martes, 30 de octubre de 2018

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO XXXI T.O. CICLO B - 4 NOVIEMBRE 2018


AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS Y A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO


ORACION COLECTA

Dios de poder y misericordia, de quien procede el que tus fieles te sirven digna y meritoriamente, concédenos avanza sin obstáculos hacia los bienes que nos prometes. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Deuteronomio 6, 2-6

En aquellos días, habló Moisés al pueblo, diciendo: «Teme al Señor, tu Dios, guardando todos sus mandatos y preceptos que te manda, tú, tus hijos y tus nietos, mientras viváis; así prolongarás tu vida. Escúchalo, Israel, y ponlo por obra, para que te vaya bien y crezcas en número. Ya te dijo el Señor, Dios de tus padres: "Es una tierra que mana leche y miel.".
Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas.
Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria.».

SALMO RESPONSORIAL (17)

Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.

Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza; Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. R.

Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte. Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre de mis enemigos. R.

Viva el Señor, bendita sea mi Roca, sea ensalzado mi Dios y Salvador. Tú diste gran victoria a tu rey, tuviste misericordia de tu Ungido. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta a los Hebreos 7, 23-28

Hermanos: Ha habido multitud de sacerdotes del antiguo Testamento, porque la muerte les impedía permanecer; como éste, en cambio, permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa. De ahí que puede salvar definitivamente a los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive siempre para interceder en su favor.
Y tal convenía que fuese nuestro sumo sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo.
El no necesita ofrecer sacrificios cada día —como los sumos sacerdotes, que ofrecían primero por los propios pecados, después por los del pueblo—, porque lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.
En efecto, la Ley hace a los hombres sumos sacerdotes llenos de debilidades. En cambio, las palabras del juramento, posterior a la Ley, consagran al Hijo, perfecto para siempre.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Marcos 12, 28b-34

En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: « ¿Qué mandamiento es el primero de todos?».
Respondió Jesús: «El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser." El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” No hay mandamiento mayor que éstos.».
El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios.».
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios.». Y nadie se abrevió a hacerle más preguntas.

PLEGARIA UNIVERSAL

Pidamos a Dios que escuche nuestras oraciones y bendiga al mundo. Digamos: Danos tu bendición.

1.- Para que el Santo Padre, sacerdotes, religiosos y agentes de pastoral seamos testigos y promotores de fraternidad. Roguemos al Señor.

2.- Para que los sacerdotes de nuestras comunidades, sigan el ejemplo de Cristo, que entregando su vida en sacrificio por todos, llego a ser Sumo y eterno sacerdote. Roguemos al Señor.

3.- Par que el amor fraterno propio de la vida cristiana, resplandezca con actitudes concretas de acogida y bondad en medio de una sociedad donde vivimos los unos ajenos a los otros. Roguemos al Señor.

4.- Para que los padres de familia mediante la comprensión y el dialogo, puedan superar las dificultades de cada día y ser ejemplo para sus hijos. Roguemos al Señor.

5.- Para que quienes participamos hoy en la celebración eucarística, seamos fortalecidos en la fe y en el amor fraterno. Roguemos al Señor.

Padre, danos tu bendición y por los méritos de Jesucristo, Sumo y Eterno sacerdote, escucha nuestras oraciones y graba tu ley en nuestro corazón.

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Que este sacrificio Señor sea para ti una ofrenda pura y para nosotros, una efusión santa de tu misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Te pedimos Señor, que aumente en nosotros la acción de tu poder, para que, alimentados con estos sacramentos del cielo, nos preparemos para tu gracia, a recibir tus promesas. Por Jesucristo nuestro Señor.

COMENTARIO

La pregunta que el rabino dirige a Jesús no es extraña ni inútil. El judaísmo del tiempo de Jesús enumeraba 613 mandamientos, 365 negativos y 248 positivos. Los grandes rabinos se esforzaban por encontrar un principio que los unificara. El problema no era sólo intelectual. Quería establecer una jerarquía entre los diversos preceptos y simplificar la vida espiritual. El evangelio de este domingo deja entender que esta búsqueda del mandamiento máximo, apreciada por los cristianos, n   o era entonces monopolio de ellos. Judíos y escribas, que habían llegado a las mismas conclusiones, sabían dar al mandamiento del amor una prioridad casi exclusiva. En esto seguían el ejemplo del Deuteronomio, que había afirmado la sencillez de las exigencias contenidas en la palabra de Dios: "La Palabra está bien cerca de ti, está en tu boca y en tu corazón para que la pongas en práctica".
Esta preocupación tradicional se prolongaba en los cristianos; con mayor razón se explica el elogio hecho al escriba, de no encontrarse lejos del Reino. Antes de insistir de nuevo en esta apreciación elogiosa formulada por Jesús, señalemos que el letrado la mereció por dos motivos; tiene un sentido muy exacto de la moral evangélica: primero es el mandamiento del amor, no hay nada mayor que él; y sitúa correctamente el precepto del amor respecto de las prácticas del culto. Es muy digno de atención este judío; en puntos esenciales supo adoptar las mismas posiciones originales que parece haber adoptado y defendido Jesús. En varias ocasiones recordó Jesús que el precepto sabático era secundario con relación al del amor y su crítica del comportamiento de los judíos en el Templo, debió de inspirarse en la frase de Oseas, citada dos veces por Mateo: "Misericordia quiero, que no sacrificio", parecida a la observación hecha por el letrado. La respuesta de Jesús combina dos textos de la Ley Dt 6, 4-5 y Lv. 19, 18. Con ellos formula el primero y más fundamental de los mandamientos: amar a Dios y a los hombres. Esto finaliza, pues, con elogio a este judío fiel; por haber sabido dar al amor el primer lugar, Jesús le considera cercano al Reino. No se debe echar en saco roto este elogio, otorgado a uno de aquellos escribas a los que ordinariamente el Evangelio juzga con severidad. Esta alabanza invita a matizar el cuadro de los interlocutores de Jesús, que los autores nos han transmitido. Y sobre todo, recuerda a los discípulos de Jesús que no tienen ellos el monopolio del Reino. Por caminos inesperados, se acercan a él otros, de los que se había pensado que estaban lejos. La lectura de hoy muestra además que gente que no oyó la predicación evangélica, sin embargo sabe abrir su vida a un amor auténticamente evangélico. Elocuente elección para quienes, habiendo oído esta predicación, quizá no alcanzaron el mismo nivel.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 05: Flp 2, 1-4; Sal 130; Lc 14, 12-14.
Martes 06:    Flp 2, 5-11; Sal 21; Lc 14, 15-24.
Miércoles 07: Flp 2, 13-18; Sal 26; Lc 14, 25-33.
Jueves 08:   Flp 3, 3-8ª; Sal 104, Lc 15, 1-10.
Viernes 09: Ez 47, 1-2.8-9.12; (1Co 3, 99b.11-16-179; Sal 45; Jn 2, 13-22.
Sábado 10: Flp 4, 10-19; Sal 111; Lc 16, 9-15.
Domingo 11: 1R 17, 10-16; Sal 145; Hb 9, 24-28, Mc 12, 38-44.

