sábado, 27 de abril de 2013

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO V PASCUA CICLO C - 28 ABRIL 2013


LES DOY UN MANDAMIENTO QUE SE AMEN UNOS A OTROS.


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 14,21b-27

En aquellos días, Pablo y Bernabé volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar mucho para entrar en el reino de Dios. En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Predicaron en Perge, bajaron a Atalía y allí se embarcaron para Antioquía, de donde los habían enviado, con la gracia de Dios, a la misión que acababan de cumplir. Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe.

SALMO RESPONSORIAL (144)

Bendeciré tu nombre por siempre jamás, Dios mío, mi Rey.

El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R.

Que todas tus criaturas te den gracias,
Señor, que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R.

Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura del libro del Apocalipsis 21,1-5a

Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo. Y escuché una voz potente que decía desde el trono: «Ésta es la morada de Dios con los hombres: acamparé entre ellos. Ellos serán su pueblo, y Dios estará con ellos y será su Dios. Enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor. Porque el primer mundo ha pasado.». Y el que estaba sentado en el trono dijo: «Todo lo hago nuevo.».

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 13,31-33a.34-35

Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con ustedes. Les doy un mandamiento nuevo: que se amen unos a otros; como yo los he amado, ámense también entre ustedes La señal por la que conocerán todos que son discípulos míos será que se amen unos a otros.».

CREDO NICENOCONSTANTINOPOLITANO

Creo en un solo DIOS, PADRE todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, JESUCRISTO, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz. Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros los hombres y por nuestra salvación, bajó del cielo; y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre. Y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el ESPÍRITU SANTO, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo, recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo la iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

COMENTARIO

"Ahora es glorificado el Hijo del Hombre...": La glorificación de Jesús en el evangelio de Juan está indisolublemente unida a la muerte. El "ahora" nos indica que esta glorificación ha empezado ya con el lavatorio de los pies antes de la cena, simbolizando la próxima muerte sacrificial de Jesús; y con la salida de Judas se ha puesto en marcha el mecanismo que conducirá a Jesús hacia la cruz.
"... también Dios lo glorificará en sí mismo": Pasa del presente al futuro para referirse a la glorificación en su aspecto de regreso al Padre. Fijémonos que aquí Juan utiliza la expresión "Hijo del Hombre"; es la única vez que la utiliza en esta parte del evangelio denominada el libro de la Gloria (cc. 13-21). Es un título que utilizan los evangelios sinópticos en los anuncios de los sufrimientos de la Pasión (p.e.: Mc 8, 31), y que al mismo tiempo nos recuerda la figura del juez glorioso del fin del mundo. Con todo, parece que en Juan el título de Hijo del hombre es idéntico al de Hijo de Dios.
-"Hijos míos...": La expresión nos sitúa en un ambiente familiar. Jesús comprende la pena de sus discípulos y se despide emocionadamente de ellos. Les habla como un padre que va a morir, y hace testamento. No desdice de la cena pascual (en el caso que lo fuera la cena de despedida de Jesús). Pero todavía encaja más en el contexto de discurso de despedida.
-"Les doy un mandamiento nuevo": Mientras que en los evangelios sinópticos -en la última cena- nos presentan claramente una nueva alianza, aquí debemos descubrirlo de forma indirecta. El dar un mandamiento que será signo de identidad para los discípulos, nos indica claramente que es una alianza. Una alianza nueva. Por tanto, la novedad del mandamiento no debemos buscarla en contraste con el mismo mandamiento en el Antiguo Testamento (Lv 19, 18), como si allá pidiese sólo un amor dentro de Israel, mientras que aquí nos indicara su alcance universal. La idea de un amor universal a todos los hombres no es joánica: el evangelista piensa en un amor entre los que creen en Jesús. El mandamiento es nuevo porque es la estipulación de una nueva alianza.
-"Que se amen unos a otros como yo los he amado": El mandamiento nuevo no es simplemente una exigencia legal del pueblo de la nueva alianza, sino que es un don que ha recibido. Jesús es la fuente del amor de la que deben vivir los discípulos. Y la presencia de este amor de los cristianos en medio del mundo es una presencia de Jesús. Una presencia ante la cual el mundo debe abrir los ojos a la luz, tal como lo ha tenido que hacer ante el mismo Jesús. El amor, pues, que Jesús nos deja en herencia ha de ser nuestro distintivo, la señal en la que debemos ser reconocidos como discípulos suyos. El bautismo y la confesión expresa de una misma fe no son una señal inequívoca. Lo que importa es la práctica de la fraternidad.
Pbro. Roland Vicente Castro Juárez

