DECIR
SI A DIOS ES CAMBIAR ENSEGUIDA
COMENTARIO
Mucha de nuestra gente no se explica cómo Jesús alabe a unas mujeres que llevan una mala vida y a la vez sean portadoras de muchas enfermedades. Podríamos leer este texto de la siguiente manera: “Las prostitutas les procederán en el reino”. Pero diríamos que el evangelio no dice: “Les precederán”, sino que dice: “Les preceden”. Jesús no concedía una prioridad teórica a todas las prostitutas. Constaba un hecho: entre sus oyentes, las prostitutas eran las primeras que creían en él y se convertían. ¿Le agradaría más a Jesús si yo fuera un canalla y un sinvergüenza a una persona decente? Más de un cristiano choca con esta dificultad, sobre todo después de una homilía en donde le habían vapuleado. Seguramente no se daban cuenta de que reaccionaban algo así como esos fariseos a los que Jesús dedica la parábola de los dos hijos.
Los dos muchachos reciben
la misma invitación. Se trata de un detalle capital: sean cuales fueren nuestra
situación y nuestra vida, Dios nos hace la misma llamada fundamental y el mismo
ofrecimiento. Pueden parecer grandes las diferencias entre nosotros, pero
siempre son superficiales respecto a nuestra opción más profunda decir sí o no
a Jesucristo. Cuando los dos hijos oyen: “Ve hoy a trabajar en la viña”, uno
dice que si, pero no va. El otro dice que no, pero “recapacitó”, se arrepintió
y fue. Observemos las dos palabras clave: “hoy” y “recapacitó”, y piensen en
los que rodeaban a Jesús cuando les decía estas cosas. Él mismo es la invitación
de Dios, la invitación más fuerte: “Hoy, escúchenme a mí escuchando a mi Hijo”.
Hasta entonces, algunos creían que le decían sí a Dios, cuando en
realidad le decían no; no sabían verdaderamente cómo se dice sí a Dios. En este
sentido, los fariseos eran exactamente como las prostitutas. Todos estaban ante
la enorme oportunidad de poder finalmente decirle sí a Dios inmediatamente
(hoy), les bastaba con escuchar a Jesús.
Las prostitutas se aprovechan enseguida de esta oportunidad mientras
que los fariseos no dan ni un solo paso. ¿Cómo explicar una reacción tan
diferente? Todo esta en aquel “recapacitó”.
Para decirle sí a Dios hay que empezar por darse cuenta de que es
posible decirle que no, que uno está a punto de decírselo. Y no es fácil
confesar esto. Hay un peligro que acecha a los mejores, a los que se esfuerzan
lo mismo que los fariseos creerse tan al lado de Dios que no se piensa ya en
convertirse, en cambiar. Para las prostitutas su no a Dios era tan grande que
no vacilaron al ver que podrían decirle si inmediatamente.
Nosotros, ¡el primer hijo! Vamos acumulando los amén... y no nos
movemos. Entonces, ¿hay que hacerse publicanos o prostitutas? No, sino
descubrir que somos publicanos y prostitutas. Que somos pecadores, de una forma
o de otra. Cuando uno toma conciencia de ello, tiene ciertas oportunidades de
ser el segundo hijo, el del verdadero sí.
R.P. Roland Vicente
Castro Juarez
ANTIFONA DE ENTRADA Dn 3,
31.29.30.43.42.
Cuanto has hecho con nosotros, Señor, es un castigo merecido,
porque hemos pecado contra ti y no hemos obedecido tus mandamientos; pero da
gloria a tu nombre y trátanos según tu gran
misericordia.
ORACION COLECTA
Oh,
Dos, que manifiestas tu poder sobre todo con el perdón y la misericordia,
aumenta en nosotros tu gracia, para que, aspirando a tus promesas, nos hagas
participar de los bienes del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura
del Profeta Ezequiel 18, 25-28
Esto dice
el Señor: Comenten: no es justo el proceder del Señor.
Escuchen,
casa de Israel: ¿es injusto mi proceder?; ¿o no es tu proceder el que es
injusto?.
Cuando el
justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad
que cometió.
Y cuando
el malvado se convierte de la maldad que hizo, y practica el derecho y la
justicia, él mismo salva su vida.
Si
recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no
morirá.
SALMO RESPONSORIAL (24)
Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.
Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas, haz que
camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador, y todo el día
te estoy esperando. R.
Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; no
te acuerdes de los pecados ni de las maldades de mi juventud; acuérdate de mí
con misericordia, por tu bondad, Señor. R.
El Señor es bueno y es recto y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 2,
1-11
Hermanos: Si quieren darme el consuelo de Cristo y aliviarme con tu amor,
si nos une el mismo Espíritu y tienen entrañas compasivas, denme esta gran
alegría: mantenerse unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir.
No obren por envidia ni por ostentación, déjense guiar por la humildad y
consideren siempre superiores a los demás.
No se encierren en sus intereses, sino busquen todos el interés de los
demás.
Tengan entre ustedes los sentimientos propios de una vida en Cristo Jesús.