COMENTARIOS AL EVANGELIO
Mc 12, 28b-34

El monoteísmo es al mismo tiempo afirmación de libertad y de dependencia.
Ningún otro Señor fuera del único Dios: eso es la libertad. Pero existe un Señor y hay que amarlo por encima de todo, perteneciéndole por completo: esto es la dependencia. El hombre no tiene que hacerse esclavo de los hombres, pero tampoco tiene que erigirse a sí mismo en señor. La libertad consiste en la obediencia al único Señor verdadero. La primacía de Dios no anula el amor al prójimo, sino que lo libera. El prójimo no es nuestro Dios. Nos convertiríamos entonces en esclavos suyos y andaríamos mendigando su apoyo; ya no habría profetas, sino demagogos. Si adorásemos al hombre, acabaríamos traicionándolo: nuestro amor a él no sería ya libre, desinteresado, crítico, salvífico. El hombre se convertiría en nuestro ídolo, buscaríamos su aprobación y nos prostituiríamos en su presencia. Amar al prójimo por Dios no significa instrumentalizar al hombre con vistas a Dios; significa amarlo con la libertad de Dios, con su amor fuerte y crítico; significa ser capaces, si el amor así lo pide, de permanecer solos, rechazados y crucificados por los demás.
Louis Monloubou, Leer y predicar el evangelio de Marcos, Edit. Sal Terrae Santander 1981.Pág. 176)



3.- A diferencia de lo que dice Mateo (22, 34-40), este letrado no se presenta con ánimo de disputa, sino para hacer a Jesús una auténtica pregunta. En las escuelas rabínicas se distinguía entre mandamiento "graves" (o de peso) y "leves". Por otra parte, se contaban hasta 248 preceptos positivos y 365 prohibiciones legales. Así que estaba perfectamente justificado que los rabinos investigaran cuál de todos estos mandamientos era realmente importante, cuál era el primero y principal y como el resumen de todos.
Jesús responde citando al pie de la letra el pasaje del Dt 6, 4s (cfr. primera lectura), pero añade inmediatamente el mandamiento del amor al prójimo, que en el A.T. se halla en otro contexto (Lv 19, 18). Para Jesús ambos mandamientos son como uno solo: "No hay mandamiento mayor que éstos". Y es que no se puede amar a Dios sin amar al prójimo (cfr. 1 Jn 4, 20). En este mandamiento del amor se funda la única piedad verdadera.
Así lo reconoce el letrado que le ha hecho la pregunta, por eso subraya que cumplir este mandamiento vale más que "todos los holocaustos y sacrificios". Los judíos no pretendían, claro está, una religión sin exigencias morales y veían que entre el mandamiento primero del amor a Dios y el precepto de amar al prójimo existía una conexión necesaria. Incluso entendían que el amor al prójimo fuera como un resumen de la Ley; así, por ejemplo, se atribuye al rabino Hillel esta sentencia: "No hagas al otro lo que no deseas para ti. Esto es toda la Ley. El resto es interpretación". Con todo, no estaba claro en las escuelas rabínicas quién debía ser tratado como prójimo (cfr. Lc 10, 29-37) y, en general, creían que el prójimo era solamente el paisano, pero no el extranjero. Por otra parte, la conexión entre los deberes religiosos para con Dios y las obligaciones morales para con el prójimo se entendía a veces de un modo muy extrínseco: la "justicia" consistía sobre todo en el cumplimiento de las prescripciones cultuales y el amor al prójimo quedaba reducido a la limosna, en caso de conflicto prevalecía el culto a la atención de las necesidades del prójimo (en la parábola del buen samaritano los sacerdotes y levitas pasan de largo porque temían contraer una impureza ritual, tocando al que pensaban cadáver, que les inhabilitaría para dar culto a Dios).
Jesús reúne ambos mandamientos en un solo mandamiento del amor, de suerte que el verdadero culto no puede separarse ya de la atención a las necesidades ajenas. Además enseña que el prójimo es cualquier necesitado que encontremos en nuestro camino. En esta misma línea, Santiago afirmará rotundamente que "la religión pura e intachable a los ojos de Dios" es cuidar del prójimo en sus necesidades (Sant 1, 27).
Eucaristía 1976, 58



