10.- DECÁLOGO DE LA DEI
VERBUM
1.- DIOS HA DESEADO DARSE A
CONOCER Y COMUNICARSE A LOS HOMBRES (n° 2, 3, 4)
A esto
llamamos “Revelación”. Dios se revela, se da a conocer, mediante gesto y
palabras a lo largo de la historia de la salvación, revelándose a modo definitivo
en Cristo. El objetivo final de la Revelación de Dios no es otro que mostrar su
voluntad y deseo de Salvación para todos los hombres.
2.- MEDIANTE EL DON DE LA FE, EL HOMBRE ESTÁ
CAPACITADO PARA RECONOCER Y ACOGER A
DIOS (n° 5, 6)
La fe
es un acto libre de total confianza hacia Dios. La fe es un don promovido y
perfeccionado por el Espíritu por medio
del cual el hombre se convierte a Dios y se acerca a su verdad para acogerla y
aceptarla.
3.- LA SALVACIÓN DE DIOS ES
CAPAZ DE LLEGAR A TODOS LOS HOMBRES CON FIDELIDAD (n° 7)
De esta manera denominados “Transmisión” al proceso
mediante el cual los contenidos de la
Revelación se transfiren de una generación a otra. Transmisores han sido
los profetas, los apóstoles y sobre todo Jesús. Primero se da de modo ora,
realizada de boca en boca y que deriva
hacia la fijación escrita que asegura su integridad y originalidad.
4.- LA IGLESIA CONTEMPLA A DIOS EN LA
ESCRITURA Y POR MEDIO DE LA
TRADICIÓN (n° 8, 9)
La
tradición “con mayúscula” tiene su origen en la predicación apostólica y
contiene todas las tradiciones que permiten vivir a la Iglesia con santidad.
Esta Tradición pervive en el seno de la
Iglesia, quien mediante la presencia del Espíritu la hace crecer,
permitiendo al hombre experimentar como Dios sigue acompañando a la Iglesia y hablando a los hombres. La
tradición y la Escritura están íntimamente unidas en su origen, camino y
destino, constituyendo ambas el mismo depósito de la Revelación; Palabra
de Dios escrita y transmitida.
5.- EL MAGISTERIO VIVO DE LA IGLESIA ESTÁ AL
SERVICIO DE LA PALABRA DE DIOS INTERPRETÁNDOLA (n° 10)
Mediante
la acción del Espíritu Santo, el Magisterio tiene como razón de ser el
interpretar con autenticidad la Palabra de
Dios escrita o transmitida. Esta presencia del Espíritu posibilita el que la Palabra de Dios
sea acogida, conservada y transmitida con fidelidad.
6.- LA IGLESIA VENERA LOS
LIBROS DEL A.T. Y DEL N.T. COMO LIBROS INSPIRADOS POR DIOS (n° 11, 12, 13)
La
Palabra de Dios escrita “Sagrada Escritura” ha sido confiada a la Iglesia, que
reconoce en ella a su autor. En los hombres que verdaderamente escribieron cada
uno de los libros, Dios ha actuado para poner por escrito lo que deseaba. A
este complejo proceso llamamos “inspiración”. Esta Escritura contiene sin
error la verdad que Dios ha querido escribir para nuestra
salvación. Para leer hoy la Escritura y comprender su sentido genuino, así como
leerla con le mismo Espíritu con que se puso por escrito, es necesario el
conocimiento y uso de los “géneros literarios”.
7.- EL A.T. CONTIENE TAMBIÉN LA SALVACIÓN POR ESO
ES VERDADERA Y PERMANENTE PALABRA DE DIOS (n° 14, 15, 16)
Para
llegar a todos los hombres. Dios se ha
servido de un pueblo al que ha elegido para confiarle su voluntad de salvación.
“La pedagogía” de Dios ha establecido que la función del A.T. sea preparar,
anunciar y significar la venida de Jesucristo. Esta es la razón última de su
actualidad. El N.T. está latente en el
A.T. y el A.T. está patente en el N.T.
8.- EL N.T. ES TESTIGO DEL MISTERIO DE CRISTO Y DENTRO DE ÉL, LOS
EVANGELIOS SON EL CENTRO (n° 17, 18, 19, 20).
La
Palabra de Dios se ha manifestado de un modo especial en el N.T. que avala y
testimonia de modo singular el misterio de
Dios encarnado. Los Evangelios, Mateo, Marcos, Lucas y Juan son el mejor
relato de la vida y doctrina del Hijo de
Dios tiene su origen en los apóstoles quienes tras cumplir el mandato del
anuncio, por inspiración del Espíritu Santo los ponen por escrito.
9.- EN LA SAGRADA ESCRITURA
DIOS PADRE HABLA CON AMOR A SUS HIJOS LOS HOMBRES (n° 21).
La Iglesia ha conservado la Sagrada Escritura con el mismo amor que la Eucaristía
y esto se hace visible de modo especial en la liturgia. Es la Palabra de Dios la fuente principal dela predicación cristiana
y el lugar en el que la misma Iglesia encuentra vigor y fortaleza.
10.- PARA CONOCER, AMAR Y
ANUNCIAR A CRISTO ES NECESARIO ESCUCHAR Y LEER LA PALABRA DE DIOS (n° 22, 23, 24, 25).
La
razón de ser de lo que hoy llamamos “traducción” de la Biblia es que debe estar
siempre disponible y accesible a todos los hombres. El estudio científico de la
Sagrada Escritura nutre a la Iglesia para su acción pastoral, así como supone
el “alma” de la Teología. El ministerio de la Palabra supone la lectura, el estudio y la oración
con la Sagrada Escritura. “Desconocer
las Escrituras es desconocer al propio Cristo”.