“MARTHA LA RECIBIÓ EN SU CASA. MARÍA HA ESCOGIDO LA PARTE MEJOR”
COMENTARIO
El evangelio de este domingo recoge un incidente doméstico entre las
hermanas Martha y María. Lucas es el único evangelista que habla de él, tal vez
por su tendencia a dar entrada en su obra a personajes femeninos. El incidente
le sirve para resaltar la necesidad de escuchar la palabra de Jesús.
Este texto despierta siempre una corriente de simpatía y de solidaridad
con Martha. ¿Acaso no tiene razón al quejarse a Jesús por el comportamiento de
su hermana María? ¿Acaso no es injusto Jesús con Martha echándole en cara sus
desvelos y trabajos precisamente cuando él está disfrutando de ellos gracias a
la hospitalidad que ella le ha ofrecido? Pero enseguida me doy cuenta de que
éstas no son las preguntas adecuadas en un texto en el que Lucas no ha querido
escribir la crónica de un incidente. Lucas quiere, sencillamente, inculcar en
el lector la necesidad de una actitud de escucha, de abertura, cargada de
esperanza, a aquél que es la respuesta del Padre.
Se trata de una temática habitual en el tercer Evangelio, en el que, ya
en sus comienzos, se describe a María, la madre de Jesús, como prototipo de
escucha reflexiva. Léanse los vs. 19 y 51 del cap. 2. Martha es reprendida por
Jesús debido al exclusivismo que se encierra en su queja. A la queja de Martha
le sucede lo que tantas veces sucede en nuestras afirmaciones: que fallan no
por lo que dicen, sino por lo que niegan o silencian. Lo que la queja de Martha
niega o silencia es la actitud reposada de escucha de la Palabra. Y es esta
actitud la que Jesús quiere reivindicar cuando le dice a Martha que anda
nerviosa e inquieta con muchas cosas siendo así que sólo una es necesaria, la
que precisamente está haciendo su hermana María: escuchar.
Y aquí debería terminar el comentario de no ser por una
sub-interpretación que se ha colado con demasiada frecuencia: preeminencia de
la vida contemplativa sobre la activa y calificación sólo de la primera como de
estado de perfección. El apoyo quiere verse en las últimas palabras de Jesús:
María ha escogido la mejor parte. ¿De dónde ha salido el comparativo mejor? El
texto original no compara, simplemente reivindica lo que se quiere negar: María
ha escogido la parte buena.
No olvidemos que
se trata de un diálogo, con todo el colorido y la riqueza de matices que tienen
siempre los diálogos. Jesús le dice a Martha que su hermana está en la dirección
buena. Y nada más. Es decir, no opone la contemplación a la acción, ni dice que
la contemplación sea más perfecta que la acción. Pienso en tantas Marthas que
trabajan duro gracias a su actitud contemplativa y de escucha, pero a las que,
en base al texto de hoy, se las discrimina y desclasa. Mi simpatía y admiración
por ellas, en nombre precisamente de este texto. Ellas son a la vez María y
Martha
R.P. Roland Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Sal 53, 6.8
Dios es mi auxilio, el Señor sostiene mi vida.
Te ofreceré un sacrificio voluntario, dando gracias a tu nombre, que es bueno.
ORACION COLECTA
Muéstrate
propicio con tus siervos, Señor, y multiplica compasivo los dones de tu gracia
sobre ellos, para que, encendidos de fe, esperanza y caridad, perseveren
siempre con observancia atenta., en tus mandatos. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Génesis 18, 1-10a
En aquellos días, el Señor se apareció a
Abrahán junto a la encina de Mambré,
mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda, porque hacía calor.
Alzó la vista y vio a tres hombres en pie frente a él. Al verlos, corrió a su
encuentro desde la puerta de la tienda y se prosternó en tierra, diciendo: «Señor, si he alcanzado tu favor, no pases de
largo junto a tu siervo. Haré que
traigan agua para que les laven los pies y
descansen junto al árbol. Mientras, traeré un pedazo de pan para que cobren
fuerzas antes de seguir, ya que han pasado junto a su siervo.» .
Contestaron:
«Bien, haz lo que dices.».
