viernes, 30 de junio de 2017

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO XIII TIEMPO ORDINARIO CICLO A - 2 JULIO 2017

PONER A JESUS POR ENCIMA DE TODO

ORACION COLECTA

Padre de bondad, que por la gracia de la adopción nos has hecho hijos de la luz; concédenos vivir fuera de las tinieblas del error y permanecer siempre en el esplendor de la verdad. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA

Lectura del segundo Libro de los Reyes 4, 8-11. 14-16a

Un día pasaba Eliseo por Sunem y una mujer rica lo invitó con insistencia a comer. Y siempre que pasaba por allí iba a comer a su casa. Ella dijo a su marido: Me consta que ese hombre de Dios es un santo; con frecuencia pasa por nuestra casa. Vamos a prepararle una habitación pequeña, cerrada, en el piso superior; le ponemos allí una cama, una mesa, una silla y un candil y así cuando venga a visitarnos se quedará aquí.
Un día llegó allí, entró en la habitación y se acostó. Dijo a su criado Guiezi: ¿Qué podemos hacer por ella?. Contestó Guiezi: No tiene hijos y su marido ya es viejo. Él le dijo: Llama a la Sunamita. La llamó y ella se presentó a él.
Eliseo dijo: El año que viene, por estas mismas fechas abrazarás a un hijo.

SALMO RESPONSORIAL (88)

Cantaré eternamente las misericordias del Señor.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades. Porque dije: «tu misericordia es un edificio eterno, más que el cielo has afianzado tu fidelidad.» R

Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: caminaré, oh Señor, a la luz de tu rostro; tu nombre es su gozo cada día, tu justicia es su orgullo. R

Porque tú eres su honor y su fuerza, y con tu favor realzas nuestro poder. Porque el Señor es nuestro escudo, y el santo de Israel, nuestro rey. R

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 6, 3-4. 8-11

Hermanos: Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo, fuimos incorporados a su muerte. Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así como Cristo fue despertado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva.
Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él, pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre, y su vivir es un vivir para Dios. Lo mismo ustedes considérense muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor Nuestro.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 10, 37-42

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.
El que encuentre su vida, la perderá, y el que pierda su vida por mí, la encontrará.
El que los recibe a ustedes, me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha enviado.
El que recibe a un profeta porque es profeta, tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, tendrá paga de justo. El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, se lo aseguro.

PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso, por Jesucristo su Hijo, el Señor, en la unidad del Espíritu Santo.

1.- Por la santa Iglesia de Dios, que lucha en la tierra contra el mal: para que Dios todopoderoso perdone sus debilidades disipe sus temores, robustezca su fe y haga que su testimonio se extienda por toda la tierra. Roguemos al Señor.

2.- Por nuestra nación, por nuestras autoridades y gobernantes por nuestros hogares y trabajos: para que Dios nos ayude y bendiga. Roguemos al Señor.

3.- Por cuantos estamos aquí reunidos, por nuestros hermanos ausentes y por los que han pedido nuestras oraciones: para que Dios nos guarde en la fe y nos reúna al fin de los tiempos en el reino glorioso de su Hijo. Roguemos al Señor.

Escucha, Dios todopoderoso las oraciones de tu pueblo y conceda abundantemente lo que no merecen nuestras suplicas. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

0h Dios, que obras con poder en tus sacramentos, concédenos que nuestro servicio sea digno de estos dones sagrados. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

La victima eucarística que hemos ofrecido y recibido en comunión nos vivifique, Señor, para que unidos a ti, en caridad perpetua demos frutos que siempre permanezcan. Por Jesucristo nuestro Señor.

COMENTARIO

¿Por qué siembra Jesús la inquietud en nuestros afectos?. En Mateo, Jesús  dice: “El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí”. Pero no es cuestión de sentimiento (¿Por quién late más fuerte el corazón?), sino de una opción muy voluntaria y decisiva. Jesús dice: “Dame  una  prioridad absoluta ponme por encima de todos”. Por consiguiente, no se trata de elegir entre dos amores: “Jesús o mi mujer, Jesús o mi esposa”. No hay más que un amor, no hay más que una sola forma verdadera de amar. Cuando entramos en este mundo del amor verdadero, nos encontramos con Jesús, incluso sin conocerlo, tal como él dijo: “Cada vez que amaste a un hermano mí, me amaste a mí” (Mt 25, 40). Este es el único problema, ¡pero qué problema!. Alcanzar esta calidad del amor, que nos concede amar  a los nuestros como hay que amarlos, sin egoísmo, sin celos, sin posesividad, sin cansancio, sin negarles jamás el perdón. Esto nunca supone un amor menor hacia Jesús, sino todo lo contrario. El que apuesta enteramente por Jesús, gana el amor y todos los amores. Solamente “en” Jesús, en el interior de  nuestro amor a Jesús, es como podemos decirle verdaderamente a alguien: “Te amo”. La apuesta suprema (“encontrar la vida”) consiste en entrar en este amor primero, prioritario, englobante: Jesús. Por tanto, puede decirse con mayor justicia todavía: entrar en el amor. Se comprenden mejor entonces aquellas tres frases tan duras que describen las renuncias necesarias para seguir a Jesús: “El que quiere a su padre o a su madre más que a mí. El que no coge su cruz.. El que conserve su vida.”. Estamos en el final del capítulo 10 de Mateo, escrito para definir al cristiano. Uno no es cristiano más que si entra en un amor a Jesús absolutamente incondicional, pero que llena al hombre entero: “Si quieres amarme, dice Jesús, te lo pediré todo y te lo daré todo”.
Escoger de este modo a Jesús puede exigir toda una cadena de rupturas que van desde la pena por sentirnos incomprendidos de los demás y de hacer sufrir a los nuestros, hasta la necesidad de tomar decisiones tremendas. Una mártir del siglo II, Perpetua, que escribió su diario hasta el último momento, nos revela cual fue su peor prueba antes de morir: “Llegó mi padre con mi hijo me abrazó y me dijo: ¡Sacrifica! Acepta renegar de Cristo, ten piedad de tu Hijo! Entonces Hilarión, el procurador me dijo: Piensa en tu padre, piensa en tu hijo; “Sacrifica en honor del emperador!. Pero yo me negué a ello”.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 03: Ef. 2,19-22; Sal 116; Jn. 20, 24-29.
Martes 04: Gn. 19, 15-29; Sal 25; Mt. 8, 23-27.
Miércoles 05: Gn. 21, 5.8-20; Sal 33; Mt. 8, 28-34.
Jueves 06: Gn. 22, 1-19; Sal 114; Mt. 9, 1-8.
Viernes 07: Gn. 23, 1-4. 19; 24, 1-8.62-67; Sal 105; Mt. 9, 9-13.
Sábado 08: Gn. 27, 1-5.15-29; Sal 134; Mt. 9, 14-17.
Domingo 09: Za. 9, 9-10; Sal 144; Rm. 8, 9.11-13; Mt. 11, 25-30.