4.- Texto. Después de varios domingos de caminar hacia Jerusalén, el texto de hoy nos sitúa en Jerusalén y en el Templo, al que Marcos ha desposeído de su privacidad judía confiriéndole alcance universal (Mc. 11, 15-19). En este marco se suceden después conversaciones al más alto nivel. Hoy interviene un jurista, favorablemente impresionado por las respuestas precedentes de Jesús. A diferencia de Mateo, Marcos quita a su intervención cualquier segunda intención. Entre el jurista y Jesús existe coincidencia total de puntos de vista y reconocimiento recíproco de esa coincidencia. El jurista considera las palabras de Jesús ajustadas a verdad; Jesús, por su parte, considera sensatas las palabras del jurista. No se percibe entre ellos el más mínimo atisbo de tensión o de discrepancia. Las palabras finales de Jesús confirman el clima de entendimiento mutuo: no estás lejos del reino de Dios.
Comentario. Una recopilación de antiguas tradiciones judías relata la historia de un gentil que quería convertirse a la fe judía a condición de que la totalidad de esa fe le fuera explicada en el tiempo que él pudiera resistir parado sobre un sólo pie. El rabino-Hillel aceptó el reto y le dijo: "No hagas a tu prójimo aquello que odiarías que lo hicieran a ti mismo. Esta es la totalidad de la Torà (Ley).
El resto no son sino comentarios. Ve y estudia". La historia ilustra la necesidad de encontrar un principio ordenador que de alguna manera articulara y diera vida a la múltiple variedad de las 613 prescripciones contabilizadas en la Torá.
A primera vista ésta parece ser también la intención del texto de hoy. El especialista judío en Torá (esto era un letrado o jurista) pregunta a Jesús por la quinta esencia de la voluntad de Dios. Sin embargo, en el contexto de toda la obra de Marcos, creo que el texto obedece a una problemática diferente. Hasta ahora el autor ha puesto de manifiesto que el Reino de Dios es una realidad abierta a todos, no sólo a los judíos, y que esta realidad pasa por la muerte-resurrección de Jesús.
La estancia de Jesús en Jerusalén es para Marcos algo más que un hecho histórico: representa el momento culminante de la llegada del Reino de Dios, precisamente por ser en Jerusalén donde Jesús muere y resucita.
Las conversaciones al más alto nivel mantenidas con anterioridad a la de hoy han podido producir la impresión de que entre judíos y cristianos no hay posibilidad de entendimiento.
La conversación de hoy niega y contrarresta esa impresión. El especialista judío y Jesús hacen la misma lectura de la Escritura santa y sacan las mismas consecuencias: el descubrimiento de Dios provoca una reacción-respuesta de amor a ese Dios descubierto y de amor a los demás, a la vez que relativiza el sistema cultual y nacionalista del Templo.
En estas condiciones el especialista judío está preparado para comprender que el Reino de Dios pasa por la muerte-resurrección del Enviado de Dios, pero sobre todo está preparado para recorrer también él ese camino de muerte-resurrección.
A este respecto es absolutamente imprescindible recordar que Reino de Dios y salvación son realidades diferentes, que no se deben intercambiar ni confundir. En el evangelio de Marcos Reino de Dios es el camino de muerte y resurrección recorrido por Jesús y que está abierto a todos. Para la delimitación de estos conceptos remite al comentario de Mc. 10, 17-30.
A. Benito, Dabar 1988, 54



5.- El texto se presenta como una discusión entre Jesús y el rabino, pero en el fondo supone el ambiente de la primitiva comunidad judeo-cristiana. La comunidad ha visto en esta discusión algo más que un ejemplo clásico de disputa doctrinal entre dos rabinos. Ha concebido el amor de Dios revelado en Jesús como la liberación de la ley con vistas a una vida inspirada en el amor desinteresado.
HORIZONTALISMO VERTICALISMO: La pregunta que el rabino dirige a Jesús no es extraña ni inútil. El judaísmo del tiempo de Jesús enumeraba 613 mandamientos, 365 negativos y 248 positivos. Los grandes rabinos se esforzaban por encontrar un principio que los unificara. El problema no era sólo intelectual. Quería establecer una jerarquía entre los diversos preceptos y simplificar la vida espiritual. La respuesta de Jesús combina dos textos de la Ley Dt 6, 4-5 y Lv 19, 18. Con ellos formula el primero y más fundamental de los mandamientos: amar a Dios y a los hombres.
Así se superan todos los esquemas y oposiciones entre verticalismo y horizontalismo. Con la encarnación de Cristo, Dios se ha hecho el más pequeño de los hermanos. Ya no se puede establecer relación con Dios ignorando la relación que él ha establecido con el hombre. El amor no es horizontal ni vertical. Sólo conoce la dimensión de la profundidad y de la totalidad. El cristiano tiene que regirse por la ley del amor. El amor relativiza la ley y la eleva sobre sí misma.
Pero surgen unos interrogantes. ¿Se puede amar a Dios y al hombre a la vez?; ¿se puede creer en el cielo? Quien no ha llegado a la síntesis propuesta por Jesús se entrega a ratos a Dios y a ratos a los hombres u opta por Dios o por los hombres. El evangelio dice que hay que integrar Dios y hombre.
Pere Franquesa, Misa Dominical 1985, 21



6.-ESPIRITUALISMO TEMPORALISMO
Y ahora, tras la presentación de fariseos, herodianos y saduceos, aparece un escriba de buena voluntad. Jesús ha comprendido que su pregunta es sincera y por eso no tiene ninguna dificultad en responder directa y claramente.
La unión del primer mandamiento con el segundo había sido ya hecha en el seno del judaísmo; pero el sentido universal del "prójimo" no parece que fuera corriente en la teología hebrea: "prójimo" era el que pertenecía al pueblo elegido o al menos un prosélito que aceptaba las reglas del juego.
El escriba añade una cosa muy querida a nuestro evangelista: el culto no tiene valor en sí si no está estrechamente vinculado con el amor al prójimo. Jesús finalmente reconoce que también entre los escribas había algunos que no estaban lejos del reino de Dios.
A lo largo del cristianismo quedará siempre viva la polémica sobre la rivalidad entre el primero y el segundo mandamiento. Sobre todo, nosotros los occidentales no logramos captar toda la dialéctica que une inseparablemente ambos mandamientos.
Hablamos de verticalismo (hacia Dios) y de horizontalismo (hacia el prójimo), de antropocentrismo versus teocentrismo, sin comprender que lo más esencial del cristianismo es precisamente la combinación dialéctica entre Dios y el prójimo.
El verticalismo teocéntrico se muestra en un tipo de piedad introvertida, que huye del "mundo" y se refugia para siempre en lugares solitarios. La historia del cristianismo presenta ejemplos verdaderamente sorprendentes en su permanencia. Hemos de reconocer que el cristianismo ortodoxo es el que más ha sobresalido en este aspecto: un ejemplo insigne de ello lo tenemos en la "sagrada península" del Monte Atos, que todavía perdura después de mil años. Entre los católicos la vida monástica ha tenido muchos avatares y ha ido sufriendo los inevitables cambios de la sociedad en la que estaba inserta.
Sin embargo, la discusión sigue teniendo gran validez. Hoy ha sido muy frecuente que los hombres "religiosos" -o sea, practicadores de ciertos ritos venerables- sean los más alejados de una sensibilidad frente al prójimo de turno. En el mejor de los casos, conservan de "prójimo" una idea anacrónica, reduciéndolo al mendigo servil que circulaba por las viejas ciudades de tipo cuasifeudal.
Por otra parte, el horizontalismo antropocéntrico ha subrayado excesivamente la dimensión del hombre a costa de la búsqueda de algo mayor que el hombre. Y en un primer momento ha logrado algo positivo: la desaparición del "dios" opresor que impedía al hombre realizarse y plenificarse, pero, al confundir este "dios" con "Dios", ha sido causa de que por la parte trasera volvieran otros dioses "vestidos de paisano".
Actualmente en la crisis del mundo católico y protestante es fácil observar que el militante cristiano que descubre al hombre -a través de una lucha política de liberación- se cree obligado maniqueamente a abandonar su fe cristiana, dejando así libre el campo a los adversarios, que manipulan esta fe para sus fines egoístas y para ello financian suntuosamente el aspecto "vertical" del cristianismo, detrás del cual ocultan sus inconfesados intereses.
Comentarios A La Biblia Liturgica NT, Edic Marova/Madrid 1976.Pág. 1192 Ss.



