5. INSPIRACIÓN DE LA SAGRADA ESCRITURA
"La
revelación que la Sagrada Escritura contiene y ofrece ha sido puesta por escrito
bajo la inspiración del Espíritu Santo. La Santa Iglesia, fiel
a la fe de
los apóstoles, reconoce que todos los
libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, con todas sus
partes, son sagrados y canónicos, en cuando que escritos por inspiración del
Espíritu Santo (Jn. 20,31; 2 Tim. 3,16;
2Pe. 1,19-21; 3,15-16), tienen a Dios como autor y como tales han sido
Sagrados, Dios se valió de los hombres elegidos, que usaban
de todas sus facultades y talentos; de este modo obrando
Dios en ellos, como verdaderos autores pusieron por escrito todo y sólo lo que
Dios quería" (D.V. lla).
Con
estas palabras el Concilio Vaticano II, formula su doctrina acerca de la
inspiración de la Sagrada Escritura. El dogma de la inspiración, que fue
solemnemente definido por el Concilio Vaticano I, ha recibido una ratificación
no menos solemne en el Concilio Vaticano II[1].. El texto viene a ser
como una síntesis de las enseñanzas
precedentes que reciben el valor definitivo de una promulgación conciliar.
Teniendo
en cuenta que esto es una introducción, vamos a hacer una
síntesis muy apretada resaltando
algunos pasajes importantes de la S.E.,
la doctrina de los Santos Padres y el Magisterio de la Iglesia[2].
5.1.
Doctrina bíblica sobre la inspiración
5.1.1. Antiguo Testamento
Nos ha
dejado claro testimonio de cómo la Palabra de Dios ha entrado en la Escritura
(origen divino de la Escritura) de los
hombres. Veamos algunos testimonios:
a) Escuela Deuteronómica.
Dios en
persona pone por escrito para Moisés y su pueblo los diez mandamientos (Dt.
4,13; 10,4). Hay una convicción
religiosa que el texto fundamental pertenece a Dios y al menos alcanza forma
escrita por su mandato.
b) Documento Yahvista y Elhoista
Moisés
por mandato, cuida de poner por escrito los mismos hechos, dando resultado el "Libro de la Alianza" (Ex.
34,10-28; 24,7; Dt. 31,25)
c) Profetas
Ponen por escrito
las revelaciones que Dios les ha
comunicado o hacen que otros escriban (cf. Jer. 36,1-32; 36,8; Esd. 7,1-26; Is. 9,18-19). Del A.T. se
deduce, pues, el origen divino de sus documentos, porque estos, al menos en lo
principal, transmiten los mandamientos
de Dios y sus revelaciones para el pueblo de
la Alianza. Planteémonos una
pregunta : ¿ nos habla el A.T. sobre algunas intervención de Dios en los
mismos escritos en cuánto tales?.
La inspiración profética
ha sido descrita con cierto detalle en
los escritos proféticos. La posesión del Espíritu es un don y testimonio
decisivo para aquél que por encargo de
Dios habla a los hombres (Zac. 7,12). Sólo así
puede hablar como "boca
de Yahvé" (Is. 30,2). El profeta percibe el influjo divino que
en cierta medida le hace violentamente (Am. 3,8), aunque su libertad interna no
es tocada (Jr. 20,7s). La palabra como el rollo de un
libro que Dios le ofrece para comida en orden a que se alimente él y a su vez
pueda alimentar a los otros
con él ( Ez. 3,1-10; Jer. ,9). El fortalecimiento necesario de la
voluntad se describe en las
vocaciones de los
profetas (Is. 6,6-9; Jer. 1,17ss;
Ez. 3,8ss)
5.1.2. Nuevo Testamento
De los
libros del N.T. hay que esperar datos más ricos y penetrantes sobre la
inspiración divina.
a) Datos que
testifican la inspiración de los escritos el Antiguo Testamento
El N.T.
para designar la
colección de escritos veterotestamentarios (A.T.) suele
utilizar la expresión "La Escritura" (ai graphai)
reconociendo en ellas un contenido de
absoluta verdad, junto con una autoridad irrefutable (Jn. 10,35 y una transmisión de vida y salvación (cf.