Abrahán entró corriendo en la tienda donde
estaba Sara y le dijo: «Aprisa, tres
cuartillos de flor de harina, amásalos y haz una hogaza.». Él corrió a la
vacada, escogió un ternero hermoso y se lo dio a un criado para que lo guisase en seguida. Tomó también cuajada,
leche, el ternero guisado y se lo sirvió.
Mientras él estaba en pie bajo el árbol, ellos comieron.
Después le dijeron: «¿Dónde está Sara, tu mujer?». Contestó:
«Aquí, en la tienda.».
Añadió uno:
«Cuando vuelva a ti, dentro del tiempo de costumbre, Sara habrá tenido
un hijo.».
SALMO
RESPONSORIAL (14)
Señor, ¿quién puede hospedarse en tu casa?.
El que procede honradamente y practica la justicia, el que tiene
intenciones leales y no calumnia con su lengua. R.
El que no hace mal a su prójimo ni difama al vecino, el que considera
despreciable al impío y honra a los que
temen al Señor. R.
El que no presta dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente. El
que así obra nunca fallará. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los
Colosenses 1, 24-28
Hermanos: Ahora me alegro de sufrir por ustedes: así completo en mi
carne los dolores de Cristo, sufriendo
por su cuerpo que es la Iglesia, de la cual Dios me ha nombrado ministro, asignándome la tarea de anunciarles
a ustedes su mensaje completo: el
misterio que Dios ha tenido escondido desde siglos y generaciones y que
ahora ha revelado a sus santos.
A éstos ha querido Dios dar a conocer la gloria y riqueza que este
misterio encierra para los gentiles: es
decir, que Cristo es para ustedes la esperanza de la gloria. Nosotros anunciamos a ese Cristo; amonestamos
a todos, enseñamos a todos, con todos
los recursos de la sabiduría, para que todos lleguen a la madurez en su
vida en Cristo.
ACLAMACION
ANTES DEL EVANGELIO Lc 8, 15
Aleluya. Dichosos
los que con un corazón noble y generoso guardan la palabra de Dios y dan fruto
perseverando. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 38-42.
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo
recibió en su casa. Ésta tenía una hermana llamada María, que,
sentada a los pies del Señor, escuchaba
su palabra.
Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se
paró y dijo: «Señor, ¿no te importa que
mi hermana me haya dejado sola con el servicio?. Dile que me eche una mano.».
Pero el Señor le contestó:
«Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; solo una es
necesaria. María ha escogido la parte
mejor, y no se la quitarán.».
PLEGARIA UNIVERSAL
Acojamos a Dios que nos visita y
mientras permanecemos a sus pies, digámosle:
R- Señor Jesús, ten piedad y escúchanos.
1.- Para que el Papa y los ministros de la Iglesia enseñen con sabiduría
y trasmitan con su vida el mensaje del evangelio. Oremos. R.
2.- Para que, en las palabras y actitudes hospitalarias de los
cristianos, los hombres reconozcan la presencia de Dios que vive en medio de su
pueblo. Oremos. R.
3.- Para que los gobernantes y los que tienen poder actúen con honradez,
practiquen la justicia y sean leales. Oremos.
R.
4.- Para que, a los que sufren sin fe, el Señor se les manifieste con su
consuelo y con el don de la esperanza. Oremos.
R.
5.- Para que nuestros familiares difuntos y todos los que han muerto
posean ya en la gloria las promesas de la salvación. Oremos. R.
6.- Para que los que escuchamos la Palabra de Dios la pongamos en práctica.
Oremos. R.
Jesús, escucha nuestras
oraciones, se tú el huésped en nuestras vidas y haz que escuchando tu Palabra y
meditándola en el corazón la pongamos en práctica. Tu que vives y reinas por
los siglos de los siglos.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Oh,
Dios, que has llevado a la perfección del sacrificio único los diferentes
sacrificios de la ley antigua, recibe la ofrenda de tus fieles siervos y santifica
estos dones como bendijiste los de Abel, para que la oblación que ofrece cada
uno de nosotros en alabanza de tu gloria beneficie a la salvación de todos. Por
Jesucristo nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Sal 110, 4-5
Ha hecho maravillas memorables, el Señor es piadoso y
clemente. El da alimento a los que le temen.
