1.0. Introducción
Mucha
gente al leer la Biblia por primera vez, la cierra y se niega a tomar en serio
una obra que les parece estar de afirmaciones que hace tiempo fueron
echadas por tierra por la ciencia
moderna. Por ello, me ha parecido conveniente que, antes de iniciar la presente
introducción, hay que tener en cuenta lo que no es la Biblia, antes de indicar
lo que hemos de buscar en ella.
1.1. Lo que no es la Biblia.
1.1.1. No es un texto de ciencias
naturales.
Los
autores sagrados (hagiógrafos) son hombres de una determinada época y cultura y
desde ella expresan sus ideas religiosas. Tenemos tan sólo que conservar su
mensaje. Pongamos un ejemplo aclarador:
en los orígenes de la tierra y del hombre que encontramos en el libro del
Génesis, se afirma que el universo entero debe su realidad a Dios. El Génesis,
anuncia con claridad, y para todas las épocas, que el mundo material y la humanidad son solidarios de un mismo
destino proyectado por Dios, Destino comprometido por la voluntad libre del hombre que, desde el origen, se
inclinó hacia el mal, empeñándose en ser totalmente autónomo.
1.1.2. No es un libro de historia
universal
Los
primeros capítulos del Génesis nos da ciertas indicaciones sobre el origen de
las diversas razas y de los diferentes pueblos con los que Israel mantenía
relaciones por esto tiende a indicar que la historia de Israel se inserta en un
conjunto y que el pueblo elegido no fue escogido por Dios más que como
vanguardia de la humanidad entera.
La
historia que encontramos en la Biblia se localiza en espacios muy restringidos:
el ambiente próximo del oriente, que es el único que conocen sus autores. No
nos dice nada de las otras civilizaciones contemporáneas de la India, la China,
de Japón, de los imperios africanos o americanos. Ignora la mayor parte de
Europa. Sólo tratar de las relaciones que existen entre los imperios del
próximo oriente antiguo ( Egipto, Asiria-Babilonia, Persia, Grecia y Roma) y el
pueblo de Israel.
1.1.3. No es un libro de historia de
Israel tal como entendemos la historia.
Los
redactores finales de la Biblia, usan tradiciones a veces divergentes sobre los
hechos que requieren. No buscan la armonización de los textos, ni suprimen las
contradicciones que puedan encontrar. Lo conservan todo, en la medida que cada
una permite expresar una toma de conciencia delante de Dios. Para que sea una
historia de Israel, tendría que poner muchos acontecimientos que no aparecen en
el texto sagrado.
1.1.4. No es un curso
sistemático de religión o de moral.
Basta
que nosotros leamos el A.T. y nos encontramos con algunas ideas de Dios que nos
resultan extrañas; se le prestan intenciones, pasiones, decisiones, que nos
chocan y hasta nos escandalizan. Se nos presenta al Señor terriblemente humano:
se muestra a veces colérico; ordena la matanza de los enemigos de Israel (como podemos observar la matanza
que narran el libro de Josué)[2].
Algunos ritos nos saben a magia y no nos parecen expresar la fe en un Dios
transcendente. Incluso algunas costumbres de los " testigos de Dios" nos parecen extrañas y hasta ridículas. ¡La
historia santa, no es una historia de santitos!.
1.2. La Biblia: una reflexión de fe sobre la historia
de universal.
1.2.1. Un libro de
recuerdos gracias a los cuales los hombres pueden comprender su destino.
Cuando
buscamos comprender cómo hemos llegado hasta aquí, tendemos volver hacia
nuestro pasado y reflexionar sobre ciertos momentos de nuestra vida. Lo primero
que experimentamos que hay muchos recuerdos que son borrosos en nosotros,
entonces empecemos por recurrir a ciertos testigos para recomponer algunos
sucesos que tuvieron mucha importancia para nosotros, pero ellos no siempre están conformes entre
sí, pues cada uno recuerda el pasado en
función de su mentalidad y de sus intereses del momento. También podemos
encontrar algunas huellas del pasado. No nos entregan directamente lo que pasó,
pero por lo menos nos permiten encontrar algunos sentimientos interiores:
fotografías, poseías, poesía, cartas,...
