viernes, 17 de noviembre de 2023

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO XXXIII T.O. CICLO A - 19 NOVIEMBRE 2023

 

PEREZA



COMENTARIO  

 

La figura más significativa es la de este último administrador, el que recibe sólo un talento de plata y se lo guarda hasta la vuelta del dueño. Temiendo complicarse la vida, el administrador aquel debió pensar: "Si lo guardo y se lo devuelvo al dueño en cuanto vuelva, no podrá decirme nada; por el contrario, si negocio con él puede salirme mal".

Pero el dueño, al llegar, le llama "negligente y holgazán", y lo despide de su trabajo, porque lo que había que hacer no era guardar el dinero, sino arriesgarse y sacarle fruto. ¡Y pensar que el administrador había obrado así por prudencia, creyendo que aquello era lo más sensato que podía hacer para no perder el dinero! ¡Qué imprudente había sido, en realidad! Todo esto es más o menos lo que hacemos nosotros cuando decimos: "Yo estoy en paz con Dios porque no hago daño a nadie, porque no me meto con nadie, y voy a misa y rezo". (...).

No es eso lo que quiere Dios, no es eso lo que predica Jesucristo. Un cristiano no queda en paz con Dios porque no haga daño a nadie: actuar así es hacer lo que el administrador que se guarda su talento y no lo hace rendir. Un cristiano queda en paz con Dios cuando se esfuerza porque los dones que tiene sirvan para que avance la causa del Evangelio en el mundo, para que crezca un poco más en el mundo la esperanza, el amor, la fe.

Y ello, aunque suponga complicaciones, riesgos, errores. Porque si uno se queda encerrado sin preocuparse de nada, sin duda no se encontrará con ningún riesgo ni problema, pero al final Dios le llamará "negligente y holgazán", como al administrador del talento. Por el contrario, si uno quiere ser fiel, sin duda se encontrará con momentos poco claros, y se equivocará probablemente más de una vez. Pero Dios podrá decirle al final que ha sido fiel a lo que él quería: que los dones que él ofrece a los hombres den fruto.

R.P. Roland Vicente Castro Juárez

 

ANTIFONA DE ENTRADA Jr 29, 11-12.14

Dice el Señor: «Tengo designios de paz y no de aflicción, me invocarán y yo los escucharé; los congregaré sacándolos de los países y comarcas por donde los dispersé».

 

ORACION COLECTA

Concédenos, Señor, Dios nuestro, alegrarnos siempre en tu servicio, porque en dedicarnos a ti, autor de todos los bienes, consiste la felicidad completa y verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Proverbios 31, 10-13.19-20.30-31

Una mujer hacendosa, ¿quién la hallará? Vale mucho más que las perlas. Su marido se fía de ella, y no le faltan riquezas. Le trae ganancias y no pérdidas todos los días de su vida. Adquiere lana y lino, los trabaja con la destreza de sus manos. Aplica su mano para hilar, y con sus dedos elabora el tejido. Abre sus manos al necesitado y extiende sus brazos al pobre. Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura; la que teme al Señor merece alabanza. Cántenle por el éxito de su trabajo, que por sus obras la alaben todos.

 

SALMO RESPONSORIAL (Sal 127)

 

Dichoso el que teme al Señor.

 

Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien. R.

 

Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa. R.

 

Esta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sion, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida. R.

 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 5, 1-6

Hermanos: En lo referente al tiempo y a las circunstancias, no necesitan que les escriba. Ustedes saben perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando diga la gente: «¡Qué paz, qué seguridad!», entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores del parto a la que está encinta, y no podrán escapar. Pero a ustedes, hermanos, como no viven a oscuras no los sorprenderá ese día como a un ladrón, porque todos son hijos de la luz e hijos del día; no lo son de la noche ni de las tinieblas. Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y vivamos sobriamente. 

 

ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO Jn 15, 4a.5b

Aleluya. Permanezcan en mí, y yo en ustedes —dice el Señor—; el que permanece en mí da fruto abundante. Aleluya.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 25, 14-30

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno cavó un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. 

Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: “Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco”.  Su señor le dijo: “Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor”.

Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: “Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos”. Su señor le dijo: “Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor”.

Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: “Señor, sabía que eres exigente, que cosechas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder mi talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo”. El señor le respondió: “Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Conque sabías que cosecho donde no siembro y recojo donde no esparzo?

Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quítenle el talento y dénselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil échenlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes”».

 

PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos, hermanos, al Señor, que no se deja ganar en generosidad, diciendo juntos: R. Te rogamos, óyenos.

 

1.- Por el Papa y los pastores de la Iglesia: para que, asistidos por el Espíritu Santo, nos ayuden a construir el Reino de Dios.  Oremos. R.

 

2.- Por los discípulos de Cristo: para que, viviendo nuestra fe activamente, el Señor nos encuentre preparados cuando venga.  Oremos. R.

 

3.- Por los hogares cristianos: para que la fidelidad de los esposos encamine a sus hijos en la senda del bien y del amor. Oremos. R.

4.- Por las mujeres que no son respetadas: para que construyamos sociedades donde puedan vivir con dignidad y honra.  Oremos. R.

 

5.- Por cada habitante de nuestro país: para que sabiéndose creado a imagen de Dios, reconozca los dones y talentos recibidos y los desarrolle para enriquecer la sociedad y promover el bien común. Oremos. R.

 

Que tu sabiduría, Señor, nos haga gustar de los bienes de tu Reino y que permanezcamos vigilantes mientras esperamos la llegada definitiva de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.

 

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Concédenos, Señor, que estos dones, ofrecidos ante la mirada de tu majestad, nos consigan la gracia de servirte y nos obtengan el fruto de una eternidad dichosa. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

ANTIFONA DE COMUNION Mc 11, 23.24

En verdad les digo: todo cuanto pidan en la oración, crean que se lo han concedido y lo obtendrán, dice el Señor.

 

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Señor, después de recibir el don sagrado del sacramento, te pedimos humildemente que nos haga crecer en el amor lo que tu Hijo nos mandó realizar en memoria suya. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

 

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 20: 1M 1, 10-15. 41-43. 54-57.62-64; Sal 118; Lc 18, 35-43.

Martes 21: 2M 6, 18-31; Sal 3; Lc 19, 1-10

Miércoles 22: 2M 7, 1.20-31; Sal 16; Lc 19, 11-28.

Jueves 23: 1M 2, 15-29; Sal 49; Lc 19, 41-44

Viernes 24: 1M 4, 36-37.52-59; Sal: 1Cro 29, 10-12; Lc 19, 45-48

Sábado 25: 1M 6, 1-13; Sal 9; Lc 20, 27-40

Domingo 26: Ez 34, 11-12. 15-17; Sal 22; 1Co 15, 20-26.28; Mt 25, 31-46.

 

COMENTARIOS AL EVANGELIO

Mt 25. 14-30

 

1.- En cuanto a la parábola que leemos hoy (y siguiendo lo que dice C.H. Dodd en "Las parábolas del Reino", pág. 140-147), se puede intentar llegar a lo que esta parábola significaría en la situación real de la vida de JC. De este modo vemos que la parábola encuentra su centro de interés en el momento de rendir cuentas. Los dos primeros empleados han aumentado el capital y son alabados, mientras que el tercero, que creía que su cautela y honradez serían alabadas, se encuentra ante un duro vituperio.

Pero esta respuesta a su conducta no la recibe por ser demasiado miedoso y cobarde, sino por algo peor: el señor le había confiado su dinero para que lo hiciera fructificar, y él no ha cumplido con esta misión; es, por lo tanto, un empleado inútil e infiel, no sólo un empleado miedoso.

En la situación en la que hablaba JC la aplicación era fácil. Los judíos piadosos buscaban su seguridad personal en la observancia de la Ley, con el fin de hacer méritos ante Dios, pero entre tanto, por su exclusivismo egoísta, la religión de Israel se convertía en una magnitud estéril: los pecadores, los gentiles, el pueblo sencillo, no se beneficiaban de la observancia farisaica de la Ley, y Dios no percibía intereses de su capital. Por ello, Israel será desposeído de lo que tiene, y se dará a un nuevo pueblo que, aceptando el riesgo que implica toda inversión, sea capaz de hacer fructificar los dones recibidos.