Mt. 21,42; 22,29; 26,54; Lc. 24,27.32.45; Jn. 5,39; Hch. 17,2.11; 18,24.28; Rm.
15,4; 16,26; 1Cor. 15,3; 2 Pe. 3,16).
Así pues, queda atestiguado el uso de la Escritura del A.T. por Cristo, los
Apóstoles y los Evangelistas. El texto de
Jn. 10,35 en boca de Cristo no
vuelve a aparecer en toda la
literatura del N.T. : "La
Escritura no puede fallar".
Mateo, es el que más acentúa el
cumplimiento de las predicciones proféticas (Mt. 1,22; 2,6; 6,17s; 3,3;
4,10.14...)
Cristo
mismo, invita a los judíos a seguir
investigando las Escrituras para descubrir y tener acceso a Aquel que
tiene la vida en sí misma: " Estudian la Escritura pensando
encontrar en ellas la vida eterna (
Jn. 5,39).
El
último fundamento para que los libros del A.T. sean mediadores de vida y salvación y tengan
un carácter absoluto de verdad, es el
Espíritu de Dios o la divina inspiración.(cf. 2 Tim.3,16; 2Pe.1,18-21).
b) Datos que testifican la inspiración
de los escritos del N.T.
Las escrituras del N.T. sólo surgieron lentamente
y todavía más lentamente
obtuvieron el reconocimiento de la Iglesia
como parte integrante de
la "única Sagrada Escritura en
1Tim. 5,17-18, bajo la introducción común, "dice la Escritura", cita
dos pasajes, uno del A.T. (Dt. 25,4) y otro del N.T.(Lc. 10,7). Y los dos
textos parecen obtener la misma fuerza en cuanto Escritura. 2Pe. 3,15-16,
compara las cartas paulinas con las Escrituras inspiradas del A.T.
En
definitiva, podemos decir que los autores del N.T. nunca manifiestan ser
conscientes de su propia inspiración, más
bien subrayan cuando se les presenta la ocasión el trabajo y el esfuerzo
personal que tuvieron en la redacción de su obra (cf. prólogos de Lc. y de
Hch.), y con ello manifiestan una diferencia respecto a los profetas en sentido estricto del A.T.
Concluyamos
diciendo, que la doctrina bíblica de la inspiración, queda
incompleta en varios
aspectos. La explicación más detallada
y también su complemento
queda encomendado a la tradición y a
la teología de la Iglesia. Pero lo visto
y dicho en el A.T. y N.T. será siempre
el fundamento y el
punto de partida, particularmente el dato que Dios ha hablado a los hombres por las Escrituras.[3]
5.2. El pensamiento de los Padres.
Ellos
por lo general siguen citando al A.T. como fuente y norma de la predicación y
de la argumentación teológica. La cita la hacen
con la fórmula: "Esta Escrito",
o simplemente apelan a "Las
Escrituras". Con el tiempo van extendiendo el uso singular
de "la Escritura" para
designar el A.T. como
palabra colectiva. Podemos
sintetizar así su pensamiento: La
Sagrada Escritura ha sido inspirada o dictada por el Espíritu Santo, tiene a
Dios por autor. El escritor humano es su instrumento (plectro, cítara, cálamo). Contiene en
suma, la Palabra de Dios.
Para
todos ellos, la Biblia tiene una autoridad divina. Pretenden explicar
racionalmente la inspiración. Al poner al hombre como un instrumento de Dios,
se anula al hombre y no se le tome en
cuenta mucho.
5.3.
El Magisterio de la Iglesia.
Diferente
fueron las preocupaciones de la Iglesia a través de los siglos:
En los
siglos II-IV, está la preocupación por definir y defender su canon: "¿Cuándo y cuáles son los libros?(E.B.8-27).
En los
siglos VI-XIII, la Iglesia insiste que estos libros son santos porque Dios es su autor. Y contra
los que desprecian el A.T. afirma: "Dios es el solo y mismo autor del A.T.
y N.T." (E.B. 28-40).
En los
siglos XV-XVI ( Concilio Florentino 1331 y Concilio Tridentino 1546) se subraya
un dato más que no es nuevo: "Dios
es el mismo autor del Antiguo y del N.T. porque la bajo la inspiración del
mismo Espíritu Santo hablaron los santos de los dos testamentos" (E.B.
