QUE NO LOS ENCUENTREN DORMIDOS
Comenzamos
un nuevo tiempo litúrgico y es el tiempo de Adviento. Jesús insiste mucho en la
necesidad de estar en vela. ¡Que no los encuentre dormidos! ¿Qué es exactamente
lo que nos pide? ¿Estar siempre en estado de alerta? ¿Ser porteros que no
tienen nunca derecho a dormir? El portero de esta parábola tiene que estar
efectivamente en estado de alerta al anochecer, a medianoche, al canto del
gallo y al amanecer. En tiempos de Jesús, esta enumeración de las cuatro
vigilias romanas de las noches. De día podríamos vivir tranquilos, pero ¿Habrá
que estar aguardando desde el atardecer hasta el amanecer? ¿Aguardar qué? ¿Nuestra muerte? ¿El final del
mundo? ¿Su vuelta final? (Jesús hablaba a sus discípulos de su venida).
Realmente
es todo esto lo que hay que aguardar, según el sentido del período litúrgico en
que entramos: el adviento es la celebración de las venidas de Cristo, a nuestra
vida y al mundo, desde su primera venida en navidad hasta la última, la
parusía, su venida triunfal al final de los tiempos. El adviento es una letanía
de los tiempos: ha venido, va a venir, viene. Viene en este momento, donde
estoy, en lo que hago, si mi corazón está dispuesto a acoger su manera de
venir. El cristiano está al acecho de una visita personal de Jesús, pero atento
también a los signos de los tiempos, al avance del mundo hacia el gran día; es
un hombre en estado de alerta.
¿Incluso
de noche? - Bien, volvamos a la noche. En
Vemos
muy bien que tendríamos que comprometernos en eso, negarnos a que nos arrastran
hasta allí, pero nos dejamos llevar, cedemos a las ideas superficiales, a los
rumores, al que dirán. Decimos: Cada vez reza menos; yo tampoco rezo mucho.
Pero no reaccionamos. Pensamos: Debería participar mucho más en la vida
parroquial. O: me voy haciendo egoísta, huraño. Pero no tengo muchas ganas de
cambiar. Poco a poco se apaga la luz del evangelio y empezamos a vivir como
todo el mundo, en la noche, co4mo si no hubiera venido Cristo. ¡Como si él no
viniera continuamente a amar, a luchar por la justicia, es él! Esta invitación
a reavivar nuestra fe para vivirla mejor y transmitirla, es él. Esta fuerza
para soportar la enfermedad sólo la puede dar él. Sólo él puede hacer de
nuestra ancianidad una vida ascendente. Todas sus venidas son ofrecimientos de
vida. Por eso insiste tanto: velen. No se duerman. No tendrán dos vidas.
R.P.
Roland Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Sal 24, 1-3
A ti levanto mi alma. Dios mío, en ti confío;
no quede yo defraudado, que no triunfen de mí, mis enemigos, pues los que
esperan en ti no quedan defraudados.
ORACION
COLECTA
Concede a tus fieles, Dios
todopoderoso, el deseo de salir acompañados de buenas obras al encuentro de
Cristo que viene, para que, colocados a su derecha, merezcan poseer el Reino de
los cielos. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías 63, 16b-17.19b; 64, 2b7.
Tú, Señor, eres nuestro Padre, desde siempre
te invocamos como nuestro redentor, Señor, ¿Por qué permites que n os desviemos
de tus caminos y endureces nuestro corazón para que no te respetemos? Cambia de
actitud, por amor a tus siervos y a las tribus que te pertenecen ¡Ojalá
rasgases el cielo y bajases, derritiendo los montes con tu presencia! Bajaste y
los montes se derritieron con tu presencia derritieron con tu presencia. Jamás
oído oyó, ni ojo vio un Dios, fuera de ti, que hiciera tanto por el que espera
en él. Sales al encuentro del que practica gozosamente la justicia y se acuerda
de tus caminos. Estabas enojado, porque habíamos pecado: aparta nuestras
culpas, y seremos salvos. Todos éramos impuros, nuestra justicia era como paño
inmundo. Todos nos marchitábamos como si fuéramos hojas: nuestras culpas nos
arrastraban como el viento. Nadie invocaba tu nombre ni se esforzaba por
aferrarse a ti; pues nos ocultabas tu rostro y nos entregabas al poder de
nuestra culpa. Y sin embargo, Señor, tu eres nuestro Padre, nosotros la arcilla
y tú el alfarero: somos todos obra de tu mano.