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 29: Hch 14, 5-18; Sal 113; Jn 14, 21-26.
Martes 30: Hch 14, 19-28; Sal 144; Jn 14, 27-31ª.
Miércoles 01: Hch 15, 1-6; Sal 121; Jn 15, 1-8.
Jueves 02: Hch 15, 7-21; Sal 95; Jn 15, 9-11.
Viernes 03: Ga 6, 14-18; Sal 117;  Jn 12, 31-36.
Sábado 04: 1Co 15, 1-8;Sal 18; Jn 14, 6-14.
Domingo 05: Hch 15, 1-2. 22-29;Sal 66; Ap 21, 10-14.22-23.


jueves, 18 de abril de 2013

LECTURAS Y COMENTARIO DEL DOMINGO IV DE PASCUA CICLO C – 21 DE ABRIL DEL 2013


DOMINGO IV DE PASCUA CICLO C – 21 DE ABRIL DEL 2013

 


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 13,14.43-52

En aquellos días, Pablo y Bernabé desde Perge siguieron hasta Antioquia de Pisidia; el sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento. Muchos judíos y prosélitos practicantes se fueron con Pablo y Bernabé, que siguieron hablando con ellos, exhortándolos a ser fieles a la gracia de Dios. El sábado siguiente, casi toda la ciudad acudió a oír la palabra de Dios. Al ver el gentío, a los judíos les dio mucha envidia y respondían con insultos a las palabras de Pablo.
Entonces Pablo y Bernabé dijeron sin contemplaciones: «Teníamos que anunciarles primero a ustedes la palabra de Dios; pero como la rechazaron y no se consideran dignos de la vida eterna, saben que nos dedicamos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor: "Yo te haré luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el extremo de la tierra."».
Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alababan la palabra del Señor; y los que estaban destinados a la vida eterna creyeron. La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región. Pero los judíos incitaron a las señoras distinguidas y devotas y a los principales de la ciudad, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron del territorio. Ellos sacudieron el polvo de los pies, como protesta contra la ciudad, y se fueron a Iconio. Los discípulos quedaron llenos de alegría y de Espíritu Santo.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 99)

“Somos su pueblo y ovejas de su rebaño”

Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R.

Sabed que el Señor es Dios: q
ue él nos hizo, y somos suyos, s
u pueblo y ovejas de su rebaño. R.

«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.» R

SEGUNDA LECTURA

Lectura del libro del Apocalipsis 7,9.14b-17

Yo, Juan, vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos.
Y uno de los ancianos me dijo: «Éstos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero. Por eso están ante el trono de Dios, dándole culto día y noche en su templo. El que se sienta en el trono acampará entre ellos. Ya no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el sol ni el bochorno. Porque el Cordero que está delante del trono será su pastor, y los conducirá hacia fuentes de aguas vivas. Y Dios enjugara las lágrimas de sus ojos.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 10,27-30

En aquel tiempo, dijo Jesús: «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.».