45-37)[4].
Una
conclusión práctica a todo lo visto.
Recorrido
todo un largo trecho respecto a la inspiración,
notamos que había una fe firme y
tranquila sobre los libros santos. Son santos y sagrados porque son inspirados
por Dios.
Visto
de esta manera, la Biblia goza durante
muchos siglos de un prestigio de verdad absoluta y nadie pone en
duda nada de lo que está en ella.
Pero,
en los tiempos modernos, el avance de la ciencia, los conocimientos históricos,
la sicología religiosa..., hacen sentir la
necesidad de repensar ciertas
afirmaciones de la Biblia. vgr. los once primeros capítulos del Génesis
ante los nuevos conocimientos que aportan las
ciencias, llevan a repensar que no podían sostenerse sin
discusión alguna.
Surgía
una gran interrogante. ¿Cómo intentar conciliar la verdad tradicional de que la
Biblia es una obra escrita bajo la
inspiración divina y acepta al mismo tiempo las conclusiones ciertas de las ciencias nuevas?.
Este
problema impulsa a los teólogos a estudiar
más profundamente la naturaleza del carisma de la inspiración, bajo lo
cual fueron escritos los libros bíblicos.
5.4.
Constitución "Dei Verbum".
El texto
que poseemos hoy sobre la inspiración es
bastante sobrio todo en lo que se refiere a las descripciones técnicas
sobre la inspiración. Han desaparecido, las alusiones a Dios como escritor (veluti scriptor) y a
los hagiógrafos como instrumento vivos (viva instrumenta), dejando las
cuestiones subyacentes a esta terminología a la investigación teológica.
Se han
omitido las condenaciones(vgr. contra los que niegan el carácter sobrenatural de la inspiración, contra la reducción de
la extensión de la inspiración y contra
la inspiración comunitaria),
limitándose el presente texto a
comentar y exponer una doctrina positiva.
Permanecen
tres temas fundamentales: la inspiración y su hecho, la verdad sobre la Sagrada Escritura y las normas de
interpretación.
En el
presente texto, no se habla de "inerrancia",
pues ha evolucionado en términos
de "verdad" de los libros sagrados.
5.4.1. El libro
sagrado como parte del fenómeno general de "La Palabra de
Dios".
El hecho de que la constitución "Dei Verbum" aparezca
encuadrada por el tema de la "Palabra de Dios" (D.V.1 Y 26), nos
invita ante todo a considerar los libros sagrados como parte del fenómeno general de la "Palabra de Dios"
a) Relación entre inspiración y revelación.
Lo que
llama la atención en primer lugar, es haber puesto la doctrina de la inspiración, en el tema de
la revelación. La novedad principal, radica en haber explicado la
relación que se da entre inspiración y revelación, llegando a precisar que la
inspiración se ordena a poner por escrito la
revelación: "La verdades revelantes por Dios, que se
contiene y manifiestan en la Sagrada
Escritura, se consignaron por inspiración del Espíritu Santo" (D.V.
11.)
La
revelación, es la palabra divina, mediante
la cual Dios se automanifiesta. Para la transmisión de la palabra de
revelación, Dios dispuso una doble vía; una vía consistente en la predicación oral
y otra en la fijación y consignación por escrito. El objeto, pues de la
inspiración en relación con la palabra de la revelación es precisamente esta
fijación escrita, mediante la cual la palabra de la revelación se hace
Escritura.
b) Intervención divina en la
inspiración.
La D.V.
describe así la intervención de Dios en la consignación escrita: "En la
redacción de los libros sagrados, Dios eligió a hombres, que utilizó usando de
sus propias facultades y medios, de forma, que obrando El en ellos y por ellos,
escribieron como verdaderos autores,
todo y sólo El quería" (D.V. 11).
En este
texto, notamos varias cosas que resaltamos:
-
No se habla de iluminación del
entendimiento ni de la noción sobre la voluntad.