COMENTARIOS AL EVANGELIO
Mt 10. 37-42

1. - Lo que intenta JC es establecer gráficamente el criterio radical de actuación del discípulo: no amar menos (padres, hijos, a quien sea) sino amar más porque todo se basa en una opción de amor incondicional por el Hijo del Hombre y, por tanto, por todos los hombres. No por simples vinculaciones de la carne sino por una opción de amor total, es decir, por Dios. Dicho de otro modo, amor como Jc amó.
Y esta opción de amor incondicional pasa por un camino difícil -un camino de cruz- que es el criterio del amor auténtico. Aquel amor que busca más dar que recibir. Aquel que no se echa atrás, si es preciso dar la vida (que no se obsesiona por "no perder la vida"). Es lo que san Pablo presenta en la 2ª lectura: el camino cristiano pasa por sumergirse -incorporarse- en la muerte de JC (=en la lucha total contra todo lo que hay de mal en nosotros, en el mundo, solidarios con todos los que sufren por esta presencia de mal) para vivir así una nueva vida, en comunión con Dios (=viviendo en progresiva realización de su amor que comunica vida).
J. Gomis, Misa Dominical 1978/13



Acoger, saber valorar "a uno de estos pobrecillos sólo porque es mi discípulo" No porque es de "mi comunidad" o de mi tendencia, o amigo, o... Sino, simplemente, porque es cristiano. Y que esta valoración se exprese muy humanamente con gestos (por más sencillos que sean, pero también expresivos: "un vaso de agua fresca"). El programa a concretar puede ser amplísimo: informar a todos, acoger a todos, ayudar cordialmente, organizar la comunidad, crear grupos, apuntarse a diversas tareas comunitarias, interesarse, etc.
J. Gomis, Misa Dominical 1978/13



3. PARADOJAS/EV  PARADOJA/QUÉ-ES
LA PARADOJA BUSCA PROVOCAR/PREOCUPAR. LA PARADOJA NO ES PARA SER EXPLICADA SINO PARA SER RUMIADA.
Por lenguaje, tono y contenido podemos distinguir dos grupos de versículos. Los tres primeros son paradójicos, provocadores, van dirigidos al evangelizador (vv. 37-39). "El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí, etc". Sigue leyendo despacio cada uno de ellos. ¿Que te parecen? ¿Duros? ¿Extraños? ¿Imposibles? ¿Intolerables? ¿Locos? ¿Presuntuosos? ¿Excesivos? Los tres últimos son tranquilizadores, gratificantes, van dirigidos al evangelizado (vv. 40-42). "El que os recibe a vosotros.." Léelos también despacio. Los tres primeros avisan, los tres últimos dan confianza; los primeros inquietan, los últimos serenan.
Expresión paradójica es aquella en que hay una incompatibilidad aparente, que está resuelta en un pensamiento más profundo del que la anuncia. El sentido de la paradoja no está en la superficie de la frase. La paradoja busca provocar, preocupar. La paradoja no es para ser explicada, sino para ser rumiada. Si yo te digo "el que no tiene nada, lo tiene todo" ¿qué te quiero decir? Si el Jesús de Mateo te dice: "el que ama a su padre, a su madre, a su hijo, a su hija más que a mí, no es digno de mí", ¿qué te quiere decir? Rúmialo, dale vueltas, discute, argumenta, corrige, haz lo mismo con cada una de las paradojas de los tres primeros versículos. Son versículos de los que dejan K.O. "Las palabras más duras del evangelio" (Isidro Goma, t. 1, p. 552).
Creo poder dar, sin embargo, la pauta orientadora. La evangelización sólo es posible si se tiene una determinada escala de valores. La evangelización es una tarea arriesgada dentro de Israel, es decir, dentro de la Iglesia. No olvidemos nunca que Israel no es término político sino religioso.
......................
-PARADOJAS PARA RUMIAR:
En el Evangelio hay tal cantidad de paradojas, y de tal hondura que podemos afirmar que el Evangelio entero es una paradoja.
-El que pierde su vida, la gana, el que quiera ganar su vida la pierde" (Lc 9. 24).
-"Dichoso el que llora" (Mt 5. 4).
-"Los últimos serán los primeros; los primeros serán los últimos" (Mt 20. 16).
-"Dichoso el pobre" (Mt 5 3).
-"¡Ay si todos hablan bien de vosotros!" (Lc 6. 26).
-"Dichoso el perseguido" (Mt 5. 10).
-"El maestro, que sirva" (Jn 13. 14).
-El que se haga tan poca cosa como un niño, es el más grande" (Lc 18. 3).
-"El camino estrecho lleva a la vida" (Mt 7. 14).
-"No he venido a traer paz sino espada" (Mt 10. 35).
-"Amad a los que os odian" (Mt 5. 44).
-"Estas cosas son escondidas a los sabios y reveladas a los sencillos" (Mt 11. 25.
-"Vended vuestros bienes y tendréis un tesoro inagotable" (Lc 12.33).
Estas, y muchas otras más que encontramos a lo largo de todos los escritos del N.T. Las conocemos bien; pero lo importante no es conocerlas, ni saberlas de memoria, ni repetirlas con mayor o menor frecuencia. Lo importante es vivirlas. Pero, evidentemente, esa es otra historia.
-LA LÓGICA DEL MUNDO. La vida cristiana, si fuese conforme al Evangelio, se convertiría en una paradoja; pero preferimos seguir la corriente de la sociedad, la corriente de la lógica, la corriente del "mundo" que diría San Juan. (...) Y lo más curioso es que los propios cristianos no estamos exentos de extrañarnos ante las paradojas que plantea Jesús. Y nos extrañamos porque no acabamos de captar el sentido de la misión y el mensaje de Jesús; no acabamos de captar que lo de Jesús es "otra cosa", que no es una religión más entre otras, ni siquiera una religión especial; lo de Jesús fue mostrarnos el rostro de Dios, Dios que es Padre, que perdona, que no establece con el hombre las relaciones que el hombre se imaginaba (de superior a inferior) sino que las quiere establecer de igualdad, que no está para castigar sino para salvar; que no busca la destrucción del hombre sino su salvación; que Dios no deja de querernos aunque seamos el peor de los mortales; que su amor al hombre es incondicional y sin precio, que la postura del hombre ante Dios no puede ser ni la del miedo ni la de intentar utilizarlo sino la de la confianza incondicional.
L. Gracieta, Dabar 1987/35