SALMO
RESPONSORIAL (Sal 79)
Señor, Dios nuestro, restáuranos, que brille
tu rostro y nos salve.
Pastor de Israel, escucha tu que te sientas
sobre querubines, resplandece. Despierta tu poder y ven a salvarnos. R.
Dios de los ejércitos, vuélvete: mira desde
el cielo, fíjate, ven a visitar tu viña, la cepa que tu diestra planto, y que
tu hiciste vigorosa. R.
Que tu mano proteja a tu escogido, al hombre
que tu fortaleciste. No nos alejaremos de ti; danos vida para que invoquemos tu
nombre. R
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a
los Corintios 1, 3-9
Hermanos: A ustedes gracias y paz de
parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo. En mi acción de gracia de
Dios los tengo siempre presentes, por la gracia que Dios les ha dado en Cristo
Jesús. Pues por medio de Él han sido enriquecidos en todo: en el hablar y en el
saber. El testimonio sobre Cristo se ha confirmado en ustedes, hasta el punto
de que no les falta ningún don a los que aguardan la manifestación de nuestro
Señor Jesucristo. El los mantendrá firmes hasta el final, para que no tengan de
que acusarlos en el día de la venida de nuestro Señor Jesucristo. Porque Dios
es fiel y el los llamo a vivir en comunión con su Hijo Jesucristo, Señor
nuestro.
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO Sal 84, 8
Aleluya.
Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Marcos 13, 33-37.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus
discípulos: «Estén despiertos y vigilantes: pues no saben ustedes cuándo
llegará el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejó su casa,
y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que vigilara.
Estén atentos, pues no saben cuándo vendrá el dueño de la casa, si no sea que
venga inesperadamente y los encuentre dormidos. Lo que les digo a ustedes se lo
digo a todos: ¡Estén vigilantes!
PLEGARIA
UNIVERSAL
Mientras aguardamos
la venida de Cristo al final de la historia, vela y para que sepamos
reconocerlo en sus continuas venidas a oremos a Dios, nuestro Padre, para que
nos ayude a esperarlo en nuestras vidas, digamos: R. Padre, danos a tu Hijo
y escúchanos.
1. Para que la Iglesia, en cada uno de sus
miembros, practicando la justicia, invocando el nombre de Dios y andando los
caminos del Evangelio reconozca a Dios como Padre y acoja a su Hijo, el Emmanuel,
que viene a su encuentro en cada hombre necesitado. Oremos con confianza. R.
2. Para que el Mesías esperado restaure la
paz entre los pueblos, haga brillar su luz sobre los que viven en el error y dé
fortaleza a los que son perseguidos a causa de la justicia. Oremos con compasión. R.
3. Para que todos los cristianos esperemos la
llegada de Dios que viene a salvarnos, construyendo sin egoísmo ni
superficialidad la civilización del amor. Oremos con alegría. R.
4.- Para que el testimonio de solidaridad de
los cristianos como cuantos son víctimas de la droga, la prostitución y todo
tipo de esclavitud, los haga descubrir, con su cercanía, la voz de Jesús que
los invita a vivir una vida nueva. Oremos
con ilusión. R.
5.- Para que cuantos han muerto esperando la
llegada del Maestro disfruten con El de su Buena Nueva eternamente. Oremos con esperanza. R.
6. Para que, celebrando nuestra fe, vivamos
en constante acción de gracias a nuestro Dios, que nos salva y que camina en
medio de su pueblo. Oremos con amor y
gratitud. R.
Padre infinitamente
bueno, que conoces nuestros deseos de ver tu rostro y penetras nuestras mentes
y corazones, danos lo que tú sabes que nos conviene y haz que tu paz y tu
gracia nos mantengan firmes en la esperanza y solícitos en la caridad, mientras
aguardamos la llegada definitiva de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor. R.
Amén.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los
dones que te ofrecemos, escogidos de los bienes que hemos recibido de ti, y lo
que nos concedes celebra con devoción durante nuestra vida mortal sea para
nosotros premio de tu redención eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Sal 84, 13
El Señor nos dará la
lluvia, y nuestra tierra dará su fruto.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Fructifique en nosotros, Señor, la celebración de estos sacramentos,
con los que tú nos enseñas, ya en este mundo que descubrir el valor de los
bienes del cielo y a poner en nuestro corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 04: Is 2,
1-5; (o bien: Is 4, 2-6); Sal 121; Mt 8, 5-11.