ORACION
DESPUES DE LA COMUNION
Asiste, Señor, a tu pueblo y haz que pasemos del antiguo pecado a la
vida nueva los que hemos sido alimentados con los sacramentos del cielo. Por
Jesucristo nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA;
Lunes 18: Miq 6, 1-4.6-8; Sal 49; Mt 12, 38-42.
Martes 19: Mi 7, 14-15.18-20; Sal 84; Mt
12, 46-50.
Miércoles 20: Jr 1, 1.4-10; Sal 70; Mt 13,
1-9.
Jueves 21: Jr 2, 1-3.7-8.12-13; Sal 35;
Mt 13, 10-17.
Viernes 22: Cant 3, 1-4ª; Sal 62; Jn 20,
1, 11-18.
Sábado 23: Jr 7, 1-11; Sal 83; Mt 13,
24-30.
Domingo 24: Gn 18, 20-32; Sal 137; Col 2,
12-14; Lc 11, 1-13.
COMENTARIOS AL
EVANGELIO
Lc 10. 38-42
1. MARTA/MARIA: J/MUJER.
MUJER-JUDIA.
Texto. La habitual fórmula inicial litúrgica no debe impedirnos perder
la perspectiva de camino hacia Jerusalén, en que Lucas sitúa expresamente el
texto. Fuera de esta perspectiva el autor no tiene intereses localistas. Su
atención se fija en dos mujeres, Marta y María. Todo intento de ulterior
identificación de las mismas sería una distracción y un alejarse del texto. Sí,
en cambio, debe resaltarse el hecho, porque probablemente no era normal en
aquel entonces que las mujeres tomasen la iniciativa en ofrecer a los hombres
su hospitalidad. Aún más, Jesús aparece como teniendo con Marta y María una
gran confianza. Tanto la exigencia de Marta como la réplica de Jesús revelan
una gran familiaridad y una amistad cordial. El hecho viene a confirmar el
intencionado protagonismo que Lucas confiere a la mujer, en claro contraste con
la mentalidad y las estructuras sociales de la época. Pero aún hay más en el
texto de hoy. Lucas presenta a María en la postura clásica del discípulo, es
decir, sentada a los pies del maestro. Contrastando con esta presentación, un
dicho judío de la época rezaba así: El que enseña la Torá a una mujer le enseña
necedades.
Pero todavía hay más en el texto de hoy. Lucas hace de María un modelo
de discípulo de Jesús en razón de la escucha de la palabra: éste es el objetivo
central del texto, lo que Lucas quiere inculcar en sus lectores. La temática no
es nueva. Ha aparecido ya en Lc. 6, 46-49, en Lc. 8,15 y 8,21. En estos textos
se habla de escuchar y de poner en práctica lo escuchado. Hoy se insiste sólo
en lo primero, en la escucha, a la que se califica de parte mejor y de la que
no se puede prescindir si se quiere ser discípulo de Jesús.
¿La parte mejor por contraposición a otra peor, que sería la escogida
por Marta? Aparentemente esto es lo que se deduce de la presentación por
contraste que Lucas hace de las dos hermanas y de la respuesta de Jesús al
requerimiento de Marta. La regañina que Marta pedía para su hermana por no
ayudarle en los preparativos. Una vez más, sin embargo, la agresividad del lenguaje
y la plasticidad narrativa nos desconciertan y nos desbordan. El contrate de
situaciones ni tiene razón de ser en sí ni comporta valoración alguna. Se trata
de un recurso gráfico para dar realce y viveza a la única idea que el escritor
quiere desarrollar: la necesidad imperiosa que tiene el discípulo de estar
atento a la palabra del maestro. Y punto. Ni se contraponen ámbitos de la vida
ni se hace una división dual de la vida en contemplativa y activa. Interpretar
este episodio como una recomendación de la vida contemplativa, en cuanto
superior a la vida activa, es introducir un enfoque alegórico, que no sólo
carece de fundamento en el propio relato, sino que, además, da carta de
ciudadanía a una distinción originada posteriormente como fruto de otras
preocupaciones teológicas. El mensaje del texto va exclusivamente dirigido al
cristiano, al cual se le pide estar a la escucha de Jesús.
