LA
MISERICORDIA DE DIOS
COMENTARIO
Lucas
se hace eco, en el marco narrativo inicial, de una situación de malestar
existente entre fariseos y letrados por la favorable acogida de Jesús a
publicanos y pecadores. A continuación, nos ofrece el punto de vista de Jesús a
través de tres parábolas. Este recurso a las parábolas es indicio claro de que
Jesús no comparte el planteamiento que está a la base del malestar de los
fariseos y letrados. Las
parábolas tienen dos fines: Jesús defiende con ellas su postura y en este caso,
el gesto del perdón que ofrece a los perdidos. Por otro lado, Jesús muestra con
ellas el auténtico rostro de Dios sobre la tierra. A través de las parábolas,
Dios se ha revelado como fuerza de un amor que salva y crea. Veamos. Cualquier
pastor que ha perdido una oveja coloca a las otras en sitio seguro y se
arriesga a buscar la que falta. La mujer que ha extraviado una moneda no se
ocupa de las otras; ilumina su morada y limpia todo hasta encontrarla. En ambos
casos se suscita el mismo gozo: la alegría de encontrar de nuevo aquello que
estaba ya perdido. Pues bien, dice Jesús, la forma de actuar de Dios es
semejante. No le basta con los justos; no se ocupa simplemente de los buenos.
Dios atiende especialmente a los que viven en peligro (15. 3-10). Este amor
justifica la actitud de Jesús y de la Iglesia con respecto a los pequeños, los
perdidos, pecadores y extranjeros.
Continúa el tema con la parábola del padre que perdona (Lc 15. 11-32).
El hijo menor ha malgastado su vida y su fortuna lejos de casa. El padre le ha
dejado porque sabe que ya es adulto y tiene libertad para trazar la ruta de su
vida. Pero cuando el hijo vuelve, el padre le sale al encuentro y le abraza. No
le reprocha nada, ni pregunta los motivos o razones de su vuelta. Sabe
simplemente que retorna, conoce su miseria y le ofrece sin más amor y casa.
Evidentemente esta imagen del padre que acoge al perdido y le ama es muy
apropiada para indicar la fuerza del perdón de Dios y su manera de tratar a los
necesitados y pecadores de la tierra.
El padre no ha salido al encuentro de su hijo, no va por los caminos y
ciudades a buscarlo. Por el contrario, el pastor y la mujer lo dejaron todo y
se esforzaron por hallar la oveja y la moneda que perdieron. Esto mismo indica
que el punto culminante de nuestra parábola no está en el amor del padre que
perdona. Ese amor se presupone. A los justos de Israel (el hijo mayor) les
duele que el padre acoja a los perdidos y les ofrezca su banquete. Pensaban que
la casa era de ellos y podían organizar a su manera las leyes de lo bueno y de
lo malo. Ahora, en cambio, han descubierto que la ley del padre es diferente y
se sienten postergados, contrariados y molestos. Dios es padre que a todos
ofrece la gracia de un perdón y la posibilidad de una existencia nueva; su
alegría está precisamente en ayudar a los que están extraviados o en peligro.
Jesús se ha presentado como la "encarnación" del perdón creador de
Dios en medio de los hombres.
R.P. Roland
Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Eclo 36 15
Señor, da la paz a los que esperan en ti, y
saca veraces a tus profetas, escucha la súplica de tus siervos y de tu pueblo
Israel.
ORACION COLECTA
Míranos, oh,
Dios creador y guía de todas las cosas, y concédenos servirte de todo corazón,
para que percibamos el fruto de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Éxodo 32, 7-11. 13-14
En aquellos días, el Señor dijo a Moisés: «Anda,
baja del monte, que se ha pervertido tu pueblo, el que tú sacaste de Egipto.
Pronto se han desviado del camino que yo les había señalado. Se han hecho un
novillo de metal, se postran ante él, le ofrecen sacrificios y proclaman: Éste
es tu Dios, Israel, el que te sacó de Egipto."».
