lunes, 28 de abril de 2014

LECTURAS Y COMENTARIO V DOMINGO PASCUA CICLO A - 18 MAYO 2014

“YO SOY EL CAMINO”
  

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 6,1-7

En aquellos días, al crecer el número de los discípulos, los de lengua griega se quejaron contra los de lengua hebrea, diciendo que en el suministro diario no atendían a sus viudas.
Los Doce convocaron al grupo de los discípulos y les dijeron: «No nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos de la administración. Por tanto, hermanos, escogan a siete de ustedes, hombres de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría, los encargaremos de esta tarea: nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la palabra.».
La propuesta les pareció bien a todos y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los presentaron a los apóstoles y ellos les impusieron las manos orando. La palabra de Dios iba cundiendo, y en Jerusalén crecía mucho el número de discípulos; incluso muchos sacerdotes aceptaban la fe.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 32)

El Señor es compasivo y misericordioso

Aclamen, justos, al Señor,  que merece la alabanza de los buenos.  Den gracias al Señor con la cítara,  toquen en su honor el arpa de diez cuerdas. R.

Que la palabra del Señor es sincera,  y todas sus acciones son leales;  él ama la justicia y el derecho,  y su misericordia llena la tierra. R.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,  en los que esperan en su misericordia,  para librar sus vidas de la muerte  y reanimarlos en tiempo de hambre. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 2,4-9

Acercándose al Señor, la piedra viva desechada por los hombres, pero escogida y preciosa ante Dios, también vosotros, como piedras vivas, entran en la construcción del templo del Espíritu, formando un sacerdocio sagrado, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por Jesucristo. Dice la Escritura: «Yo coloco en Sión una piedra angular, escogida y preciosa; el que crea en ella no quedará defraudado.» Para ustedes, los creyentes, es de gran precio, pero para los incrédulos es la «piedra que desecharon los constructores: ésta se ha convertido en piedra angular,» en piedra de tropezar y en roca de estrellarse. Y ellos tropiezan al no creer en la palabra: ése es su destino. Ustedes son una raza elegida, un sacerdocio real, una nación consagrada, un pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que los llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 14,1-12

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Que no tiemble su corazón; crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿Les habría dicho que voy a prepararles sitio?. Cuando vaya y se prepare sitio, volveré y los llevaré conmigo, para que donde estoy yo, esten también ustedes. Y adonde yo voy, ya saben el camino.».
Tomás le dice: «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».
Jesús le responde: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocieran a mí, conocerian también a mi Padre. Ahora ya lo conocen y lo han visto.».
Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.».
Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con ustedes, ¿y no me conoces, Felipe?. Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: muéstranos al Padre?. ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí?. Lo que yo les digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace sus obras. Creanme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, crean a las obras. Se lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre.».

COMENTARIO

En un pueblo de orígenes seminómadas, el tema del camino tiene un amplio uso en todas las facetas de la vida. La palabra "camino" se emplea para designar la ley de Moisés como cauce y dirección que el hombre ha de conocer y aceptar si quiere llegar a la felicidad que anhela. Es necesario conocer los caminos del Señor (las Sagradas Escrituras y preceptos legales: Sal 119.). La desobediencia a esta ley es un extravío (Dt 31. 17) que orienta hacia metas contrarias a las realmente deseadas por el hombre.
Jesús no es sólo un nuevo Moisés que guía a su pueblo a través del desierto por rutas que otros hayan trazado. Moisés no era la ley. Jesús afirma que él en persona es el camino verdadero y viviente que sustituye a la ley mosaica. Para el cristiano, no serán ni diez, ni trescientos trece los mandamientos de Dios; será la persona misma de Jesús por medio de su Espíritu quien sirva de cauce buscado a su actuar diario.
Es necesario convertirse y dejar de "judaizar". Hay que evitar entender las palabras de Jesús como letra obligatoria, fijada y muerta. En la lectura de nuestra Biblia hemos de encontrar no una nueva normativa superior a otras, sino a una persona dinamizadora y vivificante. No se trataba ni se trata de seguir física o miméticamente a Jesús por los polvorientos caminos de Palestina, ni siquiera de saberse sus discursos o su doctrina. Se nos pide ser discípulos, no alumnos. Convertirse a él implica en primer lugar encontrarse con él, aceptarle convencida y voluntariamente, estar de acuerdo con sus sentimientos y su concepción de la vida. De estas raíces saldrán en último término los frutos de una actuación externa coherente con lo que en el interior se siente y se vive. El programa de Jesús es él mismo.