Martes 05: Is 11, 1-10; Sal 71; Lc 10, 21-24.
Miércoles 06: Is 25, 6-10ª; Sal 22; Mt 15, 29-37.
Jueves 07: Is
26, 1-6; Sal 117; Mt 7, 21.24-27
Viernes 08: Gn 3, 9-15.20; Sal 97; Ef 1, 3-6.11-12; Lc
1, 26-38.
Sábado 09: Is 30, 19-21. 23-26; Sal 146; Mt 9, 35-10,
1. 6-8.
Domingo 10: Is 40, 1-5.9-11; Sal 84; 2P 3, 8-14; Mc 1,
1-8.
COMENTARIOS AL EVANGELIO
Mc 13, 33-37
1.- Nos hallamos ante la versión de Mc de la
parábola que hace dos domingos veíamos en Mt 25. 13-30. En ambos casos se trata
de una invitación a vivir con la mirada puesta en el futuro: "Velad porque
no sabéis el día ni la hora" (Mt 25. 13). "Vigilad, pues no sabéis
cuándo es el momento" (Mc 13. 33). Las diferencias de ambas versiones están
en los interlocutores y en el desarrollo.
Mt supone unos interlocutores amplios: los
discípulos. Mc, en cambio, parte de unos interlocutores restringidos: Pedro,
Santiago, Juan y Andrés (ver Mc 12. 3; la traducción litúrgica ha pasado por
alto este detalle). Esta restricción explica la frase final: "Lo que os
digo a vosotros, lo digo a todos" Mc 13. 37).
En cuanto al desarrollo, Mt amplía lo que Mc
presenta escuetamente como un marcharse lejos de un hombre confiando a los
criados el cuidado de sus bienes. Mc no insiste en el cuidado de los bienes por
parte de los criados, sino en la actitud alerta y vigilante a tener desde el
momento que no se conoce la llegada del amo. A poco que nos fijemos,
descubrimos que el término repetido con insistencia es el verbo velar o
vigilar. Es decir, la versión de Mc es inequívocamente una invitación a vivir
con la mirada puesta en el futuro.
-Comentario. Si la forma de las versiones de
Mc y de Mt es diferente, el fondo es idéntico en ambas. La forma ofrece un
magnífico ejemplo de transmisión dinámica y creadora de las palabras de Jesús
por parte de los evangelistas. El fondo pone de manifiesto el respeto al
pensamiento de Jesús y la coincidencia en él por parte de esos mismos
evangelistas. Dicho esto, el comentario tiene que ser por fuerza el mismo que
el de hace tres y dos domingos (32 y 33 ordinarios). Invitación a un modo de
estar en la vida con la mirada puesta en el futuro de Dios y en el de nosotros
con él. Invitación a no vivirnos sólo desde nosotros mismos sino también desde
Dios. Un Dios no sólo presente, sino también futuro, y por futuro, inagotable;
siempre viniendo, imprevisible, sin que podamos decir cuándo y cómo.
ALBERTO BENITO - DABAR 1987/01
2. VIGILANCIA/QUÉ-ES:
QUÉ SIGNIFICA VELAR EN EL CAP. 13 DE Mc. DISPONIBILIDAD PARA LA ULTIMA VENIDA Y
PARA LA VENIDA DE CADA DÍA.
El Evangelio no puede concebir una mirada al
porvenir, que contemple con indiferencia las realidades presentes. La esperanza
evangélica del presente se vive en "el hoy de Dios". El autor, después
de haber hecho vibrar de esperanza a sus oyentes, haciéndoles vislumbrar la
liberación traída por el Hijo del hombre en su intervención final, les pide que
su confianza y su entusiasmo se concreten en una acción cotidiana.
Una palabra resume esta actividad por la que
la esperanza se autentifica y cristaliza en realidades concretas: velar;
palabra cuyo sentido se explica en el cap. 13, pues a lo largo de toda esta
homilía sobre el final de los tiempos, corre el mismo llamamiento a la
vigilancia, traducido en expresiones como éstas: "que no os engañe
nadie" (v. 5), "mirad por vosotros mismos" (v. 9), "no os
preocupéis de..., pero el que persevere hasta el fin..." (vv. 11/13),
"estar sobre aviso; mirad que os lo he predicho todo" (v. 25).
