viernes, 25 de septiembre de 2020

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO XXVI T.O. CICLO A - 27 SETIEMBRE 2020

DECIR SI A DIOS ES CAMBIAR ENSEGUIDA

 

COMENTARIO

 

Mucha de nuestra gente no se explica cómo Jesús alabe a unas mujeres que llevan una mala vida y a la vez sean portadoras de muchas enfermedades. Podríamos leer este texto de la siguiente manera: “Las prostitutas les procederán en el reino”. Pero diríamos que el evangelio no dice: “Les precederán”, sino que dice: “Les preceden”. Jesús no concedía una prioridad teórica a todas las prostitutas. Constaba un hecho: entre sus oyentes, las prostitutas eran las primeras que creían en él y se convertían. ¿Le agradaría más a Jesús si yo fuera un canalla y un sinvergüenza a una persona decente? Más de un cristiano choca con esta dificultad, sobre todo después de una homilía en donde le habían vapuleado. Seguramente no se daban cuenta de que reaccionaban algo así como esos fariseos a los que Jesús dedica la parábola de los dos hijos.

Los dos muchachos reciben la misma invitación. Se trata de un detalle capital: sean cuales fueren nuestra situación y nuestra vida, Dios nos hace la misma llamada fundamental y el mismo ofrecimiento. Pueden parecer grandes las diferencias entre nosotros, pero siempre son superficiales respecto a nuestra opción más profunda decir sí o no a Jesucristo. Cuando los dos hijos oyen: “Ve hoy a trabajar en la viña”, uno dice que si, pero no va. El otro dice que no, pero “recapacitó”, se arrepintió y fue. Observemos las dos palabras clave: “hoy” y “recapacitó”, y piensen en los que rodeaban a Jesús cuando les decía estas cosas. Él mismo es la invitación de Dios, la invitación más fuerte: “Hoy, escúchenme a mí escuchando a mi Hijo”.

Hasta entonces, algunos creían que le decían sí a Dios, cuando en realidad le decían no; no sabían verdaderamente cómo se dice sí a Dios. En este sentido, los fariseos eran exactamente como las prostitutas. Todos estaban ante la enorme oportunidad de poder finalmente decirle sí a Dios inmediatamente (hoy), les bastaba con escuchar a Jesús.

Las prostitutas se aprovechan enseguida de esta oportunidad mientras que los fariseos no dan ni un solo paso. ¿Cómo explicar una reacción tan diferente? Todo esta en aquel “recapacitó”.  Para decirle sí a Dios hay que empezar por darse cuenta de que es posible decirle que no, que uno está a punto de decírselo. Y no es fácil confesar esto. Hay un peligro que acecha a los mejores, a los que se esfuerzan lo mismo que los fariseos creerse tan al lado de Dios que no se piensa ya en convertirse, en cambiar. Para las prostitutas su no a Dios era tan grande que no vacilaron al ver que podrían decirle si inmediatamente.

Nosotros, ¡el primer hijo! Vamos acumulando los amén... y no nos movemos. Entonces, ¿hay que hacerse publicanos o prostitutas? No, sino descubrir que somos publicanos y prostitutas. Que somos pecadores, de una forma o de otra. Cuando uno toma conciencia de ello, tiene ciertas oportunidades de ser el segundo hijo, el del verdadero sí.

R.P. Roland Vicente Castro Juarez

  

ANTIFONA DE ENTRADA  Dn 3, 31.29.30.43.42.

Cuanto has hecho con nosotros, Señor, es un castigo merecido, porque hemos pecado contra ti y no hemos obedecido tus mandamientos; pero da gloria a tu nombre y trátanos según tu gran  misericordia.

 

ORACION COLECTA

Oh, Dos, que manifiestas tu poder sobre todo con el perdón y la misericordia, aumenta en nosotros tu gracia, para que, aspirando a tus promesas, nos hagas participar de los bienes del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

PRIMERA LECTURA

Lectura del Profeta Ezequiel 18, 25-28

Esto dice el Señor: Comenten: no es justo el proceder del Señor.

Escuchen, casa de Israel: ¿es injusto mi proceder?; ¿o no es tu proceder el que es injusto?.

Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió.

Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo, y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida.

Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá.

 

SALMO RESPONSORIAL (24)

Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.

 

Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas, haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador, y todo el día te estoy esperando. R.

 

Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; no te acuerdes de los pecados ni de las maldades de mi juventud; acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor. R.

 

El Señor es bueno y es recto y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. R.

 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 2, 1-11

Hermanos: Si quieren darme el consuelo de Cristo y aliviarme con tu amor, si nos une el mismo Espíritu y tienen entrañas compasivas, denme esta gran alegría: mantenerse unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir.

No obren por envidia ni por ostentación, déjense guiar por la humildad y consideren siempre superiores a los demás.

No se encierren en sus intereses, sino busquen todos el interés de los demás.

