreso a los que añoran la
patria. Roguemos al Señor.
4.- Para que el Señor nos conceda
perseverar en la fe hasta el fin de nuestra vida y después de la muerte, nos
admita en el reino de la felicidad, de la luz y de la paz. Roguemos al Señor.
Tú, Señor, que has elegido a los pobres
del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos de tu reino, escucha
nuestras oraciones y ayúdanos a proclamar con valentía tu Evangelio, para que
los oídos de los sordos se abran, los cobardes de corazón salten de gozo y las
lenguas de los mudos canten con nosotros la salvación. Por Jesucristo nuestro
Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Oh Dios, fuente de la paz y del amor sincero, concédenos
glorificarte por estas ofrendas y unirnos fielmente a ti por la participación
de eta eucaristía. Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Con tu palabra Señor, y con pan del cielo, alimentas y vivificas a
tus fieles; concédenos que estos dones de tu Hijo nos aprovechen de tal modo
que merezcamos participar siempre de su vida divina. Por Jesucristo nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y
SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 7: Col 1, 24—2 3; Sal 61, 6-7.9; Lc 6, 6-11.
Martes 8:
Natividad
de la Virgen Maria (F) Mi 5, 1-4ª; ( o bien Rm 8, 28-30); Sal 12; Mt 1,
1-16,18-23 (o bien: Mt 1, 18-23.)
Miércoles 9:
Col 3, 1-11; Sal 144, 2-3.10-13; Lc 6, 20-26.
Jueves 10:
Col 3, 12-17; Sal 150, 1-6; Lc 6, 27-38.
Viernes 11:
1Tim 1, 1-2.12-14; Sal 15, 1-2.5.7-8.11; Lc 6, 39-42.
Sábado 12: 1Tim 1, 15-17; Sal 112, 1-7; Lc 6, 43-49.
Domingo 13: XXIV del Tiempo Ordinario. Is 50,
5-9ª; Sal 114, 1-6.8-9; St 2, 14-18; Lc 8, 27-35.