CREDO NICENOCONSTANTINOPOLITANO

Creo en un solo DIOS, PADRE todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, JESUCRISTO, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz. Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros los hombres y por nuestra salvación, bajó del cielo; y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre.
Y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creo en el ESPÍRITU SANTO, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo, recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.
Creo la iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

COMENTARIO

Al comienzo de esta meditación sobre cómo escuchamos nosotros a Cristo, habría que cerrar los ojos por unos minutos. Quiere llegar una voz hasta nosotros, no solo por encima de los ruidos de la vida, sino sobre los rumores de nuestro corazón un tanto malvados o vacíos. Inmediatamente ante de su afirmación llena de cariño, “mis ovejas me escuchan”. Jesús había pronunciado unas palabras duras contra los judíos en una conversión bastante tensa: “Si eres el Mesías, dilo claramente. Se los he dicho, pero no me creen”. No lo había dicho con palabras que, sobre todo en el clima pasional de una discusión, podrían haber sido mal interpretadas: pero lo decía con todos sus hechos: “Mis obras lo atestiguan”.
Jesús nos habla ahora con las palabras del evangelio, pero sigue hablándonos con sus actos y con su mismo ser de Hijo de Dios. Todos pueden verlo y oírlo; basta con abrir el evangelio; sin embargo, muchos se quedan ciegos y sordos. Entonces es que hay un problema serio de audición. San Juan nos dice que no son ni los “signos” (los milagros) ni las palabras las que hacen que nos adhiramos profundamente a Jesús. Se necesita una especie de virginidad del ojo y del oído, la libertad del espíritu, la disponibilidad del corazón. Venir a él con ideas ya hechas, con sentimientos duros, puede hacer del lector del evangelio un vidente ciego y un oyente sordo. Sólo los que están bien dispuestos reciben el choc de esta personalidad; sólo ellos oyen de veras esta voz. Sabemos hasta qué punto es necesario estar atentos a la gracia de atracción hacia Cristo y activos para explotar esta gracia. Este doble trabajo interior nos convierte en “ovejas que escuchan su voz”. Entonces los signos se hacen claros y su palabra nos abre a la fe. Sabemos escucharle porque somos “para él”.
Al escuchar su voz, oímos otra voz, la del Padre: “El Padre y yo somos una sola cosa”. Esta afirmación, que va irritar a los judíos nos arroja a nosotros a una audición asombra: cuando habla Jesús, llega a nosotros la voz misma del Padre. La carta a los hebreos nos lo dice: “En múltiples ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros padres por los profetas. Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por su Hijo, por quien había creado lo mundos”. No olvidar nunca esta cosa tan segura: en las palabras de Jesús vibran la verdad de Dios y el cariño de Dios. También  pero ¿creemos que Dios es amor?. Entonces, como Jesús es la voz de este amor, podemos recibir esas exigencias como formando parte del mismo mensaje de amor. Escuchar a Dios en Jesús es sin duda alguna comprometerse en caminos difíciles, pero que van a la vida: “Mis ovejas obedecen mi voz, me siguen y yo les doy la vida eterna”.


PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 22: Hch 11, 1-18; Sal 41; Jn 10, 11-18.
Martes 23: Hch 11, 19-26; Sal 86; Jn 10, 22-30;
Miércoles 24: Hch 12, 24—13,5ª; Sal 66; Jn 12, 44-50.
Jueves 25: 1Pe 5, 5b-14; Sal 88; Mc 16, 15-30.
Viernes 26: Hch 13, 26-33; Sal 2; Jn 14, 1-6.
Sábado 27: Is 6, 1-8; 1Co 4, 1-5; Mc 28, 16-20.
Domingo 28: Hch 14, 21b-27; Sal 144; Ap 21, 1-5ª; Jn 13, 31-33ª.34-35.


LOS NÚMEROS EN LA BIBLIA


LOS NÚMEROS EN LA BIBLIA



Para nosotros los números tienen un significado muy distinto a los números que leemos en la Biblia. En la Biblia los números tienen tres significados distintos: cantidad, simbolismo y mensaje.

Primer sentido: LA CANTIDAD

Es un significado parecido al nuestro. Por ejemplo veamos: 1Rey 18, 1 2Rey 22,1 1 Rey 4, 7 Jn 11,18 .Estos números no son simbólicos ni encierran ningún mensaje oculto. Simple y llanamente se refieren a la cantidad de años, personas o distancia mencionadas en el texto. En este significado no hay lugar para la confusión: lo que el número dice es lo que quería decir el autor.