Esta aplicación inicial se transformó posteriormente, pasando la parábola a tener finalidad parenética, ilustrando la máxima "al que tiene se le dará": el que trabaja sus capacidades y su fe las aumenta; al que no las trabaja, se le degradan y las pierde. Y aún hay, finalmente, un tercer estadio de interpretación: la preocupación pasa entonces a la segunda venida de JC, que se ve representado en el retorno del dueño, y la parábola comprendida como imagen del juicio final: el empleado infiel será echado "fuera a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes".

J. LLIGADAS - MISA DOMINICAL 1975/20.


 

2.- En aquel tiempo el que recibía una prenda de otro, si la enterraba en el suelo, en un lugar seguro, quedaba libre de toda responsabilidad. Nuestro hombre no lo pensó dos veces: fue y se dio prisa en enterrar el dinero de su señor, que le quemaba las manos. Ahora ya puede sentirse tranquilo: ha cumplido. Cuando el señor se presente, ya irá a desenterrarlo y correrá a devolverlo: "Aquí tienes lo tuyo". Como quien se quita un peso de encima, mientras piensa: y ahora dejadme en paz y no me molestéis más.

J. TOTOSAUS - MISA DOMINICAL 1978/21.


 

3.-  PARABOLA/ALEGORIA.

Las últimas palabras del domingo pasado eran una invitación a vivir con la mirada puesta en el futuro: "Velad porque no sabéis el día ni la hora". El texto de hoy enlaza con esta invitación por medio de una partícula explicativa que, por razones obvias, ha quedado fuera de la traducción litúrgica. Así pues, el texto quiere insistir y ahondar en la invitación del domingo pasado. Lo hace por medio de una parábola. Es la historia imaginada de un hombre que marcha al extranjero y confía sus bienes a tres empleados. A su vuelta, pasado mucho tiempo, alaba la actividad llevada a cabo por dos de los empleados y recrimina la inactividad del tercero.

* Comentario.- Cuando el texto es una parábola, una tendencia bastante frecuente es interpretar ésta en sentido alegórico, es decir, atribuyendo a cada personaje y situación de la misma un significado concreto. Interpretación alegórica de la parábola de hoy sería la siguiente: el hombre que se marcha es Jesús subiendo al cielo. Los talentos, las capacidades que cada cristiano tiene.

La vuelta, la segunda venida de Jesús al final de los tiempos. El tiempo entre la marcha y la vuelta de Jesús, la historia humana.

El rendimiento de cuentas, el juicio final en el que cada uno deberá responder de las capacidades recibidas. El premio y el castigo, el cielo y el infierno.

La interpretación alegórica de las parábolas tiene varios inconvenientes: ruptura con el contexto literario, desmenuzamiento y falta de sentido unitario, pérdida de plasticidad y de evocación, ausencia de criterios uniformes de trasposición, subjetivismo. Demasiados inconvenientes. Vamos a evitar, pues, todos hablar de la parábola de hoy en términos alegóricos. En su lugar fijémonos en la impresión de conjunto dentro del contexto. Lo podemos sintetizar de la siguiente manera: el desconocimiento del día y de la hora no debe inducirnos a pensar que ese día y esa hora no existen.

Algo ha cambiado en la actitud de los cristianos del tiempo de Mateo respecto a la venida del Señor. Parecen quedar ya lejos el interés y la excitación de ánimo reflejados en la segunda carta que Pablo había escrito a los cristianos de la ciudad griega de Tesalónica. A estos cristianos Pablo les pedía que no perdieran el juicio ni vivieran en continua zozobra por lo que ellos consideraban inminente venida del Señor (cf. 2 T 2. 1-2). En tiempo de Mateo, la actitud parece haber pasado al extremo contrario: de la zozobra al desinterés e indiferencia. ¿La venida del Señor? ¿Una historia abierta al futuro de Dios y al encuentro con Él? A los cristianos del tiempo de Mateo éstas les debían parecer ya preguntas carentes de sentido y tal vez ridículas.

