DOMINGO SEGUNDO DE ADVIENTO CICLO C
– 5 DICIEMBRE 2021
DIOS QUIERE SALVAR A TODOS LOS HOMBRES
COMENTARIO
Lucas es el evangelista de la historia de la salvación, que
despliega en tres grandes secuencias, como por ejemplo en este versículo tan
denso: “La ley y los profetas (Israel) llegaron hasta Juan; desde entonces se
anuncia el reinado de Dios (Jesús) y todo el mundo usa la violencia para entrar
en él (la Iglesia)” (Lc 16, 16). Le gusta levantar grandes
pórticos para que podamos entrar solemnemente en la historia. Cuando el
nacimiento de Jesús: “Por entonces salió un decreto del emperador Augusto…” Y
para los comienzos de su vida pública, se levanta de nuevo el telón para Juan
bautista: “El año quince del emperador Tiberio…”. Ha sonado el golpe más grande
de gong en la historia. Para un anuncio fabuloso: “Todos los hombres verán la
salvación de Dios”. Es lo que había proclamado ya el anciano Simeón con mayor
secreto: “Mis ojos han visto a tu salvador como luz para alumbrar a las
naciones y gloria de tu pueblo, Israel”. (Lc. 2, 30-32). Nosotros hemos
estrechado muchas veces estos horizontes, excluyendo a los paganos, olvidándose
de las naciones. Dios es el Dios de todos los hombres, quiere la salvación de
todos.
Por medio del Mesías. Los
judíos de esta época aguardaban tanto al Mesías que su corazón se puso a latir
al ver a un nuevo profeta, Juan el Bautista “¿Será él el Mesías?”. ¡Será algo
más increíble!. Se necesitará todo el evangelio y la resurrección y
Pentecostés, para que los judíos tan obstinadamente monoteístas se abran (¡con
grandes dificultades!) a lo inimaginable: el Mesías es Jesús y Jesús es Dios.
Juan Bautista traza su primer retrato: “Va a venir uno más poderoso, los
bautizará en el Espíritu y en fuego”.
Pero tendrán que venir los
grandes obispos teólogos de los primeros siglos, la experiencia de los santos,
y sobre todo el Espíritu para balbucear los informulables, Dios el único es
Padre, Hijo y Espíritu; y el Hijo se hizo carne, bajo César Augusto, Bajo el
Emperador Tiberio.
El adviento vuelve a
situarnos ante esos inmensos horizontes de la salvación de todos los hombres a
los que el Padre ha enviado su Hijo ¡Pero hay que recibirlos! El Bautista pide
que le preparemos un camino. Las dos imágenes del desbloqueo y del
derrumbamiento pueden ayudarnos a comprender cuál ha de ser nuestra tarea:
hacer que salten las puertas demasiado cerradas y derribar todo ese montón de
piedras, esas montañas de vacilaciones y de objeciones en las que nos hemos
atrincherado. Decirle al Señor: “Entra en mi casa” exige una previa limpieza a
fondo.
¿No habré pasado demasiado
aprisa del grandioso anuncio de Juan Bautista: “Todos verán la salvación” a mis
pequeñas preocupaciones individualistas? Quizás no sean tan pequeñas, las
anchas miradas sobre el mundo no tienen que hacernos olvidar nuestro jardín.
Decirle al Señor del Adviento: “¡Ven a salvarnos a todos!”. Será una oración de
ensueño, si no nos remitirá a lo que tiene que salvarse en cada uno.
R.P. Roland
Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Is 30, 19.30
Pueblo de Sion: el Señor vendrá a salvar a los
pueblos y hará resonar la majestad de su voz con alegría en su corazón.
ORACION COLECTA
Dios todopoderoso rico en misericordia, no
permitas que cuando salimos animosos al encuentro de tu Hijo, lo impidan los
afanes terrenales, para que, aprendiendo la sabiduría celestial, podamos
participar plenamente de su vida. Por Nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Baruc 5, 1-9
Jerusalén, despójate de tu vestido de luto y
aflicción y vístete las galas perpetuas de la gloria que Dios te da, envuélvete
en el manto de la justicia de Dios y ponte en la cabeza la diadema de la gloria
del Eterno, porque Dios mostrará tu esplendor a cuantos viven bajo el cielo.