Segundo sentido: EL SIMBOLISMO

Un número simbólico es aquel que no indica una cantidad, sino que expresa una idea, un mensaje distinto de él, que lo supera y lo desborda. No siempre es posible saber por qué tal número significa "tal" cosa. La asociación entre ambas realidades a veces es desconocida. Para nosotros los occidentales esto es difícil de entender, pero los semitas los usaban con toda naturalidad para transmitir ideas, mensajes o claves.

La Biblia no explica nunca qué simboliza cada número, pero los estudiosos han llegado a averiguar algunos de sus simbolismos y han podido aclarar muchos episodios bíblicos.

El número 1 simboliza a Dios, que es único. Por ello indica exclusividad, primado, excelencia: Mt 19,17 , Mt 19,6 Jn 10,30 Gál 3,28 Ef 4,5 En todos estos casos, el uno simboliza el ámbito divino.

El número 2 representa al hombre, pues en él hay siempre dualidad, división interior por culpa del pecado. Mt 20,30 Mt 26,60

El número 3 representa "totalidad", quizá porque 3 son las dimensiones del tiempo: pasado, presente y futuro. Decir 3 equivale a decir "la totalidad" o "siempre". Gn 6,10 Mt 26,34 Is 6,3

El número 4 en la Biblia simboliza el cosmos, el mundo, ya que son 4 los puntos cardinales. Cuando se dice que en el Paraíso había 4 ríos (Gn 4,10) significa que todo el cosmos era un Paraíso antes del pecado de Adán y Eva. O sea, no se trata de un sitio determinado, aunque algunos continúen buscando dónde estaba. Ez 37,9 Apoc 4,6

El número 5 significa "algunos", "unos cuantos", una cantidad indefinida. Así, se dice que en la multiplicación de los panes Jesús tomó 5 panes (=algunos panes). Que en el mercado se venden 5 pajarillos por dos monedas (=algunos pajaritos)... 1 Cor 14,19

El número 7 tiene el simbolismo más conocido de todos. Representa la perfección. Por eso Jesús dirá a Pedro que debe perdonar a su hermano hasta 70 veces 7. También puede expresar la perfección del mal, o el sumo mal, como cuando Jesús enseña que si un espíritu inmundo sale de un hombre puede regresar con otros 7 espíritus peores, o cuando el evangelio cuenta que el Señor expulsó 7 demonios de la Magdalena. El Apocalipsis es el que más lo emplea: 54 veces para describir simbólicamente las realidades divinas: las 7 Iglesia del Asia, los 7 espíritus del trono de Dios, las 7 trompetas, los 7 candeleros, los 7 cuernos, etc.

La tradición cristiana continuó este simbolismo del 7, y por eso fijó en 7 los sacramentos, los dones del Espíritu Santo, las virtudes.

El número 10 tiene un valor que sirve para recordar. Al ser 10 los dedos de las manos, resulta fácil recordar esta cifra. Por eso figuran como 10 los mandamientos que Yahvé dio a Moisés (podrían haber sido más), y 10 las plagas que azotaron a Egipto. También por esta razón se ponen sólo 10 antepasados entre Adán y Noé, y 10 entre Noé y Abraham, aun cuando sabemos que existieron muchos más.

El número 12 es también simbólico. Significa "elección". Por eso se hablará de las 12 tribus de Israel, cuando en realidad el Antiguo Testamento menciona más de 12; pero con esto se quiere decir que eran tribus "elegidas". Igualmente se agruparán en 12 a los profetas menores del Antiguo Testamento. También el Evangelio mencionará 12 apóstoles de Jesús, que resultan ser más de 12 si comparamos sus nombres; pero se los llama "Los Doce" porque son los elegidos del Señor. Asimismo Jesús asegura tener 12 legiones de ángeles a su disposición (Mt 26,53). El Apocalipsis hablará de 12 estrellas que coronan a la Mujer, 12 puertas de Jerusalén, 12 ángeles, 12 frutos del árbol de la vida.

