HEMOS SIDO LLAMADOS TODOS
COMENTARIO
Vio a Simón y a su hermano Andrés y les dijo: Síganme y los haré
pescadores de hombres. Inmediatamente le siguieron. Imposible leer esto sin
imaginarlo. Las orillas de lago, la mirada de Jesús, su llamada, y aquel inmediatamente
tantas veces repetido en Marcos y que hace de su evangelio una invitación
urgente, casi ansiosa: Jesús te llama. Me dan tantas ganas de rezar para que
muchos hombres y mujeres respondan a esta llamada tan misteriosa: Ven, tú, vas
a ser sacerdote; ven, tú, serás religioso o religiosa. Esta es desde luego una
buena lectura del texto; está hecho para suscitar vocaciones especiales. Hoy se
nos invita a reflexionar sobre nuestras palabras y nuestros actos respecto a
las “vocaciones”. Pero sería una pena no ver también en ello la llamada de
Jesús a todos los cristianos. Primera señal de esta ampliación de perspectiva:
el lugar que Marcos concede a la llamada de los discípulos. La
pone al comienzo mismo de su evangelio para demostrar que el acto inicial
de Jesús fue reunir a unos hombres a su alrededor y lanzar de este modo el gran
movimiento que se convertiría en
¿Vuelve usted a hablar de “vocación”?. Se trata de personas que lo
dejan todo, el negocio, la casa, la familia. Yo no puedo hacerlo. “Seguir a
Jesús” Tiene también otro sentido. Lo vemos cuando Jesús se dirige a toda la
gente para pedirle que tenga fe en él. Seguirle es eso; sobre todo, eso.
Incluso antes de saber lo que nos va a pedir, hay que creer Jesús, si
no, no aceptaremos nunca sus exigencias. El tiene derecho a hablar, tiene
derecho a decirnos por qué hay que escucharle y por qué hay que seguirle,
porque eso es tener éxito en la vida; porque él es el Hijo de Dios. Sólo él
podía a la vez simplificar nuestra vida y hacerla terriblemente exigente
dándonos tan sólo un mandamiento. Cuando me dice: “¡Sígueme!”, sé lo que esto
significa: “¡Ama como yo he amado!”. Entonces, si quiero vivir realmente esto,
tengo la obligación de “dejarlo todo”: ¿Mi situación y a los míos?. No, sino
los pensamientos ordinarios, las formas ordinarias de obrar, las que no
corresponden al evangelio. Nada, absolutamente nada, tiene que impedirme
escucharle, amarle más que todo. Y hacerlo conocer a mí alrededor, “pescar”
hombres para él. ¡Comienza aquí la aventura!. Lo mismo que para Simón, Andrés,
Santiago y Juan. Aventura intensa y luminosa: “Yo soy la luz del mundo: el que
me sigue no andará en tinieblas, tendrá la luz de la vida” (Juan 8, 12).
R.P. Roland Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Sal
95, 1.6
Canten al Señor un cantico nuevo,
canten al Señor toda la tierra. Honor y majestad le preceden fuerza y esplendor
están en su templo.
ORACION COLECTA
Dios
todopoderoso y eterno, orienta nuestros actos según tu voluntad, para que
merezcamos abundar en buenas obras en nombre de tu Hijo predilecto. El, que vive
y reina contigo.
PRIMERA LECTURA
Lectura
de la profecía de Jonás
En
aquellos di as, vino la palabra del Señor sobre Jonás: «Levántate y vete a
Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te digo.».
Se
levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor. Nínive era una gran ciudad,
tres días hacían falta para recorrerla. Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y
caminó durante un día, proclamando: «¡Dentro de cuarenta días Nínive será
destruida!». Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se
vistieron de saco, grandes y pequeños.
Y vio
Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió
Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó.
SALMO RESPONSORIAL (24)
Señor, enséñame tus caminos.
Señor,
enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R.
Recuerda,
Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; acuérdate de mí con
misericordia, por tu bondad, Señor. R.
El
Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a
los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san P3, 1-5.
10ablo a los Corintios 7, 29-31
Digo esto, hermanos: que
el momento es apreQueda como solución que los que tienen mujer vivan como si no
la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como
si no lo estuvieran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en
el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo
se termina.miante.
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO Mc 1, 15
Aleluya. Esta ceca el reino de Dios: conviértanse y crean en el evangelio. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 14-20
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó
a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: «Se ha cumplido el plazo,
está cerca el reino de Dios: conviértanse y crean en el Evangelio.»
Pasando junto al lago de Galilea, vio a
Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en
el lago.
Jesús les dijo: «Vengan conmigo y los haré
pescadores de hombres.».
Inmediatamente dejaron las redes y lo
siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano
Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su
padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
PLEGARIA UNIVERSAL
Hermanos, con confianza filial entreguemos al Padre las
necesidades que tenemos en este tiempo en que todos luchamos por mantener viva
la esperanza en medio de las dificultades y aprendemos un modo nuevo de vivir
más humano y fraterno. R.- Padre, que venga tu reino.
1.- Para que el Papa y los demás pastores
de la Iglesia, sostenidos con el poder del Espíritu Santo, sigan iluminando
nuestra realidad con la luz del evangelio y nos ayuden a ser fieles a Jesús en
este tiempo cargado de nuevos desafíos. Oremos. R.