PLEGARIA UNIVERSAL.

Llenos de confianza y apoyados en la bondad de Dios nuestro Padre, presentémosle, hermanos, nuestras suplicas: roguemos al Señor.

1.- Para que la Iglesia extienda por todas partes el amor de Cristo y los hombres vivamos como hijos del mismo Padre. Roguemos al Señor.

2.-  Para que los gobernantes de nuestro país yd e todo el mundo favorezcan y promuevan los medios que conducen al verdadero bien de los hombres. Roguemos al Señor.

3.- Para que los niños que se preparan a hacer su primera comunión reciban una formación evangélica que les haga dignos seguidores de Cristo. Roguemos al Señor.
4.- Para que los necesitados, enfermos y desvalidos participen de la alegría pascual. Roguemos al Señor.

5.-  Para que los aquí reunidos y vivamos el precepto de Cristo de amarnos como el nos amo y lo extendamos en nuestros ambientes. Roguemos al Señor.

Te damos gracias, Padre nuestro porque te dignas reunirnos  en torno al alatar y quieres que te pidamos como hijos: escucha compasivo las oraciones que te hemos presentado y danos lo que conduzca a nuestro bien. Por Jesucristo nuestro Señor.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 19: Hch 14, 5-18; Sal 113b; Jn  14, 21-26.
Martes 20: Hch 14, 19-28; Sal 144; Jn 14, 27-31ª.
Miércoles 21: Hch 15, 1-6; Sal 121; Jn 15, 1-8
Jueves 22: Hch 15, 7-21;  Sal 95; Jn 15, 9-11.
Viernes 23: Hch 15, 22-31; Sal 56; Jn 15, 12-17.
Sábado 24: Hch 16, 1-10; Sal 99; Jn 15, 18-21.
Domingo 25: Hch 8, 5-8.14-17; Sal 65; 1Pe  3, 15-18; Jn 14, 15-21.

LECTURAS Y COMENTARIO IV DOMINGO PASCUA CICLO A - 11 MAYO 2014

YO SOY LA PUERTA DE LAS OVEJAS




PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 2,14a.36-41

El día de Pentecostés, Pedro, de pie con los Once, pidió atención y les dirigió la palabra: «Todo Israel esté cierto de que al mismo Jesús, a quien ustedes crucificaron, Dios lo ha constituido Señor y Mesías.».
Estas palabras les traspasaron el corazón, y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles: «¿Qué tenemos que hacer, hermanos?».
Pedro les contestó: «Conviertanse y bautizense  todos en nombre de Jesucristo para que se les perdonen los pecados, y reciban el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale para ustedes y para sus hijos y, además, para todos los que llame el Señor, Dios nuestro, aunque estén lejos.»
Con estas y otras muchas razones les urgía, y los exhortaba diciendo: «Escapen de esta generación perversa.».
Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día se les agregaron unos tres mil.

SALMO RESPONSORIAL (Sal) 22

El Señor es mi pastor, nada me falta

El Señor es mi pastor, nada me falta:  en verdes praderas me hace recostar,  me conduce hacia fuentes tranquilas  y repara mis fuerzas. R.

Me guía por el sendero justo,  por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. R.

Preparas una mesa ante mí,  enfrente de mis enemigos;  me unges la cabeza con perfume,  y mi copa rebosa. R.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan  todos los días de mi vida,  y habitaré en la casa del Señor  por años sin término. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 2,20-25

Si, obrando el bien, soportan el sufrimiento, hacen una cosa hermosa ante Dios. Pues para esto han sido llamados, ya que también Cristo padeció su pasión por ustede, dejándoles un ejemplo para que sigan sus huellas. Él no cometió pecado ni encontraron engaño en su boca; cuando lo insultaban, no devolvía el insulto; en su pasión no profería amenazas; al contrario, se ponía en manos del que juzga justamente.
Cargado con nuestros pecados subió al leño, para que, muerto al pecado, vivamos para la justicia. Sus heridas se han curado. Andan descarriados como ovejas, pero ahora han vuelto al pastor y guardián de sus vidas.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 10,1-10

En aquel tiempo, dijo Jesús: «Les aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el guarda, y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.».
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba.
Por eso añadió Jesús: «Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante.»