Comentario. El cristiano puede llegar a prescindir de todo, si la
palabra de Jesús es su alimento y guía; si no lo es, todo le parecerá poco y
nada le satisfará. Pero entonces, ¿en qué se distinguiría un cristiano de uno
que no fuera o no se proclamara cristiano? En evidente contraste con la
mentalidad y la práctica de la época Lucas no tiene reparo en presentar a una mujer
en actitud de discípulo, sentada a los pies de Jesús, e incluso en hacer de
ella un modelo de discípulo. Ello indica una línea de pensamiento que,
implícitamente, abría horizontes a una nueva identidad personal de las mujeres
y a una nueva posición social de las mismas. Pero, sobre todo, se impone
devolver al hecho toda su fuerza de novedad, ruptura y progresismo. Un hecho de
tal envergadura bien puede considerarse como prototipo para otros en el futuro.
Pienso, por ejemplo, en el sacerdocio de la mujer.
ALBERTO BENITO - DABAR 1989, 38
2.- Con el buen samaritano (10, 25-37) podemos suponer que sólo es
necesario amar al prójimo. ¿Es cierta esa actitud? La respuesta nos la ofrece
la misma división del evangelio. Continuamos leyendo y descubrimos que Jesús ha
entrado en casa de Marta y María. Marta se ocupa del trabajo. María, sentada a
los pies del Señor, escucha la palabra. Ante la protesta de Marta, Jesús ha
formulado una sentencia decisiva: "Marta, Marta: andas inquieta y nerviosa
con tantas cosas: sólo una es necesaria. María ha escogido la mejor parte"
(10, 41-42).
Marta simboliza aquel trabajo repetido y agobiante que nos hace
esclavos de la tierra y no permite que tengamos tiempo de escuchar el gran
misterio de Dios que nos rodea. María, en cambio, es la que atiende a la
palabra. Ciertamente deberá actuar, pero su obra no será un hacer desnudo, sino
un poner en cumplimiento aquello que ha escuchado. Ordinariamente se oponen
entre sí Marta y María como la acción y la contemplación. Esta perspectiva no
es exacta. Marta representa únicamente aquella acción que no se basa en la
palabra de Jesús (no se mantiene abierta al reino). María simboliza un escuchar
la palabra que se tiene que traducir necesariamente en amor, es decir, en
servicio hacia el prójimo.
Recordemos que nos apoyamos sobre el fondo de experiencia del antiguo
testamento. Contrariamente al mundo griego, Israel ha desconocido el ideal de
la contemplación pura. Ya por eso resulta imposible interpretar a María como
expresión de la mística, que deja el mundo de las cosas (lo sensible) y se
preocupa de ahondar en lo divino. Conocer a Dios implica en Israel el escuchar
la palabra y llevarla a la práctica. Sólo desde aquí se entiende el mensaje
radical de nuestro texto.
María es la que atiende a Jesús. Frente al judío que escucha la voz que
Dios le ha transmitido por la ley se sitúa la figura del cristiano, que
descubre la palabra de Dios en Jesucristo. Por eso la actitud de María no es la
de un místico que sube hacia Dios, sino la de un creyente que está atento a la
palabra concreta que Dios le ha dirigido. Pues bien, para que esa escucha sea
auténtica se debe traducir en la práctica de la vida, es decir, en el amor al
prójimo que estaba reflejado en la parábola del buen samaritano. Marta, en cambio,
ocupada en sus cosas no ha descubierto la voz de Dios, que le ha llegado en
Jesucristo.