Recorridos
todos estos elementos, vemos que jamás vamos a reconstruir lo que objetivamente
pasó, pero quizás logremos comprender
"lo que pasó en nuestra cabeza"
y eso es lo esencial. No pretendemos
reconstruir la historia por la historia,
sino ver nuestra con claridad nuestra situación presente recordando las etapas
de nuestra evolución interior. Eso es la Biblia traspuesta al nivel de un grupo.
Cuando
pretendemos recordar un suceso del pasado, nos preocupamos por descubrir la
clave para "comprenderlos".
Por tanto, vamos a intentar interpretarlo para
discernir su sentido. De acuerdo a la interpretación que le demos, vamos
a destacar aspecto que sólo puedan ser comprendidos en determinadas
circunstancias. Siempre se comprenden las cosas después.
Lo que
nos va sucediendo a lo largo de nuestra existencia trae continuamente una luz nueva sobre lo
precedente. También la Biblia es un retorno continuo a ciertas intuiciones
fundamentales recogidas sin cesar, reintepretadas si fin a la
luz de acontecimiento nuevos. Para nosotros los cristianos, el acontecimiento capital que arroja una luz
decisiva sobre el pasado del pueblo de Dios es el advenimiento de Jesucristo.
1.2.2. La historia de la humanidad, una
historia de amor
Desde
el comienzo, Israel comprendió la historia como la de un encuentro con Dios, el Dios que ama al
hombre y lo llama para que se una con él. Encontrarse con uno en profundidad es
una cosa difícil y que exige tiempo. Entrar en contacto con otro, puede generar
una gran decepción, como puede ser también el descubrimiento de algo
maravilloso que no nos imaginábamos. Así, pues, el amor apasionado que arroja a dos seres uno en
brazos del otro puede dar lugar a
continuación o bien al odio o bien a un amo más rico todavía. Sólo la historia
nos dirá lo que ha ocurrido.
Pero,
esta historia depende de nosotros. Podemos abrirnos o cerrarnos. Pues bien;
esta la historia del pueblo de Dios, que nos cuenta la Biblia. Sus redactores
nos ofrecen los documentos que van jalonando el desarrollo de un encuentro
entre Dios y el hombre. Para el hombre,
este encuentro es difícil, pues se quiere hacer a la idea de un Dios que
responda a su deseo espontáneo. Le
cuesta aceptar la aventura del descubrimiento del Dios verdadero.
La
Biblia nos cuenta como el pueblo elegido, no cesa de apartarse de Dios, pero
muestra también cómo el amor que Dios nos tiene es más fuerte que nuestra
debilidad, viene continuamente a buscarnos, se deja descubrir a través de
acontecimientos. Con una paciencia maravillosa va tejiendo esta historia de amor, incluso cuando el hombre
siente la tentación de " dejarse caer " Manifiesta
finalmente el esplendor de ese amor en Jesús, aquél Dios hace brillar
plenamente su luz.
Por
todo lo visto tenemos que afirmar: " La
Biblia es un libro religioso ". En ella todo está centrado en Dios. Él
es su personaje esencial, el que habla, con quien se habla, de quién se habla.
La Biblia, tiene algo que la hace diferente a todos los grandes libros de la espiritualidad de la
humanidad ; en ella la revelación divina
se inscribe en el universo humano. No nos
traslada a un mundo distinto.