Y el Señor añadió a Moisés: «Veo que este
pueblo es un pueblo de dura cerviz. Por eso, déjame: mi ira se va a encender
contra ellos hasta consumirlos. Y de ti haré un gran pueblo.».
Entonces Moisés suplicó al Señor, su Dios: «¿Por
qué, Señor, se va a encender tu ira contra tu pueblo, que tú sacaste de Egipto
con gran poder y mano robusta? Acuérdate de tus siervos, Abrahán, Isaac e
Israel, a quienes juraste por ti mismo, diciendo: "Multiplicaré vuestra
descendencia como las estrellas del cielo, y toda esta tierra de que he hablado
se la daré a vuestra descendencia para que la posea por siempre."».
Y el Señor se arrepintió de la amenaza que
había pronunciado contra su pueblo.
SALMO
RESPONSORIAL (50)
Me pondré
en camino adonde está mi padre.
Misericordia, Dios
mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi
delito, limpia mi pecado. R.
Oh Dios, crea en
mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes
lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. R.
Señor, me abrirás
los labios, y mi boca proclamará tu alabanza. Mi sacrificio es un espíritu
quebrantado; un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san
Pablo a Timoteo 1, 12-17
Querido hermano: Doy gracias a Cristo Jesús, nuestro Señor, que me hizo
capaz, se fió de mí y me confió este ministerio.
Eso que yo antes era un blasfemo, un perseguidor y un insolente. Pero
Dios tuvo compasión de mí, porque yo no era creyente y no sabía lo que hacía.
El Señor derrochó su gracia en mí, dándome la fe y el amor en Cristo
Jesús.
Pueden fijarse y aceptar sin reserva lo que les digo: que Cristo Jesús
vino al mundo para salvar a los pecadores, y yo soy el primero.
Y por eso se compadeció de mí: para que en mí, el primero, mostrara
Cristo Jesús toda su paciencia, y pudiera ser modelo de todos los que creerán
en él y tendrán vida eterna.
Al Rey de los siglos, inmortal, invisible, único Dios, honor y gloria
por los siglos de los siglos.
ACLAMACION
ANTES DEL EVANGELIO 2Co 5, 19
Aleluya. En Cristo
estaba Dios reconciliando al mundo consigo, y a nosotros nos ha confiado la
palabra de la reconciliación. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 15, 1-32.
En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús los publicanos y los
pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: «Ése
acoge a los pecadores y come con ellos.».
Jesús les dijo esta parábola: «Si uno de ustedes tiene cien ovejas y se
le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la
descarriada, hasta que la encuentra?. Y, cuando la encuentra, se la carga sobre
los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los
vecinos para decirles: "¡Felicítenme!, he encontrado la oveja que se me
había perdido.".
Les digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo
pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan
convertirse.
Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿no enciende una
lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra?. Y, cuando
la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas para decirles: "¡Felicítenme!,
he encontrado la moneda que se me había perdido.". Les digo que la misma
alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.».
También les dijo: «Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a
su padre: "Padre, dame la parte que me toca de la fortuna.".
El padre les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a
un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo
había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a
pasar necesidad.
Fue entonces y tanto le insistió a un habitante de aquel país que lo
mandó a sus campos a guardar cerdos. Le entraban ganas de llenarse el estómago
de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba de comer.
Recapacitando entonces, se dijo: "Cuántos jornaleros de mi padre
tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré en
camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y
contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus
jornaleros.".
Se puso en camino a donde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos,
su padre lo vio y se conmovió; y, echando a correr, se le echó al cuello y se
puso a besarlo.
Su hijo le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya
no merezco llamarme hijo tuyo.".
Pero el padre dijo a sus criados: "Saquen en seguida el mejor
traje y vístanlo; pónganle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traigan
el ternero cebado y mátenlo; celebremos un banquete, porque este hijo mío
estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado.".