Desde aquí podemos esbozar tres conclusiones importantes. a)La primera
se refiere simplemente al sexo de María. En el contexto social de Israel, la
mujer se consideraba como un creyente de segunda categoría; no tomaba parte
oficial en el culto de la sinagoga ni se podía dedicar a la escucha y cultivo
de la ley. Nuestro pasaje refleja una actitud totalmente distinta. El tipo del
auténtico cristiano (que escucha y cumple la palabra de Jesús) se ha reflejado
en la figura femenina de María. Pensamos que este rasgo no ha sido valorado por
la Iglesia, que, en cierto modo, ha padecido una regresión volviendo a colocar
a la mujer en actitud fundamentalmente pasiva dentro de la comunidad de los
cristianos. b) Para que sea auténtica, la acción del creyente (el amor al
prójimo) tiene que estar fundamentada en la escucha de la palabra, es decir, en
la aceptación del misterio del amor de Dios que se refleja en Cristo. Sólo
porque Dios me ha revelado toda la fuerza de su amor, me puedo convertir en
fuente de amor para los otros. c)Una vez dicho todo lo anterior, podemos añadir
que la "escucha de Jesús" puede venir a determinar un tipo de
existencia cristiana que profundiza especialmente en el don de la fe. Tal sería
el fundamento de la contemplación, que no está basada en un proceso ascensional
de la mente que tiende hacia Dios, sino en la auténtica obediencia del que
escucha la palabra y vive inmerso en el gozo y exigencia que ella nos produce.
COMENTARIOS A LA BIBLIA LITURGICA NT - EDIC MAROVA/MADRID 1976.Pág.
1324 ss.
3. JUDAISMO/MUJER MACHISMO/RELIGION RABINO/MUJER:
Lo sorprendente de la escena presentada por Lucas es que el alumno sea
una mujer. Los rabinos nunca enseñaban a las mujeres.
Del rabino Eliezer procede la frase: "Mejor fuera que
desapareciera en las llama la Torá antes de que les fuera entregada a las
mujeres".
Sentido del texto. A la luz de lo dicho anteriormente aparece clara la
finalidad doctrinal o catequética de Lucas en este pasaje. La enseñanza se
encuentra formulada en el v. 42: Una sola cosa es necesaria. ¿Qué cosa es ésta?
La escucha de la palabra del Señor (cfr. v.39). La contraposición de Marta y
María no es a nivel de vida activa y vida contemplativa sino a nivel de escucha
o no escucha de la palabra. No se contraponen dos formas de vida sino dos
actitudes que pueden darse en una misma forma de vida, sea ésta activa o
contemplativa. La escucha de la palabra de Jesús es una exigencia fundamental
del amor a Dios. Esta exigencia de escucha es tanto más imperiosa cuanto que a
veces damos la sensación de organizar el mundo a partir de nosotros mismos y no
de Dios.
DABAR 1977, 43
4.- La literatura mística y piadosa ha contrapuesto a menudo a las dos
hermanas, convirtiéndolas en símbolos de la vida activa y de la vida
contemplativa respectivamente. La palabra de Jesús, en este supuesto, elevaría
la contemplación por encima de la acción. Pero todo esto son elucubraciones que
rebasan el marco y la situación familiar en la que se desarrolla la escena.
Jesús quiere decir a Marta que no se moleste demasiado, que cualquier cosa es
suficiente para comer, que ha ido a verles y a hablar con sus amigos del
reinado de Dios, y esto es lo que importa de verdad.
De modo semejante dice a la samaritana que el agua que sacia de verdad
es la que salta hasta la vida eterna y no la del pozo, sin que esto signifique
que no tuviera sed o que no le agradeciera el vaso de agua que le pedía para
beber. Y cuando regresaban los discípulos, que había enviado al pueblo a
comprar unos bocadillos mientras él se quedaba junto al pozo hablando con la
mujer, les habla de otro alimento muy superior: el cumplimiento de la voluntad
del Padre (Jn 4,8.34). Jesús no ignora las necesidades inmediatas del cuerpo y
no prescinde en absoluto de la vida cotidiana, pero se eleva por encima de esto
para descubrir lo más necesario y manifestar el sentido profundo de la vida.
Tampoco la contemplación anula o prescinde de los cotidiano. Si bien es cierto
que María ha escogido la mejor parte, Jesús no reprende a Marta como si fuera
una mujer distraída y superficial. Marta continuaría sin duda con su trabajo
doméstico, no obstante desear también sentarse a los pies del Maestro. Pensaría
que, de momento, era más importante dar que recibir.