2.- Para que en nuestras comunidades
cristianas, acojamos dócilmente las exhortaciones de nuestros párrocos y demás
animadores en la fe para continuar en el seguimiento de Jesús con entusiasmo y
alegría. Oremos. R.
3.- Para que nuestros líderes políticos,
animados por el amor al pueblo que ha confiado en ellos, encuentren los mejores
caminos para proteger la vida y el bienestar de todos. Oremos. R.
4.- Para que los educadores y padres de
familia busquen juntos los medios y formas más adecuados para incentivar en los
jóvenes el amor a la lectura a la reflexión y al compromiso con el bien común. Oremos.
R.
5.- Para que los que compartimos la fe
participando en eta celebración recibamos el consuelo, la esperanza y el valor
que necesitamos para afrontar los nuevos
reos de este año que estamos comenzando.
Oremos.
R.
Escucha,
Padre nuestras oraciones y haz que nos desaprovechemos el tiempo presente, para
que cuando vengas n os encuentres aguardando tu reino de justicia y paz
definitiva. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amen.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, recibe con bondad nuestros dones y al santificarlos, haz
que sean para nosotros dones de salvación por Jesucristo nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Jn 8, 12
Yo
soy la luz del mundo, dice el Señor. El que me sigue no camina en las
tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
ORACION
DESPUES DE LA COMUNION
Concédenos, Dios todopoderoso, que
cuantos hemos recibido tu gracia vivificadora nos gloriemos siempre del don que
nos haces. Por Jesucristo nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 25: La
Conversión de San Pablo, apóstol. Hch 22, 3-16 (o bien: Hch 9, 1-22); Sal 116;
Mc 16, 15-18.
Martes 26:
Santos Timoteo y Tito, Obispos. 1Tm 1, 1-8; Sal 95; Mc 3, 31-35 ( o bien: Lc
10, 1-9).
Miércoles 27:
Hb 10, 11-18; Sal 109; Mc 4, 1-20.
Jueves 28:
Santo Tomas de Aquino, presbítero y doctor de la Iglesia. Hb 10, 19-25; Sal 23;
Mc 4, 21-25.
Viernes 29: Hb
10, 32-39; Sal 36; Mc 4, 26-34.
Sábado 30: Hb 11, 1-2. 8-10; Sal: Lc 1; Mc 4, 35-41.
Domingo 31: Dt
18, 15-20; Sal 94; 1Co 7, 32-35; Mc 1, 21-28.
COMENTARIOS AL EVANGELIO
Mc 1, 14-20
Par.: Mt 4, 18-22
1. J/SOLIDARIDAD: SOLIDARIO Y SEPARADO. SGTO /CARACTERISTICAS. DISCIPULO/CR-JUDIO: DISCÍPULO CRISTIANO Y
DISCIPULADO RABÍNICO.
Ya sabemos que
Marcos, 1, 2-20, tiene que ser considerado como un prólogo de todo el
evangelio. Su finalidad no es la de indicarnos cuáles fueron los primeros
episodios de Jesús, sino la de señalarnos las perspectivas generales dentro de
las cuales hay que leer toda la historia de Jesús. ¿Cuáles son los elementos
fundamentales de esta perspectiva? Aunque simplifiquemos un poco las cosas,
podemos reducirlos a tres.
Primero: con
Jesús ha llegado el Reino de Dios; hay que tomar conciencia de ello y
convertirse. Este motivo comienza con el anuncio de Juan y se concreta en el
anuncio de Jesús en Galilea; es éste, sobre todo, el tema del trozo que vamos a
comentar.
Segundo: el
Mesías no se coloca fuera de la historia de los hombres; se hace solidario de
los hombres y la asume. Entra, por ejemplo, en el movimiento penitencial de su
pueblo (bautismo). Se deja envolver por la lucha entre el bien y el mal que
caracteriza a la historia humana (tentación). "Entrando en el dinamismo de
nuestra historia, se hace solidario de nuestra humanidad" (Duquoc.
Cristología 1: El hombre Jesús. Sígueme. Salamanca 1971). Esta solidaridad
encuentra su cima en la muerte de cruz, pero es la ley de toda la existencia de
Cristo, ya desde el principio. La historia que comienza en el bautismo es una
historia que no constituye sólo un viaje hacia la cruz-resurrección, sino que
saca de la cruz-resurrección toda la lógica de su desarrollo.
SOLIDARIDAD/TENTACIONES:
Tercero: entre Cristo y Satán, entre el reino de Dios y el reino del mundo,
existe un contraste irreductible. El Mesías es solidario con la historia, pero
no con la lógica de Satanás que con frecuencia le sirve de guía: precisamente,
puesto que está de parte del hombre, no acepta el pecado. Así el Mesías aparece
al mismo tiempo SOLIDARIO y SEPARADO. Siempre es difícil para el cristiano
encontrar la medida justa en su manera de situarse dentro de la historia. Para
ello hay dos modos muy fáciles (por eso mismo su facilidad y claridad se
convierten en tentaciones): el conformismo y la fuga. Pero la historia del Hijo
de Dios no permite ni una cosa ni la otra: el discípulo no puede aceptar el
conformismo (de esa manera ya no sería el portador de la "novedad"
del reino), y tampoco puede salvar su diversidad en la fuga, evitando el
conflicto (no sería ya signo de la "solidaridad" de Dios), más bien
debe manifestarse a sí mismo en un esfuerzo -bastante incómodo- de
"participación crítica". (...)