Y empezaron el banquete.
Su hijo mayor estaba en el campo.
Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y el baile, y
llamando a uno de los mozos, le preguntó qué pasaba.
Éste le contestó: "Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha matado el
ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud.".
É1 se indignó y se negaba a entrar; pero su padre salió e intentaba
persuadirlo.
Y él replicó a su padre: "Mira: en tantos años como te sirvo, sin
desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener
un banquete con mis amigos; y cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido
tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado.".
El padre le dijo: "Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío
es tuyo: deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha
revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado."».
PLEGARIA UNIVERSAL
Como Moisés, que intercedió por
el pueblo, acerquémonos a la presencia del Señor y oremos por la Iglesia y por
el mundo entero diciendo: R.- Padre, escúchanos.
1.- Por el Papa y toda la Iglesia: para que a ejemplo de Jesús sea
artesana de misericordia. Oremos. R.
2.- Por los gobernantes: para que promuevan en medio de su pueblo la
unidad, la justicia y la paz. Oremos.
R.
3.- Para que Dios derrame su gracia en los que llama a consagrar su vida
a él y estos le sirvan en los más pobres y necesitados. Oremos. R.
4.- Para que Dios cree en todos los que viven en pecado un corazón puro,
los renueve con su Espíritu y les de la gracia de la conversión. Oremos. R.
5.- Para que las organizaciones
que trabajan a favor de la justicia, la dignidad y la promoción de los hombres
y mujeres, encuentren apoyo para llevar adelante sus proyectos solidarios. Oremos. R.
6.- Para que seamos capaces de volver siempre con humildad a la casa del
Padre y vivir de su persona y misericordia. Oremos. R.
Padre misericordioso, mira a tus
hijos que te suplican, acoge sus oraciones a favor del mundo entero y
manifiéstate a sus corazones, que están anhelantes de tu amor. Por Jesucristo
nuestro Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Se propició a
nuestras suplicas, Señor, y recibe complacido estas ofrendas de tus siervos,
para que la oblación que ofrece cada uno en honor de tu nombre para la
salvación de todos. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Sal
35, 8
Que inapreciable es tu misericordia, oh, Dios. Los
humanos se acogen a la sombra de tus alas.
ORACION
DESPUES DE LA COMUNION
Te pedimos, Señor, que el fruto del don del cielo penetre nuestros
cuerpos y almas, para que sea su efecto y no nuestro sentimiento, el que
prevalezca siempre en nosotros. Por Jesucristo nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA
DÍA
Lunes 12: 1Co 11, 17-26.33;
Sal 39; Lc 7, 1-10
Martes 13: 1Co 12,
12-14.27-31ª; Sal 99; Lc 7, 11-17.
Miércoles 14: 1Co 12, 31—13, 13;
Sal 32; Lc 7, 31-35.
Jueves 15: Hb 5, 7-9; Sal 30;
Jn 19, 25-27 (o bien: Lc 2, 33-35)
Viernes 16: 1Co 15, 12-20; Sal
16; Lc 8, 1-13.
Sábado 17: 1Co 15, 35-37.
42-49; Sal 55; Lc 8, 4-15.
Domingo 18:
Am 8, 4-7; Sal 112; 1Tm 1-8; Lc 16, 1-13.
COMENTARIOS AL
EVANGELIO
Lc 15, 01-31
Ver JUEVES DE LA 31ª
SEMANA
1. D/ALEGRIA
Texto: Dentro siempre de la perspectiva de camino, Lucas se hace eco,
en el marco narrativo inicial, de una situación de malestar existente entre
fariseos y letrados por la favorable acogida de Jesús a publicanos y pecadores.
A continuación, nos ofrece el punto de vista de Jesús a través de tres
parábolas. Este recurso a las parábolas es indicio claro de que Jesús no
comparte el planteamiento que está a la base del malestar de los fariseos y
letrados.
