RECIBISTE BIENES Y
LÁZARO MALES
COMENTARIO
Lucas termina su
capítulo 16 con esta narración ejemplar en la que destaca la peligrosidad de
las riquezas una vez más.. El rico (curiosamente, no tiene nombre) aparece como
un hombre sin otro ideal que pasarlo bien sin acordarse de los que lo pasan
mal. Lázaro (=Eleazar, "Dios salva") es el pobre a quien el rico ha
olvidado, pero de quien Dios se acuerda en todo momento.
Si el pobre no
hubiera recibido absolutamente nada, hubiera ido sin duda a pedir a otra
puerta. Lo que desde luego no recibía Lázaro era una auténtica prueba de amor
fraterno. Lo que el rico negaba al hombre pobre es lo que de alguna manera le
daban los perros que se acercaban a lamerle las llagas.
Según el judaísmo,
todos los difuntos iban a parar al "infierno" o "sheol",
aunque no todos los difuntos iban a parar al mismo lugar: unos iban al
"edén" o lugar de descanso, otros a la "gehenna" o lugar de
tormento. Pero tanto los buenos como los malos esperaban en el
"sheol" el juicio definitivo de Dios al final de los tiempos. Entre
el "edén" y la "gehenna" se abría un abismo infranqueable.
Abrahán no atiende
la súplica del rico y le hace ver que la diferencia entre su estado y el de
Lázaro no es más que una consecuencia lógica de la divina justicia.
Tampoco es
atendida la segunda súplica del rico. De poco serviría enviar un mensajero a
los parientes de Epulón que siguen en el mundo y amonestarles para que cambien
de conducta. Porque el que no escucha a Moisés y a los profetas, tampoco hace
caso, aunque le hable un muerto resucitado que venga del otro mundo. Muchos
vieron los milagros de Jesús y, sin embargo, no creyeron en él.
El rico no se presenta como un opresor injusto ni como usurero ni
estafador. Es el que se aprovecha de la riqueza y se despreocupa de la
misericordia. El evangelio de Lucas plantea repetidas veces el tema de la
riqueza en orden a la salvación. De hecho, la cuestión no trata del dinero sino
de la actitud del corazón. El rico no es condenado por ser rico ni Lázaro va al
seno de Abraham por ser pobre. El rico es condenado porque fue ciego y
despiadado.
Por ello, no se
debe reducir la enseñanza de esta parábola a una enseñanza sobre la justicia de
Dios, que premia a los buenos y castiga a los malos. Porque en realidad se
trata sobre todo de una severa amonestación a cuantos buscan la felicidad en
las riquezas y creen que éstas pueden salvarnos. No sólo no salva la riqueza,
sino que es altamente peligrosa. Porque la riqueza esclaviza al hombre, lo
aparta de Dios, impide escuchar a los profetas y cierra los ojos y el corazón
para ver y compadecerse de los pobres. Jesús no quiere darnos aquí una
respuesta sobre las postrimerías. Supone simplemente una escatología elemental,
corriente en el judaísmo de aquella época y, sin valorarla, la acepta como
marco para criticar la conducta despreocupada y egoísta de los ricos.
R.P. Roland
Vicente Castro Juárez.
ANTIFONA DE ENTRADA Dn 3, 31.29.30.43.42.
Cuanto has hecho con nosotros, Señor, es un
castigo merecido, porque hemos pecado contra ti y no hemos obedecido tus
mandamientos, pero da gloria a tu nombre y trátanos según tu gran misericordia.
ORACION COLECTA
Oh, Dios, que
manifiestas tu poder sobre todo con el perdón y la misericordia, aumenta en
nosotros tu gracia, para que, aspirando a tus promesas, nos hagas participar de
los bienes del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la profecía de Amós 6, 1a. 4-7
Así dice el Señor todopoderoso: «¡Ay de los
que se fían de Sión y confían en el monte de Samaria!. Se acuestan en lechos de
marfil; arrellenados en divanes, comen carneros del rebaño y terneras del
establo; canturrean al son del arpa, inventan, como David, instrumentos
musicales; beben vino en copas, se ungen con perfumes exquisitos y no les duelen
del desastre de José.
Pues encabezarán la cuerda de cautivos y se
acabará la orgia de los disolutos.».
SALMO
RESPONSORIAL ( 145)
Alaba,
alma mía, al Señor.
Él mantiene su
fidelidad perpetuamente, él hace justicia a los oprimidos, él da pan a los
hambrientos. El Señor liberta a los cautivos. R.
El Señor abre los
ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los
justos, el Señor guarda a los peregrinos. R.
Sustenta al
huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados. El Señor reina
eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a
Timoteo 6, 11-16.
Hombre de Dios, practica la
justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la delicadeza. Combate el
buen combate de la fe. Conquista la vida eterna a la que fuiste llamado, y de
la que hiciste noble profesión ante muchos testigos.
En presencia de Dios, que da la vida
al universo, y de Cristo Jesús, que dio testimonio ante Poncio Pilato con tan
noble profesión: te insisto en que guardes el mandamiento sin mancha ni
reproche, hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, que en tiempo
oportuno mostrará el bienaventurado y único Soberano, Rey de los reyes y Señor
de los señores, el único poseedor de la inmortalidad, que habita en una luz
inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver.