Pero si la zozobra que Pablo criticaba era mala, también lo es el otro extremo del péndulo anímico, probablemente también el nuestro en esta cuestión. Con la parábola de hoy Mateo quiere reavivar no la zozobra (esto queda para frustrados, personas que han perdido el tren de la vida, agoreros y fatalistas), sino la vigilancia, es decir, la actitud abierta al futuro de Dios y de nosotros con Él. Una vez más, la plástica y la crudeza de las imágenes (esto es una parábola) ayudan más que cien palabras a despertar esta actitud abierta o de vigilancia y que en la parábola se expresa como actividad económica. Jesús era un maravilloso maestro del lenguaje. No estropeemos su lenguaje lleno de garra ni lo entenebrezcamos con nuestras alegorías del miedo. Miremos sin más hacia fuera de nosotros y hacia adelante, hacia la línea del horizonte en que el Hombre (cada uno de nosotros) y Dios se funden en un abrazo. Es el día y la hora.

ALBERTO BENITO - DABAR 1987/55.


 

4.- Cada uno puede esconderlos de muchas maneras. Por ejemplo: cuando nos desentendemos de ellos; incluso creyendo, vivimos en realidad de espaldas a Dios, por nuestra cuenta y riesgo, procurando sólo lo que nos conviene. O cuando nuestra vida cristiana es superficial; realizamos el bien cuando nos es fácil, pero dejamos de lado lo que nos cuesta un esfuerzo, como nuestras verdaderas responsabilidades o lo que nos pide la caridad que debemos a los demás. Vivimos un cristianismo muy flojo.

O también cuando nuestra fe es demasiado rutinaria y nos limitamos a ir tirando, sin aprovechar toda la riqueza y la fuerza de los dones que Dios nos da para que -poco a poco y sencillamente- vayamos creciendo como hijos y nos vayamos asemejando a la imagen de su Hijo, Jesús. Cada uno de nosotros debe considerar con responsabilidad cómo trabaja los dones de Dios, es decir, si está respondiendo a lo que Dios espera de él.

J. COLOMER - MISA DOMINICAL 1987/21.


 

5.- La parábola de los talentos, como la de las diez doncellas, de hace una semana, tiene un fuerte matiz escatológico, con insistencia en la tarea que cada uno recibe en este tiempo de espera de la venida del Señor.

El que va al extranjero es una persona importante que libremente, porque así lo quiere, confía sus bienes a los criados, de acuerdo con la capacidad de cada uno de ellos, puesto que los conoce en profundidad. Hasta la vuelta del Señor, los protagonistas son los sirvientes, que usan de modos distintos los bienes que se les confiaron: dos de ellos arriesgan lo que tienen y -sin que se diga cómo- consiguen duplicar los bienes, mientras que el tercero -con miedo de perderlo todo- guarda temerosamente lo que se le confió. El punto más importante de la parábola es la reprobación del tercero de los empleados, que viene preparada por las palabras del señor a los dos primeros: ambos reciben la misma alabanza, no por la cantidad de capital que han conseguido, sino porque los dos pusieron en juego los bienes confiados y los hicieron progresar, y el señor les dice que en esto consiste la fidelidad. La invitación hecha por su señor tiene resonancias de recompensa escatológica.

No ocurre así con el tercero de los empleados. Esta excusa su falta de actividad en el respeto, el miedo y las exigencias de su amo; ni siquiera se atrevió a colocar el dinero en un banco. Se quedó con los brazos cruzados quizá porque creía que su señor regresaría pronto y se ocuparía personalmente de lo que era suyo. No ha tenido interés alguno en aumentar los bienes en que el señor le hizo participar gratuitamente.

¿A quién iba dirigida la parábola de Jesús? En general, a todos aquellos que ponen en primer lugar la propia seguridad y comodidad en lugar de buscar el crecimiento de los bienes del Señor. Concretamente, quizás a los que se consideraban guardianes de la Ley, muy preocupados para que ellos no faltasen en nada y por guardarla en toda su auténtica pureza y muy poco, en cambio, por buscar auténticos intereses de Aquel que se la confió. El tercer siervo es llamado "negligente y holgazán", en contraposición con los otros dos, que son fieles y cumplidores. De este modo nos vamos dando cuenta de que la espera debe ser en todo momento activa y responsable. El que hace fructificar el don recibido, recibe aún más, mientras que quien no da fruto alguno pierde incluso el primer don con que el señor lo había asociado a sí mismo. Este último empleado, finalmente, es sacado fuera y separado de la fiesta a la que han sido invitados los demás.