Dios te dará un nombre para siempre: «Paz en
la justicia» y «Gloria en la piedad».
Ponte en pie, Jerusalén, sube a la altura,
mira hacia el oriente y contempla a tus hijos, reunidos de oriente a occidente
a la voz del Santo, gozosos invocando a Dios.
A pie se marcharon, conducidos por el
enemigo, pero Dios te los traerá con gloria, como llevados en carroza real.
Dios ha mandado abajarse a todos los montes
elevados y a las colinas encumbradas, ha mandado llenarse a los barrancos hasta
allanar el suelo, para que Israel camine con seguridad, guiado por la gloria de
Dios.
Ha mandado al boscaje y a los árboles
aromáticos hacer sombra a Israel.
Porque Dios guiará a Israel con alegría a la
luz de su gloria, con su justicia y su misericordia.
SALMO
RESPONSORIAL (125)
El Señor
ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.
Cuando el Señor
cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar: la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares. R.
Hasta los
gentiles decían: «El Señor ha estado grande con ellos.». El Señor ha estado
grande con nosotros, y estamos alegres. R.
Que el Señor
cambie nuestra suerte, como los torrentes del Negueb. Los que sembraban con
lágrimas cosechan entre cantares. R.
Al ir, iba
llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando, trayendo sus
gavillas. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los
Filipenses 1, 4-6. 8-11
Hermanos: Siempre que rezo por todos
ustedes, lo hago con gran alegría.
Porque han sido colaboradores míos
en la obra del Evangelio, desde el primer día hasta hoy. Ésta es mi convicción:
que el que ha inaugurado entre ustedes una empresa buena la llevará adelante
hasta el día de Cristo Jesús.
Testigo me es Dios de lo
entrañablemente que los echo de menos, en Cristo Jesús.
Y ésta es mi oración: que su amor
siga creciendo más y más en penetración y en sensibilidad para apreciar los
valores.
Así llegara al día de Cristo limpios
e irreprochables, cargados de frutos de justicia, por medio de Cristo Jesús, a
gloria y alabanza de Dios.
ACLAMACION
ANTES DEL EVANGELIO Lc 3, 4
Aleluya. Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos.
Todos verán la salvación de Dios.
Aleluya.
EVANGELIO
Lectura
del santo evangelio según san Lucas 3, 1-6
En el año
quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de
Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de Iturea y
Traconítide, y Lisanio virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y
Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.
Y recorrió
toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de
los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías:
«Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus
senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido
se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios.».
PLEGARIA UNIVERSAL
Con gozo por la cercanía de Dios, despojémonos de cuantos nos esclaviza
y aleja de Él, pidámosle que nos ayude a preparar la llegada del Mesías
Salvador a nuestras vidas. Digamos con su Iglesia y en nombre de todos los
hombres: R.- Ven, Señor no tardes
1.- Para que en la Iglesia todos
los hombres y mujeres podamos acoger la invitación del papa Francisco a vivir
este tiempo en esperanza contemplando el rostro de Dios, que sale a nuestro
encuentro. Oremos al Señor. R.
2.- Para que el Espíritu del Salvador, que viene a traernos la
verdadera paz, la derrame en los corazones y pueblos que viven en la guerra, el
odio y la desesperación. Oremos al Señor. R.
3.- Para que, en este Adviento, todos los cristianos trabajemos con
alegría en la construcción de una sociedad más solidaria y equitativa seguros
de que el Señor dará el ciento por uno a nuestros esfuerzos y trabajos. Oremos
al Señor. R.
4.- Para que quienes gobiernan
nuestras naciones abran su corazón al mensaje del evangelio y desde el,
promuevan leyes que dignifiquen y beneficien a toda la población. Oremos
al Señor. R.
5.- Para que todos los enfermos por la pandemia y otras enfermedades, así
como los que pasan necesidades y angustias a causa de la crisis económica que
estamos viviendo, encuentren en sus hermanos la prueba del amor de Dios que les
tiende una mano. Oremos al Señor. R.