COMENTARIO

En el Antigua Testamento, el culto es la puerta que establece la comunicación entre en mundo divino y el terrestre. El peregrino que sube a la ciudad santa viene a franquear las puertas del templo para acercarse a Dios (Sal 110,4). Pero si Israel, aun atravesando estas puertas, no busca a su Dios, el templo se torna inútil y engañoso, y Jerusalén pierde su razón de ser. Jesús se presenta como puerta, como acceso al Padre (Ef 3. 16). Hay que "pasar" por él si se quiere llegar a los pastos que dan la vida en plenitud, porque èl ha venido "para que tengamos vida abundante".
Tomando la comparación, bastante habitual en los escritores bíblicos, de los pastores (dirigentes) y las ovejas (pueblo), se rechaza a quienes guían al pueblo mirando en beneficio de sus propios intereses económicos y políticos. Son ladrones y bandidos. La salvación pasa necesariamente por Jesús. Dos detalles   del  texto  se  pueden recordar: Jesús camina delante y conoce a sus ovejas. Él es el camino verdadero y viviente. Su vida y su muerte están patentes ante los ojos de todos. No dirige su comunidad desde un despacho. Por otra parte, en la comunidad de Jesús no se funciona como en una masa social en base a números de carnet o apellidos. El conocimiento es personal. Él conoce el nombre de cada oveja, y ellas le conocen a él. Nada parecido a un ejército o a una gran empresa. Rebaño y pastor son uno. Jesús es la puerta de entrada de la comunidad cristiana más allá de las herencias sociales en materia de religión. Una puerta siempre abierta es una posibilidad que se ofrece y no es nunca un obstáculo. La comunidad y sus pastores de cada momento habrán de cuidar para no estrechar ni agrandar su dintel, modificando lo establecido por el único pastor. La fidelidad al Señor es el alimento de su rebaño.

PLEGARIA UNIVERSAL.

Atiende  Padre nuestro, las plegarias que te presenta este rebaño que quiere seguir con entrega y fidelidad al Único Pastor: tu Hijo Unigénito, Jesucristo y respondemos: Escúchanos, Señor.

1.- Por el Papa Francisco, por los obispos, sacerdotes y diáconos para que sepan encaminar el rebaño a ellos encomendado hacia fuentes tranquilas por el camino justo. Roguemos al Señor.

2.- Por todas las vocaciones religiosas y en especial por aquellas que crecen y se forman en los institutos destinados a servir a los más pobres y desamparados. Roguemos al Señor.

3.- Por todos los formadores en la Iglesia, desde los que trabajan en seminarios o noviciados hasta los catequistas que imparten conocimientos en nuestras parroquias, para que el Espíritu los guie siempre. Roguemos al Señor.

4.- Por los responsables políticos de todos los pueblos, para que busquen la prosperidad de sus ciudadanos y las buenas relaciones con todo el mundo. Roguemos al Señor

5.- Por todas las mamas, para que hoy sean bendecidas por el Señor y por sus hijos. Roguemos al Señor.

Acepta Padre, estas plegarias que te presentamos con amor y humildad. Por Jesucristo nuestro Señor.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes12: Hch  11,  1-18;  Sal 41;  Jn  10, 11-18.
Martes 13: Hch 11, 19-26; Sal 86;  Jn 10, 22-23.
Miércoles 14: Hch 1, 15-17.20-26.; Sal 112; Jn 15, 9-17.
Jueves 15: Hch 13, 13-25; Sal 88; Jn 13, 16-20.
Viernes 16: Hch 13, 26-33; Sal 2; Jn 14, 1-6.
Sábado 17: Hch 13, 44-52; Sal 97; Jn 14, 7-14.
Domingo 18: Hch 6, 1-7; Sal 32; Pe 2, 4-9; Jn 14, 1-12.

LECTURAS Y COMENTARIO III DOMINGO PASCUA CICLO A - 04 MAYO 2014

SOMOS PEREGRINOS DE EMAUS.