JOSÉ ROCA - MISA DOMINICAL 1993/14.

 

PROPUESTA DE CANTOS DOMINGO XXXIII CICLO A - (19 NOVIEMBRE 2023)

TEMA: “HAS SIDO FIEL EN LO POCO, PASA EL BANQUETE DE TU SEÑOR”.

 

01.- SEÑOR MIRAME (Brotes de Olivo)

DIOS ESPERA EN EL ALTAR,

VAMOS TODOS HASTA ÉL,

LLEVEMOS NUESTRAS SONRISAS, 

LA INQUIETUD, NUESTRA HAMBRE Y NUESTRA SED.

 

Dios, sobre todo, es amor,

quiere nuestra salvación,

que juntos nos salvemos

para ir de la mano hasta Dios.

 

Al entrar en la casa de Dios,

libre de rencores he de entrar,

llevar el alma tranquila

y pensar que al salir más he de amar.

 

Ése es Cristo, ese es Dios;

ése es Cristo, nuestro Dios.

 

Vengo a tu altar porque tengo sed de ti,

porque tu mirar a mi alma da la fe.

Mírame, Señor, no dejes de mirar

y mi alma contigo irá, se salvará.

 

02.- JUNTOS CANTANDO LA ALEGRIA

JUNTOS CANTANDO LA ALEGRÍA

DE VERNOS UNIDOS EN LA FE Y EL AMOR.

JUNTOS SINTIENDO EN NUESTRAS VIDAS

LA ALEGRE PRESENCIA DEL SEÑOR.

 

Somos la Iglesia peregrina que Él fundó,

somos un pueblo que camina sin cesar,

entre cansancios y esperanzas, hacia Dios,

nuestro amigo, Jesús, nos llevará.

 

Hay una fe que nos alumbra con su luz,

una esperanza que empapó nuestro esperar,

aunque la noche nos envuelva en su inquietud,

nuestro amigo, Jesús, nos guiará.

 

Es el Señor, nos acompaña al caminar,

con su ternura a nuestro lado siempre va,

si los peligros nos acechan por doquier,

nuestro amigo, Jesús, nos salvará.

 

03.- ALREDEDOR DE TU MESA (Francisco Palazón)

ALREDEDOR DE TU MESA VENIMOS A RECORDAR,

ALREDEDOR DE TU MESA VENIMOS A RECORDAR,

QUE TU PALABRA ES CAMINO, TU CUERPO, FRATERNIDAD;

QUE TU PALABRA ES CAMINO, TU CUERPO, FRATERNIDAD.

 

Hemos venido a tu mesa
a celebrar el misterio de tu amor.
Con nuestras manos manchadas,
arrepentidos buscamos tu perdón.

 

Juntos y a veces sin vernos
celebramos tu presencia sin sentir
que se interrumpe el camino
si no vamos como hermanos hacia ti.

 

04.- TRAEMOS A TU ALTAR

TRAEMOS A TU ALTAR CON EL VINO Y EL PAN

NUESTRAS OFRENDAS.

TRAEMOS A TU ALTAR CON LOS HOMBRES

SU AFÁN Y SUS PROBLEMAS.

 

Con los hombres que trabajan el pan con sudor

ofrecemos nuestro esfuerzo;

por los hombres que no tienen trabajo ni pan,

te pedimos el sustento.

 

Con los hombres cuyas vidas son fruto de bien

ofrecemos nuestra entrega;

por los hombres cuyas vidas son pena y dolor,

que sepamos estar cerca.

 

Con los hombres que construyen un mundo de paz,

ofrecemos nuestras manos;

por los hombres que padecen la guerra y el mal,

que seamos solidarios.

 

05.-TE OFRECEMOS, SEÑOR (Francisco Palazón)

TE OFRECEMOS, SEÑOR,

ESTE PAN Y ESTE VINO;

QUE, EN TU CUERPO Y TU SANGRE,

QUEDARÁN CONVERTIDOS (bis).