6.- Para que, en este Adviento podamos repetir todos los días: “Ven,
Señor, no tardes, ven, Señor que te esperamos”, y así alimentemos la esperanza
en medio del sufrimiento. Oremos al Señor. R.
Escucha, Señor, que confiamos en ti, agranda nuestra capacidad de
entrega y amor para colaborar eficazmente en el anuncio e tu Evangelio, y para
preparar los corazones a la conversión a ti. Por Jesucristo nuestro señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Que los ruegos y ofrendas de nuestra pobreza te conmuevan, Señor, y al
vernos desvalidos y sin méritos propios, acude compasivo, en nuestra ayuda. Por
Jesucristo nuestro Señor,.
ANTIFONA DE COMUNION Ba 5,
5: 4, 36
En pie, Jerusalen sube a la altura, contempla la
alegría que Dios te envía.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Saciados con el alimento espiritual, te
pedimos, Señor, que por la participación en este sacramento, nos enseñes a
sopesar con sabiduría los bienes de la tierra y amar intensamente los del
cielo. Por Jesucristo nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 06: Is 35, 1-10; al
84; Lc 5, 17-26.
Martes 07: Is 40, 1-11; Sal
95; Mt 18, 12-14
Miércoles 08: Gn 3, 9-15.20; Sal
97; Ef 1, 3-6.11-12; Lc 1, 16-38.
Jueves 09: Is 41, 13-20; Sal
144; Mt 11, 11-15
Viernes 10: Is 48, 17-19; Sal
1; Mt 11, 16-19.
Sábado 11: Eclo 48, 1-4.9-11;
Sal 79; Mt 17, 10-13.
Domingo 12: So 3, 14-18ª; Sal
: Is 12, 2-3.4bcd, 5-6; Flp 4, 4-7; Lc 3, 10-18.
COMENTARIOS
AL EVANGELIO
Lc 3, 1-6
1.-
Texto. Dos frases articulan el texto: vino la palabra de Dios sobre Juan (v.
2). Juan recorrió toda la comarca del Jordán (v. 3.).
La
primera frase reproduce la fórmula del Antiguo Testamento para el llamamiento a
ser profeta. Este llamamiento lo sitúa en un marco ambiental relacionado con la
historia de Roma, de Palestina y de las zonas limítrofes a ésta. El autor no
busca datar con exactitud; simplemente señala un marco histórico internacional
y no exclusivamente judío. Sitúa a su vez en el desierto el llamamiento profético
de Juan. Por el contexto de este desierto no puede ser otro que el de Judea, es
decir, toda la franja este de Judea hasta el río Jordán, zona en la que también
vivía durante este período la comunidad esenia de Qumrán.
La
segunda frase formula la actividad del profeta, caracterizándola como
proclamación de un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. La
formulación escueta y concisa puede dar lugar a equívocos. Su sentido parece
ser el siguiente: Juan proclama que el perdón del pecado por parte de Dios está
vinculado a una ablución ritual acompañada de un cambio de mentalidad y de una
reforma de vida.
Esta
actividad del profeta Juan está vista a la luz del texto de Isaías 40, 3-5.
Lucas interpreta la actividad de Juan como un cumplimiento de este texto.
También la comunidad esenia de Qumrán acudía a este texto de Isaías para dar
razón de su vida en el desierto como preparación del camino para el señor. Sólo
que el modo de preparar ese camino lo entendía de manera diferente a Juan.
Mientras que los esenios hacían consistir la preparación en el estudio de la
Ley y en su estricta observancia, el profeta Juan la hacía consistir en un
cambio de mentalidad y de vida expresado en el bautismo.
Es
también importante reseñar que Lucas prolonga la cita de Isaías hasta incluir
la proyección universal de la salvación: Todos verán la salvación de Dios.
Mateo y Marcos, en cambio, que también citan este texto de Isaías, lo hacen
fijándose sólo en el aspecto de preparación del camino y no en el de dimensión
universal (veánse los paralelos en Mt. 3, 3 y Mc. 1, 3).