...................
CV/QUE-ES:¿Qué es lo que significa convertirse? La conversión
nace ante todo como RESPUESTA a un acontecimiento (supone por tanto la fe), a
esa alegre noticia que debería ensancharnos el corazón: en Jesús ha aparecido,
en toda su profundidad, el amor increíble y sorprendente de Dios al hombre, a
cada uno de los hombres, a todos nosotros. Ese es el acontecimiento que tengo
que ACEPTAR, del que tengo que FIARME, y por el que tengo que dejarme MODELAR
("creed en la buena nueva"): eso es la conversión. No se trata de un
cambio parcial, sino de una verdadera y auténtica transformación total, de un
PASO (sin calcular sus consecuencias) del egoísmo al amor, de la defensa de mis
privilegios a la solidaridad más radical. Es un cambio que ES IMPOSIBLE
CONTENER EN LAS VIEJAS ESTRUCTURAS (personales, mentales, sociales); las rompe.
Las viejas estructuras fueron creadas para servir a otro tipo de Dios y para
otra visión del hombre.
...................
SGTO/QUE-ES: El
seguimiento La breve narración que Mc pone detrás del anuncio del Reino -la
llamada de los primeros discípulos (1, 16-20)- quiere ser un ejemplo concreto
de conversión. No se trata de una conversión que se les proponga a los
especialistas del Reino de Dios, sino simplemente de la conversión necesaria
para ser cristianos. Se señalan enseguida unas cuantas estructuras
fundamentales -las estructuras que definen el seguimiento- y que se pueden
observar como elementos constantes en todos los textos siguientes relativos al
seguimiento de Jesús.
La INICIATIVA
parte de Jesús: en su invitación gratuita e inesperada, resuena la llamada de
Dios frente a la que no es posible vacilar: tienes que decidirte. La existencia
cristiana, más que decisión, es una respuesta. Este concepto de gratuidad no
está sólo en el término "llamar" ni en la narración en sí misma, sino
que aparece todavía con mayor claridad si pensamos en el contexto ambiental.
Los rabinos de la época -como todos los profesores ilustres- no iban en busca
de discípulos; eran los discípulos los que buscaban al maestro. En tiempos de
Jesús había algunos grupos -por ejemplo, los monjes esenios- que se reunían y
se alejaban del mundo para aguardar al Mesías y estar dispuestos a recibirlo;
Jesús, por el contrario, llama sólo a una gente que vivía y trabajaba como los
demás. La llamada de Cristo tiene una nota de URGENCIA: es la llamada del
tiempo favorable (el "kairós"), el tiempo de la salvación, el plazo
final. A la llamada hay que contestar enseguida; es la gran ocasión que hay que
saber aprovechar.
La llamada de
Cristo exige una SEPARACIÓN; este tema se irá concretando sucesivamente. De
todas formas se ve ya que se trata de una separación radical. No se trata de
dejar las redes o un trabajo, sino más a fondo -como irá aclarando luego el
evangelio- se trata de dejar las riquezas (Mc 10, 21), de abandonar el camino
del dominio y del poder, de desmantelar esa idea que nos hemos forjado nosotros
mismos de Dios para defender nuestros privilegios (Mc 8, 34). Pero la llamada
de Cristo, más bien que a una separación, se dirige a un SEGUIMIENTO. Esa es la
razón de la separación: una libertad para un nuevo proyecto que se presenta
como un proyecto a "compartir".
Y esto es lo
que importa: seguir significa recorrer el camino del maestro, realizar sus
gestos preferidos (preferir a quienes los hombres marginan, pero a los que Dios
ama: preferirlos no porque importen sólo ellos, sino precisamente porque los
hemos marginado nosotros). Podría parecer éste un proyecto de muerte, pero es
de vida, es el ciento por uno. Podría parecer un proyecto imposible, pero todo
es posible para el milagro de Dios (10, 27). Podría parecer un proyecto para
unos pocos, para gente selecta, pero es para todos, para justos y para
pecadores: Jesús no se encuentra con el hombre (para dirigirle su invitación)
en una esfera particularmente religiosa o privilegiada de algún modo, sino en
la orilla del lago, en donde vive verdaderamente el hombre, en la vida
cotidiana.
Y sobre todo
quedará claro que seguir significa "servir", dar la vida "en
rendición", lo mismo que el Hijo de Dios, que se solidariza con los
hombres y asume todas nuestras responsabilidades. No tomó distancia frente a
nosotros, sino que se sintió afectado por todo lo nuestro, como el pariente que
paga la fianza para obtener la libertad de sus hermanos. Así pues, es el
término "seguir" el que caracteriza al discípulo, no el término
"aprender".