Escoger de este modo a Jesús puede exigir toda una gama de rupturas que van desde la pena por sentirnos incomprendidos de los demás y de hacer sufrir a los nuestros, hasta la necesidad de tomar decisiones tremendas. Una mártir del siglo II, Perpetua, que escribió su diario hasta el último momento, nos revela cuál fue su peor prueba antes de morir: "Llegó mi padre con mi hijo (un bebé), me abrazó y me dijo: `¡Sacrifica! Acepta renegar de Cristo; ten piedad de tu hijo!' Entonces Hilarión, el procurador, me dijo: `Piensa en tu padre, piensa en tu hijo; ¡sacrifica en honor del emperador!' Pero yo me negué a ello".
Andre Seve, El evang. de los domingos, Edit. Verbo Divino Estella 1984. Pág. 34



5. FE/SENTIMIENTOS: JESÚS SOLO PIDE SERIEDAD Y ENTREGA. NO IMPONE DISYUNTIVA DE QUERERES NI ROBA LOS SENTIMIENTOS HUMANOS.
Jesús no impone al enviado una disyuntiva de quereres, es decir, no opone dos quereres por uno de los cuales haya que optar. Jesús no sustituye al padre, la madre, el hijo o la hija del enviado.
Al enviado Jesús no le pide sentimientos ni pretende robárselos: le pide entrega y seriedad. Hasta donde sea preciso. Ya se encargarán las circunstancias de determinar el alcance de este "hasta donde sea preciso".
A. Benito, Dabar 1990/35



6. - -Las condiciones de Jesús.-El lenguaje es radical, pero ciertamente que no es válido aplicarlo exclusivamente a algunos determinados cristianos. Ningún seguidor de Jesús, por ejemplo, puede pensar que el bienestar de sus hijos pase por encima de todo: los hijos han de ser educados no como superiores a otros niños o chicos que tienen menos posibilidades, sino que parte de su bienestar debe ser sacrificado como contribución solidaria a los que tienen menos; igualmente los padres no pueden quedar absorbidos totalmente por los hijos, sino que han de pensar también de qué manera contribuyen ellos a la causa del Reino de Dios. También habría que hablar de la importancia que tiene que algunos cristianos renuncien a crear una familia por causa del Reino. Aceptar "la cruz" no quiere decir de entrada resignarse ante las contrariedades, sino querer vivir según el Evangelio.
J. Lligadas, Misa Dominical 1990/14



7.- Recibir a los profetas no es fácil, porque el anuncio que llevan suscita divisiones; la elección por Cristo o contra Cristo -elección que no admite compromisos- divide a la humanidad, a la familia y el corazón de cada uno. A veces desearíamos que los profetas nos ayudasen a ajustar nuestros compromisos y que justificasen nuestros falsos irenismos. Pero el profeta es inflexible en esto. Por eso acoger a un profeta es casi tan difícil como ser profeta. Ambos tendrán el mismo premio.
Bruno Maggioni, El relato de Mateo, Edic. Paulinas/Madrid 1982.Pág. 114



8. - Estamos ante una de las paradojas más violentas. Las palabras de Jesús contradicen las esperanzas en un Mesías que sería el príncipe de la paz (Is 9,5); contradicen las esperanzas de todos los hombres que luchan y trabajan por la paz; contradicen la propia palabra de Jesús que ha beatificado a todos aquéllos que trabajan por la paz (5,9: serán llamados hijos de Dios) y ha mandado a sus discípulos que anuncien la paz (la paz puesta en equivalencia con el Reino; ver el comentario a 10, 7-15).
Esta tremenda paradoja ¿tiene una salida airosa? Por supuesto, no, en el sentido en que fue interpretada, a veces, para justificar una "guerra santa" o apetencias humanas o intransigencia religiosa. La espada o lucha traída por Jesús no es declaración de guerra contra el resto de los mortales que no acepten la fe cristiana. Los hijos del trueno fueron reprendidos duramente por esta mentalidad: "¿Quieres que mandemos bajar fuego del cielo que devore esta ciudad?". Pero él les reprendió (/Lc/09/54-55). La lucha no es de los discípulos contra otros hombres, sino de estos hombres contra los discípulos.
La espada-división se halla implicada en las exigencias de la presencia de Jesús. El mismo mensaje lleva a la división: exige la renuncia a lo más querido, que nada ni nadie esté por encima de él en la escala de valores que el hombre debe hacerse. Al jerarquizar estos valores, él quiere estar en la cumbre. Y no todos, ni mucho menos, comparten este criterio. Sólo una fe profunda puede aceptarlo. La división de que se habla en el texto había sido ya vivida como experiencia amarga en la Iglesia a raíz del decreto de excomunión que el judaísmo oficial había lanzado contra todos aquéllos que confesasen a Jesús como el Mesías. Esto trajo la división familiar a que alude el texto. Pero, por encima y más allá de este primer nivel, está la experiencia de la Iglesia, de los discípulos de Jesús, que quieren ser plenamente consecuentes con su vocación, con la llamada del Señor y con las exigencias cristianas. La exigencia que a veces se impone a los discípulos de Jesús, de renunciar a todo y a todos, aun a lo más querido (8, 22), se encuentra con la incomprensión, la división, la lucha. La espada en acción, que es la misma palabra de Jesús (Heb 4, 12).
Comentarios a la Biblia Liturgica NT, Edic Marova/Madrid 1976.Pág. 995