A él honor e imperio eterno. Amén.
ACLAMACION
ANTES DEL EVANGELIO 2Co 8, 9
Aleluya. Jesucristo,
siendo rico, se hizo pobre, para enriquecerlos con su pobreza. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 16, 19-31
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: «Había un hombre rico que
se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día.
Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de
llagas, y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico. Y hasta
los perros se le acercaban a lamerle las llagas. Sucedió que se murió el
mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán.
Se murió también el rico, y lo enterraron. Y, estando en el infierno,
en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abrahán, y a
Lázaro en su seno, y gritó: "Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a
Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me
torturan estas llamas".
Pero Abrahán le contestó: "Hijo, recuerda que recibiste tus bienes
en vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras
que tú padeces.
Y además, entre ustedes y nosotros se abre un abismo inmenso, para que
no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia ustedes, ni puedan pasar de
ahí hasta nosotros".
El rico insistió: "Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro
a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que, con su testimonio,
evites que vengan también ellos a este lugar de tormento.". Abrahán le
dice: "Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen".
El rico contestó: "No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a
verlos, se arrepentirán.".
Abrahán le dijo: "Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no
harán caso ni aunque resucite un muerto."».
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos con confianza a Dios que
hace justicia a los oprimidos y da pan a los hambrientos y digámosle con fe:
R.- Padre, escúchanos.
1.- Para que en esta Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, acojamos
el llamado del Papa a generar corredores humanitarios de ayuda y acogida. Oremos. R.
2.- Por los gobernantes, especialmente lo que promueven la guerra y la
destrucción: para que conviertan su corazón a Dios y al hermano. Oremos. R.
3.- Por los jóvenes: para que sientan el llamado de Dios a servirlo,
practicando la justicia, la solidaridad y luchando el duro combate de la fe. Oremos. R.
4.- Por los que ponen su confianza en la riqueza y en los falsos valores:
para que descubran en Dios y en el servidor al otro la verdadera riqueza que
salva. Oremos. R.
5.- Por todos nuestros seres queridos que han muerto: para que Dios los
tenga gozando de su presencia eterna. Oremos.
R.
6.- Por nosotros: que, al alimentarnos de la Palabra de Dios y del Pan eucarístico,
seamos generosos y justos en el reparto de nuestros bienes. Oremos. R.
Padre, escucha las oraciones de
tu pueblo, haznos cada vez más dóciles a tu voluntad y enséñanos a compartir
los bienes que recibimos de ti. Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Dios de
misericordia, aceptar esta ofrenda nuestra y que, por ella, se abra para
nosotros la fuente de toda bendición. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Sal 118, 49-50.
Recuerda la palabra que diste a tu siervo, Señor, de
la que hiciste mi esperanza: este es mi consuelo en la aflicción.
ORACION
DESPUES DE LA COMUNION
Señor, que el sacramento del cielo renueve nuestro cuerpo y espíritu,
para que seamos coherederos en la gloria de aquel cuya muerte hemos anunciado y
compartido. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 26: Jb 1,
6-22; Sal 16; Lc 9, 46-50.
Martes 27: Jb 3, 1-3.11-17. 20-23; Sal 87; Lc 9, 51-56.
Miércoles 28: Jb 9, 1-12.14-16; Sal 87; Lc 9, 57-62.
Jueves 29: Dn 7, 9-10. 13-14; (o bien: Ap 12, 7-12ª); Sal 137;
Jn 1, 47-51.
Viernes 30: Jb 38, 1.12-21; 39, 33-35; Sal 138; Lc 10,
13-16.
Sábado 01: Jb 42, 1-3. 5.-6. 12-16; Sal 118; Lc 10, 17-24.
Domingo 02: Ha 1, 2-3; 2, 2-4; Sal 94; 2Tm 1, 6-8.13-14;
Lc 17, 5-10.
COMENTARIOS AL EVANGELIO
Lc 16, 19-31
Para Lc, lo que interesa es la
penetración del sentido último de la historia, especialmente por lo que se
refiere a esta gran cuestión de la atención a los pobres. Que la Escritura nos
hable de un juicio, es decir, de una última palabra de Dios sobre nuestra
historia particular, y también sobre la historia de los hombres, es de una gran
importancia. Porque nos hace tener presente que los hombres, nosotros, no somos
los dueños de la historia, no tenemos la última palabra; en definitiva, no
somos los sujetos capaces de definir el bien y el mal, la felicidad o la
infelicidad eterna de las personas y de nosotros mismos. ¡Es Dios quien tiene
esta palabra! El juicio es esto.
Ahora bien: el juicio de Dios no
es una decisión arbitraria, variable según influencias poderosas, que no se
puede saber cómo será hasta que se realice. El juicio de Dios no es más que la
fidelidad de Dios a sí mismo, a la palabra que Él ha dado a los hombres. He
aquí el interés de esta continuidad entre el texto de Amós y el de Lucas.