El número 40 tiene también valor simbólico. Representa el "cambio", de un período a otro, los añosde una generación. Por eso el diluvio dura 40 días y 40 noches (pues es el cambio hacia una nueva humanidad). Los israelitas están 40 años en el desierto (hasta que cambia la generación infiel por otra nueva). Moisés permanece 40 días en el monte Sinaí, y Elías peregrina otros 40 días hasta allí (a partir de lo cual sus vidas cambiarán). Jesús ayunará 40 días (porque es el cambio de su vida privada a su vida pública).

El número 1.000 significa multitud, gran cantidad: Dan 5,1 Salm 90 1 Rey 3,4 1 Rey 11,3 A veces este número puede entrar en combinación con otros. Así, en el Apocalipsis dice simbólicamente que al final del mundo se salvarán 144.000 elegidos, porque es la combinación de 12x12x1.000, y significan los elegidos del Antiguo Testamento (12), y los elegidos del Nuevo Testamento (12), en una gran cantidad (x1.000).

Quedan otros números simbólicos como el 70. San Lucas dice que Jesús eligió a 70 discípulos para enviarlos a todos los lugares y sitios por donde él tenía que pasar (Lc 10,1). No está dando una cifra real, sino simbólica, ya que según Gén 10, el total de los pueblos y naciones que existían enel mundo era 70. Cuando Lucas dice esto, lo que quiso decir es que los mandó para que el evangelio llegara a todas las naciones del mundo.

También vemos otra cifra en Jn 21,11 ¿Por qué tanto interés en dejar registrado el número de 153 peces? Es que en la antigüedad se creía, entre los pescadores, que 153 era el número de peces que existía en los mares. El mensaje es claro: Jesús vino a salvar a gente de todas las naciones, razas y pueblos del mundo.

No todos los números en la Biblia son simbólicos, ante cada cifra tenemos que preguntarnos ¿esta cifra indica cantidad o encierra un mensaje?

Tercer sentido: EL MENSAJE (sentido gemátrico).

En las lenguas hebrea y griega las letras tienen un valor numérico. Así el 1 sería la A, el 2 la B, etc.

El número obtenido con la combinación de letras se llama gemátrico. En cada cifra podía haber escondida una palabra. La Biblia trae varios ejemplos de estos números gemátricos. Por ejemplo: Cuando salieron los israelitas de Egipto dicen que salieron 603.550 hombres, sin contar mujeres y niños, pero si sustituimos las letras de la frase "todos los hijos de Israel" (en hebreo: rs kl bny ysr´l) por sus correspondientes valores numéricos da precisamente 603.550, con lo cual lo que están diciendo es que salieron "todos los hijos de Israel". Mt 1,17 divide a los antepasados de Jesús en tres series de 14 generaciones cada una. Pero esto es imposible. Mateo sólo pone tres nombres para cubrir los 430 años de esclavitud en Egipto. Lo que ocurrió fue que cogieron el nombre de David (D=4+V=6+D=4=14) Y como se esperaba que el Mesías fuera descendiente de David, el evangelista quiso decir que Jesús es el "triple David", el Mesías total, verdadero descendiente de David.

El más conocido de estos números gemátricos es el famoso 666 en Apocalipsis 13,18. El mismo libro aclara que se trata de la cifra de un hombre. Ese hombre es el emperador Nerón. Si transcribimos "Nerón César" en hebreo obtenemos: N=50+R=200+W=6+N=50+Q=100+S=60+R=200= 666.

Tonado de ARIEL ÁLVAREZ VALDÉS, ¿Qué sabemos de la Biblia? Antiguo Testamento, Ed. San Pablo.

viernes, 12 de abril de 2013

LECTURAS Y COMENTARIO DEL III DOMINGO PASCUA CICLO C - 14 ABRIL 2013


UNA LARGA CITA CON JESÚS
  


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 5, 27b—32. 40b—41

En aquellos días, el sumo sacerdote interrogó a los apóstoles y les dijo: «¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre.».
Pedro y los apóstoles replicaron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.»
Prohibieron a los apóstoles hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Los apóstoles salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 29)

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

 Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R.

 Tañen para el Señor, fieles suyos,
den gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante, su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto;
por la mañana, el júbilo. R.

Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme. Cambiaste mi luto en danzas.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura del libro del Apocalipsis 5, 11-14

Yo, Juan, en la visión escuché la voz de muchos ángeles: eran millares y millones alrededor del trono y de los vivientes y de los ancianos, y decían con voz potente: «Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.».  Y oí a todas las criaturas que hay en el cielo, en la tierra, bajo la tierra, en el mar —todo lo que hay en ellos—, que decían: «Al que se sienta en el trono y al Cordero la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos.». Y los cuatro vivientes respondían: «Amén.». Y los ancianos se postraron rindiendo homenaje.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 21, 1-19

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se aparecido de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Nataniel el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar.». Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo.». Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada.  Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los  discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: «Muchachos, ¿tienen pescado?». Ellos contestaron: «No.». Él les dice: «Echen la red a la derecha de la barca y encontraran.». La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: «Es el Señor.».
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la  barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros,  remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y  pan. Jesús les dice: «Traigan de los peces que acaban de coger.».
Simón Pedro subió a la barca y arrastro hasta la orilla la red  repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice: «Vamos, almuercen.». Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quien era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos,  después de resucitar de entre los muertos. Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?». Él le contesto: «Si, Señor, tu sabes que te quiero.».
Jesús le dice: «Apacienta mis corderos.». Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?». Él le contesta: «Si, Señor, tu sabes que te quiero.». Él le dice: «Pastorea mis ovejas.». Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?». Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo  quería y le contesto: «Señor, tú conoces todo, tu sabes que te quiero.». Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas  adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te  ceñirá y te llevará adonde no quieras.». Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme.».


COMENTARIO

A San Juan le gustan las cifras. La hora 10a, 5.000 personas, 30 estadios, etc.; pero generalmente dice “alrededor de”. Aquí concreta: Pedro y sus compañeros pescaron exactamente 153 peces (153 significaba plenitud y universalidad). Estamos en pleno simbolismo. ¡Pero no en lo irreal!.
Aquí lo real es tan misteriosamente rico que sólo se lo puede expresar con símbolos.  Observen los 7 “discípulos” y 7 veces   la  palabra  discípulos;  7 es el símbolo  de  la  totalidad. Y   3  veces “Manifestar”,  más 3 veces “Señor” para  simbolizar un encuentro solemne de Jesús en su gloria de resucitado.
Se trata pues de su tercera manifestación, marcada por el papel principal de Pedro: nombrado en primer lugar, toma la iniciativa de la pesca, se precipita el primero hacia Jesús y arrastra a la orilla la red que no se rompe (símbolo... de lo que habría de ser la iglesia), a pesar  del enorme peso  de los 153 peces.
 El desayuno ofrecido por Jesús hace pensar inevitablemente en la eucaristía en la que todo cristiano se acerca al resultado, lo reconoce y entra en comunión con él. Algunos detalles simbólicos nos permiten acceder a lo que se llama la “escatología” (= el final de los tiempos).
Vemos a Jesús  “a la orilla del lago”, en la tierra firme de la eternidad, mientras que los discípulos (los apóstoles de todos los tiempos) bregan en las aguas de la vida terrena. Dirigidos por Pedro son pescadores de hombres (los peces  grandes),  pero no pueden pescar  nada sin Jesús.
Traerán finalmente  al Señor  los famosos 153 peces, o sea los elegidos: 153 simboliza muy bien la idea de cristianos que encontrarán a Cristo en este mundo gracias a los apóstoles y que tendrán el gran encuentro con Cristo en la orilla de la eternidad.
Así, pues la eternidad será ese cara a cara con Jesús y el banquete con él, o sea la eternidad en su vida y en su gozo. No es necesario saber más para soñar en el cielo.
Pero, ¿está permitido esto?. ¿Por qué no?. Los que pretenden que el cielo nos distrae de la realidad sólo tienen una idea mutilada de lo real.
La realidad entera comienza en el oleaje y las tempestades de la vida de aquí abajo y se extiende hasta la vida sin fin. Pero, como san Juan no deja de repetir, es aquí abajo donde todo se juega.
Cada día que pasa es infinitamente precioso y decisivo, porque podemos acumular citas con Cristo que nos preparen para el encuentro final. Jesús nos ha dicho: “Cada vez que ayudas a alguien con amor, te encuentras conmigo” (Mt 25, 40).  Y cada vez que nos acercamos a la eucaristía, a la oración, al evangelio, tenemos una cita con él.
Lo esencial es ese movimiento que arroja hacia Cristo, como a Pedro “Cuando comprendió que era el Señor, se tiró al agua”.
El mismo impulso que nos ha llevado en cada una de estas meditaciones nos arrojará algún día  a sus brazos. Para una cita muy larga