EUCARISTÍA 1989, 16
5.- Sólo una cosa es necesaria (evangelio). Marta y María, dos
dimensiones de la acogida: el servicio diligente a las necesidades de los demás
y la atención a su intimidad. La acogida debe ser total: al cuerpo y al
espíritu. Jesús nos invita a reconocer esta necesidad de atención que tenemos
cada uno de nosotros y que no se satisface con prisas y obsequios. ¡Qué
superficial es muy a menudo la atención que nos damos unos a otros y qué pobre
la comunicación!. También como cristianos: todo debe partir de la escucha
atenta de la palabra del Señor, de la apertura a su intimidad: "a vosotros
os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a
conocer" (Jn 15,15).
¿No podríamos aprovechar las vacaciones para dedicar más tiempo, más
tiempo "libre", a esta comunicación personal con el Señor Jesús?
JOSÉ M. TOTOSAUS - MISA DOMINICAL 1889, 15
6.- La hospitalidad que Marta y María ofrecieron a Jesús es un episodio
exclusivo de Lucas. Jesús en este momento está de camino, en la estructura del
evangelio de Lucas. Lo que no ha encontrado en la ciudad samaritana lo
encuentra ahora: una casa acogedora y hospitalaria.
El relato presenta la actitud libre de Jesús, que, contra el ambiente,
acepta la hospitalidad que le ofrecen dos mujeres. Era romper con la tradición
judía. El evangelio no nos dice cómo ha surgido la relación de Jesús con las
dos hermanas. Jesús va con el grupo de sus discípulos.
La afirmación fundamental de todo el relato es que sólo una cosa es necesaria.
Marta se preocupa de muchas cosas, quiere servir y obsequiar al huésped. Pero
Jesús le dice: lo importante es la salvación que el huésped le trae, lo
necesario es escuchar, acoger la palabra. En este momento, María, que se ha
concentrado en la escucha de la palabra, ha escogido lo que debe, lo mejor.
Lo que hace Marta no es malo, pero supone desconocer la oportunidad de
la visita del Señor. Se le ofrece una ocasión que debe aprovechar. Marta quiere
servir a Jesús, pero Jesús quiere que acoja la salvación.
La palabra debe ser escuchada. María se convierte aquí en símbolo de la
comunidad que ha de estar a la escucha de la palabra. Es un eco del
"buscad primero el reino de los cielos..." (Mt 6,33). En esta actitud
de María y de la comunidad hay un cambio de papeles. María, igual que Marta,
acoge a Jesús, pero la acogida que ella le da no es un don que ella le ofrece.
Ella acoge, pero al mismo tiempo se siente acogida. La diferencia entre las dos
hermanas está en que Marta se da al Señor y siente el gozo de darse, mientras
que María se da pero no tiene la satisfacción de darse, sino la de ser acogida.
Esta ha de ser la actitud de la Iglesia y de los evangelizadores al acoger a
los pobres. Hay que dejarse evangelizar por aquellos a quienes se evangeliza,
por los pobres.
PERE FRANQUESA - MISA DOMINICAL 1986, 14
7.- MUJER-JUDIA.
Marta es un nombre arameo, que significa "señora". Aparece
como dueña de la casa: ella es la que acoge a Jesús (v.38). María, su hermana,
no lo recibe como huésped sino como maestro: escucha "su palabra"
sentada a sus pies, en la actitud propia de los discípulos, como san Pablo
decía que se había instruido en la Ley "a los pies de Gamaliel" (Hch
22,3). El hecho es nuevo, por no decir revolucionario. En 8,2-3 Lucas ha
hablado de las mujeres que acompañaban a Jesús y lo servían con sus bienes (que
es más o menos lo que aquí hace Marta), lo cual ya es sorprendente, porque
entre los judíos las mujeres eran equiparadas a los esclavos y a los niños, no
podían participar de los oficios de la sinagoga y estaban exentas de una serie
de deberes religiosos, tales como la recitación del Shemá y la acción de
gracias de las comidas. Pero admitirlas como discípulos era impensable. No se
les podía enseñar la Torá, y el rabí Elicer ben Hirkanos decía que "el que
enseña la Ley a su hija, le enseña la estupidez".