1.2.3. La Biblia propone reconocer a Dios
en nuestra historia concreta
Mucha
gente le cuesta aceptar que Dios, el Señor trascendente se diera a conocer a
los hombres a través de una historia
terrenal y tan limitada como era el pueblo judío. Pero, este pueblo, es el
reflejo de nuestra humanidad entera, la que está esperando ante todo, comer,
beber, amar, vivir con un mínimo de libertad. Y a esta humanidad, esa la que
Dios se dirige para invitarla a la plenitud de la vida. El Dios que encontramos
en la Biblia, es el Dios amigo del
hombre, que se interesa por el más perdido, lo mismo que antes se interesó por
unas cuantas tribus que erraban por el desierto o que estaban sometidas a las
más duras condiciones de los trabajadores extranjeros. Por ello, pues, decimos
que no es "el Dios de las grandes religiones", ni el "Dios de los grandes pensadores".
La
Biblia es escrita en una época distinta a la nuestra y por ello no puede
contestar a todas nuestras situaciones concretas, ya que sus redactores no
están en nuestro lugar; pero oyéndoles comunicar sus titubeos, sus
dificultades, sus dudas y sus certezas repentinas, podemos nosotros mismos
encontrar la luz en nuestro propio camino. Esta manera de entrar en contacto
con ese Dios que nos da a conocer sus testigos, se llama gracia. La revelación de Dios les invita a hacer de su vida una
historia parecida a la de la Biblia: una
aventura del descubrimiento de Dios en el amor. Y lo hace proponiendo entrar en
diálogo con los hermanos, unirse al
pueblo que no cesa de meditar en la palabra.
1.3. Orientación en el complejo mundo de la Biblia.
La
palabra Biblia vienen del griego "biblion",( biblion) libro (otra traducciones:
corteza de papiro, hoja o tira de ella, escrito, documento, carta, división de
una obra). En la Iglesia primitiva se le
llamaba "Biblia hagia"
(libro santos), la colección de escritos que se leían a lo largo de la celebración litúrgica. Al pasar por el latín, se ha
convertido en femenino singular, la
Biblia, pero en realidad este libro es una amplia biblioteca[3].
La Biblia, no es un libro único, sino una colección de libros recogidos en una sola obra.
1.3.1. Una distinción esencial a tener en
cuenta : el A.T. y el N.T.
La
palabra "Testamento" no
tiene en la Biblia el sentido que el damos en general; un acto jurídico por el
que alguien decide sobre la forma de repartir sus bienes entre sus herederos.
La Palabra “Testamento” viene del latín testamentum y traduce la palabra hebrea que significa alianza[4].
En el Antiguo Testamento, es la
alianza entre Dios y los hombres tal como la descubrieron los hebreos y luego
los judíos sus sucesores; por extensión es el conjunto de libros que expresan
esta relación de alianza[5].
El Nuevo Testamento, es la nueva
forma de relación con el Señor que descubrieron los creyentes a través de
las palabras y de la vida de Jesús; por
extensión, esta expresión designa también los libros en que ellos atestiguaron
su coción.
Esta
primera distinción que hemos hecho a la palabra Testamento, nos ayuda a
entender, por qué las ediciones judías no tienen el mismo contenido que las
ediciones cristianas de la Biblia. Los cristianos añadieron a loa escritos
judíos una colección de escritos suplementarios, el N.T., en el que dicen su
nueva comprensión de la historia pasada, común a ambas religiones. La biblias
judías, evidentemente, no comprenden más que el A.T.
1.3.2. Un índice de
materias que difieren según las ediciones de la Biblia.
Si
compramos nuestras biblias, vamos a ver que el índice de materias difieren una de la otra. ¿A qué
se debe esto?... expliquémosle por una noción importante; la de la canonicidad.
Lo
primero que podemos notar, es que hay una lista de títulos que se dividen en
dos grupos: A.T. y N.T. El total del
primer grupo es de 46 volúmenes y el del segundo 27 volúmenes. A estas
dos colecciones se les da el título de "CANON DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS".
Canon, viene
de la palabra griega que significa "medida”,
“regla". Ahora bien, considerando a la Escritura como una regla de la fe y de costumbres dadas por Dios, se
llegó a hablar naturalmente del canon de la Escritura, designando con ello esa regla de fe y de moral. De allí se pasó
después a dar el nombre de "Canon" al conjunto de esos libros.