-
Sólo se indica el impulso para
la redacción. El texto mira la inspiración desde el punto de vista de la
conservación y transmisión de la revelación por vía escrita. Este conocimiento
de la verdad revelada se realiza por obra del Espíritu Santo como perfeccionador de la revelación de Cristo, mediante sus
sugerencias internas, pero en el ámbito de la
revelación.
c) La acción propia de los escritores
sagrados.
Esté
también presente el aporte humano de los escritores sagrados:
-
su papel de transmisores
cualificados de la revelación divina, mediante la providencial elección de Dios.
-
La plenitud de sus cualidades
humanas, que no quedan menoscabadas por la actuación superior de Dios.
-
Su carácter verdadero de
escritores.
La D.V.
suprime toda terminología filosófica como causa instrumental o instrumento,
designando a los hagiógrafos como "verdaderos
autores". Hay pues una recuperación de expresiones bíblicas que recogen mejor aportación humana
baja la acción inspiradores de Dios : "Obrando Dios en ellos y por
ellos"
d) Dios, autor de la Escritura.
La D.V.
sigue llamando a Dios autor, según la expresión multisecular: "La Santa Madre Iglesia, según la fe
apostólica tiene por santos y canónicos los libros enteros del A.T. y N.T. con
todas sus partes porque escritos bajo la
inspiración del Espíritu Santo tienen a Dios como autor y como tales se han
entregado a la misma Iglesia"(D.V. 11).
El
autor literario y escritor, en sentido estricto, de la Biblia lo es el
hagiógrafo; Dios es en el sentido metafórico, en cuanto produce, mediante su
acción en el hagiógrafo, la obra inspirada. En este sentido, la afirmación del
texto conciliar de que los hagiógrafos son verdaderos autores es de gran valor
para comprender, en el ámbito teológico de los nombres divinos, en que forma
puede ser llamado Dios autor literario.
e) Los efectos de la inspiración.
El
efecto primario y propio de la inspiración consiste en constituir la Biblia en
Palabra de Dios, de donde se sigue que la Biblia carece de error.
El
efecto propio y formal de la inspiración, es constituir a la Palabra de Dios en
palabra conservada por escrito; en otros términos, el efecto formal de la
inspiración es la Escritura; la consignación por escrito la revelación.
5.4.2. Consecuencias
a) La inspiración parte del proceso
revelador.
La
inspiración forma parte de este gran proceso revelador que se actúa y se cumple
en la historia del pueblo de Dios.
La
lectura cristiana de la Biblia tiene que ser encuadrada en el marco de una
historia de salvación progresiva a lo largo de los siglos y en la cual el Señor
se revela continuamente.
b) La plena
comprensión de los libros sagrados a través de la estructura del pueblo de
Dios.
Hay
tres indicaciones fundamentales que debemos tener en cuenta:
-
El pueblo de Dios ha sido
engendrado por la Palabra de Dios: "He
sido yo quien por el Evangelio, les engendré en Cristo Jesús" (1Cor.
4,15).
-
El pueblo de Dios es convocado
por la Palabra de Dios. La proclamación de la Palabra los hace conscientes de
su elección y lo iluminan sobre el
"sentido divino" de su historia. El libro, se va formando
paulatinamente, como el tesoro del pueblo que lee en él su propia historia
providencial y en donde encuentra las grandes palabras que han sellado su
destino de elegido.
-
Los libros sagrados, son
expresión permanente de esta conciencia de elección del Pueblo de Dios,
conciencia que tiene su origen en la proclamación de la palabra por medio de
los profetas, de Cristo y de los apóstoles.
La
inspiración es fundamental para la comprensión de Israel como Pueblo de Dios y
para nuestra propia comprensión como Iglesia, historias concretas del pueblo de
Dios.
c) Las raíces sociales de la
inspiración.