Ponerse al servicio del dinero, de sí mismo, no da más resultado que, al morir,
quedarse sin el dinero y solo consigo mismo, en la penosa tristeza de la
lejanía de la comunión con Dios, que en la vida presente ya era una realidad,
pero que quedaba escondida por los placeres inmediatos. La imagen de Lázaro, en
el seno de Abrahán, después de haber sido humillado en el tiempo presente,
sujeto incluso a las lameduras de los perros, es toda una descripción del
consuelo de Dios: "¡por eso encuentra aquí consuelo!" (...).
Un niño, al ver esta repetición
del tema, se preguntaba: ¿Por qué pintaban con tanta frecuencia el juicio
final? Nosotros nos preguntamos por qué el tema del juicio es tan poco
integrado en nuestra vida cristiana... Quién sabe si, reflexionando, nos
encontraríamos con un olvido actual práctico de esta visión que nos presenta
hoy el evangelio: ¡la historia no termina con el tiempo presente!. Cambiar las
cosas es importante, es un deber que tenemos; la justicia de Dios tiene que
realizarse en nuestras obras. ¡Pero es Dios quien nos juzga a todos! (...).
Es difícil no sentir cierto
estremecimiento al considerar la última frase de la parábola, a la luz de la
celebración de la Eucaristía. Los que la celebramos escuchamos a Moisés, a los
profetas, y tenemos entre nosotros la presencia del Resucitado entre los
muertos. ¿Nos dejamos convencer?. Celebrar la Eucaristía es algo
extraordinariamente comprometido; es realmente un juicio de Dios sobre
nosotros.
P. TENA - MISA DOMINICAL 1983/18
2.- Pre-texto.- Concepciones
populares de ultratumba. Después de la muerte de los hombres viven en el Sheol o Hades, lo que la traducción
litúrgica llama infierno. Se trata de una región con varios compartimentos,
comunicados entre sí. Los moradores de uno pueden ver a los de otros, pero no
pueden pasar de uno a otro. Los ángeles son los encargados de conducir a cada
persona a su respectivo compartimento. Uno de estos compartimentos es
especialmente oscuro; es lugar de tormentos atroces, entre los que sobresale el
fuego. Otro compartimento está lleno de luz y con abundancia de ríos; es el
paraíso, a donde van los justos.
"Seno
de Abrahán": puesto de honor junto a Abrahán en el gran banquete
paradisíaco. Los comensales estaban reclinados de tres en tres en una especie
de divanes. Todo esto son descripciones imaginativas de una realidad que escapa
a la experiencia humana. Esta realidad es la vida del hombre más allá de la
frontera de la muerte. Una vida cuya realidad estará en estrecha dependencia
con la actitud que el hombre haya desarrollado en su primera etapa. Sentido del
texto.
1).-Lo que no es la parábola. No
es una descripción de cómo se desarrollará la vida después de la muerte.
No es una promesa a los pobres de
un final feliz en compensación de lo mal que lo han pasado antes. No es una
invitación a la resignación de los pobres en beneficio del status quo de los
ricos.
2).-Lo que es la parábola.
Reafirmación seria de lo dicho en Lc 16. 9 y 13. El dinero enajena al hombre;
rompe toda posibilidad de comunicación con Dios. ¿Cómo se llega a esa ruptura
definitiva con Dios? Usando y abusando individualísticamente del dinero en la
tierra. Lázaro no está en la parábola como tipo del mendigo recompensado, sino
como hombre sufriente a quien el rico debería haber sacado de su estado.
En todo esto Jesús no inventa una
moral que no estuviera en la ley y en los profetas (ver Am 2. 6-7; 4. 1-5; 6.
4-7; Is 58. 7; Ex 22. 25; Dt 24. 10-13). A los fariseos que se burlaban de
Jesús por su posición taxativa frente al dinero porque no veían ninguna
incompatibilidad entre Dios y el dinero, Jesús les hace ver que no han
entendido ni la ley ni los profetas. Un milagro podría impresionar, pero no
pasaría de ser algo anecdótico de cara a provocar un cambio radical de actitud
frente al dinero.
DABAR 1977/55.
3.- Texto: Dentro de la
perspectiva de camino Lucas vuelve a ofrecernos una parábola de Jesús. En esta
ocasión la parábola forma parte de una más amplia réplica, es contundente.
Buenos conocedores de la Ley y de los Profetas como son los fariseos, éstos
deberían saber que aquello que los hombres tienen por más elevado, para Dios es
sólo basura (Lc.16,15). Pero parecen desconocerlo, a pesar de que el principio
mantiene toda su vigencia, especialmente ahora que el Reino de Dios es una
realidad. Para recalcar esa vigencia cuenta Jesús la siguiente parábola: Había
una vez un judío rico, que, tras llevar una vida regalada, vivía atormentado en
el infierno. En este punto de la parábola Jesús se sirve de los mismos espacios
figurativos con que sus interlocutores fariseos concebían el más allá de la
muerte. Estos espacios eran el seol o infierno como lugar de tormento y el seno
de Abrahán como lugar de dicha. Seno de Abrahán es en realidad una imagen que
designa el puesto de honor en un banquete, es decir, el puesto a la derecha del
anfitrión. Por no estar los comensales sentados, sino reclinados o tumbados, el
comensal contiguo a otro daba la impresión de estar recostados, de tener
apoyada su cabeza en el regazo del otro.