Esto es
significativo: en primer plano no está la doctrina, sino una persona y un
proyecto de existencia. Podremos captar con más precisión esta originalidad del
seguimiento evangélico si comparamos al alumnado de Jesús con el alumnado de
los rabinos. En el seguimiento evangélico el hecho esencial es la persona de
Jesús; únicamente él es el que da forma y contenido a la relación con los
discípulos. En el alumnado rabínico es la doctrina lo que ocupa el primer
puesto: el discípulo se une al rabino porque busca su doctrina, quiere
posesionarse de ella y convertirse también él en maestro: renuncia a muchas
cosas para hacer vida común con el rabino, pero en último análisis es siempre
para aprender la ley. El discípulo evangélico, por su parte, renuncia para
seguir a Jesús y compartir su destino; ser discípulo es una condición
permanente.
En conclusión:
el tema del seguimiento nos lleva al centro de la fe cristiana (así al menos lo
pensaban las primeras comunidades) y esto nos invita a una comprobación.
Hay quienes
creen en Dios y en una doctrina religiosa, pero muchas veces no se trata, en
substancia, del Dios que se ha revelado en JC; puede incluso tratarse de un
Dios mágico, construido para que resuelva nuestros conflictos y nuestras
ansiedades. De todas formas es una fe que no se mide en concreto según el
proyecto mesiánico del evangelio; también los fariseos eran creyentes y
adoraban a Dios, pero rechazaron el camino de Jesús; se imaginaban que Dios iba
por caminos distintos.
Hay quienes
viven en la lógica de la cruz sin ver en ella el rostro de Dios. No son aún los
hombres del seguimiento. Hoy se habla de discípulos "anónimos". Esto
es verdad, pero a Marcos le gustaría que se llegara más allá.
Finalmente, hay
quienes viven la lógica de la cruz y descubren en ella el rostro de Dios. Esos
son los hombres del seguimiento de Jesús.
BRUNO MAGGIONI
- EL RELATO DE MARCOS - EDIC. PAULINAS/MADRID 198.Págs. 29-36
2. - No
comentaremos aquí los primeros versículos (14-15) de este pasaje: son un
resumen de Mt 4, 12-17 (primer ciclo de este domingo), en donde Jesús aparece a
la vez como continuador del Bta y como renovador: se convierte en rabino
itinerante sin esperar a que las multitudes vengan hasta El.
Será la segunda
parte del relato la que merezca nuestra atención, a)Mateo (4, 18-22) y Marcos
(1, 16-20) coinciden al referir la vocación de los primeros discípulos,
mientras que Lc la asocia con el relato de una pesca milagrosa (Lc 5, 1-11).
Los dos primeros evangelistas, en efecto, se interesan más por la calidad de
las personas llamadas por Jesús, mientras que Lc se atiene más a su función
apostólica y a su impacto escatológico. Hay que subrayar en primer término el
contexto humano de la "vocación" de los discípulos: son hermanos, conciudadanos,
relacionados entre sí por intereses comunes en el plano profesional (cf. Lc 5,
1-11) y originarios de la misma región que Jesús. La vocación no es tan sólo
sobrenatural: el llamamiento de Dios se puede leer también en el plano
terrestre.
Pero no por eso
deja de ser la vocación fundamentalmente iniciativa del Maestro: los pescadores
serán los mensajeros del juicio de Dios (Jr 16, 16; cf Am 4, 2; Ha 1, 14-15).
El llamamiento de Jesús es imperativo, como para subrayar su poder, y los
discípulos corresponden a él sin dilación, porque el reino es tan inminente que
cualquier retraso sería mortal.
Por otra parte,
los evangelistas han dispuesto los textos de tal forma que a la instantaneidad
del llamamiento corresponde la inmediatez de la correspondencia de los
discípulos. En realidad, estuvieron mucho tiempo titubeando y no abandonaron
definitivamente su profesión hasta después de la resurrección (Jn 21, 1).
Agrupando así los acontecimientos en un solo episodio, los evangelistas
reflejan lo esencial de su contenido, es decir, la capacidad del llamamiento de
Dios, una vez que se le ha conocido, para movilizar todas las energías del
hombre y la autoridad con que Jesús elige a los suyos.
La forma en que
Jesús llama "tras ÉL" a sus discípulos (v. 17) es característica del
nuevo estilo que el joven rabí quiere imponer a los suyos. No convoca a su
alrededor, como lo hacían los rabinos y los jefes de la escuela de su tiempo,
sino tras Él. No es, pues, un Maestro que haga pensar, sentado en su cátedra y
reuniendo auditores fervientes a sus pies, sino un rabino caminante que marcha
incesantemente para ir al más pobre y al más alejado y que exige a sus
discípulos no tanto oídos ávidos y miradas entusiastas como aliento para andar
y fuerza para encontrar al otro, con todo lo que puede tener de irreducible. La
evangelización no se trata de círculos más o menos cerrados, construidos sobre
un pensamiento común en torno a un maestro común; ha salido de ella misma en
busca del otro, precisamente de ese otro al que no se le ocurriría participar
en un círculo y compartir las concepciones de un maestro.
c)La última
parte del evangelio (vv. 21-22) describe la forma en que el joven rabino
procede para dar a conocer su mensaje.