Velar es trabajar. Dice el evangelista que
cada cual ha recibido ya su "trabajo" (v. 34); no desarrolla más el
tema. (...).
Nuestro autor sabe que los cristianos deben
esperar la venida de Jesús, entregados a su trabajo de cada día, pero se
interesa más por la profunda actitud interior sin la cual no podría hablarse de
trabajo que realizar: la mirada creyente, la fe.
(...). Velar es lo contrario de
"dormir" (v. 36); es tener abiertos los ojos; es mirar con ojos
atentos a todas las lecciones que pueden instruirnos, incluso a las impartidas
por la naturaleza.
Todos los años, en primavera, el despertar de
la germinación se manifiesta por humildes indicios que anuncian, a quien sabe
verlos, los esplendores de la estación que está para llegar (v. 28 s.).
Que esta atención que prestamos a la
primavera, denotada por una discreta yema de higuera, se convierta en nosotros
en atención centrada en unas realidades esenciales; indicios de su proximidad
son unas señales que la mirada distraída no puede percibir y son asequibles
sólo a los "contemplativos".
En tiempos apacibles o en circunstancias
revueltas, los contemplativos saben ver las señales que, como pompas que
emergen a la superficie, anuncian movimientos profundos. Y estos movimientos
profundos interesan mucho más que los otros.
Velar es, pues, no dejarse engañar por lo
episódico y lo superficial, por esos falsos mesías que pululan en los períodos
angustiosos, cuando resuenan estruendos de guerra y, más o menos
justificadamente, corren voces de cataclismo, hambres, sequías u otras calamidades.
En tales circunstancias hacen su aparición individuos -"falsos cristos y
falsos profetas- que realizarán señales y prodigios" (v. 22), con
excesivas prisas para creer y afirmar que poseen la clave de los enigmas del
tiempo y que disponen del eficaz "¡ábrete sésamo!" capaz de barrer
todas las dificultades.
Velar es, además, no dejarse desconcertar por
las dificultades que acosan a la Iglesia: persecuciones de todo orden, piensa
nuestro autor; o también, no dejarse sorprender por las divisiones que el
anuncio de la fe no deja de causar en las comunidades humanas, especialmente en
las familiares, en las cuales, cuando unos aceptan, otros rechazan. Estos
dramas no pueden impedir la predicación de la Buena Noticia en el mundo entero.
El autor de los Hechos de los Apóstoles va mucho más allá al afirmar, por
propia experiencia, que estas odiosas persecuciones, en realidad favorecen a la
predicación del Evangelio (Hch 8. 18, etc.) Cualquiera que sea la importancia
que estos dramas parezcan tener, lo único que en definitiva tienen es una
orientación profunda, que ha de ser objeto de una atención permanente, tenaz y
vigilante, por parte de los cristianos. Esta orientación es la intervención
divina obradora de la salvación de los hombres; es la venida de JC: su
manifestación final, que se verifica ya, día tras día, a medida que el Reino de
Dios va siendo un poco más aceptado por los hombres.
En última instancia, la vigilancia es la
disponibilidad para la última venida y para la venida de cada día.
Es fácil pedir: "¡Venga a nosotros tu
Reino!"; esta oración "acelera" el cumplimiento de la promesa.
Más difícil es estar preparado y prepararlo todo para esta venida.
LOUIS MONLOUBOU - LEER Y PREDICAR EL
EVANGELIO DE MARCOS - EDIT. SAL TERRAE SANTANDER 1981.Pág. 164
3.- J/CIENCIA:
Muchos exegetas no logran captar una
distinción sustancial entre este texto y el precedente. Sin embargo, basta
observar cómo el evangelista opera una clara distinción entre el acontecimiento
que puede ser relativamente previsto, o sea, la destrucción del templo, y el
día del que nadie sabe nada: el de la "parousía" de Cristo.
Esta fecha, absolutamente secreta, no es
conocida por los ángeles ni por el Hijo del hombre, sino solamente por Dios.
Muchos preguntan cómo Jesús, siendo Dios y presentado como tal en este
evangelio, puede no conocer la fecha del fin.