Volvamos a la parábola. En medio
de sus tormentos, el judío rico reconoció a un judío pobre, a quien tenía visto
mendigar junto a su mesa en infinidad de ocasiones. El pobre ocupaba ahora el
puesto de honor junto a Abrahán, el padre de todos los judíos. Observemos que
la situación del rico y del pobre es ahora exactamente la inversa a la descrita
al comienzo de la parábola.
Es todo un golpe de escena, sobre
todo teniendo en cuenta que ni el rico ni el pobre habían sido presentados ni
enjuiciados moralmente; simplemente habían sido presentados como rico y pobre.
El rico se dirigió a Abrahán
solicitando la presencia benéfica del pobre, a lo que Abrahán respondió
invitando a su hijo al recuerdo del pasado, para añadir después: Ahora, en
cambio, él encuentra aquí consuelo y a ti te toca sufrir. En este punto de la
parábola se hace imprescindible una observación sobre la traducción de estas palabras
de Abrahán. Según la traducción aquí propuesta, Abrahán constata y sanciona el
cambio de situación descrito con anterioridad, sin atribuir a las situaciones
anterior y posterior a la muerte una relación de causa a efecto.
La traducción litúrgica, en
cambio, opera con esa relación: Tu recibiste bienes y Lázaro males: por eso él
encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces. El problema está en el
"por eso", que no aparece para nada en el texto griego. La traducción
litúrgica presupone un esquema de retribución allí donde el original sólo
presenta una contraposición. La parábola no habla para nada de una compensación
a Lázaro por haber sido antes pobre, ni de un castigo al rico por haberlo sido
con anterioridad. La parábola invierte situaciones sin más, empleando la misma
técnica de contraste que ya conocemos por otros textos, p.ej. en el caso de
Marta y María. Una inversión que, por lo inesperada e hiriente, tiene como
función exclusiva el llamar poderosamente la atención y dejar pensativo al oyente,
hasta el punto de hacerle exclamar: ¡Ojo con la riqueza! ¡Atención con el
dinero! ¡Es un arma peligrosísima!. El rico, en efecto, se hizo esta reflexión
y pidió a Abrahán el favor de enviar a Lázaro a sus hermanos que todavía vivían
en la tierra, en el convencimiento de que la presencia de un muerto les haría
reflexionar. Abrahán no se lo concedió, alegando que es suficiente con prestar
oídos a lo que dicen la Ley y los Profetas.
La parábola termina así,
remitiendo a los fariseos a la Ley y a los Profetas, es decir, a lo que ellos
tan bien conocen. Ellos siguen siendo el hijo mayor de hace dos domingos. A
poco que nos fijemos, caeremos en la cuenta de que, refiriéndose al rico,
Abrahán emplea el apelativo hijo; el mismo que empleaba el Padre hace dos domingos
refiriéndose a su hijo mayor. De nuevo nos hallamos ante una parábola abierta,
es decir, una parábola cuyo final no se encuentra en ella misma, sino que queda
en manos de los oyentes.
A. BENITO - DABAR
1989/48.
5.- La última parte del diálogo
entre Abrahán y el rico destaca que el conocimiento de Moisés y los profetas no
basta para la salvación: hay que hacerles caso. Pero, además, la última frase
destaca otro hecho importante: la fe no proviene de la contemplación de ningún
prodigio sensacional, sino de la aceptación humilde de la revelación de Dios.
La riqueza convierte al que la posee en un hombre suficiente, con el corazón
cerrado a las llamadas que recibe de Dios para que se convierta. Para
convertirse no se puede estar instalado, hay que ser pobre. Es decir: dispuesto
a aprender, y a emprender una nueva vida.
J. LLIGADAS - MISA
DOMINICAL 1974/02.
6.- Parábola del pobre Lázaro (el
rico epulón viene del latín
"epulabatur", banquetear), propia de san Lucas, en la línea de las
parábolas de la realidad social contrapuesta. Como todas las parábolas, ésta
mira al Reino de Dios. Y nos muestra la imposibilidad de obtenerlo en aquellos
que se dejan atrapar por las riquezas. El apego a los bienes hace olvidar el
sentido de Dios, el sentido del hombre (indiferencia) y el propio sentido de la
libertad: se cae en la esclavitud. Y, si ahora el corazón es incapaz de recibir
el Reino de Dios (conversión, cambio de vida, amor), también será incapaz de
recibir más adelante la felicidad de la gloria.
Esta es la enseñanza de la
parábola. El rico fue simplemente enterrado. De Lázaro se nos dice que fue
conducido al seno de Abrahán (ni siquiera se habla de sepulcro, que no
tendría). Inversión de situaciones, propia de la enseñanza de los profetas. El
pobre lo era tanto que incluso los perros se le acercaban, característica que
indica la postración humillante de Lázaro, además de enfermo y llagado. El rico
es el hombre frío y duro de corazón, indiferente al mal de los demás. La escena
o visión del paraíso y del infierno es un procedimiento pedagógico que muestra
más aún el cambio de situación y la imposibilidad de una conversión, aunque
exista un medio sobrenatural (el aviso de un muerto). Si el corazón no tiene
ningún lazo espiritual (Moisés), todo será inútil.