La
constitución no expresa claramente esta cuestión, pero dada la actualidad que
posee, digamos a modo de resumen el tema de la sociología de la inspiración de
modo siguiente: La comunidad de salvación, el Pueblo de Israel en el A.T. y la
Iglesia en el N.T. recibe la revelación
de los enviados (los profetas y Cristo). Esta es la manifestación de
Dios, no inminente al profeta, sino trascendental; por tanto no asimilable a la operación inminente de la
creación literaria. Sin embargo, la comunidad recibe la Palabra, la conserva,
la asimila, la vive, la transmite y llegado el momento, procura que se fije en
fórmula escrita. El aspecto social, lo mismo de la inspiración que de la
revelación, se sitúa espacio-temporalmente en esa
recepción-vivencia-transmisión de la palabra en la comunidad; literariamente la
sociología de la inspiración abarcaría todo el conjunto de leyes y
condicionamientos sociales que llevan a la comunidad a la objetivación
literaria de su fe por medio de individuos privilegiados que llevan a cabo esta
objetividad, como testigos de la fe de la comunidad, utilizando medios de
naturaleza tan esencialmente sociales como las palabras y las formas.
Conclusión.
-
La doctrina de la inspiración
se libera de la hipoteca que le tenía el problema de la inerrancia y vuelve a
centrarse en torno a la revelación como
verdadero contexto.
-
La autoridad de los libros de
la Biblia se conceptualiza y proclama que están inspirados por el Espíritu
Santo. Los libros de la Biblia tienen autoridad divina porque Dios se asoma en
ellos: están con la humanidad que allí expresa, la comunidad y las personas que
tuvieron parte directa en el libro. Es estar de Dios, es por supuesto,
misterioso e indomable.
-
Los libros son testimonios de
la conciencia creyente en la que Dios se ha hecho presente; es versión fiel de
los testigos que vivieron la historia como lugar de revelación y de presencia
del Dios que viene a salvar.
-
La autoría humana del libro no
queda afectada por su autoridad divina: transpira la grandeza y la flaqueza, la
personalidad y los condicionamientos de esos hombres concretos.
-
Expresa la fe de un pueblo y de
la comunidad que habla en ella. Dios es el principio de esa fe y su término de
referencia, su fuente, su objetivo y su norma.
-
La inspiración como modo de
presencia de Dios y como razón de la autoridad divina de la Biblia, no reside
en la materialidad de sus libros, ni en
su contenido, ni en su forma; está en la vivencia de sus autores. Su objetivo
es comunicar como Dios viene al mundo y como está con él para hacer un hombre
nuevo.[5]
Preguntas para el diálogo.
1-
¿ Por qué cree la Iglesia que
los libros del A.T. y N.T. son inspirados?.
2-
¿ Ha habido evolución en la
doctrina teológica sobre la inspiración?.
3-
¿ El Vaticano II, da pistas
suficientes para el planteamiento fructífero del tema de la inspiración?.
4-
¿ Qué son las Escrituras para
Jesús y los Apóstoles?.
5-
¿ Cuál fue la preocupación del
Magisterio Eclesiástico en los siglos II-IV?.
6-
¿ Por qué en los siglos VI-XIII
la Iglesia insiste en que estos libros son santos?.
7-
¿ Debe admitirse la inspiración
comunitaria en la redacción de algunos libros de la Biblia?.
8-
¿ Los libros del N.T. son
reconocidos tempranamente como "Escritura" en el sentido en que esta
palabra era utilizada para el A.T.?.
R.P. Roland Vicente Castro Juárez
[1] Antonio María
Artola, “La Inspiración ede la Sagrada Escritura”, en ALONSO SCHOKEL,
Luis – ARTOLA, Antonio María (Dir.), La
Palabra de Dios en la Historia de los hombres. Comentario temático a la
Constitución “Dei Verbum”, Ediciones Mensajero, Bilbao 1991, págs. 337ss.
[2] Son muchas las obras que tratan sobre
este tama, damos algunos; ALONSO SCHÖKEL, Luis, La Palabra inspirada, Herder, Barcelona 13-17; HARRINGTON, o.c.
pags 48-59; CARRILLO ALDAY,S. o.c. pags 89-114, MANNUCI, V. o.c.119-127; BAGOT-DUBS o.c. pag 27-36
[3] INSTITUTO INTERNACIONAL DE TEOLOGIA A
DISTANCIA, Cuestiones complementarias de
la Sagrada Escritura, Madrid 1986, pags 9-17
[4] CARRILLO ALDAY, S.;
o.c. 91-92.
[5] INSTITUTO INTERNACIONAL... pag. 34-44.
Gran parte de este capítulo está tomado casi al pie de la letra del presente libro.