Penetra en la
sinagoga y se sirve de la homilía sobre la segunda lectura del culto (cf. Lc 4,
16-37) para transmitir sus ideas. Mc por su parte, subraya ante todo en esta
forma de predicación el sentido de "autoridad" que de ella se
desprende (cf. Mt 7, 29; Mc 1, 27). Al comienzo de su ministerio, esta autoridad
de Jesús no es todavía la del "Señor", a la que se refiere con
respeto S. Pablo en 1 Co 7, 10, ni siquiera la del Hijo del hombre que se sabe
a Sí mismo "vice-gerens" de Dios, como en Mc 2, 3-12, sino la del
rabino que, en lugar de hacer referencia a textos de la ley o a tradiciones de
escuela, como hacían los escribas, acude directamente a su juicio y a su
conciencia.
Esta fidelidad
de Jesús a Sí mismo en su manera de enseñar es el primer paso hacia una
fidelidad más profunda: la del Hijo del hombre a quien le envía, la del Hijo de
Dios a su propio Padre. Y será la fidelidad de la palabra al pensamiento que la
transmite. Los apóstoles elegidos para llevar el mensaje al mundo deberán
observar una fidelidad idéntica, puesto que son portadores de una palabra cuya
iniciativa no les pertenece. Su autoridad se fundamenta, por tanto, en su
fidelidad. Por eso, hablar de autoridad es hablar en estilo "creador"
(auctor, augere). Se trata, pues, de una enseñanza dinámica que no dice
necesariamente lo que hay que hacer o, sobre todo, lo que no hay que hacer,
sino que invita a la creatividad y a la responsabilidad. Si se hablara más de
"autoridad" en la Iglesia, los cristianos, en lugar de acogerse a
textos preestablecidos, descubrirían sectores nuevos de la ética y formularían
sin duda una moral que el mundo espera de ellos: la de los problemas nuevos que
plantea la vida moderna: problema de la revolución de los pobres, de la no
violencia, de la paz, etc.
MAERTENS-FRISQUE
- NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA II - MAROVA MADRID 1969.Págs. 85-87
3.- Muy pocos
se creyeron entonces esta noticia y muy pocos se la creen hoy. Y siempre en
base a la misma constatación: todos ven que el Reino de Dios no ha llegado,
porque, de lo contrario, todo sería diferente.
Efectivamente,
todo sería diferente si se diera un cambio de estructuras en las personas. El
cambio, ciertamente, tiene que ser de estructuras, pero de estructuras o
arquetipos EN la persona. Sin él, y los acontecimientos actuales así lo
demuestran, no será jamás viable el NECESARIO cambio de estructuras externas.
Tenemos el marco o mundo que nosotros construimos. No nos engañemos: este mundo
no la hace Dios; lo hacemos nosotros.
Y, sin embargo,
el reino de Dios ha llegado ya, por más que no lo parezca. En la segunda de sus
condiciones, Jesús así nos pide que lo creamos solicitando de nosotros crédito
y asentimiento a su noticia. Jesús no era un iluso ni un chiflado; Jesús es el
Hijo de Dios y sabe, por tanto lo que dice y por qué lo dice.
Ahí están, para
confirmarlo, Simón y Andrés, Santiago y Juan. Ellos son personas concretas;
pero son, sobre todo, prototipos del cambio de estructuras en las personas y
del asentimiento a la noticia de Jesús. No proyectemos en ellos estructuras
eclesiásticas posteriores. Representan, sencillamente lo que Jesús propone a
TODOS: ser seguidores de él en el cambio y en el asentimiento. Si TODOS lo
fuéramos, no existiría duda alguna de que, efectivamente, el Reino de Dios ha
llegado ya.
A. BENITO -
DABAR 1991/11
4.- Marcos da
entrada a la actuación del más fuerte anunciado por Juan una vez que éste
abandona la escena violentamente. El verbo empleado en el original griego para
referir la suerte de Juan es el mismo que se empleará más adelante para referir
la suerte de Jesús. La actuación se inicia en Galilea con la proclamación de la
Buena Noticia de Dios. Esta buena noticia se concreta luego en los siguientes
términos: Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios. La palabra
"plazo" designa el tiempo señalado para la realización de un
acontecimiento. "Cumplirse el plazo" pertenece al lenguaje profético
y expresa una concepción religiosa de la historia. El acontecimiento cuyo plazo
se ha fijado es el reino de Dios. "Está cerca el reino de Dios".
RD/REINADO-D:¿Proximidad
inmediata? ¿Realidad presente? Hoy se interpreta la frase en el sentido de una
realidad que ya ha llegado pero cuya realización plena está reservada al
futuro. En este sentido se prefiere emplear la expresión "reinado de
Dios" para designar la situación presente inaugurada con Jesús, reservando
la expresión "reino de Dios" para la culminación de esta situación en
el futuro.
El reinado de
Dios que ha irrumpido y que empuja hacia el reino de Dios va a determinar las
posteriores palabras de Jesús: "Convertíos y creed la buena noticia".
Convertirse pertenece también a la tradición profética y designa un cambio de
mentalidad y de actuación. Creer la buena noticia significa darle crédito,
hacerla algo propio.
Sin pausa
alguna Marcos pasa de las palabras del más fuerte a la narración de sus
acciones. "Pasando... vio... les dijo". Jesús es la figura dominante,
el fuerte. En tono imperioso se dirige a personas desconocidas, que obedecen al
punto.