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 2,14.22-33

El día de Pentecostés, Pedro, de pie con los Once, pidió atención y les dirigió la palabra: «Judíos y vecinos todos de Jerusalén, escuchen mis palabras y enterenses bien de lo que pasa. Escuchenme, israelitas: Les hablo de Jesús Nazareno, el hombre que Dios acreditó ante ustedes realizando por su medio los milagros, signos y prodigios que conocen. Conforme al designio previsto y sancionado por Dios, se lo entregaron, y ustedes, por mano de paganos, lo mataron en una cruz. Pero Dios lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte; no era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio, pues David dice, refiriéndose a él: "Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón, exulta mi lengua, y mi carne descansa esperanzada. Porque no me entregarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia." Hermanos, permitanme hablarles con franqueza: El patriarca David murió y lo enterraron, y conservamos su sepulcro hasta el día de hoy. Pero era profeta y sabía que Dios le había prometido con juramento sentar en su trono a un descendiente suyo; cuando dijo que "no lo entregaría a la muerte y que su carne no conocería la corrupción," hablaba previendo la resurrección del Mesías. Pues bien, Dios resucitó a este Jesús, y todos nosotros somos testigos. Ahora, exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo que estaba prometido, y lo ha derramado. Esto es lo que estan viendo y oyendo.».

SALMO RESPONSORIAL (Sal 15)

Protegeme, Dios mio, que me refugio en ti

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;  yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.». El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;  mi suerte está en tu mano. R.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,  hasta de noche me instruye internamente.  Tengo siempre presente al Señor,  con él a mi derecha no vacilaré. R.

Por eso se me alegra el corazón,  se gozan mis entrañas,  y mi carne descansa serena.  Porque no me entregarás a la muerte,  ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R.

Me enseñarás el sendero de la vida,  me saciarás de gozo en tu presencia,  de alegría perpetua a tu derecha. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 1,17-21

Si llaman Padre al que juzga a cada uno, según sus obras, sin parcialidad, tomen en serio su proceder en esta vida. Ya saben con qué lo rescataron de ese proceder inútil recibido de sus padres: no con bienes efímeros, con oro o plata, sino a precio de la sangre de Cristo, el Cordero sin defecto ni mancha, previsto antes de la creación del mundo y manifestado al final de los tiempos por nuestro bien. Por Cristo vosotros creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, y así han puesto en Dios  su fe y  su esperanza.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 24,13-35

Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.
Él les dijo: «¿Qué conversación es esa que traen mientras van de camino?»
Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó: «¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?».
Él les preguntó: «¿Qué?».
Ellos le contestaron: «Lo de Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron.»
Entonces Jesús les dijo: «¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?» Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura.
Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída.». Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció. Ellos comentaron: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?»
Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: «Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.». Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