Tengan entre ustedes los sentimientos propios de una vida en Cristo Jesús.

[El, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos.

Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre», de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble —en el Cielo, en la Tierra, en el Abismo— y toda lengua proclame: «¡Jesucristo es Señor!» para gloria de Dios Padre.

 

ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO 

Aleluya. Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor y yo las conozco, y ellas ms siguen. Aleluya.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 21, 28-32

En aquel tiempo dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: ¿Qué les parece?. Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: «Hijo, ve hoy a trabajar en la viña.».

Él le contestó:  «No quiero.» Pero después se arrepintió y fue.

Se acercó al segundo y le dijo lo mismo.

Él le contestó:  «Voy, señor.» Pero no fue.

¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?.

Contestaron: El primero.

Jesús les dijo: Les aseguro que los publicanos y las prostitutas les llevan la delantera en el camino del Reino de Dios. Porque vino Juan a ustedes enseñándoles el camino de la justicia y no le creíste; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y aun después de ver esto ustedes no se arrepienten ni le creíste.

 

PLEGARIA UNIVERSAL

Reconociéndonos hijos amados de Dios, llamados a la santidad y que gracias a las enseñanzas de sus Hijo Jesús podemos saber cómo hacer su voluntad, dirijámosle con confianza nuestra suplicas. R. Padre, haz que tu voluntad anide en nuestro corazón.

 

1.- Por el Papa Francisco y los sacerdotes que animan nuestra fe: para que con su testimonio y cercanía nos ayuden a amar la voluntad de Dios y a buscarla de todo corazón. Roguemos al Señor. R.

 

2.- Por todos los agentes de pastoral y animadores de nuestras comunidades: para que guiados por el Espíritu Santo, valoren a cada persona y favorezcan la unidad. Roguemos al Señor.

 

3.- Por todos los cristianos: para que, alimentado un mismo pensar y un mismo sentir, seamos cercanos unos a otros y evitemos toda rivalidad y división. Roguemos al Señor. R.

 

4.- Por las familias que tienen relaciones difíciles y sufridas; para que encuentren en la Palabra de Dios la luz y la fuerza para aceptar las diferencias y crecer en reciproca comprensión. Roguemos al Señor.

 

5.- Por nosotros que celebramos unidos la fe: para que, alimentando los mismos sentimientos de Jesús, seamos apoyo y estimulo los unos para los otros. Roguemos al Señor.

 

Padre bueno, escucha nuestras suplicas y ayúdanos a construir vínculos sinceros de fraternidad, viviendo en continua conversión. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Concédenos, Dios de misericordia, acepta esta ofrenda nuestra y que, por ella se abra para nosotros la fuente de toda bendición. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

ANTIFONA DE COMUNION    Sal 118, 49-50.

Recuerda la palabra que diste a tu siervo, Señor, de la que hiciste mi esperanza; este es mi consuelo en la aflicción.

 

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Señor, que el sacramento del cielo renueve nuestro cuerpo y espíritu, para que seamos coherederos en la gloria de aquel cuya muerte hemos anunciado y compartido. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.

 

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

 

Lunes 28: Job 1, 6-22; Sal 16; Lc 9, 46-50.

Martes 29: Dn 7, 9-10.13-14; Sal 137, Jn   1, 47-51.

Miércoles 30: Job 9, 1-12.14-16; Sal 87; Lc 9, 57-62.

Jueves 01: Job 19, 21-27; Sal 27; Lc 10, 1-12.

Viernes 02: Ex 23, 20-23; Sal 91; Mt 18, 1-5.10

Sábado 03: Job 42, 1-3, 5—6, 12-17; Sal 119; Lc 10, 17-24.

Domingo 04: Ecle 50, 1, 3-4, 6-7; Sal 16; Gal 6, 14-18; Mt 11, 25-30.

 

COMENTARIOS AL EVANGELIO
Mt 21, 28-32


1.- En el pasaje que comentamos, Cristo quiere convencer a todos los que se escandalizan de su predilección por los pecadores, de que éstos están más cerca de la salvación, si hacen penitencia, que aquellos otros de tan buena reputación que se creen justos (Mt 9. 10-13). Los pecadores, es cierto, se han opuesto a la voluntad de Dios, pero se han arrepentido, como el hijo pródigo, mientras que los que se consideran a sí mismos piadosos servidores de Dios se olvidan de su obligación de amar a los hombres.

Esta parábola va dirigida, por consiguiente, a los que se cierran a la Buena Nueva en nombre de la justicia. En ella se pone de manifiesto el amor de Dios a los que, siendo objeto del desprecio de todos, son capaces de hacer penitencia y de obedecer los mandatos de Dios con más ardor y entusiasmo que los orgullosos y los que se bastan a sí mismos. La parábola es, pues, una apología de la actitud de Cristo hacia los pecadores. (...).