Por lo visto hasta ahora, podemos decir:
-
CANON
BÍBLICO, es " la
colección ( y secundariamente la lista ) de los libros inspirados por Dios,
recogidos por la Iglesia, y considerados
por ella como "regla de verdad" en virtud de su origen divino".
-
CANONICIDAD,
es "la propiedad que tienen los
libros inspirados de ser destinados para la Iglesia y después ser reconocidos
por ella como tales".
-
LIBROS
CANÓNICOS, La palabra "canónico" en sentido activo subraya el valor regulador de la
Biblia. La Biblia es canónica porque sirve de regla de verdad, de norma para fe
y costumbre. La palabra "canónico"
en sentido pasivo, es la cualidad que revela la Escritura al ser recibida
oficialmente por la Iglesia".[6]
¿Cómo y
cuando se fueron formando las colecciones de libros canónicos?.. éste es el
objeto de la Historia del Canon.
a)
Las dos "cánones" de la Biblia judía.
A
finales del siglo I d.C, después de la destrucción de Jerusalén y de la desaparición
definitiva del estado judío, los responsables judíos se aseguraron la
continuidad de la fe entre aquellos que en adelante se dispersarían por el
mundo. Para ello comenzaron concretando oficialmente (canónicamente) la lista
de obras en las que reconocían la fe de Israel. Tuvieron sus dudas al momento de decidir cuáles
eran los
libros oficiales y cuáles no decidieron concretamente conservar tan sólo como libros oficiales los que habían
sido compuestos en hebreo
Desde
el siglo II, a.C. existía en Alejandría una famosa traducción griega de la
Biblia. La llamaban de los Setenta (LXX)[7]. El apelativo se debe a
que según una vieja tradición esta traducción había sido hecha por 70 sabios.
Estaba destinada a los judíos dispersos por el mundo griego, a los judíos de la
Diáspora. Esta versión traducía de un texto hebreos distintos del que se
conservaba en la Biblia hebrea, se introducían ciertas variantes en el texto
original a fin de adaptarla a la mentalidad de unos lectores marcados por una
nueva cultura; conservaba también textos que se habían perdido en el original
hebreo y añadían otros textos nuevos, escritos
directamente en griego, clasificaban finalmente, los libros en un orden
distinto. Los judíos de Palestina rechazaron estas diferencias y estas
novedades. Dice a propósito de esto, el Talmud, glosa de Meg Taân,50: “La publicación de los LXX fue para los
judíos un día de ayuno y llanto, en “expiación” por el pecado cometido cuando
la Torá se divulgó en la lengua de las naciones”.
b) La Biblias cristianas.
Para
los primeros cristianos cuyas comunidades nacieron antes de la redacción del
"Nuevo Testamento", las
"Escrituras" serán el A.T.
Los que se quedaron en el mundo hebreo, adoptaron el canon hebreo, y los que
vivían en el mundo griego y hablaban el
griego, cogieron la versión de los LXX. Los primeros cristianos, centrados en
la ciudad de Antioquía, fijaron una regla que se llama "El
Canon de Antioquía", mientras que los segundos, centrados en la
gran capital intelectual que era Alejandría, en Egipto, adoptaron el "Canon
de Alejandría" conforme con el de los LXX.
Estas
diferencia ha continuado hasta hoy. Las Iglesias protestantes han recogido la
tradición que conservaba tan solo el canon de Antioquía o primer canon. Por
tanto, sus biblias solo citan las obras llamadas protocanónicas y consideran
como apócrifos los textos suplementarios conservados en el segundo canon. La
iglesias católicas, han conservado el segundo canon, por tanto las biblias de
ellos, contienen las obras deuterocanónicas.
Últimamente
se han sentado católicos y protestantes para hacer una traducción ecuménica, y
esta Biblia contiene todos los libros de los dos cánones, pero pone aparte los
que no pertenecen al primero, al de Antioquía. Los católicos ponen todos los libros
en el A.T. Así, pues, podemos entender las diferencias de contenido de clasificación de nuestras biblias en lo
que concierne al A.T.