9.- Contexto. Continuación de las palabras de recomendación y de ánimo al nuevo Pueblo de Dios en previsión de las dificultades que ciertamente experimentará, desencadenadas por la oposición de los hombres religiosos de corte estrecho.
Sentido del texto. El v. 37 suena como una auténtica bomba. Sobre todo si se tiene en cuenta que las palabras van dirigidas a todos y cada uno de los componentes del nuevo Pueblo y no a un grupo especial o de aspirantes a la perfección. Nos hallamos ante un caso típico de lenguaje profético: rápido, intuitivo, desconcertante. Un lenguaje que tiene muy poco de juego literario y que busca concienciar al oyente de una necesidad imperiosa. Un lenguaje revulsivo. No es fin en sí mismo sino medio para algo.
Descubrir este "para algo" es dar con el sentido de lo que se dice. El "para algo" de nuestro texto es la urgencia imperiosa de un nuevo Pueblo que revele y sustituya al viejo y decrépito pueblo religioso. La necesidad de un nuevo Pueblo religioso es un objetivo indeclinable; su existencia no se puede diferir en absoluto. El v. 37 no establece una jerarquía o una prioridad de sentimientos o afectos (primero Jesús, después la familia). Jesús no reclama el afecto de sus seguidores. Jesús no es un líder frustrado y frustrante que quiera acaparar el mundo del sentimiento de sus seguidores. Jesús sencillamente resitúa el mundo del sentimiento en el marco de un objetivo que dé a ese mundo una perspectiva, un horizonte, una razón de ser última.
Jesús no reclama para sí el mundo de los afectos familiares. Lo que pide es que esos afectos sirvan para un objetivo de bien común, y no para cerrarse en sí mismos. Este mismo objetivo de bien común del que Jesús es el primer seguidor, está a la base del v. 38. La idea del versículo es la siguiente: seguir a Jesús es seguirle por un camino de sufrimientos públicos y violentos.
CZ/LLEVAR:"Tomar la propia cruz" no es una expresión metafórica. La Cruz no es el medio y el símbolo de la unión mística del cristiano con Cristo. La cruz es el medio para hacer morir a Jesús y a sus discípulos. Jesús no prescribe a sus discípulos hacerse una cruz para seguirlo hasta el Calvario; pero tampoco alude a cualquier clase de sufrimientos más o menos vagos. Anuncia a sus discípulos la misma violencia y el mismo desprecio público que soportará él mismo. Por consiguiente, no se trata principalmente de cargar consigo mismo (identificando la persona con la cruz), ni de cargar para ofrecerlo a Jesús o aceptar tal o cual sufrimiento personal, ni de reconocerse culpable ante Dios, ni siquiera de imitar a Jesús, sino de prever y aceptar la soledad humana y la oposición violenta y cuasi oficial.
"Tomar la cruz" es lo que en el v. 39 viene expresado como "perder la vida". Son expresiones equivalentes para significar "morir de muerte violenta". Pero Jesús dice a su discípulo que esta disponibilidad hasta dejarse matar es la verdadera manera de ser uno mismo, de ganarse, de vivir.
En la línea del domingo anterior, el v. 39 es una palabra de ánimo a quien puede comprensiblemente experimentar el desánimo por lo difícil de la situación. En esta misma línea de levantar el ánimo están redactados los vs. 40-42. En medio de la oposición a manos de los religiosos de corte estrecho, el discípulo de Jesús debe saberse uno con Jesús y con el Padre, aunque por su situación sea pequeño (pobrecillo, traduce el texto litúrgico).
Dabar 1981/38



10.- Los vv. 37-39 tratan específicamente de la adhesión personal e íntima que hay que dar a Jesús para seguirle. Posteriormente, vv. 40-42, harán ver que esta adhesión íntima tendrá que hacerse totalmente pública. La visión que Jesús tiene de los lazos familiares no es negativa; solamente quiere decir que, cuando la familia, en el grado o nivel que sea, llega a constituir un obstáculo para el reino, es preciso romper y hacer una clara opción por Jesús. No se pone tanto el acento en una situación límite cuanto en lo absoluto del reino, en la total disponibilidad del que va por los caminos de la fe.
Este "cargar con la cruz" tiene un sentido muy concreto. Hace alusión al momento en que el condenado comenzaba el camino que le llevaba a la ejecución, el momento en que el delincuente cargaba en sus hombros el "patibulum" y abandonaba la sala del tribunal para salir a la calle ante la multitud hostil. Lo más terrible no es la ejecución al final del camino, sino el sentimiento de haber sido expulsado de la comunidad, de hallarse sin defensa y de ser objeto del desprecio general (Mischná, San 85 a). Seguir a Jesús significaría arriesgarse a un tipo de vida que es tan difícil como el del último camino del condenado a muerte.
Hay en la primera parte del libro de Job (/Jb/02/04) un curioso episodio: Satán se presenta ante Dios. Dios está orgulloso de la fidelidad de Job, pues aunque se le han arrebatado la familia y las posesiones, no ha renegado de Dios. Dice entonces Satán: "Uno da una piel por otra piel; por la vida, todo lo que tiene". Esto quiere decir la cosa tan común de que el hombre en peligro de muerte da todo lo que tiene, de no ser un necio, por salvar su vida. Jesús dice: un bien mayor que la vida, que es el evangelio.
Todo el que da su vida, en poco o en mucho, por causa del evangelio, de hecho, está ganando la vida de verdad.
v. 40: Estos versos son la gran conclusión de la instrucción a los apóstoles. Lo que es una adquisición personal, el conocimiento de la persona de Jesús, tienen que llegar a plenitud por la vida. Vivir la fe es construir la vida, no con una pretenciosa relevancia, sino con una sencilla colaboración. Así, dar hospitalidad al mensajero no es solamente recibir con los brazos abiertos al hermano, sino también acoger la palabra, aceptar el vivir como lo exige el compromiso adquirido ante Jesús. Palabras difíciles del evangelio, pero cargadas de esperanza.
Eucaristía 1978/30