Se ha opuesto tradicionalmente a Marta y María como, respectivamente,
la vida activa y la vida contemplativa, y no es ese exactamente el sentido del
texto. Marta está atareada y se queja de que le hayan dejado sola "con el
servicio", literalmente "en la diaconía", o sea el ministerio o
servicio de la mesa. El propio Lucas, en Hch 6, nos hablará del conflicto entre
la diaconía de las distribuciones materiales y la diaconía de la Palabra y de la
oración, que debe tener la primacía y para la cual deben reservarse los
apóstoles, que por ello instituirán ministros de las mesas (los siete llamados
diáconos). También en casa de Marta y María el servicio de la Palabra debe
pasar por delante del servicio de la mesa. Ello no prejuzga que María sea mejor
que Marta, porque el que en aquellos momentos hace de ministro de la Palabra no
es María, sino Jesús. El Señor no dice que María haya hecho la mejor obra, sino
que ha escogido la mejor parte. No se trata de juzgar cual de las dos hermanas,
o cual de dos estilos o estados de vida es mejor, sino de hacer ver con
claridad que cuando el Señor pasa hay que acogerlo en casa, como ha hecho
Marta, y cuando habla escucharlo, como hace María.
Parece que Jesús regaña a Marta, desagradecido con su solicitud. Pero
Jacques Dupont, como conclusión de una conferencia familiar sobre esta
perícopa, decía con humor que probablemente Jesús añadiría al final: "Y
ahora, María, anda a ayudar un poco a tu hermana".
H. RAGUER - MISA DOMINICAL 1977, 14
8.- ESCUCHA/PD:
Se ha transformado muchas veces la anécdota narrada en este pasaje en
una alegoría, según la cual Marta representaría la acción y María la
contemplación, y que estaría destinada a mostrar la superioridad de la segunda
sobre la primera.
De hecho, se trata de una anécdota perteneciente al fondo de las
tradiciones referidas por Lucas en el círculo de sus discípulos -especialmente
las mujeres- y que están a menudo concebidas desde una óptica y en un tono
bastante originales.
a).- La familia de Lázaro y sus hermanas es objeto de tres tradiciones
evangélicas importantes (Lc 10. 38-42; Jn 11. 1-44; 12. 1-8). María y Marta
aparecen cada vez en los papeles y sentimientos que Lucas les atribuye aquí:
amoldándose sin duda a las costumbres familiares de la época, Marta se ocupa de
las tareas domésticas; María, del recibimiento y la atención de los invitados.
Se trata de un reparto de las tareas domésticas para asegurar lo más posible el
"confort" del invitado. Se encuentra, en los tres relatos que sitúan
en escena a Marta y María, esta misma complementariedad de las funciones
domésticas con vistas a la mejor hospitalidad posible.
Esta anécdota recibirá, sin embargo, diferentes interpretaciones a lo
largo de toda su historia literaria en las comunidades primitivas. La primera
versión del relato ha hecho de él una expresión de la espera escatológica: el
tiempo apremia demasiado para preocuparse encima de los cuidados materiales.
Marta ha querido, sin duda, hacer honor a su huésped presentándole una cocina
refinada, pero esta intención se vuelve contra ella y ha de reclamar la ayuda
de su hermana (v.40). El Señor interviene para pedirle que se inquiete menos
por la comida (basta con sólo un plato:v.42): "hace falta poco" (v.42a).
Lucas concede mucha importancia a esta enseñanza: no conviene inquietarse por
los asuntos del mundo mientras está tan próximo el Reino (Lc 12.22).
b).- Cabe además preguntarse si Lucas no se hace aquí discípulo de
Pablo: un vocabulario común relaciona, en efecto, a Lc 10. 38-42 y 1 Co 7.