COMENTARIO
  
¿No han comprendido?. ¡Qué torpes son y lentos para creer lo que anunciaron los profetas!. ¿No tenia el Mesías que padecer todo eso para entrar en su gloria? Hasta en el día de pascua, dejémonos reprender por el resucitado. Quizás al decir eso, tenía la sonrisa de las reprensiones amables y muy pronto acabaron también por sonreír los discípulos: ¡era tan estupendo hacerse tratar de torpes y lentos por él, vivo ¡Viviente! Cambiemos con él esa misma sonrisa un tanto pícara. Somos peregrinos de Emaus. Avanzamos por el camino de la vida con muchas esperanzas, al principio muy puras, luego cada vez más mezcladas, unas veces cristianas y otras paganas, unas veces claras y otras llenas de ignorancia: “¡Habíamos esperando tanto!”. Dice, y decimos con ellos nosotros. Vinieron las decepciones, cristianas y también paganas. Y llegaron hasta el fondo de su desconfianza: ¡Jesús se había acabado por ellos! De pronto, el encuentro. Tan increíble que al principio no ven nada: “Jesús se acercó y se puso a caminar con ellos. También nosotros hemos tenido ese encuentro  pero hemos seguido tan cerrados como ellos a lo increíble: ¡Dios ante nosotros, Dios con nosotros!. Aun sabiendo nuestra fe no se despertó lo bastante, nuestro corazón es demasiado lento, seguimos avanzando por la vida como si él no estuviera allí. Pero a veces el corazón arde. “¿No estábamos en ascuas mientras nos hablaba explicándonos las Escrituras?”.
¡Las Escritura!. No esperemos avanzar en la fe sin las Escrituras. Toda la biblia, el gran tesoro de la revelación cuya clave nos entrega hoy Jesús: “El Mesías tenía que padecer para entrar en su gloria”. Muy duro de comprender, muy duro de aceptar, sin embargo Jesús nos tratará cortésmente de torpes y lentos  mientras no interioricemos de veras este secreto de los secretos. La gran trayectoria desde la cruz a la gloria es la historia de Cristo, es la historia del mundo, es la historia de cada una de nuestras vidas. El que comprende este camino de sufrimiento, lo ha comprendido todo.
Los discípulos recibieron el gran secreto; su corazón arde (“Quédate con nosotros”), pero aún no le reconocen. Se necesita la fracción del pan y esta vez comprenden. Aunque “desaparece a su vista”, en adelante seguirá allí, se podrá avanzar con él de la cruz a la gloria.
Inmediatamente tienen un buen reflejo: ir a anunciar la maravilla: “El Señor vive”. Y todos  responden: Es verdad”. Ser cristiano será vivir de esta certeza y comunicarla. Así es como nació nuestra fe con sus tres grandes momentos; la palabra, la eucaristía y el testimonio. Lucas bordó esta página para hacer de ella el esquema de la existencia cristiana vivida como una misa y por tanto  como una aceptación de la cruz. Una aceptación paradójicamente dichosa: se camina hacia la gloria de Dios y se camina con Jesús:”Quédate con nosotros” es una palabra de amor para decir: “Quiero seguir contigo”.
Pbro Roland Vicente Castro Juárez

PLEGARIA UNIVERSAL.

Como aquellos discípulos de Emaus, andamos a oscuras y necesitados. Necesitamos tu luz para comprender y tu alimento para la nueva vida que Cristo ha venido a instaurar. Hoy repetimos: Escúchanos, Señor.

1.- Por el Papa, los obispos y toda la Iglesia, para que con su trabajo y dedicación lleven a todos la palabra de resurrección que Jesucristo nos trajo. Roguemos al Señor.

2.- Por todos los pueblos que aun no te conoce, o te han olvidado, para que la verdad de tu evangelio les llegue y con ella la salvación que brota de tu resurrección. Roguemos al Señor.

3.- Para que todas las familias compartan los dones de verdad y gracia que han recibido, y en su uso de los bienes materiales den razón de la esperanza que resplandece en Cristo resucitado. Roguemos al Señor.

4.- Por los enfermos y por aquellos que los atienden para que la esperanza de la resurrección les acompañe en estos momentos difíciles. Roguemos al Señor.

5.-Por todos nosotros que hemos puesto en Dios nuestra fe y nuestra esperanza, para que sigamos siendo fieles a la vida nueva que Cristo nos ha dado. Roguemos al Señor.

Dios Padre nuestro, que en Cristo resucitado has comenzado la nueva creación, haz que los hijos de la Iglesia, con la gracia del Espíritu Santo anuncien la perenne novedad del Evangelio. Por Jesucristo nuestro Señor.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 05: Hch, 8-15; Sal 118; Jn 6, 22-29.
Martes 06: Hch 7, 51—8, 1ª; Sal 30; Jn 6, 30-35.
Miércoles 07: Hch 8, 1b-8; Sal 65; Jn 6, 35-40.
Jueves 08: Hch 8, 26-40; Sal 65; Jn 6, 44-51.
Viernes 09: Hch 9, 1-20; Sal116; Jn 6, 52-59.
Sábado 0: Hch 9, 31-42; Sal 115; Jn 6, 60-69.
Domingo 11: Hch 2, 14ª.36-41; Sal 22; Pedro 2, 20b-25; Jn 10, 1-10.

sábado, 26 de abril de 2014

LECTURAS Y COMENTARIO II DOMINGO DE PASCUA CICLO A - 27 ABRIL 2014

QUE POR LA FE TENGA VIDA



PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 2,42-47

Los hermanos eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones. Todo el mundo estaba impresionado por los muchos prodigios y signos que los apóstoles hacían en Jerusalén. Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común; vendían posesiones y bienes, y lo repartían entre todos, según la necesidad de cada uno.
A diario acudían al templo todos unidos, celebraban la fracción del pan en las casas y comían juntos, alabando a Dios con alegría y de todo corazón; eran bien vistos de todo el pueblo, y día tras día el Señor iba agregando al grupo los que se iban salvando.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 117)

Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia

Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. 
Diga la casa de Aarón:  eterna es su misericordia. 
Digan los fieles del Señor: eterna es su misericordia. R.