A esto hay que responder, en primer lugar,
que el misterio de la Encarnación no deja de ser misterio: sabemos, en efecto,
que Jesús fue un hombre como todos los demás y que tuvo las naturales lagunas
culturales de sus contemporáneos. Él sabría hablar el arameo, entendería algo
el hebreo, y chapurrearía las frases más corrientes en griego helenista: ni más
ni menos que sus contemporáneos. Sin embargo, hay aquí una observación muy
fina: se trata del "hijo del hombre".
Ya hemos visto cómo la cristología del
segundo evangelio es una cristología del hijo del hombre. Ello quiere decir que
Jesús, en cuanto "hijo del hombre", debe comunicar un determinado
mensaje con sus límites y sus fronteras. En este mensaje no entraba satisfacer
la curiosidad de los hombres con respecto al final de la "película
humana".
El significado de la exhortación es claro y
perfectamente coherente con el contexto: se pide a los creyentes la máxima
vigilancia: "velad, porque no sabéis a qué hora viene el amo de la casa,
si por la tarde o a medianoche o al primer canto del gallo". Lo
interesante es que no vuelva de forma imprevista y os encuentre
"cabeceando". Por lo tanto, a los creyentes se les pide que renuncien
a realizar cálculos y a hacer previsiones sobre el fin, más o menos próximo, de
los tiempos. Por el contrario, deberían aguardar sin temor alguno aquel fin,
empleando el tiempo presente en el trabajo incansable de cada día.
Abstenerse de las actividades humanas para
prepararse mejor para el final no es una interpretación válida del discurso de
Jesús.
COMENTARIOS A LA BIBLIA LITURGICA NT -EDIC MAROVA/MADRID 1976.Pág. 1197
La finalidad de la apocalíptica es, sobre
todo, la de revelar la fecundidad escondida de la fe en Dios, que en este mundo
parece haber fracasado. Por tanto, no pretende, en primer lugar, inculcar la
fidelidad, sino más bien consolar a los que la viven. Pero Marcos siente la
necesidad de inculcar ante todo la fidelidad a Cristo: "Fijaos bien que
nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi lugar y dirán: "yo soy el que
esperábais, y engañarán a muchos" (13, 5-6). Y más adelante: "Si
alguien os dice entonces: "mira, el Cristo está aquí" o "está
allá", no le creáis. Ya que aparecerán falsos cristos y falsos profetas
que harán señales y prodigios con el fin de engañar" (13, 21-22).
Parece como si Marcos viviera en una
situación (quizás piensa en los diversos movimientos revolucionarios y
mesiánicos que surgieron en Palestina en el decenio 60-70) de fermentos
engañosos y sugestivos, ante los cuales es necesario permanecer apegados a la
fe tradicional.
Además de la invitación a la fidelidad, hay
en el discurso una llamada al coraje en la persecución. La persecución no es ni
mucho menos un mentís contra el Reino, sino simplemente un lugar de testimonio
y hasta una situación en que aflora un drama mucho más grande: la lucha entre
el bien y el mal, entre Dios y Satanás.
Y finalmente la proximidad. Marcos cree
firmemente en la "inminencia" de la parusía: la parábola de la
higuera es muy clara en este sentido.
Pero la inminencia no es un hecho
cronológico, de hoy o de mañana.
PARUSIA/TIEMPO:La parusía es al mismo tiempo inminente e
imprevisible: el Señor puede llegar hoy, pero nadie puede estar seguro de que
sea hoy su venida, ya que nadie puede disponer de un acontecimiento que sólo
depende de la voluntad soberana de Dios. Por eso el único comportamiento
realmente serio es la vigilancia, estar siempre dispuestos a acogerlo, en
cualquier momento y lugar. La exhortación a la vigilancia se repite como un
estribillo (versículos 5, 9, 23, 33, 35, 37). Se trata de una llamada que no es
frecuente en la apocalíptica judía y en la teología rabínica; es típicamente
cristiana. Y es una vigilancia doble: contra las ideas de los exaltados y
contra las especulaciones de los falsos profetas por una parte, y contra la
relajación de los que se acomodan a este mundo, por otra.