29-35, y una misma doctrina tiende a demostrar que la virginidad (porque Marta
y María serán consideradas posteriormente como vírgenes) permite esperar el
Reino que viene, sin estar demasiado retenido por las obligaciones del matrimonio.
c).- Si Lucas manifiesta una gran predilección por la pobreza, signo de
la espera escatológica, concede igualmente un gran valor a la escucha de la
Palabra (Lc 11. 27-28). Así, en otro lugar, opone a la familia de Cristo,
preocupada por su subsistencia (Lc 8. 19, aclarado por Mc 3. 20), los que
prefieren escuchar su palabra y ponerla en práctica (Lc 8. 20). Esto no
significa que Cristo conceda una preferencia a la contemplación sobre la
acción, sino más bien que la atención a las realidades del Reino (representado
muchas veces como una Palabra: cf. Lc 8. 11-15) no puede dejarse distraer por
una preocupación demasiado exclusiva por las realidades terrestres. Para
S.Lucas, además, escuchar la Palabra no tiene nada de una contemplación ociosa,
sino que desemboca en la acción y la puesta en práctica concreta y exigente (Lc
8. 15).
MAERTENS-FRISQUE - NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA V - MAROVA
MADRID 1969.Pág. 186
9.- Jesús sigue su camino; hace un alto poco antes de llegar a
Jerusalén, al término de su misión. Se detiene en Betania, en casa de sus
amigos de siempre. En el camino de la llegada del Reino, Jesús se detiene en la
casa amiga y le presta acogida la Iglesia, como las dos hermanas.
Como suele ocurrir con las amas de casas, demasiado preocupadas por los
preparativos para recibir bien a los huéspedes, Marta se olvida de algo
esencial: el visitante. Corre a la cocina, de la cocina al comedor, del comedor
a la despensa; es del huésped del que tenía que ocuparse y atender todos sus
deseos; era a él a quien habría que servir. Todo estará realmente bien
preparado cuando no pueda ocurrir nada nuevo e inesperado. Cuando la Iglesia se
pone a imitar a Marta, se diría que estamos ante una empresa en cadena, donde
todo está programado: se respetará el menú establecido, la cortesía un tanto
ficticia evitará los malos modales, todo irá bien, pero la fiesta se acabará
apenas se apaguen las lámparas. Una Iglesia que se basa en la sabiduría y en la
prudencia, en la organización y en la maña. Una Iglesia de estrategias
misioneras y de medios de presión: "Te afanas y preocupas por muchas
cosas..." "María ha elegido la mejor parte". Una Iglesia recoge
con diligencia la palabra del Maestro. Lo único que le importa es su presencia,
aunque luego haya que improvisar un poco la comida.
Una Iglesia que tiene el candor de los niños, que se olvidan de todo al
escuchar una historia que les conmueve y les hace salir de la realidad e ir a
vivir en otra parte, de otra manera. Una Iglesia con los ojos abiertos,
seducida por un viajero que se ha detenido en su casa. Una Iglesia de la
verdadera contemplación, que va a lo esencial. Una Iglesia que prefiere la
brisa áspera del camino a los sabores demasiado conocidos e insípidos de las
cocinas cerradas. Una Iglesia que prefiere la falta de confort de la tienda de
los nómadas a la seguridad de las moradas demasiado estables, que pronto se
convierten en cargas o prisiones. Una Iglesia de la pasión y del corazón:
María, que contempla a Jesús, correrá hasta el sepulcro cuando todavía la razón
de los hombres se ríe de tan loca esperanza. María saborea las palabras de
Jesús, y las frases grabadas en lo más íntimo de ella misma serán una fuente de
asombro y de seguridad gozosa: más allá de las evidencias y de la muerte, será
capaz de descubrir la sorpresa inesperada de la Pascua.
Una Iglesia de la contemplación que ve más allá de la dura realidad
humana. Una Iglesia que descubre la imposible novedad pascual y la otra cara de
las cosas. Una Iglesia del asombro. "¡Tú has escogido la mejor parte!",
¡no se te quitará! Tu esperanza se arraiga en la promesa del mismo Dios.
Dios, que pones tu morada entre nosotros, no permitas que nos
acostumbremos a tu presencia. Concédenos saborear tu palabra siempre nueva: que
nos admiremos siempre de tanto amor.
DIOS CADA DIA - SIGUIENDO EL LECCIONARIO FERIAL - SEMANAS XXII-XXXIV
T.O. EVANG.DE LUCAS - SAL TERRAE/SANTANDER 1990.Pág. 98 s