Dios no ha decidido, en un momento determinado de la historia, rechazar a Israel y adoptar a los gentiles, ya que su plan de salvación es, en todo momento, universal. Ni siquiera los escribas y las autoridades judías son excluidas de la salvación, pero el comportamiento de éstos con respecto al Mesías les ha hecho perder la función que hasta entonces desempeñaban en el orden de la mediación. El modo de vivir su "sí" a la Ley les ha hecho decir "no" al Evangelio.

Esto mismo puede aplicarse también a los cristianos. Un "sí" pregonado a los cuatro vientos y que, en realidad, oculta alguna negativa, encierra con frecuencia a los "otros" en un "no", que ya no es lo mismo. Y los profesionales del "sí" dan la sensación a veces de estar tan aferrados a su sistema, que los que dijeron "no" no están dispuestos a cambiar de parecer. Sin embargo, el acceso al Reino sólo es posible en la medida en que los que comenzaron diciendo "no", con el tiempo llegan a descubrir que pueden decir "sí" sin necesidad de renegar del todo de sus anteriores opiniones.

MAERTENS-FRISQUE - NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA VII - MAROVA MADRID 1969.Pág. 113 s.


 

2.- Jesús se enfrenta en el evangelio con unas conductas que por religiosas son impenetrables al Evangelio, y ejemplariza otras que, aunque inmorales, sí son asequibles a la revelación del Reino: al Dios nuevo que es JC el Señor.

Jesús no está hablando de la salvación última ni de las colecciones de virtudes heroicas; Jesús habla de la entrada en su Reino aquí, y pone el ejemplo de Juan aceptado por las prostitutas y rechazado por los sacerdotes. Jesús habla de lo que le está pasando a él mismo: va a ser asesinado por los creyentes en su Padre: gentes muy religiosas, pero de muy malos sentimientos.

Nuestra situación es la misma, pero más grande en todo: el judaísmo se coló en la Iglesia, se vistió de Evangelio, pero sigue impenetrable a los sentimientos de Cristo. Pero también Xto y su Reino es más notable aquí, hay muchos hijos que dijeron "no voy" y están trabajando para el Reino; hay muchos señores que van abandonando su "rango" y consolidan muy pegados a sus cruces el Señorío de Cristo.

JAIME CEIDE - ABC/DIARIO - DOMINGO 30-9-1990/Pág. 74


 

3.- En el evangelio de hoy y en el de los dos próximos domingos vamos a leer tres parábolas de Jesús dirigidas todas ellas "a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo". Tienen en común el hecho de que Jesús se ve rechazado por los notables del pueblo, aquellos que deberían haberlo aceptado desde el principio. En estas notas al evangelio de hoy vamos a fijarnos en primer lugar en la parábola y luego en sus aplicaciones.

1. De entrada Jesús invita a sus interlocutores a juzgar lo que va a proponerles ("¿qué os parece?") y la interpelación se repite de nuevo al final ("¿Quién de los dos...?"). Los dos hijos tipifican los dos grandes grupos en que se dividía el pueblo de Israel: los "justos"y los "pecadores", pero ambos son considerados como hijos y son objeto del amor del Padre, al tiempo que tienen también necesidad de perdón. La parábola describe sus actitudes contrarias. En primer lugar la del que es considerado pecador: su respuesta cortante ("no quiero"), que muestra la desobediencia al deber más importante para con los padres, hace que los oyentes de Jesús lo caractericen como tal; pero éste es capaz de arrepentirse y hacer la voluntad de su padre. La segunda actitud -el segundo hijo caracteriza a aquellos que se creen "justos"- sería la de los que dicen y no hacen; los que en el momento decisivo no obedecen.

Toda la fuerza de la parábola está en el hacer o el dejar de hacer, que es lo que en definitiva cuenta ante Dios.

2. Las palabras de Jesús ("os aseguro...") se dirigen a los notables del pueblo diciéndoles que ellos son los que dicen y no hacen, que externamente son piadosos pero que en realidad no cumplen la voluntad de Dios. En cambio, "los publicanos y las prostitutas", considerados como personas cuya conversión era imposible a causa de su clase de vida, sustituyen a los primeros en el camino hacia el Reino.

A esta primera aplicación de la parábola se añade otra, aplicando el hecho de que los pecadores aceptan la predicación del Reino y los justos la rechacen a una situación histórica muy concreta e importante: la predicación de Juan Bautista. Los que creyeron en él y manifestaron con hechos concretos su conversión -como el primer hijo- se encuentran ahora dispuestos para aceptar a Jesús. Los que no se tomaron seriamente al Bautista van experimentando un endurecimiento que les impide convertirse incluso después "de ver esto", es decir, el cambio que con ocasión del Bautista y sobre todo de Jesús, experimentan los considerados pecadores.

A lo largo de todo el texto -tanto de la parábola como de las aplicaciones- se dan continuas referencias en tono polémico hacia aquellos que no quieren aceptar la predicación de Jesús y se escandalizan del Evangelio.

J. ROCA - MISA DOMINICAL 1981/18