Parece como si Marcos tuviera ante la vista
un doble peligro: efectivamente; por un lado, parece dirigirse a unas personas
que han descuidado la vigilancia y no viven ya en la perspectiva escatológica,
adaptándose quizás demasiado bien a este mundo; por otro, se opone a los que
parecían creer que el final era inminente. A los primeros les dice:"Estad
atentos y vigilad. Los hechos y los comportamientos de nuestra época indican
que están ya a punto de empezar las agitaciones escatológicas." Y a los
otros les dice: "No ha llegado todavía el final. Ni siquiera el Hijo del
Hombre conoce la fecha." Finalmente, queremos señalar los diversos
aspectos que encierra la vigilancia cristiana, tal como se deducen del conjunto
del discurso y especialmente de la parábola del señor que regresa de noche a su
casa.
Vigilar significa estar constantemente alerta,
despiertos, en situación de espera. Significa vivir una actitud de servicio
permanente, a disposición del amo, que puede regresar en cualquier momento.
Significa, finalmente, lucha, fatiga, renuncia. No significa ni mucho menos
indiferencia o falta de compromiso ante las obligaciones de cada día.
BRUNO MAGGIONI –Ñ EL RELATO DE MARCOS - EDIC.
PAULINAS/MADRID 1981.Pág. 187
5.- VIGILANCIA. LA PARÁBOLA DEL PORTERO
centra la atención del evangelio de hoy.
Esta parábola es de las que describen UNA
ACCIÓN. La intención del parabolista es atraer la atención sobre esta acción
que se convierte en paradigmática y así proponerla a los oyentes. He aquí la
parábola del Portero: "se le recomienda QUE VIGILE"; así, vigilar se
convierte en una acción significativa en la que están implicados los oyentes:
"igual tenéis que vigilar vosotros".
Convirtiéndose en una propuesta concreta para
la situación eclesial presente: "no sea que os encuentre dormidos".
El Reino de Dios es una acción progresiva en
la que se nos invita a entrar. Hoy se nos propone entrar VIGILANDO. La acción
de vigilar comporta no dormirse, en nuestro caso no se sabe hasta cuándo. Noten
el interés de la parábola del Portero por mostrar LA GRATUIDAD DE LA ACCIÓN DE
VIGILAR.
J. FONTBONA –
MISA DOMINICAL 1990/22
6.- Se abre el Adviento con esta fuerte
llamada de Marcos a la vigilancia. Es el Señor quien nos la recomienda
insistentemente: "Al atardecer, a medianoche, al canto del gallo, al
amanecer", las cuatro vigilias en que se dividía la noche. Es que no se
puede dormir. Velad como el portero de la casa, como el jugador en espera del
número de la suerte, o el hombre de negocios la ocasión propicia; como el
profeta a la escucha de cualquier signo: como la novia que espera la llegada
del amado; como el guardaespaldas para defender a la persona encomendada.
Sabe el Señor que tendemos fácilmente al
sueño y a la modorra. Vivimos distraídos, descuidados y olvidados, como
aquellas vírgenes necias cuyas lámparas terminaron apagándose. Así dejamos
escapar la oportunidad. Y Dios puede venir en cualquier oportunidad. Cristo se
hace presente en cualquier oportunidad. Necesitamos velar para reconocerlo y
acogerlo. Es lo propio del Adviento. El Señor está cerca. El Señor viene. Es el
tiempo de la preparación.
CARITAS - UN AMOR ASI DE GRANDE – ADVIENTO Y NAVIDAD 1990.Págs. 23
7. MIRAR/VER
Consigna para el Adviento: «Mirad». Pregón
para el Adviento: «Vigilad». Consejo para el Adviento y para siempre:
«¡Velad!». Y es que se nos cierran los ojos, que nos dormimos y nos distraemos,
nos embotamos y nos cansamos.
Mirad. Dicen que vemos, pero que no miramos.
Mirar es ver con detenimiento y profundidad. Mirar es fijar los ojos con
interés y con alguna esperanza. Mirar es dejarse sorprender. Miremos de verdad
a las personas, a las cosas, a los acontecimientos, a la vida. Miremos con los
ojos del niño expectante y confiado. Que no se hagan callos en tus ojos. Si
miramos todo con amor y con esperanza, no tardaremos en descubrir las huellas
del Amado.
Vigilad. Vivimos tan distraídos y divertidos,
tan alienados y despreocupados, tan dormidos, que nos resbala la vida. Dejamos
escapar cantidad de oportunidades. Se nos escapan cantidad de valores. Ni
siquiera rozamos el misterio. Y todo tiene su misterio. Hay algo más que lo que
vemos a simple vista. Y ese algo más es el toque de la gracia, la presencia
divina, que nos envuelve y acompaña, que nos sorprende y nos promete, que
siempre nos espera.