Empujaban y empujaban para derribarme,  
pero el Señor me ayudó;  
el Señor es mi fuerza y mi energía,  
él es mi salvación.  
Escuchad: hay cantos de victoria  
en las tiendas de los justos. R.

La piedra que desecharon los arquitectos  
es ahora la piedra angular.  
Es el Señor quien lo ha hecho,  
ha sido un milagro patente.  
Éste es el día en que actuó el Señor: 
sea nuestra alegría y nuestro gozo. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 1,3-9

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, para una herencia incorruptible, pura, imperecedera, que os está reservada en el cielo. La fuerza de Dios los custodia en la fe para la salvación que aguarda a manifestarse en el momento final. Alégrense de ello, aunque de momento tengan que sufrir un poco, en pruebas diversas: así la comprobación de su fe –de más precio que el oro, que, aunque perecedero, lo aquilatan a fuego– llegará a ser alabanza y gloria y honor cuando se manifieste Jesucristo. No han visto a Jesucristo, y lo aman; no lo ven, y creen en él; y se alegran con un gozo inefable y transfigurado, alcanzando así la meta de vuestra fe: vuestra propia salvación.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 20,19-31

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos.  Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a ustedes.».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor.
Jesús repitió: «Paz a ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.».
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonen los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengan, les quedan retenidos.».
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.».
Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.».
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a ustedes.».
Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.».
Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!».
Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.».
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre.

COMENTARIO

Se compone de un relato en dos tiempos y de un epílogo o comentario final del autor a todo el Evangelio. El relato arranca al atardecer del mismo día en el que, de madrugada, Pedro y el discípulo amado habían comprobado que el sepulcro de Jesús estaba vacío. El lugar es un espacio cerrado a causa de un miedo al exterior humano. Jesús se hace presente en ese espacio y su presencia comunica paz e infunde alegría a los encerrados.
Y con la paz y la alegría, el aliento de un envío a imagen y semejanza del envío de Jesús por el Padre.
La segunda parte del texto nos lleva a una problemática distinta, aunque ya insinuada el domingo pasado en Jn. 20, 1-9. "¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que creen sin haber visto".
Tomás ha puesto condiciones para poder creer que Jesús está vivo. De nuevo se hace Jesús presente comunicando paz, e inmediatamente se dirige al hombre que había puesto condiciones. Jesús no le reprocha su actitud, pero declara superior la exhibida por el discípulo amado en Jn. 20, 8: sin haberle visto a él, ha creído, sin embargo, que él estaba vivo.
Por un lado Juan pone de manifiesto que la convivencia física con Jesús no es criterio suficiente para entender a Jesús en profundidad. Por otro, adelanta que esta inteligencia de Jesús puede darse en los que no han convivido físicamente con El. Juan no niega ni minusvalora el papel de los testigos oculares o más en concreto, de los Doce. Sencillamente, rompe una lanza en favor de los que no han convivido con Jesús. Se trata de una problemática fundamental vivida intensamente en las primeras comunidades cristianas. Exponentes de la misma son el libro de los Hechos y las Cartas de Pablo. El texto de este domingo nos proporciona la gran alegría de saber que hoy podemos entender a Jesús incluso mejor que los que convivieron con El. Estamos realmente en el tiempo pascual
Los dos últimos versículos no se refieren sólo al relato de hoy, sino que tienen en cuenta la totalidad de la obra. Los interlocutores son el autor y sus lectores. El autor se dirige directa y explícitamente a los lectores, nosotros por ejemplo. Les -nos- habla de su labor de selección y del móvil que le ha llevado a escribir.

PLEGARIA UNIVERSAL.

Presentamos a Jesús Resucitado, Señor de la misericordia, nuestras oraciones con toda confianza diciendo: Escucha, Señor y ten piedad.