-Comentario.-Hace
dos domingos el mensajero Juan nos anunciaba la llegada de uno más fuerte que
él que nos introduciría en una situación nueva. En el texto de hoy vemos al
fuerte proclamando esa situación nueva. El tiempo está ya maduro. Con Jesús ha
hecho irrupción el tiempo final de la utopía. Un tiempo en el que son posibles
un nuevo modo de ser y de vivir. Lo viejo ha terminado, ha comenzado lo nuevo.
Lentamente, progresivamente: porque la mentalidad y la actuación no se cambian
de la noche a la mañana.
Hay hábitos
demasiado arraigados, costumbres demasiado inveteradas, tanto que parecen
fuerzas necesarias y naturales. De ahí la continua necesidad de conversión en
las personas.
A. BENITO -
DABAR 1988/12
5. EV/BN.
En su calidad
de preparador del camino, Juan proclamaba un bautismo de conversión (cf. Mc 1,
4). Proclamar la buena noticia es tarea que Mc, a diferencia de Mt, reserva
exclusivamente a Jesús (cf. en cambio Mt 3, 2 y 4, 17: Juan y Jesús proclaman
el mismo mensaje). Empieza así Mc a poner de manifiesto en qué sentido es Jesús
más poderoso que Juan y tiene un derecho que éste no tenía (cf. Mc 1, 7). LA
BUENA NOTICIA DE DIOS (mejor traducción que la litúrgica EL EVANGELIO DE DIOS).
Es decir, Dios como buena noticia. La expresión es tanto más llamativa cuanto
que es la única vez que la emplea Mc en toda la obra. El v. 15 explica el
sentido de la expresión. Dios es buena noticia porque, en la formulación de
Pablo, va a ser todo en todos. Por fin, Dios va a ser reconocido y querido. Su
soberanía va a ser aceptada y se va a hacer su voluntad. Dios es al fin rey del
mundo (cf. Sal 047, 6-10). De Él es la tierra y cuanto la llena (cf. Sal 024,
1). Así es como el A.T. concebía el final de los tiempos. Jesús, a quien Mc ha
presentado como el que está para llegar a inaugurar el final de los tiempos,
este Jesús nos introduce en este final.
Por eso,
convertíos y dad crédito a esta buena noticia, continúa Mc. La eterna tensión
entre el ya y el todavía no.
ABENITO DABAR 1988/11
La palabra de
Dios resuena después de que Juan Bta. ha sido detenido. Juan ha sido el portavoz-preparador
de la buena noticia. Su detención ¿no es ya un presagio de la suerte de Jesús?
Pero la proclamación de la buena noticia no puede sufrir dilaciones y Jesús la
proclama: "el reinado de Dios está ya cerca". No es ninguna institución,
ningún ordenamiento jurídico, ni siquiera un concepto. Es una vida, la vida de
Dios. Por eso la venida del Reino de Dios no depende en modo alguno de la
actuación del hombre. Este puede esperar, buscar, recibir el Reino de Dios,
pero nunca crearlo. La espera, la búsqueda, la aceptación reciben el nombre de
conversión o arrepentimiento.
Esto es lo
primero que Jesús pide al hombre. Lo segundo que le pide es que mantenga
siempre viva la ilusión por Dios, que no deje nunca de ver el Reino de Dios
como buena noticia: "creed la buena noticia". Y tercero: Jesús pide
la creación de una comunidad de discípulos; pide que la vida de Dios sea vivida
por los hombres en fraternidad con los demás. La conversión tiene que
materializarse en la formación de comunidades cristianas. A la creación de
estas comunidades dedicó Jesús todos sus esfuerzos y su actividad. La llamada
de Pedro, Andrés, Santiago y Juan no es al sacerdocio, diríamos hoy (esto
vendrá más tarde, Mc 3, 13-19), sino a ser comunidad cristiana que testimonie
una forma de existencia tal que extraiga a los hombres del mar del egoísmo
individual: "veníos conmigo y os haré pescadores de hombres". Mc 1,
16-20 no pinta una escena sociológica-psicológica, sino una escena teológica
ideal. Jesús pide al cristiano radicalidad de entrega.
DABAR 1976/13
Al narrar la
llamada de los primeros discípulos, Marcos no justifica, como hace Lucas (cap
5), la decisión de éstos de seguir a Jesús con el episodio de la pesca
milagrosa. Ni siquiera alude al hecho de que, según Juan (1, 35ss), Simón y
Andrés, desde el tiempo del Bautista, habrían acompañado a Jesús, de suerte que
aquí se trataría, por así decirlo, de una segunda llamada. Nuestro evangelista
quiere decir solamente cómo deben desarrollarse las cosas cuando Jesús llama a
los hombres para ser discípulos: ellos tiene que obedecer sin más.
Se comprende
así cómo han sido dados de lado todos los particulares relativos al tiempo, al
lugar, a las circunstancias.
Sólo
incidentalmente nos enteramos de que Simón y Andrés eran modestos pescadores.
Los "llamados" no están de ninguna manera preparados; aún más, Jesús
no busca a los hombres en una esfera particularmente religiosa, sino allá donde
viven la vida de cada día. El no actúa como un rabino, ya que el rabino era,
por así decirlo, escogido por el discípulo. Es él quien llama y quien crea la
decisión de seguirlo, como la palabra creadora de Dios (Sal 33, 9; Is 55, 10
s). Precisamente por esto, la decisión de seguirlo es relatada como una cosa
obvia, sin ninguna referencia a las objeciones que los pecadores habrían podido
oponer o las dificultades que tenían que superar. Lo que se realiza, pues, es
el acontecimiento de la gracia, sin que de ello se hable siquiera. Seguir a
Jesús no es una decisión ética autónoma, ni una adhesión intelectual a una
doctrina. Es una acción y un pensamiento nuevo que nace del acontecimiento de
la gracia.