7.- Estamos ya en Jerusalén, después del Domingo de Ramos, y durante tres domingos leeremos tres enseñanzas que marcan los últimos días de Jesús.
El texto de hoy es una síntesis importante del mensaje de Jesús. Ante la cuestión (muy discutida en el ambiente de los doctores de la Ley) sobre qué mandamiento es el primero de todos, Jesús recoge la afirmación de fe que todo israelita conocía y consideraba básica (la Shemá: cf. primera lectura). Pero a la vez añade otro precepto que se encuentra en Levítico 19,18, que une al amor a Dios, de manera inseparable, el amor a los demás. El texto del Levítico presupone que todo el mundo se ama a si mismo (y no lo critica), y a partir de ahí pide que todo lo bueno que uno desea para sí mismo lo desee y promueva también para los demás; originariamente éste era un texto que se refería sólo al amor a los miembros del propio pueblo, pero con el tiempo se extendió al menos a los extranjeros que vivían en Israel.
Es notable en la escena de hoy la buena sintonía entre Jesús y el escriba. La respuesta "Muy bien, Maestro", y la repetición y reafirmación que a continuación el mismo escriba hace de lo que ha dicho Jesús, denotan que aquel hombre había asumido personalmente los mismos criterios de Jesús: no es sólo considerar acertado lo que dice Jesús, es asumirlo personalmente.
Y en eso consiste, al fin y al cabo, la fe y el seguimiento de Jesús.
J. Lligadas, Misa Dominical 1994, 14


viernes, 26 de octubre de 2018

LECTURA Y COMENTARIO DOMINICAL DOMINGO XXX (SEÑOR DE LOS MILAGROS) - T.O. CICLO B - 28 OCTUBRE 2018


FIESTA DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS


ORACION COLECTA

Oh Dios y Padre nuestro, en tu Hijo Unigénito, que es para nosotros el Señor de los Milagros, nos ofreces una ayuda y protección singular, perdona y acoge a tus hijos suplicantes, para que quienes nos sentimos agobiados por los sufrimientos experimentamos constantemente tu clemencia y la paz de tu perdón.  Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Números 21, 4b-9

En aquellos días, el pueblo estaba extenuado del camino, y habló contra Dios y contra Moisés: «¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náusea ese pan sin cuerpo.».
El Señor envió contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murieron muchos israelitas.
Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo: «Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes.»
Moisés rezó al Señor por el pueblo, y el Señor le respondió: «Haz una serpiente venenosa y colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla.».
Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a uno, él miraba a la serpiente de bronce y quedaba curado.

SALMO RESPONSORIAL (83)

Dichosos los que viven en tu casa, Señor.

¡Qué amables son tus moradas, Yahvé Sebaot! Mi ser languidece anhelando los atrios de Yahvé; mi mente y mi cuerpo se alegran por el Dios vivo. R.

Hasta el gorrión ha encontrado una casa, para sí la golondrina un nido donde poner a sus crías: ¡Tus altares, Yahvé Sebaot, rey mío y Dios mío!. R.

Dichosos los que moran en tu casa y pueden alabarte siempre; dichoso el que saca de ti fuerzas cuando piensa en las subidas. R.

Al pasar por el valle del Bálsamo, lo van transformando en hontanar y las lluvias lo cubren de bendiciones. Caminan de altura en altura, y Dios se les muestra en Sión. R.

Vale más un día en tus atrios que mil en mis mansiones, pisar el umbral de la Casa de mi Dios que habitar en la tienda del malvado. R.

Porque Yahvé es almena y escudo, él otorga gracia y gloria; Yahvé no niega la felicidad al que camina con rectitud. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta  del apóstol san Pablo a los Filipenses 2, 5-12

Tengan entre ustedes los mis  sentimientos que Cristo. El cual siendo de condición divina, no considero esta igualdad con Dios como algo que debía guardar celosamente: al contrario, se anonado a sí mismo, tomando la condición  de servidor y haciéndose semejante a los hombres. Y presentándose con aspecto humano, se humillo hasta aceptar por obediencia la muerte  y muerte de cruz.
Por eso, Dios lo exalto y le dio el Nombre que esta sobre todo Nombre, para que al nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y toda lengua proclame par gloria de DIOS Padre: “Jesucristo es el Señor”.
Así pues, queridos míos, de la misma manera que han obedecido siempre no solo cuando estaba presente, sino mucho más ahora que estoy ausente, trabajen con sumo cuidado por su salvación.

EVANGELIO

Lectura del Santo Evangelio según San Juan 3, 11-17.

En verdad, en verdad te digo que hablamos lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no recibís nuestro testimonio. Si les he hablado de las cosas terrenales, y no creen, ¿cómo creen si les hablo de las celestiales?. Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, es decir, el Hijo del Hombre que está en el cielo. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que sea levantado el Hijo del Hombre, para que todo aquel que cree, tenga en El vida eterna.  Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna.  Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.  El que cree en Él no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.  Y este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, pues sus acciones eran malas. Porque todo el que hace lo malo odia la luz, y no viene a la luz para que sus acciones no sean expuestas. Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que sus acciones sean manifestadas que han sido hechas en Dios.