11.- En estas palabras finales del discurso de misión podemos distinguir dos pequeñas secciones: en primer lugar, la necesidad que tiene aquel que es enviado de una adhesión personal a Cristo por encima de todo; y, en segundo lugar, la acogida que deben recibir los que son enviados.
--a) El hecho de colocar el amor a los padres y a los hijos y el amor a Cristo uno junto al otro, no significa de ninguna manera un desprecio para el primero. Lo que quiere subrayarse es la exigencia y el sentido de totalidad que debe tener el amor a Cristo. La exigencia del seguimiento de Cristo es tan fuerte que pone en juego a toda la persona, de tal modo que esta debe estar dispuesta a perder su propia vida, a renunciar a sí mismo. La exigencia del amor a Cristo parece que va aumentando en intensidad en estas sentencias iniciales: en caso de conflicto, el discípulo será lo suficientemente libre como para que el amor humano no sea un impedimento para seguir a Cristo. Y esta vida de seguimiento es definida como tomar la cruz juntamente con el Maestro, como signo de la actitud de entrega personal y de sufrimiento que esto lleva consigo. Esta actitud supone, evidentemente, no tener miedo a perder la propia vida -lo mejor que tiene el hombre- por fidelidad a Cristo. Esta actitud va acompañada de una promesa: estos serán los únicos que verdadera y definitivamente se apropiarán de la vida.
--b) "El enviado es igual que aquel que le envía". Las palabras de Jesús del versículo 40 ("el que os recibe a vosotros, me recibe a mí...") encajan perfectamente en esta idea corriente en el mundo judío. La dignidad le viene al discípulo de la palabra que le ha sido confiada por el propio Jesús, y, a través de Jesús, por el Padre. "Recibir" al discípulo no significará sólo ofrecerle hospitalidad, sino sobre todo aceptar la palabra de la que es portador. La actitud que se adopte para con el enviado es reflejo de la actitud que se tiene hacia Cristo.
Este principio enunciado por Jesús queda desarrollado en los dos últimos versículos que leemos. Se da a los apóstoles el nombre de "profeta" y "justo" y se subraya tanto la dignidad de aquel que es enviado como la del que lo recibe ("tendrá paga de profeta"). "Estos pobrecillos" puede referirse directamente a los apóstoles que son explícitamente enviados por Jesús, como también a todos los discípulos en general, en cuanto testigos de Jesús y del Reino; o quizá también se hace una referencia explícita a los más humildes y "pobrecillos" dentro de la comunidad, que, en tanto que discípulos de Cristo, participan de la mayor dignidad. Nada de lo que se haga a los discípulos o enviados del Cristo -y a través de ellos al propio Cristo- puede considerarse sin importancia.
Josep Roca



12.- Jesús no reclama el afecto de sus seguidores, porque no es un líder frustrado y frustrante que quiera acaparar el mundo del sentimiento de sus discípulos, sino colocar este en el marco objetivo de un horizonte último. Lo que pide Jesús es que sirvan a un objetivo para el bien común. La idea del versículo 38 es que seguir a Jesús supone un camino de sufrimientos públicos y violentos.
"Tomar la propia cruz" no es una metáfora, como si esa cruz fuera el símbolo y el medio para la unión mística del cristiano con Cristo. La cruz es más bien el medio para hacer morir a Jesús y a sus discípulos. Con lo cual no les prescribe Jesús que se hagan una cruz para llegar con él hasta el calvario, como tampoco alude a cualquier clase de sufrimientos más o menos vagos. Sencillamente anuncia que la violencia y el desprecio públicos se cebarán en el seguidor como lo han hecho en él.
Por tanto, no se trata de cargar consigo mismo (identificando la persona con la cruz) ni de cargar para hacer una ofrenda a Jesús de tal o cual sufrimiento ni de reconocerse culpable ante Dios imitando a Jesús. Sólo se trata de prever y aceptar la soledad humana y la oposición violenta por ser discípulo de Cristo.
Eucaristía 1993/31



13.- Como el domingo pasado, el evangelio de hoy nos sitúa en el contexto de las instrucciones de Jesús a los doce sobre la misión. Acaba de anunciar que la siembra del Evangelio es conflictiva: la opción por el Reino provoca inevitablemente divisiones. - "El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí": Un ámbito en el que los primeros cristianos ven cómo se reflejan estas divisiones es el de la familia. Como en el AT Yahvé es un Dios celoso, también ahora la fidelidad a Cristo no admite a su lado otras fidelidades que la puedan enturbiar. Los discípulos forman parte de una nueva comunidad que tiene unos lazos mas fuertes que los de la sangre.
- "El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí": Esta frase y la siguiente son palabras de Jesús que hallamos tanto en la fuente Q, común en Mateo y Lucas, como en el evangelio de Marcos. Es un dato que nos manifiesta que estamos ante la expresión de unos principios fundamentales de la vida cristiana.
Tomar la cruz no quiere decir aquí soportar los propios defectos, condicionamientos o sufrimientos, sino que indica la aceptación de la dificultad y de la persecución que sufre el discípulo de Cristo en su misión de testigo: seguir a Jesús implica cargar con su misma cruz.
- "El que encuentre su vida, la perderá, y el que pierda su vida por mí, la encontrará": Quizá el significado de esta otra palabra fundamental quedaría más claro traduciendo el término "psyche" no como "vida", sino como "el propio yo". Uno sólo puede encontrar la propia salvación entregándose totalmente a la causa de Cristo. El que se entrega a la propia causa se pierde.
- "El que os recibe a vosotros, me recibe a mí...": Hemos llegado al final de la instrucción de los doce. Es el momento de la alabanza para con aquellos que los recibirán, y recibirán por medio de ellos el mensaje. El mismo Jesús se identifica con ellos, está presente en quienes anuncian el Evangelio. Aquí los doce representan toda la comunidad de los discípulos, en la que hay "profetas", "justos" y "pobrecillos". Este último adjetivo los caracteriza de una forma muy conforme con la primera bienaventuranza (5,3). Quizás en el pensamiento del evangelista aquí está el recuerdo de todos aquellos nuevos miembros recién incorporados a su comunidad, procedentes del paganismo, y que son observados a distancia por los judeocristianos.
Joan Naspleda, Misa Dominical 1987/13



14.- EL FRAGMENTO DE MATEO
La reanudación de la lectura de Mateo la hacemos tomando el último trozo del capítulo 10, el "discurso de la misión". El texto tiene dos partes bien diferenciadas: las claras condiciones que Jesús pone al que quiera ser de los suyos, y el valor que tiene toda colaboración en la causa del Evangelio. El texto tiene su pleno sentido en la situación de la primitiva Iglesia, cuando todos los seguidores de Jesús se sienten realmente "enviados", y en cambio hay gente que, sin ser seguidores de Jesús, valoran la tarea de esos seguidores y les ayudan. Ahora la situación es diferente y por ello hay que adaptarlo (sin que esa adaptaci6n consista en hacer distinción entre los sacerdotes o los misioneros y después los "cristianos normales": ¡todo "cristiano normal" ha de ser seguidor y debe sentirse enviado!).
-Las condiciones de Jesús.
El lenguaje es radical, pero ciertamente que no es válido aplicarlo exclusivamente a algunos determinados cristianos. Ningún seguidor de Jesús, por ejemplo, puede pensar que el bienestar de sus hijos pase por encima de todo: los hijos han de ser educados no como superiores a otros niños o chicos que tienen menos posibilidades, sino que parte de su bienestar debe ser sacrificado como contribución solidaria a los que tienen menos; igualmente los padres no pueden quedar absorbidos totalmente por los hijos, sino que han de pensar también de qué manera contribuyen ellos a la causa del Reino de Dios. (También habría que hablar de la importancia que tiene que algunos cristianos renuncien a crear una familia por causa del Reino). Igualmente es condición aceptar "la cruz", que no sólo quiere decir de entrada resignarse ante las contrariedades, sino querer vivir según el Evangelio, como Jesús, aunque cueste y cree dificultades (aunque comporte la cruz).
-La acogida a los discípulos.
Esta segunda parte del texto nos la podemos aplicar desde dos ángulos distintos. Por un lado, nosotros somos discípulos "pobrecillos" que intentamos vivir y transmitir el Evangelio y que, en la medida en que lo hacemos, Jesucristo se identifica con nosotros, y eso ha de darnos mucho gozo y mucha confianza. Por otro lado, nosotros nos podemos sentir también como gente que únicamente es capaz de "dar un vaso de agua fresca", que sólo es capaz de acoger y ayudar la vida de discípulo y de enviado que hacen otros con mayor dedicación: también entonces Jesús nos dice que eso que hacemos, por poco que sea, no dejará de tener su paga.
Josep Lligadas, Misa Dominical 1990/14