Por su parte,
Jesús no discute con los discípulos como haría un rabino; y así el verbo
"seguir" adquiere en sus labios un significado particular, quizá
vinculado a aquellos textos del Antiguo Testamento, donde el "seguir"
a Yahveh se contrapone al "seguir" a los falsos dioses (Deut 8, 19; 1
Re 18,21).
Por
consiguiente, el evangelista presupone con mucha naturalidad la condición
divina de Jesús. Solamente se "sigue" ciegamente a Dios. A los
hombres, incluso a los inevitables responsables de la propia comunidad
cristiana, no se les "sigue": son ellos los que tienen que atender a
un servicio, en alguna forma postulado por la propia comunidad. Una cierta
"obediencia ciega", exigida a veces por ciertos pastores, tiene en el
fondo algo de sacrílega, ya que implica una rivalidad con Dios. Y es Jesús el
único que es Dios: los demás responsables de la comunidad son
"ministros", servidores de los demás.
En todo caso,
el evangelista subraya algo que va a presentar frecuentemente su evangelio: la
resurrección de Jesús supone primariamente su presencia en medio de la
comunidad. Es él el único que puede seguir llamando. Los responsables de la
comunidad no pueden convertirse en sucedáneos del Resucitado, relegándolo al
puro honor de los altares.
COMENTARIOS A
LA BIBLIA LITURGICA NT - EDIC MAROVA/MADRID 1976.Pág. 1115
8.- Herodes
Antipas (año 4 a.C. -39 d. C), uno de los tres hijos de Herodes el Grande, hizo
arrojar en la cárcel a Juan el Bautista (cfr.: 6, 17-29). De esta manera se
prometía una mayor tranquilidad entre el pueblo judío, pero pronto se quedó
perplejo, pues apareció Jesús en público. Naturalmente, Jesús no se limitó a
seguir la actividad del Bautista, sino que entre uno y otro se dio una ruptura.
Y no sólo por un cambio de escenario.
Por supuesto,
la actividad de Jesús cambia de lugar, cambia exteriormente, Juan había
desarrollado su labor en un desierto de Judea -en un lugar fijo y determinado,
al que la gente tuvo que acudir-; Jesús, sin embargo, se hizo al camino en
Galilea -al camino hacia los hombres-, en una comarca, de la que el historiador
Flavio Josefo dijo que era una tierra, a lo largo del lago de Genesaret, llena
de belleza, de naturaleza admirable. No es el desierto con su sequedad y sus
temperaturas extremas lo que constituye el medio vital de Jesús, sino una
fructífera tierra habitada, con sus aguas, su hierba (Mc 6, 39) y sus lugares
sombreados.
Aún hubo otra
cosa que en Jesús fue diferente; no dejó que los hombres fueran a él, sino que
fue él quien se dirigió a ellos; se puso en camino hacia ellos para anunciarles
el Evangelio, es decir, la buena noticia de Dios: "El tiempo se ha
cumplido; el reino de Dios está cerca".
KAIROS/CRONOS: "Se ha
cumplido el plazo", "ha sonado la hora", "ha llegado el
tiempo"... La lengua griega tiene dos palabras para el término
"tiempo"; por un lado, CRONOS; por el otro, KAIROS. El primero es el
tiempo que pasa; el segundo es el momento, el instante (por ejemplo, el momento
de la cosecha -12,20 o de la recogida de los higos -11,13-). Este segundo es el
que emplea Marcos aquí. Por tanto, lo que Jesús anuncia es: Ha llegado el
momento decisivo; no hay motivo para esperar a otro momento, porque el reinado
de Dios ha comenzado ya (el reinado de Dios está aquí). Esta llamada tenía para
los contemporáneos de Jesús un eco bíblico: eran conocidas las palabras de
Isaías (52, 7-9). Y desde entonces, además, el deseo del pueblo judío de que
Dios sea su rey nunca se había apagado. Aún más, se obviaría siempre todo
aquello que pudiera impedir al creyente reconocer a Dios como su único rey (Sof
3, 14 s): Si viniera Dios de una vez y nos hiciera experimentar su reinado...
En el marco de esta esperanza anuncia Jesús que el reino de Dios está ahí.
El resto de lo
que Jesús hizo por Galilea no le interesó a Marcos. Sólo le preocupó lo
importante. Y puesto que por mucho tiempo los cristianos fueron una "cosa
pequeña" y una excepción (no se trató de una expansión como la de otras grandes
religiones), a Marcos le preocupa constatar la vida, la existencia de los
creyentes, de las comunidades (que, por otra parte, incluso en el año 70 d. C
son también algo excepcional).
Las comunidades
de discípulos de Jesús comienzan a existir en el preciso momento, en ese mismo
momento, en que llama a las dos parejas de hermanos Simón y Andrés, Santiago y
Juan. Las primeras comunidades cristianas tienen en definitiva un solo motivo
de existencia: la palabra de Jesús.