Las dos primeras parábolas tienen exactamente el mismo corte.
Cualquier hombre y cualquier mujer desbordan de alegría cuando
encuentran algo valioso que habían perdido. Si así se comportan los humanos,
¿cuánto más Dios? Ambas parábolas avanzan por analogía: de la alegría humana a
la alegría divina. En ambas parábolas el dato central es la alegría por el
hallazgo de lo que se había perdido. Ambas parábolas operan con la
correspondencia lo perdido-el pecador. Si un hombre o una mujer desbordan de
alegría al encontrar la oveja o la moneda perdidas, ¿cómo no va a desbordar de
alegría Dios al encontrar al pecador? Sabemos que en el evangelio de Lucas las
parábolas tienen a menudo la función de corregir el planteamiento de los
interlocutores. En esta ocasión los fariseos y letrados parten del presupuesto
de que Dios no puede aprobar el trato con pecadores. Jesús, en cambio, les
habla de la alegría desbordante de Dios.
Pero el texto no termina aquí. Sin solución de continuidad sigue una
tercera parábola, en la que Jesús cuenta a fariseos y letrados la historia de
un padre que tenía dos hijos. El menor de ellos, tras marcharse de casa y vivir
perdidamente, recapacitó y volvió a pedir perdón a su padre. Desbordante de
alegría por haber recuperado al hijo perdido, el padre dio un gran banquete.
Al mismo no asistía el hijo mayor por hallarse trabajando en el campo.
Al regresar y enterarse del motivo del banquete, se negó a tomar parte en él.
La parábola termina con el ruego insistente del padre a su hijo mayor
instándole a tomar parte en la fiesta. Esta tercera parábola tiene en común con
las dos primeras el dato de la alegría desbordante por la recuperación de lo
que se había perdido. La peripecia del hijo menor permite reconocer en él al
pecador de las dos primeras parábolas. El padre desbordante de alegría remite a
su vez al Dios desbordante de alegría de las dos primeras parábolas. Es decir,
la tercera parábola empalma con las dos primeras. Pero avanza sobre ellas por
la presencia del hijo mayor. La peripecia de este hijo no tiene correspondencia
con nada ni remite a nada de lo expresado en las dos primeras parábolas. El
hijo mayor remite a los fariseos y letrados del marco narrativo previo a las
parábolas, marco en el que Lucas se hacía eco del malestar existente entre
fariseos y letrados por la favorable acogida dispensada por Jesús a publicanos
y pecadores.
Estos son el pecador de las dos primeras parábolas y el hijo menor o
pródigo de la tercera. Pero los publicanos y pecadores han dejado de ser
problema: han vuelto, han pedido perdón. Ahora mismo, el problema, el único
problema son los fariseos y letrados. Estos están molestos por la favorable
acogida de Jesús a publicanos y pecadores y, al igual que el hijo mayor, no
quieren tomar parte en la fiesta, esgrimiendo su impecable hoja de servicios,
de cumplimiento estricto y continuado. Se sienten y lo son trabajadores
infatigables, que jamás se han marchado de la casa paterna, que no han
desobedecido un solo mandamiento de Dios. Siendo, sin embargo, verdad todo
esto, Jesús les invita a que cambien de planteamiento, a que no tengan al menos
el trato con publicanos y pecadores. Les habla de la desbordante alegría de
Dios cuando un pecador vuelve a Él. Les invita, les insta, les suplica a que se
alegren ellos también con el Padre del cielo.
Comentario: Como el texto de los domingos anteriores, también el de hoy
remueve el terreno profundo de las estructuras de la persona. En el enfado del
hijo mayor es perfectamente reconocible el enfado del cumplidor. El que rinde
no suele gustar de tratamiento en pie de igualdad con el que no rinde.