Como
rasgos típicos de Lucas en este texto destacan, pues, los tres siguientes:
enmarcación dentro de la historia contemporánea, presentación de Juan como
profeta y perspectiva universal.
PROFETA/QUE-ES.Comentario. Lucas
nos sitúa ante un profeta. Profeta no se es por predecir el futuro, sino por
interpretar la historia contemporánea desde la perspectiva de Dios.
Esta
interpretación rompe por fuerza con moldes, esquemas y hábitos religiosos.
Lucas nos presenta a Juan rompiendo con la comunidad religiosa de Qumrán , en
la que probablemente vivió.
El
profeta arremete contra la sociedad civil sólo si ésta hace gala de
confesionalidad religiosa. Lo característico del profeta es arremeter contra la
sociedad religiosa.
Lo
que el profeta pide a la sociedad religiosa es un cambio de mentalidad y de
comportamiento. Sólo a partir de un cambio así es como todos podrán ver la
salvación de Dios.
La
presencia de Dios en nuestro mundo depende de la credibilidad que ofrezca la
Iglesia. Luego si decimos que Dios no se nota mucho en nuestro mundo, habremos
de concluir que la Iglesia no ofrece mucha credibilidad. ¡Habrá, pues, que
cambiar de imagen, es decir, de mentalidad y de comportamientos
ALBERTO
BENITO - DABAR 1988, 2
2.-
El evangelio, en sentido estricto, comienza a partir del bautismo de Jesús en
el Jordán.
Marcos
y Juan inician su relato a partir de la predicación del bautista, delimitando
así y describiendo la situación en la que Jesús aparece en Galilea anunciando
el reinado de Dios. Por su parte, Lucas, que nos habla a modo de preludio de la
infancia de Jesús, consciente de la importancia de la vida pública de Jesús,
sitúa solemnemente la predicación de Juan en el contexto de la historia
universal. De esa manera asume también el mismo criterio de los otros
evangelistas para determinar el evangelio en sentido propio.
Con
la expresión, "vino la palabra", frecuente en los libros proféticos
(cf. Jr 1,2; Zac 1, 1; Miq 1, 1), se quiere destacar la soberanía de la palabra
de Dios, su fuerza y su carácter de acontecimiento. Cuando Dios habla, hace
historia. Con la venida de la palabra de Dios sobre el bautista, el precursor,
se abre al espacio en el que va a culminar la historia de salvación de Dios en
Jesucristo.
Pero
la historia de la salvación, que es siempre la historia del diálogo de Dios con
su pueblo, no acontece sin la conversión de este pueblo. De ahí la llamada que
hace Juan a la penitencia. Juan predica una penitencia que es cambio hacia el
futuro de Dios, que es salida al encuentro del que viene. Lucas ha visto en el
bautista el mensajero anunciado por Malaquías (3,1), pero ha resumido su
mensaje con palabras tomadas del 2º. Isaías (4, 3-5).
Dado
que el autor escribe su evangelio para los gentiles y el interés que tiene de
mostrarles su carácter universalista, a diferencia de Marcos, amplía la cita de
Isaías para decirnos que "todos verán la salvación de Dios". Sabido
es que Isaías se refiere a la manifestación salvadora de Dios ante todo el
mundo y en favor del mundo entero.
EUCARISTÍA
1988, 57
3..-
Entre los datos más seguros de la vida de Jesús se cuenta el hecho de haber
sido bautizado por Juan, predicador de penitencia que, empalmando con los
viejos profeta y enraizando en la tradición apocalíptica judía, despertaba la
inquietud y el entusiasmo mesiánico en el pueblo.
Flavio
Josefo, en su libro sobre las Antigüedades judías, se refiere a Juan y le
presenta como un hombre de bien que invitaba a los judíos a ser buenos entre sí
y piadosos respecto de su Dios. Su gesto distintivo era el bautismo, que
consistía en una purificación del cuerpo, después de que el alma había sido
purificada previamente por el cumplimiento de las virtudes. Su palabra atrajo
la atención de muchos, de tal modo que Herodes, temiendo un levantamiento, le
apresó y ajustició en Maqueronte.