ETERNIDAD/PRESENTE: La eternidad se prepara aquí, en
la vida. La eternidad es un don; aquí, en la vida, tiene que vivirse ya la
experiencia de este don, una doble experiencia: la de saber ver los bienes como
procedentes de Dios, y la de saber dar a los más necesitados los bienes que
tenemos.
J. VERNET - MISA
DOMINICAL 1983/18.
8.- -"Había un hombre rico que
se vestía de púrpura y de lino..." "Y un mendigo llamado
Lázaro...": La parábola, que tiene como destinatarios -de acuerdo con el
contexto anterior- los fariseos, tiene dos partes. En la primera, se contrasta
la vida de un hombre rico con la de un hombre pobre, un mendigo. El mendigo se
llama Lázaro, pero no parece que tenga ninguna relación con Lázaro hermano de
Marta y María, del evangelio según san Juan.
Las situaciones de estos dos
personajes quedarán totalmente invertidas, y de una manera irreversible, en la
vida del más allá, con el paso de la frontera de la muerte. Se trata de un tema
relacionado con el del evangelio del domingo pasado: los dos consideran las
riquezas como impedimento para conseguir la vida verdadera. En esta primera
parte de la parábola se establecen dos momentos: en un primer momento, el
contraste entre el rico y el mendigo y en un segundo momento, el diálogo entre
el rico y Abraham a propósito de la situación en el más allá. El mensaje de la
parábola radica en la valoración que hace Dios de los hombres y de su conducta,
bien distinta de nuestras valoraciones. Se han encontrado algunos paralelos de
esta parábola en escritos de la época: un documento del año 47 d.C. narra una
historia egipcia en la que aparece igualmente la situación invertida de un
mendigo y un rico en la vida del más allá. También en la literatura rabínica se
encuentran narraciones parecidas. Jesús podía estar familiarizado con estas
narraciones de la época, pero la parábola del evangelio tiene muchos elementos
propios.
-"El rico insistió: Te ruego,
entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre...": La
constatación de su situación irreversible provoca en el rico una nueva
propuesta a Abraham. Así empieza la segunda parte de la parábola, cuyo punto de
mira es el destino de los cinco hermanos del rico. ¿Cómo hacer que se
conviertan? La conversión no es fruto de milagros espectaculares, sino de
escuchar a Moisés y a los profetas (Cf. Rm 10,17). Este camino no es imposible
(Dt 30,11-14). La alusión a un resucitado de entre los muertos se refiere a la
muerte y a la resurrección de Cristo, y es una advertencia a los que aún se
comportan despreocupadamente como los cinco hermanos del rico.
J. NASPLEDA - MISA
DOMINICAL 1989/18.
9.- Difícilmente se puede creer en
aquel que "ha resucitado de entre los muertos" si se vive ahogado por
las riquezas y, desoyendo la misericordia que la Palabra de Dios nos reclama,
se cierra el corazón a los desvalidos. Bienaventurado el pobre porque sus
sufrimientos le merecen entrar en la gloria, y maldito el corazón endurecido y
satisfecho del rico, porque muere en la vaciedad.
MISA DOMINICAL
1990/06.
10.- La parábola del rico perverso
y de Lázaro no se encuentra más que en el Evangelio de Lucas. Más que los otros
evangelistas, Lucas ha conocido fuentes particulares que concedían un lugar
importante a los problemas de la riqueza y de la pobreza (Lc 6, 30-35; 16,
12-14; 19, 1-9; Act 5, 1-11). Pero en el momento en que introduce la parábola
del rico perverso en su Evangelio, esa parábola ha experimentado ya un
tratamiento redaccional que modifica su sentido originario.
De ahí que en el relato aparezcan
dos partes distintas. La primera (vv. 19-26), la única parábola del Evangelio
en la que uno de los protagonistas aparece con su nombre, Lázaro ("Dios
ayuda"), podría ser una transposición cristiana de un cuento egipcio
introducido en Palestina por los judíos alejandrinos y que relataba la suerte
diferente del publicano Bar Majan y de un escriba pobre. La segunda parte (vv.
27-31) es más original, pero su objeto es distinto: Lázaro no desempeña en ella
más que un papel secundario y el interés se centra en torno a la suerte de los
cinco hermanos del rico, buenos vividores a quienes la amenaza del Día de Yahvé
no llega a convertir (cf. Mt 24, 37-39).
a) La primera parte aplica, pues,
la teoría judía de la retribución por trastrueque de las situaciones a los
pobres y a los ricos, lo mismo que en las bienaventuranzas (Lc 6, 20-26; cfr,
también Lc 12, 16-21). No se trata, por tanto, de saber si el rico era un buen
o mal rico y Lázaro un buen o mal pobre. La parábola no se interesa por las
condiciones morales de sus vidas, sino por el anuncio de la proximidad del
Reino en un mundo sociológicamente determinado. De hecho, nos encontramos en
esta parte de la parábola con el clima de la comunidad primitiva de Jerusalén,
constituida de pobres y bastante revanchista respecto a los ricos (Act 4,
36-37; 5, 1-16). En ella parecen estos incapaces de optar por una vida nueva,
ligados como están a la vida presente por el disfrute de todos sus bienes; los
pobres están más disponibles; por eso es más accesible para ellos el Reino.