COMENTARIO

Cada año el 18, 19 y 28 de octubre las multitudes de todas las razas y condiciones sociales celebran juntas la procesión del Señor de los Milagros, no solo en Perú sino en donde quiera que se encuentren comunidades peruanas. Las calles se visten de morado para celebrar al Señor que tanto nos ama que se entregó en la cruz por nosotros.
En la procesión nos unimos a la Virgen Madre y a San Juan con dolor pero con profunda gratitud y alegría por la salvación y la vida nueva otorgada por El Señor. Ese es el mayor de los milagros. Se le llama también el "Cristo Moreno" y el "Cristo de Pachacamilla". Es una historia bastante larga, pero podríamos sintetizarla así:
1640: El esclavo Benito de Angola pinta la imagen del Cristo Crucificado (Señor de los Milagros). 1650: Los negros angolas fundan una cofradía para venerar la imagen. 1655: Ocurre un gran terremoto en Lima, pero la pared con la imagen no sufrió daño. 1670: Se la atribuyen las primeras los devotos de la imagen. 1680: Sor Antonia Lucía del Espíritu Santo funda el Instituto Nazareno. 1687: Ocurre otro gran terremoto en Lima, pero la imagen salió indemne
1766: El virrey Manuel Amat y Juniet inicia la construcción de la Iglesia de las Nazarenas quien impulsó la obra. Primero, solicitando limosnas, luego examinando planos y velando porque el templo quede a la perfección, para el Patrón de la ciudad. El   20   de  enero  de 1771, en solemne acto, se le daba al Señor de los Milagros, un templo digno.
Jesucristo nuestro Señor es venerado en el Perú como: "El Señor de los Milagros". En el lienzo  parece Jesús crucificado. Sobre la cruz, el Espíritu Santo y  el Padre.
A la derecha del Señor, su Santísima madre con su corazón traspasado por una lanza de dolor y a su derecha, el fiel Apóstol San Juan. Además de su hermosura, el lienzo es una maravillosa representación de las verdades de nuestra fe.
Cada visita o caminar con el Señor por las calles de nuestra ciudad debe ser una ocasión para rezar junto a nuestras intenciones particulares por nuestras familias que quedan frágiles ante tantas leyes que las quieren dividir y quebrar, pedir lo que es propio de una familia, un hogar bien constituido, por el matrimonio que es de uno con una para toda la vida, el lugar, donde crece la fe de los niños, donde los papás llevan a los niños al bautizo.
La familia es fundamental para el desarrollo de la fe, para el crecimiento de la Iglesia y   para  el  crecimiento del Perú.
Finalmente, no nos olvidemos de rezar por nuestra Patria y por sus autoridades; por nuestras familias, para que el Perú sea una familia unida y honesta. “!Señor de los Milagros, ayúdanos a ser un pueblo unido en la fe¡”.

PLEGARIA UNIVERSAL

Con plena confianza en el amor de Cristo entreguémosle nuestras necesidades: y digámosle: Te compasión y escúchanos.

1.- Por el Papa Francisco y todos los pastores de la Iglesia sean canales de la misericordia de Dios para nosotros. Oremos al Señor.

2.- Por los gobernantes de nuestro país y del mundo   sean promotores de justicia y de paz para todos los pueblos. Oremos al Señor.

3.- Para que todos los que se sienten oprimidos por el peso del pecado, busquen la reconciliación y reciban el perdón. Oremos al Señor.

4.- ara que todos los que están enfermos y todos los que se sienten abatidos por la pobreza y la soledad, experimenten la compasión de Dios en nuestros gestos de misericordia. Oremos al Señor.

5.- Para que los que participamos en la Eucaristía seamos renovados y fortalecidos en la fe y en el amor. Oremos al Señor.

Compadécete de nosotros, Señor abre nuestros ojos a la verdad y ayúdanos a no apartarnos nunca de ti. Que vives y reinas por los siglos de los siglos.

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Oh Dios, recibe las oblaciones de tu pueblo, para que alejando de nosotros todo peligro, podamos ofrecerte este sacrificio de expiación y alabanza. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Te rogamos Señor, que mires con piedad a los que hemos recibido esta eucaristía ayúdanos con tu gracia, para que experimentemos siempre la misericordia, que  broto de la cruz redentora. Por Jesucristo nuestro Señor.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 29:  Ef 2, 19-22; Sal 18: Lc 6, 12-19.
Martes 30:   Ef 5, 21-33; Sal 127; Lc 13, 18-21
Miércoles 31: Ef 6, 1-9; Sal 144; Lc 13, 22-30.
Jueves 01:   Ap 7, 2-4.9-14; Sal 23; 1Jn 3, 1-3; Mt 5, 1-12a
Viernes 02: Jb 19, 1.23-27ª; Sal 24; Flp 3, 20-21; Mc 13, 33-39; 16, 1-6.
Sábado 03:  Is 58, 6-11; Sal 1; 1Co 12, 31-13, 13; Mt 11, 25-30
Domingo 04: Dt 6, 2-6; Sal 17; Hb 7, 23-28; Mc 12, 28b-34.

EXALTACION DE LA CRUZ

Las lecturas de la fiesta del Señor de los Milagros están tomadas de la misa de la Exaltación de la Santa Cruz “en la que se muere para vivir; para vivir en Dios y con Dios, para vivir en la verdad, en la libertad y en el amor, para vivir eternamente”, como dijo alguna vez San Juan Pablo II. 
En el siglo IV, la emperatriz Santa Elena encontró el madero en que murió Cristo Redentor. Sin embargo, en el 614 la Cruz fue tomada de Jerusalén por los Persas como trofeo de guerra. 
Más adelante, el emperador Heraclio la rescató y el madero retornó a la Ciudad Santa un 14 de septiembre de 628. Desde entonces se celebra litúrgicamente esta festividad. 
Al llegar de nuevo la Santa Cruz a Jerusalén, el emperador dispuso acompañarla en solemne procesión, pero vestido con todos los lujosos ornamentos reales, y de pronto se dio cuenta de que no era capaz de avanzar. 
Entonces el Arzobispo de Jerusalén, Zacarías, le dijo: "es que todo ese lujo de vestidos que lleva, están en desacuerdo con el aspecto humilde y doloroso de Cristo, cuando iba cargando la cruz por estas calles".
El emperador se despojó de su manto de lujo y de su corona de oro, y descalzo, empezó a recorrer así las calles y pudo seguir en la piadosa procesión.
Para evitar nuevos robos, el Santo Madero fue dividido en varios pedazos y repartidos a Roma y Constantinopla, mientras que un tercero se quedó en Jerusalén en un hermoso cofre de plata. Otro se partió en pequeñas astillas para ser repartidas en diversas iglesias del mundo, las cuales fueron llamadas “Veracruz” (verdadera cruz).
En la vida de los santos se narra que San Antonio Abad, al ser atacado por terribles tentaciones del demonio, hacía la señal de la cruz y el enemigo huía. Desde ese tiempo, se dice, que se hizo costumbre el hacer la señal de la cruz para librarse de males.
Otro hecho de lo poderoso y sagrado de este signo lo mostró la Santísima Virgen María, quien al aparecerse por primera vez a Santa Bernardita y al ver que la niña quiso santiguarse, nuestra Señora se persignó muy despacio para enseñarle que es necesario hacerlo calmadamente y con más devoción.