1.- Por los dos papas Juan XXIII y Juan Pablo II que son canonizados hoy para que nos ayuden a vivir la buena nueva de la resurrección del Señor. Escucha, Señor y ten piedad.

2.- Por el Papa Francisco, por nuestros evangelizadores, pastores y laicos, para que sigan evangelizando al mundo con la alegría de la Pascua. Escucha, Señor y ten piedad.

3.- Por los gobernantes,, para que también sean sembradores de la paz, de fraternidad y de justicia en nuestros pueblos. Escucha, Señor y ten piedad.
4.- Por aquellos que, en la Iglesia y en la sociedad, hoy más que nunca necesitamos de la misericordia divina, para que la experimentemos con abundancia, en Cristo muerto y Resucitado. Escucha, Señor y ten piedad.

5.- Por todos nosotros, que hemos venido a celebrar la Eucaristía, para que pongamos en las manos del Señor misericordioso, nuestras necesidades y sufrimientos. Escucha, Señor y ten piedad.

Escucha, Señor, las plegarias que tu pueblo te presenta. A ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amen.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 28: Hch 4, 23-31; Sal 2; Jn 3, 1-8. Lima, Cajamarca, Trujillo, Chiclayo y Huaraz: Santo Toribio de Mogrovejo (S) Is 6, 1-8; Sal 116; 1Co 4, 1-5; Mt 28, 16-20.
Martes 29: Santa Catalina de Siena, Virgen y Doctora de la Iglesia (MO) Hch 4, 32-37; Sal 92; Jn 3, 5ª.7b-15.
Miércoles 30: Hch 5, 17-26; Sal 33; Jn  3, 16-21.
Jueves 01: Hch 5, 27-33; Sal 33; Jn 3, 31-36. Se puede celebrar la memoria de San José Obrero Gn 1, 26—2, 3 o Col 3, 14-15.17.23-24; Sal 89; Mt 13, 54-58.
Viernes 02: San Atanasio, Obispo y Doctor  (MO) Hch 5, 34-42; Sal 26; Jn 6, 1-15.
Sábado 03: La Veneración de la Santa Cruz (F) Ga 6, 14-18; Sal 117; Jn 12, 31-36ª.

Domingo: Domingo III de Pascua Hch 2, 14.22-23; Sal  15; 1P 1,  17-21; Lc  23, 13-34.

sábado, 19 de abril de 2014

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO DE RESURRECCION CICLO A - 20 ABRIL 2014

EL NACIMIENTO DE NUESTRA FE
  


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 10,34a.37-43

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: «Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de un madero.
Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección.
Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados.».

SALMO RESPONSORIAL (Sal 117)
    Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo

Den gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia. 
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia. R.

La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa.
No he de morir,
viviré para contar las hazañas del Señor. R.

La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular. 
Es el Señor quien lo ha hecho, 
ha sido un milagro patente. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3,1-4

Ya que han resucitado con Cristo, busquen los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspiren a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque han muerto, y su vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también ustedes aparecerán, juntamente con él, en gloria.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 20,1-9

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.».
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