Los matices vendrán más tarde,
cuando Mateo hable de pobreza "en espíritu" y no permita ya que se
crea en la beatitud de sola la pobreza social y a la maldición de sola la
riqueza económica. El tema escatológico del trastrueque de las situaciones
constituye, por consiguiente, un género literario que hay que manejar con
prudencia y en el que hay que ver un medio de anunciar la irrupción próxima de
los últimos tiempos.
b) La segunda parte de la parábola
nos orienta más bien hacia la perspectiva de las condiciones de la espera
escatológica y corrige singularmente el concepto demasiado sociológico y
demasiado materialista de la primera parte. Aquí, en efecto, no son ya la
riqueza y la pobreza las que reciben un premio, sino la irreligión y el egoísmo
los que oscurecen el corazón de los hombres hasta el punto de no poder leer los
signos que Dios le ofrece, incluso a través de los milagros. Los hombres
irreligiosos viven en un egoísmo que les cierra a priori a todas las
anticipaciones de Dios; en este punto se encuentran a ras de tierra de forma
que no pueden en absoluto ver el menor signo de Dios en los acontecimientos.
Para ellos la muerte pone fin a la existencia (v. 28); ni siquiera les
convencerá una prueba de la resurrección de los cuerpos porque han perdido el
hábito de ver los signos de la supervivencia en su vida misma. La exigencia de
signos no es más que un falso pretexto: el hombre no es salvado más que por la
audición de la Palabra ("Moisés y los profetas") y por la vigilancia,
no por las apariciones y los milagros. Y es inútil buscar en el relato
explicaciones sobre la pena del infierno, sobre el purgatorio y sobre el
"estado intermedio". La parábola bebe en el arsenal de las imágenes
de la época sin canonizar, necesariamente, alguna de ellas.
Tampoco hay que buscar en ella un
juicio demasiado categórico sobre la pobreza o sobre la riqueza sociológicas.
El punto final del relato es la condena de la actitud espiritual de egoísmo y
de incredulidad y la afirmación de que el incrédulo no podrá descubrir los
grandes signos de la supervivencia, como la resurrección de los muertos, si
antes no ha aprendido a descubrir la presencia de los signos de Jesús en la
vida.
MAERTENS-FRISQUE - NUEVA GUIA DE
LA ASAMBLEA CRISTIANA III - MAROVA MADRID 1969.Pág. 96ss.
11.- El despreocupado. El rico que
ni siquiera es voluntariamente malo con el pobre. Me lo imagino nacido en una
lujosa mansión, encontrando normal el comer cada día en una mesa bien
abastecida. Y luego los pobres, que forman parte del paisaje, de ese
claro-oscuro que se ve cada día sin realmente verlo. El despreocupado... Sólo
la riqueza lleva a la despreocupación.
¿Quién se preocupa ante tantas
situaciones tan habituales como poco conformes con la dignidad del hombre?
Desde hace mucho, hemos capitulado ante la fatalidad del mundo. ¿Y cómo
reconocerse culpable cuando ya nadie llega a sentirse responsable?. Cada cual
se encierra en su actitud de reserva, aislado, protegido, cegado...
Pero he aquí que el rico, el
despreocupado, muere. Será necesaria la muerte para que tome conciencia. Ahora
ve las cosas con la mirada interior que proporciona la eternidad. Siente la
sima espantosa, el abismo infranqueable al que se dejó conducir en la tierra.
Pues su infierno comenzó en la tierra, aunque él no lo sabía. Ahora querría que
se alertara a sus hermanos... ¡Tiempo perdido!. Las advertencias más solemnes
nunca han cambiado nada en el mundo.
El infierno es una sima, un abismo
en el que uno está perdido, en un aislamiento total, sin comunicación alguna,
pero con la viva conciencia de que nadie puede vivir si no es en comunión con
los demás. Conciencia trágica, pues se querría vivir y ya no se puede... Tampoco
es ya posible disculparse con un "no sabía", ya que la preocupación
por el otro es una llamada del corazón que todo hombre siente si no embota su
corazón aislándose. Parábola de los pobres solitarios. Parábola de los que lo
tienen todo y están eternamente aislados de la vida. Es trágicamente cierto que
el infierno puede comenzar en la tierra. Tanto para unos como para otros. El
infierno eterno no es más que una réplica exacta de este mundo...
* * *
Cuando la despreocupación paralice nuestro corazón,
¡abre nuestros ojos, Señor, y no permitas que perdamos la vida
en la sima sin esperanza!
Cuando el pobre nos tienda la mano, ¡abre nuestros
corazones
y danos la alegría de la comunión al compartir nuestros bienes!.
DIOS CADA DIA - SIGUIENDO EL
LECCIONARIO FERIAL - CUARESMA Y TIEMPO PASCUAL - SAL TERRAE/SANTANDER 1989.Pág.
46.
PROPUESTA DE CANTOS
PARA MISA DOMINGO XXVI T.O. CICLO C
LAZARO Y EL RICO
01.- QUE ALEGRIA
CUANDO ME DIJERON
QUE ALEGRIA CUANDO ME DIJERON
VAMOS A LA CASA DEL SEÑOR
YA QUE ESTAN PISANDO NUESTROS PIES
¡TUS UMBRALES JERUSALEN!
Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta;
allá suben las tribus,
las tribus del señor.
Según la costumbre de Israel
a celebrar el nombre del señor,
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David
Desead la paz a Jerusalén
vivan seguros, los que te aman
haya paz dentro de tus muros
en tus palacios seguridad.
Por mis hermanos y compañeros
Voy a decir, la paz contigo
Por la casa del señor nuestro Dios
Te deseo todo bien.
02.- COMO EL CIERVO
AL AGUA VA
Como el ciervo al agua va,
vamos hacia ti, Señor,
pues de Ti tenemos sed,
fuente del eterno amor.
Caminamos hacia Ti
con alegres cánticos:
hoy venimos a tu altar
para amarte más, Señor.
Quien escucha mi gemir dice:
«¿Dónde está tu Dios?»;
el Señor se encuentra aquí
en la voz de júbilo.
Ya mi llanto ha de cesar,
el Señor es Salvador;
cuando tenga que sufrir,
en Ti pensaré, Señor.
Gloria al Padre eterno,
gloria al Hijo Redentor,
gloria al Espíritu
que nos une en el amor.
Ven, Señor, ¡maranatha!
Amén, ¡aleluya!
Ven, Señor, ¡maranatha!
Amén, ¡aleluya!
03.- PUEBLO SANTO Y
ELEGIDO (J. Pedro Martins)
1. Caminamos hacia ti,
oh ciudad de nuestro Dios,
construyendo en este mundo
la verdad y el amor.
Pueblo Santo y elegido
congregado en el amor,
vas buscando, peregrino,
la ciudad de nuestro Dios.
2. Avanzamos, peregrinos,
con Jesús, nuestra esperanza.
Él nos salva, Él nos guía,
con la luz de su palabra.
3. Quien tiene hambre de justicia,
quien anhela la verdad,
en la mesa del Señor
su Palabra encontrará.
4. Reunidos en la Iglesia
proclamamos su verdad:
Jesucristo es el que salva
dando al mundo su amistad.
5. Los caminos de este mundo
son caminos sin final:
sólo Cristo es el sendero
que conduce a la verdad.
6. Cuando llegue el momento
de nuestra hora final,
Jesucristo, nuestro hermano,
nos dará su eternidad.
04.- TE PRESENTAMOS
EL VINO Y EL PAN
TE PRESENTAMOS EL VINO Y EL PAN,
BENDITO SEAS POR SIEMPRE, SEÑOR. / (2)
Bendito seas, Señor,
por este pan que nos diste,
fruto de la tierra
y del trabajo de los hombres.
Bendito seas, Señor,
el vino Tú nos lo diste,
fruto de la tierra
y del trabajo de los hombres.
05.- RECIBE, SEÑOR,
NUESTRAS VIDAS
Te ofrecemos, Señor, este pan
es el signo de nuestra libertad.
Te ofrecemos, Señor, este vino
que la vid y el trabajo nos dan.
RECIBE, SEÑOR, NUESTRAS VIDAS.
RECIBE, SEÑOR, NUESTRO AMOR.
MANOS FUERTES DE UN MUNDO MEJOR. / (2)
Te ofrecemos, Señor, nuestras manos
y el deseo de amar y trabajar,
por un mundo más justo y humano,
donde habite la fraternidad.
06.- CON AMOR TE
PRESENTO, SEÑOR
1. Con amor te presento, Señor,
lo mejor de mi vida,
te presento, Señor, mi amistad.
Con amor te presento, Señor,
para ser mi manjar.
La viña, el racimo, el trigal,
el pan de mi hogar
te presento con amor.
2. Con mis manos abiertas a Ti,
contemplando tu lámpara,
te presento, Señor, mi esperanza.
Hacia Ti se dirige mi barca,
hacia el cielo se va.
Es largo el camino, el remar,
ruta pascual,
Dios me guía al caminar.
3. Con mi ofrenda también yo te doy
lo mejor de mis lágrimas.
Te presento, Señor, mi dolor.
Te presento, Señor, mi oración,
ofertorio de amor.
El grano enterrado ya es flor,
la espiga oblación,
la semilla redención.
07.- ACEPTA, SEÑOR,
EL VINO Y EL PAN (Joaquín Madurga)
ACEPTA SEÑOR EL VINO Y EL PAN
CON ELLOS TRAEMOS TU OFRENDA A TU ALTAR
1. Sobre tu altar Señor va nuestra ofrenda
el abrazo sincero al hermano
perdonándonos nuestras ofensas.
2.Sobre el Altar, Señor, va nuestra ofrenda:
trabajar por un mundo más justo de igualdad
y concordia fraterna.
3. Sobre el Altar, Señor, va nuestra ofrenda:
convertir nuestra vida pasada
al mensaje de tu Buena Nueva.
08.- EL PAN QUE
COMPARTIMOS (Francisco Palazón)
1. El pan que compartimos en esta Eucaristía,
es signo permanente de amor y de unidad;
en él se nos ofrece en forma de comida,
aquel que, con su muerte,
nos devolvió la vida y nos dio la libertad.
2. Unidos como hermanos, formando un solo cuerpo,
con gozo celebremos la Pascua del Señor.