HISTORIA DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS

El Señor de los Milagros
Jesucristo nuestro Señor es venerado en Perú como "El Señor de los Milagros".  En el lienzo aparece Jesús crucificado. Sobre la cruz, el Espíritu Santo y el Padre.  A la derecha del Señor, Su Santísima madre con su corazón traspasado por una lanza de dolor y Su derecha, el fiel Apóstol San Juan. Además de su hermosura, el lienzo es una maravillosa representación de las verdades de nuestra fe.
Cada año las multitudes de todas las razas y condiciones sociales celebran juntas la procesión del Señor de los Milagros, no solo en Perú sino en donde quiera que se encuentran comunidades peruanas.   Las calles se visten de morado para celebrar al Señor que tanto nos ama que se entregó en la cruz por nosotros.  En la procesión nos unimos a La Virgen Madre y a San Juan con dolor pero con profunda gratitud y alegría por la salvación y la vida nueva otorgada por El Señor.   Ese es el mayor de los milagros.
Se le llama también el "Cristo Moreno" y el "Cristo de Pachacamilla"

HISTORIA

En el siglo XVII la capital de Perú, Lima, aunque pequeña en comparación con los 7 millones que tiene en la actualidad, crecía por las inmigraciones muy variadas.  Habían en ella personas de todas las razas, y muchos procedentes de las costas africanas.  Entre ellos habían cofradías que veneraban diferentes santos.  A mediados del siglo, los negros de Angola se ubicaron en Pachacamilla (llamado así porque allí habían vivido indios del Pachacamac). Formaron una cofradía y para ella levantaron una edificación. Uno de los angoleños pintó en la pared la preciosa imagen de Cristo como aparece en esta página. Resalta no solo su gran artesanía sino también su expresiva capacidad catequética.

El 13 de noviembre de 1655, a las 2:45 de la tarde, un fuerte terremoto sacudió a Lima y Callao haciendo caer muchos edificios y causando miles de muertos.  Los angoleños que eran ya muy pobres sufrieron muchísimo. Todas las paredes de su cofradía se cayeron. Pero en medio de aquello aparece el gran milagro: El muro de adobe con la imagen del Cristo permaneció en pie perfectamente preservada.

Ante el desastre, los limeños hicieron muchas peticiones al Señor.  Había una profunda conciencia de que habían pecado y muchos pedían perdón.  15 años más tarde, Antonio León de la parroquia de San Sebastián, encontró la imagen del Señor en la pared abandonada y comenzó a venerarla. Ocurrió entonces otro milagro, pues Antonio, que sufría por un tumor maligno de terribles dolores de cabeza, fue sanado cuando se lo pidió a Cristo ante su imagen. Aquel milagro le fortaleció en su fe y propagó por todas partes aquel don divino. Pronto muchas personas acudían al Cristo milagroso. La mayoría de ellos eran negros y pobres. Se reunían los viernes por la noche a rezar y cantar ante el Señor.

Pero pronto comenzaron las dificultades.   Aquellas reuniones atraía a toda clase de personas, no todas venían por buenas razones. Las autoridades intervinieron para prohibir las reuniones y mandaron a destruir la imagen de Cristo pintando sobre ella.  La siniestra orden quiso llevarse a cabo en septiembre de l671. Pero cuando el pintor trató de cubrir la imagen, fueron tanto los temblores y la impresión que sufrió que no pudo aunque trató varias veces.  Fue entonces que un soldado de Balcázar intentó aquel ultraje pero tampoco logró hacerle daño a la imagen.  Luego relató que, una vez frente a la imagen, vio que esta embellecía y que la corona se tornaba verde

Las autoridades no se dieron por vencidas pero el pueblo comenzó a protestar.  Informado el Virrey de lo acontecido, decidió revocar la orden y darle culto a la imagen. El 14 de septiembre de 1671, fiesta de la exaltación de la Cruz, se celebró la primera misa ante el Cristo de Pachacamilla.   Los peregrinos aumentan continuamente y pronto se le llama "El Santo Cristo de los Milagros o de las Maravillas".  Pero las autoridades aun no responden como debían ante Dios.

En octubre de 1687un maremoto arrasó con el Callao y parte de Lima y derribó la capilla edificada en honor del Santo Cristo.   ¡Solo quedó en pie la pared con la imagen!.  Ante aquel portento decidieron confeccionar una copia al óleo de la imagen y que, por primera vez, saliera en procesión en andas por las calles.  La procesión se estableció para los días 18 y 19 de octubre de cada año.

HIMNO AL SEÑOR DE LOS MILAGROS

SEÑOR DE LOS MILAGROS
AQUI VENIMOS EN PROCESION
TUS FIELES DEVOTOS
A IMPLORAR TU BENDICION

FARO QUE GUIA
A NUESTRAS ALMAS
LA FE, ESPERANZA, LA CARIDAD
TU AMOR DIVINO
NOS ILUMINE
NOS HAGA DIGNO DE TU BONDAD
CON PASO FIRME
DE BUEN CRISTIANO
HAGAMOS GRANDE NUESTRO PERU
Y UNIDOS TODOS
COMO UNA FUERZA
TE SUPLICAMOS, NOS DES
TU LUZ

HISTORIA

El Cristo Moreno o Señor de los Temblores, más comúnmente llamado Señor de los Milagros, es una imagen de Jesucristo originalmente pintada en una pared de adobe, ubicada tras el Altar Mayor del santuario de Las Nazarenas de Lima (Perú) y venerada en Lima y diversas partes del mundo. La imagen fue pintada durante el siglo XVII por un esclavo originario de Angola que fue llevado al Perú. La festividad del Señor de los Milagros es la principal celebración católica en el Perú y una de las procesiones más grandes del mundo.1​

Su procesión es una tradición peruana, considerada como la manifestación religiosa católica periódica más numerosa del mundo.[cita requerida] La imagen original del cristo fue pintada por un esclavo de casta angoleña llamado Pedro Dalcón o Benito, según Raúl Porras Barrenechea. Posteriormente fueron añadidas las imágenes de Dios Padre, María y María Magdalena. Se le conoce como Cristo Moreno debido a que, entre sus creyentes, predominaba la gente negra. Podría estar relacionado, según explica la historiadora María Rostworowski, con el culto milenario al dios Pachacámac, tan solo por haber sido pintado en el Barrio de Pachacamilla en el centro de Lima.