miércoles, 21 de junio de 2017

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO XII TIEMPO ORDINARIO CICLO A - 25 JUNIO 2017

“NO TENGAN MIEDO”


ORACION COLECTA

Concédenos vivir siempre, señor en el amor y respeto a tu santo nombre, porque jamás dejas de dirigir  a quienes estableces en el sólido fundamento de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA

Lectura del Profeta Jeremías 20, 10-13

Dijo Jeremías: Oía el cuchicheo de la gente: «pavor en torno.». Delátenlos, vamos a delatarlo, mis amigos acechaban mis traspiés.  A ver si se deja seducir y lo violaremos, lo cogeremos y nos vengaremos de él.
Pero el Señor está conmigo, como fuerte soldado;  mis enemigos tropezarán y no podrán conmigo.  Se avergonzarán de su fracaso con sonrojo eterno que no se olvidará.  Señor de los Ejércitos, que examinas al justo y sondeas lo íntimo del corazón,  que yo vea la venganza que tomas de ellos, porque a ti encomendé mi causa. Canten al Señor, alaben al Señor, que libró la vida del pobre de manos de los impíos.

SALMO RESPONSORIAL (68)

Que me escuche tu gran bondad, Señor.

Por ti he aguantado afrentas, la vergüenza cubrió mi rostro. Soy un extraño para mis hermanos, un extranjero para los hijos de mi madre, porque me devora el celo de tu templo, y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí. R.

 Pero mi oración se dirige a ti, Dios mío, el día de tu favor;  que me escuche tu gran bondad, que tu fidelidad me ayude. Respóndeme, Señor, con la bondad de tu gracia; por tu gran compasión vuélvete hacia mí. R.

Miradlo los humildes y alegraos, buscad al Señor y vivirá vuestro corazón. Que el Señor escucha a sus pobres, no desprecia a sus cautivos. Alábenlo el cielo y la tierra, las aguas y cuanto bulle en ellas. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 5, 12-15

Hermanos: Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres porque todos pecaron...
Pero, aunque antes de la ley había pecado en el mundo, el pecado no se imputaba porque no había ley.
Pues a pesar de eso, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con un delito como el de Adán, que era figura del que había de venir.
Sin embargo, no hay proporción entre la culpa y el don: si por la culpa de uno murieron todos, mucho más, gracias a un solo hombre, Jesucristo, la benevolencia y el don de Dios desbordaron sobre todos.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 10, 26-33

En aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles: No tengan miedo a los hombres porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse.
Lo que les digo de noche díganlo en pleno día, y lo que les digo al oído pregónenlo desde la azotea.
No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? y, sin embargo, ni uno sólo cae al suelo sin que lo disponga su Padre. Pues ustedes hasta los cabellos de la cabeza tienen contados. Por eso, no tengan miedo, no hay comparación entre ustedes y los gorriones.
Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante  mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo.

COMENTARIO

¿Cuáles son nuestros miedos?. Ante todos esos “No tengan miedo, teman, no teman” del texto de hoy, Hay muchos más mártires en la actualidad que en los primeros tiempos de la iglesia y tenemos la tentación de olvidar a aquellos que teniendo razones muy poderosas para tener miedo  han podido dominar su miedo y estos son los misioneros heroicos del evangelio. Pero, ¿de que “miedo” me habla el evangelio?. No se trata de nuestros temores “personales”: miedo al sufrimiento, a la vejez o a las bombas inteligentes. El evangelio de hoy habla del miedo ante lo que pide la fe, miedo a comprometerse, miedo a trabajar en la catequesis o en un apostolado difícil, miedo a perder allí el tiempo, el dinero y  quizás el alma. Cuando Mateo escribió, su iglesia conocía toda clase de dificultades internas y de persecuciones externas. Presenta tres banderas en lo alto para entusiasmar nuestro corazón.
Primer estímulo: no tengan miedo de proclamar el evangelio. Durante su vida pública, Jesús no podía revelarlo todo, no habrían comprendido lo que él era, su mensaje fue progresando en la sombra. Pero también hubo una pascua y un Pentecostés. Los miedosos del viernes santo se hicieron líderes de un inmenso gentío. Deberíamos sumergirnos con frecuencia en esta atmósfera de seguridad y de audacia de los primeros cristianos (Lee Hechos de los Apóstoles). Nos ha  entrado un extraño miedo, miedo a ser “triunfalistas”, seguramente habría que volver a encontrar la modestia y la discreción,  pero no para hundirnos en un
cristianismo de mudos. En  medio   del griterío del mundo hay que hacer oír el grito del evangelio: “Proclamen  la buena nueva a todas las gentes a la luz del día, sobre los techos”. ¡Guerra al respeto humano!.
Probablemente nunca nos encontraremos ante verdugos decidido a hacernos pisotear el crucifijo, pero cuando sintamos la tentación de avergonzarnos de Cristo, por ejemplo en nuestro ambiente laboral, debemos recordar a tiempo su advertencia: “El que se pronuncie por mí ante los hombres, me pronunciaré yo también ante el Padre, al que me niegue ante los hombre, lo negaré yo a mi vez ante el Padre”.
Segundo estímulo a nuestros hermanos amenazados de tortura y de muerte: “Tampoco tengan miedo de los que matan el cuerpo, teman al que puede acabar con alma y cuerpo en el fuego”. Sólo hay que temer una cosa: que nos aparten de Cristo, que nos alejen de la vida eterna con Dios. Decir como San Pablo : “Si Dios  está por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Rom 8, 31). ¿Tenemos miedo ante todo de las cosas y de las personas que pueden debilitar nuestra fe?.
Tercer estímulo: tenemos un Padre en el cielo, Jesús con comparaciones sabrosas, nos dice verdades capitales: “Ni un gorrión cae al suelo sin que lo disponga el Padre de ustedes; hasta los pelos de su cabeza están contados”. ¿Es posible evocar mejor la providencia?. No se trata de la superorganización de un Dios ordenador, sino de la atención de un Padre que nos dice por medio de su Hijo: “Ya lo sabes, para mí vales más que todos los gorriones del mundo”.

PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos con toda confianza a Dios nuestro Padre, porque en Jesucristo nos ha mostrado que es paciente y rico en misericordia. Y damos. R.-Ten misericordia de tu pueblo, Señor.

1.- Para que la comunidad del pueblo de Dios sea una fuente de paz, de perdón y reconciliación, de nuevas oportunidades para el mañana. Ten misericordia de tu pueblo, Señor.

2.-  Parea que los Ministros de Dios, sean pacientes y humildes en el ministerio del sacramento del perdón; para que puedan llevar a su pueblo a la conversión y a la transformación del corazón. Ten misericordia de tu pueblo, Señor.

3.- Por lo que sufren, los enfermos, los desempleados, los prisioneros, para que a través de nosotros ellos sientan la fuerza del amor de Dios. Ten misericordia de tu pueblo, Señor.
4.- Para que en nuestras familias y comunidades estemos siempre atentos y apoyemos el bien que se hace, y no nos desalentemos por los defectos de los demás. Ten misericordia de tu pueblo, Señor.

5.- Para que nosotros, que venimos juntos a orar y a celebrar la nueva Alianza en la eucaristía, nos reconciliemos unos con otros y vivamos en paz y amistad.  Ten misericordia de tu pueblo, Señor.

Oh Dios y Padre nuestro, que tu palabra que hemos escuchado  juntos y la eucaristía en que participamos nos fortalezcan en un clima y espíritu de perdón, paz y unidad, en Jesucristo nuestro Señor

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza., para que, purificados por su poder, te agrademos con la ofrenda de nuestro amor. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Renovados con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, imploramos de tu bondad. Señor, que canto celebramos en cada eucaristía se4a para nosotros prenda de salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 26: Gn. 12, 1-9; Sal 32; Mt. 7, 1-5.
Martes 27: Gn. 13, 2.5-18; Sal 14, Mt. 7, 6.12-14.
Miércoles 28: Gn. 15, 1-12.17-18; Sal 104; Mt. 7, 15-20.
Jueves 29: Hch. 3, 1-10; Sal 18; Jn. 21, 15-19
Viernes 30: 
Sábado 01: Gn. 18, 1-15; Lc 1; Mt. 8, 5-17.
Domingo 02: 1Ry. 4, 8-11.14-16ª; Sal 88; Rm. 6, 3-4.8-11; Mt. 10, 37-42.


COMENTARIOS AL EVANGELIO
Mt 10, 26-33

1.- Texto. Una característica muy acusada de Mateo es el reordenar diversas palabras de Jesús formando unidades discursivas. El texto de hoy pertenece a la segunda de estas unidades, que abarca la totalidad del cap. 10. Hilo conductor de la unidad: dificultades de los doce para el cumplimiento de su misión dentro de Israel. Es importante subrayar que los horizontes de esta misión no son universales sino estrictamente locales. Así se señala explícitamente al comienzo de la unidad: "No vayáis al extranjero" (Mt 10,5). Se trata, pues, de una misión destinada al que, a estas alturas de la obra, aparece todavía como único y verdadero Pueblo de Dios. Subrayemos también lo siguiente: se trata de una misión destinada a quienes se profesan creyentes. De algunos de estos creyentes se ha dicho que son lobos. "Os mando como ovejas entre lobos" (Mt 10, 16). Con estos antecedentes no tiene, pues, nada de extraño que los enviados puedan sentir miedo. De ahí la triple invitación "no tengáis miedo" (vs. 20, 28 y 31). En realidad el texto de hoy puede calificarse de esfuerzo de Jesús con vistas a lograr que los enviados superen el miedo que sin duda sentirán en el decurso de la misión. El texto enumera diversas razones para superar el miedo.
La primera razón es de corte sapiencial-proverbial. Son los vs. 26 y 27. Nada hay cubierto que no deba descubrirse, ni escondido que no deba saberse (vs. 26). La razón tiene un innegable aire indefinido. Tal vez por ello no hay que buscar detrás de ella un sentido particularizado sino una impresión global que se trata de transmitir. Su conexión con el v. 27 permite entenderla en el sentido de que el proceso desencadenado por la palabra de Jesús es irreversible y nadie lo puede detener, por más obstáculos que ponga.
Segunda razón. v. 28. No es a los hombres sino a Dios a quien hay que temer.
Tercera razón. Vs. 29 y 30. Los enviados han de saber que cuentan con la protección y cariño de Dios. Versículos muy logrados debido a la plástica de las imágenes empleadas. Los tres últimos versículos no son, propiamente hablando, razones para superar el miedo. Incluso a nivel de formulación son distintos de los anteriores. "Todo el que se ponga de mi parte, todo el que me niegue". La formulación general e impersonal abre el texto a situaciones y tiempos que trascienden el mero momento histórico de los doce. La misión tiene que ver con la persona de Jesús. Se trata de una novedad importante dentro de Israel. Asumirla o rechazarla no es indiferente.
Sugerencias para el comentario:
-Los obstáculos a la Palabra de Dios surgen en el interior mismo del Pueblo de Dios. -El texto no tiene en cuenta una dialéctica creencia-increencia, sino una dialéctica entre diversas formas de creencia dentro del propio Pueblo de Dios.
-Ser cristiano y ser religioso no se confunden. Pueden ser actitudes diferentes e incluso contrapuestas.
-Israel e Iglesia son términos intercambiables. Lo acontecido en Israel es perfectamente repetible en la Iglesia.
Alberto Benito, Dabar 1987/34