Ese
testimonio de Josefo reproduce con exactitud el éxito de la actividad del
Bautista y la causa de su muerte, pero desfigura intencionadamente el carácter
de su mensaje, presentándole ante los romanos como un predicador moralista
inofensivo. La tradición evangélica parece mucho más fidedigna al precisar que
Juan no expone una moral más o menos estoica, sino que anuncia el juicio de
Dios sobre los hombres (Israel y el mundo).
Parece
que Juan hablaba de la venida inminente de Dios: Ya no hay tiempo de escaparse,
nadie puede acogerse a privilegios más o menos heredados. Es preciso que todos
se conviertan y reciban el bautismo como signo del perdón de los pecados. Sólo
quién actúe de esa forma podrá hallarse libre de la ira (del castigo) que se
acerca.
La
tradición evangélica es unánime al empalmar la obra de Jesús con el mensaje y
la actividad del Bautista. Así lo ha iniciado de una forma clásica el evangelio
de san Marcos, cuando afirma que el comienzo del evangelio de Jesús es Juan
Bautista (Mc 1, 1-4). Así lo ha precisado Lucas cuando sitúa el gran viraje de
la historia de los hombres en la venida de la palabra de Dios sobre el
Bautista; por eso se ha sentido obligado a "datar" cuidadosamente ese
momento.
La primera
datación es de carácter profano: "el año 25 de Tiberio César..." El
mensaje del Bautista significa el punto de partida de la obra de Jesús,
constituye un fenómeno constatable y preciso dentro de los anales de la
historia (3,1-2). El evangelio de Jesús no nace como secta secreta ni
escondida; surge sobre el campo abierto de los hechos de la tierra.
Una
vez que ha dicho eso, Lucas -con la tradición cristiana anterior- se siente
obligado a situar al Bautista dentro de las coordenadas teológicas de Israel,
es decir, sobre el campo de esperanza del antiguo testamento. Juan es la
realidad de aquella vieja voz que proclamaba: "Preparad en el desierto el
camino del Señor..." (Is 40, 3-5). En el texto original del segundo
Isaías, esa voz provenía del mismo Dios y aseguraba que el desierto de lejanía
que separaba a los israelitas de su tierra se convertiría en un camino de
libertad y de esperanza. Para la tradición cristiana esa voz se ha
individualizado: es Juan, que en el desierto (3,4) o desde el desierto (3, 2-3)
proclama un bautismo de penitencia preparando los caminos de Dios, que son
ahora los caminos de Jesús. Como conclusiones podemos señalar: a)para llegar a
Jesús hay que pasar por un período de purificación representado por el
Bautista. B) Preparar a los hombres para recibir a Jesús, exigiendo una
conversión radical y un cambio de conducta, me parece totalmente necesario en
nuestro tiempo. Por eso, si no actualizamos la figura del Bautista, será
difícil que podamos comprender y recibir al Cristo. c) Este menester de Juan se
debe realizar en nuestro tiempo de tal manera que se pueda rehacer el viejo
sincronismo de san Lucas.
Precisamente
ahora es cuando debe venir la palabra de Dios sobre la tierra.
COMENTARIOS
A LA BIBLIA LITURGICA NT - EDIC MAROVA/MADRID 1976.Pág. 1246 ss.
4. /Lc/03/10:
La
pregunta: «¿Qué debemos hacer?», es el principio de toda conversión, porque es
la ruptura de la autosuficiencia y de la independencia; es el reconocimiento de
que no somos perfectos; es la expresión de un deseo de cambiar. Hoy nos
preguntamos también nosotros qué debemos hacer para poder ser consecuentes con
lo que creemos y poder recibir lo que esperamos. Y Juan nos hablará de las
exigencias de la justicia y de la caridad, a la vez que anuncia un bautismo
renovador en Espíritu Santo y Fuego.