Debido a los traficantes de esclavos, una parte importante de estos inmigrantes venían de la costa atlántica de África occidental, que se clasificaban por castas: congos, mandingas, caravelíes, mondongos, mozambiques, terranovos, minas y angolas. Aproximadamente 10,000 habitantes de Lima se organizaron de tal manera que construyeron sus toscas cabañas o callejones divididos en aviva, es decir el bantú o el kimbundo, cantaban canciones antiguas de sus tierras natales ya que provenían del África Occidental. También se ocupaban de sus enfermos y se preocupaban de que todos tuvieran un entierro decente, mediante pequeñas cuotas de cofrades.

Los africanos, tanto esclavizados como libres, encontraron en la institución de las cofradías una válvula de escape para la condición de opresión que sufrían en el Perú. Desde el siglo XVI se instituyen cofradías de negros con aprobación eclesial. Eran agrupaciones de unos cien miembros en promedio que estaban a cargo de un retablo o capilla en los templos de Lima, dirigidas por un Mayordomo o Caporal, tenían una junta directiva llamada «los veinticuatro» por el número de personas que lo conformaban.

Historia: la imagen original
Cerca al año 1650, cuando reinaba el Papado de Inocencio X, en el Perú el Virrey García Sarmiento de Sotomayor, como Arzobispo de Lima, Pedro de Villagomez. Los Negros angolas se agremiaron y levantaron el local de su cofradía en la zona de Pachacamilla, en las afueras del Centro histórico de Lima. En la sede de la cofradía, o pre-cofradía como postula Antonhy de la Cruz, en una de sus paredes de adobe del galpón, un esclavo angoleño negro llamado, según se cree, Benito o Pedro Dalcón, plasmó la imagen de Cristo crucificado. La imagen fue pintada al temple en una pared tosca, cerca de una acequia de regadío, de un acabado imperfecto, además hay que resaltar que el anónimo pintor no tuvo estudios completos de pintura, y que ejecutó la obra por su propia devoción a Cristo.

El terremoto de 1655
El 13 de noviembre de 1655 a las 14:45 horas, tuvo lugar un terrible terremoto que estremeció Lima y Callao, derrumbándose templos, mansiones y las viviendas más frágiles, dejando miles de víctimas mortales y damnificados. El terremoto afectó también al pueblo de Pachacamilla y las viviendas igualmente se derrumbaron. Todas las paredes del local de la cofradía se derrumbaron, produciéndose entonces el primer milagro: el débil muro de adobe en donde se erguía la imagen de Cristo quedó intacto, sin ningún tipo de resquebrajamiento.

Reprobamiento de las autoridades
Las reuniones para venerar la imagen eran los viernes por la noche, alumbrados por las llamas de cera; llevaban flores, perfumando el ambiente con el sahumerio, entonando plegarias acompañándose de arpa, cajas y vihuelas. Con el tiempo, se fue incrementando la peregrinación. Muchas veces se produjeron hechos de índole distinta a las prácticas religiosas. Viendo con malos ojos todos estos hechos el Párroco de San Sebastian, José de Mena, hace de conocimiento al entonces virrey Conde de Lemos, don Pedro Antonio Fernández de Castro que intervenga como autoridad, para que prohibiese las reuniones y que diera la orden irrevocable de borrar al Cristo, ya que, según su criterio, estaba fuera de los cultos religiosos. El Virrey traslado la solicitud a la máxima autoridad eclesiástica que era en ese momento el Provisor y Vicario General Esteban de Ibarra, por haber fallecido el Arzobispo Pedro de Villagomez. Este envió el 4 de septiembre al sitio al promotor Fiscal del Arzobispado José Lara y Galván, Laureano de Mena y el Notario Juan de Uría, quienes verificaron la existencia de la imagen del Cristo Crucificado, una concurrencia de unas doscientas personas que entonaron el salmo miserere «Tibi soli peccavi» y la presencia del sacristán de la Parroquia de San Marcelo José de Robledillo, a quien José Lara le llamó la atención de autorizar con su presencia tal tipo de reuniones, se armó un tumulto en que los congregados en el lugar rodearon a los representantes eclesiásticos que se vieron obligados a abandonar el lugar.
Esteban Ibarra dictaminó que se prohibiesen tales reuniones y que se borrase la imagen, por lo cual entre el 6 y el 13 de septiembre de 1671, y se constituyó al lugar un comité especial dispuesto por el Promotor Fiscal del Arzobispado José Lara y Galán, un notario, posiblemente el mismo Juan de Uría, un pintor indígena de brocha gorda y el capitán de la guardia del Virrey, Pedro Balcazar, escoltado por dos escuadras de soldados para el caso que se produjesen desmanes por la cantidad de curiosos y vecinos que rodeaban el lugar.

El primero en intentarlo fue un pintor que al momento de subir por la escalera hacia la imagen comenzó a sentir temblores y escalofríos, teniendo que ser atendido, intentó de nuevo proseguir con su tarea, pero al subir otra vez, fue tal su impresión que bajó rápidamente y se alejó asustado del lugar sin concretar el encargo. El segundo hombre, se acercó a la imagen, pero algo vio en ella que le hizo desistir de raspar la imagen. El tercero, fue un soldado real de ánimo más templado, éste subió, pero bajó rápidamente explicando luego que cuando estuvo frente a la imagen, vio que ésta se ponía más bella y que la corona de espinas se tornaba verde.

Ante la insistencia de las autoridades por borrar la imagen, la gente manifestó su disgusto y comenzó a proferir grandes voces. En vista de lo cual el virrey y el vicario Ibarra decidieron revocar la orden y el Vicario Ibarra autorizó su culto. Luego de una visita del virrey y su esposa, dispusieron se levante una ermita provisional. El 14 de septiembre de 1671 se celebraría la primera misa oficial en la ermita.

Altar mayor y mural Señor de los Milagros de Nazarenas de Lima.