El N.T.
no ha planteado tantos problemas. Muy pronto los cristianos coleccionaron y
difundiendo los primeros escritos en los que expresaban su novedad de fe.
Seleccionaron las obras que parecían conforme al mensaje evangélico y las que
contenían elementos dudosos y
francamente criticables. Las primeras fueron declaradas canónicas y las
segundas quedaron apartadas como apócrifas. A veces se dudó a propósito de
algunos textos; hoy el conjunto de confesiones cristianas aceptan la misma
lista.
1.3.3.
La forma de clasificación.
Para el A.T. su forma de
clasificación varía según las ediciones:
a) Pentateuco
Todas
las biblias lo presentan al principio los cinco libros titulados, según la
apelación griega: PENTATEUCO[8].
Son obras fundamentales del A.T., las que expresan la revelación esencial que
nunca se deja de meditar y a la que se
refieren todos los demás libros.
b)
Los libros históricos.
En el
sentido corriente de la palabra, no siempre son "históricos", pero presentan el descubrimiento de Dios a
través de una historia concreta, aunque
sea del tipo del cuento. La Biblia
hebrea y otras traducciones le denominan a estos libros "los primeros profetas" que conducen
a confusión. La apelación queda justificada por el hecho de que la dirección
espiritual del pueblo se le confía a personajes expresamente suscitados por
Dios (Josué, Samuel, David, y otros muchos más), por cuya boca habla Dios; en
este sentido son ciertamente profetas.
En
nuestras biblias católicas, los libros de Tobías, de Judit y de los Macabeos se
ponen en el grupo de los llamados “históricos”; en las biblias protestantes por
el contrario o no figuran o se agrupan al final del Antiguo Testamento.
c) Los libros poéticos y
sapienciales.
No se
refieren a historias concretas, sino que recogen reflexiones, oraciones. En la
Biblia hebrea se clasifican en ciertas versiones, bajo el título de "otros escritos".
Los
libros de la Sabiduría y del Sirácida (o Eclesiástico
que no ha de confundirse con Eclesiastés)
son denominados por lso protestantes como Deuterocanónicos. En las biblias
protestantes figuran al final del Antiguo Testamento.
d) Los libros proféticos.
Reagrupan
los discursos, las proclamas lanzadas al pueblo de Israel en determinados
momentos cruciales de su historia por algunos personajes que demuestran una
autoridad y una lucidez admirables(los profetas).
Se
suele distinguir entre "profetas
mayores" (su grandeza se considera ante todo en función de la longitud
de sus escritos) y los "doce
profetas menores". El libro del “profeta mayor” Daniel figura a veces
entre los “otros escritos”. El libro de las lamentaciones antiguamente se le
anexó a Jeremías.
e) El Nuevo Testamento.
Para el
N.T. se sigue siempre el mismo orden:
- Los
cuatro evangelios.
- Los
Hechos de los Apóstoles,
- Las
cartas o epístolas de los diversos Apóstoles(empezando por las de Pablo, las
más numerosas)
- El
Apocalipsis.
1.3.4. ¿Cómo orientarse en cada libro?.
Hemos
visto a lo largo de este número, como se clasificó nuestra
"biblioteca". Por ello, pues, disponemos de unas cuantas
orientaciones para saber cómo buscar un libro. Pero, ¿cómo encontrar un pasaje
determinado?... Desde el siglo XVI (gracias a Robert Estiene, impresor de
griego y hebreo) disponemos de un sistema cómodo que nos permite hallar un
pasaje determinado de la Biblia, sea cual sea
la edición, tanto antigua como moderna.
La
Biblia, está dividida en capítulos numerados. Además dentro de cada capítulo,
el texto ha sido subdividido (el número
del versículo está siempre al inicio del mismo).
Cualquier
referencia por la que se remite el lector a un
pasaje determinado encierra tres datos:
- El
nombre del libro.