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 15: Hch 6, 8-15; Sal 118; Jn 6, 22-29.
Martes 16:Hch 7, 51-8,1ª; Sal 30; Jn 6, 30-35.
Miércoles 17: Hch 8,  1b-8;  Sal 65; Jn  6, 35-40.
Jueves 18:  Hch 8, 26-40; Sal 65; Jn 6, 44-51.
Viernes 19: Hch 9, 1-20; Sal  116; Jn 6, 52-59.
Sábado 20: Hch 9, 31-42; Sal 115; Jn 6, 60-69.
Domingo 21: Hch 13, 14.43-52; Sal 99; Ap 7.9.14b-17; Jn 10, 27-30.

viernes, 5 de abril de 2013

LECTURAS Y COMENTARIO II DOMINGO DE PASCUA - 07 ABRIL 2013


QUE POR LA FE TENGA VIDA



PRIMERA LECTURA

Libro de los Hechos de los Apóstoles 5,12-16.
Los Apóstoles hacían muchos signos y prodigios en el pueblo. Todos solían congregarse unidos en un mismo espíritu, bajo el pórtico de Salomón, pero ningún otro se atrevía a unirse al grupo de los Apóstoles, aunque el pueblo hablaba muy bien de ellos.  Aumentaba cada vez más el número de los que creían en el Señor, tanto hombres como mujeres.  Y hasta sacaban a los enfermos a las calles, poniéndolos en catres y camillas, para que cuando Pedro pasara, por lo menos su sombra cubriera a alguno de ellos.  La multitud acudía también de las ciudades vecinas a Jerusalén, trayendo enfermos o poseídos por espíritus impuros, y todos quedaban curados.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 117)

Den gracias al Señor porque es bueno,
Porque es eterna su misericordia.

Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón: eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor: eterna es su misericordia. R.

La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente.
Éste es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo. R.

Señor, danos la salvación; Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, él nos ilumina. R.

SEGUNDA LECTURA

Libro del Apocalipsis 1, 9-11a. 12-13. 17-19
Yo, Juan, su hermano y compañero en la tribulación, en el reino y en la constancia en Jesús, estaba desterrado en la isla de Patmos, por haber predicado la palabra de Dios, y haber dado testimonio de Jesús.
Un domingo caí en éxtasis y oí a mis espaldas una voz potente que decía: "Lo que veas escríbelo en un libro, y envíaselo a las siete Iglesias de Asia.".
Me volví a ver quién me hablaba, y, al volverme, vi siete candelabros de oro, y en medio de ellos una figura humana, vestida de larga túnica, con un cinturón de oro a la altura del pecho.
Al verlo, caí a sus pies como muerto.
Él puso la mano derecha sobre mí y dijo: "No temas: Yo soy el primero y el Último, yo soy el que vive. Estaba muerto y, ya ves, vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del abismo.
Escribe, pues, lo que veas: lo que está sucediendo y lo que ha de suceder más tarde.".

EVANGELIO

Lectura del Santo evangelio según San Juan 20, 19-31
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: "Paz a ustedes.".
Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: "Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo.", y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: "Reciban el Espíritu Santo; a quienes les perdonen los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengan, les quedan retenidos."
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: "Hemos visto al Señor.". 
Pero él les contesto: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.".
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: "Paz a ustedes". Luego dijo a Tomás: "Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.".
Contestó Tomás: "¡Señor mío y Dios mío!". Jesús le dijo: "¿Porque me has visto has creído?. Dichosos los que crean sin haber visto.".
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre.