Él es para nosotros el pan que da la vida,
la víctima elegida que derramó su sangre
por nuestra salvación.
3. Que suene eternamente un canto de alabanza,
que todas las naciones conozcan su bondad,
que sea proclamado por todas las edades,
que no tiene medida ni su misericordia,
ni su fidelidad.
09.- EL SEÑOR ES MI
LUZ Y MI SALVACIÓN
EL SEÑOR ES MI LUZ Y MI SALVACIÓN
EL SEÑOR ES LA DEFENSA DE MI VIDA.
SI EL SEÑOR ES MI LUZ, ¿A QUIÉN TEMERÉ?
¿QUIÉN ME HARÁ TEMBLAR?
1. Una cosa pido al Señor;
habitar por siempre en su casa
gozar de la dulzura del Señor
contemplando su templo santo.
2. No me escondas tu rostro, Señor,
buscaré todo el día tu rostro.
Si mi padre y mi madre me abandonan,
el Señor me recogerá.
3. Oh, Señor, enséñame el camino,
guíame por la senda verdadera.
Gozaré de la dulzura del Señor
en la tierra de la vida
10.- POR UN PEDAZO
DE PAN
1. Por un pedazo de pan y por un poco de vino,
yo he visto a más de un hermano
abandonar su camino.
Por un pedazo de pan y por un poco de vino,
yo también vi a mucha gente
encontrar nuevamente un camino de amor,
yo también vi a mucha gente
volver nuevamente al encuentro con Dios.
POR UN PEDAZO DE PAN, POR UN POCO DE VINO,
DIOS SE NOS HIZO MANJAR, SE NOS HIZO CAMINO.
POR UN PEDAZO DE PAN, POR UN PEDAZO DE PAN./
2. Al no tener vino y pan, y por faltarle comida,
yo vi a más de un hermano
amargado de la vida;
y por no dar de su pan, y por no dar de su vino,
he visto a más de un creyente
perder de repente el sentido moral,
vi que el camino se hará
si se siembra justicia, amor e igualdad.
3. Por un pedazo de pan y por un poco de vino,
yo he visto a más de un hermano
volverse un hombre mezquino
Por un pedazo de pan y por un poco de vino,
vive la gente en conflicto
en un mundo maldito por no compartir
y la mitad de los hombres
se mueren de hambre y les toca sufrir.
11.- MADRE DE LAS
MERCEDES
MADRE DE LAS MERCEDES,
BENDITA SIEMPRE BENDITA,
ENTRE TODAS LAS MUJERES
Y EN LOS DESIGNIOS DE DIOS (BIS)
Te contemplamos gozosos,
vestida de blanco lino,
engalanada en tu trono,
llena de luz en tu altar.
Admiramos humildes
tu rostro de Madre hermosa
con la herida en tu cuello,
con cetro de majestad.
Estrella del evangelio,
por Juan Pablo proclamada,
Paita oh Madre Santa
siempre te alabara.
Madre de las Mercedes
como hijos peregrinos
venimos desde muy lejos
a compartir tu bondad.
12.- CUANDO
EL POBRE NADA TIENE o PEQUEÑAS ACLARACIONES
(J.A
Olivar – M. Manzano)
1. Cuando el pobre nada tiene y aún
reparte,
cuando un hombre pasa sed y agua nos da,
cuando el débil a su hermano fortalece,
...
VA DIOS MISMO EN NUESTRO MISMO CAMINAR,
VA DIOS MISMO EN NUESTRO MISMO CAMINAR.
2. Cuando un hombre sufre y logra su
consuelo,
cuando espera y no se cansa de esperar,
cuando amamos, aunque el odio nos rodee,
...
3. Cuando crece la alegría y nos inunda,
cuando dicen nuestros labios la verdad,
cuando amamos el sentir de los sencillos,
...
4. Cuando abunda el bien y llena los
hogares,
cuando un hombre donde hay guerra pone
paz,
cuando hermano le llamamos al extraño, ...
13.- HOMBRES NUEVOS
DANOS UN CORAZÓN,
GRANDE PARA AMAR
DANOS UN CORAZÓN,
FUERTE PARA LUCHAR.
1. Hombres nuevos, creadores de la historia,
constructores de nueva humanidad.
Hombres nuevos que viven la existencia
como riesgo de un largo caminar.
2. Hombres nuevos, luchando en esperanza,
caminantes, sedientos de verdad.
Hombres nuevos, sin frenos ni cadenas,
hombres libres que exigen libertad.
3. Hombres nuevos, amando sin fronteras,
por encima de razas y lugar.
Hombres nuevos, al lado de los pobres,
compartiendo con ellos techo y pan.
14.- ANUNCIAREMOS
TU REINO, SEÑOR
ANUNCIAREMOS TU REINO SEÑOR,
TU REINO SEÑOR, TU REINO.
Reino de paz y justicia.
Reino de vida y verdad.
Tu Reino, Señor, tu Reino.
Reino de amor y de gracia.
Reino que habita en nosotros.
Tu Reino, Señor, tu Reino.
Reino que sufre violencia.
Reino que no es de este mundo.
Tu Reino, Señor, tu Reino.
Reino que ya ha comenzado.
Reino que no tendrá fin.
Tu Reino, Señor, tu Reino.