[El, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de
Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse
incluso a la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el
«Nombre-sobre-todo-nombre», de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se
doble —en el Cielo, en la Tierra, en el Abismo— y toda lengua proclame:
«¡Jesucristo es Señor!» para gloria de Dios Padre.
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO
Aleluya. Mis ovejas escuchan mi
voz, dice el Señor y yo las conozco, y ellas ms siguen. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 21, 28-32
En aquel tiempo dijo Jesús a los sumos
sacerdotes y a los ancianos del pueblo: ¿Qué les parece?. Un hombre tenía dos
hijos. Se acercó al primero y le dijo: «Hijo, ve hoy a trabajar en la viña.».
Él le contestó: «No quiero.» Pero después se arrepintió y
fue.
Se acercó al segundo y le dijo lo mismo.
Él le contestó: «Voy, señor.» Pero no fue.
¿Quién de los dos hizo lo que quería el
padre?.
Contestaron: El primero.
Jesús les dijo: Les aseguro que los
publicanos y las prostitutas les llevan la delantera en el camino del Reino de
Dios. Porque vino Juan a ustedes enseñándoles el camino de la justicia y no le
creíste; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y aun después de
ver esto ustedes no se arrepienten ni le creíste.
PLEGARIA UNIVERSAL
Reconociéndonos hijos amados de Dios, llamados a la
santidad y que gracias a las enseñanzas de sus Hijo Jesús podemos saber cómo
hacer su voluntad, dirijámosle con confianza nuestra suplicas. R. Padre, haz
que tu voluntad anide en nuestro corazón.
1.- Por el Papa Francisco y los sacerdotes
que animan nuestra fe: para que con su testimonio y cercanía nos ayuden a amar
la voluntad de Dios y a buscarla de todo corazón. Roguemos al Señor. R.
2.- Por todos los agentes de pastoral y
animadores de nuestras comunidades: para que guiados por el Espíritu Santo,
valoren a cada persona y favorezcan la unidad. Roguemos al Señor.
3.- Por todos los cristianos: para que,
alimentado un mismo pensar y un mismo sentir, seamos cercanos unos a otros y
evitemos toda rivalidad y división. Roguemos al Señor. R.
4.- Por las familias que tienen relaciones
difíciles y sufridas; para que encuentren en la Palabra de Dios la luz y la
fuerza para aceptar las diferencias y crecer en reciproca comprensión. Roguemos
al Señor.
5.- Por nosotros que celebramos unidos la
fe: para que, alimentando los mismos sentimientos de Jesús, seamos apoyo y
estimulo los unos para los otros. Roguemos al Señor.
Padre bueno, escucha nuestras suplicas y ayúdanos a construir
vínculos sinceros de fraternidad, viviendo en continua conversión. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Dios de misericordia, acepta esta ofrenda nuestra y
que, por ella se abra para nosotros la fuente de toda bendición. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Sal
118, 49-50.
Recuerda la palabra que diste a
tu siervo, Señor, de la que hiciste mi esperanza; este es mi consuelo en la
aflicción.
ORACION
DESPUES DE LA COMUNION
Señor, que el sacramento del cielo
renueve nuestro cuerpo y espíritu, para que seamos coherederos en la gloria de
aquel cuya muerte hemos anunciado y compartido. El, que vive y reina por los
siglos de los siglos.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes
28: Job 1, 6-22; Sal 16; Lc 9, 46-50.
Martes
29: Dn 7, 9-10.13-14; Sal 137, Jn 1, 47-51.
Miércoles
30: Job 9, 1-12.14-16; Sal 87; Lc 9, 57-62.
Jueves
01: Job 19, 21-27; Sal 27; Lc 10, 1-12.
Viernes
02: Ex 23, 20-23; Sal 91; Mt 18, 1-5.10
Sábado
03: Job 42, 1-3, 5—6, 12-17; Sal 119; Lc 10,
17-24.
Domingo
04: Ecle 50, 1, 3-4, 6-7; Sal 16; Gal 6, 14-18;
Mt 11, 25-30.
COMENTARIOS
AL EVANGELIO
Mt 21,
28-32
1.- En el pasaje que comentamos, Cristo quiere convencer a todos los que se
escandalizan de su predilección por los pecadores, de que éstos están más cerca
de la salvación, si hacen penitencia, que aquellos otros de tan buena
reputación que se creen justos (Mt 9. 10-13). Los pecadores, es cierto, se han
opuesto a la voluntad de Dios, pero se han arrepentido, como el hijo pródigo,
mientras que los que se consideran a sí mismos piadosos servidores de Dios se
olvidan de su obligación de amar a los hombres.
Esta parábola va dirigida, por consiguiente, a los que se cierran a la
Buena Nueva en nombre de la justicia. En ella se pone de manifiesto el amor de
Dios a los que, siendo objeto del desprecio de todos, son capaces de hacer
penitencia y de obedecer los mandatos de Dios con más ardor y entusiasmo que
los orgullosos y los que se bastan a sí mismos. La parábola es, pues, una
apología de la actitud de Cristo hacia los pecadores. (...).