EUCARISTÍA
1988/06
9.- Aproximadamente
al empezar el verano del año 28, cuando Juan Bautista había sido reducido al
silencio de la cárcel, Jesús levanta la voz para anunciar la buena Noticia.
También Jesús, lo mismo que su precursor, hace una llamada a la penitencia,
tanto más apremiante cuanto más inminente era ya el reino de Dios; en realidad,
este reino comienza con la venida de Jesús al mundo, pues no es otra cosa que
el cumplimiento de toda la voluntad de Dios por Jesucristo, su enviado.
La proclamación
del reinado de Dios pone al hombre en responsabilidad, le sitúa ante la
decisión; el que quiera entrar en este reinado ha de cambiar la mente y el
corazón, ha de escuchar a Jesucristo y creer lo que él anuncia. Esto es hacer
penitencia. El que no hace penitencia no puede entrar en el reino de Dios.
La llamada de
Jesús es urgente y exige una respuesta sin componendas, un seguimiento sin
condiciones. Habrá que dejarlo todo si es preciso.
Simón, Andrés y
Juan procedían del círculo de los discípulos del Bautista y habían reconocido a
Jesús como Mesías (Jn 1, 35-42).
Así que la
llamada de Jesús y la invitación a seguirle no pudo sorprenderles demasiado. En
realidad ya le habían acompañado y habían sido testigos de su primer milagro,
de su primera "señal", en unas bodas celebradas en Caná de Galilea.
Después volverían a sus ocupaciones habituales hasta este momento en el que
Jesús los llama de nuevo para que le sigan a todas partes de un modo permanente
y como discípulos suyos.
Estos
discípulos no han sido llamados solamente al reino de Dios, sino también a ser
los testigos privilegiados de la vida pública de Jesús y a anunciarlo después
por todo el mundo. Ellos serán los heraldos del reino, los pregoneros. Conviene
que los heraldos tengan los pies ligeros y estén dispuestos a dejarlo todo: la
casa, los parientes, el propio oficio..., pues han de ir a todas partes y han
de ir de prisa. Deberán acostumbrarse ya desde ahora a la vida de Jesús, que no
tiene donde reposar su cabeza. Sólo cuando el "pregón" sea escuchado
y aparezcan las comunidades cristianas, será preciso profundizar en él, será
necesario la enseñanza. Entonces, los que sirvan a la palabra de Dios en estas
comunidades adoptarán otros géneros de vida.
EUCARISTÍA
1985/05
10.- Comenzamos
hoy la lectura continua del evangelio de Marcos. Y la comenzamos con los
primeros pasos de la predicación de Jesús, después de los acontecimientos
introductorios (predicación de Juan, bautismo, tentaciones).
Los relatos de
Marcos que vamos a leer en estos domingos hasta la Cuaresma son un continuo
fluir de hechos que caen uno sobre otro pisándose los talones, en los que, con
un frescor y una inmediatez que sólo se hallan en este evangelista, vemos a
Jesús lanzado a actuar, "haciendo el bien y curando a todos los vejados
por el diablo: por cuanto Dios estaba con él" (Hch 10,38): Marcos muestra
cómo la aparición de JC representa la destrucción del diablo, del mal, de todo
lo que oprime la vida concreta de los hombres. Y toda esta actividad de Jesús
será la proclamación "en acto" de las palabras de síntesis que hoy
encabezan el evangelio: "Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de
Dios: Convertíos y creed la Buena Noticia".
RD/EV/BN: En esta frase-resumen de la predicación de Jesús
está concentrado un gran sentido que vale la pena recordar. "El Reino de
Dios" es la expresión que había llegado a formular la esperanza del
judaísmo: la esperanza del momento en que Dios mismo tomaría en sus manos la
dirección del pueblo y de toda la historia, sin intermediarios, y que esto
sería el único medio de asegurar que ningún mal podría tocar a los fieles; por
eso, la gran proclamación de júbilo de los profetas y de los salmos de después
del exilio consistía en anunciar "Yahvé reina!". Y la otra palabra
clave es "Buena Nueva" (en griego "Evangelio"): esta
expresión aparece por primera vez en el segundo Isaías, para indicar la
"gran noticia" del retorno de los exiliados a Jerusalén, precedidos
por Dios, que reinará en medio de ellos (Is 52,7); el retorno del exilio fue
una experiencia de esto: la gran noticia de que Dios reina, la gran noticia de
que el mal desaparece.
Y es esto lo
que viene anunciar JC: que, definitivamente, la gran noticia de Dios presente
en medio de los hombres para liberarlos ya es una realidad; y que por tanto hay
que cambiar de manera de pensar y de vivir (=tener ganas de ser liberado; y
vivir de acuerdo con esta liberación). Y Jesucristo, para proclamar todo esto,
empieza reuniendo un grupo de gente que quiera ir con él y empaparse de esta
doctrina (segunda parte del evangelio de hoy).
Y acto seguido
(próximos domingos) empieza a realizar lo que anunciaba: primero liberando del
mal concreto, del diablo concreto; después, en la cruz, venciendo
definitivamente el mal y el diablo.
J. LLIGADAS -
MISA DOMINICAL 1979/02