CARITAS
- VEN.../ADVIENTO Y NAVIDAD 1993.Pág. 108
5.-
Lucas, el evangelista de este ciclo C, quiere dar a su relato unas formas que
resalten la relevancia histórica. Por eso lo empieza (1,1-4) refiriéndose a las
fuentes y al método con que lo ha elaborado, y por eso, después de los
capítulos de la infancia de Jesús que constituyen como la introducción, inicia
la parte propiamente histórica del relato con una presentación de tonos
solemnes de su contexto, haciendo mención de los gobernantes del mundo y de
Israel, y los responsables religiosos del momento. De este modo señala la
importancia de lo que se dispone a explicar, y a la vez muestra que Dios, que
con su palabra toca a Juan Bautista para que empiece aquella misión que dará
paso a la aparición de Jesús, viene a actuar en medio de la realidad histórica:
para implicarse en ella y para modificarla.
Juan
predica "un bautismo de conversión para perdón de los pecados": él,
en efecto, viene únicamente a disponer los corazones y las vidas de la gente
para que puedan recibir la Buena Noticia salvadora de Dios, que traerá Jesús
(el domingo próximo veremos más concretamente qué significa esto).
Para
explicar el sentido profundo de la misión del Bautista se utiliza, aquí y en
los demás sinópticos, el texto de Isaías 40 en el que el profeta anunciaba y
animaba el retorno de los exiliados, un texto que hoy en la primera lectura
Baruc también recogía. Isaías anunciaba que la caravana que debía atravesar la
dureza del desierto para volver a Jerusalén experimentaría aquel camino difícil
como un camino llano, porque Dios les acompañaría.
Ahora,
aquel anuncio se convierte de hecho en una exhortación: el que quiera recibir
la Buena Noticia, tendrá que transformarse a sí mismo en terreno llano que
permita la llegada del Dios salvador; Juan es el que anuncia esta llegada y
urge a realizar la transformación necesaria para recibirla.
El
último versículo del texto de Isaías, "todos verán la salvación de
Dios", no se encuentra recogida en los demás sinópticos, sólo la
encontramos en Lucas. Y es que Lucas quiere subrayar en su evangelio de una
manera especial, esta universalidad de la salvación, que está destinada a
llegar a "todos".
JOSEP
LLIGADAS - - MISA DOMINICAL 1994, 15
6.-
Texto. Se abre con un solemne período literario, estilísticamente bien
elaborado en la versión original griega. El período indica con suficiente
claridad que el movimiento narrativo empieza algo nuevo, y el lector así lo
percibe.
Un
séxtuple sincronismo relaciona la llamada y la actuación de Juan con la
historia contemporánea, tanto de Roma como de Israel. No se puede interpretar
como una datación exacta de la aparición de Juan. Lo que pretende es, más bien,
ofrecer un marco ambiental, histórica y literariamente solemne, y resaltar así
la importancia del momento.
El
período literario formado por los dos primeros versículos culmina con la
llamada de Juan, formulada en el más puro estilo de los viejos libros
proféticos del Antiguo Testamento.
Lucas
presenta la llamada de Juan según el modelo de los profetas del Antiguo
Testamento. Más adelante escribirá lo siguiente:la ley y los profetas hasta
Juan (Lc. 16,16).
Juan
es para Lucas el último profeta, que marca la transición a un tiempo nuevo, el
de Jesús.
El
pleno de la tradición evangélica, es decir, Mateo, Marcos, Lucas y Juan,
coinciden en explicar la actuación de Juan a la luz del capítulo 40 de Isaías.
Pero mientras Mateo, Marcos y Juan sólo citan el versículo 3 de ese capítulo,
Lucas es el único evangelista que prolonga la cita hasta incluir el v. 5, que
habla de la oferta de la salvación para todos: todos verán la salvación de
Dios.