Cumplimiento y rendimiento gustan de reconocimiento y de amejoramiento. El
cumplidor adquiere fácilmente conciencia pagada de sí y se siente con derechos
sobre los que no cumplen. Tendencia a capitalizar la propia bondad y a
convertirla en arma de derecho frente y contra los otros.
Por todo esto, el hijo mayor no es un personaje reducible
exclusivamente a fariseos y letrados del tiempo de Jesús, cumplidores como el
que más. El hijo mayor anida probablemente en cada ser humano y, por ello
mismo, es un riesgo permanente para caminar en cristiano.
El caminante cristiano no sabe de superioridades ni de derechos
adquiridos, no sabe de acepciones de personas ni de discriminaciones, no
alardea ni es vocinglero. El caminante cristiano hace sencillamente el camino,
en silencio a veces, conversando otras, solidario siempre desde su propia
pequeñez.
ALBERTO BENITO - DABAR 1989 46
PROPUESTA DE CANTOS
DOMINGO XXIV T.O. CICLO C
01.- Juntos cantando la Alegría (Entrada)
JUNTOS CANTANDO LA
ALEGRÍA
DE VERNOS UNIDOS EN
LA FÉ Y EL AMOR
JUNTOS SINTIENDO EN
NUESTRAS VIDAS
LA ALEGRE PRESENCIA
DEL SEÑOR.
Somos la iglesia
peregrina que Él fundó
Somos un pueblo que
camina sin cesar
Entre cansancios y
esperanzas hacia Dios
Nuestro amigo Jesús
nos llevará.
Juntos cantando la
alegría
De vernos unidos en
la fe y el amor
Juntos sintiendo en
nuestras vidas
La alegre presencia
del Señor.
Hay una fe que nos
alumbra con su luz
Una esperanza que
empapó nuestro esperar
Aunque la noche nos
envuelva en su inquietud
Nuestro amigo Jesús,
nos guiará.
Juntos cantando la
alegría
De vernos unidos en
la fe y el amor
Juntos sintiendo en
nuestras vidas
La alegre presencia
del Señor
La alegre presencia
del Señor
02.- Celebremos el banquete (Emilio y Juan Bravo) (Entrada)
Celebremos el banquete
con el Padre y los hermanos
nos habíamos perdido
y hoy volvemos a encontrarnos.
Como pródigos sedientos,
anhelando libertades,
poco a poco abandonamos,
el hogar de nuestro padre.
Recorriendo mil caminos,
entre sombra y entre dudas,
en la noche de la vida,
derrochamos la fortuna.
En la fría madrugada
Nos volvimos
apenados,
Y a la puerta de la
casa
Te encontramos
esperando.
Nos pusieron trajes
nuevos,
Nos sentamos a la
mesa,
Compartiendo juntos
La alegría de la
vuelta.
03.- Alrededor de tu mesa (Francisco
Palazon) (Entrada)
Alrededor de tu mesa
venimos a recordar
Alrededor de tu mesa
venimos a recordar
Que tu palabra es
camino, tu cuerpo fraternidad
Que tu palabra es
camino, tu cuerpo fraternidad
Hemos venido a tu
mesa a renovar el misterio del amor
Con nuestras manos
manchadas
Arrepentidos,
buscamos tu perdón
Juntos y a veces sin
vernos
Celebramos tu
presencia, sin sentir
Que se interrumpe el
camino
Si no vamos como
hermanos hacia ti.
04.- Bendito seas Señor (Palazón)
Bendito seas, Señor,
por este pan y este vino
que generoso nos
diste, para caminar contigo,
y serán para nosotros
alimento en el camino.
1. Te ofrecemos el
trabajo, las penas y alegrías,
el pan que nos
alimenta y el afán de cada día.
2. Te ofrecemos
nuestro barro que oscurece nuestras vidas
y el vino que no
empleamos para curar las heridas.
05.- Señor no soy digno (Comunión)
SEÑOR, NO SOY DIGNO
DE QUE ENTRES EN MI
CASA
PERO UNA PALABRA TUYA
BASTARÁ PARA SANARME.