Vigilad. Velad. La vigilancia es fruto de la
fe, de la esperanza y del amor. Vigilamos cuando esperamos, vigilamos cuando
creemos, vigilamos cuando confiamos, vigilamos cuando amamos. No dejemos de
velar.
CARITAS - VEN.../ADVIENTO Y NAVIDAD 1993.Pág.
28
8.- ¿Por qué será que Cristo nos recomienda
con tanta urgencia el "velad"? Velad como el portero de la casa, como
el centinela de la ciudad, como la esposa cuando espera la llegada del amado.
Velad, porque Dios es sorprendente. El viene siempre, pero no sabemos cuándo,
cómo y por dónde.
Velad para no dormir, dejando pasar la
ocasión del encuentro. Velad para reconocer y acoger a Dios, siempre que quiera
presentarse. Velad, pero cumpliendo cada uno su tarea. Velad, porque la
vigilancia es hija de la esperanza. Velad, porque vivimos en un adviento
continuado.
CARITAS/84-2.Pág. 13
PROPUESTA DE CANTOS DOMINGO I DE ADVIENTO
CICLO B - (03 DICIEMBRE 2023)
TEMA: “Estén atentos, pues no saben
cuándo vendrá el dueño de la casa”
01.- LLEGARA LA LIBERTAD (JUAN ANTONIO ESPINOZA)
Caminamos hacia el sol
esperando la verdad.
La mentira, la opresión,
cuando vengas cesarán.
LLEGARÁ CON LA LUZ
LA ESPERADA LIBERTAD. (BIS)
Construimos hoy la paz
en la lucha y el dolor,
nuestro mundo surge ya
a la espera del Señor.
Te esperamos, Tú vendrás
a librarnos del temor.
La alegría, la amistad,
son ya signos de tu amor.
02.- A TI LEVANTO MI ALMA (FRANCISCO PALAZÓN)
A TI LEVANTO MI ALMA
DIOS MIO EN TI CONFIO
PUES LOS QUE ESPERAN EN TI
NO QUEDARÁN DEFRAUDADOS
PUES LOS QUE ESPERAN EN TI
NO QUEDARÁN DEFRAUDADOS.
1.- Enséñame tus caminos
instrúyeme en tus sendas.
Haz que camine con lealtad
porque Tú eres mi Dios y Salvador.
2.- Recuerda Señor que tu ternura
y tu misericordia son eternas.
Por tu inmensa bondad no te acuerdes
de mis pecados de juventud.
03.- CERCA ESTÁ EL SEÑOR (CARMELO ERDOZAIN)
CERCA ESTÁ EL SEÑOR, CERCA ESTÁ EL SEÑOR,
CERCA DE MI PUEBLO, CERCA DEL QUE LUCHA CON AMOR.
CERCA ESTÁ EL SEÑOR, CERCA ESTÁ EL SEÑOR,
ES EL PEREGRINO QUE COMPARTE MI DOLOR.
1.- También está el Señor, lo conoceréis
en el que lucha por la igualdad;
también está el Señor, lo conoceréis
en el que canta la libertad;
también está el Señor, no olviden su voz,
sufre el gran dolor del oprimido.
2.- También está el Señor, lo conocerán
en el obrero en su taller;
también está el Señor, lo conocerán
en el anciano en su vejez;
también está el Señor, no olviden su voz,
en el hospital, junto al enfermo.
3.- Jesús es el Señor, lo conocerán,
Él es la vida, es la verdad.
Jesús es el Señor, lo conocerán,
es el camino de libertad.
Jesús es el Señor, no olviden su voz,
es el Redentor de nuestro pueblo.
04.- SABER QUE VENDRÁS
En este mundo que Cristo nos da
hacemos la ofrenda del pan;
el pan de nuestro trabajo sin fin
y el vino de nuestro cantar.
Traigo ante ti nuestra justa inquietud
amar la justicia y la paz.
SABER QUE VENDRÁS,
SABER QUE ESTARÁS
PARTIENDO A LOS HOMBRES TU PAN.
SABER QUE VENDRÁS,
SABER QUE ESTARÁS
PARTIENDO A LOS HOMBRES TU PAN.
La sed de todos los hombres sin luz,
la pena y el triste llorar,
el odio de los que mueren sin fe
cansados de tanto luchar.