COMENTARIO

Las páginas del evangelio de Juan repiten incansablemente: “Ese hombre es Dios”. Al final pone el remache: Se escribió este libro, para que crean que Jesús es el Hijo de Dios”. Creer esto es ser un cristiano. Hay millones de hombre que creen en Dios, pero sólo los cristianos añaden a esta fe una afirmación que los judíos y los musulmanes rechazan enérgicamente: Dios es Padre, Hijo y Espíritu. Y el Hijo se encarnó en Jesús de Nazareth. Los que trataron con Jesús durante tres años tenían sus dudas; fue necesaria la resurrección para que en nombre de todos Tomás lanzase este grito de amor y de adoración: “¡Señor mío y Dios mío!”. “Por su fe tengan vida”. ¿Qué otra vida?. ¡Por qué los que no creen en la divinidad de Jesucristo también están ciertamente vivos! San Juan nos ha hablado todo el tiempo de vida eterna. Esta palabra es un tanto engañosa: se piensa en una vida sin fin. Esto es verdad, pero insuficiente para ver de qué vida se trata. Hay que pensar más bien en uno de los nombres de Dios: el eterno. La vida que se nos ofrece es la vida del eterno, la vida misma de Dios. Nuestra fe llega hasta eso.  Pero ¿cómo esa otra vida, que Juan llama vida eterna, se manifiesta concretamente en nuestra vida de cada día? Los verdaderos creyentes, cuando juzgan a las personas, los hechos, los acontecimientos, lo hacen bajo una luz distinta. Se dice de ellos: “¡Qué fe!”. Su esperanza nadie  la puede derribar y  tienen paz y  alegría  y  no  le abaten las preocupaciones. Su preocupación por los demás, su prontitud para el servicio, para el compromiso, su manera de amar sin contentarse con palabras, lo llamaríamos la vida “teologal”, o sea una vida dada por Dios que nos liga constantemente a él bajo la forma de experiencia de fe, de esperanza y de caridad.
Cuando creo, cuando espero, cuando amo, vivo la vida “eterna” tal como se la puede vivir aquí abajo.  Es la vida “cristiana” si se le da a esta palabra, un tanto devaluada toda su fuerza: la vida “crística”. La que nos hace reír: “Mi  vida es Cristo”.
Al abrir nuestra vida ordinaria a Jesucristo, la fe hace entrar en ella los pensamientos de Jesucristo, sus juicios, su fortaleza, su forma de amar, todo lo que san Juan expresar con su famoso “como”. Vivir como Cristo. Un Francisco de Asís por ejemplo vivió “como Cristo” en la medida que puede hacerlo un hombre.  Y esto es verdad en  todos los santos, pero de manera muy diversa dada la riqueza de imitación de Cristo.
El evangelio es evidentemente la mejor escuela, con tal que se desarrolle un reflejo esencial: todo lo que se aprende en él de Jesús tiene que movernos a vivir  algo como él: “el evangelio dice Juan, se escribió para que por la fe de ustedes tengan vida”.
Es inútil creer si esto no nos sacude. Tiene que cambiarnos, escuchar y vivir el evangelio, pues Mateo, Marcos, Lucas y Juan escribieron su evangelio: no es un libro, es él.


PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 08: Is 7, 10-14; Sal 39; Heb 10, 4-10; Lc 1, 36-48.
Martes09: Hch 4, 32-37; Sal 92; Jn 3, 5ª.7b-13
Miércoles 10: Hch 5, 17-26;  Sal 33; Jn 3, 16-21.ç
Jueves 11: Hch 5, 27-33; Sal 33; Jn 3, 31-36.
Viernes12: Hch 5, 34-42; Sal 26; Jn 6, 1-15.
Sábado 13: Hch 6, 1-7; Sal 32; Jn 6, 16-21.
Domingo 14: Hch 5, 27-32.40b-41; Sal 29; Ap 5, 11-14; Jn 21, 1-19.