Eres el Pan de Vida,
a todos das la paz;
quien come de tu
carne
por siempre vivirá.
Somos el nuevo pueblo
que Cristo congregó,
vivamos siempre
unidos,
testigos del amor.
Vamos por esta vida
buscando la verdad,
la paz y la justicia,
un mundo que vendrá.
06.- Volveré (Comunión)
VOLVERÉ, VOLVERÉ,
A LA CASA DEL PADRE,
VOLVERÉ!
LE DIRÉ, LE DIRÉ:
"CONTRA EL CIELO
Y CONTRA TI, YO PEQUÉ".
De mi casa me fui un
día,
destrozando la
familia,
¡yo pequé!
Hoy me encuentro
triste y roto,
yo no quiero vivir
solo.
¡Volveré!
He pecado, Padre mío,
no merezco ser tu
hijo,
¡vuelvo a Ti!
Hijo mío yo te
abrazo,
te perdí, hoy te he
encontrado.
¡Ven a mí!
A ese hijo que ha
llegado,
yo no quiero por
hermano,
¡échale!
Ese hijo y ese
hermano,
es mi hijo y es tu
hermano.
¡Alégrate!
07.- Hoy he vuelto (Salida)
Cuántas veces siendo
niño te recé
Con mis besos te
decía que te amaba
Poco a poco con el tiempo,
olvidándome de Ti
Por caminos que se
alejan me perdí
Por caminos que se
alejan me perdí.
HOY HE VUELTO, MADRE,
A RECORDAR
CUÁNTAS COSAS DIJE
ANTE TU ALTAR
Y AL REZARTE PUEDO
COMPRENDER
QUE UNA MADRE NO SE
CANSA DE ESPERAR
QUE UNA MADRE NO SE
CANSA DE ESPERAR.
Al regreso, me
encendías una luz
Sonriendo desde lejos
me esperabas
En la mesa, la comida
aún caliente y el mantel
Y en tu abrazo, mi
alegría de volver
Y en tu abrazo, mi
alegría de volver.
Aunque el hijo se
alejará del hogar
Una madre siempre
espera su regreso
El regalo más hermoso
que a los hijos da el Señor
Que es la madre y el
milagro de su amor
Que es la madre y el
milagro de su amor.
Hoy he vuelto, Madre,
a recordar
Cuántas cosas dije
ante tu altar
Y al rezarte puedo
comprender
Que una Madre no se
cansa de esperar
Que una Madre no se
cansa de esperar.
08.- La alegría en el perdón
La alegría más
hermosa
es la alegría en el
perdón,
que en el cielo hay
mucha fiesta
cuando vuelve un
pecador.
Si la oveja se ha
perdido
a buscarla va el
pastor,
que en el cielo hay
mucha fiesta
cuando vuelve un
pecador.
LA ALEGRÍA MÁS
HERMOSA,
LA ALEGRÍA EN EL
PERDÓN,
QUE EN EL CIELO HAY
MUCHA FIESTA
CUANDO VUELVE UN
PECADOR. (bis)
Cuando el hijo se fue
lejos
triste el padre se
quedó,
y qué inmensa su
alegría
cuando el hijo
regresó.
Cada día, cada
instante,
por su ausencia se
apenó,
y qué inmensa su
alegría
cuando el hijo
regresó.
La mujer buscaba
triste
las monedas que
perdió,
y saltaba de alegría
cuando al fin las
encontró.
Qué afanosa rebuscaba
toda su casa barrió,
y saltaba de alegría
cuando al fin las
encontró.
Una tarde hubo
fiesta,
fiesta grande en
Jericó,
Tú, Jesús, estás
contento
pues Zaqueo te
encontró.
Qué alegría más
hermosa
la que allá se
celebró,
Tú, Jesús, estás
contento
pues Zaqueo te
encontró.