- El
número del capítulo.
- El
número o los números de los versículos.
El
nombre de los libros suele ponerse en abreviaturas. Estas abreviaturas difieren una de otra de
acuerdo a la edición pero la mayor parte de la veces, los editores indican al
comienzo del volumen el sistema de siglas que utilizan. Conviene verlas cuando
antes en el ejemplar de la Biblia que disponemos.[9]
Conclusión.
Esta manera de clasificar los libros
debe llevarnos a ver que la Biblia no debe leerse de seguido, desde el primer
libro hasta el último. Son muchos los
modos como pueden leerse la Biblia desde
una lectura continuada hasta un mezclar todo. A lo largo del curso daremos
algunas pautas en orden a hacer una lectura que
nos ayude a realmente comprender el
mensaje de Dios.
Preguntas
para el diálogo.
1.
¿Debemos creer lo que la Biblia nos dice al afirmar que la tierra fue creada en
siete días, cuando la ciencia nos demuestra que no fue así?.
2.
¿Cómo creer en unos relatos que contienen contradicciones?.
3.
¿Cómo confiar en un Dios que se ha mostrado tan cruel con los enemigos del
pueblo elegido?.
4. ¿Qué
interés puede presentar un libro que nos cuenta una historia antigua a la que
nos sentimos totalmente extraños?.
5.
¿Puede explicar que es una obra canónica, protocanónica, deuterocanónica,
apócrifa?.
6. ¿Qué
es un canon bíblico y libros canónicos?.
7.
¿Sabes lo que significa LXX?.
8.
Realizar algunos ejercicios de búsqueda de textos.
9.
Puedes distinguir los libros de los "profetas
primeros" y los de los "profetas
últimos”.
R.P. Roland Vicente Castro Juárez
[1] BAGOT, Jean-Pierre - DUBS, Jean-
Claude; Para leer la Biblia; Estela (Navarra), Verbo Divino 1987. Será el
texto base en el presente capítulo pags. 11-15.
[2] Cfr. NUEVO
CATECISMO PARA ADULTOS, Herder, Barcelona 1969, pag.62; donde nos narra una
serie de acontecimientos donde "se ven acciones rudas, inmorales para
nuestro modo de sentir". Dios permite "por la dureza de corazón".
[3] HARRINGTON, Wilfrid, O.P Iniciación a la Biblia; Santander;
Terrae 1963; pag.15; BAGOT-BUDS, OC. pag.17.
[4] NADAL, Milagros, Curso de Iniciación al Antiguo Testamento y al Nuevo Testamento,
Estella, Verbo Divino 1993, 10ss.
[5] HARRINGTON, o.c. pag.15 habla de contrato
en el sentido que Dios se compromete a ser su Dios y ellos se comprometen aser
fieles a El, el Dios verdadero. Hay un Dios fiel, junto a un pueblo que le
traiciona constantemente.
[6] CARRILLO ALDAY, Salvador, M.SP.S; ¿ Qué
es la Biblia ?; Misioneros del Espíritu Santo, Mexico 1981, pag 77-78
[7] La
Bible d’Alexandrie : traduction du texte grec de la Septante. Sous la
direction de Marguerite Harl. Paris, Éditions du Cerf, 1986.
[8] Pentateuco (cinco
vasijas) refleja el antiguo uso de escribir los textos extensos, no en libros,
sino el rollos de papiros o piel, guardándolos en sus respectivas vasijas. Como
un rollo sólo se puede manejar dentro de ciertos límites de volúmen, fue
preciso parcializar la obra total. Parece que esta división fue relatívamente
primitiva; se encuentra ya en los Setenta, la versión griega del AT (siglo III
a.C.) y dio origen posteriormente a la división del salterio en otros cinco
libros; cf. SCHMIDT, Werner H.; Introducción al Antiguo Testamento,
Sígueme, Salamanca 1990 (Edición alemana 1978), 62.
[9] BAGOT- DUBS,
O.c. pags 17-26