Dios no ha decidido, en un momento determinado de la historia, rechazar
a Israel y adoptar a los gentiles, ya que su plan de salvación es, en todo
momento, universal. Ni siquiera los escribas y las autoridades judías son
excluidas de la salvación, pero el comportamiento de éstos con respecto al
Mesías les ha hecho perder la función que hasta entonces desempeñaban en el
orden de la mediación. El modo de vivir su "sí" a la Ley les ha hecho
decir "no" al Evangelio.
Esto mismo puede aplicarse también a los cristianos. Un "sí"
pregonado a los cuatro vientos y que, en realidad, oculta alguna negativa,
encierra con frecuencia a los "otros" en un "no", que ya no
es lo mismo. Y los profesionales del "sí" dan la sensación a veces de
estar tan aferrados a su sistema, que los que dijeron "no" no están
dispuestos a cambiar de parecer. Sin embargo, el acceso al Reino sólo es
posible en la medida en que los que comenzaron diciendo "no", con el
tiempo llegan a descubrir que pueden decir "sí" sin necesidad de
renegar del todo de sus anteriores opiniones.
MAERTENS-FRISQUE
- NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA VII - MAROVA MADRID 1969.Pág. 113 s.
2.- Jesús se enfrenta en el evangelio con unas conductas que por
religiosas son impenetrables al Evangelio, y ejemplariza otras que, aunque
inmorales, sí son asequibles a la revelación del Reino: al Dios nuevo que es JC
el Señor.
Jesús no está hablando de la salvación última ni de las colecciones de
virtudes heroicas; Jesús habla de la entrada en su Reino aquí, y pone el
ejemplo de Juan aceptado por las prostitutas y rechazado por los sacerdotes.
Jesús habla de lo que le está pasando a él mismo: va a ser asesinado por los
creyentes en su Padre: gentes muy religiosas, pero de muy malos sentimientos.
Nuestra situación es la misma, pero más grande en todo: el judaísmo se
coló en la Iglesia, se vistió de Evangelio, pero sigue impenetrable a los
sentimientos de Cristo. Pero también Xto y su Reino es más notable aquí, hay
muchos hijos que dijeron "no voy" y están trabajando para el Reino;
hay muchos señores que van abandonando su "rango" y consolidan muy
pegados a sus cruces el Señorío de Cristo.
JAIME CEIDE -
ABC/DIARIO - DOMINGO 30-9-1990/Pág. 74
3.- En el evangelio de hoy y en el de los dos próximos domingos vamos a
leer tres parábolas de Jesús dirigidas todas ellas "a los sumos sacerdotes
y a los ancianos del pueblo". Tienen en común el hecho de que Jesús se ve
rechazado por los notables del pueblo, aquellos que deberían haberlo aceptado
desde el principio. En estas notas al evangelio de hoy vamos a fijarnos en
primer lugar en la parábola y luego en sus aplicaciones.
1. De entrada Jesús invita a sus interlocutores a juzgar lo que va a
proponerles ("¿qué os parece?") y la interpelación se repite de nuevo
al final ("¿Quién de los dos...?"). Los dos hijos tipifican los dos
grandes grupos en que se dividía el pueblo de Israel: los "justos"y los
"pecadores", pero ambos son considerados como hijos y son objeto del
amor del Padre, al tiempo que tienen también necesidad de perdón. La parábola
describe sus actitudes contrarias. En primer lugar la del que es considerado
pecador: su respuesta cortante ("no quiero"), que muestra la desobediencia
al deber más importante para con los padres, hace que los oyentes de Jesús lo
caractericen como tal; pero éste es capaz de arrepentirse y hacer la voluntad
de su padre. La segunda actitud -el segundo hijo caracteriza a aquellos que se
creen "justos"- sería la de los que dicen y no hacen; los que en el
momento decisivo no obedecen.
Toda la fuerza de la parábola está en el hacer o el dejar de hacer, que
es lo que en definitiva cuenta ante Dios.
2. Las palabras de Jesús ("os aseguro...") se dirigen a los
notables del pueblo diciéndoles que ellos son los que dicen y no hacen, que
externamente son piadosos pero que en realidad no cumplen la voluntad de Dios.
En cambio, "los publicanos y las prostitutas", considerados como
personas cuya conversión era imposible a causa de su clase de vida, sustituyen
a los primeros en el camino hacia el Reino.
A esta primera aplicación de la parábola se añade otra, aplicando el
hecho de que los pecadores aceptan la predicación del Reino y los justos la
rechacen a una situación histórica muy concreta e importante: la predicación de
Juan Bautista. Los que creyeron en él y manifestaron con hechos concretos su
conversión -como el primer hijo- se encuentran ahora dispuestos para aceptar a
Jesús. Los que no se tomaron seriamente al Bautista van experimentando un
endurecimiento que les impide convertirse incluso después "de ver
esto", es decir, el cambio que con ocasión del Bautista y sobre todo de
Jesús, experimentan los considerados pecadores.
A lo largo de todo el texto -tanto de la parábola como de las
aplicaciones- se dan continuas referencias en tono polémico hacia aquellos que
no quieren aceptar la predicación de Jesús y se escandalizan del Evangelio.
J. ROCA - MISA
DOMINICAL 1981/18