La
actuación de Juan se localiza en la depresión geográfica del río Jordán en su
desembocadura en el mar Muerto. En la traducción litúrgica a esa actuación se
la califica de predicación. El texto original habla más bien de proclamación,
es decir, de publicación solemne de una noticia que debe ser conocida. La
proclamación equivale al bando, es decir, a algo que se hace saber de parte de
un superior. Por su misma naturaleza, la proclamación debe tender a la
brevedad, si quiere ser efectiva. La proclamación de Juan tiene todas estas
características. Su formulación se encuentra en el v. 3: bautismo de conversión
para el perdón de los pecados. El sentido de la apretada expresión bautismo de
conversión lo ilumina el siguiente texto del historiador judío del s. I de
nuestra era -FlavioJosefo: «Herodes había hecho asesinar a este hombre bueno
(Juan), que exhortaba a los judíos a llevar una vida honrada, tratándose con
justicia unos con otros, sometiéndose religiosamente a Dios y participando en
un bautismo. De hecho, el propio Juan estaba convencido de que esa ablución no
sería aceptable como perdón de los pecados, sino que se quedaría en una mera
purificación temporal, si antes no se limpiaba el espíritu mediante una
conducta honrada» (Antigüedades judías).
Comentario.
Hay en el texto de hoy una dinámica que no se debería dejar pasar por alto:
convertirse para que la salvación ofrecida por Dios pueda llegar a todos. La
conversión obedece, pues, a una doble exigencia: la que dimana del propio
individuo pecador, y la que dimana del otro, que sin mi conversión se va a
quedar sin saber que Dios tiene una oferta de Salvación para él. Sería triste y
trágico que, en un momento en el que cada vez hay menos salvaciones, dejara de
percibirse la única que es realmente acreedora al nombre de salvación: la que
proviene de Dios.
A.- BENITO
DABAR
1994, 2
7.-
Quien ha comenzado a leer el Evangelio dé Lucas desde el principio se da
cuenta, al llegar a estos versículos, de que comienza algo nuevo. En efecto, en
el capítulo 3 empieza la narración del "tiempo de Jesús". Fue
Conzelmann quien nos ayudó a comprender que Lucas tiene una visión particular y
muy profunda de la historia de la salvación, dividida en tres tiempos:
1.
El tiempo de Israel (Lc 1-2).
2.
El tiempo de Jesús (Lc 3-24).
3.
El tiempo de la Iglesia (Hech 1-28).
Está
claro que es Jesús quien ocupa "el centro del tiempo", mejor dicho,
él es ese centro.
Y,
para destacarlo, el tercer evangelista redacta unas frases solemnes que sirven
de encabezamiento a la preparación del ministerio de Jesús.
Como,
por otra parte, Lucas está interesado por la historia de Jesús y se ha
propuesto componer un "relato ordenado" (Lc 1,3) de todo lo referente
a él, no es extraño que haga referencia a los personajes principales de la
historia contemporánea. Sólo él nos ofrece estos datos, pero no para escribir
una historia al modo helenístico, sino para ofrecernos el marco en el que
podemos situar la aparición del Bautista, precursor de Jesús:
-El
emperador Tiberio, el hombre más poderoso de la ecumene (los emperadores
romanos se consideraban dioses y exigían que se les diera culto como a tales).
-Poncio
Pilato, el prefecto o gobernador de Judea (26-36 d.C.), representante principal
del imperio opresor.
-Los
hijos de Herodes el Grande: Herodes Antipas y Herodes Filipo. Un tal Lisanio a
quien no podemos identificar con exactitud.
-Los
sumos sacerdotes Anás y Caifás. En la escena se encuentran las autoridades de
la política nacional (civiles y religiosas) e internacional.
Pero
el Señor quiso que el centro de la escena no fuese Roma, la capital del
imperio; ni Jerusalén, residencia de los sumos sacerdotes... sino el desierto
donde dirige a Juan su palabra. Los primeros cristianos (la tradición es común
a Marcos, Mateo y Lucas) interpretan la actividad del Bautista como un
cumplimiento de la profecía de Is 40,3-4. Este texto pertenece al llamado
Deuteroisaías o Isaías II (para algunos es el mejor y más inspirado profeta y
poeta de Israel), concretamente al prólogo (Is 40,1-11) de su obra (Is 40-55).
En 40,3-5 el Deuteroisaías anuncia el tema del "nuevo éxodo" (o
segundo éxodo), la vuelta del destierro: el Señor va a caminar desde Babilonia
hasta Jerusalén con los exiliados y quiere que se le prepare el camino. El
mensaje tiene una cierta urgencia y muchísimo gozo.