En la patena de nuestra oblación:
acepta mi vida Señor.
05.- Libertador de Nazareth
Libertador de Nazaret
ven junto a mí, ven junto a mí.
Libertador de Nazaret
¿qué puedo hacer sin ti? (BIS)
1. Yo sé que eres camino,
que eres la vida y la verdad;
yo sé que el que te sigue
sabe a dónde va.
Quiero vivir tu vida,
seguir tus huellas, tener tu luz;
quiero beber tu cáliz,
quiero llevar tu cruz.
2. Quiero encender mi fuego,
alumbrar mi vida y seguirte a ti;
quiero escucharte siempre,
quiero luchar por ti.
Busco un mensaje nuevo,
te necesito, libertador;
no puedo estar sin rumbo,
no puedo estar sin Dios
06.- Banquete Sagrado
Invitados al Banquete del Señor,
compartimos nuestra vida y nuestro pan,
con su sangre y con su cuerpo inundados por su
amor,
nuestras manos se entrelazan para dar.
OH BANQUETE SAGRADO,
PAN DE VIDA ETERNA,
PAN DEL POBRE Y HAMBRIENTO
QUE VA CAMINANDO SEDIENTO DE TI (BIS).
Tu entrega amorosa en comunión,
es prodigio que renueva nuestro ser,
asumidos por tu gracia, consumidos por tu luz,
fortaleces nuestros pasos al andar.
Todo tú mi creador vienes a mí
y te encierras en mi simple pequeñez,
Tú el verbo encarnado, Tú el todopoderoso,
te conviertes en mendigo de mi amor.
Me llamaste a compartir tu intimidad,
en la cena del perdón y la amistad,
tú en mí yo en ti, en perfecta unidad,
no hay dicha para mí fuera de ti.
CORO… SEDIENTO DE TI (BIS).
07.- Ven Señor no tardes
VEN, SEÑOR, NO TARDES MÁS
VEN, SEÑOR, EL MUNDO TE ESPERA
VEN, SEÑOR, NO TARDES MÁS
QUE SIN TI NO HAY SALVACIÓN.
1. Sobre la Tierra se oyó
una voz de promesa,
un nuevo tallo dará
la raíz de Jesé.
Sobre la Tierra se oyó
una voz de esperanza:
el “hágase” de la Virgen,
milagro de fe.
2. Hacia tu encuentro vendrán
los humildes y pobres,
hacia tu encuentro vendrán
los que anhelan la paz.
Hacia tu encuentro vendrán
los que buscan tu Reino,
los que han sabido sufrir
por lograr libertad.
3. Hoy más que nunca Señor,
necesito consuelo,
hoy más que nunca Señor,
necesito perdón.
Hoy más que nunca Señor,
necesito alegría,
hoy más que nunca Señor,
necesito tu amor.
08.- Anunciando tu venida (Francisco Palazón)
ANUNCIANDO TU VENIDA Y EL RECUERDO DE TU AMOR,
TE DAMOS GRACIAS, SEÑOR.
Porque no empleaste oro ni plata para comprarnos,
sino tu Sangre preciosa en un madero colgado
Por tu palabra de vida, por el buen samaritano,
por la inquietante pregunta: «Abel, ¿dónde está tu
hermano?»
Porque eres fuente de gracia, porque amas a los
humanos,
porque el Espíritu envías para que te conozcamos,
porque nunca te conformas con plegarias ni con
cantos,
porque exiges testimonio de lo que aquí celebramos.
09.- Santa María de la Esperaza (J.A. Espinoza)
SANTA MARÍA DE LA ESPERANZA:
MANTÉN EL RITMO DE NUESTRA ESPERA,
MANTÉN EL RITMO DE NUESTRA ESPERA,
Nos diste al esperado de los tiempos
mil veces prometido en los profetas,
y nosotros de nuevo deseamos que vuelva
a repetirnos sus promesas.
Brillaste como aurora del gran día,
plantaba Dios tu tienda en nuestro suelo,
y nosotros soñamos con su vuelta
queremos la llegada de su Reino.
Viviste con la cruz de la esperanza
tensando en el amor la larga espera;
y nosotros buscamos con los hombres
el nuevo amanecer de nuestra tierra.
Esperaste cunado todos vacilaban,
el triunfo de Jesús sobre la muerte;
y nosotros esperamos que su vida
anime nuestro mundo para siempre.