 

1.- Con el vino y el pan,

te ofrecemos el fruto de nuestro trabajo;

la ilusión de vivir,

el placer y el dolor, la alegría y el llanto.

 

2.- Juntamente, Señor,

te ofrecemos el fruto de nuestro trabajo;

la esperanza, la fe y el amor,

que nos hace sentirnos hermanos.

 

06.- PAN DE VIDA (Brotes de Olivo)

Tú eres, Señor, el Pan de vida.

Mi vida sin Ti no será vida.

 

El pan que yo os daré

ha de ser mi propia carne.

Contigo viviré

cuando coma de tu pan.

 

Aquel que cree en Ti,

tiene ya la vida eterna.

Si como de tu pan,

de tu vida gozaré.

 

Mi Padre es quien os da

verdadero pan del cielo.

Y a la tierra bajó

para el mundo alimentar.

 

Quien come de tu pan

no padecerá más hambre.

Quien bebe de tu sangre

ya no tendrá sed jamás.

 

07.- DONDE HAY CARIDAD (Joaquín Madurga)

DONDE HAY CARIDAD Y AMOR ALLÍ ESTÁ EL SEÑOR,

ALLÍ ESTÁ EL SEÑOR (2v).

 

Una sala y una mesa, una copa, vino y pan,
los hermanos compartiendo en amor y en unidad.
Nos reúne la presencia y el recuerdo del Señor,
celebramos su memoria y la entrega de su amor.

 

 Invitados a la mesa del banquete del Señor,
recordamos su mandato de vivir en el amor.
Comulgamos en el Cuerpo y en la Sangre que él nos da,
y también en el hermano, si lo amamos de verdad.

 

Este pan que da la vida y este cáliz de salud
nos reúne a los hermanos en el nombre de Jesús.
Anunciamos su memoria, celebramos su pasión,
el misterio de su muerte y de su resurrección.

 

08.- ANUNCIEMOS TU REINO, SEÑOR (Cristóbal Halffter)

ANUNCIAREMOS TU REINO, SEÑOR

TU REINO, SEÑOR, TU REINO

 

Reino de paz y justicia

Reino de vida y verdad

Tu reino, señor, tu reino.

 

Reino de amor y de gracia

Reino que habita en nosotros

Tu reino, señor, tu reino.

 

Reino que sufre violencia

Reino que no es de este mundo

Tu reino, señor, tu reino.

 

Reino que ya ha comenzado

Reino que no tendrá fin

Tu reino, señor, tu reino.

 

09.- LA MISA NO TERMINA (Cesáreo Garabaín)

LA MISA NO TERMINA AQUÍ EN LA IGLESIA.

AHORA LA EMPEZAMOS A VIVIR.

 

1. Porque en la vida, cada día,

recordaremos lo que aquí

hemos vivido y aprendido a compartir.

 

2. Hemos de ser la levadura,

hemos de ser semilla y luz.

Junto a nosotros, caminando, viene Jesús.

 

10.- TU ERES DE NUESTRA HERENCIA (J.A. Espinoza)

TÚ ERES LA PARTE DE NUESTRA HERENCIA,

DE TI NOS VIENE LA LIBERTAD.

 

1. Refugio en los momentos de peligro,

buscamos en Ti nuestra alegría,

y en todos los que entregan por el pueblo

sus fuerzas, ilusiones y la vida.

 

2. Qué fácil adorar a dioses falsos

poniendo la ilusión en el dinero,

siguiendo sin pensar en los de arriba,

aceptando sus modas y su credo.

 

3. No envidio el esplendor de sus banquetes

ni el oro que ostentan en sus fiestas;

prefiero cantar con los sencillos

canciones de un pueblo que despierta.

 

4. Señor, eres la herencia de tu pueblo,

con tus manos defiendes nuestra suerte,

es bella la tierra que preparas

a los hombres que luchan y combaten.

 

5. Tú siempre vas delante de nosotros

sin dejar que la muerte nos oprima,

por eso al caminar vamos alegres,

nos muestras el sendero de la vida.