2.- Observación metodológica.
Un evangelio es una composición literaria formada por unos relatos que previamente habían tenido una razón de ser y un sentido autónomos. Surgidos aisladamente en otro tiempo, estos relatos fueron recogidos más tarde por un autor, reuniéndolos en vastos conjuntos. Debido a esta conjuntación, la interpretación de los relatos debe hacerse a partir del marco de tales conjuntos y según el puesto que a cada uno le asignó el autor dentro de ellos, pudiendo muy bien suceder que un relato tenga ahora un sentido distinto al que tuvo en su existencia pre-literaria.
La tarea de la exegesis es descubrir este nuevo sentido que el relato adquiere como pieza del engranaje literario. Esta toma de conciencia literaria es relativamente reciente. De ahí que los resultados de la exegesis puedan parecer a algunos poco tradicionales. Contexto.
A la proclamación de las líneas maestras del Reino de los Cielos (caps. 5-7), Mateo hace seguir una serie de relatos, fundamentalmente curaciones, a través de los cuales quiere poner de manifiesto el significado de esas lineas.
Literariamente hablando, los caps. 8-9 son dramatizaciones.
En ellas ha ido apareciendo por vez primera en la obra una oposición a Jesús. Esta oposición viene representada por los letrados, los fariseos y los discípulos de Juan. Es una oposición religiosa, que termina acusando a Jesús de no religioso, de demoníaco (cfr. Mt. 9, 34). Acto seguido, Mateo elabora un cuadro de contrarréplica que comienza en 9, 35: los grupos religiosos están creando personas maltrechas y derrengadas; son necesarias nuevas personas religiosas, nuevos trabajadores que no agobien ni abrumen. Dentro del cuadro de contrarréplica, el cap. 10 lo componen una serie de palabras de recomendación, de aviso y de ánimo.
Sentido del texto.
La unidad temática y el tono de las palabras están perfectamente marcados por la triple exhortación a no tener miedo (vs. 26, 28 y 31).
Miedo ¿a quién? Texto litúrgico: a los hombres. Inexacto. El contexto indica que no se trata de los hombres en general sino de los hombres religiosos (cfr. Mt. 10, 25 y 9, 34). Son los hombres del fundamentalismo religioso. Es la oposición religiosa que Mateo ha ido haciendo aparecer a lo largo de los caps. 8 y 9 como contra-personaje de Jesús.
¿Quién no tiene que tener miedo? Los apóstoles. Exacto. Pero en Mateo este término no tiene sentido jerárquico. Designa la totalidad de los discípulos de Jesús y que Mateo reduce significativamente a doce: frente al viejo Israel de las doce tribus, el nuevo Israel de los doce.
El nuevo Pueblo de Dios no debe tener miedo a los fundamentalistas religiosos. Tres razones. Primera: la concepción religiosa de Jesús seguirá adelante a pesar de la oposición también religiosa de los fundamentalistas (vs. 26-27). Segunda: Estos acudirán incluso a métodos mortales (v. 28a). Pero la integridad física no da la medida de la persona. La integridad personal no se agota con la integridad física. La integridad personal no la mata ni siquiera el arma mortífera del fundamentalista religioso. No es a éste a quien hay que tener miedo, sino a Dios, porque es Dios quien da la verdadera medida de la persona (v. 28b). Ahora bien, ¡Dios está de vuestra parte, pequeño rebaño! ¡Dios es padre! La perdida de la integridad física no os debe asustar. Esta pérdida tiene un sentido y Dios no está ausente. Con los vs. 29-31 Mateo trata de salir al paso de una concepción judicial y terrorífica de Dios que el vs. 28 podría aparentemente sugerir.
Los vs. 32-33 añaden una tercera razón por la que el nuevo Pueblo de Dios no debe tener miedo a los correligionarios intransigentes: Jesús mismo sale garante del nuevo Pueblo.
A la solidaridad por Jesús, éste corresponde con su solidaridad ante el Padre. Solidario con la suerte adversa del Maestro, el discípulo puede llegar a experimentar desánimo y ganas de retirarse.
El texto de hoy quiere salir al paso de este comprensible estado de ánimo, infundiendo en el discípulo ilusión y esperanza contra toda esperanza.
Dabar 1981/37



3.- Reemprendemos el evangelio de Mateo en la última parte de las instrucciones dadas por Jesús a los Doce cuando los envía, que vamos a leer hoy y el próximo domingo. Y estas sentencias de Jesús deben leerse sobre la base de la misión. El evangelio de hoy está dominado por los imperativos que se hacen a los discípulos: no tengáis miedo (a los hombres, a los que matan el cuerpo, porque valéis más que los gorriones) y temed (al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo).
La fe y la adhesión personal de los discípulos a Jesús deben manifestarse en la proclamación abierta y clara del mensaje del Maestro. El motivo por el cual el creyente-testigo no debe temer es que aquéllos que se oponen al mensaje no tienen un poder real sobre la vida ("matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma" = vida). El único dueño y señor de la vida y el que tiene poder sobre ella es Dios; si acaso es a El a quien debe "temerse", puesto que solamente El decide el destino de salvación o de condenación de cada hombre según la actuación de éste con respecto a los demás.
Un segundo motivo para no tener miedo dando testimonio de Cristo es la confianza en el Padre. Si su providencia llega incluso a los seres a los que apenas damos valor, mucho más tiene en cuenta la vida de cada hombre. No es que el Padre desee la muerte del discípulo o testigo de Cristo; lo que quiere el Padre es que este mensaje de amor llegue a todos. La muerte, si viene por esta causa, es el sello de este testimonio y Dios está presente -como lo estuvo en la Cruz- en aquél que da este testimonio, dándole la vida y la salvación definitivas.
La vida o la muerte, la salvación o la perdición definitiva de cada persona depende de la postura que cada uno tome ante Cristo. Lo que debe decirse a pleno día y pregonarse desde la azotea para que todos puedan oírlo es básicamente que se pertenece a Cristo, que somos solidarios con El por la adhesión de fe, de amor, de entrega personal. A este reconocimiento o confesión pública que el discípulo hace de Cristo corresponde un reconocimiento que Cristo hace del discípulo ante el Padre: así, el destino final de cada hombre depende de la palabra de reconocimiento o negación que Cristo pronuncia sobre él ante el Padre.
(Mt es el único evangelista sinóptico que habla aquí directamente del "yo" y no usa la expresión "el Hijo del Hombre", insistiendo así en la autoridad definitiva del mismo Jesús. Véase también este texto en relación con Mt 25).
Josep Roca, Misa Dominical 1981/13