COMENTARIO

Los cuatro evangelistas, que a menudo se muestran tan diferentes entre sí, empiezan de la misma forma su ultimo  capitulo, el de la resurrección: “El primer día de la semana”. En el amanecer de aquel primer día nace la fe pascual, nuestra fe. Al principio fue tan solo una conmoción en la sombra (“Aunque estaba oscuro”, indica Juan, el evangelista preciso y buscador de símbolos), luego una agitación de amor, Juan el “discípulo preferido de Jesús”, se preocupa de subrayar debidamente la presencia de otra preferida, María de Magdala; a fe y el amor están estrechamente ligados entre sí. Al llegar al final de los cuatro evangelios, si hay algo claro para  nosotros es precisamente la certeza de que toda nuestra vida se basa en ese binomio fe-amor.
María ve la losa quitada, corre a avisar a Pedro y a Juan y les dice algo tan terrible a propósito de Jesús que la idea de muerte se hace aún más pesada: “No sé donde lo han puesto”. No piensa más que en un cadáver, en un objeto. Tan cerca de lo que va a ser nuestra fe, todavía nos encontramos ante un abismo infranqueable. Pero Pedro y Juan van corriendo y descubren los primeros signos de “otra cosa”: el sepulcro vacío, el sudario y las vendas cuidadosamente enrolladas. ¡Es el choc! Pedro sigue todavía perplejo (“Asombrado”, dirá Lucas siempre mesurado).
Mas intuitivo que Pedro, Juan da el inmenso paso de la fe: “Vio y creyó”. El evangelista insiste en este fantástico “creyó” que en adelante va a separar dos mundos, el de antes y el de después de la resurrección: “Hasta entonces no habían entendido lo que dice la Escritura que tenia que rescatar de la muerte”. El evangelista dice de sí mismo: “Vio y creyó”, y contará que María dijo: “He visto”. Luego los discípulos “ven” y finalmente Tomás vio y creyó. Pero el resucitado proclama entonces la gran bienaventuranza: “Dichosos los que creen sin haber visto”. La fe no es una meditación sobre Dios, sino un don de Dios que nos abre a los primeros creyentes vieron y comprendieron; el sepulcro vacío, las apariciones de Jesús resucitado, el testimonio de la escritura.
La mayor parte de nosotros hemos recibido fácilmente  la fe y nos hemos quedado en la facilidad pasiva. “Desde luego yo soy cristiano y hasta practicante”.
Pero el aire que respiramos es mortal para nuestra creencia y nuestras prácticas. En un clima de lucro y de consumo, en la agresión permanente de los científicos, de los  psicólogos y de los medios de comunicación social, creer en la resurrección exige un cultivo de la fe. Muchos padres se desalientan por el abandono de sus hijos y preguntan como pueden transmitirles mejor la fe. La primera respuesta es una cuestión ¿qué fuerza de fe, que inteligencia de la fe tenemos nosotros para transmitírsela a ellos?.
Una reflexión sobre este punto nos infundirá quizás el deseo de conocer mejor la biblia y de seguir la puesta al día de la fe en las enseñanzas de la iglesia.
 Esa fe sigue siendo ciertamente  la fe de la mañana de pascua, pero no cesa de enriquecerse con las formas de vivirla en cultura diferentes.
No basta con cantar: “¡Cristo ha resucitado!”, es preciso advertir todas las consecuencias que esto lleva consigo en el mundo entero y en nuestra propia vida.

PLEGARIA UNIVERSAL.

La alegría de esta mañana, se hace eterna en cada domingo. Presentemos al Padre por medio de su Hijo Jesucristo nuestras oraciones. Repitamos: Haznos partícipes de tu resurrección.

1.- Por el Papa, los obispos sacerdotes y el pueblo fiel para que la alegría de este día que se alargara durante la Pascua sea fermento para convertir su vida a Dios. : Haznos partícipes de tu resurrección.

2.-  Por las naciones de la tierra para que reciban la alegría de la resurrección y llegue a todos la paz y la reconciliación de los pueblos. : Haznos partícipes de tu resurrección.

3.- Por los enfermos, necesitados, oprimidos para que Cristo abra sus vidas y recobren la salud y la alegría de la resurrección. : Haznos partícipes de tu resurrección.

4.- Por las familias, para que la celebración de la resurrección de Cristo cada domingo revierta en una mayor santidad de sus miembros y una armonía en el hogar. : Haznos partícipes de tu resurrección.

5.- Por todos nosotros para que vivamos cada día, iluminados por la visión del sepulcro vacío. : Haznos partícipes de tu resurrección.

Padre que has resucitado a tu Hijo, haznos dóciles a su voz y así podamos también un día resucitar con El a la vida que no acaba. Te lo pedimos por tu Hijo nuestro Señor. Amen.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 21: Hch 2, 14.22-23; Sal  15; Mt 28, 8-15.
Martes 22: Hch 2, 36-41; Sal   32; Jn  20, 11-18.
Miercoles 23: Hch 3, 1-10; sal 104; Lc 24, 13-35.
Jueves 24: Hch 3,   11-26;  Sal  8;  Lc 24, 35-48.
Viernes 25: Hch  4, 1-12;  Sal 117;  Jn 21, 1-14.
Sábado 26: Hch 4, 13-21; Sal 117; Mc 16, 9-15.
Domingo 27: Domingo II de Pascua o de la Divina Misericordia. Hch 2, 42-47; Sal 117; 1P 1, 3-9; Jn 20, 19-31.