En
su lectura cristiana del Antiguo Testamento la primera generación cristiana ve
que el Bautista ha anunciado el éxodo definitivo, el de Jesús. Juan ha sido el
prólogo que ha introducido a Jesús, el Señor que camina por el desierto. Para
ello predicó el bautismo (simple purificación o ablución ritual) con el que
quedaban marcados los que se convertían.
Con
respecto a Marcos y Mateo, Lucas alarga la cita, incluyendo Is 40,5:
"Todos verán la salvación de Dios". Desde el principio insiste en que
la salvación aportada por Cristo es universal.
Ramón
Alfonso Díez Aragón
HOMILETICA
1994, 6
ENTRADA: VEN, VEN, VEN, SEÑOR
NO TARDES
VEN, VEN SEÑOR, NO TARDES.
VEN, VEN, QUE TE ESPERAMOS.
VEN, VEN SEÑOR, NO TARDES.
VEN PRONTO, SEÑOR.
El mundo muere de
frío,
el alma perdió el
calor,
los hombres no son
hermanos,
el mundo no tiene
amor.
Envuelto en sombría
noche,
el mundo sin paz, no
ve,
buscando va una
esperanza,
buscando, Señor, tu
fe.
COLECTA: CRISTO TE NECESITA
Cristo te necesita
para amar, para amar. Cristo te necesita
para amar. (2v)
NO TE IMPORTEN LAS RAZAS, NI EL COLOR DE LA PIEL, AMA TODOS COMO HERMANOS Y HAZ EL BIEN (2v).
Al que sufre y al
triste, dale amor, dale amor. Al humilde y al pobre, dale amor (2v).
Al que vive a tu
lado, dale amor, dale amor. Al que viene de lejos, dale amor (2v).
DONES: COMO LO HIZO MARIA
No
sólo el vino y el pan te venimos a ofrecer, queremos darte algo más te
entregamos nuestro ser.
COMO LO HIZO MARÍA, QUE
TU MENSAJE ESCUCHO Y DIJO UN SÍ GENEROSO,
PARA ACEPTAR TU MISIÓN.
Hoy
quedan sobre este altar, nuestras vidas ¡OH! Señor,
Haz
que sepamos luchar, para conservar tu amor.
EUCARISTIA,
MISTERIO DE AMOR
Eucaristía, misterio
de amor,
eucaristía, comida de
pan.
Hoy le comemos en esta mesa,
hoy nos unimos al
comulgar.
CRISTO ESTA AQUÍ, CRISTO AL ALTAR
DIOS ES COMIDA QUE EL NOS DA (2v)
Eucaristía, es su
regalo,
eucaristía es su gran
don;
en esta mesa lo
celebramos
todos unidos en
comunión.
Tu vida toda, tiene
sentido
cuando te acercas a
comulgar;
en esta fiesta Cristo
te invita;
Dios es comida,
comparte tu pan.
VEN, JESÚS
Ven Jesús ven a mi vida, danos tu fuerza para
andar.
Caminar a lo largo
de esta vida. Pero agarrados de tu mano.
Y saber que no hay
nada en este mundo que pueda separarnos.
VEN JESÚS, VEN A MI VIDA. DANOS TU FUERZA PARA ANDAR
(BIS).
Recordar siendo
niños el momento cuando supe abrir mis labios.
Descubrir mis
secretos en tus manos y decirte que te quiero. Coro...
SALIDA: MARIA MIRAME
MARÍA
MÍRAME, MARÍA MÍRAME
SI TU
ME MIRAS ÉL TAMBIÉN ME MIRARÁ MADRE MÍA
MÍRAME, DE LA MANO LLÉVAME MUY CERCA DE ÉL AHÍ ME QUIERO QUEDAR
María, cúbreme con tu manto
que tengo miedo no se rezar
Que con tus ojos
misericordiosos
Tendré la fuerza tendré la paz
María, consuélame de mis penas
es que no puedo, ofenderle más
que con Sus ojos
misericordiosos
quiero ir al cielo y verlos
ya.
En tus brazos, quiero...
Descansar.