La primera misa ante las altas autoridades eclesiásticas y civiles
El 14 de septiembre de 1671 se ofreció la primera misa ante las altas autoridades eclesiásticas y civiles, en la recientemente inaugurada ermita que se erigió por orden del virrey Pedro Antonio Fernández de Castro, Conde de Lemos, fecha que coincide con el día de La Exaltación de la Santa Cruz, comenzándose a difundir el culto y a llegar de diferentes lugares numerosos fieles, comenzándolo a llamar al crucificado, Santo Cristo de los Milagros, o de Las Maravillas. Un detalle muy resaltante fue la gestión del Párroco de San Sebastián y de Doña Margarita Andy Tebes Manrique de Lara para el traslado del Mural a dicha parroquia, pero no esperaron la negativa de las autoridades y de los fieles. Días después de tan memorable ceremonia se nombra como primer mayordomo de la entonces Ermita del Santo Cristo de los Milagros a don Alemán.

Sebastián de Antuñano
Artículo principal: Sebastián de Antuñano
Nació en Vizcaya en 1653, fue el máximo benefactor, por un voto hecho en España, llegado a Lima se dirigió en 1684 a la ermita del Señor de los Milagros, y mientras contemplaba la sagrada efigie se cuenta que repentinamente sintió que el Señor le iluminaba su frente y una voz interior que le susurraba con claridad: «Sebastián, ven a hacerme compañía y a cuidar del esplendor de mi culto». Puesto de rodillas le ofreció servicio incondicional hasta el final de sus días. Después del pavoroso terremoto de 1687, Antuñano tuvo la idea de sacar en procesión una copia fiel del Cristo de los Milagros. Siete años más tarde, Antuñano sintió cercano el fin de sus días, y habiendo hecho testamento el 17 de diciembre de 1716, con todos los auxilios de la Iglesia, falleció en la noche del 20 al 21 de diciembre del mismo año. Tenía sesenta y cuatro años de edad y estuvo al servicio del Cristo de los Milagros por treinta y tres años. Sus restos reposan en el Templo de Las Nazarenas.
El terremoto y la primera procesión

Procesión del Señor de los Milagros
El 20 de octubre de 1687, a las 4:45 a. m., un violento terremoto que según cronistas de la época duró más de 15 minutos (sic) arrasó Lima junto al Callao, teniendo una réplica a las 6:30 a. m., derribando la ermita edificada en honor al Cristo. Ante la sorpresa general la pared de la imagen del crucificado quedó nuevamente en pie, por lo que se ordenó la confección de una copia al óleo y que por primera vez saliera en andas por las calles de Pachacamilla por idea de Sebastián de Antuñano. Una vez elaborada la copia, se sacó en procesión.

Primera Procesión del Señor de los Milagros
. Un dato que es importante destacar es que el Señor de los Milagros visita desde 1688 el Hospital Arzobispo Loayza que en ese momento era el Hospital de Santa Ana. A partir de ese momento todos los años hace su visita al Hospital Arzobispo Loayza bendiciendo a los enfermos y a los trabajadores que todo el año esperan ansiosos su visita. El Señor de los Milagros visita el Hospital Arzobispo Loayza el 28 de Octubre de cada año.

La Procesión del Señor de los Milagros
•El lienzo que mando a confeccionar Sebastian de Antuñano es el que sale en procesión en nuestros días. Este lienzo fue restaurado el año 1991 por los especialistas del Museo Pedro de Osma.

La procesión del Señor de los Milagros se realiza tradicionalmente en el mes de octubre. Sale en procesión desde el Monasterio de las Nazarenas el primer Sábado de Octubre y regresa al Santuario de las Nazarenas en la noche.

Posteriormente el Cristo de Pachacamilla recorre la ciudad de Lima los días 18, 19 y 28 de Octubre
Finalmente su último recorrido procesional se realiza el 01 de noviembre en el que la imagen sale del Santuario de las Nazarenas e ingresa al Monasterio hasta el próximo año.

SEÑOR DE LOS MILAGROS: EL MURAL MÁS FAMOSO DEL PERÚ

Primero de adobe y hoy de ladrillo, el muro en que se pintó al Señor de los Milagros fue restaurado tres veces
La historia de la sagrada imagen que cada octubre sale en andas a recorrer, en procesión, las calles de la vieja Lima tuvo su inicio en el mural del cual partió toda la tradición y fe que despierta desde hace más de tres siglos el Señor de los Milagros.
Según relata el historiador Rubén Vargas Ugarte en su libro “Historia del Santo Cristo de los Milagros”, un antiguo documento del monasterio de Las Nazarenas acredita que para 1651 la imagen ya estaba pintada.
Fue un esclavo negro de la casta de Angola el que pintó con la técnica del temple a Cristo crucificado sobre una pared del otrora barrio de Pachacamilla, a mitad del siglo XVII. Aquel muro de adobe cobró renombre luego de que no cayera durante los terremotos que azotaron la urbe en 1655 y 1687.
En el interín, el virrey Conde de Lemos mandó borrar la imagen, pero los trabajadores que lo intentaron desistieron por diferentes y súbitas iluminaciones. Tras ello, el mismo virrey ordenó pintar alrededor del Cristo a la Virgen María, San Juan, al Padre y al Espíritu Santo.
Justo después del sismo de 1687, sale en procesión por primera vez una copia de la imagen, por interés de Sebastián de Antuñano, que había comprado el terreno donde se reunía la cofradía Angola y en el que hoy se yergue el Santuario de Las Nazarenas, en el Cercado de Lima.
El terremoto de 1746 tampoco tumbó el muro, aunque dejó en ruinas a la capital. Con ello, la fe en el Cristo Moreno quedaba cimentada, explica Manuel Orrillo, mayordomo general de la Hermandad del Señor de los Milagros de Nazarenas.
La primera restauración del muro, que está detrás del altar del templo de Las Nazarenas, se dio a raíz de los estragos causados en el santuario por el terremoto de 1940. Fue en 1955 que dos especialistas italianos, Francesco Pelessoni y Luigi Pigazzini, aplicaron la técnica stacco: sacaron con cuidado el muro de su lugar –la base estaba debilitada por la humedad, ya que una acequia pasaba cerca– y colocaron una tela especial sobre la pintura para fijar la imagen. Tras hacer un nuevo muro de ladrillos y cemento, la imagen fue nuevamente impregnada sobre este con la tela especial. La nueva estructura fue colocada a mayor altura.
Una segunda intervención fue hecha en 1974 por el entonces Instituto Nacional de Cultura, por daños a la pintura por humedad. La tercera y última restauración se dio en 1993, por convenio entre el Museo de Osma, las Madres Nazarenas Carmelitas Descalzas y el Banco de Crédito. “Fijamos mejor la capa pictórica al muro y le dimos mantenimiento”, recuerda Liliana Canessa, integrante de aquel equipo de trabajo